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domingo, 7 de marzo de 2021

marzo 07, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 42

Capítulo 42. Tania Y El Broche De Esmeralda


Innumerables hijas de la nobleza esperaban en el salón del palacio imperial. Sorprendentemente, muchas se habían reunido para solicitar el puesto de dama de compañía, a pesar de todas las muchachas que rehuían del asiento de la Emperatriz. 

El puesto de dama de compañía de la Emperatriz no estaba directamente relacionado con el Emperador, pero implicaba el privilegio de estar al tanto de la mayoría de los asuntos del palacio imperial, además de ciertos beneficios aparte del título de dama de la corte. Por eso, las hijas de la nobleza que no podían heredar en su familia mostraban mucho más interés por el puesto. 

También habían muchas mujeres que pensaban en el hecho de que el Emperador se había enamorado de la Emperatriz, y que incluso la trababa bien. Así que creían que si descubrían que le gustaba tanto al Emperador y echaban a la Emperatriz antes de que naciera un bebé, se convertían en la Segunda Emperatriz. ¡Matarían a las demás, para que no sucediera lo mismo!

...El hecho de que el Emperador no hubiera matado a la Emperatriz, en contra de lo que todos esperaban, les infundía valor. Todas las reunidas eran hijas de familias nobles, por lo que no había ninguna que se quedara atrás en apariencia. Incluso entre ellas, había algunas vestidas con extravagancia, una muestra del estatus y la autoridad de sus respectivas familias.

Elysia era una de ellas. Sonrió levemente mientras miraba a las otras jóvenes. 'Soy la mejor, después de todo'. 

No estaba equivocada. Ya sea por su aspecto, su vestimenta o su procedencia, era la persona más adecuada para convertirse en dama de compañía.

'No van a elegir a una sola persona, así que... veamos. Me pregunto quién más será elegida'.

Elysia pensó mientras observaba su entorno, pero entonces sus ojos se detuvieron en un punto. Vio a alguien en un rincón de la sala que claramente estaba nerviosa. Se trataba de una joven que parecía algo rústica en comparación con las demás; llevaba un broche de esmeralda muy grande y pesado en el pecho. A Elysia se le escapó una carcajada ante el atuendo notablemente inadecuado de la joven. 

Otra joven conocida de Elysia le susurró desde un lado. "He escuchado que es la hija del Margrave Kaniche. Se llama Tania, creo. Sus tierras están en un rincón muy remoto, pero me extraña que enviaran a su hija como candidata a dama de compañía con esa vestimenta. Supongo que pensaron que poniéndole una gran joya quedaría bien. Pobre chica."

El tono de la joven que rebosaba burla, en contraste con sus simpáticas palabras, provocó la risa de Elysia. Nadie con sentido común elegiría a una mujer con ese aspecto como dama de compañía. Después de todo, cualquiera podía apreciar la brillantez de las hijas procedentes de las mejores casas nobles, entre las que se encontraba ella misma. Tania pareció darse cuenta de la forma en que la gente la miraba. Bajó la cabeza aún más que antes.

"Aun así, esto le será una buena experiencia, ¿No te parece? Volver a los lejanos bosques de donde vino después de echar un vistazo a Su Majestad la Emperatriz será suficiente para que sea el recuerdo más digno de su vida."

Mientras los dos ridiculizaban a Tania, la voz de una asistente sonó en la sala. "¡Su Majestad la Emperatriz  está llegando!"

El ruido en la sala cesó ante el anuncio. Las mujeres que habían estado esperando dentro se pusieron en fila y se inclinaron en señal de saludo cuando la Emperatriz entró por las puertas del salón.

"Todos saludan a Su Majestad la Emperatriz."

Poco después de recibir el saludo de cientos de personas, la Emperatriz les pidió que acomodaran su postura. "Pueden levantarse."

Elysia miró a la Emperatriz tras levantar la cabeza de acuerdo con la etiqueta imperial. La belleza de la Emperatriz era una cosa, pero lo que hizo que Elysia la observara detenidamente fue el aura que la rodeaba. La Emperatriz parecía muy acostumbrada a este tipo de situaciones. El tipo de situación en la que ella tomaba la iniciativa en medio de la atención de todos. 'He escuchado que era una princesa ilegítima abandonada en el Reino de Navitán, pero...'

Si bien la Emperatriz podía haber recibido educación un mes antes de su boda, había algunas cosas que no podían adquirirse sin experiencia real... y una de esas cosas, era el aura. La Emperatriz exhibía un aire de indiferencia, algo que sólo podían lograr quienes estaban acostumbrados a este tipo de eventos desde una edad temprana. Ese rostro impasible de la Emperatriz que parecía decir que no soportaría ninguna tontería...

'Ella es formidable'.

Mientras pensaba que había menospreciado a la Emperatriz bajo la suposición de que ella se había limitado a fascinar al Emperador con su cara bonita y sus locuras, Elysia corrigió su postura. La Emperatriz caminaba en su dirección. Pronto la vería y se detendría. Cuando eso ocurriera, la saludaría... Pero en el momento en que los pensamientos de Elysia llegaron a ese punto, los ojos de la Emperatriz cobraron vida de repente.

Siguió la dirección de la mirada de la Emperatriz. ¿Qué era? ¿Qué era lo que le llamó la atención cuando hace un momento parecía indiferente a todo? Los pasos de la Emperatriz se volvieron más rápidos y comenzó a caminar hacia el final de las filas de mujeres.

"¿Cuál es tu nombre?" La voz de la Emperatriz sonaba un poco excitada.

"Es Ta... Tania, Su Majestad."

'¿Tania?  ¿Esa tonta de antes?' Elysia miró hacia atrás, sorprendida, y vio que los ojos de la Emperatriz estaban fijos en el broche verde del pecho de Tania. Elysia no fue la única que lo notó. Las candidatas a dama de compañía recordaron lo ocurrido después de que la Emperatriz llegara al palacio imperial. El Emperador le había ofrecido todas las joyas de la familia imperial, pero al no considerarlas suficientes, ella le dijo al Emperador que deseaba el tesoro del Reino de Tetin.

Todos las presentes se dieron cuenta de que, para llamar la atención de la Emperatriz, necesitaban joyas. Además, grandes y de buena calidad.

sábado, 6 de marzo de 2021

marzo 06, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 41

Capítulo 41. Lo Quiero Ahora Mismo


No padecía el síndrome de la princesa, puesto que antes había sido una princesa de verdad, pero su reconocido buen aspecto mejoró aún más después de llegar al Imperio. Quién sabía por qué su piel sólo se volvía más suave y su cutis mejor a pesar de las arduas noches, como si estuviera bajo un hechizo.

'Pero creo que definitivamente le gusto', pensó. Hace varios días, en la noche en que sufrió el discurso de Aled, en el momento en que se enteró de que el Emperador no pensaba tener un heredero, le pidió que le trajera el Bosque de Tetin.

'Sólo lo dije sin pensalo'. Había hablado en medio de la ira. Lo había hecho deliberadamente, porque creía que el Emperador no tenía ninguna intención de hacerlo. Incluso había intentado tontamente hacerse la coqueta, algo que nunca había hecho en su vida. Si él hubiera rechazado su petición por considerarla demasiado difícil, ella habría expresado sus verdaderos sentimientos en tono de broma, diciendo, '¿Así que todo lo que me dijiste fueron palabras vacías después de todo? A pesar de que estoy tan molesta. ¿No me abrazaras, querido?' Pero al día siguiente, el Emperador se dirigió verdaderamente a Tetin.

'Realmente no lo entiendo'. Cecile hizo un puchero. Parecía preocuparse por ella a su manera, así que ¿Por qué no quería un sucesor cuando eso solidificaría su posición? 

Pero justo cuando Cecile volvía a sumirse en la confusión, Aled apareció de repente frente a ella y, con una expresión parecía decir, '¡Por fin se han resuelto todos los misterios!', comenzó a hablarle. "Llevo unos días pensándolo, pero creo que el Emperador es impotente después de todo."

"¡Quieres hacer el favor de no hacer esto!" Cecile se puso de pie gritando ante las palabras de Aled, sorprendiendo a las asistentes para que la miraran. Sintiéndose incómoda, murmuró, "No es nada. Continúen en lo que estaban."

Las asistentes comenzaron a mover las manos de nuevo ante sus órdenes, pero pudo sentir que la miraban con nerviosismo.  Cecile cerró los ojos. Se había estado preguntando por qué el espíritu permanecía callado durante horas hasta que volvió a salir de la nada. Curiosamente, parecía que Aled era invisible para las asistentes.

"¿No he dicho que puedo leer tus pensamientos? ¿Por qué gritar de esa  manera?" Preguntó.

'¡Porque me han sorprendido tus tonterías!'

"¿Por qué crees que son tonterías? Es la única conclusión válida a la que se puede llegar después de recopilar todo lo que ha dicho y todo lo que ha pasado hasta ahora. Puede que no lo parezca, pero he leído muchas novelas humanas y por eso lo sé. Un Emperador puede aparearse cuando quiera, ¿No? Entonces, según el instinto de conservación racial de los humanos excepcionalmente fuertes, ¿No debería tener al menos cien hijos?"

'¡Su Majestad me dijo que fui la primera!'

"¿No dijo que fuiste la primero en estar encima de él? ¿Eso no significa que hubieron muchos casos en lo que sucedió lo contrario?"

'¿Es... es así...?'

Mientras la mente de Cecile volvía a caer en el desconcierto ante lo dicho por Aled, una asistente se acercó y le habló. "Su Majestad, es hora de irse."

"Bien". Cecile asintió. Ignorando al chillón Aled, se levantó para dirigirse al vestíbulo.

'No me hables a partir de ahora'.

"No quiero. ¿Por qué debería obedecerte? He nacido para hacer ruido. Oye, deberías pensarlo de nuevo. Te digo que el Emperador es..." Cecile escuchó la reanudación de las divagaciones de Aled con una oreja y la dejó salir por la otra, con la mente empeñada en encontrar rápidamente una joya que fuera el nuevo hogar de Aled sólo para poder meter ese condenado espíritu dentro.

Y entonces, una hora después...

"¡La encontré!"

Cecile soltó un grito de victoria mientras levantaba un broche de esmeralda del tamaño de un puño.

jueves, 4 de marzo de 2021

marzo 04, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 40

Capítulo 40. Lo Quiero Ahora Mismo


"Viendo cómo se comportó ante los funcionarios, puede hacer cualquier cosa con nosotras". Murmuró una de ellas. Todos los asistentes estaban preocupadas por su futuro. Sin embargo, en contra de lo que se esperaba, la Emperatriz no hacía nada contra ellas, pero eso sólo servía para que las asistentes tuvieran más miedo.

"¿Por qué demonios creen que nos trata con normalidad?" preguntó una de las asistentes en la habitación de descanso, y la asistente que estaba a su lado le contestó. "Ni siquiera nos ve como personas, es por eso. ¿Castigaría su cepillo por enredarse en su cabello?"

"¡Así que es eso!"

Cecile estaba encerrada en sus pensamientos, sin saber que se acumulaban esos malentendidos.

Estaba enfadada. Diciéndolo de una forma algo vulgar, estaba jodidamente furiosa. La inquietante expresión de Cecile hizo que las asistentes movieran sus manos con más diligencia. Pero a ella no le importaba. Estaba demasiado ocupada pensando en las palabras de Estian que se repetían en sus oídos en un bucle infinito.

—Entonces, mejor matarte, puesto que no pensaba tener hijos. Esta fue la respuesta de Estian a la amenaza de Aled de maldecir a sus descendientes.

'La razón para aceptar una Emperatriz era tener un heredero...'

Así estaba escrito en la carta de su propuesta de matrimonio y no había nadie que no lo supiera. Para dar a luz al heredero imperial. Cecile había pensado lo mismo. Por eso, independientemente de cómo actuara el Emperador y de sus emociones, se sentía aliviada de compartir su cama con él. Le tranquilizaba saber que la necesitaría, al menos hasta que se cumpliera el propósito del Emperador. Aquí ella pensó que él también estaba trabajando para lograr ese objetivo. '¿Pero resulta que no piensa en eso?'

Entonces, ¿Por qué necesitaba una Emperatriz? Cecile reflexionó sobre eso, pero no pudo encontrar una respuesta satisfactoria. Sin embargo, lo único cierto era que su vida pendería de un hilo a menos que diera a luz al hijo del Emperador en los próximos años. 

Pensándolo bien, ni siquiera tenía algunos años. Todo el palacio imperial sabía que el Emperador se acostaba con ella cada noche. Si no había noticias de embarazo en los próximos meses, era probable que recibiera una lluvia de peticiones solicitando su destitución. 

Cecile había seguido el método que, según Estian, le permitiría sobrevivir en el palacio imperial. Después de todo, ella había creído que podría mantener alejada la muerte a través de la infamia mientras aguantara. Pero si se convertía en la madre de un sucesor del Emperador, podría arreglárselas para sobrevivir de alguna manera.

¿Pero no pensaba en tener un sucesor?

Se le llenaron los ojos de lágrimas al pensar que se había dejado engañar. Ahora sólo le quedaba la infamia, y podrían expulsarla en cualquier momento. 'Eso es una cosa, pero...'

Una oleada de vergüenza y de incomodidad la invadió. Recordó el día después de la boda, cómo se había alegrado en sus adentros mientras dibujaba palabras en un azulejo de la pared del baño.

『Mi Esposo.』

Por cómo se sentía ahora, quería dirigirse al baño y destrozar ese mismo azulejo. ¿Por qué? Porque su presunción la avergonzaba por completo. ¿Familia? ¡Qué familia! Por supuesto, una familia no se completa necesariamente teniendo hijos. Sin embargo, la vergüenza de haber fantaseado con un futuro como ese, le dio ganas de querer morirse.

'Me alegro de no haberlo mencionado nunca en voz alta', pensó.

De todos modos, no es que al Emperador le hubiera gustado escucharlo. Cecile suspiró profundamente, con el corazón perturbado, antes de mirar el espejo que tenía delante. Mientras estaba sumida en sus pensamientos, se estaban dando los últimos retoques a su indumentaria. 'Me atrevo a decir que estoy guapa'.

miércoles, 3 de marzo de 2021

marzo 03, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 39

Capítulo 39. Lo Quiero Ahora Mismo


"Su Majestad." 

Estian se giró al escuchar la voz de Cecile.

Extrañado, reflexionó. Cecile le había llamado con la voz más tierna y adorable que había escuchado hasta ahora, sin embargo por alguna razón, parecía enfadada. ¿Pero cómo? Hace un momento estaba bien, ¿Por qué de repente?

Cecile se puso de pie, se acercó al lado de Estian y se aferró a su brazo. Se había quitado la capa al volver a la habitación, así que seguía con su camisón y joyas. La verdad es que Estian no pudo evitar tragar saliva ante su actual vestimenta. Le rodeó la cintura con las manos y la atrajo hacia él. 

Justo cuando estaba a punto de moverse para besar a Cecile, sintiéndose mareado por la sensación de sus cuerpos entrelazados, ella tomó la iniciativa de acercarse y respiró cerca de su oído. Estian se emocionó, aunque se sentía desconcertado. Cecile nunca había actuado de esta manera por su cuenta.

Le parecía que la decisión correcta consistía en matar a ese Aled en este instante y luego disfrutar de una mañana calurosa. Pero justo cuando este pensamiento cruzó su mente y estaba a punto de tomarla en sus brazos... Cecile esbozó una tímida sonrisa y dio un paso atrás, apartando sus manos. Sus acciones hicieron que Estian se diera cuenta por primera vez de lo que significaba anhelar a alguien.

¿Por qué Cecile hacía esto de repente cuando siempre había hecho lo que él deseaba? Pensaba hacerle esta pregunta, pero Cecile habló primero. "Su Majestad, hay algo que quiero tener ahora."

"Esa joya que dijo Su Majestad que me traería. El Bosque de Tetin, ¿Verdad?"

En efecto, se llamaba así. Estian no tenía la intención de traerla sinceramente. Fue después de discutirlo con Kane que decidió causar alguna presión preventiva sobre el Reino de Tetin, porque habían mostrado signos de rebelión.

"La quiero. Ahora mismo". Cecile le susurró al oído. Su tono  era tan dulce que Estian no pudo hacer otra cosa que asentir con la cabeza.

***

El palacio de la Emperatriz estaba ocupado desde la mañana. Hoy era el día en que se elegiría a la dama de compañía de la Emperatriz. Las asistentes estaban agitadas, adornando a la Emperatriz durante toda la mañana. Todo tipo de vestidos, adornos y cosméticos estaban alineados en el vestidor. Incluso aquellos que podrían considerarse indiferentes a este tipo de cosas se sentirían un poco emocionados. Sin embargo, Cecile estaba sentada en medio de todo ello con una expresión inexpresiva.

"Su Majestad, ¿Le levanto un poco más el cabello?"

"Haz lo que quieras."

"Su Majestad, ¿A qué altura quiere sus tacones?"

"Haz lo que quieras."

"Su Majestad, en cuanto a la decoración del vestido..."

"......"

"Perdónenos. Lo haremos por nuestra cuenta."

Otra asistente a su lado, de gran ingenio, intervino rápidamente. Los rostros de las asistentes se volvieron aún más rígidos y sus manos más rápidas ante la actitud de la Emperatriz de considerar todo molesto. La tensión tensó sus rostros. 

'No consigo entenderla', pensaron colectivamente.

Era una Emperatriz extraña. Había seducido al irritable Tirano para que se enamorara de ella y no pudiera abandonar el palacio de la Emperatriz. En su primer encuentro con los funcionarios del imperio, había descartado los tesoros de la familia imperial como artículos de segunda mano. En esa situación, las  asistentes del palacio de la Emperatriz pensaron, '¡Parece que ahora estamos sirviendo a una loca!'

Todos las asistentes habían redactado un testamento por adelantado. Algunas incluso investigaron qué pasaría con su pensión después de la muerte. Intercambiaron información y palabras de consuelo, animándose entre ellas para intentar vivir lo mejor posible. Por mucho que buscaran en los registros de las Emperatrices anteriores, ninguna había actuado como la actual. 

En contra de su apariencia perfectamente normal, la Emperatriz era una persona que sin duda haría alguna locura en cualquier lugar donde hubieran una gran reunión.
marzo 03, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 38

Capítulo 38. Aled


"¿Qué estás haciendo?", él preguntó. 

Cecile, que había salido por la puerta, llevaba accesorios por todo el cuerpo. Viéndola, Estian se volvió hacia la asistente y ésta asintió con una cara que decía, 'Sí, por eso no te lo había dicho'. ¿Por qué tenía todo eso ahora? Estian miró a Cecile con desconcierto durante un momento, pero luego sus ojos se entrecerraron. "¿Por qué no llevas ropa?"

"¡Ha sido usted quien las ha quitado, su Majestad!", ella exclamó.

Por supuesto, él no se las había quitado todas. Ella llevaba un camisón.  Pero aunque todos las asistentes presentes eran mujeres, no le gustaba que echaran miradas a Cecile. Estian se quitó la capa y la envolvió, luego la subió a sus brazos. La cubrió porque, en primer lugar, no le gustaba que las asistentes miraran. Pero más que eso, no podía aguantar más. Le había parecido divertido cuando colgaba varias gemas en ella durante el día, pero cuando vio a Cecile ahora engalanada con joyas mientras estaba casi desnuda, casi sintió ganas de abalanzarse. 'Iba a dormir esta noche ya que no quería despertarla, pero...'

Viendo a Cecile despierta y decorándose con gusto, pensó que estaría bien alargar la noche ahora. Pero, cuando estaba a punto de entrar en la habitación, Cecile gritó para detenerlo: "¡No puedes!"

Entonces, se zafó de sus brazos y se precipitó hacia las asistentes, ordenándoles que hicieran algo de nuevo.

"¿Qué es lo que necesitas?" preguntó el Emperador.

Cecile respondió a su pregunta: "¡Joyas! ¡Y muchas! ¡Grandes!"

***

"¿Qué tal esto...?"

Cecile se frotó los pesados párpados con una mano mientras que con la otra extendía un gran rubí. Frente a ella se apilaban las joyas que había recibido de Estian durante el día, así como otras joyas. Había una razón para ello.

Aled había sugerido una solución alternativa a la desafiante Cecile. La sugerencia del espíritu consistía en entregarle otra joya digna de un hogar si no podía pagar y, tras horas en las que Cecile revisó una joya tras otra, buscando el nuevo hogar de Aled, ahora estaba amaneciendo afuera.

"No se puede. Es un fracaso. La elaboración no es lo suficientemente delicada". Aled negó con la cabeza después de mirar el rubí que le mostraba Cecile. Ella enterró la cabeza en su escritorio, frustrada por su evaluación. Estian, que estaba sentado frente a Cecile y la observaba, se levantó y blandió su espada ante Aled.

"¿Qué te parece si dejas de ser exigente y entras en cualquiera?" El Emperador habló con frialdad.

"¡Oye, oye! ¡Aleja esa espada de mí! ¡Dios mío, estoy a punto de ser asesinado por un humano! ¡Estarás maldito durante generaciones! ¡Es cierto, lo que digo! Nosotros, los seres espirituales, somos expertos en ese aspecto."

"Entonces, mejor matarte, puesto que no pensaba tener hijos."

Las orejas de Cecile se agudizaron al escuchar sus palabras mientras estaba recostada sobre el escritorio, pero Estian no lo notó. Acercó aún más la punta de la espada a Aled.

"¡Oh, vamos! Hablemos, ¿De acuerdo? Mi condición para mi futuro hogar es..." Aled pidió.

"Cállate. Ya lo he escuchado cinco veces. Dilo otra vez y te cortaré."

"¡Querrás decir, 'sólo' cinco veces!"

'Debería matar a este bastardo', pensó Estian. Agarró con más fuerza la espada que tenía en la mano ante la réplica de Aled. Fue entonces cuando Cecile levantó su rostro del escritorio. Una sonrisa radiante colgaba de sus labios.

martes, 2 de marzo de 2021

marzo 02, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 37

Capítulo 37. Aled


Aled al principio tenía la intención de discutir con el Emperador, pero luego cambió de idea al observar la espada que llevaba en el cinto.  ¿Por qué un humano estaba en posesión de una espada de acero negro, que se suponía que los Elfos se habían llevado cuando abandonaron esta tierra? ¿Y cómo un humano la usaba tan bien? Eso no era algo que los mortales pudieran manejar.

Las espadas de acero negro eran lo único que Aled temía, pues era lo único que podía dañarlo, una entidad espiritual. Las espadas, de las que se decía que habían sido forjadas con la recolección de la oscuridad durante la Primera Era del continente, mataban a su alrededor con sólo sostenerlas. Su poder era tan gran que también afectaba a las entidades espirituales, que sufrirían la muerte al menor rasguño de esas armas.

'Dejando de lado si realmente es un humano o no, este Emperador no parece alguien con quien se pueda hablar', pensó sintiendo un escalofrío.

A pesar de que sólo había echado un vistazo al Emperador, Aled sabía que el hombre definitivamente sacaría su espada y no escucharía amablemente cuando le pidiera una compensación. Aled entró en la joya destrozada y revisó la póliza de seguro que recibió junto con el préstamo. Para desgracia del espíritu, en la póliza de seguro estaba escrito que 'los daños causados por los humanos no están cubiertos por el seguro'. Entonces, ¿Qué iba a hacer? ¿Cómo compensaría las pérdidas sufridas cuando no era más que un plebeyo que había estado pagando un préstamo durante 1.252 años? 

Fue entonces cuando Aled vio a Cecile, que lloraba al creer que había despertado al espíritu y pensó. '¡Es ella! ¡Ella es la indicada!'

El Emperador parecía tratarla con bastante cariño, y por eso intentó hablar con ella después de que el Emperador saliera de la habitación. Aled comenzó a hablarle a Cecile, que seguía haciendo la reverencia. "Bueno, como dicen, lo justo es lo justo. Viendo que estás tan dispuesta a compensarme, te dejaré tranquila por esta vez si me pagas lo que te corresponde."

"¿De verdad?"

"El préstamo que he pagado hasta ahora, así como la suma restante. Además de una indemnización por haberme causado angustia emocional y el coste de lo que ha costado el interior de mi casa. Para explicarlo con más detalle, siguiendo el cálculo de 250 de oro al mes y 12 meses cada año, puesto que compré la casa con un préstamo de 1.500 años, eso suma un total de 4.500.000 de oro. Y después de incluir la compensación por mi bienestar mental, así como el valor de todo el diseño de interiores que hice durante 1.252 años frugales, eso llega a 10.000.000 de oro. Así que págalo todo."

"......" Cecile se quedó quieta un rato por las palabras del espíritu antes de arrastrarse para recoger la Esmeralda de Aled que había caído al suelo. Luego, se puso en pie, caminó hacia la terraza y lo lanzó con todas sus fuerzas. El anillo surcó los aires en dirección al estanque cercano, golpeando la cabeza de un cisne dormido y rebotando para golpear la cabeza del pato que estaba a su lado, antes de aterrizar finalmente con precisión en el plato destinado para lanzar monedas.

Aled observó inexpresivamente todo lo que sucedía y estuvo a punto de aplaudir, pero entonces se percató de la identidad del objeto lanzado. "¡Tú, tú! ¿Qué has hecho? ¡Mi casa!"

"Demándame, entonces", respondió Cecile con una radiante sonrisa ante el gritón Aled.

***

'Se ha hecho demasiado tarde'.

Estian había discutido mucho con Kane sobre cómo se prepararían para la elección de la dama de compañía de la Emperatriz, y sin darse cuenta se había hecho muy de noche. Se dirigió al palacio de la Emperatriz con pasos apresurados. A su llegada, las asistentes en espera lo saludaron con alegría. "¡Su Majestad, ha venido!"

Por el aspecto algo nervioso de las asistentes, Estian pudo darse cuenta de que algo había sucedido. Su tono se hizo más bajo. "Les dije que enviaran inmediatamente un mensaje si ocurría algo."

"¡Te ruego que nos perdones! Pero era algo difícil de contar Su..."

Fue entonces cuando la puerta de la habitación de la Emperatriz se abrió de golpe y salió Cecile, gritando: "¡Esto no sirve! Tráeme algo... ¿Eh, Su Majestad está aquí?"

lunes, 1 de marzo de 2021

marzo 01, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 36

Capítulo 36. Aled


Cecile comenzaba a comprender por qué el Rey de los elfos había temido a la entidad del anillo.

"Así que te estoy diciendo que el que me llamó Aled fue el primer elfo que nació en este mundo. Soy como una sombra suya. Un alter ego, ¿Debería decir? Así que viví toda mi vida con el primer elfo. Después de todo, era el único que conocía en el mundo. Honestamente, las únicas otras criaturas alrededor eran los humanos, los hombres bestias y demás, pero se veían tan feos que no quería hablar con ellos. Los humanos como tú no lo saben, pero los elfos son seres muy delicados. Mirar cosas feas nos inflige heridas mentales. Por eso sólo vivimos entre los nuestros en el bosque. Todos los que no son hermosos viven en pecado. A veces, esos humanos salen con alguna tontería ridícula, comparando nuestro parecido en que tenemos dos ojos, una nariz y una boca, pero si nos guiáramos por eso, ¿No sería correcto decir que todos los humanos son  exactamente iguales? En fin... Oye, ¿Te estás durmiendo?"

"¡No, señor, no me he dormido!" Cecile se limpió apresuradamente la saliva saliendo de su boca y se esforzó en enfocar los ojos, pero comenzó a adormecerse lentamente de nuevo mientras la entidad continuaba hablando. 'Sálvame...'

Cecile se pellizcó el muslo mientras escuchaba la continua charla de Aled. Ya habían pasado cuatro horas. Durante ese tiempo, Aled había seguido hablando de sí mismo sin descanso.  Sobre cómo había nacido, cómo se llamaba, entre otras cosas. Sí, podía aguantar tanto. Pero en el momento en que el espíritu comenzó a divagar y a contar una historia de hace 851 años sobre alguien que plantó tres árboles en una aldea de elfos y cómo contó sus hojas hasta sumar un total de 18.376.261 hojas, ella no podía entender por qué tenía que escuchar esto.

Muchas veces ella había intentado detenerlo y volver al tema principal del dinero, pero cada uno de sus intentos fue respondido por Aled con una mirada de, '¿Acabas de interrumpir mis palabras?' Ante una mirada tan feroz, Cecile sólo podía encogerse de nuevo y responder 'Por favor, continúa'.

Ahora ella lo sabía, divagaciones interminables. Ese era el poder de Aled que el Rey de los elfos temía.

'Su Majestad, ¿Cuándo va a volver?'

Ella necesitaba a Estian en ese momento más que nunca, pero él estaba en algún lugar haciendo quién sabe qué. Normalmente, siempre hacía su aparición cuando caía la noche, pero no había señales de que fuera a venir esta noche a pesar de que era muy tarde. Quería pedirle que ocupara su lugar por un momento, mientras ella se marchaba a taparse los oídos a algún rincón tranquilo.

Pasaron minutos en los que Cecile se pellizcaba repetidamente por todo el cuerpo para intentar mantenerse despierta, hasta que afortunadamente para ella, Aled regresó al tema que ella esperaba.

"...Así que firmé un contrato con los espíritus y compré esa gema. Alguien como yo no podría quedarse en cualquier cosa, ¿No estás de acuerdo? Y por suerte, los espíritus me ofrecieron un tipo de interés fijo. Como sabrás, los tipos de interés no suelen bajar nunca. Por no mencionar que en aquella época, la situación en el reino de los espíritus era extremadamente inestable. Todos los asesores de inversión que conocí entonces también esperaban una subida continua."

Cecile asintió al conocer que incluso los espíritus realizaban operaciones financieras.

"Así que trabajé duro todos los meses durante los últimos 1.252 años, y ahora sólo me faltan 247 años de préstamo. A pesar de todo, hice lo posible por decorar el interior. Pero entonces tiraste mi joya."

"Lo siento mucho..." Cecile se inclinó completamente en el momento en que Aled comenzó a culparla. Después de todo, tenía que suplicar primero y preguntar después.

Aled miró a la postrada Cecile con satisfacción. 'Bien. Parece que ella cree que ha sido completamente su culpa'.

En realidad, la joya no se había roto cuando Cecile la lanzó. Por supuesto, era cierto que se había producido cierto daño en ella. Sin embargo, fue cuando el Emperador la lanzó contra la pared cuando la casa alquilada de Aled se resquebrajó por completo. '¿Cómo es que todos y cada uno de estos Emperadores son tan estúpidamente fuertes?'

domingo, 28 de febrero de 2021

febrero 28, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 35

Capítulo 35. Suelta El Dinero


'Este tipo de vida tampoco está mal'. Fue muy sencillo convertirse en la reina del casino al que llegó por la mañana. Estaba rebosante de dinero y llena de atractivo. 'No hay necesidad de tener prisa'.

Pensó que estaría bien llegar un poco tarde para recuperar a Estian, puesto que ya se había casado, y la mejor manera de lidiar con un corazón afligido por la pérdida de un hombre era siendo consolado por otro, ¿No es así? Además, el refrán dice que compartir la tristeza la hace más llevadera.  Por lo tanto, era evidente entre más personas se compartiera, más fácil sería.

La santa hizo una lista de los hombres que se le habían acercado hoy. Siete en total. El número le parecía justo. Se limpió la saliva de la boca y miró la mesa de juego. El número por el que había apostado fue el 7. Pensó que si uno tenía que apostar, el 7 era el mejor número.

El crupier anunció el inicio del juego y la bola de la ruleta comenzó a girar rápidamente, haciendo ruido sobre el tablero a medida que avanzaba. Los ojos de los observadores se movían de un lado a otro, siguiendo la bola cuando ésta comenzaba a rebotar.

'¿Debo usar un poco de mi poder?'

La santa se llevó la mano al bolsillo. Como siempre había hecho hasta ese momento, sólo necesitaba volver a usar el poder sagrado. Pero en el momento en que las yemas de sus dedos brillaron con una luz azul...

"¡Kaugh!" Tosió sangre de repente y cayó al suelo.

"¿Qué está pasando?"

"¡Se ha desplomado, busquen a alguien!"

Todos se sorprendieron por el repentino suceso, y se armó un revuelo en la apresurada búsqueda de un médico. La santa murmuró para sí misma, mirando su cuerpo tembloroso. "¿Qué está pasando...?"

¿El alcohol que había tomado antes estaba envenenado? ¿Pero no debería ser inútil para ella? Según la configuración de su personaje, la santa era inmune a los venenos. Entonces, ¿Qué demonios...?

"¡......!" De repente, su mente recordó una configuración particular que escribió hace mucho tiempo con respecto a la santa. "El poder sagrado arremeterá cuando  es utilizado para beneficios o deseos personales."

Mientras tanto, la ruleta se detuvo. El crupier confirmó el tablero de la ruleta y abrazó al gerent, gritando de alegría.

"¡18! ¡18! 18!” Gritó el número que representaba sus sentimientos.

***

"¡Por favor, sigue tu camino de una vez!"

"¡Espero que no vuelvas a venir!"

La santa fue prácticamente arrastrada hacia afuera del hotel, acompañada con entusiasmo por el crupier, el gerente y los guardias. El personal se abrazó mientras entraban de nuevo en el hotel. Después de levantar su dedo del medio hacia el hotel, la santa comenzó a caminar con pasos lentos.

"¿Por qué he puesto una configuración como esa...?" Se quejó y se mordió los labios. Si hubiera sabido que las cosas saldrían de esta manera, habría puesto una configuración de que vomitara dinero cada vez que tosiera, o tal vez una configuración de poder sagrado que permitiera la creación de trozos de oro. 

En cualquier caso, era inútil lamentarse ahora. Fue entonces cuando vio a una mujer salienod de otro hotel. Cualquiera reconocería que se trataba de una joven de la nobleza.

"¡Dios mío, Dama Irene! ¿Cómo se le ocurre marcharse a estas horas?"

"¡Qué dices, Nanny! ¿Qué pasa si la mujer con la que se casó Su Majestad resulta una villana? ¡Es inaceptable! ¡Como amiga de la infancia de Su Majestad, no lo toleraré!"

¿Amiga de la infancia de Su Majestad el Emperador? ¿Irene? El nombre hizo que los ojos de la santa se agrandaran. Irene. Una de las pocas personas que conocía el pasado de Estian. Una mujer que decía ser amiga de la infancia de Estian.

"¡Me dirijo a la capital en este instante! ¡Y tengo que abrirle los ojos a Su Majestad! Así que consigue un carruaje... ¿Qué te pasa?"

La santa agarró a Irene por la falda y, viendo que ésta reaccionaba con enfado, se arrodilló respetuosamente sobre una rodilla y comenzó a hablar. "Dama, ¿Necesita por casualidad una sirvienta que obedezca sin rechistar y que pueda realizar tareas secretas cuando sea necesario?"

La santa sabía que ese era el tipo de persona que Irene necesitaba en ese momento.

sábado, 27 de febrero de 2021

febrero 27, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 34

Capítulo 34. Suelta El Dinero


En las fronteras del Imperio se encontraba la ciudad de Manoka, la mayor representación del lujo, el placer y el deseo en el continente. En el mayor casino y hotel de Manoka, llamado Bessia, se estaba produciendo una conmoción.

"Todo dentro."

En una mesa de juego situada en el centro del vestíbulo del casino, una mujer apostó tranquilamente todo, empujando todas las fichas que tenía hacia delante.

"¡Ooh!"

Los espectadores alrededor de la mesa de juego aplaudieron y vitorearon. Al mismo tiempo, los rostros del crupier y del gerente del hotel que estaba detrás se volvieron pálidos. No se les podía culpar por tener ese aspecto; las fichas apiladas en la mesa ascendían a una suma sin precedentes en Manoka.

(Crupier - es la persona designada en una mesa de juego de casino para dirigir el mismo.)

'Quién hubiera imaginado que se utilizaría una ficha de platino cuando sólo se hizo para que fuera simbólica'.

Un sudor frío resbalaba por la frente del gerente mientras su mirada se desviaba entre la mesa de juego y la ficha de platino que brillaba sobre las otras fichas. La mujer había apostado todo a un solo número. 'Si ella vuelve a acertar...'

Las probabilidades eran de 35 a 1 en el caso de apostar a un solo número. El gerente no necesitó contar la suma de las fichas para saberlo; el casino quebraría si la mujer volvía a ganar. El casino de Bessia, que presumía de historia y tradición, caería a manos de una mujer desconocida que apareció de la noche a la mañana. Los espectadores a los que no les importaba las circunstancias del gerente charlaban alegremente detrás de la mujer.

"¡Increíble! ¿Cuántos juegos lleva?"

"No lo sé. Dicen que está ganando desde que se sentó."

"Viendo la cara del gerente, tampoco parece que sea un espectáculo manipulado... ¿Quién demonios es esa mujer?"

Una sonrisa se extendió por el rostro de la santa mientras levantaba la copa de champán que tenía delante, escuchando la charla de fondo. '¿Te preguntas quién soy? Soy la persona más noble del mundo, la más cercana y la más querida por Dios'.

La santa se miró la mano mientras decía en su mente. Una luz azul, invisible para los demás, rodeó fugazmente su mano antes de desaparecer. Se trataba de la luz de la bendición. Como ella era la encarnación del poder sagrado, podía utilizar esta luz como quisiera. Es decir, que podía realizar la sencilla hazaña de manipular una bola de la ruleta.

Mientras tanto, el crupier hizo sonar una campana para anunciar que quedaba poco tiempo para la apuesta final del juego. La mujer hacía tiempo que dominaba la mesa de juego. Mientras la santa esperaba la última llamada para las apuestas, se percató de una mirada acalorada mientras tomaba un sorbo de champán. A su lado derecho había con una mirada profunda. La santa escaneó rápidamente al hombre y procesó los resultados.

'Cara: 8 puntos; Cuerpo: 8 puntos; Estilo: 9 puntos; y 5 puntos extra por la mirada sensual. Un aprobado con un total de 30 puntos'.

Después ponerle el sello de aprobado en su corazón, le guiñó suavemente un ojo. Levantó su copa como indicándole que intentara seducirla, a lo que el hombre reaccionó acercándose y comenzando a hacer su jugada...

"No te he visto antes por aquí". Afirmó el hombre con indiferencia.

Eso era lógico, puesto que hasta hace poco ella vivía en el reino sagrado. Ella llamó al camarero, pidió otra copa de champán y se la entregó al hombre antes de responder.

"No me gusta mucho que indaguen sobre mí de esa manera", repitió la frase del protagonista de una película de espías que veía con frecuencia antes de entrar en este 'libro'. La había visto bastante sabiendo que un día como este llegaría.

"Ah, si mi curiosidad hacia tu belleza te ha ofendido, me gustaría expresar  mi sincera disculpa. ¿Me permite el honor de hacerlo?" El hombre sonrió, sin inmutarse por su comentario negativo.

Cielos, es más hábil para hablar de lo que ella esperaba. La santa le tendió lentamente la mano, y el hombre le besó suavemente el dorso, luego se despidió elegantemente. Pero cuando el hombre estaba a punto de irse, ella lo llamó de nuevo con un dedo y le susurró al oído: "Me gusta una cama caliente. ¿Entiendes? Habitación 1801. A las 10 en punto."

Los creyentes del reino se habrían desmayado si hubiesen escuchado esas palabras de ella, pero eso no le importaba. Después de todo, no estaban presentes. El hombre siguió su camino con cara de satisfacción ante el mensaje susurrado. La santa observó su espalda mientras pedía una bebida más fuerte a un camarero que estaba cerca. Sentía la necesidad de calentarse previamente para la noche.
febrero 27, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 33

Capítulo 33. Suelta El Dinero


Al mismo tiempo, en el palacio de la Emperatriz. 

Cecile parecía haberse dormido tranquilamente en una amplia cama... pero, en realidad, se había desmayado.

Preocupado por el cuerpo de Cecile, Estian había apuntado al lugar que menos le dolería y la había noqueado hábilmente. Además, la había despojado meticulosamente de parte de su ropa y la había envuelto en mantas, con la intención de que descansara cómodamente. 

Fue entonces cuando, de repente, un pequeño cúmulo de luz verde comenzó a formarse sobre Cecile.

La luz fue creciendo poco a poco hasta que comenzó a tomar forma humana. Sin embargo, lo que apareció no podía llamarse humano: cabello largo verde, ojos verdes, labios verdes, ropa verde, e incluso uñas verdes. El ser, que parecía un pequeño muñeco bañado en pintura verde, miró por la habitación antes de divisar la Esmeralda de Aled agrietada y acercarse a la misma. 

"Mi hogar... Todavía tengo que pagar 248 años de cuotas..." Murmuró para sí mismo con voz afligida.

Se limpió la nariz con el dorso de la mano antes de girar la cabeza. Vio a Cecile, inconsciente en la cama. La entidad verde voló frente a Cecile y extendió una mano, llamándola.

"Despierta, humilde mortal."

***

Cecile abrió los ojos y miró a su alrededor al escuchar la voz de alguien que la llamaba, pero no había nada más que la ausencia absoluta de luz. Se dio cuenta de que ni siquiera podía mirar su propia mano.

'¿Estoy soñando?'

Pero pensó que la voz que le hablaba parecía demasiado vívida para ser un sueño.

"Escucha, mortal inferior y despiadada". La voz volvió a resonar en la oscuridad. Cecile pudo notar algo en la voz.

'Quien sea parece enfadado'.

La voz parecía temblar un poco más que la primera vez que la escuchó. Incluso tuvo la sensación de que el interlocutor estaba queriendo llorar. ¿Me están llamando de verdad? Más bien, ¿Quién está tan enfadado? Cecile estaba en medio de sus pensamientos cuando la voz volvió a sonar.

"¡Humana inferior, despiadada y violenta! ¿Quieres despertarte de una vez? ¿Cuánto tiempo vas a dormir?" La voz le gritó y de repente ella salió volando.

"¡Aagh!"

Ella abrió los ojos y se encontró volando por los aires hasta caer al suelo, rodando sin parar hasta chocar con la pared.

'¿Por qué no duele?' Desconcertada, Cecile miró las sábanas extendidas frente a ella.  'Me he revolcado... No, pero me he desmayado...'

Definitivamente, su último recuerdo consciente era que el Emperador le había preguntado, '¿Tienes intención de seguir llorando?', a lo que ella había respondido: 'Sí. Voy a llorar durante un día más o menos'. El Emperador entonces había asentido de forma comprensiva y se había acercado a ella. Su memoria se cortó después de eso, en el momento en que percibió que algo golpeaba su nuca.

"Su Majestad, malvado", hizo un puchero con los labios. ¿Cómo podía noquearla porque no quería escucharla llorar? Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Cecile mientras se frotaba la nuca, algo dolorida. Fue entonces cuando algo extraño apareció en su visión. 

Un cúmulo de luz flotaba en el aire a unos metros de ella. Cualquiera podría decir que no se trataba de un ser humano. La entidad comenzó a hablar de nuevo. "Suéltalo."

"¿Qué?"

Ella se preparaba para un momento profundamente memorable, sintiendo un aire misterioso y sagrado en la luz, pero lo que obtuvo en su lugar fueron palabras amenazantes como las de un pandillero.

"He dicho que sueltes el dinero."

"...¿Qué...?" 

¿Qué estaba pasando? ¿Por qué una entidad desconocida le pedía dinero de repente?

"En primer lugar, ¿Quién eres y por qué debería...? ¡Auuchh!" De la nada, algo voló hacia la frente de Cecile y la impactó. El objeto que había golpeado su frente y luego rebotado en el suelo era la Esmeralda de Aled.

"Si tienes conciencia... no, si te queda una pizca de moralidad, no fingirás que no sabes lo que es esto, ¿Verdad?" La voz dijo.

¿Cómo podría no saberlo? Fue la misma razón por la que derramó un torrente de lágrimas y la dejaron inconsciente. La joya se rompió y ahora una entidad verde había aparecido en el aire. Cecile comprendió instintivamente que la figura verde era lo que contenía la Esmeralda de Aled, el ser que el Rey de los elfos temía. Cecile estaba a punto de retroceder, pero entonces recordó lo que la entidad le había dicho.

'Espera. ¿Qué suelte el dinero? ¿No me va a matar?'

jueves, 25 de febrero de 2021

febrero 25, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 32

Capítulo 32. La Esmeralda de Aled


Estian volvió a agarrar el anillo ante su arrebato. '¿Qué tiene de diferente?' Lanzó el anillo hacia arriba, pero no pudo sentir la diferencia de peso. "No puedo decir qué ha cambiado."

"¿De verdad no puedes notarlo?"

Cuando se dio cuenta de que Estian no estaba bromeando, Cecile comenzó a ponerse mortalmente pálida. Entró en su habitación y buscó en la estantería. "Definitivamente estaba escrito en un libro."

Durante las prácticas para su casamiento, había recibido un libro sobre joyas para que se informara sobre ellas. Pronto, Cecile encontró el libro titulado 'Las 100 mejores gemas imperiales' y comenzó a leerlo. No tardó en encontrar la parte que buscaba.

"...Se sabe que la Esmeralda de Aled es un regalo del Rey de los elfos. Pero piensen en ello. Durante su fundación, el imperio se construyó en el lugar donde se encontraba el más frondoso bosque de los elfos. Los elfos preferían romper el cuello de un humano que romper la rama de un árbol, así que, ¿Cómo podrían sentir buena voluntad hacia el gobernante del imperio? Entonces, ¿Por qué el Rey de los elfos le hizo un regalo? Al revisar los registros de la época, se dice que el Rey de los elfos arrojó la Esmeralda de Aled al Emperador desde una distancia muy lejana. En mi opinión, la ingenuidad del Emperador fundador le hizo suponer, que el Rey de los elfos le lanzó un regalo. Y no hace mucho, mientras descifraba los registros restantes de los elfos, que ahora han abandonado este continente, he descubierto lo que parece ser el diario del rey elfo. El contenido es el siguiente:

Año 0000, 00 del 00. El clima está despejado.

Hoy, un macho humano vino al bosque. Parecía demasiado horrible como para matarlo, así que lo dejé en paz.

Año 0000, 00 del 00. El clima está lluvioso.

Hoy también, el horrible humano vino al bosque. Grita que me busca, pero ¿Qué soy, su perro? ¿Crees que acudiré cuando me llamen? ¿Quién diablos es para decirme lo que tengo que hacer?

Año 0000, 00 del 00. El clima está nevando.

El humano dejó una carta. Hice que un elfo que conoce el lenguaje humano la leyera en voz alta, y se trataba de que el humano había construido un castillo en una parte de mi bosque. Y me dice 'llevémonos bien como vecinos'. ¡Hijo de perra! ¡Fuera de mi propiedad!

Pienso pedirle que se vaya de una manera extremadamente violenta y brutal. Parece que mis herramientas probarán la sangre después de tanto tiempo. Jejejeje.

Año 0000, 00 del 00. El clima está...

Maldita sea. Es jodidamente fuerte para ser un apestoso humano.

Año 0000, 00 del 00. ¿Qué importa el tiempo en este momento?

Tengo la intención de lanzárselo al bastardo humano. Sí, eso. Lo que todos tememos. Lo que nuestros ancestros sellaron en su interior. Cielos, no puedo, pensar en otra solución. La cosa que escapará al romperse el sello seguirá de por vida al que lo rompa. Te toca sufrir, humano.

El último registro fue escrito dos días antes de que el Emperador recibiera un regalo del Rey de los elfos. A juzgar por esto, la Esmeralda de Aled es una joya que contiene algo que incluso el Rey de los elfos temía, y por ende, es más una maldición que un regalo..."

Mientras leía el libro, Cecile sintió una premonición. Ese 'algo' que estaba contenido en la Esmeralda de Aled, se había liberado con seguridad, y la que había roto su sello era sin duda ella misma.

***

Con un portazo, se abrió la puerta de la oficina del Emperador. Kane saludó a Estian al entrar. "Ah, Su Majestad. ¿Se ha calmado un poco Su Majestad la Emperatriz?"

"No. Estaba llorando hasta el punto de faltarle la respiración, así que sólo vine después de noquearla."

"......"

"Ya basta con eso. ¿Cuál es el estado de sus movimientos?"

La expresión de Kane se endureció ante el cambio de tema. "Es según lo que habíamos previsto. Parece que los eventos de hoy fueron más allá de sus expectativas, se reunieron con bastante prisa. Gracias a eso, también resultó sencillo rastrearlos. Aquí está la lista de los que se reunieron hoy. Deben haber sido muchos los dispuestos a participar para que alquilen apresuradamente el salón de banquetes del mayor hotel de la capital."

"Entonces, echaré un vistazo."

Estian recibió el papel que le pasó Kane. En el papel había una amplia lista de nombres.

Todos ellos estaban en contra de Estian.

"Bien, ¿Cuál es la noticia?"

"Lo que todos sabemos. Los nobles reunidos cuestionaron el estado actual del imperio y hablaron de cómo el loco Emperador estaba encaprichado con la loca Emperatriz. Dijeron que al parecer se había juntado dos locos, y que la Emperatriz era bastante guapa, incluso alguien dijo que ojalá tuviera 10 años menos para salir con ella... Su Majestad, ¿Está usted bien?  Parece que el apoyabrazos de su silla se ha roto."

"Estoy bien. ¿Quién es el bastardo que dijo que ojalá tuviera 10 años menos?"

"Se le conoce como el Vizconde Devua."

Kane vio la tormenta asesina que se desató en los ojos de Estian.  Parece que el mundo se despidirá mañana del vizconde. 

"En cualquier caso, cerca del final de su reunión, su principal tema de discusión estaba relacionado con la dama de compañía de Su Majestad la Emperatriz."

Elegir a la dama de compañía de la Emperatriz.  Esta era la segunda cosa que Cecile tenía que hacer como Emperatriz. Lógicamente, ella no tenía ninguna joven noble cercana a la que elegir como dama de compañía. Por ello, debía elegir una de entre la nobleza del imperio a través de un examen. Era evidente que los miembros de la facción que se oponía al Emperador se mezclarían durante la elección de la dama de compañía que comenzaría la próxima semana.

"Todo tipo de gente vendrá a entrometerse", murmuró el Emperador.

"Ciertamente. Sin embargo, como Su Majestad predijo, en lugar de venir con la intención de matar a la Emperatriz de inmediato, parece que su plan es aprovecharse de su estado de ánimo mientras extraen información relacionada con Su Majestad el Emperador."

"Ya veo". Estian soltó un leve suspiro de alivio viendo que los opositores se movían como él esperaba. "Parece que sus gritos resonarán en palacio la próxima semana."

Los labios de Estian se curvaron en una sonrisa.

miércoles, 24 de febrero de 2021

febrero 24, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 31

Capítulo 31. La Esmeralda de Aled


Sintiendo que el ambiente de la sala era más gélido que el de las llanuras en pleno invierno, Cecile se esforzó por mantener erguidas sus piernas y su cuello, que se balanceaban.

'¡Siento que mi cuello se va a romper!'

El Emperador le había puesto tantos collares alrededor del cuello que no podía ni bajar la cabeza. ¿Y los brazos? Tratar de moverlos era como intentar levantar un saco de trigo. En todo caso, tuvo la suerte de que no hubiera coronas ni nada por el estilo entre los tesoros. Ella se habría caído sobre su trasero si se le hubiera añadido algo como eso en la cabeza.

Cecile miró a Estian ante el peso cada vez más insoportable. Hasta ahora, las cosas iban como se habían practicado.

'¡Tengo que hacerlo bien hasta el final!' Temía el castigo que le esperaba si no lo hacía. 'Si no, lo hará de nuevo...'

Él presionaba sus manos por toda ella, y sin duda ella gemía a cada toque. Cada vez que Estian comenzaba a masajear a Cecile, no dejaba de amasar sus hombros, caderas, muslos, entre otras... hasta que ella se ponía llorosa. Después se sentía bien, pero ¿Por qué dolía tanto hasta el punto de querer confesar pecados inexistentes? ¿Acaso se trataba de una nueva forma de tortura?

'Y tampoco termina ahí'. La cara de Cecile se enrojeció. En el momento en que estaba llorando, suplicando perdón y prometiendo esforzarse, lo que seguía era que Estian la hostigaba con  algo que no eran sus manos durante toda la noche. No paraba por mucho que ella le suplicara. Cada vez que ocurría, Cecile volvía a darse cuenta de que Estian realmente era un tirano. Aunque, bueno, a ella le gustaba.

Mientras Cecile se preparaba para lo siguiente, Estian le agarró la mano izquierda y la acercó a sus labios, dándole un beso y luego diciendo, "Ya veo. Entonces, la próxima semana, después de conquistar el Reino de Tetin, debería traer la piedra preciosa que ellos consideran el orgullo de su nación. Por lo visto, aún está sin cortar y sin pulir, así que sólo hay que procesarla después de tomarla. Es un enorme peridoto llamado El Bosque de Tetin."

El embajador del Reino de Tetin también se derrumbó al escuchar la repentina declaración de guerra.

"Lo traeré para hacer un anillo digno de estos hermosos dedos. ¿Te satisface?"

Con el corazón alegre, Cecile recitó la última línea que tanto había practicado. "Gracias, Su Majestad. Y se lo diré por si acaso..."

Cecile intentó desesperadamente recrear la sonrisa que había practicado. "Tengo diez dedos, y está de moda llevar tres anillos en un dedo."

En resumen, lo que quería decir era, 'Saquéalos bien'.

Cuando el caos comenzó a disminuir en la sala, la Esmeralda de Aled se desprendió de la pared en la que estaba clavada y cayó al suelo. Sin embargo, todo el mundo estaba demasiado distraído por lo que se estaba desarrollando ante ellos. Tanto es así que nadie escuchó el ruido que hizo al caer. Una vez terminado el evento, un asistente se acercó corriendo y llorando para recuperar la Esmeralda de Aled.

'¿Por qué demonios se tira algo tan valioso? No está rayado en ninguna parte, ¿Verdad?' Con pensamientos de preocupación, el asistente recogió cuidadosamente la joya... sólo para dejar caer la mandíbula.

"¿Se... rompió?"

***

"¡Uwaah!"

Un lamento resonó en el palacio de la Emperatriz. Estian se quedó perplejo ante los gritos de Cecile mientras le daba unas palmaditas en los hombros y le ordenaba, "Deja de llorar."

Por su parte, su gesto pretendía consolarla, pero Cecile se limitó a llorar aún más desconsoladamente ante su contacto.

"¡Uwahaah!"

Ahora Estian estaba aún más desorientado viendo a Cecile con la cara enterrada en una mesa, con los hombros temblando por las lágrimas. Hasta ahora, sólo habían dos razones por las que alguien lloraba ante él; por miedo o por rabia. El método para detener su llanto era sencillo. Si los cortaba, el ruido cesaba. Como le gustaba la tranquilidad, Estian prefería ese método para mantener su entorno en silencio. Sin embargo, Cecile no tenía miedo, tampoco estaba furiosa.... además, de todos modos no podía emplear el método habitual contra ella.

"Te digo que dejes de llorar", volvió a hablar Estian con autoridad, y Cecile levantó la cabeza. Se limpió las lágrimas y el moqueo con la manga del vestido, luego respondió con voz ronca.

"Hicc... ¿No lloraría también Su Majestad... en mi lugar?"

"¿Hay necesidad de llorar tanto por una joya?" Preguntó Estian, perplejo.

"¡Porque no es sólo una joya!  Dices eso porque no lo hiciste tú, ¿No?". le gritó Cecile, abriendo el libro que tenía en sus manos. El título del libro era, 'Las 100 mejores joyas imperiales'. Había abierto la primera página del primer capítulo. En ella había una hermosa ilustración de una joya junto con su nombre.

"La Esmeralda de Aled, el mayor tesoro del imperio". El dedo de Cecile señalaba una frase un poco más abajo de la ilustración. "A aquellos que piensen en tratar a la Esmeralda de Aled sin cuidado, recuerden lo que hay en su interior."

Estian rechinó los dientes al leer la frase. 'Quien haya escrito esto... haré que le den una paliza hasta el infierno mañana... no, esta misma noche'.

Su mirada se dirigió a la Esmeralda de Aled que estaba sobre la mesa. El mayor tesoro del imperio estaba agrietado como un cristal roto.

"Sin embargo, creo que mi lanzamiento lo afectó más."

El rostro de Cecile se alivió ligeramente ante las palabras de Estian. Pero en el momento en que puso la Esmeralda de Aled en su temblorosa mano, sus rodillas volvieron a flaquear. "Esto, esto no puede ser..."

"¿Qué pasa?"

"¿Su Majestad no puede sentirla? ¡Se ha vuelto más ligera! ¡Tan ligero que realmente se lo llevará el viento!"

martes, 23 de febrero de 2021

febrero 23, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 30

Capítulo 30. Artículos Viejos


No hubo ningún funcionario que se atreviera a preguntar, '¿Ligero cómo?'

Mientras todos se quedaban sin palabras, Estian se acercó a las joyas que habían traído los asistentes. Cogió un collar adornado con un rubí del tamaño del puño de un niño.

"¡Es el Rubí de Piot!"

A continuación, recogió un brazalete que ostentaba un zafiro azul.

"¡Ah! ¡Esa es la Celceta de la Eternidad!"

Los funcionarios gritaban sorprendidos cada vez que recogía un artículo.

"¡La Estrella de Regias!"

"¡El Eclipse del Emperador Oscuro!"

Todos estos nombres que salían de sus bocas ocupaban espacios significativos en las páginas de la historia imperial. Y colectivamente, fueron diciendo los nombres de las joyas que recogía el Emperador. Para cuando la mayoría de los nombres que conocían habían sido pronunciados, un verdadero montón de joyas imperiales se amontonaban en los brazos de Estian. Tras tomarlas todos, Estian se dirigió a Cecile. A continuación, hizo que un asistente que estaba a su lado sujetara lo que traía.

"¡Uf!"

El asistente se tambaleó en el lugar. Al poco tiempo, su cara se puso roja y el sudor comenzó a brotar de su frente.

'¡Qué pesados!', exclamó el asistente para sus adentros. No se había dado cuenta porque el Emperador los había llevado con mucha facilidad; ¿Cómo podía resultar ligero un motón piedras preciosas y metales preciosos? Pero, independientemente de que el asistente sudara o no, Estian sólo tenía ojos para Cecile, que llevaba una mirada de indiferencia y serenidad, como si fuera ajena a lo que ocurría. 

'Aunque debe de estar temblando por dentro', pensó Estian.

Anoche ella se había aferrado a él, llorando, —¡Su Majestad, no puedo hacerlo! Cecile había saltado asustada, diciendo que nunca podría lanzar tales tesoros. Pero cuando Estian le dio las dos opciones siguientes, —¿Quieres morir? ¿O quieres lanzar? Ella no dudó en responder, —¡Tengo brazos fuertes! Puedo hacer un buen lanzamiento.

'Aunque no creía que realmente tuviera brazos fuertes'.

Estian había pensado que ella lo estaba diciendo sin ningún fundamento, pero cuando vio el anillo rebotar hacia arriba y hacia abajo hasta caer en el jarrón hace un momento, se dio cuenta de que Cecile sólo había dicho la verdad.

***

Los dos se habían encerrado en el palacio de la Emperatriz para practicar para esto hoy. Aunque se llamaba práctica, consistía sobre todo en que Estian le decía a Cecile lo que tenía que hacer, y ella se aferraba a Estian con los ojos llorosos, —¡No puedo hacerlo, no lo haré, sálvame por favor!

'Pero, a pesar de todo su llanto, lo hace bien cuando se lo propone. ¿A esto le llaman ser fuerte en la práctica?', se preguntó. 

Estian le preguntó, "¿Me da la mano, Emperatriz?".

En respuesta, Cecile le tendió la mano derecha con elegancia. Al tomar su mano, Estian descubrió que la punta de los dedos de Cecile temblaba ligeramente. Como esperaba,ella se sentía bastante preocupada a pesar de su aparente indiferencia. Estian escogió un anillo de zafiro de la parte superior del montón de joyas que sostenía el asistente, y se lo puso en el dedo. Sin embargo, le quedaba flojo, puesto que el anillo era muy grande.

¿Qué demonios pretendía el Emperador?

Se preguntaban todos mientras centraban sus miradas en Estian. Sin embargo, a él no le importó lo más mínimo, continuó tranquilamente haciendo lo que quería. A continuación, escogió un largo collar de gruesas perlas y lo puso alrededor del cuello de Cecile. Pero eso no fue todo.

Esta vez, le quitó los pequeños pendientes que Cecile llevaba, sustituyéndolos por un nuevo par procedentes del montículo de joyas. Después, le puso una pulsera, y luego otro collar. Estian comenzó a colocar todas y cada una de las joyas que habían traído en Cecile. Decenas de collares en su cuello, numerosos brazaletes en sus brazos, y también innumerables broches en su vestido.

Su rostro comenzó a ponerse rígido ante el peso. El peso de las joyas estaba repartido por su cuerpo, por lo que no se sentía tan agobiada como el asistente que sostuvo todo, pero eso no significaba que estuviera cómoda. Tras colocar por fin la última joya en Cecile, Estian dio un paso atrás. La miró como si admirara su propio trabajo. 

"Creo que esto es suficiente para evitar que se las lleve el viento, Emperatriz. ¿Será suficiente como nuestro regalo de bodas?" preguntó Estian.

Se escucharon suspiros ante las palabras del Emperador. El Emperador estaba regalando todos los tesoros de la familia imperial a la Emperatriz. Era un hecho sin precedentes.  Ni siquiera los Emperadores, que se creían que estuvieron más locos que Estian, habían hecho algo como esto. El Ministro Imperial de Finanzas, que estaba en un rincón de la sala central, colapsó asombrado en su interior.

'¡¿Cuánto cree que vale todo eso?! ¡Suficiente para comprar la mayoría de los países y más! No, dejando eso de lado, ¡Son bienes culturales!'

Todos miraron a la Emperatriz. ¿Quién en el mundo se sentiría descontento después de recibir esa cantidad? Todos pensaron que la Emperatriz estaría encantada y agradecería a Su Majestad el Emperador. Sin embargo, al contrario de lo que esperaban, en el rostro de Cecile no había ni un rastro de alegría. Más bien, su expresión parecía aún más rígida que antes.

¿Qué más iba a decir la Emperatriz esta vez? Esperaron a que Cecile hablara, con las manos apretadas y sudorosas.

"Gracias por su bondad, Su Majestad. Pero..."

'¿Pero?'

Lo que salió de la boca de la Emperatriz superó con creces sus imaginaciones.

"¿No crees que un regalo de bodas sería mejor si fuese nuevo?", ella preguntó tímidamente.

Y de esa manera, los artículos patrimoniales de la familia imperial fueron reducidos en un instante a artículos de segunda mano.

lunes, 22 de febrero de 2021

febrero 22, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 29

Capítulo 29. Artículos Viejos


Joyas seguían siendo traídas por asistentes. Cecile tragó saliva al verlas.

'Puedo hacerlo bien. Puedo hacerlo bien. Puedo hacerlo... ¡hacerlo bien!'

Había practicado durante los últimos días para este momento, pero al mirar el deslumbrante montón de joyas, sintió que su corazón se encogía. 

'¿Cuánto vale esa gema de ahí?', se preguntó. Justo cuando ella miraba a su alrededor, un anillo con una gran esmeralda incrustada le llamó la atención. Cecile fijó sus ojos en el anillo. 'Debe ser eso'.

La Esmeralda de Aled. Era la pieza de joyería más famosa incluso entre los tesoros pertenecientes a la familia imperial. ¿Y cómo no sería famosa cuando fue un regalo que un Rey Elfo le hizo al Emperador fundador hace mucho tiempo, en los días en que los elfos de los bosques vagaban por el continente? Se trataba de una joya legendaria cuya historia alcanzaba para hacer una novela de 100 volúmenes. 

'Y lo que debo hacer a partir de ahora es...'

Cecile sintió que se desmayaba al pensar en lo que tenía que hacer. A partir de este momento, tenía que cometer un acto insensato, que nadie se había atrevido desde la fundación del Imperio.

Cecile se estremeció violentamente, mientras Estian recogía la Esmeralda de Aled y la llevaba ante ella. Luego habló en voz alta para que todos sus leales súbditos lo escucharan, "Emperatriz. En el momento en que te miré a los ojos, me vino a la mente esta gema, ya que tiene el mismo color que tus ojos. Tengo la intención de usarla como anillo de bodas. A partir de ahora, esto es tuyo. Ahora, dame tu mano."

Cecile hizo lo que él le pidió, así que extendió su mano.  Se escucharon jadeos entre los funcionarios. La Esmeralda de Aled pertenecía a la familia imperial. Era una joya que solo se transmitía de Emperador a Emperador, ¿Pero se la iba a regalar a la Emperatriz como anillo de bodas?

Estian deslizó el anillo en su dedo. Ambos formaron una hermosa escena. Tanto que si los dos no fueran el Emperador y la Emperatriz, y el anillo en el dedo de la mujer no fuera la Esmeralda de Aled, alguien podría haber aplaudido para que vivieran felices para siempre.

Los funcionarios dudaron si debían gritar que no debía hacer eso o vitorear. En medio de sus dudas, un valiente se adelantó como si hubiera tomado una decisión. Sin embargo, antes de que ese funcionario pudiera abrir la boca, Cecile hizo su movimiento primero.

Agarró el anillo de su dedo y se lo quitó, tras lo cual lanzó la Esmeralda de Aled al suelo con toda su fuerza.

¡Cling!

El tesoro imperial chocó contra el suelo, emitiendo un sonido claro y hermoso. Había puesto tanta fuerza en el lanzamiento, que el anillo rebotó hacia arriba con una velocidad vertiginosa, y se elevó tanto que casi alcanzó el techo. Los ojos de todos los presentes se movieron hacia arriba, hacia abajo, arriba, abajo, arriba y abajo, siguiendo la trayectoria del anillo. Luego, rebotando en el suelo por última vez, aterrizó dentro de un jarrón ornamental cercano. El jarrón se sacudió mientras se producían algunos ruidos en su interior. Fue un desenlace muy bueno.

"¡Felicidades!"

"¡Se lo ha puesto!"

Algunos espectadores aplaudieron y vitorearon con pesar en su interior. Pero pronto no pudieron ocultar su asombro cuando vieron que un asistente corría hacia el jarrón llorando; se dieron cuenta de lo que estaba haciendo ruido dentro de la cerámica. 

"¡......!"

Susurros silenciosos llenaron la sala. Eran tan silenciosos que incluso se podía escuchar el arrastre de un insecto, y en medio de este terrible silencio, sólo los sonidos del anillo que giraba dentro del jarrón sonaban como un trueno en los oídos de todos. Y entonces sus mentes finalmente procesaron adecuadamente lo que había ocurrido.

La Emperatriz...

Había arrojado...

El mayor de los tesoros imperiales al suelo...

Los funcionarios giraron lentamente sus cabezas hacia Cecile, que soportó sus miradas y pronunció la frase que había practicado miles de veces durante los últimos días en el palacio de la Emperatriz. "Oh, cielos. El anillo era tan pequeño que se lo llevó el viento."

"¿Qué, qué...?"

Todos los reunidos en la sala dudaron de sus propios sentidos ante lo que habían presenciado. Se frotaron los ojos, se pellizcaron el dorso de las manos y abofetearon la mejilla de la persona que estaba a su lado, pero viendo que nada pasado, supieron que definitivamente no se trataba de un sueño. El tesoro imperial había sido tratado como un simple objeto de la calle.

"¡¿Qué, qué demonios?!" Uno de los funcionarios del frente soltó un grito. Se acercó apresuradamente al jarrón que contenía el anillo y lo agitó. Un sonido bastante fuerte sonó desde el interior.

Varias personas cayeron de rodillas. La Esmeralda de Aled era como un testamento de la historia del imperio. El anillo medía unos cinco centímetros, pero ¿Qué había dicho? ¿Era tan pequeño que se lo llevaba el viento?

"Realmente..." La voz de Estian los hizo recobrar los sentidos. Contuvieron la respiración ante su mirada y su tono grave. Estian se acercó al jarrón que sostenía un funcionario y sacó el anillo.

"¡Su Majestad el Emperador! ¡La Esmeralda de Aled no puede ser tan ligera! Su... Su Majestad la Emperatriz se..."

El funcionario no se atrevió a terminar de decir, 'Su Majestad la Emperatriz seguramente se ha vuelto loca', por lo que detuvo sus palabras... pero fue en ese momento cuando la mano de Estian se movió. El anillo que tenía en la mano voló a la velocidad de la luz; se abrió paso entre los funcionarios y chocó contra la pared del fondo.

¡Crunch!

La colisión provocó un sonido como el de un golpe de madera con un martillo. Todos pudieron observar la pared agrietada y el anillo incrustado en ella. Estian contempló la escena y asintió de forma comprensiva.

"Como ha dicho la Emperatriz, muy ligero."

"......"
febrero 22, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 28

Capítulo 28. Muéstrame Lo Que Prometiste


"Pueden levantar su postura", dijo la recién coronada Emperatriz con una voz clara y hermosa. Los funcionarios se pusieron erguidos al escucharla, sintiéndose aliviados por dentro. Había parecido estar un poco loca durante la boda, pero afortunadamente su Emperatriz parecía normal. Entonces, algo sucedió en el mismo momento en que bajaron sus guardias, la Emperatriz se giró para encarar al Emperador, preguntando, "¿Cuándo me mostrarás lo que prometiste, Su Majestad?"

De repente, la Emperatriz se abalanzó hacia el Emperador y comenzó a hablar de forma aduladora. Los funcionarios se quedaron boquiabiertos. Estian era una persona a la que le repugnaba completamente el contacto físico con los demás. Por eso, a diferencia del anterior Emperador y de otros nobles, no permitía ningún servicio de asistencia. Incluso Kane tenía que mantenerse a un paso de distancia de Estian, sin embargo la Emperatriz se había lanzado a sus brazos... No cabía duda de que el Emperador le cortaría la cabeza en el acto.

Pero, en contra de lo que se esperaba, Estian abrazó a Cecile por la cintura en lugar de desenfundar la espada, respondiendo con calma: "No pensé que lo pedirías tan pronto."

"Me lo dijiste repetidamente antes de venir, Su Majestad. Que me sorprendería al llegar aquí. Y ciertamente lo estoy. No veo nada de lo que mencionaste. ¿Me has mentido? Me dijiste que aquí encontraría los tesoros del imperio."

"¿No lo ves? Todos estos funcionarios son los tesoros de nuestro imperio."

Los funcionarios sintieron repentinamente náuseas ante las palabras del Emperador. Incluso uno de ellos pensó, '¿Perdón? ¿Perdón? ¿Tesoros del imperio?  ¿No fuiste tú el que dijo que si no demostrábamos nuestra valía, seríamos colgados en los muros del palacio?'

"Verás, ellos dedican su carne, sus huesos y su alma a su trabajo. Trabajando como perros para el imperio."

La sensación de náuseas en sus vientres finalmente se calmó al escuchar sus habituales palabras frías. Quién hubiera imaginado que estaban llevando una vida en la que sentían alivio al escuchar semejante maltrato.

Justo cuando los funcionarios comenzaron a reflexionar sobre el tema de la vida y se preguntaron hacia dónde se dirigían sus vidas, escucharon las severas palabras de la Emperatriz. "Sabes que este no es el tipo de tesoro que quería. Quiero volver ahora."

"Oh, querida. Qué impaciente eres, mi Emperatriz."

Los funcionarios comenzaron a sentir de nuevo el malestar en sus entrañas. Llevaban un rato pensándolo, pero parecía que el Emperador y la Emperatriz estaban en su propio mundo de alguna manera. El tipo de mundo que uno podría encontrar en una novela romántica, donde los enamorados no tenían ojos para nadie más que para el otro. Pero sobre todo... ¿Era el Emperador un hombre capaz de hablarle a alguien en un tono tan cariñoso?

Sin mostrar un ápice de interés por el asombro de sus leales súbditos, el Emperador sujetó a la Emperatriz por la cintura y pronunció una orden. "Pero eso también forma parte de tu encanto. No se puede evitar entonces. Hombres. Traigan los objetos de los que hablé antes."

Poco después de la orden de Estian, un asistente entró respetuosamente sosteniendo un cojín rojo con algo colocado encima. Pero no fue el único en entrar. Decenas de asistentes se alinearon en la sala y se arrodillaron ante el Emperador, levantando reverentemente los brazos para mostrar lo que habían traído.

"¿Qué son todos estos asistentes?"

"Cielos, ¿No son todos ellos tesoros del imperio? ¿No es ése el collar de diamantes presentado al Emperador de hace dos generaciones por el dueño de las Minas de Regias?"

"¡Mira allí! ¡El Rubí de Piot! Dios mío, sólo lo he visto en los libros!"

Todas las personas reunidas en la sala comenzaron a emocionarse al darse cuenta de que los artículos que llevaban los asistentes eran tesoros imperiales. Todos y cada uno de ellos eran artículos legendarios que estaban escritos en libros..

"Espera un segundo. ¿Por qué se trajeron estas cosas?"

"Yo... no estoy seguro..."

Cuando su emoción se calmó un poco, todos comenzaron a preguntarse. ¿Por qué demonios se sacaron estas joyas de la tesorería imperial y se trajeron aquí?
febrero 22, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 27

Capítulo 27. Muéstrame Lo Que Prometiste


Los caballeros que se preparaban para hacer un desfile, así como los ministros que se preparaban para llevar a cabo una reunión, se quedaron sin palabras ante esta situación sin precedentes.

¿El Emperador tomándose días libres?

Esto no había sucedido nunca. Hace mucho tiempo, al día siguiente de que el Emperador obtuviera el trono, éste había apoyado la cabeza de su hermanastro, que había decapitado por traición, sobre su escritorio y había seguido trabajando. Era esa clase de hombre. Aquel día, los funcionarios de la corte vieron cómo el Emperador firmaba papeles mojando su pluma en la sangre que brotaba de la cabeza, y no se atrevieron a sugerirle que descansara un día.

En cualquier caso, aquel era el Emperador que todos conocían, por lo que todos habían presumido que se ocuparía de los asuntos nacionales desde la mañana, con luna de miel o sin ella. Así, todos los funcionarios de la corte llegaron al palacio imperial como de costumbre, sólo para descubrir que él iba a descansar. No por un día, ¡Sino por una semana entera!

"¿Qué clase de persona es Su Majestad la Emperatriz para hacer que Su Majestad el Emperador actúe de esa manera?"

Todo lo que sabían de ella era que parecía haberse vuelto loca el día de la boda.

"Ella parecía bonita, pero..."

Su rostro no era claramente visible en ese momento debido a su velo nupcial, pero el tenue contorno de su cara que se mostraba parecía corresponder a una belleza bastante refinada. Cuanto más hablaba la gente de ella, más se daban cuenta de que no sabían nada de ella.

***

Y hoy la Emperatriz, que llevaba una semana entera en su palacio, iba a hacer por fin su primera aparición oficial. Los funcionarios de la corte reunidos en el vestíbulo central del palacio imperial fijaron sus miradas hacia adelante, con la tensión visible en sus rostros. Estos hombres, que normalmente retrocedían temerosos ante la simple idea de mirar a los ojos del Emperador, se animaron a acercarse al frente con un coraje temporal. Fue entonces cuando se escucharon las trompetas que tocaban la entrada del Emperador. Todos los funcionarios enderezaron su postura y bajaron la cabeza al oírlas.

El miedo que los dominaba desde hacía tiempo hizo que sus cuerpos se movieran por sí mismos. Se escucharon dos pares de pasos acercándose a los funcionarios que estaban inclinándose. Habían estado acostumbrados al sonido de un sólo par de pasos; así que se dieron cuenta de nuevo de que el Emperador se había casado y había aceptado a una Emperatriz.

"Levanten la cabeza", ordenó el Emperador.

Los funcionarios obedecieron su orden como si la hubieran estado esperando, y a continuación sus miradas se centraron inmediatamente en la persona que estaba de pie al lado del Emperador.

"¡Dios!"

"¡Oh...!"

"¡Cielos...!"

Los funcionarios dijeron todo tipo de exclamaciones. A diferencia de la ceremonia nupcial, la Emperatriz, que estaba junto al Emperador, llevaba una corona de oro en lugar de un velo nupcial.

'¿Era tan bonita?'

Cuando vieron a la Emperatriz, con el leve rastro de una sonrisa en los labios, lo primero que les sorprendió fue su belleza. Su brillante cabello, que evocaba la imagen de la luz del sol, estaba finamente trenzado hilo a hilo en un elegante moño. Bajo su cabello de aspecto suave se encontraban sus ojos verde oscuro, que recordaban a los bosques a principios de verano, parpadeando bajo el velo de sus largas pestañas. Incluso había un sutil rubor en su piel clara e impecable, como si quisiera hacer saber al mundo que no era una muñeca, sino un ser humano.

No se sabía qué cuidados había recibido, pero la Emperatriz parecía llena de vida con su piel clara y juvenil.

"Como todos ustedes saben, he aceptado una Emperatriz. Confío en que vuestra lealtad hacia mí, que ha durado hasta hoy, se extienda también a mi otra mitad, la Emperatriz."

Todos los miembros de la corte se arrodillaron y gritaron hacia la Emperatriz.

"¡Prometemos toda nuestra lealtad a Su Majestad la Emperatriz!"

Después de prometer, esperaron la respuesta de la Emperatriz. Casi todos los funcionarios de la corte del imperio habían prometido lealtad al unísono disciplinadamente. Fue una escena que hizo que los corazones de los asistentes de la parte de atrás se aceleraran.

domingo, 21 de febrero de 2021

febrero 21, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 26

Capítulo 26. Muéstrame Lo Que Prometiste


Debido a eso, Cecile tuvo que permanecer en una pose terriblemente impúdica.

"Podrás causar escenas despiadadas, y mi gente no podrá hacerte nada. Por otra parte, aquellos que me odian, sin duda, vitorearán tus acciones. No desean que una Emperatriz sabia y virtuosa esté mi lado. Una Emperatriz bondadosa no ayuda en nada a sus planes."

Cecile comprendía ahora por qué la instigaba a cometer fechorías. El Emperador no haría ni una sola queja sobre cualquier desorden que ella causara. De hecho, seguramente la alabaría por hacerlo bien. Los forasteros supondrían que el Emperador estaba irremediablemente enamorado de una villana y lo difundirían, incluso exagerarían. 

Los adversarios del Emperador deseaban forjarle una debilidad. Una Emperatriz que cometiera todo tipo de actos malvados sería, sin duda, sería una buena debilidad. Por lo tanto, la dejarían en paz, hasta el momento en que atacaran al Emperador. En cualquier caso, ella estaría a salvo hasta entonces, así que dijo: "Entiendo. Haré todo lo posible para causar problemas."

¿Qué otra cosa podía hacer si esa era la única forma de sobrevivir?

El Emperador asintió con la cabeza. "Ese es el espíritu. "

"¿Pero crees que lo haré bien?"

"Puedes hacerlo. Tienes el talento", respondió Estian con firmeza al escuchar el tono de preocupación de Cecile.

"...¿Talento para convertirse en una villana?"

"Sí. Se podría decir que rebosas talento simplemente considerando cómo puedes hablar tan bien ante mí. Las otras tres mujeres no pudieron hacer contacto visual ni una sola vez, ni siquiera pudieron hablar correctamente."

"Pero decir que tengo el talento para convertirme en una villana sólo con eso es un poco..."

Al escuchar la voz algo indignada de Cecile, Estian la haló. El cuerpo de ella, que se balanceaba sobre él, cayó sobre su pecho. A Estian le gustaba la suave sentirla tan cerca . "Por supuesto, no eres perfecta. Así que parece que necesitarás algo de práctica."

"¿Práctica...?"

Los labios de Estian se curvaron en una sonrisa peligrosa. "Comenzaremos con esa práctica en el tiempo que me queda."

***

Acto 2. Todo Por La Emperatriz

Una conmoción se produjo en el palacio imperial. Ya fueran funcionarios de la corte, caballeros o asistentes, todos compartían un tema de interés común.

"He escuchado que Su Majestad está absolutamente enamorado de Su Majestad la Emperatriz."

Ya había pasado una semana desde la impactante boda del Emperador. Ese mismo día, todos los presentes pensaban que la novia moriría pronto.

Pero, en contra de sus expectativas, la mujer había sobrevivido hasta convertirse en Emperatriz y, sorprendentemente, había permanecido viva hasta el día siguiente. Pero eso no fue todo.

El Emperador, que siempre había sido indiferente a las mujeres, pasó toda la noche en la habitación nupcial y, según cuentan, al día siguiente visitó a la Emperatriz mientras se bañaba, como si no pudiera soportar estar lejos de ella ni un momento. Después de eso, el Emperador ordenó que se le diera uno de los palacios más hermosos del palacio imperial en lugar de la habitación que se había preparado originalmente. Desde entonces, el Emperador se limitó a permanecer en ese palacio y no salió.

Los asistentes que entraban en el palacio cada día para repartir las comidas y limpiar salían con la cara enrojecida. Había reglas que prohibían a los asistentes hablar de cualquier cosa que presenciaran en el palacio de la Emperatriz, así que los que entraban no podían contar lo que veían. Pero las sábanas y las ropas arruinadas que sacaban hablaban de los momentos de placer que se vivían en el interior del palacio. 

En algún momento, los asistentes tomaron una carta que habían recibido del Emperador y se dirigieron a Kane.

Al terminar de leer la carta, Kane trató de releerla de lado, luego al revés, y finalmente la expuso a la luz, pero al comprobar que no había ningún código secreto en ella, su rostro se llenó de incredulidad. El contenido de la carta era sencillo.

『Deja que todos descansen hasta el final de la luna de miel.』
febrero 21, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 25

Capítulo 25. Un Pasado Insólito


Cecile agarró el racimo de uvas y eligió una de las más maduras para llevársela a la boca al Emperador. Ella también quería compartir lo que más le gustaba con este hombre. Era lo primero que quería hacer al formar una familia. Estian se puso rígido ante su acción repentina. ¿Quién en el mundo podría atreverse a ponerle comida en la boca? Y más aún, ¿Poner una uva de entre todas las cosas? Detestaba las uvas, puesto que el primer veneno que le afectó estaba contenido en una de estas frutas.

Sin embargo, el jugo que había probado de lo que había goteado de la boca de Cecile era muy dulce. 

'Quizás esta también...' Estian aceptó tímidamente la uva de los dedos de Cecile entre sus labios. Dudó momentáneamente antes de aplastar la uva con los dientes, y un refrescante sabor a fruta le impregnó la boca. Curiosamente, le pareció que sabía bien.

El Emperador nunca había imaginado poder comer esta fruta... que no había podido comer en los últimos 20 años, ¡Y en un instante! Mientras tragaba la uva, una sonrisa apareció en la cara de Cecile. Al ver su sonrisa, Estian recordó su agenda. Inspeccionar a los caballeros, mantener una reunión con los ministros, entre otras cosas.

'Cosas sin importancia'.

Estos asuntos 'sin importancia' eran asuntos que nunca se había saltado desde el día en que se convirtió en Emperador, pero ¿Por qué los consideraba tan inútiles hoy?

'No es que haya un gran problema por omitirlos una sola vez'.

Kane se habría mostrado en desacuerdo si escuchaba sus pensamientos, gritándole, '¡Sí es para preocuparse!'. Sin embargo, Estian mordió suavemente los dedos de Cecile que aún permanecían cerca de sus labios. Ella se estremeció brevemente y pareció estar a punto de retroceder, pero no sacó los dedos. Al contrario, comenzó a acariciar su cara con los dedos que tenía libres, como si lo desafiara a hacer más.

Estian cerró los ojos ante esa sensación. Descubrió que no le parecía mal. De hecho, quería seguir disfrutando de la sensación. De este modo, Estian tuvo la certeza de una cosa.

'Esta mujer podría ser capaz de hacerlo'.

Estian comenzó a hablar. "No es necesario que consigas las mismas hazañas, ni algo más difícil de lo que hice. Podrás superarlo de una manera muy sencilla".

"¿Cómo?"

Estian se rió. "Así."

Dicho esto, levantó a Cecile por la cintura con ambas manos. El mundo giró en un círculo para Cecile. Pronto, vio que ella y Estian habían cambiado de lugar.

"¡Su Majestad!" Exclamó. Al encontrarse encima de Estian en un parpadeo, Cecile se puso roja. "¿Se refería a subir encima suyo en el sentido literal?

"¿Qué te parece? Sencillo, ¿Verdad?"

"......"

'¿Estás bromeando...?' Escile estuvo a punto de exclamar en voz alta, pero afortunadamente pudo abstenerse. Cecile contemplaba cómo debía responder cuando Estian la atrajo hacia su abrazo y le susurró: "¿Crees que alguna otra persona en el mundo se ha subido encima de mí?"

"......"

"Eres la primera". Estian levantó una mano para apartar el cabello de Cecile. "Sólo tienes que hacer una cosa: convertirte en la ama del infame emperador y tenerlo a tu disposición. Eso es todo lo que tienes que hacer para elevar tu reputación por encima de mi infamia. Para llegar a ser conocida como la villana que tiene el poder sobre el peor tirano de todos los tiempos. Todo lo que es mío se convertirá en tuyo."

Cecile lo miró fijamente. Momentos después, le preguntó lo que estaba pensando. "Es una idea muy atractiva, pero me cuesta entender cómo eso va a salvarme."

'¿Hacer cosas malas para vivir? ¿No debería ser lo contrario?'

"¿No acabaré siendo odiada por más gente por hacer cosas malas?", preguntó.

"Eso es un hecho. Pero algunos esperan que eso ocurra. Y entre ellos, están mis enemigos."

A medida que la conversación avanzaba, Cecile intentaba apartarse del Emperador. Pensaba que debía tomar nota de lo que le estaba diciendo. Pero las manos de Estian agarraron a Cecile por la cintura cuando estaba a punto de bajarse.
febrero 21, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 24

Capítulo 24. Un Pasado Insólito


"Creo que su fama se extiende más allá de los cielos, Su Majestad". Cecile sustituyó con elocuencia 'infamia' por 'fama' en su respuesta. Estian se sintió de alguna manera indignado por la actitud de Cecile.

"No creo que yo sea tan malo como dices."

"Su Majestad no necesita ser tan modesto. Los niños que nacen en este continente aprenden su nombre antes que el de su madre. Es más, si se le preguntara a cualquier transeúnte si sabe más del mar o de Su Majestad, diez de cada diez responderían lo segundo."

"......" Estian estaba desconcertado aunque sus palabras sonaran como un elogio. "Pero si te esfuerzas, tú también puedes de alguna manera..."

Estian no sabía que decir contra su discurso adornado. Por alguna extraña razón, no podía argumentar nada. Sintió como si sus palabras lo hubieran apuñalado.

"......"

Por otra parte, Cecile comenzó a ponerse nerviosa cuando vio que Estian guardaba silencio.

"¿Su Majestad no es consciente de sus atroces actos pasados?

Cecile recordó algunos de los relatos más infames de la crónica locura de Estian de los que había escuchado hablar. "¿Qué capacidad podría tener para opacar la fama de Su Majestad de reducir a cenizas todo el Bosque de Igillith y esparcir sal sobre su tierra durante diez meses, dejando el terreno estéril? ¿De dirigir un vasto ejército para arrasar los campos de trigo en las Llanuras de Jaden, aniquilando hasta la última semilla de trigo de ese año? ¿También de destruir todos y cada uno de los barcos que navegan en Puerto Catanza, convirtiendo la ruta del comercio marítimo occidental de once ducados en una ruta insolvente, sin perder una gota de sangre? No puede decirme que no podré hacerlo si no 'me esfuerzo lo suficiente', Su Majestad."

Después de haber dicho todo eso, Cecile recordó las otras hazañas del Emperador. Aparte de lo que había mencionado, también se contaba que Estian había demolido varios países, que había destrozado el palacio imperial y que también había matado a todos sus parientes. Sin embargo, pensó que sería un error incluir estos casos en el historial de la fama de Estian, así que mantuvo la boca cerrada y no habló más. Entonces, Después de pedirle al Emperador que no le dijera que se 'esforzarse', Cecile se volvió para mirar el racimo de uvas colocado a su lado.

'Es extraño', reflexionó. 'No parece que haya suero de la verdad en las uvas, así que, ¿Por qué mi boca se mueve sola otra vez?'

Cecile se tomó un momento para reflexionar. '¿Es porque me acabo de despertar?' Esa podía ser una de las razones. '¿Es porque me siento bien cuando me dan de comer fruta?' Esa también podía ser una de las razones. Sin embargo, el hilo de pensamiento de Cecile se interrumpió al mirar el rostro todavía serio Estian.

'Qué guapo'. 

Cecile recordó lo que había escrito en secreto en la pared del baño. 

'Mi esposo'.

Y en el momento en que ese pensamiento surgió en su mente, Cecile se dio cuenta de por qué estaba siendo tan abierta con el Emperador. Este hombre era mi esposo. Aunque no podía decirlo abiertamente, ese hombre era su esposo sobre el papel; firmado y sellado.

'Es porque finalmente tengo una familia'.

Su madre había fallecido pronto. El rey de Navitán, su supuesto padre, la dejó abandonada en una villa real. Ninguno de los miembros de la realeza de Navitan había visitado a Cecile ni una sola vez. Era como si no supieran que Cecile existía. Las únicas que estaban a su lado eran las sirvientas de la villa real, pero incluso ellas mantenían la distancia, dándole un firme consejo.

Esto puede sonar cruel para usted ahora, princesa, pero no somos sus amigas. No debes pensar en nosotros de esa manera. Algún día tendrás familia, pero no somos nosotras.

En aquel entonces, Cecile había asentido con los ojos llenos de lágrimas ante esas palabras, sabiendo que lo decían porque tenían buenas intenciones hacia ella.