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domingo, 7 de marzo de 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 42

Capítulo 42. Tania Y El Broche De Esmeralda


Innumerables hijas de la nobleza esperaban en el salón del palacio imperial. Sorprendentemente, muchas se habían reunido para solicitar el puesto de dama de compañía, a pesar de todas las muchachas que rehuían del asiento de la Emperatriz. 

El puesto de dama de compañía de la Emperatriz no estaba directamente relacionado con el Emperador, pero implicaba el privilegio de estar al tanto de la mayoría de los asuntos del palacio imperial, además de ciertos beneficios aparte del título de dama de la corte. Por eso, las hijas de la nobleza que no podían heredar en su familia mostraban mucho más interés por el puesto. 

También habían muchas mujeres que pensaban en el hecho de que el Emperador se había enamorado de la Emperatriz, y que incluso la trababa bien. Así que creían que si descubrían que le gustaba tanto al Emperador y echaban a la Emperatriz antes de que naciera un bebé, se convertían en la Segunda Emperatriz. ¡Matarían a las demás, para que no sucediera lo mismo!

...El hecho de que el Emperador no hubiera matado a la Emperatriz, en contra de lo que todos esperaban, les infundía valor. Todas las reunidas eran hijas de familias nobles, por lo que no había ninguna que se quedara atrás en apariencia. Incluso entre ellas, había algunas vestidas con extravagancia, una muestra del estatus y la autoridad de sus respectivas familias.

Elysia era una de ellas. Sonrió levemente mientras miraba a las otras jóvenes. 'Soy la mejor, después de todo'. 

No estaba equivocada. Ya sea por su aspecto, su vestimenta o su procedencia, era la persona más adecuada para convertirse en dama de compañía.

'No van a elegir a una sola persona, así que... veamos. Me pregunto quién más será elegida'.

Elysia pensó mientras observaba su entorno, pero entonces sus ojos se detuvieron en un punto. Vio a alguien en un rincón de la sala que claramente estaba nerviosa. Se trataba de una joven que parecía algo rústica en comparación con las demás; llevaba un broche de esmeralda muy grande y pesado en el pecho. A Elysia se le escapó una carcajada ante el atuendo notablemente inadecuado de la joven. 

Otra joven conocida de Elysia le susurró desde un lado. "He escuchado que es la hija del Margrave Kaniche. Se llama Tania, creo. Sus tierras están en un rincón muy remoto, pero me extraña que enviaran a su hija como candidata a dama de compañía con esa vestimenta. Supongo que pensaron que poniéndole una gran joya quedaría bien. Pobre chica."

El tono de la joven que rebosaba burla, en contraste con sus simpáticas palabras, provocó la risa de Elysia. Nadie con sentido común elegiría a una mujer con ese aspecto como dama de compañía. Después de todo, cualquiera podía apreciar la brillantez de las hijas procedentes de las mejores casas nobles, entre las que se encontraba ella misma. Tania pareció darse cuenta de la forma en que la gente la miraba. Bajó la cabeza aún más que antes.

"Aun así, esto le será una buena experiencia, ¿No te parece? Volver a los lejanos bosques de donde vino después de echar un vistazo a Su Majestad la Emperatriz será suficiente para que sea el recuerdo más digno de su vida."

Mientras los dos ridiculizaban a Tania, la voz de una asistente sonó en la sala. "¡Su Majestad la Emperatriz  está llegando!"

El ruido en la sala cesó ante el anuncio. Las mujeres que habían estado esperando dentro se pusieron en fila y se inclinaron en señal de saludo cuando la Emperatriz entró por las puertas del salón.

"Todos saludan a Su Majestad la Emperatriz."

Poco después de recibir el saludo de cientos de personas, la Emperatriz les pidió que acomodaran su postura. "Pueden levantarse."

Elysia miró a la Emperatriz tras levantar la cabeza de acuerdo con la etiqueta imperial. La belleza de la Emperatriz era una cosa, pero lo que hizo que Elysia la observara detenidamente fue el aura que la rodeaba. La Emperatriz parecía muy acostumbrada a este tipo de situaciones. El tipo de situación en la que ella tomaba la iniciativa en medio de la atención de todos. 'He escuchado que era una princesa ilegítima abandonada en el Reino de Navitán, pero...'

Si bien la Emperatriz podía haber recibido educación un mes antes de su boda, había algunas cosas que no podían adquirirse sin experiencia real... y una de esas cosas, era el aura. La Emperatriz exhibía un aire de indiferencia, algo que sólo podían lograr quienes estaban acostumbrados a este tipo de eventos desde una edad temprana. Ese rostro impasible de la Emperatriz que parecía decir que no soportaría ninguna tontería...

'Ella es formidable'.

Mientras pensaba que había menospreciado a la Emperatriz bajo la suposición de que ella se había limitado a fascinar al Emperador con su cara bonita y sus locuras, Elysia corrigió su postura. La Emperatriz caminaba en su dirección. Pronto la vería y se detendría. Cuando eso ocurriera, la saludaría... Pero en el momento en que los pensamientos de Elysia llegaron a ese punto, los ojos de la Emperatriz cobraron vida de repente.

Siguió la dirección de la mirada de la Emperatriz. ¿Qué era? ¿Qué era lo que le llamó la atención cuando hace un momento parecía indiferente a todo? Los pasos de la Emperatriz se volvieron más rápidos y comenzó a caminar hacia el final de las filas de mujeres.

"¿Cuál es tu nombre?" La voz de la Emperatriz sonaba un poco excitada.

"Es Ta... Tania, Su Majestad."

'¿Tania?  ¿Esa tonta de antes?' Elysia miró hacia atrás, sorprendida, y vio que los ojos de la Emperatriz estaban fijos en el broche verde del pecho de Tania. Elysia no fue la única que lo notó. Las candidatas a dama de compañía recordaron lo ocurrido después de que la Emperatriz llegara al palacio imperial. El Emperador le había ofrecido todas las joyas de la familia imperial, pero al no considerarlas suficientes, ella le dijo al Emperador que deseaba el tesoro del Reino de Tetin.

Todos las presentes se dieron cuenta de que, para llamar la atención de la Emperatriz, necesitaban joyas. Además, grandes y de buena calidad.