Reciente

martes, 16 de febrero de 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 11

Capítulo 11. Una Noche Salvajemente Caliente


"¿Mm?" Cecile se frotó los ojos cuando notó que su vista comenzaba a nublarse. 

'¿Qué es esta bebida? ¿Existe un alcohol que emborrache de inmediato? ¿No suelen llamar a eso dr0gas, no alcohol? Espera. ¿Dr0gas?'

Cecile volvió a examinar los cambios que se estaban produciendo en su cuerpo. La mente se volvía confusa. El cuerpo ardía de calor. La respiración estaba pesada. Recordaba vagamente haber escuchado a menudo sobre una dr0ga que inducía esos síntomas. ¿Dónde lo había escuchado? Cierto. En los libros que había compartido con sus sirvientas. Los títulos de esos libros pasaron por la cabeza de Cecile.

'Una Noche Caliente', 'El Amor Prohibido Siempre es Dulce', 'La Alondra Canta: Toque de obscenidad', entre otros. Todos ellos eran Libros Que No Deberían Nombrarse. El argumento sacado de los clichés, que ponía a los amantes románticos en la vía rápida en el dormitorio, sin ninguna narración tediosa...

Cecile tiró la copa que tenía en la mano, horrorizada. "¿Esto es un afrodisíaco?" 

Afrodisíaco. Una droga que incineraba instantáneamente la razón con las llamas del deseo sexual, por supuesto, hacia el sexo opuesto.

"¡Esos enfermos! ¿Por qué demonios habrán puesto algo como eso aquí?"  Los maldijo inconscientemente. Se metió un dedo en la boca y trató de vomitar lo que había bebido, pero era demasiado tarde. Cecile sintió que las fuerzas de su cuerpo se desvanecían rápidamente.

'No. Como... esto...'

Se tambaleó y se dejó caer sobre la cama. Cecile se preguntaba por qué esa dr0ga estaba aquí mientras su conciencia comenzaba a desvanecerse.

'Maldito Emperador... ¿Planeabas usar eso esta noche?'

No pudo encontrar otra respuesta que esa. Sin embargo, por alguna razón, sintió lástima en medio de su ira. ¿Qué importaba que fuera guapo? No podía hacer nada sin usar dr0gas. Así, los ojos de Cecile se cerraron suavemente en medio de sus reflexiones. Y cuando recobró el sentido, sintió como si el mundo temblara.

'¿Qué...? '

'¿Qué diablos? Espera, ¿Dónde estoy? ¿Por qué estoy así?' Afortunadamente, logró recordar lo que había sucedido antes de que se desplomara, incluso en su estado mental mareado. Así que lo maldijo. "¡Maldito Emperador!" 

"Eso lo dicen a menudo, pero había pasado mucho tiempo desde que alguien me lo decía a la cara. Qué novedad. "

"¿Eh?" Los ojos de Cecile se agrandaron al escuchar de repente una voz. El apuesto rostro de una persona que había visto antes la estaba mirando. Su cabello negro representaba la personificación del cielo nocturno, y sus ojos negros contenían una oscuridad insondable, pareciendo poseer un misterio en su interior. Ella lo había encontrado bastante atractivo cuando había luz en el exterior, pero no pensó que se vería aún más deslumbrante en la oscuridad de una habitación cerrada. 'Esto no es justo', ella pensó.

Cecile siguió mirándolo fijamente, pero cuando su línea de visión se desplazó ligeramente hacia abajo, dijo con perplejidad, "¿Qué. ¿Por qué estás completamente desnudo?"

"No completamente. Todavía tengo la ropa íntima puesta". contestó Estian con calma.

Con esto, Cecile se dio cuenta de por qué el mundo temblaba hace unos momentos. Antes de que se hubiera dado de cuenta, el Emperador se había subido a la cama y se estaba quitando la ropa. Vio las ropas del Emperador,  esparcidas a un lado, lo que demostraba que sus pensamientos estaban en lo cierto. Mientras tanto, el Emperador recogió una prenda de ropa y la arrojó fuera de la cama.

El Emperador se echó el cabello hacia atrás, después de realizar una hazaña que no era posible sin una buena cantidad de fuerza. Cecile lo observó todo con la mente nublada.

'Tiene una buena apariencia, y también un buen cuerpo'. 

Decidió dejar de pensar en la situación en la que se encontraba y disfrutar de la magnífica vista que tenía delante. Músculos esbeltos en un cuerpo moderadamente bronceado. Cecile tragó saliva cuando presenció los músculos ondulantes y las venas brotadas de su brazo al lanzar la prenda.

'Ahh. Como me gusta ese tipo de cuerpo.' 

Lo que veía ante ella representaba el físico ideal del protagonista masculino de las novelas que leía con sus sirvientas. Todas lamentaban el hecho de que los hombres guapos tuvieran cuerpos pésimos, y los musculosos, pésimos rostros. ¿Dónde se podría encontrar un hombre con ambas cualidades?