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domingo, 21 de febrero de 2021

febrero 21, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 23

Capítulo 23. Un Pasado Insólito


Increíble. La posesión era algo que debía ocurrirle a la villana. No había nada bueno en tomar el cuerpo de una santa. La suya era una vida de oraciones cotidianas, sustentándose con una sola comida al día que no era mejor que una dieta de ayuno, y todo ello en una tierra remota aislada del mundo.

'Maldita sea, tenía que hacer el escenario de esta manera. No puedo conocer a nadie si no escapo de esta barrera'.

No podía conocer al Emperador Estian, ni al Caballero Comandante Imperial Kane, ni al Señor Mago Richard, que debía aparecer mucho más tarde en la historia, ni al Príncipe Imperial Ruin, que estaba en el lejano sur del continente. Se sintió dolida ante la idea de estar encarcelada en el reino sagrado, sin poder conocer a los hombres de sus sueños que ella había creado.

"No...", se lamentó la santa. Se suponía que debía poseer el cuerpo de la villana, cambiar las costumbres del tirano y también disfrutar de un profundo amor platónico con los personajes masculinos secundarios. Sin embargo, todo eso se alejaba de ella. Muy, muy lejos.

"No voy a tolerar esto", se quejó la santa, diciendo las mismas palabras pronunciadas por otra mujer en algún momento y en algún otro lugar mientras miraba en dirección al imperio. "Era mío..."

Su escenario favorito incluía que Estian era virgen. ¿Pero Estian se había casado? Además, según sus informantes,el Emperador se había acostado con Cecile. La respiración de la santa se volvió agitada.

"Hoo... Bien. Puedo renunciar a una de mis etiquetas favoritas. Soy generosa, después de todo", murmuró, degradando la palabra clave 'virgen' en el ranking de su corazón y promoviendo 'vigorosa' en su lugar. 

'Me puede gustar más otra palabra clave', pensó. La santa recordó la configuración del personaje de la villana Cecile. Una mujer de un reino insignificante que no era más que una cara bonita. Una mujer que se embriaga con el poder que se le otorga, que también se entrega al lujo y a los actos perversos. 

'Cecile tiene que morir primero antes de que pueda tomar su cuerpo'.

Afortunadamente para la santa, ella era la autora original de esta 'historia' y por lo tanto conocía un método para entrar en otro cuerpo. 

'Sólo tiene que morir primero'.

Sólo entonces podría hacerse cargo de la cáscara vacía de Cecile. La santa volvió a apretar los puños al recordar ese hecho.

"¡Espérame, Estian! ¡Mi protagonista masculino! ¡Poseeré el cuerpo de la villana y te haré mío pase lo que pase! Juro que voy a restaurar este mundo a la normalidad". Juró, lanzado un golpe fuertemente con todo su corazón, y apareció una grieta azul más grande que antes.

"¿Eh?"

La grieta comenzó a extenderse, la barrera se estaba rompiendo. Ahora que lo pensaba, todas las santas anteriores sólo habían protegido la barrera; no había precedentes de intentar romperla. La santa disfrutó viendo cómo se derrumbaba la barrera, destruida por la persona a la que debía proteger.

"¡Este es el poder del amor!", gritó, emocionada.

La barrera seguramente la habría insultado si tuviera boca, pero lamentablemente no era el caso. Inmediatamente, la santa saltó por el muro del castillo. Su cuerpo que estaba protegido por el poder sagrado, aterrizó con facilidad en el suelo. La vista de un bosque blanco se desplegó ante sus ojos. Ella tendría que atravesar el bosque y varios países para llegar al Imperio.

La santa comenzó a correr con determinación hacia el Imperio, hacia el protagonista masculino que la esperaba.

"¡El amor salvará al mundo!"

Un ave que fue perturbada por el grito de la santa, batió las alas irritada por el ruido y levantó el vuelo.

***

"Ganar suficiente notoriedad para hacer sombra a mi reputación."

Por un momento, Cecile no pudo comprender lo que había dicho el Emperador. Sólo un poco después replicó con rostro solemne. "No cualquiera es capaz de una hazaña tan tremenda, Su Majestad."

"......"

Estián no pudo distinguir si la respuesta de Cecile era un cumplido o un insulto. Así, los dos guardaron un momento de silencio, sin comprender lo que el otro decía. Estian volvió a preguntar, "¿Es algo tan difícil?"

"Sí."

"¿Tan infame soy?"

sábado, 20 de febrero de 2021

febrero 20, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 22

Capítulo 22. Su Método Para Sobrevivir


"¿Te has despertado?"

"¿Te has despertado?"

Cecile intentó levantarse de golpe al escuchar de nuevo su voz, pero Estian se le adelantó. Como si lo hubiera previsto, le puso un dedo en la frente y la recostó de nuevo antes de bajar su torso hacia ella. Luego susurró al oído de Cecile. "Por lo que parece, tienes todo lo que deseas."

"S, s, sí. Yo también lo creo". Cecile asintió frenéticamente.

"Entonces, ¿Por qué te preocupas?"

"Porque siento que mi vida será un poco corta."

Estian asintió. "No te equivocas. Esto casi nadie lo sabe, pero antes de que te convirtieras en Emperatriz, los ministros de este imperio, así como la realeza de otras naciones, traían mujeres al palacio imperial. Querían que aceptara a esas mujeres, aunque no las hiciera emperatriz."

Cecile escuchó con atención. Era la primera vez que escuchaba de eso.

"La primera mujer que vino murió al día siguiente, y la segunda mujer que vino murió una semana después. La tercera mujer que vino duró un mes, pero al final murió. Maté a la primera mujer. A la segunda y a la tercera las dejé solas, no me importaba si morían, y al final alguien las mató."

Estian se detuvo por un momento, y Cecile aprovechó la oportunidad para preguntar inmediatamente lo que le había estado inquietando. "¿Te acostaste con las tres?"

"¿Eso te preocupa más que sus muertes?"

"Sí."

A ella también le resultaba extraño su tema de interés. Quizás estar en el palacio imperial la estaba volviendo rara. Estian se rió ante la respuesta inmediata de Cecile. "Eres un poco rara."

"Se debe a mi falta de educación."

"Eso no importa. Lo que importa es que eres de mi agrado."

"Es un honor. Pero..." Se detuvo.

"¿Pero?"

"Todavía no has respondido a mi pregunta..." murmuró Cecile con una voz apenas audible, y esta vez Estian se rió un poco más fuerte.

"No lo hice."

"Excelente. Qué perfecto". Cecile apretó los puños. Ante sus ojos había un protagonista masculino sacado de una novela. Un semental que era dulce por la noche, que poseía tanto poder como dinero, y aunque tenía algunos tornillos sueltos en la cabeza, se trataba de su primer hombre.

"No sé qué quieres decir con perfecto, pero lo tomaré como un honor. En cualquier caso, me agradas. Por alguna razón, no me gustaría deshacerme de tu cadáver. Por eso voy a enseñarte a sobrevivir en este lugar". Dijo Estian mientras acariciaba el rostro de Cecile con la mano. Luego, agarró un racimo de uva y se la acercó a la boca, empujándola lentamente entre sus labios. La uva que entró en su boca chocó contra sus dientes y estalló, liberando su sabroso líquido.

Estian contempló la mirada de Cecile con satisfacción mientras lamía el néctar de sus dedos. Él odiaba las uvas. El primer veneno que él tomó estaba introducido en uvas verdes como la que acababa de darle a Cecile, pero por alguna razón en estos momentos no le importaba. Se inclinó lentamente sobre Cecile para susurrarle al oído. "El método para que sobrevivas en este palacio imperial es..."

"...¿Es?" Cecile repitió. ¿Qué podía hacer para vivir? Pronto recibió una respuesta totalmente inesperada.

"Ganar suficiente notoriedad para hacer sombra a mi reputación."

"¿Qué?"

Los ojos de Cecile se agrandaron. ¿De qué estás hablando?

***

Al mismo tiempo, en el reino sagrado situado en una esquina del continente.

El reino sagrado, a diferencia de las demás naciones del continente, era una ciudad-estado cuya gente servía a Dios, alejada y apartada de las leyes del mundo secular. En lo más profundo del reino sagrado, rodeado de muros blancos, se encontraba el santuario. Y aún más profundo, en el corazón mismo del santuario, estaba la santa, la mensajera de Dios, que hoy también estaba dando la oración. O debería estarlo haciendo.

Hoy, sin embargo, la santa estaba parada en el muro del castillo blanco del reino. Una voz fría salió de sus labios. "Así que has fallado."

"Perdóname, santa."

Un hombre se arrodilló ante la santa, inclinando la cabeza. La santa sacudió la cabeza ante su disculpa, diciendo: "No es la última oportunidad. Todavía tenemos infinitas oportunidades."

Los ojos de la santa brillaron con una emoción indescifrable.

"Oportunidades para que este mundo siga su 'camino previsto'."

"Todo será como el futuro que predijiste, santa."

"Vuelve. Te llamaré de nuevo cuando te recuperes."

"Entendido."

El hombre se retiró, y ahora sola, la santa comenzó a murmurar en voz baja. "Joder.  ¿Por qué ninguno de estos tontos puede hacer bien su trabajo?"

Si alguien estuviera presente para escucharla, bien podría haberse desmayado. ¿Quién habría imaginado que la persona más virtuosa del mundo dijera groserías mundanas con tanta naturalidad? La santa siguió refunfuñando para sí misma. "¡Por qué he acabado poseyendo a la santa en lugar de la villana! ¡Esta chica tiene muchas restricciones! Ni siquiera puede hacer ningún movimiento imprudente."

La santa resopló con rabia mientras lanzaba sus puños al aire. De repente, aparecieron grietas azules en el aire donde no debería haber nada. Estas grietas formaban parte de la barrera del reino sagrado, cuyo propósito consistía en proteger a la santa. Sin embargo, la barrera era un poder que también servía para evitar que ella saliera del reino. La santa murmuró para sí misma mientras miraba la barrera. "Es mi protagonista masculino. Mío."

Apretó los dientes. Era una escritora. Una autora que solía escribir la novela. 'Una Villana Perfecta Para Un Tirano' en alguna otra parte del universo. Había plasmado todas sus preferencias en el protagonista masculino de su libro, el Tirano Estian. Guapo, bien dotado, de mal humor, con un pasado doloroso, un Emperador, de cabello negro, los ojos negros, entre otras cosas. Y, como añadido aleatorio, recordaba vagamente haber hecho que odiara las uvas.

El argumento de la novela era sencillo. La protagonista femenina poseería el cuerpo de Cecile, la emperatriz, y Estian, que hasta ese momento no se había interesado por su esposa, de repente se interesaría por su cambio. Acabarían enamorándose y, finalmente, vivirían felices para siempre.

Por eso, cuando la autora se despertó y se dio cuenta que no estaba en su mundo, lloró de alegría. Pero luego, cuando se dio cuenta de que había poseído el cuerpo de la santa, lloró de angustia. Mi novela, mi protagonista masculino...

viernes, 19 de febrero de 2021

febrero 19, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 21

Capítulo 21. Su Método Para Sobrevivir


Después de que Estian apareciera como el viento y desapareciera de la misma manera, Cecile salió del baño. Las asistentes que la esperaban enseguida se la llevaron a otra habitación para empezar a vestirla.

"¿Esto es?" Preguntó.

"Su residencia, Su Majestad. A partir de ahora será su lugar de residencia. No se preocupe por ningún intruso. Viendo que Su Majestad, El Emperador, ha hecho algo de limpieza las cosas serán cómodas por el momento."

'¿Qué demonios ha limpiado el Emperador?' se preguntó. '¿Por el momento? ¿Eso Significa que se volverá peligroso después de un tiempo?' Cecile meditaba sobre esos pensamientos mientras caminaba con las asistentes. Sin embargo, pronto algo le parecía extraño. Pasaron una puerta, luego otra, y después otra. Caminó, caminó y caminó un poco más. Cecile, cansada de caminar, acabó preguntando, "Eh, ¿Exactamente cuándo vamos a llegar a mi habitación?"

Una asistente respondió con una expresión de confusión a la pregunta de Cecile. "Todas las habitaciones desde que se abrió la primera puerta le pertenecen, Majestad... ¿Hay algún problema...?"

"...No. No es nada. Continúen."

Incluso después de eso, las asistentes caminaron durante un largo rato, informando a Cecile sobre las habitaciones.  Esta es la Habitación de la Gloria, esta es la Habitación de la Bendición, esta es la Habitación de la Oración, esta es... esta es... esta es... Las explicaciones no tenían fin, y el asentimiento de Cecile se hacía cada vez más desinteresado. Caminaron durante dos horas de esa manera hasta que, por fin, las asistentes se detuvieron.

"¿Hemos terminado?"

"Esto es sólo el principio."

Cecile se desmayó ante la respuesta de la asistente. ¿Cómo es posible que no hubiera terminado con dos horas de recorrido? Las piernas comenzaban a dolerle. Además, se sentía perezosa después del baño, pero el mayor problema era que su cuerpo le pedía descanso después de haber sufrido la noche anterior. 

"Veré el lugar por mi cuenta. Pueden volver todas."

"Entendido, Su Majestad."

Después de que las  asistentes se marcharan, Cecile miró el lugar que era su habitación.

"¿No es esto un palacio?" Reflexionó en voz alta.

Era una habitación sólo de nombre; apenas llegó a la primera sala de estar después de tener que atravesar cinco puertas. Más allá de la sala de estar había un jardín bellamente decorado que se extendía sin fin. En el jardín había un estanque donde los cisnes nadaban tranquilamente. Junto al estanque había conejos, que venían a beber el agua, y a un lado incluso habían ciervos comiendo pasto. Una vista realmente pintoresca.

"Ocupar la posición de Emperatriz es realmente genial después de todo". Murmuró. Después de contemplar aquel apacible paisaje durante un rato, Cecile se dirigió a tumbarse en la cama.

Había estado con el Emperador hasta la mañana. Fue tan intenso que alrededor del amanecer, ya no podía ni gritar. Actualmente había mejorado un poco, pero todavía le dolía la garganta. Cecile se masajeó un poco la garganta antes de mirar el plato de frutas que estaba junto a la cama. Ella extendió la mano para tomar un racimo de uvas bien maduras y se metió una en la boca. El sabor de la uva estalló en su lengua. Cecile cerró los ojos mientras su boca se llenaba de una dulzura refrescante. 'La fruta siempre es buena', pensó. Se alegraba de poder comerlas todos los días.

'Qué bueno'. Con los ojos aún cerrados, Cecile comió otra uva. 'Aunque esto sólo durará mientras esté viva'.

Pensó en los asesinos de anoche. Aunque el Emperador no tuviera intención de matarla, seguía estando en una posición peligrosa.

'Estaba enfadada y resentida desde Navitan me entredó, sin embargo...' Ahora no le importaba Navitan o lo que fuera. Todo tipo de cosas habían sucedido en el último día, y sin embargo había encontrado la calma después de pasar por todo ello. 'Pero, ¿Por qué? ¿Qué ha cambiado?' Reflexionó sobre su cambio durante algún tiempo, pero se quedó dormida antes de darse cuenta.

***

Lo que más tarde despertó a Cecile de su sueño fue el suave toque de alguien. Sus dedos pasaron por su frente antes de deslizarse por su cara. Cecile frunció el ceño ante la sensación de cosquilleo y sacudió la cabeza. Como respuesta, los dedos bajaron por su cuello hasta los hombros. La parte trasera de su cuello fue masajeada lentamente, lo que provocó que Cecile soltará ruidos de satisfacción. No sabía quién lo había, pero la estaba masajeando exactamente donde se sentía rígida.

"...Ojalá pudiera vivir de esta manera todos los días". Todavía en un estado adormecido, terminó dejando que sus palabras se escaparan de sus labios. 

Ese alguien respondió a sus deseos, murmurando: "¿Así?"

"Comer mucha fruta... Que alguien me masajee donde me duele..."

"¿Eso es todo?"

De alguna manera, Cecile tuvo la sensación de que la voz que la interrogaban se había agudizado un poco. Las manos que la masajeaban bajaron un poco más y se posaron cerca de sus omóplatos. Las manos se quedaron como si estuvieran considerando si debían continuar el masaje, lo que dejó a Cecile con ganas de más. Ella dudó un poco antes de decir, "Y si tuviera a alguien que durmiera a mi lado por la noche... la vida sería perfecta..."

Nunca había temido estar sola, pero siempre había tenido una sensación de vacío. Cuando esta mañana se despertó y encontró a alguien a su lado, sintió más alivio que sorpresa.

Tal vez había dado la respuesta correcta, las manos que procedieron a presionar justo donde ella quería, como si la elogiaran.

"¡Hnng!" La mezcla de dolor y liberación despertó la mente de Cecile. '¿No es ésta mi habitación?' Y esta voz, estas manos definitivamente pertenecen a...

"¿Su Majestad...?"
febrero 19, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 20

Capítulo 20. Un Poco Extraño


"¿Qué?" los ojos de Cecile se agrandaron.

"¿Qué pasa?"

"No, me preguntaba si habías venido porque tenías algo que hacer..."

"Ya lo hice". Su dedo presionó muy suavemente la frente de Cecile y terminó, "Lo único que queda es cortar en trozos."

***

Kane, el comandante de los caballeros imperiales, sentía que algo andaba mal. Había llegado a la oficina del Emperador temprano, sólo para darse cuenta de que Estian no estaba en ninguna parte. Nunca, ni una sola vez, el Emperador había llegado a su propia oficina más tarde que Kane. Kane estaba desconcertado por este suceso sin precedentes, cuando Estian entró en la oficina Sin embargo, de alguna manera, el Emperador parecía diferente a lo habitual. Se suponía que debía estar de mal humor por haberse enfrentado a los intrusos durante la noche, pero en el rostro de Estian no se apreciaban tales signos de disgusto.

Kane le preguntó con cautela. "¿Cómo fue la noche anterior, Su Majestad?"

Hubieron cuatro asesinos. Hacía tiempo que no entraban en el palacio imperial. Además, atacaron en la noche de bodas como si hubieran estado esperando.

"Un poco... extraño."

Kane asintió ante la respuesta de Estian. Al investigar, se reveló que los cuatro asesinos no tenían ninguna relación entre sí. ¿Cuatro asesinos enviados por cuatro entidades diferentes? Nunca había ocurrido algo como eso.

"Lo entiendo. Debe haber sido la primera vez que experimentas algo parecido."

"Me pareció mucho más pequeño de lo que pensaba."

"¿En serio?" 

¿El asesino era pequeño? A Kane no le parecían pequeños los cuerpos que flotaban en el estanque.

"Y más suave de lo que imaginaba."

"¿Perdón?" La cara de Kane se volvió confusa al escuchar la palabra 'suave'. ¿Qué demonios? ¿De qué suavidad estaba hablando? ¿Acaso atravesó el vientre del asesino con tanta facilidad?

Estian aborrecía el contacto con los demás. Se trataba de algo inevitable, teniendo en cuenta cómo había crecido.  Hasta el punto de que era reacio a que incluso Kane, un súbdito fiel durante mucho tiempo, estuviera a su lado, excepto cuando resultaba absolutamente necesario. Sin embargo, ¿Tocó a un asesino? ¿Y se sintió suave? Los asesinos eran hombres de mediana edad, así que ¿Cómo podía estar suave?

Una imagen peligrosa comenzó a formarse gradualmente en la mente de Kane mientras Estian seguía hablando.

"Y también, aún más bonito en la noche."

"Su Majestad, lo siento pero, ¿De quién está hablando...?" preguntó Kane con cautela.

"La Emperatriz, por supuesto. ¿De quién creías que estaba hablando hace un momento?"

"Los asesinos."

"¿Estás loco?"

'No era de extrañar que sintiera que algo no andaba bien', pensó Kane. Pero cuando Kane estaba a punto de suspirar de alivio, se detuvo al darse cuenta de algo importante. '¿Espera? ¿Qué dijo el Emperador ahora? ¿La Emperatriz es pequeña y bonita?'

Mientras Kane se quedaba boquiabierto como un pez, el Emperador se sentó en su escritorio y comenzó a firmar varios documentos, pero de repente dejó de mover las manos y se levantó. Luego se dirigió hacia la puerta.

"¿Su Majestad? ¿A dónde va?"

"A ver a alguien."

Kane no preguntó a quién. Estian salió, y pasó mucho tiempo antes de que regresara. En cuanto entró en la oficina nuevamente, Kane percibió el sutil aroma de las rosas junto con el olor de la sangre. Preguntó, "¿Dónde has estado, Su Majestad?"

"Me reuní con la Emperatriz y luego me acordé del asesino de ayer, así que lo descuarticé un poco."

"¿Por qué se te ocurrió descuartizar al asesino después de reunirte con Su Majestad la Emperatriz?"

Ante su pregunta, Estian lanzó a Kane algo que tenía en la mano. Kane atrapó instintivamente el objeto, y sus ojos se agrandaron al verlo. Se trataba de un pequeño grabado en metal con trozos de sangre y carne. "Esto es..."

"He abierto el cuerpo y lo he encontrado dentro. También conoces la marca que lleva, ¿no?"

"Esta es la marca de los zelotes del reino sagrado, ¿No?"

"Así es."

Los ojos de Estian irradiaban una fría intención asesina. El asesino que había dirigido el ataque de anoche había apuntado a la emperatriz, no a él. ¿Por qué?

"Tendré que averiguar por qué demonios el reino sagrado envió a un asesino detrás de la emperatriz y no detrás de mí."

jueves, 18 de febrero de 2021

febrero 18, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 19

Capítulo 19. Un Poco Extraña


Cecile se quedó recostada riendo, pero de repente escuchó una voz grave detrás de ella. "¿Qué estás haciendo?"

"¡Uaaagh!"

Como se movió sorprendida, salpicó agua que borró las palabras en la pared. Cecile miró hacia atrás y gritó: "¡Su, Su Majestad! ¿¡Por qué has venido...!?"

"¿En qué lugar del palacio imperial no puedo entrar?"

"Ah, ya veo". Al darse cuenta de que había hecho una pregunta tonta, Cecile extendió discretamente la mano hacia un lado para agarrar una toalla.  Se había mirado a sí misma antes de entrar en el baño. Dejando a un lado las marcas en su cuerpo, su frente, que había golpeado contra el suelo la noche anterior, tenía un bulto negro y azul.

'Qué vergüenza...'

Por alguna razón, sintió el doble de vergüenza al mirar al Emperador parado orgullosamente frente a ella. Necesitaba algo con lo que cubrirse. Pero en el momento en que su mano estaba a punto de agarrar la toalla fuera de la bañera, la mano de Estian se movió más rápido. Le arrebató la toalla que Cecile pretendía agarrar y la arrojó lejos. Ella vio cómo la toalla golpeó una maceta en la esquina del baño, volcándola.

"Lo siento."

Ella no sabía qué error había cometido, pero viendo la maceta rota, tuvo la sensación de necesitar pedir perdón, aunque para ello debiera atribuirse la culpa. Estian sacudió la cabeza ante su disculpa y dijo: "Está bien. La próxima vez, no intentes cubrirte cuando estés delante de mí."

"Lo entiendo. Pero en realidad no llevo conmigo nada peligroso. Las asistentes me revisaron antes de entrar."

Recordó la conversación que mantuvo con las asistentes antes de entrar en la habitación nupcial el día anterior. Ella había preguntado.

¿Por qué me ponen esta ropa tan reveladora?  ¿No hay nada que cubra un poco?

Y a eso las asistentes respondieron, con elegancia.

Nadie sabe lo que tienes si lo escondes

Desde ese momento, ella supuso que al Emperador le preocupaba que escondiera algo en su atuendo.

Cecile se levantó de un salto de la bañera y levantó los brazos para demostrar su inocencia. Sus pechos quedaron al descubierto, pero a ella no le importaban esas cosas. De todos modos, la noche anterior había mostrado todos sus rincones y grietas; ¿Qué sentido tenía esconderse ahora? Estian se mordió los labios cuando vio que Cecile se levantó, luego buscó a su alrededor. Vio una toalla grande, que pronto agarró y arrojó sobre Cecile. "He cambiado de opinión. Puedes taparte."

"......"

Dice una cosa en un momento y otra al siguiente. Al parecer, había juzgado que ella no ocultaba nada. Sin saber cuándo volvería a cambiar de opinión del Emperador, Cecile tomó rápidamente la gran toalla que le estaba dando y la envolvió alrededor de su cuerpo antes de mirarlo nuevamente. De repente, él extendió una mano. Pero cuando Cecile dio un paso atrás, sorprendida por el repentino movimiento, su mano se detuvo.

"Sólo intento comprobar dónde te has hecho daño. He visto al médico de la corte esperando fuera, pero he pensado que lo mejor sería que yo mismo echase un vistazo primero". Una vez dicho esto, el Emperador volvió a extender la mano. Cecile cerró los ojos al sentir el toque frío de sus dedos en la frente, una sensación que contrastaba con el calor que había sentido dentro de la bañera. Si el Emperador le apretaba la frente con su monstruosa fuerza, ella se despediría de este mundo en ese mismo instante. Estaba llena de tensión, pero su toque resultó inesperadamente cauteloso y suave.

"Se ha hinchado más de lo que estaba por la mañana. El hematoma también ha empeorado". Musitó.

Cecile no lograba entender por qué el Emperador se interesaba por su frente.

'Oh, tal vez...'

Había visto a las asistentes sorprendidas mientras ella entraba en el baño. Parecía que pensaban que la lesión de su frente también había sido causada por el Emperador. Bueno, eso lo explicaba todo. Quería echar un vistazo, ofendido por la falsa acusación. Después de todo, lo etiquetaron como un golpeador de mujeres.

"Entonces, me voy."
febrero 18, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 18

Capítulo 18. Fue Un Poco Extraño


Cecile estaba parcialmente acostada en una gran bañera, con la mirada perdida en el techo. Un hermoso mosaico de pequeños azulejos se veía a través del vapor de agua blanca. Pero nada de su belleza le llamó la atención en ese momento. Permaneció igual, aturdida, durante un largo rato antes de que su mirada se dirigiera lentamente a su brazo. Y en el momento en que vio la marca roja en su brazo...

"¡Uaaagh!" Gritó y hundió la cabeza en el agua de la bañera. Como reacción a su voz, las asistentes del exterior la llamaron.

"¡Su Majestad! ¿Está usted bien?"

"¡Debemos atenderla, después de todo!"

Cecile se apresuró a levantar la cabeza ante su clamor y les gritó. "¡No entren!"

Con eso, las voces de las asistentes se detuvieron y se les pudo escuchar retroceder de nuevo. Cecile suspiró aliviada por su retirada. A continuación, se hurgó con un dedo en la marca roja de su brazo.

"Ack..." Sintió un agudo dolor. Esto le volvió a confirmar que lo ocurrido anoche no había sido un sueño.

'Yo lo hice'.

Esas palabras dieron vueltas en la cabeza de Cecile.

'Lo he hecho'.

Cecile volvió a quedarse en blanco, viendo cómo el agua goteaba de su cabello. Se acostó con él. Con el Emperador. Era normal pasar la primera noche de bodas juntos después del matrimonio, pero no sabía por qué estaba tan sorprendida. ¿Tal vez porque todavía estaba viva? O más bien porque...

"Fue tan buen..." Cecile cerró la boca en ese momento. 'Qué demonios, estoy segura de que el suero de la verdad dejó de funcionar después de tomar el antídoto; ¿Qué demonios iba a decir?' Cecile se dio un golpe en la boca, también por los pecados de anoche. Después, se recostó en la bañera y recordó las últimas palabras del Emperador al salir de la habitación nupcial.

"Me gustaría quedarme más tiempo contigo, pero tengo que ocuparme de los matones que arrojé. Terminaré lo antes posible, así que sigue descansando. Cuando vuelva, retomaremos donde lo dejamos anoche. En realidad, debería haber hecho eso primero, pero estaba demasiado ocupado saciando mi sed. Nos vemos pronto."

Dicho esto, sus labios volvieron a tocar los de Cecile. Después de haber sufrido toda la noche, Cecile sólo pudo quedarse quieta y aceptar su beso. Sólo cuando Cecile comenzó a retorcerse por la falta de aire, el Emperador se apartó de ella. A pesar de haberla besado durante tanto tiempo, el Emperador miró repetidamente hacia atrás, reacio a separarse de Cecile, antes de salir finalmente de la habitación.

'Ellas me dijeron que las novelas eran sólo novelas'. Cecile recordó lo que las sirvientas de la villa real le habían dicho cada vez que le prestaban libros para leer.

Princesa, todo esto es fantasía. Ese tipo de hombres sólo existen en las novelas. No pienses nunca que los hombres reales son guapos, bien dotados, cariñosos y vigorosos. ¡No existe un hombre así en el mundo! Todos se extinguieron hace mucho tiempo. Si encuentras uno por ahí, te daremos una moneda de oro.

Eso era lo que le habían dicho.

"Pero lo hice. Encontré uno..." Murmuró. 

'Y ese hombre es mi esposo'. 

El rostro de Cecile enrojeció en ese momento.

'¿Mi esposo...?'

¿Pensando en el Emperador con un término posesivo? Claramente, había perdido el sentido común desde ayer. ¿Cómo podía atreverse a reclamar al alto y poderoso Emperador como suyo? Un Emperador sólo posee, no está ligado a ningún otro.

'Voy a tener que tener mucho cuidado con mi boca'.

Pensó en los funcionarios del salón de bodas, que parecían dispuestos a despedazarla viva en el acto. Si alguna vez expresara sus pensamientos de poseer al Emperador, no sería extraño que los funcionarios se enfurecieran y gritaran, '¡Deben castigar la boca de esa mujer, Su Majestad! Si sólo castigar su boca no le parece suficiente, entonces puedo incluir el resto de su cuerpo'. Cecile se frotó los brazos ante el escalofriante pensamiento, antes de mirar a un lado, a la pared del vaporoso baño. Entonces comenzó a escribir letras con un dedo.

『Mi Esposo.』
febrero 18, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 17

Capítulo 17. Afrodisíaco


Las asistentes del palacio imperial se paseaban inquietas de un lado a otro frente a la habitación nupcial. Todos estaban al tanto de la conmoción de anoche. ¿Y cómo no iban a estarlo? Al principio, salían gemidos de la habitación, luego gritos y, por último, el ruido de algo rompiéndose.

Todos pensaban que la había perdonado durante la boda, pero que la mataría durante la noche. Nada más terminar la boda, los rumores sobre las exigencias que la ahora Emperatriz Cecile había hecho antes de la boda, se esparcieron rápidamente por todo el palacio imperial. Todo el mundo pensaba que el Emperador destruiría Navitan cuando tuviera tiempo. Y, por supuesto, mataría a la Emperatriz antes de eso.

A la mañana siguiente, el Emperador salió de la habitación nupcial con un raro buen humor. Al ver eso, las asistentes se persignaron y se pusieron a discutir cuando el Emperador se marchó. Uno de ellas preguntó: "¿Quién quiere entrar a limpiar el cuerpo de Su Majestad?"

Naturalmente, nadie levantó la mano. Al final, llegaron a un consenso para decidir por piedra, papel o tijera.

"¿No se supone que el perdedor debe entrar?"

"Lo dices como si se tratara de un castigo. Es un honor tener la oportunidad de servir a Su Majestad, así que, por supuesto, debe entrar el ganador."

Así, estando de acuerdo, las asistentes empujaron al ganador a la habitación. La ganadora respiró profundamente, apretando sus manos contra su pecho palpitante. 'No puedo acostumbrarme a ello por muchas veces que lo vea'.

La gente moría demasiado a menudo en el palacio imperial. Hubo una vez en la que la asistente había doblado la esquina de un pasillo, sólo para ser recibida por la vista de un cadáver decapitado. Una vez, incluso había encontrado a uno de sus colegas, con el que había disfrutado trabajando hasta el día anterior, flotando boca abajo en un estanque.

Ni siquiera era necesario buscar al culpable de estos asesinatos. En el momento en que se encontró con el cuerpo decapitado, el Emperador estaba cerca, al final del pasillo, limpiando la sangre de su espada. Y en el caso del cadáver en el estanque, parte de los vidrios de la ventana de la oficina del Emperador estaban flotando junto al cuerpo.  Al principio estaba tan asustada que le suplicó al chambelán jefe que la dejara salir del palacio imperial de inmediato, pero el chambelán jefe respondió como siempre lo hacía cuando alguien se lo pedía llorando. Le mostró el contrato y le dijo, 'Trabaja tus 3 años antes de irte. O te colgarán'.

En resumen, esas eran las condiciones del contrato. Cuando la asistente se puso a desempacar sus cosas con lágrimas en los ojos, el chambelán jefe le dijo que estaría bien siempre y cuando no hiciera nada extraño.

La asistente tocó la puerta, anunciando, "Su Majestad, he venido a ayudar."

"A limpiar su cuerpo", murmuró la asistente. Se quedó mirando la puerta sin obtener ninguna respuesta. Pues claro. ¿Cómo respondería un cadáver? La asistente inhaló profundamente y abrió la puerta. "¿Eh?"

Pero, al contrario de lo que esperaba, no olió nada de sangre. Lo único que percibió fue el olor del vino, el aroma del perfume de rosas aplicado a la Emperatriz y un extraño olor a pescado...

"Um..." La asistente estaba olfateando, buscando en la habitación el cuerpo de la Emperatriz, cuando escuchó una fina voz desde la cama.

"¡Huwuwup!"

La asistenta se giró hacia la cama y gritó de sorpresa. Un brazo blanco y delgado se había deslizado entre las sábanas de la cama, haciendo señas a la asistente.

"¡Su Majestad! Usted, usted está vivo!" exclamó la asistenta al borde de las lágrimas, aliviada por no tener que encargarse del cadáver. Pero, al mismo tiempo, se sintió desconcertada. ¿El Emperador perdonó a la Emperatriz? ¿Por qué? Se acercó a la cama y pronto descubrió la razón. La Emperatriz estaba sacando la cabeza de las sábanas, y el rostro de la asistente enrojeció cuando la vio.

Tenía los labios hinchados. También, marcas rojas por todo el cuello, los hombros y los brazos. Era evidente que el Emperador y la Emperatriz habían pasado una noche muy caliente.
febrero 18, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 16

Capítulo 16. Afrodisíaco


'Pero no me equivoco'.

Seguro que había gente de ese tipo en el mundo. No, seguro que había montones de ellas. Sólo que resultaba difícil encontrarlas porque las candidatas a Emperatriz solían elegirse entre Princesas que tenían una vida confortable. Si buscaran aspirantes a Emperatriz entre las mujeres que estaban un poco más desesperadas, podrían encontrar la mejor opción. ¿Quién sabe si realmente hay muchas Princesas como ella, nacidas fuera del matrimonio?

Puede que haya algunas que pensaran que en lugar de vivir con la preocupación perpetua de ser vendidas a dios sabe quién, sería mejor recurrir al mayor poder del continente. Mientras Cecile estaba encerrada en sus pensamientos, la mirada de Estian había cambiado. Reanudó su interrogatorio. "¿No parece que tengas esos deseos?"

"Sí, quería vivir una vida tranquila y larga."

"...Ya veo". Su respuesta instantánea hizo que Estian guardara silencio por un momento, y luego preguntó: "¿Qué piensas de mí?"

"Eres el mayor tirano de esta época. Después de todo, formaste ríos de sangre y construiste montañas de cadáveres."

"...No, ese tipo de cosas no."

"¿Entonces qué? Si puedo preguntar..."

"Sólo quiero tu primera impresión de mí. Lo que quiero preguntar es... Digamos que no me conoces como Emperador. ¿Cómo me considerarías como un posible esposo?"

Cecile tuvo la sensación de que Estian había tartamudeado un poco, pero su boca siguió respondiendo sin siquiera darle tiempo a reflexionar sobre ello. "Espléndido. Tu rostro es llamativo por sí mismo, pero tu cuerpo es mortífero. Tu piel no es demasiado blanca, ni está quemada por el trabajo, es el tono de bronceado ideal. Además, cuando te vi lanzando dagas hace un rato, me di cuenta de que tienes más fuerza que cualquier protagonista masculino de los que siempre he leído en los libros. Se supone que a las personas le faltan músculos si tienen una cara bonita o si tienen músculos tendrán una cara patética... ¡Pero quién hubiera soñado que tuvieras ambas cosas! Una cara maravillosa y un cuerpo maravilloso. Te doy 10.000 puntos sobre 10. Y añado otros 1.000 puntos por tener una buena voz. Si no fueras el Emperador, te juro que te habría atraído a mi lado y te habría dado una vida de confort, aunque tuviera que trabajar veintidós horas al día. Incluso en este mismo momento, si no estuviera en esta situación, me hubiera gustado tumbarte a mi lado y contemplarte durante horas. Ah, por supuesto, y sin la camisa."

'Maldito suero de la verdad... maldita boca. ¿No hay alguna manera de salir por la ventana?' Se preguntó. Sentía que encontraría más tranquilidad flotando junto a los cadáveres de afuera.

La boca de Estian se curvó en una sonrisa mientras Cecile sufría por sus propias palabras. 

"¿Pe, pero por qué preguntas algo así...?"

La sonrisa de Estian se hizo más pronunciada. "Creo que... tenemos que hablar un poco más."

Abrió la botella que estaba al lado de la que había bebido Cecile y vertió su contenido en una copa, diciendo, "Bebe. Este es el antídoto".

"¡Deberías habérmelo dado desde el principio!" Cecile se quejó y bebió apresuradamente de la copa que Estian le llevó a la boca. No podía permitir que su boca hiciera más locuras de las que ya había hecho. En poco tiempo, se sintió igual que cuando había bebido el suero de la verdad por primera vez. La fuerza abandonó su cuerpo y se balanceó en su silla.

'Debería comenzar a controlar mi boca'.

Cecile intentó desesperadamente levantar su cuerpo desplomado. En cualquier caso, estaba ante el Emperador. Al menos debía permanecer sentada... "¿Eh?"

Sus ojos se agrandaron cuando fue levantada repentinamente. De repente se encontraba en la misma situación que antes, como cuando el Emperador la cargó en sus brazos antes de la boda.

"¿Querías hablar...?"

"Lo haremos". La voz de Estian hizo cosquillas en los oídos de Cecile. "Después de que atienda algunos asuntos pendientes."

'¿Asuntos pendientes? ¿Qué asuntos?'

miércoles, 17 de febrero de 2021

febrero 17, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 15

Capítulo 15. Afrodisíaco


"Nombre, Cecile Franvier Navitan. ¿Correcto?"

"Sí."

"Nacida entre el Rey de Navitan y una sirvienta del palacio real. Gracias a tu cabello platino y tus ojos verdes, fuiste reconocida como princesa de Navitan, pero pasaste toda tu vida en una villa real..."

"Sí."

"Recibiste educación básica en la villa real, pero la única compañía que tenías eran las sirvientas, y tu pasatiempo consistía en leer novelas románticas con ellas. ¿Correcto? Tus historias favoritas principalmente involucraban a una bella mujer pobre que estaba a punto de ser vendida y la rescataba un caballero, lo que los llevaba a comenzar una relación."

"...Así es."

"Y la mayoría eran novelas para adultos. Los títulos eran, veamos... ¿La Princesa Encarcelada Llora ante el Amor del Caballero? ¿Canario en la Jaula Eterna? ¿Amor Secreto Bajo el Ático?"

"...Me equivoqué. Por favor, detente y mátame ahora."

Ante las preguntas que siguieron, Cecile quiso saltar por la ventana desde la que se arrojaron los cadáveres.

...
...

Había estado nerviosa por las preguntas que surgirían cuando el Emperador comenzara el interrogatorio. En ningún momento pensó que el Emperador mencionaría los títulos de las novelas que le gustaban, preguntándole, '¿Este es el tipo de cosas que te gustan?' Por no hablar de que todos eran libros tan embarazosos que no se podían leer públicamente.

Cada vez que uno de sus títulos favoritos fue pronunciado por la boca del Emperador, Cecile quería golpearse la cabeza contra la pared. Por desgracia, envuelta en las sábanas, lo mejor que pudo hacer fue estremecerse en el acto.

'Así que esto es lo que llaman muerte por vergüenza'.

No esperaba que su mente se agotara tanto cuando ni siquiera la estaban torturando.

"Muy bien, eso es todo sobre los detalles personales. Ahora, sobre lo que tenía curiosidad. ¿Por qué querías que saliera y te cargara con el pretexto de las inexistentes costumbres de Navitan?" preguntó el Emperador.

Cecile reflexionó sobre qué excusa decirle. Pero sus labios comenzaron a moverse sin parar en contra de sus deseos. "Quería arrastrar conmigo al reino de Navitan por haberme vendido... ¿Eh?"

'¿Qué? ¿Por qué mi boca habla por sí sola?' Cecile se apresuró a cerrar la boca conmocionada, pero ya era demasiado tarde. 'Qué raro. ¿Por qué estoy actuando de esta manera?'

Desconcertada, los ojos de Cecile se movieron de un lado a otro antes de detenerse en una botella sobre la mesa. 'No puede ser...' Los labios de Estian se curvaron en una ligera sonrisa cuando vio que la mirada de Cecile se detuvo en el suero de la verdad. "Sí, no hay nada de qué sorprenderse. El suero de la verdad que has tomado es bastante potente. Por mucho que intentes no responder o tergiversar tus palabras, tu boca sólo dirá la verdad."

El rostro de Cecile palideció ante sus palabras. Estian observó atentamente a Cecile antes de volver a hablar. "Vendida, dices... Debes haber sido muy infeliz al venir al imperio en lugar de las otras princesas. ¿Odias tanto este matrimonio?"

"¡Pero claro! ¿Quién querría casarse con Su Majestad?"

El rostro de Estian se puso rígido ante su respuesta. El cambio de expresión hizo que Cecile se tuviera ganas de llorar. 'No sé dónde o cómo han fabricado este suero de la verdad, pero funciona de maravilla...'

Estian permaneció un rato en silencio. Ella le echó un vistazo y pensó que su rostro rígido parecía algo conmocionado. Por supuesto, ella sabía que el Emperador no podía escandalizarse por algo como eso. 

Sin embargo, Cecile tuvo la sensación de que tenía que consolarlo por alguna razón. Y en el momento en que sus pensamientos llegaron a ese punto, su boca comenzó a moverse de nuevo, "Quiero decir... Ahora que lo pienso, puede que no todo el mundo odiara casarse con Su Majestad, y puede que haya algunas mujeres a las que les guste. Estoy seguro de que esas personas se sintieron miserables por no haber sido elegidas por Su Majestad, y me maldijeron cuando nos casamos."

"...¿Qué clase de persona desearía casarse conmigo?"

"Eh... ¿La clase de persona que querría disfrutar de todo tipo de lujos y placeres, sin preocuparse por morir en cualquier momento...?" En este punto, Cecile pensó que la bebida que había tomado podría considerarse un hechizo mágico en lugar de un suero de la verdad. Ella tenía ganas de golpearse la boca, que estaba expulsando las palabras de su cerebro sin reservas. 
febrero 17, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 14

Capítulo 14. Algo Va Mal


Sabía que era demasiado tarde para arrepentirse, pero aún no estaba muerta; sentía la necesidad de al menos intentar salir con vida. Cecile permanecía quieta con la cabeza en el suelo, con diversos pensamientos en su mente, cuando escuchó una voz desagradable desde arriba.

"Qué visión tan desagradable."

"Le ruego que me perdone. ¿Debo bajarme un poco más?" Dicho esto, Cecile pegó sus extremidades al suelo. Como su vestido se había destrozado un poco sin que ella se diera cuenta, parte de su pecho descubierto rozaba el suelo y sus muslos estaban expuestos, pero en ese momento a ella no le importaban esas cosas.

"Lo que quiero decir es..."

Ella escuchó un suspiro. El sonido incitó a Cecile a reflexionar sobre cómo podría tumbarse aún más. ¿Debería pegar la cara a la alfombra? El Emperador se puso en pie tras suspirar profundamente. La sujetó por la cintura con sus robustos brazos, levantándola con facilidad.

"¡Uah!" exclamó Cecile y se puso tensa, su mente recordó el destino de aquellos cadáveres arrojados por la ventana. ¿La arrojaría viva por la ventana? Pero al contrario de lo que Cecile imaginaba, el Emperador sentó cuidadosamente a Cecile en la silla que tenía enfrente. '¿No es esto como la vez que me cargó antes de la boda?'

Antes de que pudiera cuestionar las acciones del Emperador, éste recogió la sábana del suelo y envolvió a Cecile con ella.

"Mucho mejor". El Emperador murmuró satisfecho viendo a Cecile envuelta como una oruga. '¿Tan mal me veo?' se preguntó ella. 'Entonces, ¿Por qué ha dejado mi cara al descubierto?' Aunque envolvió el resto como si no quisiera verlo.

"Por fin estamos listos para conversar. El estado en el que te encontrabas hace un momento... parecía poco apto para la conversación."

"Cuando dices conversación..."

"Por supuesto, una conversación en la que yo pregunto y tú respondes".

'¿No es eso lo que normalmente se llamaba interrogatorio?' Cecile apartó el pensamiento mientras asentía fervientemente. Tenía que obedecer por el momento.

***

Estian miraba a Cecile, que estaba envuelta como un capullo.  No pudo evitar preguntarse si esta persona aterrorizada que tenía delante era la misma mujer que había hecho peticiones muy atrevidas antes de la boda. Estian observó sus ojos que se movían de un lado a otro con aparente nerviosismo, pero entonces notó la hinchazón en la frente de Cecile.

'Qué débil es'.

A juzgar por la coloración roja de la hinchazón, resultaba evidente que a la mañana siguiente tendría un feo moretón con un abultamiento. Sintió un repentino malestar al pensar en ello y murmuró, " Después de todo, debería haberles cortado la cabeza antes de lanzarlos."

Cecile emitió un grito ahogado al escuchar su murmullo. Estian la vio acurrucarse con aprensión dentro de las sábanas.

'Eso parece doloroso'.

Hacía un rato, había masajeado deliberadamente los hombros y el cuello de Cecile para engañar a los asesinos. Sintió la rigidez de sus músculos, probablemente debido a la tensión, por lo que Estian se centró a propósito en esas zonas. El resultado fueron los gemidos que había previsto.

Cecile no se había dado cuenta en ese momento, pero en el momento en que gimió, el cuerpo de Estian se estremeció ligeramente. Le invadió una sensación indescriptible. ¿Era por la suavidad de la piel bajo sus ásperas manos? Además, Cecile había sido preparada por los asistentes para la primera noche de la boda, sus sentidos captaban una sutil fragancia de su cabello cada vez que Cecile se retorcía de dolor.

'Nunca me había gustado el perfume, y sin embargo...'

Estian siempre había sentido rechazo por los perfumes. Después de todo, esas cosas adormecían la nariz. Como alguien que necesitaba estar constantemente en guardia contra su entorno, eran cosas que debía evitar absolutamente. En ese momento, Estian movió un poco más las manos. De tanto cortar y matar en su vida, había adquirido conocimientos sobre la ubicación de los músculos. Estian utilizó sus conocimientos, presionando los puntos en los que más le dolería a Cecile. Los gemidos estallaron una vez más.

En aquel momento, pudo percibir un movimiento oculto más allá de la pared de la habitación. Estaba seguro de que los sonidos de la respiración pesada y los gemidos les habían hecho creer que ambos se estaban entregando a la noche. Había estado esperando a que hicieran un movimiento, pero no le pareció en absoluto bienvenido.

'¿Si no fuera por esos tontos, ahora mismo yo...'

Pensando hasta ese punto, Estian se sorprendió a sí mismo. ¿Si no hubiera habido asesinos? ¿Qué pasaría entonces? En aquel momento, miró a Cecile, que jadeaba bajo él. Los gemidos salían de sus labios mientras su cuerpo se retorcía y se enroscaba. Su ropa estaba desordenada y su respiración era intensa. Las lágrimas colgaban de las esquinas de sus ojos ligeramente enrojecidos.

Su cabello rubio se extendía por la cama, brillando en la oscuridad de la habitación, y sus ojos verdes parecían cristales bajo la luz de la lámpara. Estian no pudo apartar los ojos de ella mientras pensaba en quién era aquella mujer.

Era la mujer que había venido de un país lejano para casarse con él. Su esposa. Y, según el compromiso oficiado por el pontífice, la mujer que sería para siempre su compañera de vida. En el momento en que sus pensamientos llegaron a este punto, por primera vez en mucho tiempo, sintió que la sangre se le subía a la cara. 'Algo va mal', pensó.
febrero 17, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 13

Capítulo 13. Algo Va Mal


Vio una cuchilla afilada brillando en la oscuridad. El Emperador había sacado de repente una daga de algún lugar.

'¿Qué...? ¿Va a matarme ahora?'

A pesar de todas las travesuras que hizo para buscar la muerte, seguía sintiendo miedo ante ella. El Emperador se movió como un relámpago en el momento en que Cecile intentó gritar. Ella ni siquiera pudo captar lo sucedido, porque había ocurrido con demasiada rapidez. Lo único que Cecile podía decir era que salió volando junto con la sábana, y que la daga en la mano del Emperador también salió disparada.

"¡Aagh!"

"¡Ghah!" gritó Cecile de forma involuntaria a la par que una voz que no pertenecía al Emperador. Cayendo a la alfombra de golpe, Cecile se quedó en el suelo parpadeando. Y en el momento en que giró la cabeza, soltó un grito. "¡Ahhhhhhh!"

Le sorprendió observar a un hombre con una daga en el centro de su garganta, mirándola con ferocidad. La sangre brotaba de la herida del hombre.

"Debo, completar la misión..." El hombre aún no había muerto a pesar de haber sido apuñalado en un punto vital. "Debo matar a la princesa Cecile..."

La mano del hombre que gorjeaba se alzó en el aire. En su mano había una daga tan afilada como la que tenía en la garganta. Y esa daga apuntaba precisamente hacia Cecile. Pero ella no pudo ni siquiera intentar esquivar el golpe, sino que se limitó a contemplar la cuchilla que se acercaba. 'Voy a morir. Pero, ¿Por qué yo y no el Emperador?'

¿Por qué no apuntaba al Emperador en su lugar? ¿Por qué la mataría a ella si no ha hecho nada malo? Su mente se lleno en un cúmulo de pensamientos, pero ninguno de ellos logró salir de su boca.

¡Twack!

Justo antes de que la daga aterrizara en su frente, el cuerpo del hombre salió volando junto con un sonido contundente. En ese momento, la daga cayó de su mano y rodó hasta el suelo.

"Te atreves..."

Ella escuchó un gruñido  cargado de furia. Al escuchar esa voz, Cecile se dio cuenta de que el Emperador había apartado al asesino de una patada. 'El Emperador me ha salvado hace un momento, ¿No es así?'

Lo había hecho tirándola de la cama y echando también al asesino hace un momento. Definitivamente, el Emperador estaba tratando de salvarla. Ahora el Emperador estaba sacando más dagas de su cinturón y comenzaba a lanzarlas hacia la pared. Cecile estaba tendida en el suelo, temblando, y contemplaba lo que se desarrollaba ante sus ojos. Había disfrutado leyendo sobre este tipo de situaciones emocionantes en las novelas, pero al experimentarlo ella misma en persona, no quería volver a pasar por algo parecido.

¡Thwok! ¡Thwok! ¡Thwok!

Ya le resultaba bastante sorprendente mirar las dagas incrustándose en la pared, pero incluso escuchó fuertes sonidos tras su impacto. Los mangos de las dagas oscilaban y sus cuchillas atravesaban completamente la pared. Antes de que las dagas se quedaran quietas, comenzaron a aparecer manchas alrededor de las cuchillas. Cecile pronto pudo notar que las manchas eran de color rojo oscuro. Era sangre. No había ninguna posibilidad de que hubiera cerdos o vacas en este lugar, así que sólo podía tratarse de sangre humana.

'¿Había gente aquí? ¿Qué demonios pasa en este palacio imperial? ¿Cómo puede haber gente escondida en estos lugares?' Mientras tanto, el Emperador se acercó a la pared y la pateó violentamente. Parte de la pared se derrumbó estrepitosamente, y se reveló lo que había estado escondido dentro. Algo cayó lentamente hacia adelante. Se trataba de un cadáver. Un cadáver con un puñal en el centro de la frente.

"Así que estos son todos. Enviaron menos de lo esperado". Murmuró el Emperador.

'¿Menos? Hay un cuerpo en el suelo y tres puñales en la pared. Un total de cuatro asesinos, ¿Pero dice que son menos de los esperados?'

Cecile contuvo la respiración cuando el Emperador volvió a sentarse en la cama. Cecile puso en marcha los engranajes de su cabeza al verlo sentado. ¿Qué debería hacer ahora? ¿Decirle que ha hecho un buen trabajo y marcharse? ¿O tenía que encargarse de los cadáveres? Ella estaba mirando los cadáveres, incapaz de moverse, cuando el Emperador se levantó y se acercó a uno de ellos, levantándolo por el cuello. Levantó el cuerpo de un asesino más grande que él, como si sostuviera una muñeca, y fácilmente lo arrojó por la ventana.

'Así que es cierto que posee una fuerza hercúlea'. Ella no habría querido confirmar de esta manera uno de los rumores sobre el Emperador. Un buen rato después de que el Emperador se deshiciera del cadáver como si arrojara una pequeña piedra, se escuchó a lo lejos un chapoteo, como si algo pesado hubiera caído profundamente en el agua. A partir de entonces, el Emperador volvió a moverse y le siguieron tres salpicaduras más. Todos los cadáveres de los asesinos fueron arrojados al exterior.

"Limpio, justo como me gusta". El Emperador murmuró para sí mismo sacudiéndose el polvo de las manos, mientras Cecile miraba la pared destrozada y los charcos de sangre, con ganas de preguntar, '¿A qué te refieres con limpio?'. El Emperador se sentó en una silla junto a la mesa y llamó a Cecile. "Ven aquí y siéntate."

"¡Sí!"

Cecile salió disparada como un cachorro hacia su amo y se arrodilló ante él. Sin embargo, sus acciones hicieron que el Emperador frunciera el ceño. Viendo la expresión en el rostro del Emperador, Cecile plantó su frente en el suelo con un golpe audible, diciendo, "Me disculpo. He sido insolente manteniendo la cabeza levantada. Por favor, perdone mi insolencia."

Atrás quedaron sus pensamientos de querer morir. Volvió a sus cabales después de haber visto morir a una persona ante sus ojos. No quería salir de esta habitación de la misma manera que lo hicieron esos cadáveres. Y tampoco quería flotar junto a ellos.

'¡Debería haberme comportado obedientemente!'

martes, 16 de febrero de 2021

febrero 16, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 12

Capítulo 12. Una Noche Salvajemente Caliente


'¡Aquí es donde estaba ese hombre!'

Si pudiera, lo llevaría para mostrárselo a las sirvientas de la villa real. Cecile miró aturdida al Emperador durante un momento más, antes de que le hiciera una pregunta importante. "Espera un momento. ¿Por qué estás encima de mí?" 

Le parecía bien que se desnudara y todo eso, pero ¿Por qué lo hacía encima de ella? Él pensó brevemente sobre su pregunta, antes de responder, "¿Me quieres abajo? ¿Así como te gusta?"

"No, ese no es el problema."

"¿Entonces cuál es?" 

La boca de Cecile reveló sus pensamientos libremente. "En primer lugar, creo que darle a alguien afrodisíacos no es bueno."

El rostro del Emperador se puso rígido ante sus palabras. "¿Afrodisíacos?" 

"Sí, afrodisíacos. ¿Qué tan inseguro te sientes para dárselos a alguien? Sólo la escoria usa esas cosas. Todos los que lo usan deberían ser eliminados."

Tal vez su corazón la instaba a morir esta noche, puesto que había sobrevivido durante el día. Cecile continuó hablando, incluso sintiéndose asombrada por lo atrevida que estaba siendo en este momento. "Había escuchado sobre  la existencia de esas dr0gas, pero por Dios, no esperaba que un Emperador recurriera a ellas."

"Un momento. Creo que parece haber un malentendido."

"No hace falta que te pongas excusas. De todos modos soy la única que lo sabe. Ah, claro, los asistentes que lo prepararon también deben saberlo. Pero querido... supongo eres consciente de que el s3xo sin consentimiento es un delito, ¿No? Lo mismo ocurre con los afrodisíacos". Cecile expresó sus pensamientos. 

El Emperador se levantó de la cama ante sus palabras y se acercó a la mesa. Miró la botella que Cecile había abierto y le preguntó: "¿Dices que has bebido esto y crees que es afrodisíaco?"

"Sé que no es alcohol. ¿Qué tipo de bebida te debilita el cuerpo y te deja duerme los sentidos?"

"Como tú dices, no es alcohol."

'Lo sabía'. Pero justo cuando Cecile estaba a punto de soltar otra oleada de maldiciones en su interior...

"Esto es un 'suero de la verdad'."

"...¿Perdón?"

"Te dije que es un suero de la verdad. Uno muy puro. ¿Por qué estabas bebiendo esto? Iba a usarlo si las cosas se ponían problemáticas."

Cecile se sintió estupefacta ante la revelación. '¿Por qué, oh, por qué pondría algo como eso en la mesa de todos los lugares?'

"Suero de la verdad... ¿Ibas a usar eso para...?"

"Esa no era mi intención". En ese momento, los ojos del Emperador se entrecerraron, y echó un vistazo a la pared de la habitación. Luego, se acercó a la cama y se abalanzó sobre Cecile, inmovilizándola.

"¿Qué estás haciendo?" 

"Lo que debo hacer esta noche". El Emperador respondió a su pregunta con un tono apático. Entonces la puso boca abajo y la agarró bruscamente por los hombros.

"¡Agh!" Cecile chilló ante el repentino dolor que sintió en sus hombros. Había estado agitada durante varios días durante la preparación de la boda, y además su cuerpo estaba rígido por la tensión que sintió mientras estuvo de camino al palacio imperial. Además, debido a que se había dormido en una mala postura cuando el suero la dejó inconsciente hace un rato, le dolía el cuello. El Emperador presionó con sus dedos aquellos músculos tensados, lo que hizo que Cecile soltara un grito. La mano del Emperador volvió a moverse.

"¡Ahhh! ¡Augh! ¡Detente!" Cecile gemía continuamente ante el despiadado agarre del Emperador.  Antes de darse cuenta, estaban cubiertos por las sábanas de la cama. En medio de la oscuridad, Cecile se retorcía y giraba en una lucha por evitar sus manos, gimiendo todo el tiempo. "¡No! ¡Ahí no! ¡Para, para! ¡Aghh!"

"Quédate quieta, ¿Quieres?" 

"¡No! ¡Deja de hacerlo!" Ella suplicó.

Cada vez que las manos del Emperador se movían se producían intensos sonidos. Cuando una lágrima brotó de uno de sus ojos, a Cecile le pareció algo extraño.

'¿Se siente increíblemente bien?'

Aunque le dolía porque el Emperador sólo se dirigía a las zonas de los músculos tensados, lo que vino después del dolor fue una sensación de liberación totalmente nueva. En poco tiempo, su cuello, que antes estaba dolorido, se sentía perfectamente bien. Tras darse cuenta de ello, Cecile dejó de luchar y se confió en el Emperador.

"¡Augh! ¡Allí...! ¡Ahh...! ¡Un poco, un poco más...!" Cecile gimió mientras daba vueltas en la cama por la mezcla de dolor y euforia que sentía, pero de repente un pensamiento pasó por su cabeza. En una habitación oscura. En la primera noche de matrimonio. Su cuerpo curvado bajo las sábanas. Gimiendo.

'Espera un segundo. ¿No es esta una situación perfecta para darle a alguien una idea equivocada?'

Fue en ese momento...
febrero 16, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 11

Capítulo 11. Una Noche Salvajemente Caliente


"¿Mm?" Cecile se frotó los ojos cuando notó que su vista comenzaba a nublarse. 

'¿Qué es esta bebida? ¿Existe un alcohol que emborrache de inmediato? ¿No suelen llamar a eso dr0gas, no alcohol? Espera. ¿Dr0gas?'

Cecile volvió a examinar los cambios que se estaban produciendo en su cuerpo. La mente se volvía confusa. El cuerpo ardía de calor. La respiración estaba pesada. Recordaba vagamente haber escuchado a menudo sobre una dr0ga que inducía esos síntomas. ¿Dónde lo había escuchado? Cierto. En los libros que había compartido con sus sirvientas. Los títulos de esos libros pasaron por la cabeza de Cecile.

'Una Noche Caliente', 'El Amor Prohibido Siempre es Dulce', 'La Alondra Canta: Toque de obscenidad', entre otros. Todos ellos eran Libros Que No Deberían Nombrarse. El argumento sacado de los clichés, que ponía a los amantes románticos en la vía rápida en el dormitorio, sin ninguna narración tediosa...

Cecile tiró la copa que tenía en la mano, horrorizada. "¿Esto es un afrodisíaco?" 

Afrodisíaco. Una droga que incineraba instantáneamente la razón con las llamas del deseo sexual, por supuesto, hacia el sexo opuesto.

"¡Esos enfermos! ¿Por qué demonios habrán puesto algo como eso aquí?"  Los maldijo inconscientemente. Se metió un dedo en la boca y trató de vomitar lo que había bebido, pero era demasiado tarde. Cecile sintió que las fuerzas de su cuerpo se desvanecían rápidamente.

'No. Como... esto...'

Se tambaleó y se dejó caer sobre la cama. Cecile se preguntaba por qué esa dr0ga estaba aquí mientras su conciencia comenzaba a desvanecerse.

'Maldito Emperador... ¿Planeabas usar eso esta noche?'

No pudo encontrar otra respuesta que esa. Sin embargo, por alguna razón, sintió lástima en medio de su ira. ¿Qué importaba que fuera guapo? No podía hacer nada sin usar dr0gas. Así, los ojos de Cecile se cerraron suavemente en medio de sus reflexiones. Y cuando recobró el sentido, sintió como si el mundo temblara.

'¿Qué...? '

'¿Qué diablos? Espera, ¿Dónde estoy? ¿Por qué estoy así?' Afortunadamente, logró recordar lo que había sucedido antes de que se desplomara, incluso en su estado mental mareado. Así que lo maldijo. "¡Maldito Emperador!" 

"Eso lo dicen a menudo, pero había pasado mucho tiempo desde que alguien me lo decía a la cara. Qué novedad. "

"¿Eh?" Los ojos de Cecile se agrandaron al escuchar de repente una voz. El apuesto rostro de una persona que había visto antes la estaba mirando. Su cabello negro representaba la personificación del cielo nocturno, y sus ojos negros contenían una oscuridad insondable, pareciendo poseer un misterio en su interior. Ella lo había encontrado bastante atractivo cuando había luz en el exterior, pero no pensó que se vería aún más deslumbrante en la oscuridad de una habitación cerrada. 'Esto no es justo', ella pensó.

Cecile siguió mirándolo fijamente, pero cuando su línea de visión se desplazó ligeramente hacia abajo, dijo con perplejidad, "¿Qué. ¿Por qué estás completamente desnudo?"

"No completamente. Todavía tengo la ropa íntima puesta". contestó Estian con calma.

Con esto, Cecile se dio cuenta de por qué el mundo temblaba hace unos momentos. Antes de que se hubiera dado de cuenta, el Emperador se había subido a la cama y se estaba quitando la ropa. Vio las ropas del Emperador,  esparcidas a un lado, lo que demostraba que sus pensamientos estaban en lo cierto. Mientras tanto, el Emperador recogió una prenda de ropa y la arrojó fuera de la cama.

El Emperador se echó el cabello hacia atrás, después de realizar una hazaña que no era posible sin una buena cantidad de fuerza. Cecile lo observó todo con la mente nublada.

'Tiene una buena apariencia, y también un buen cuerpo'. 

Decidió dejar de pensar en la situación en la que se encontraba y disfrutar de la magnífica vista que tenía delante. Músculos esbeltos en un cuerpo moderadamente bronceado. Cecile tragó saliva cuando presenció los músculos ondulantes y las venas brotadas de su brazo al lanzar la prenda.

'Ahh. Como me gusta ese tipo de cuerpo.' 

Lo que veía ante ella representaba el físico ideal del protagonista masculino de las novelas que leía con sus sirvientas. Todas lamentaban el hecho de que los hombres guapos tuvieran cuerpos pésimos, y los musculosos, pésimos rostros. ¿Dónde se podría encontrar un hombre con ambas cualidades?

domingo, 14 de febrero de 2021

febrero 14, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 10

Capítulo 10. Una Noche Salvajemente Caliente


'Me pregunto cuándo vendrá el Emperador'. 

Una vez terminada la boda, Cecile fue rodeada por las asistentes imperiales y conducida a la habitación en la que se encontraba actualmente. Cuando llegaron, las asistentes se afanaron en cambiarla, lavarla y prepararla para la noche. Poco después, Cecile quedó sola en la gran habitación.

La habitación era mucho más grande y lujosa que cualquiera de las que había visto en el palacio real de Navitan. Incluso todo dentro de la habitación rebosaba de extravagancia.

En la mesa a un lado de la habitación había una verdadera montaña alimentos y alcohol. La organización resultaba agradable a la vista, pero la cantidad era descomunal. Tanto que uno podría confundirlo con un banquete.

Cecile se acercó a las frutas, echando un vistazo a su alrededor a pesar de saber que no había nadie, y tomó con cuidado una rebanada de naranja. Al ingerirlo, el refrescante zumo brotó con dulzura, rejuveneciendo el interior de su boca, que estaba seca por la tensión. "Qué rico."

Cuando vivía en su villa real, las frutas representaban un alimento de lujo que sólo se podía obtener durante los grandes eventos. El reino de Navitan era un país con un clima desfavorable, por lo que su mercado de frutas dependía sobre todo de la importación. A Cecile le resultaba doloroso, puesto que le gustaba mucho comer frutas. Una vez había intentado valientemente cultivar un árbol frutal en el jardín de su villa real, junto con sus sirvientas, pero no había dado muchos frutos. Aunque, por supuesto, esto no quería decir que no comiera nada. Muchas veces se colaba en el invernadero del palacio principal para saquear sus tesoros.

Cecile se quedó absorta comiendo rebanada de fruta tras rebanada de fruta mientras recordaba cosas del pasado, cuando de repente su mano se detuvo. 'No se quejará de que haya comido un poco primero, ¿Verdad?'

La cara del Emperador le vino de repente a la mente. Y al mismo tiempo surgió una pregunta que había olvidado en la euforia de su festín.

'¿Por qué no me ha matado?'

Había escuchado a sus oficiales clamando por sangre en la distancia mientras la arrastraban las asistentes después de la boda.

¡Acabemos con el reino de Navitan!

¡Estoy dispuesto a emprender la guerra en este mismo instante! Los haré desaparecer de la faz de la tierra.

¡Qué indignante es que hayan enviado a una mujer tan loca!

Y a sus gritos, Cecile respondió interiormente, '¡Sí! ¡Eso mismo pienso! ¡Aplástenlos!', animándolos en su interior con fervor.

Durante un largo rato, Cecile se preguntó por qué el Emperador no la había matado en el acto, pero después se dio por vencida y se tumbó en la cama. El colchón agradablemente flexible y las suaves sábanas parecían una bendición.

'Puede que me guste ser emperatriz'. 

Ella no pudo evitar rebosar de alegría, tumbada en una cama limpia y agradable después de comer sabrosas frutas. Antes de la boda sentía que 'podría morir', pero ahora ese pensamiento se desvanecía a una velocidad increíble. Pero un momento después, el rostro de Cecile se ensombreció. ¿Qué sentido tenía tener esos pensamientos ahora? 

Ya se había comportado inadecuadamente. No sabía por qué el Emperador la había perdonado por el momento, pero su destino estaba grabado en piedra. Cecile volvió a mirar la mesa. Sus ojos se fijaron en las numerosas botellas de bebida colocadas junto a la montañosa pila de comida. Se acercó a descorchar una de ellas y una profunda fragancia salió de ella.

'¡No sé mucho de vinos, pero este tiene que ser caro!'

Cecile agarró una copa de plata y después de llenarla hasta el borde con vino, tomó un sorbo.

"¡Ahhh!", exclamó.

Era una bebida muy fuerte. Sintió que el interior de su garganta ardió en el momento en que tragó.

"Vaya, esto no es ninguna broma". Cecile murmuró y se quedó parada, parpadeando lentamente. Sintió que el mundo comenzaba a girar en un instante. El calor del alcohol comenzó a extenderse por todo su cuerpo antes de que volviera a acercar sus labios a la copa.
febrero 14, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 9

Capítulo 9. Rezar Rápido y Cantar Más Rápido


"Con respecto a su pedido de hace un rato..." Kane comenzó.

"¿Cuál?" 

"El relacionado con los tutores encargados de educar a la emperatriz."

"¿Ya has vuelto después de matarlos? ¿Estaban en un lugar tan cercano?"

Estian había ordenado a Kane que matara a todos los encargados de la educación de Cecile. Cecile le había llamado guapo en cuanto se conocieron. Eso indicaba que los tutores no le habían enseñado a Cecile que despreciaba totalmente hablaran de su aspecto.

No era que lo hubieran olvidado. Estaba claro que lo habían omitido para que Cecile muriera.

"No, Su Majestad. Me estaba preparando para hacer un movimiento cuando recibí un reporte sobre el asunto. Me han dicho que todos se han suicidado con veneno."

Estian asintió sin un rastro de emoción ante las palabras de Kane, como si lo hubiera previsto. Si permanecían vivos, entonces se habría revelado la persona que estaba detrás de ellos. Estaba claro que les había ordenado suicidarse, o les habían obligado a hacerlo.

"Como esperaba, parece que una compañía de conspiradores ha hecho su jugada."

"¿Todo salió según lo planeaste?" 

"¿Por qué lo crees?" 

"Porque de otro modo habrías estado monitoreando todo de cerca. Pero, estuviste demasiado indiferente a los procedimientos de la boda, ¿No? Por eso el enemigo aprovechó la oportunidad, a pesar de sus sospechas. Qué gran jugada desde el principio. Ah, ¿Qué te pareció la emperatriz? ¿Parecía experta en la espada? ¿O en el uso de veneno?" preguntó Kane, curioso.

Estian recordó a Cecile ante la pregunta de Kane.

¿Experimentada en la espada? Sería sorprendente que Cecile pudiera levantar una espada con sus brazos, por no hablar de manejarla con eficacia. ¿Veneno? Posiblemente, sí. Sin embargo, no percibió en ella las características oscuras de los que manejan el veneno. De hecho, le pareció que un simple toque de veneno la haría desplomarse y morir. "No sé nada de eso. Sólo se veía bonita."

"¿Perdón?" 

Las palabras de Estian dejaron a Kane asombrado. Sin embargo, a Estian no le importó en lo más mínimo la expresión de Kane y retomó la lectura del documento que había agarrado antes. Era un informe sobre Cecile. Contenía información detallada sobre su estatus de princesa, cómo vivía, e incluso a quién había conocido después de llegar al imperio.

"Nada sorprendente". Murmuró. Tanto los tutores que la educaron tras llegar al imperio, como las sirvientas que frecuentaban la mansión en la que se alojaba, no había una sola persona que no fuera sospechosa.

'Todo es tan sospechoso que ella podría ser la líder en todo esto'. 

¿De qué otra forma podría explicarse que estuviera rodeada de individuos sospechosos? Pero Estian percibió fácilmente que todo formaba parte de un plan. La situación había sido preparada para que, en caso de que ocurriera algo, Cecile y el reino de Navitan asumieran la culpa de todo.

Estian soltó el documento y cerró los ojos. Por alguna extraña razón, el recuerdo de cierta mujer diciéndole '¿Hola, hermoso?', mirándolo sin un rastro de miedo, estaba alterando el orden en su mente. Estian sintió una oleada de irritación ante aquella sensación desconocida.

'El plan consistía en traer a una mujer adecuada y hacerlos salir...'

Pero consiguió una mujer algo extraña.

Estian se apoyó en su silla, murmurando para sí mismo. "Sea como sea, haré lo que tengo que hacer hoy."

"¿Tu agenda del día es...?" 

"Me he casado. "

"¡Eso significa...!" 

La molestia se esparció por el rostro de Estian. "Que los huéspedes inesperados vendrán a llamar."

"......"

"¿Entonces? Si has terminado de informarme, vete... Hoy, eres responsable de la seguridad del palacio de la emperatriz. Se pondrá un poco ruidoso al anochecer, pero hazte el sordo. Porque será una noche absolutamente increíble."

"En... entendido". Kane tartamudeó con el rostro rígido mientras se marchaba, y Estian abrió el cajón de su escritorio. En su interior había docenas de dagas ordenadas. Escogió la más afilada de todas y la colocó sobre su escritorio. Si las cosas se desarrollaban como había predicho, esta noche sería muy caliente. 
febrero 14, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 8

Capítulo 8. Rezar Rápido y Cantar Más Rápido


El Emperador durante un momento miró fijamente a Cecile antes de responder, "Elegí tirando un dado, no por sorteo. Por supuesto, no lo hice por número. Seleccioné el país en el que se detuvo el dado."

Cecile se quedó sin palabras ante su explicación. En todo caso, su elección se hizo aleatoriamente, ¿Cierto?

Antes de que Cecile se diera cuenta, puesto que aún estaba aturdida, el Emperador la había llevado a la catedral. Giró la cabeza para mirar todo el interior.

Las miradas agudas de los hombres presentes, que evidentemente eran ministros del Imperio, hacían que se le erizara la piel.

'Pensé que el Emperador sería el que mostraría este tipo de reacción. ¿Qué está pasando aquí? '

A pesar de la atmósfera amenazante, el Emperador se dirigió al altar. Cuando llegaron le preguntó a Cecile, "En Navitan, ¿Es obligatorio sostener a la novia durante toda la boda?".

"...No."

Para comenzar, en Navitan no existía la costumbre de llevar a las novias a la iglesia. Simplemente se trataba de una tradición retratada en una de las novelas románticas que leyó hace tiempo con las sirvientas de su villa real.

Y diez horas más tarde...

'Las cosas están sucediendo un poco diferente de lo que esperaba...'

Cecile reflexionó sobre la situación mientras veía a Estian subirse sobre ella y quitarse la ropa.

***

La boda avanzó en un parpadeo.

"Que toda la ceremonia terminen en 10 minutos. "

"¡Eso es imposible, Su Majestad!" El pontífice dijo con la cara al borde de las lágrimas ante la orden de Estian. ¿Qué boda se hacía en 10 minutos?

"Aunque los procedimientos se reduzcan al mínimo, hay que rezar y cantar himnos, así que cómo..." 

"Lo único que hay que hacer es rezar rápido y cantar más rápido."

"......"

El pontífice sólo pudo quedarse con la boca abierta en respuesta.

"¿Por qué? ¿No puedes hacerlo?" preguntó Estian, y luego desvió la mirada del pontífice, señalando al sumo sacerdote que estaba detrás de él. "Tú, ahí, pareces un hombre que sabe rezar y cantar bien."

"¿Sí?" 

"Y también parece que puedes rezar rápido y cantar más rápido."

"...¿Si?"

"Eres el pontífice a partir de ahora. Bueno, ¿Por qué sigues parado? Vosotros dos, intercambien la ropa."

De esa manera, el pontífice fue sustituido. El sacerdote que lo sustituyó hizo el milagro de rezar todas las oraciones y cantar los himnos necesarios en sólo nueve minutos. Aunque, por supuesto, se desplomó justo después debido a la falta de aire durante todo el proceso.

La boda terminó de esa manera y 30 minutos después, Estian estaba sentado en su despacho. El palacio imperial que se veía por las ventanas seguía bellamente decorado para la boda, pero el novio convertido en esposo no sentía nada en su corazón.

'Así comienza'. 

Se sabía públicamente que había recurrido al matrimonio para silenciar a los funcionarios que le molestaban. Sin embargo, Estian tenía el presentimiento de que este matrimonio iba a provocar una perturbación aún más grande. Su trabajo siempre había sido el mismo. Ocuparse de los asuntos de Estado la mayor parte del tiempo y librar guerras en ocasiones. Desde obtuvo el trono, su rutina diaria había consistido sólo en estas dos cosas. Pero hoy eso cambió por primera vez.

'¿Cecile, no?' Había escuchado a uno de sus funcionarios que estaba a su lado murmurar su nombre, repetidamente. Estian tomó un documento del extremo de su amplio escritorio y comenzó a leerlo. Fue entonces cuando alguien tocó la puerta. "Entre."

La puerta se abrió y entró un caballero de cabello rojo de fuerte complexión.

sábado, 13 de febrero de 2021

febrero 13, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 7

Capítulo 7. Rezar Rápido y Cantar Más Rápido


Cecile se sintió totalmente desconcertada. Nunca había pensado que el Emperador era alguien guapo.

'¿Por qué supuse que el Emperador sería feo?' Se preguntó. Nadie le había dicho nunca que fuera horrible, pero ¿Por qué lo había asumido? Cecile pronto se dio cuenta de la razón.

'Para empezar, no había ningún retrato suyo'. 

Todos los nobles dejaban montones de retratos con todo tipo de poses en cada nueva conmemoración, evento y similares, hasta el punto de que había que construir una mansión aparte para guardarlos todos. Si los nobles se comportaban de esa manera, Si los nobles se comportaban de esa manera, ¿Cómo serían los miembros de la realeza... no, los emperadores? Pero ella nunca había escuchado que alguien hubiera visto un retrato del Emperador.

'Ahora que lo pienso, se supone que hay que enviar un retrato con la carta de propuesta de matrimonio'. reflexionó Cecile.

El rey de Navitan nunca le había mostrado eso. En otras palabras, no existía. De lo contrario, seguramente le habría dicho, '¡Contempla! ¿¡No tiene un aspecto maravilloso!?' Aunque, por supuesto, Cecile seguramente le habría gritado, '¡Sin duda, un engaño!'

Y en segundo lugar, nadie hablaba del aspecto del Emperador. Cuando buscó en su memoria algo relacionado con el aspecto del Emperador, todo lo que recordaba eran palabras que ilustraban 'el maldito demonio del campo de batalla' y 'la encarnación del dios de la guerra'.

'Pero el dios de la guerra es feo'. 

Se decía que el dios de la guerra en la mitología estaba desfigurado con todo tipo de cicatrices. Sabiendo que la gente decía que se parecía al dios de la guerra, ¿Cómo podría  imaginarse que fuera una belleza?

'Aunque, en parte, es culpa mía por no preguntar'. 

En primer lugar, Cecile no tenía el más mínimo interés en el Emperador como individuo, razón por la cual no preguntó por el color de su cabello, tampoco por su aspecto.

'Pero, aún así. ¿No debieron avisarme que era tan guapo?'

Cecile se limpió discretamente la saliva que casi se le escapaba de la boca mientras echaba otro vistazo al Emperador. Se veía muy bien. Tan bien, que si ella no estuviera en esta situación, y si él no tuviera el título de Emperador, se habría sentido muy dispuesta a invitarlo a que se sentara a su lado, luego a preguntarle su nombre y a pedirle la dirección de su casa, hasta que finalmente... ella le tomara la mano fingiendo hacerlo accidentalmente.

'¿De verdad? ¿Un hombre con estas características es el peor tirano del Imperio?'

Ella sentía tanta discrepancia que comenzaba a sospechar que esos rumores estaban equivocados de alguna manera. El hombre parecía más adecuado para un escenario de teatro, que para un campo de batalla. 

Mientras Cecile contemplaba al Emperador, olvidando la situación en la que se encontraba, él comenzó a hablar. "Los tutores que te enseñaron."

"¿......?"

¿Qué pasa con ellos?

"Debería matarlos a todos". Él continuó.

Al escuchar sus palabras, Cecile sintió como si hubiera sido mojada bruscamente con agua helada. Se distrajo momentáneamente con su rostro, pero el hombre que tenía delante no era otro que el Emperador Estian. El mismo emperador que iba a matarla.

"¿Por qué...?" En el momento en que ella estaba a punto de preguntar por qué iba a matar a los tutores, el Emperador dio un paso hacia el carruaje y se inclinó hacia el interior. Extendió la mano para agarrar el brazo de Cecile y tirar de ella. Cecile no tuvo tiempo ni de gritar cuando comenzó a caer hacia delante, arrastrada por su poderosa fuerza. Instintivamente cerró los ojos con fuerza, esperando el impacto de la caída, pero en cambio sintió como si su cuerpo girara en el aire.

"¿Eh?" Cuando volvió a abrir los ojos, Cecile se encontró en los brazos del Emperador. "¿Qué estás haciendo?" 

La incredulidad sustituyó su sorpresa. 

"¿No dijiste que esto era una costumbre de Navitan? Estoy haciendo lo que deseabas, ¿Qué tiene de extraño?"

"¿No me matarás?" 

"¿Por qué lo haría?" 

"Sólo me trajeron para dar a luz a un heredero, procedente de un país pequeño elegido por sorteo, y aun así pedí tonterías como que el Emperador viniera a recogerme, me llevara al interior y cambiara los colores de las flores."
febrero 13, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 6

Capítulo 6. Hola, Hermoso


Sin embargo, viendo la situación actual, pensó que incluso sin que ella lo hiciera, Navitan probablemente sería el siguiente reino en la lista de prioridades que sería condenado. "Qué miradas tan espantosas." 

Parecía que todo el mundo estaba muy disgustado con ella después de haber causado todo este alboroto. Sin embargo, a pesar de las expresiones en sus rostros, a ella no le importaba. Cecile se sorprendió porque no sentía nada de culpa por llevar a un país a su ruina tan rápidamente. 'Creo que he nacido con un gran talento para comportarme como una chica mala'. 

A Cecile le consumía el arrepentimiento por haber descubierto su talento tan tarde. Desgraciadamente, ella había despertado su potencial el día de su muerte... No le quedaba mucho tiempo para exhibir esta nueva habilidad suya. Porque pronto moriría.

Cecile se quedó pensativa mientras arrancaba los pétalos del ramo que tenía en la mano, uno a uno. 'Me he excedido un poco al inventarme esas costumbres, pero también he hablado muy bien sin equivocarme ni una sola vez'.

Las costumbres de Navitan que ella había relatado al asistente eran todas mentiras. Pero ella había hablado hábilmente. Le dijo al asistente todo tipo de tonterías, añadiendo siempre el nombre de Navitan para darle autenticidad. ¿Qué pensaría el Emperador de Navitan cuando el asistente le diga mis palabras? Seguramente, su rostro se iría deformando gradualmente cada vez que escuchara ese nombre.

Cecile se estiró mientras miraba las puertas aún cerradas de la catedral, y luego se agarró la barbilla con una mano. Sus sirvientas hicieron un gesto de desagrado por su mala postura, pero ella tampoco le dio importancia. 'Tal vez debería escribir mi testamento ahora, ya que no tengo nada que hacer'.

Pero al pensarlo mejor, Cecile sacudió la cabeza. De todos modos, nadie lo recibiría. Además, no tenía ni propiedades que dejar. 'Supongo quedaría en manos del Emperador si muero después de casarme'. 

Después de todo, el Emperador se convertiría legalmente en su familia al casarse. Cecile sintió una punzada de arrepentimiento en ese momento.

Fue entonces cuando se abrieron las puertas de la catedral. De ellas, salió un hombre vestido con esmoquin blanco, que comenzó a caminar hacia su carruaje. No tuvo necesidad de preguntar quién era. Los floristas que arrojaban los pétalos se arrodillaron con la frente en el suelo de inmediato, mientras los caballeros se arrodillaron sobre una rodilla.

'Es el Emperador'. 

Cecile fijó su mirada en el Emperador que se acercaba y tragó saliva. Ella lo escudriñó, buscando algo. Y en cuanto vio que no llevaba una espada, un involuntario suspiro de alivio escapó de sus labios. Se rió de sí misma por ello. Resultaba que todavía quería vivir, incluso después de ocasionar problemas.

'Tal vez su espada sea demasiado valiosa para esto, así que tomará prestada la espada de un caballero para cortarme el cuello'. Sin embargo, al pensarlo de nuevo, Cecile sacudió la cabeza. No. Teniendo en cuenta las historias que había escuchado sobre el Emperador, él podría matarla con sus puños. Al parecer, una vez había matado a un caballero enemigo con sus propios puños después de que su espada se rompiera durante una guerra. 'Nació con una fuerza titánica, o eso dicen'. 

La fuerza sobrenatural del Emperador era otra razón por la que la gente le temía. Por supuesto, ella pensaba exageraban un poco en ese aspecto. ¿Cómo podría alguien atravesar el cuerpo de otra persona con el puño?  Cuando el Emperador se acercó aún más, Cecile pudo examinarlo mejor.

"¿Eh?" Los ojos de Cecile se agrandaron. Un liso Cabello negro y ojos negros de idéntico color. Su rostro inexpresivo daba una impresión un tanto mordaz. Pero nada de eso importaba en este momento. Cecile contemplaba al Emperador, embelesada. Y cuando finalmente el Emperador se puso delante de ella, sus labios murmuraron palabras por sí mismos. "¿Hola, hermoso?" 

'¿Cómo no me he enterado de esto?'
febrero 13, 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 5

Capítulo 5. Hola, Hermoso


Los ministros sintieron que sus sienes comenzaban a palpitar. Se habían sentido aliviados de que no se derramara sangre, puesto que hoy era el día de la boda. No esperaban que la sangre de la novia se derramara antes de que se casaran. Y tampoco se imaginaban que la novia lo provocaría ella misma.

"Y..." 

"¿Todavía ha pedido más cosas?" 

"Eso fue sólo el principio. "

"...¿Qué?"

¿Sólo el principio?  Esas dos peticiones eran bastante ridículas, ¿Pero aún hay más?

El asistente parecía angustiado ante los sorprendidos ministros. Cerró los ojos con fuerza y comenzó la lista. "Según las costumbres de Navitan, ha solicitado que los pétalos de flores que se arrojen no sean blancos sino rojos y, según las costumbres de Navitan, según las costumbres de Navitan, los asistentes masculinos deben llevar sombreros rojos, mientras que las asistentes femeninas deben llevar coronas de flores rojas. También según las costumbres de Navitan..." 

La interminable serie de palabras que salían de la boca del asistente hizo que los ministros acabaran por explotar. "¡Basta ya! ¡Navitan esto, Navitan lo otro! ¿Acaso la princesa no sabe que estamos en el Imperio? ¡Aquí en el Imperio seguimos las leyes del Imperio! Qué desfachatez quejarse de seguir las costumbres de Navitan  o lo que sea!"

"Ah, respecto a eso..." 

"¿Eso?" 

"'Estoy segura de que Su Majestad no será tan mezquino en esto, viendo que he venido desde tan lejos...' es lo que dijo."

En este punto, los ministros ni siquiera pudieron sonar sorprendidos. Habían pedido una novia para el Emperador, y en su lugar les habían dado una psicótica. Era la primera vez que experimentaban una declaración de guerra tan descabellada.

En la mente de los ministros, el nombre de Navitan se añadió a la lista de países a destruir. Sentían una gran enemistad, a pesar de no haber visitado Navitan ni una sola vez-

"¿Existen realmente tales costumbres en Navitan?" Una voz grave acalló todo el ruido de inmediato.

Los ministros se volvieron hacia el dueño de la voz. Había un joven delante del altar, inexpresivo. Se trataba de Estian, el Emperador de esta nación. Vestido con un esmoquin blanco, Estian estaba tranquilo, a diferencia de los ministros alterados, y parecía sumido en sus pensamientos. Los ministros levantaron la voz hacia él.

"¡Su Majestad! ¡Qué importa eso! Sólo tienes que dar la orden, y tus leales súbditos decapitarán a esa lunática que está afuera. Además, inmediatamente después,  se pondrán en marcha para arrasar también el reino de Navitan!"

"¡No le haga caso, Su Majestad! Su país desaparecerá desde hoy, y como consecuencia sus costumbres también se convertirán en nada."

Los caballeros se arrodillaron, con las espadas en sus caderas. ¿Cuántos países habían derrotado sus espadas hasta ahora por orden del Emperador? A este ritmo, hoy se añadiría uno más a la cifra. Estian miró a un oficial que estaba arrodillado y habló con ironía. "¿No dijiste que había que limitar las guerras a tres veces al año?"

"Tras una cuidadosa reflexión, creo que cuatro veces también estará bien."

"¿Eso es cierto? Entonces iré a la guerra contra el ducado de Etia el próximo mes. Ajusta mi agenda en consecuencia". Después de que declarara eso, de forma casual como si estuviera decidiendo una comida para la cena, el Emperador comenzó a alejarse.

"¡Su Majestad! ¿A dónde se dirige?"

"¿Cómo que a dónde?" Las comisuras de la boca del Emperador se curvaron ligeramente. "Es justo que un novio magnánimo acepte las peticiones de su prometida que ha recorrido un largo camino, ¿No?" 

Los ministros reprimieron los gritos en sus gargantas al contemplar la expresión del Emperador. El Emperador había sonreído. Era algo que nunca habían presenciado desde la coronación de Estian.

***

¿Por la derecha o la izquierda? Cecile estaba perdida en sus pensamientos mientras escuchaba el sonido de la música en medio de los pétalos de flores que aún se esparcían por el aire. Se preguntaba en qué dirección rodaría su cabeza que sería cortada cuando el enfurecido Emperador diera la orden.

Ante las frías miradas de los demás, Cecile se cubrió la boca y bostezó de aburrimiento. Al hacerlo, las miradas sobre ella se intensificaron, lo que la hizo sentirse muy satisfecha. En su interior, deseaba gritarles. '¡Ódienme más, por favor! ¡Soy la princesa de Navitan!'