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domingo, 21 de febrero de 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 23

Capítulo 23. Un Pasado Insólito


Increíble. La posesión era algo que debía ocurrirle a la villana. No había nada bueno en tomar el cuerpo de una santa. La suya era una vida de oraciones cotidianas, sustentándose con una sola comida al día que no era mejor que una dieta de ayuno, y todo ello en una tierra remota aislada del mundo.

'Maldita sea, tenía que hacer el escenario de esta manera. No puedo conocer a nadie si no escapo de esta barrera'.

No podía conocer al Emperador Estian, ni al Caballero Comandante Imperial Kane, ni al Señor Mago Richard, que debía aparecer mucho más tarde en la historia, ni al Príncipe Imperial Ruin, que estaba en el lejano sur del continente. Se sintió dolida ante la idea de estar encarcelada en el reino sagrado, sin poder conocer a los hombres de sus sueños que ella había creado.

"No...", se lamentó la santa. Se suponía que debía poseer el cuerpo de la villana, cambiar las costumbres del tirano y también disfrutar de un profundo amor platónico con los personajes masculinos secundarios. Sin embargo, todo eso se alejaba de ella. Muy, muy lejos.

"No voy a tolerar esto", se quejó la santa, diciendo las mismas palabras pronunciadas por otra mujer en algún momento y en algún otro lugar mientras miraba en dirección al imperio. "Era mío..."

Su escenario favorito incluía que Estian era virgen. ¿Pero Estian se había casado? Además, según sus informantes,el Emperador se había acostado con Cecile. La respiración de la santa se volvió agitada.

"Hoo... Bien. Puedo renunciar a una de mis etiquetas favoritas. Soy generosa, después de todo", murmuró, degradando la palabra clave 'virgen' en el ranking de su corazón y promoviendo 'vigorosa' en su lugar. 

'Me puede gustar más otra palabra clave', pensó. La santa recordó la configuración del personaje de la villana Cecile. Una mujer de un reino insignificante que no era más que una cara bonita. Una mujer que se embriaga con el poder que se le otorga, que también se entrega al lujo y a los actos perversos. 

'Cecile tiene que morir primero antes de que pueda tomar su cuerpo'.

Afortunadamente para la santa, ella era la autora original de esta 'historia' y por lo tanto conocía un método para entrar en otro cuerpo. 

'Sólo tiene que morir primero'.

Sólo entonces podría hacerse cargo de la cáscara vacía de Cecile. La santa volvió a apretar los puños al recordar ese hecho.

"¡Espérame, Estian! ¡Mi protagonista masculino! ¡Poseeré el cuerpo de la villana y te haré mío pase lo que pase! Juro que voy a restaurar este mundo a la normalidad". Juró, lanzado un golpe fuertemente con todo su corazón, y apareció una grieta azul más grande que antes.

"¿Eh?"

La grieta comenzó a extenderse, la barrera se estaba rompiendo. Ahora que lo pensaba, todas las santas anteriores sólo habían protegido la barrera; no había precedentes de intentar romperla. La santa disfrutó viendo cómo se derrumbaba la barrera, destruida por la persona a la que debía proteger.

"¡Este es el poder del amor!", gritó, emocionada.

La barrera seguramente la habría insultado si tuviera boca, pero lamentablemente no era el caso. Inmediatamente, la santa saltó por el muro del castillo. Su cuerpo que estaba protegido por el poder sagrado, aterrizó con facilidad en el suelo. La vista de un bosque blanco se desplegó ante sus ojos. Ella tendría que atravesar el bosque y varios países para llegar al Imperio.

La santa comenzó a correr con determinación hacia el Imperio, hacia el protagonista masculino que la esperaba.

"¡El amor salvará al mundo!"

Un ave que fue perturbada por el grito de la santa, batió las alas irritada por el ruido y levantó el vuelo.

***

"Ganar suficiente notoriedad para hacer sombra a mi reputación."

Por un momento, Cecile no pudo comprender lo que había dicho el Emperador. Sólo un poco después replicó con rostro solemne. "No cualquiera es capaz de una hazaña tan tremenda, Su Majestad."

"......"

Estián no pudo distinguir si la respuesta de Cecile era un cumplido o un insulto. Así, los dos guardaron un momento de silencio, sin comprender lo que el otro decía. Estian volvió a preguntar, "¿Es algo tan difícil?"

"Sí."

"¿Tan infame soy?"