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lunes, 21 de agosto de 2023

agosto 21, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 525

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 525. Volviendo Con Una Sonrisa (2)



Quería pedirle detalles sobre la situación del Duque Elgy, pero al ver la expresión de Heinley cambié de opinión. Además, no era asunto mío. Era su vida personal. Sería de mala educación entrometerme en sus cosas.

Así que, en vez de pedir más detalles, le hice cosquillas en el pie a Laurie mientras estaba acostada en el moisés. Mientras el traqueteante carruaje avanzaba, un dulce aroma llegó desde el exterior.

***

El viaje fue sorprendentemente tranquilo. En el camino, le conté a Heinley sobre los Caballeros Transnacionales.

"Una vez que el Vizconde Langdel vuelva al Imperio Oriental, necesitaré encontrar un nuevo guardia personal."

"¿Has considerado a alguien más, mi reina?"

Sacudí la cabeza. Nuestra conversación cambió a los hábitos de Kai,

"Kai no deja de intentar comerse su pie, y el de su hermana."

"Kai se parece a su mamá, ¿verdad?"

Heinley le hizo cosquillas a Kai, y luego palideció al ver mi expresión,

"Sólo era una broma, mi reina. Lo siento."

Se inclinó para hacerme cosquillas a mí también.

"No te molestes."

Finalmente, continué con los ojos entrecerrados,

"Y Laurie no deja de golpear a Kai. ¿No deberíamos parar eso, antes de que crezcan?"

Heinley sacudió la mano con despreocupación.

"Los hermanos siempre se golpean de pequeños. Yo golpeaba a mi hermano todo el tiempo, y de adultos nos llevábamos bien."

"Ya veo. Así que es culpa tuya..."

Ahora era mi turno de meterme con Heinley...

***

Más tarde, mientras el carruaje traqueteaba, apoyé la cabeza en su hombro. Él me acarició el cabello,

"Mi Reina, ¿qué te gustaría para tu cumpleaños este año?"

"Quiero a Reinita de vuelta."

Al pájaro que me regaló Ángel le había puesto de nombre Reinita. Pero en cuanto volvimos, un celoso Heinley lo sacó de mi habitación. Ahora estaba en otra zona del palacio, lejos de mí.

Mientras tanto, Heinley actuaba como si me hubiera pillado teniendo una aventura,

"Si lo traes de vuelta, me buscaré un pájaro que se parezca a ti. A ver si te gusta."

"Estupendo. Estaría bien que Reinita tuviera una amiga."

Respondí con una sonrisa.

"Mi Reina..."

Pero él no pudo permanecer enojado conmigo por mucho tiempo. Mientras charlábamos y reíamos, el carruaje finalmente cruzó la frontera hacia el Imperio Oriental.

Después de pasar varias ciudades y pueblos, entramos por la puerta principal de la capital. Una vez dentro, vi un camino que me resultaba familiar. Levanté a Laurie para mostrárselo por la ventana,

"¿Ves esto, mi bebé? Es precioso, ¿verdad?"

***

Cuando cruzamos la entrada principal del palacio, una extraña sensación me invadió.

'¿Sovieshu saldrá a recibirnos?'

Si todavía fuera la Emperatriz del Imperio Oriental, habría salido a recibir al Emperador y a la Emperatriz que venían de visita. Especialmente en la víspera de fundar nuestra alianza. No obstante, el estado de salud de Sovieshu era delicado...

También tenía curiosidad por saber qué pensaría de Laurie y Kai. Al mismo tiempo, me daba igual. En cualquier caso, lo sabría tarde o temprano.

El carruaje se detuvo y la puerta se abrió. Suavicé mi expresión y salí. Fuimos recibidos por muchos funcionarios.

Eran más personas de las que esperaba. Pero tenía sentido, ya que estábamos a punto de formar una nueva alianza. Vi muchas caras conocidas... y también muchas desconocidas. Eso demostraba cuánto tiempo había pasado.

Recorrí con la mirada a la multitud, pero no vi a Sovieshu. No sabría decir si me sentí aliviada o no.

Entonces mi padre se acercó a nosotros.

"Padre."

Heinley fue hacia él primero, un paso por delante de mí.

Mi padre sonrió torpemente al saludar a Heinley. Los funcionarios del Imperio Oriental se miraron entre sí, claramente sorprendidos por el afectuoso saludo. Nunca antes habían visto cómo Heinley trataba a mi madre y a mi padre.

"Padre..."

Me acerqué, con los brazos abiertos.

Padre me abrazó suavemente, dándome unas palmaditas en la espalda.

"Navier."

Cuando nos separamos, observó mi rostro detenidamente.

"Dios mío. ¿Por qué estás tan demacrada?"

"No lo estoy, padre."

Di un paso atrás, haciendo mi mejor esfuerzo por parecer saludable.

'Mi padre no me cree.'

Pero era verdad; estaba bien. En realidad, fue Heinley quien adelgazó. Sufrió mucho bajo el cautiverio de Ángel. Aunque ahora comía mucho, aún no había recuperado su peso.

Tal vez pasó demasiado tiempo volando como Reina. Batir esas pequeñas alas debía requerir mucha energía.

'Oh no. Mi padre está a punto de llorar.'

Saqué un pañuelo y se lo ofrecí,

"Tienes que guardar las apariencias, padre."

Visiblemente afectado por las emociones, refunfuñó y se secó los ojos,

"Me contenta que seas la misma de siempre."

Entonces miró por encima de mi hombro y sus ojos se abrieron de par en par.

'¿Qué está mirando?'

Cuando me di la vuelta, vi a mis damas de compañía con los bebés.

"Esos angelitos..."

'Ah, cierto. Es la primera vez que mi padre los ve.'

Incluso los funcionarios comenzaron a susurrar.

"Aquí está tu nieta, padre."

Levanté a Laurie y se la entregué.

Los susurros de las personas se transformaron en conversaciones llenas de emoción.

"Se parece mucho a la Emperatriz Navier..."

"¿Aportó el Emperador Heinley algún gen?"

"Madre mía. ¿Cómo pueden ser tan parecidos?"

Escuchando sus conversaciones, me reí. Todos tuvieron la misma impresión de Laurie. Pero mi padre parecía totalmente hipnotizado mientras la mecía.

Al cabo de un rato, pasé Laurie a Heinley y le di a Kai a mi padre. Se le humedecieron los ojos. Se quedó mirando a Kai durante un buen rato y luego a mí.

"Ambos se parecen a ti, Navier."

Me hizo feliz oír eso. Pero en ese momento, una extraña sensación me invadió. Me di la vuelta.

'¿Estoy imaginando cosas?'

Seguramente. Todo lo que vi en la dirección a la que miré fue una numerosa multitud. No destacaba nada en particular. Los funcionarios me observaban, pero también lo hacían las demás personas presentes aquí.

'Debo estar delirando.'

Estaba a punto de darme la vuelta cuando una persona en particular me llamó la atención. Un caballero, con el rostro parcialmente oculto por una gorra ceremonial. En cuanto nuestras miradas se cruzaron, se dio la vuelta.

'¿Sovieshu?'

***

sábado, 19 de agosto de 2023

agosto 19, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 524

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 524. Volviendo Con Una Sonrisa (1)



Heinley y yo viajaríamos al Imperio Oriental para firmar el acuerdo de la alianza en persona. Mantuvimos conversaciones de última hora sobre la posibilidad de reunirnos en algún punto intermedio, pero al final decidimos hacerlo allí, por el bien de la salud de Sovieshu.

Fue un paso enorme para nuestros dos países, que nunca antes habían estado tan unidos. No había necesidad de sacudir el barco desde el principio.

El sumo sacerdote y varios funcionarios también se unirían a nosotros en la ceremonia de la firma. Este podría considerarse el primer viaje al Imperio Oriental por un motivo de alegría, así que todo el mundo parecía estar de buen humor.

"¿Debería empacar este, Su Majestad?"

La Condesa Jubel levantó un elegante vestido.

"Hmm, ese..."

"¡Tiene que llevarlo, Su Majestad!"

Gritó Laura.

"¡Definitivamente habrá una fiesta después de la ceremonia de la firma! ¡Debe presentarse con todo su esplendor!"

"Incluso si hay una fiesta, no será un baile. Ese parece exagerado."

En particular, Laura y la Condesa Jubel pensaron en esto como mi glorioso regreso a casa. Querían que estuviera perfecta de pies a cabeza. Deseaban que los nobles del Imperio Oriental vieran que yo estaba muy bien.

"Este otro no es para nada exagerado, Su Majestad."

Aun así, la Condesa Jubel metió otro vestido extravagante en mi maleta.

"Cuanto más elegante es el vestido, más le favorece a Su Majestad."

"¡Exactamente!"

Ante las palabras de mis damas de compañía, hice una mueca. Recordé la última vez que me vestí elegantemente allí.

La última fiesta a la que asistí en el Imperio Oriental fue al banquete de boda de Rashta. Había vuelto para el juicio, pero no hubo fiesta durante esa visita.

Ahora que lo pienso, tal vez Laura y la Condesa Jubel tenían razón. Puede que esta vez deba vestirme de forma extravagante.

"Bien, vamos a hacerlo."

Incluso Rose, que nos observaba en silencio, vitoreó.

Laura aplaudió,

"¡Tiene que llevar una corona enorme y un vestido que brille a cada paso!"

"¿No será obvio que me vestí elegantemente a propósito?"

"Esa es la idea."

Respondió la Condesa Jubel. Nos reímos mientras mis damas de compañía elegían los vestidos más espléndidos.

De repente, Kai empezó a llorar. Me acerqué a su cuna. Había estado dormido, pero ahora abrazaba a su muñeco con forma de insecto.


En realidad, no era un muñeco, sino un largo trozo de algodón. McKenna lo había cosido a mano en una manga vieja y le había pegado dos ojos.

"¿Estás despierto, Kai?"

Lo levanté y soltó una risita. Últimamente siempre estaba riendo.

'Es adorable.'

La Condesa Jubel se acercó, haciéndole cosquillas a Kai.

"El Emperador Sovieshu se sorprenderá mucho cuando vea al pequeño príncipe y a la princesa."

Quise decir, 'lo dudo', pero... podría sorprenderse por lo mucho que Kai se parecía a Heinley y Laurie a mí. Más allá de eso, no estaba segura de cómo se sentiría. Laurie se parecía a mí, pero tenía la personalidad de Heinley. ¿Sovieshu notaría eso también?

***

Finalmente terminamos con los preparativos del viaje y subí al cómodo carruaje. Heinley se sentó frente a mí, con el moisés de los bebés a un lado. Dentro, nuestros dos bebés dormían uno al lado del otro. Cuando el carruaje se puso en marcha, los sacudió, pero no lo suficiente como para despertarlos.

Abrí un libro para leer. Pero me invadió una extraña sensación. Hace sólo un año, Heinley y yo nos aferrábamos el uno al otro en un solo caballo, temerosos de que Sovieshu nos atrapara mientras huíamos hacia el Imperio Occidental.

Hoy, los cuatro nos dirigíamos triunfalmente al Imperio Oriental para firmar un tratado. Si alguien me hubiera dicho entonces que esto pasaría, ¿le habría creído?

El piececito de Laurie sobresalía del moisés. Le hice cosquillas en la parte inferior y se rió. Yo también sonreí, mirando a Heinley. Pero su expresión se volvió sombría.

"¿Heinley? ¿Qué pasa?"

Heinley se sobresaltó y sacudió la mano,

"Ah, no es nada. Estaba pensando en Elgy."

¿El Duque Elgy? Ahora que lo pienso, él también me había ayudado a escapar del Imperio Oriental, aunque de una manera poco recomendable.

"¿Cómo está?"

Después de que Laura me contó que se había marchado a Bohean Azul a toda prisa, no supe nada más. Tenía entendido que había intercambiado cartas con Heinley, pero...

Heinley sonrió con tristeza,

"Sigue atrapado en el pasado."

jueves, 17 de agosto de 2023

agosto 17, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 523

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 523. Por Nuestra Paz (2)



"Le he estado diciendo a todo el mundo que eres una niña encantadora, ¿cómo pudiste actuar así de la nada?"

Bramó el Rey de Whitemond.

Sin embargo, la Princesa Charlotte ni siquiera pestañeó. Después de anunciar que había rescindido su propuesta de matrimonio, la Princesa volvió a Whitemond para dar la noticia.

El Rey resopló ante su expresión decidida.

"¿Te das cuenta de lo que has hecho?"

"Sí, lo sé. Por eso lo hago."

"¡No, tú no sabes nada!"

Se dio un golpe en el pecho. 

"El Duque Troby acaba de convertirse en emperador en funciones del Imperio Oriental. ¡Si te casabas con Koshar, tus hijos podrían haberse convertido en el próximo emperador!  ¿Cómo pudiste desaprovechar una oportunidad de oro como ésta?"

"No seré infeliz por el bien de unos potenciales niños que aún no han nacido. Padre, ¿deseas verme desdichada?"

Cuando la Princesa Charlotte le fulminó con la mirada, el rey cerró la boca.

Por supuesto, él no quería eso. Pero estaba demasiado enfadado para decirlo. Él era padre, además de rey. Deseaba la felicidad de Charlotte. Pero creía que un matrimonio arreglado con un hombre en una posición como la de Koshar le traería la mayor felicidad. Los miembros de la realeza no podían darse el lujo de casarse por amor, entonces, ¿por qué no casarse al menos con alguien de alto estatus?

Como rey de un país más débil, estaba acostumbrado a rebajarse. Esperaba que su hija, inteligente y segura de sí misma, tuviera una vida mejor. Felizmente se arrodillaría cien veces más si eso significara que ella nunca tendría que hacerlo.

"Si te casas con el Gran Duque Kapmen, ¿serás feliz? ¿Estás segura de que el Gran Duque no ama a otra mujer?"

"El Gran Duque me ama."

"Eso es un alivio." 

El Rey suspiró. Pero no parecía aliviado. Parecía más preocupado que nunca.

La culpa inundó a Charlotte, por lo que se movió al lado de su padre,

"Padre, no me casaría con el Gran Duque Kapmen si no fuera también beneficioso para nuestro país. Ganaremos tanto con este matrimonio como lo habríamos hecho con Lord Koshar."

"¿Ganar? ¿Cómo? Rwibt se encuentra en el Continente Hwa. Apenas tenemos contacto con ellos."

"Pero el comercio con ellos ha comenzado, y sólo crecerá a partir de ahora. Si me caso con el Gran Duque, nuestro país estará un paso por delante de los demás en ese comercio, ¿no es así? El Gran Duque Kapmen ofreció al Imperio Occidental muchas ventajas sólo por su amistad con la Emperatriz Navier. ¿Cuántas ventajas crees que nosotros obtendremos si me caso con él?"

"¿Nosotros...?"

"¡Por supuesto! El Imperio Occidental no tiene un puerto de todos modos. Necesitarán nuestra ayuda con el comercio. Una vez que el Gran Duque y yo nos casemos, estaremos en muy buena posición para ofrecerla."

El rey la miró fijamente. Ella tenía razón sobre el comercio. Pero aún pensaba que la posibilidad de dar a luz al futuro heredero del Imperio Oriental era mejor que comerciar con Rwibt.

"En cualquier caso, dejé claro que rechacé el matrimonio porque Lord Koshar ama a otra mujer. Su Majestad no me culpará. Después de todo, ella pasó por una situación similar. Se pondrá de mi lado."

"¿Tú crees?"

"Absolutamente. Pero no quiero culpar completamente a Lord Koshar. Eso podría ofender a Su Majestad. Admitiré que yo también cometí errores."

"¿Pero qué hiciste mal?"

"¿No me dijiste que todo esto es mi culpa?"

"En el fondo sé que no es así."

Suspirando, la Princesa Charlotte se frotó la frente,

"No podemos culpar sólo a la otra parte en una relación internacional. Especialmente no a un país poderoso. Me disculparé por romper el compromiso. Explicaré que Lord Koshar me prometió no volver a ver a esa mujer, pero que aún así me incomodaba. Entonces diré que me dedicaré a ayudar al Imperio Occidental a comerciar con Rwibt de todos modos."

El rey no podía decidirse entre reprender a la princesa por actuar por su cuenta o alabar su inteligencia.

La Princesa Charlotte recorrió la habitación con la mirada y bajó la voz,

"Por favor, no le digas a nadie más lo que acabo de decirte. ¿De acuerdo?"

El Gran Duque Kapmen había entrado corriendo con un ramo de flores para confesar sus sentimientos. Podría sentirse herido si descubriera que ella lo había aceptado por razones prácticas. La Princesa Charlotte no quería entristecerlo. 

Mirando los ojos brillantes de la princesa, el rey suspiró.

Charlotte se sentó en el reposabrazos del trono, haciendo un puchero,

"Lord Koshar debe estar encantado de que lo haya liberado de nuestro contrato."

***

Al día siguiente de la partida de la Princesa Charlotte a Whitemond, vino a verme. Tenía un aspecto sombrío, los ojos apagados y los labios caídos. Ya nada se interponía entre él y Mastas, pero seguía sin parecer feliz.

"Parece que te he perjudicado una vez más."

"¿Perjudicado? No seas tonto."

Tomé su mano.

"No digas esas cosas."

"Pero yo—"

"Te dije desde un principio que no tenías que casarte con la Princesa Charlotte. Además, ella fue quien tomó la decisión de romper el compromiso. No hay razón para que lo lamentes."

Pero sin importar lo que dijera, nada le levantaba el ánimo.

Me pregunté si mi madre podría haberle sacado una sonrisa. Por desgracia, se había marchado al Imperio Oriental hace unos días. Mi padre le había pedido que lo acompañara mientras comenzaba sus deberes como emperador en funciones. Sólo estaba yo para consolar a mi hermano. Hasta ahora, no estaba ayudando mucho.

"De verdad, todo irá bien. Por favor, no te culpes."

Koshar murmuró algo, luego salió de la habitación. Pero él no era el único aturdido. Mastas miraba al suelo inexpresivamente. Era obvio que se culpaba a sí misma, al igual que Koshar.

"Mastas, esto no es tu culpa."

Charlotte canceló el matrimonio por su propio bien. Y su matrimonio con Koshar no era vital de todos modos. Todavía podíamos formar esta alianza con Whitemond.
.
Es cierto que algunos funcionarios se mostraron ofendidos por el cambio de opinión de la Princesa Charlotte. Pero aún estábamos discutiendo posibilidades. Heinley parecía encontrarlo todo bastante simple,

"Si Whitemond será útil, incorpóralo. Si no, déjalo fuera."

Por otra parte, Kapmen abogó por Whitemond. Me pareció extraño que de repente los defendiera, pero aprecié su opinión. No podía estar de acuerdo rotundamente, porque no quería enfadar a los funcionarios del Imperio Occidental, pero sí quería mantener a Whitemond de nuestro lado. Después de todo, eran el país con el puerto más cercano...

Dado que no podíamos pasar completamente por alto el matrimonio cancelado, añadimos un par de cláusulas a nuestro acuerdo con Whitemond. Finalmente, después de casi un mes de discusión, llegó el momento de formar la alianza.

***

martes, 15 de agosto de 2023

agosto 15, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 522

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 522. Por Nuestra Paz (1)



La Princesa Charlotte abrazó su enciclopedia favorita y apoyó la cabeza contra la ventana. El aire frío del exterior le helaba la frente,

"Hace mucho frío afuera..."

Todo el mundo decía que la magia de la Emperatriz Navier era así. Helada y fría. Desde que la Emperatriz Navier se reveló como una maga artificial, el padre de Charlotte había estado enviando carta tras carta. Quería conocer los secretos de la creación de magos.

Eso no era todo. Actuó increíblemente complacido por el matrimonio de su hija con Koshar. Le dio a Whitemond una forma natural de unirse a la Alianza Imperial.

Charlotte estaba harta. Todo el mundo estaba feliz por su matrimonio con Koshar, excepto ellos.

'¿No es irónico?'

Justo entonces, su dama de compañía susurró,

"Su Alteza, el Gran Duque Kapmen está afuera, pidiendo verla."

"¿El Gran Duque Kapmen?"

"Sí. Está en la puerta con un ramo enorme."

Todas sus damas de compañía suponían que la princesa estaba deprimida por el Gran Duque. Después de todo, había murmurado que no quería casarse y luego había seguido al Gran Duque afuera. Ahora, el mismo hombre apareció con un ramo.

"¿Le dejamos entrar?"

Ante la pregunta de su dama de compañía, Charlotte dudó. No era simplemente una cuestión de dejarlo entrar.

'El Gran Duque Kapmen está enamorado de mí. Si actúo interesada, ¿no resultará en más corazones rotos?'

"¿Su Alteza?"

Pensó en Mastas y Koshar mirándose con pesar.

"Déjalo entrar."

Ella sólo había querido un matrimonio de conveniencia. Ahora estaba atrapada en un triángulo amoroso. Lo odiaba.

La puerta se abrió. Entró el Gran Duque Kapmen. Sorprendentemente, llevaba el atuendo que a ella le gustaba: su atractivo cabello y su exótica ropa del desierto, que dejaba ver sus anchos hombros y sus grandes manos. En esas manos, sostenía un ramo de lirios negros.

"¿Qué te trae por aquí?"

Charlotte sonrió, conteniendo sus sentimientos de abatimiento. Su apariencia nunca dejaba de impresionarla. El estilo le quedaba tan perfecto, que estaba maravillada.

"¿Has vuelto a recoger esto para mí por el camino?"

Ella bromeó, señalando el ramo.

El Gran Duque se acercó a ella, paso a paso, hasta quedar a pocos centímetros de distancia. Le extendió las flores con una expresión seria.

"Tanto esta vez como la anterior, no las recogí simplemente por el camino."


Charlotte abrazó el ramo confundida.

Observándola, él sonrió,

"Antes de que te cases, he venido a decirte lo que siento sinceramente."

Charlotte se quedó helada.

"Te amo, Princesa Charlotte."

Ella se sobresaltó, tirando la enciclopedia de la mesa a su lado. Cayó al suelo con un ruido sordo.

Charlotte miró inmóvil a Kapmen. Él no evitó su mirada. Al contrario, la miraba directamente como si fuera a quedarse así para siempre.

Su mirada se desvió de sus ojos brillantes a las flores. Ella susurró,

"En realidad, ya sabía que estabas enamorada de mí."

El intenso aroma floral le adormeció la nariz. Embelesada, Charlotte cerró los ojos. La fragancia dulce y seductora suprimió su inquietud y sus preocupaciones a la vez.

Kapmen la observó con ojos oscuros e hizo un juramento en su interior.

'Me aseguraré de que nunca descubras que no te amo. Así es como te haré más feliz que cualquiera que sea amado de verdad.'

Ver su placer lo llenó de culpa, pero lo reprimió. Tendría que cargar con esa culpa el resto de su vida, solo. Era el precio que pagaría por haberla engañado.

"¿También siente algo por mí, Su Alteza?"

"Yo..."

"Pensé que podrías sentir lo mismo por mí."

Todavía abrazando los lirios negros, Charlotte levantó la vista. Sus ojos se encontraron. En ese momento, tomó una decisión.

'Lord Koshar ama a otra mujer. Todos seremos infelices si nos casamos. Este es el hombre para mí. Casarme con el Gran Duque nos salvará a todos.'

"Gran Duque Kapmen. ¿Cuánto me amas?"

"Es... difícil de cuantificar."

"Tienes una profunda amistad con la Emperatriz Navier. Lo suficiente como para que ambos iniciaran una exitosa empresa comercial con Rwibt. Nuestro amor podría distanciarte de la Emperatriz Navier. ¿Estás bien con eso?"

Kapmen ya tenía preparada una respuesta a esa pregunta.

"Lo estoy."

***

Después de que se fue, Charlotte llamó a sus damas de compañía, diciéndoles que había un cambio de planes.

"¿Te casarás con el Gran Duque Kapmen?"

Las damas se miraron sorprendidas.

"¿No será difícil?"

"¿No le disgustará a Su Majestad Navier?"

"Por no hablar del Rey de Whitemond..."

Las damas ofrecieron una perspectiva realista. Charlotte suspiró,

"Lo sé."

Su padre enviaba cartas a diario, preguntando por los preparativos. ¿Cómo podría no saberlo?

"¿Aún así romperás el compromiso?"

Charlotte miró los lirios negros y abrazó la enciclopedia,

"Tengo que ser inteligente al respecto."

"¿Qué quiere decir?"

"Aunque el Gran Duque Kapmen me ama, no consideraría romper el compromiso si no fuera porque Lord Koshar ama a alguien más."

"¿En serio?"

"Sí. Ahora estaría rompiendo el compromiso por el bien de cuatro personas, no sólo por el mío. ¿No están de acuerdo?"

"Hmm..."

Las damas la miraron con inquietud, pero Charlotte estaba perdida en sus propios pensamientos.

"Su Alteza, no estará pensando en hacer algo absurdo, ¿verdad?"

"No, sólo estoy ideando una manera."

"¿Una manera para qué?"

Charlotte levantó la barbilla, decidida.

"Una manera de que todo el mundo acepte mi decisión. Una manera de proceder para que nadie proteste cuando cancele mi matrimonio."

"¿Cómo lo hará?"

Preguntaron sus damas de compañía.

***

Llevaba toda la mañana en reuniones sobre la formación de nuestra alianza. Acababa de tomar un descanso cuando un funcionario se me acercó corriendo,

"La Princesa Charlotte ha comunicado que romperá el compromiso."

Sorprendida, me quedé mirándole.

"¿De verdad?"

"Sí, Su Majestad."

"¿Por qué?"

¿No fue ella quien propuso casarse con Koshar? Y mi pobre hermano dejó a Mastas para casarse con la princesa... A juzgar por la expresión sombría del funcionario, su razón no debe ser buena.

"Habla. Está bien."

"Su Alteza descubrió que Lord Koshar está enamorado de otra mujer. Ella declaró que no desea casarse con un hombre que ama a alguien más."

'Así que se enteró que Mastas y mi hermano están enamorados.'

Se me escapó un suspiro pesado.

"Ya veo."

"¿Qué hará, Su Majestad?"

Preguntó el funcionario.

A decir verdad... no me correspondía involucrarme. Pero entendía lo que se siente cuando tu esposo ama a otra mujer. No podía aconsejar a Charlotte que lo soportara sólo por un matrimonio beneficioso.

Suspiré otra vez,

"Si quiere romper el compromiso, mejor que sea cuanto antes."

domingo, 13 de agosto de 2023

agosto 13, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 521

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 521. Una Falsa Confesión (2)



'¿Cómo puede ayudarme el Emperador Sovieshu?'

Pensó el Duque Elgy, luego hizo una pausa. Tenía la sensación de que sabía a qué se refería Heinley. Después de todo, el Emperador Sovieshu tenía a esa maga de curación. Ella tenía habilidades extraordinarias, muy superiores a las de sus pares. Aún no era famosa, pero él había oído rumores.

Más importante aún, ella trabajaba para el palacio y seguía órdenes imperiales.

Era extremadamente difícil tratar a alguien con maná en el transcurso de varios días. Cualquier mago de curación que no haya jurado lealtad a su país nunca aceptaría un trabajo como ese.

Sin embargo, si el emperador le ordenaba a ella realizar una tarea tan ardua... era posible que con la curación continua su madre pudiera salir del país.

'No. Es imposible.'

El Duque Elgy se rió amargamente y arrugó la carta. El Emperador Sovieshu nunca le ayudaría. ¿Por qué entregaría su preciada maga de curación a su enemigo? Todo lo que había pasado con Rashta ya era bastante malo, por no hablar del problema del puerto.

No había forma de que el emperador lo ayudara. Era de sentido común.

'¿Pero qué quiere decir Heinley con 'motivos familiares'? ¿Se trata de su alianza?'

***

Nuestros dos países ya habían acordado formar una alianza. Whitemond parecía querer unirse también. Ahora quería preguntar sobre la posición de Rwibt. Llamé al Gran Duque Kapmen.

"Si formamos esta alianza, otros países podrían negarse a comerciar con Rwibt a modo de protesta."

Le aclaré. Por ahora, las solicitudes de comercio de otros países pasaban por nosotros. Puede que el resto del Continente Wol pronto quisiera mantener las distancias.

"Aun así, estoy segura de que cualquier embargo no duraría mucho. Así que no hay de qué preocuparse... ¿Gran Duque?"

El Gran Duque Kapmen miraba fijamente a la nada.

"¿Gran Duque?"

¿Qué le pasa? Normalmente, me daba sus opiniones de inmediato. A menudo, incluso antes de que tuviera la oportunidad de formular mis preguntas en voz alta.

"Gran Duque Kapmen. ¿Se encuentra bien?"

Miré el calendario.

"Si no está bien, podemos discutir esto otro día."

Cuanto antes mejor, pero no era urgente. Aún no habíamos formado oficialmente nuestra alianza.

"Estoy bien."

Respondió finalmente, sacudiéndose.

'No lo parecía.'

De repente, miró a Mastas. Ella se estremeció. Pero él se limitó a mirarla con tristeza.

Normalmente, intentaba no dejar entrever que leía los pensamientos de los demás. No quería que nadie supiera que podía leer la mente.

'¿Qué le pasa hoy? ¿Por qué se comporta tan extraño?'

Miré a Mastas, quien se encogió bajo la mirada del Gran Duque. Normalmente, sacaría su lanza ante cualquiera que la mirara fijamente.

No es que quisiera que lo hiciera con el Gran Duque Kapmen. Lo último que necesitábamos era un conflicto con otro país.

Después de que el Gran Duque se fue, me volví hacia ella.

"Mastas, ¿pasó algo entre el Gran Duque Kapmen y tú?"

Sacudió la cabeza con una expresión de preocupación,

"No. Su Majestad, ¿he ofendido al Gran Duque de alguna manera?"

"No que yo sepa, Mastas."

"No dejaba de mirarme..."

"Estoy segura de que todo está bien."

'Tal vez no aprueba nuestra nueva alianza. ¿Cree que perjudicará a Rwibt a la larga?'

***

Kapmen salió de la habitación de la emperatriz con pasos pesados. Se sentía desconcertado. A pesar de que la Emperatriz Navier estaba discutiendo asuntos serios, él no podía concentrarse. Ni siquiera cuando la emperatriz se mostró preocupada por él.

Lo único que oía eran los pensamientos de Mastas.

'Ojalá pudiera desearle lo mejor a Lord Koshar. Yo no soy su amada. Él vivirá feliz con la Princesa Charlotte.'

No pudo evitar compararlos con los pensamientos internos de la Princesa Charlotte. La princesa también se sentía muy ansiosa por su relación. Ya se había dado cuenta de que Koshar y Mastas tenían sentimientos el uno por el otro. Ahora le preocupaba que esto arruinara su matrimonio.

'Nadie desea un matrimonio infeliz, aunque sea un matrimonio de conveniencia.'

Por supuesto, Koshar había decidido entregarse a Charlotte. Pero Charlotte, incapaz de leer su mente, se sentía inquieta. Y Kapmen sabía con qué frecuencia podían cambiar los deseos sinceros de las personas. Puede que Koshar hubiera renunciado a Mastas por el bien de Charlotte, pero ni siquiera el propio Koshar podía saber si eso cambiaría algún día.

'Soy el único que puede solucionar esta enredada relación.'

Kapmen caminó lentamente, deteniéndose bajo un inmenso árbol. Allí meditaba sobre el amor. Hace poco, la Princesa Charlotte había estado sentada aquí y le había dejado boquiabierto con su imaginación salvaje.

'En este mismo sitio, escondía los pensamientos que me atormentaban y—'

"Su Alteza, ¿se encuentra bien?"

Preguntó su sirviente. El hombre se preguntó por qué el Gran Duque estaba de pie bajo un árbol.

"¿Fue insatisfactoria su reunión?"

"No, estuvo bien."

Kapmen respondió. Entonces su expresión se tensó.

"Sobre esos lirios negros del otro día..."

"¿Sí?"

"Vuelve a comprarlos."

***

Ilustración correspondiente al Capítulo 517.
La hemos subido aquí por unos días ya que se nos olvidó subirla en su momento. 

viernes, 11 de agosto de 2023

agosto 11, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 520

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 520. Una Falsa Confesión (1)



"¿Dónde está mi madre?"

Exclamó el Duque Elgy al abrir la puerta de golpe. El mayordomo saltó sorprendido,

"Joven Amo, ¿cuándo llegó?"

El mayordomo no esperaba que el Duque Elgy volviera a casa pronto. No hace mucho que se había ido a ver a un amigo.

"¿Dónde está mi madre?"

Repitió el Duque Elgy.

"Um..."

El mayordomo se aclaró la garganta, estupefacto.

"Ya está mejor."

Justo entonces, una dulce voz se escuchó desde arriba,

"Siempre ha sido así. Unos días está mejor de salud y otros peor."

El Duque Elgy levantó la vista. En lo alto de la escalera había una mujer a la que el cabello le cubría la mitad de la cara. Le miraba con ojos cálidos, llenos de afecto.

El Duque Elgy la ignoró. Dándose la vuelta, corrió hacia la pequeña casa de su madre. La encontró sola en el jardín, que susurraba con la brisa invernal.

Sentada en su silla de ruedas, estudiaba las plantas muertas. Al oír los pasos del Duque Elgy, se dio la vuelta. Una sonrisa se dibujó en su rostro sepulcral.

El Duque Elgy corrió a su lado y la examinó. Parecía la misma de antes, ni más enferma ni más sana. Apretó los dientes. Una vez más, fueron su padre y Alessia... La ira bullía en su interior, pero forzó una voz suave.

"¿Vamos dentro, madre? Hace frío aquí afuera."

Su madre asintió, así que la levantó y la llevó a la casa.

Después de recostarla en la cama, le preparó un tazón de leche caliente. Mientras ella soplaba y sorbía la leche, el Duque Elgy le masajeaba las piernas. Pero cada vez que miraba a su madre, sorbiendo la leche, le dolía el corazón.

Esperó a que terminara la leche, acariciándole la espalda para que no tuviera indigestión. Sólo al cabo de unas horas fue a buscar la silla de ruedas que habían dejado afuera. En el jardín, encontró al Gran Duque Claude esperando.

El Duque Elgy fulminó a su padre con la mirada.

"¿Qué estás haciendo aquí? ¿Cómo puedes aprovecharte así de una persona enferma? ¿Acaso eres humano?"

"Yo no envié esa carta."

"Pues si esa mujer la envió, deberías haberla detenido. No es la primera vez."

"Como tú dices, esta no es la primera vez. Deja de exagerar. Alessia es tu salvadora, te guste o no."

"Ella es la enemiga de mi madre."

El rostro del Gran Duque se contorsionó. Agarró a su hijo por el brazo, tirando de él hacia delante.

Pero su hijo no era un niño, por lo que no pudo moverlo ni un centímetro. Finalmente, el Gran Duque agarró a Elgy por los hombros y gruño,

"Si estás tan decidido a odiar a Alessia, al menos dale tu carne. Pero no la llames enemiga. Te salvó la vida."

Soltó los hombros de su hijo y se rió fríamente,

"Estás en deuda con la enemiga de tu madre. Un imbécil que no sabe cuidar de sí mismo, entrometiéndose en la familia equivocada sin motivo."

Sólo después de que el Gran Duque se marchó, el Duque Elgy abrió los puños y dejó de temblar.

Detrás de él, sin que nadie se diera cuenta, su madre observó la escena con la frente pegada a la ventana. Se le llenaron los ojos de lágrimas, pero se escondió detrás de las cortinas antes de que Elgy la viera.

Elgy no quería preocupar a su madre, así que se apoyó en la pared exterior de la casa, agachándose para recuperar la compostura. Mordiéndose el labio, apoyó la cabeza contra la pared. Sintió en su espalda el fantasma de un par de manos a punto de empujarlo por las escaleras hace dos días.

"No puedo morir. De lo contrario, no habrá nadie que proteja a mi madre."

Pero al mismo tiempo, no pudo evitar desear que aquellas débiles manos lo hubieran empujado a la muerte.

Al recordar la mirada llena de resentimiento de Rivetti, se echó a reír. Probablemente ella sentía por él lo mismo que él sentía al ver a su padre con Alessia. Tal vez el propio Elgy era peor que esos dos juntos...

Apretó su collar, recordando cómo se había sentido desde que era joven, soñando con escapar de este lugar con su madre. Pero ella era un rehén aquí. Nunca la dejarían marchar. Elgy no podía escapar de esta ciudad, y mucho menos del país. Incluso un paseo por el jardín era una lucha para su frágil madre.

Cuanto más intentaba escapar, más se hundía en el fango.

'Madre.'

El Duque Elgy cerró los ojos, sumido en la desesperación.

De repente, el recuerdo de una mujer de cabello plateado pasó por su mente. Rashta. Técnicamente, le dio buenos consejos sobre cómo convertirse en emperatriz. No se equivocó. Pero después de que se convirtió en emperatriz, dejó de darle buenos consejos.

Sólo una vez, se había sentido seriamente en conflicto acerca de sus acciones. Se había debatido entre darle buenos o malos consejos. Al final, le aconsejó mal. Ahora se dio cuenta de que, en ese momento, había elegido permanecer hundido en el fango de su pasado.

'Probablemente me arrancará el cabello cuando nos encontremos en el infierno. O tal vez incluso mi cabeza.'

De repente, oyó el canto de un pájaro. Levantó la vista justo cuando un pájaro revoloteaba frente a él, con la pata levantada. Aceptó el papel que colgaba de la misma.

Era una carta de Heinley.

— El Emperador Sovieshu podría ayudarte.

El Duque Elgy frunció el ceño.

— Los Imperios de Oriente y Occidente hemos decidido formar una alianza. Aún tenemos que decidir qué otros países incluir. Debo ir al Imperio Oriental por motivos familiares, pero piénsatelo. Incluso podría llevarte conmigo.

miércoles, 9 de agosto de 2023

agosto 09, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 519

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 519. ¿Él Te Ayudará? (2)




"¡Laurie!"

Miré por todas partes. Me agaché y busqué en la hierba seca por si se había caído. Me puse de puntillas y miré hacia las copas de los árboles.

"¡Laurie!"

Por más que busqué, no pude encontrarla. Horribles pensamientos invadieron mi mente.

'¿Y si está herida? ¿Y si un halcón se la llevó?'

"¡Laurie!"

Mis gritos atravesaron el aire.

De repente, recordé el nido que hizo Heinley. En lo alto de un pilar.

'A los bebés de nuestra tribu les encantan los sitios altos, Mi Reina. Los bebés más valientes hacen berrinches para que sus nidos sean construidos en sitios muy altos.'

Me apresuré hacia el sitio donde estaba construido el nido. Pero no avancé mucho antes de escuchar una voz.

"¿Su Majestad?"

Mastas me saludó desde lejos.

"¡No vengas aquí!"

Grité. No había tiempo para explicaciones. No dejé de moverme. Ella se quedó paralizada por la sorpresa, viéndome correr hacia los árboles.

El olor de Laurie todavía impregnaba la manta en mis brazos, provocándome una nueva oleada de angustia.

'Laurie, por favor...'

Cuando finalmente pasé por las enredaderas cubiertas de maleza, me metí por la abertura que Heinley me había mostrado. Al otro lado, vi el alto pilar sobre el que descansaba el nido de joyas.

Y en medio del nido, entre las joyas relucientes, se posaba mi amada bebé en forma de pájaro.

'¿Qué está haciendo?'

Mi bebé, apenas del tamaño de la palma de mi mano, estaba sentada con la cabeza inclinada hacia atrás, mirando hacia el sol. Se me llenaron los ojos de lágrimas. La luz era tan brillante que apenas podía abrir los ojos, pero ella lo miraba directamente, estremeciéndose.

"¡Laurie!"

Al oír mi grito, el pajarito finalmente me miró. Agitó sus pequeñas alas y empezó a bailar alrededor del nido.

'Pequeña...'

Se me escapó un sollozo, seguido de una carcajada. Era el mismo baile que hacía Heinley cada vez que estaba emocionado. Recordé otra cosa que me había dicho.

'Los pájaros de nuestra tribu aprenden a volar más rápido que los pájaros normales, Mi Reina. Aprenden a volar antes que a hablar.'

Heinley tenía razón. Aprenden a volar rápido. Y también a bailar.

En ese momento, un enorme pájaro dorado se abalanzó y agarró a Laurie por el cuello. El pajarito se resistió y chilló, mientras Reina revoloteaba lentamente hacia mí, con una expresión severa.


Cuando se acercó, extendí las manos y dejó caer el pajarito en mis palmas.

- ¡Gu!

El pajarito se echó boca abajo, haciendo pucheros. Luego apoyó la mejilla contra mis dedos, con las alas caídas a los lados. Debe estar molesta porque Heinley la bajó.

"Revoltosa."

Heinley, ahora en forma humana, chasqueó la lengua y presionó la barriga de Laurie para que volviera a transformarse en humana. Mientras él la acunaba contra su cálido pecho, yo rápidamente la envolví de nuevo en su manta.

Laurie nos miró con los labios apretados en señal de protesta.

"Ella es como tú."

Pellizqué el pecho de Heinley. Él se estremeció, pero no protestó.

"De pequeña nunca causé problemas como éste."

Resoplé. Me sentía mal por recriminárselo, pero no podía evitarlo. Laurie no sabía lo que hacía, así que sólo podía quejarme a Heinley.

Él se rió.

"Yo tampoco esperaba que aprendiera a volar tan rápido, Mi Reina. Todavía es una bebé. No creí que pudiera transformarse sola. Incluso yo no podía hacer eso."

Parecía desconcertado.

Apreté a Laurie con más fuerza. Mientras su suave cabello me hacía cosquillas en la mejilla, la bebé estornudó. Esperaba que no se hubiera resfriado.

***

Dado que Heinley llegó aquí en forma de Reina, no podía regresar al palacio en forma humana. Me acompañó hasta las enredaderas, luego se transformó en Reina y regresó a su oficina.

Yo me dirigí a mi habitación sola, con la bebé en brazos.

Al aproximarme al palacio, vi que Mastas aún permanecía paralizada en el sitio donde me había visto. Sintiéndome mal por mi brusco comportamiento, me acerqué rápidamente.

"Mastas, lamento lo de antes."

De repente, lágrimas cayeron por el rostro de Mastas.

"¿Mastas?"

Sobresaltada, me incliné a la altura de sus ojos.

"¿Qué ocurre? ¿Estás bien?"

Se le salieron más lágrimas al cerrar los ojos con fuerza.

"¡Su... Su Majestad!"

Estaba llorando tanto que tartamudeaba. ¿Le dolió que la ignorara cuando pasé corriendo?

"Siento haberme ido antes, Mastas. Laurie había desaparecido, así que no tuve tiempo de hablar. La bebé—"

"¡Odio a Lord Koshar! ¡Lo odio, Su Majestad!"

Ella dio un pisotón.

'Al menos no es mi culpa.'

Sin embargo, éste parecía un problema peor. Le di unas palmaditas suaves en la espalda.

"Mastas, entremos. Lo hablaremos en mi habitación."

Pero una vez que volví a mi habitación, Kai empezó a llorar desconsoladamente. Normalmente era un bebé tranquilo, pero a pesar de los esfuerzos de Laura por entretenerlo con un sonajero, seguía sollozando.

Le pasé a Laurie a Mastas y me acerqué a Kai. Probablemente estaba celoso de que hubiera sacado a Laurie sola.

"Lo siento, Kai. Ya, ya."

Abracé a Kai mientras lloraba. Él me agarró el cabello y trató de comérselo.

"No, Kai."

Cuando aparté mi cabello de su boca y le arrullé, le entró hipo. Su llanto disminuyó. Al final, recostó la cabeza en mi hombro.

"¿Qué pasa, Mastas?"

Laura notó la cara llorosa de Mastas. Al menos sus lágrimas parecían haber disminuido mientras mecía a Laurie.

Mastas no respondió.

"¿Mastas?"

Pregunté en voz baja, a lo que ella sacudió la cabeza.

"No es nada. Hice un comentario que no debía porque he estado bebiendo."

"No olí ni un rastro de alcohol en ti."

"He bebido alcohol sin olor."

Respondió. Luego bajó la cabeza como para evitar mis preguntas.

Pero antes había mencionado a Koshar. Estaba segura de que él tenía algo que ver.

Laura se apresuró a traerle a Mastas un poco de té caliente. Los ojos de Mastas se llenaron de lágrimas cuando aceptó la taza, pero se las tragó. Yo también tuve que tragarme mi frustración. No podía resolver sus problemas amorosos, por mucho que quisiera.

"Um, ¿Su Majestad?"

Laura me miró.

"Sobre el Duque Elgy..."

"¿Qué pasó con él?"

Cuando volví con Heinley de la Ceremonia de Año Nuevo, él ya había regresado a Bohean Azul. Había venido hasta aquí para encontrarse con Heinley, pero al final se marchó sin ni siquiera verlo.

Laura cruzó las manos sobre sus piernas.

"Creo que recibió una mala noticia. Esa serpiente se comportó tan desagradable como siempre aquel día, pero a los pocos minutos de entrar en su habitación, salió corriendo como un loco."

***

lunes, 7 de agosto de 2023

agosto 07, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 518

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 518. ¿Él Te Ayudará? (1)



Mastas balanceaba su espada sin cesar. Era la única manera de ahogar sus penas. Si dejaba de moverse, empezaría a pensar. Entonces las lágrimas llenarían sus ojos. Necesitaba seguir sonriendo, mantenerse fuerte.

No lo estaba pasando bien.

'Necesito actuar con normalidad.'

Mastas balanceó la espada lo más rápido que pudo. Golpeó al muñeco de prácticas con fuerza. Por un momento, consiguió despejar su mente.

Los miembros de la 2ª Orden de los Caballeros Clandestinos la observaban con preocupación.

"¿Qué hacemos si rompe todas nuestras espadas de entrenamiento de madera?"

"Ya ha roto diez."

"Los muñecos de prácticas ya son bastante costosos."

Sin embargo, la preocupación de ninguno de ellos era Mastas.

Si bien las damas de compañía se preocupaban por ella, los Caballeros Clandestinos jamás imaginarían que Mastas tenía el corazón roto. Ella llevaba a cabo los actos sucios de los nobles, era apodada 'Manos Sangrientas'.

La espada de madera se partió por la mitad. Otra vez.

Mastas maldijo y tiró los trozos a un lado. Los caballeros de alrededor se marcharon rápidamente. De lo contrario, temían que pidiera un combate a alguno de ellos.

Mastas miró el campo de entrenamiento vacío. Tenía muchas ganas de pelear con alguien. Pero se tiró al suelo, jadeando.

'Me duele.'

Incluso esta breve pausa le resultó demasiado difícil de soportar. Se levantó rápidamente, pero le ardía la mejilla. Cuando se la tocó, su mano se manchó de sangre.

"Maldita sea."

Debe haberse clavado una astilla de la espada de madera.

Tras frotarse la herida bruscamente, fue a por una espada nueva. En el momento en que la alzó contra el muñeco de prácticas, una voz detrás de ella dijo,

"Estás herida."

Mastas se quedó paralizada. Sus ojos se sacudieron. Apretando los labios, bajó la espada. Sabía que esa voz pertenecía al hombre con el que no podía dejar de soñar. Incluso ahora le dolía el corazón.

Lentamente, se volvió hacia Koshar.

Koshar sacó un pañuelo y se acercó,

"Estás sangrando. Si no lo desinfectas bien..."

Aun así, Mastas rechazó el pañuelo,

"Olvídalo. No importa si deja una cicatriz."

"Si no tratas la herida, causará problemas más adelante."

"Incluso si así fuera, no debería importarle, Lord Koshar."

Él se estremeció.

'Siento tu dolor. Puede que tu herida sea visible, pero la mía es igual de profunda, aunque no puedas verla.'

Sin embargo, no podía decirlo. Tales palabras debían reservarse para su prometida, la Princesa Charlotte.

Se metió el pañuelo en el bolsillo y bajó la mirada,

"Ya que eres una de las damas de compañía de Navier, eso nos convierte en amigos. Si la Señorita Mastas resulta herida, Navier se preocupará. Y si Navier se preocupa, entonces yo... también sentiré dolor."

Koshar no se atrevió a mirar a Mastas mientras decía esto.

Ni ella tampoco. Su mirada estaba clavada en el muñeco. Pero su voz hacía que su corazón se acelerara. Sus ojos se llenaron de emoción.

Sin que ellos se dieran cuenta, la Princesa Charlotte pasó por delante del campo de entrenamiento de camino a ver a Navier. Abrazó contra su pecho la pesada enciclopedia que llevaba, mirando de lejos al hombre y a la mujer. Entonces se detuvo, levantando una ceja.

'¿Qué pasa aquí?'

Sus manos no se tocaban, y no hacían contacto visual. Sin embargo, incluso desde la distancia, ella podía sentir la tensión entre ellos. La falta de contacto les hacía parecer aún más desesperados.

Charlotte frunció el ceño. En su mente surgió una ligera sospecha.

'¿Esos dos tienen una relación?'

De vuelta en su habitación, Charlotte repitió la escena una y otra vez en su mente. Cuanto más pensaba en ello, más fuerte se volvía su sospecha.

Esa noche, llamó a Koshar.

"¿Estás enamorado de alguien?"

Koshar pareció sorprendido.

"Sólo respóndeme honestamente. Si mientes, me daré cuenta."

Todas sus damas de compañía miraron a Koshar, listas para salir en su defensa. Pero Charlotte les indicó que salieran mientras esperaba su respuesta.

Él finalmente respondió,

"Antes."

"¿En serio? ¿No sigues enamorado de esa persona?"

"Lo que importa es que me casaré con Su Alteza."

Charlotte levantó una ceja.

"Me entregaré por completo a usted. Haré todo lo posible por amarle. No es necesario preguntar por alguien con quien ya rompí."

Ella frunció el ceño.

'¿No es necesario?'

Bueno, todavía no estaban casados.

'Supongo que tiene razón.'

Aun así, no le agradaba la idea. ¿Rompió con su verdadero amor por un matrimonio de conveniencia? Ella había visto a muchos otros hacer lo mismo, pero seguía sin sentarle bien.

Por lo que había visto antes, él todavía estaba enamorado de esa mujer. ¿Realmente querría casarse con un hombre que estaba enamorado de otra mujer?

"Entiendo. Puedes irte."

Una vez que Koshar se marchó, Charlotte caminó alrededor de la habitación con los brazos cruzados.

'Los dos nos casamos por conveniencia. ¿Por qué debería importarme?'

Sin embargo, le molestaba.

Su mirada se posó en el jarrón de lirios negros. El ramo que el Gran Duque Kapmen le había regalado, alegando que simplemente se había cruzado con ella por casualidad. Se dirigió al jarrón y acercó la nariz a las flores, inhalando su aroma.

'Aunque no amo al Gran Duque Kapmen, me siento extraña casándome con Koshar. Más aún ahora que sé que ama a otra persona. Y estoy segura de que ella también lo ama.'

Charlotte frunció el ceño al recordar la cara de Mastas.

'¿No es ella una de las damas de compañía de la Emperatriz Navier?'

sábado, 5 de agosto de 2023

agosto 05, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 517

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 517. No Causarán Problemas (2)



"¿Quiénes abandonan la alianza?" 

Preguntó Ángel, como si no hubiera oído bien.

Su subordinado repitió el informe,

"El Imperio Oriental y el Imperio Occidental han decidido abandonar la alianza. Juntos."

Ángel frunció el ceño y chasqueó la lengua,

"Entonces es así como quieren jugar."

No parecía conmocionado, lo que sorprendió a su subordinado. 

"¿Esperaba esto, Comandante?"

"Me imaginaba que al menos uno de ellos podría marcharse."

"Guau. Usted lo predice todo."

"No todo."

No vio venir la bomba de la Ceremonia de Año Nuevo de la Emperatriz Navier. Ella le había dicho que no tenía ningún otro plan bajo la manga, pero Ángel lo dudaba. Si Navier se atrevió a mentirle a la cara, lo que sea que tenía planeado debía de ser grande. Y eso probablemente era que ambos imperios abandonarían la alianza a la vez...

"¿Qué debemos hacer? Esto disminuirá la influencia de la alianza."

"Es lo más probable. Ahora no tenemos justificación para entrometernos en sus asuntos."

Ángel caminaba frente a la ventana, con las manos en la espalda. De repente, frunció el ceño.

El subordinado se estremeció ante su expresión feroz.

"¿Comandante?"

Preguntó finalmente, cuando ya no pudo soportarlo más.

Ángel corrió las cortinas.

"Las cosas pueden empeorar."

"¿Peor que esto?"

"Harán algo más que abandonar la alianza. Esos dos países nunca han tenido una buena relación. Ambos lados temerán que el otro les apuñale por la espalda, así que se unirán."

Ángel apoyó ambas manos en el alféizar de la ventana. Sus orejas se enrojecieron de emoción y sonrió.

"No, deben tener un motivo mayor para unirse."

El subordinado tembló. 

"Entonces, ¿no son aún más peligrosos?" 

Quería saber por qué sonreía.

Los ojos de Ángel se entrecerraron. 

"Si eso es cierto, cambia por completo esta noticia. Tendrán una razón para permanecer juntos."

'¿Y eso le hace feliz?'

El subordinado se mordió la lengua. Tenía la sensación de que no quería saber la respuesta.

Ángel sacó una cinta púrpura de su bolsillo y la besó. 

"Espero el día."

El subordinado se preguntó si ésa era la cinta que la Emperatriz Navier había congelado, o la que Ángel había atado alrededor del pájaro dorado. En cualquier caso, parecía extraño.

"Comandante."

"¿Qué?"

"Nada, sólo..."

"Dímelo."

"Recibimos un informe sobre los Bandidos Mil Eternos. Esta vez se dirigen hacia el Reino del Norte."

"Qué rufianes más listos y resistentes. No los pierdan de vista."

"Sí, Comandante. Ah, y esto puede no ser importante, pero..."

El subordinado vaciló.

"¿Pero?"

"Parece que están criando a un niño."

"¿Esos villanos están cuidando a un niño?"

"Eso parece. Saquearon una aldea de camino al Reino del Norte, pero sólo robaron ropa y accesorios de bebé."

Ángel se encogió de hombros. 

"Probablemente se los llevaron para venderlos."

"¿Eso cree?"

"Estoy seguro."

***

Unas horas antes, el Duque Troby y el Emperador Sovieshu discutieron sobre la Alianza Oriente-Occidente propuesta por Navier. 

"Será bueno."

Sovieshu sonrió amargamente.

"Aunque llevará mucho trabajo, contigo y Navier coordinándose creo que saldrá bien."

"Sí, Su Majestad."

"Puede ser un dolor de cabeza al principio, pero una vez que lleguemos a un acuerdo, creo que nos beneficiaremos a largo plazo."

"Eso es cierto."

El Duque Troby se inclinó.

El Marqués Karl, que escuchaba en silencio, finalmente preguntó, 

"¿Sólo el Imperio Oriental y el Occidental entrarán en esta alianza?"

"De acuerdo con Navier, Whitemond también desea unirse a nosotros."

Ante la respuesta del Duque Troby, el Marqués Karl hizo otra pregunta, 

"¿Whitemond? ¿Deberíamos preguntar a otros países si desean unirse antes de fundar esta nueva alianza?"

Si incluso tres o cuatro países se retiraban, afectaría enormemente a la Alianza del Continente Wol.

Sin embargo, Sovieshu sacudió la cabeza.

"Hay un dicho que dice 'un enemigo entre tus amigos es el más peligroso'. Hay que pensarlo cuidadosamente."

Si invitaban a un país descontento a la nueva alianza, ese país podría oponerse a los imperios en todo momento. Las diferencias de opinión eran comunes en las alianzas, pero las antiguas estaban bien establecidas. Las más nuevas podrían derrumbarse por este tipo de disputas.

Por el bien de la consolidación, era mejor mantener la alianza con pocos miembros por ahora. Siempre podrían ampliarse más adelante.

De repente, Sovieshu miró al vacío. 

"¿Cómo... son los hijos de Navier?"

El Duque Troby asumió que estaba teniendo otra alucinación. Pero entonces el emperador le miró,

"He oído que uno de los bebés se parece a Navier."

Ahora el Duque Troby entendió por qué el emperador desvió la mirada. La pregunta era incómoda.

"No estoy seguro. Yo tampoco los he visto todavía, Su Majestad."

"¿No los has visto?"

"No, usted me convocó mientras iba de camino allí..."

Sovieshu se rascó la barbilla.

"Tuvo un niño y una niña, ¿cierto?"

"Sí."

Sovieshu pareció impresionado como si hubiera visto un fantasma,

"Deben ser brillantes, si se parecen a Navier."

"Por supuesto, si se parecen a Navier, tampoco causarán problemas. Serán encantadores."

El Duque Troby soltó una risita. Pero cuando la expresión de Sovieshu se tensó, él se estremeció.

"Le pido disculpas, Su Majestad."


***

El clima era inusualmente cálido, así que salí a pasear con Laurie, envuelta en una manta de piel. Me mantuve cerca del palacio, pero el Vizconde Langdel me siguió para protegerme de todos modos.

"Gracias."

"Sólo cumplo con mi deber."

El vizconde debe de haber quedado impactado por lo ocurrido en la Ceremonia de Año Nuevo, pero seguía tratándome igual que antes.

Le estaba muy agradecido. Pero la ceremonia me hizo darme cuenta de que no podía depender completamente de él. No para todos los asuntos de seguridad. Eventualmente, el vizconde nos dejaría. ¿No debería prepararme para eso?

Justo entonces, Laurie, que estaba en mis brazos, se encogió. Su manta se hundió.

"¡Laurie!"

Grité conmocionada y agarré la manta con fuerza. Un pajarito apareció en su lugar. 

'¡Laurie!'

Antes de que pudiera reaccionar, salió volando. 

"¡No!"

La perseguí presa del pánico, pero voló hacia un matorral y desapareció. Impotente, escudriñé los densos arbustos, sosteniendo la manta vacía.

El Vizconde Langdel se acercó corriendo.

"¿Qué pasó, Su Majestad?"

Sacudí la cabeza. 

'¿Qué hago? No puedo decírselo.'

Creía que no se transformaban fuera de su horario. 

'Entonces, por qué...'

"Me quedaré aquí y buscaré. Vizconde, por favor encuentre al emperador y tráigalo aquí."

"Yo haré la búsqueda, Emperatriz. Yo—"

Pero el vizconde debió de cambiar de opinión al ver mi expresión, ya que se inclinó y salió corriendo.

Se me llenaron los ojos de lágrimas.

"¡Laurie!"

***

jueves, 3 de agosto de 2023

agosto 03, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 516

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 516. No Causarán Problemas (1)




Unos días más tarde recibimos una carta de mi padre. Mi madre la leyó sin la menor emoción. Yo también me sentía rara. No creía que la oferta de Sovieshu fuera real hasta que mi padre lo confirmó.

"Guau, el Representante del Emperador. Eso es increíble!"

Exclamó Laura una vez que les conté sobre eso.

La Condesa Jubel estaba demasiado sorprendida para sentarse. Se paseó por la habitación, repitiéndose las mismas preguntas,

"Si se convierte en el emperador en funciones, ¿será tratado como el Emperador cuando Su Majestad no esté cerca? ¿Qué pasará con el rol de la emperatriz? ¿Lo asumirá la duquesa?"

En contraste con ellas dos, Rose permaneció tranquila.

"Su Alteza, ¿significa esto que pronto tendrá que volver al Imperio Oriental?"

Mi madre se quedó mirando las cunas con una expresión perturbada. Los gemelos estaban acostados jugando con su móvil, sin ninguna preocupación por el mundo.

"Realmente debería..."

"¿Su Alteza desearía tener más tiempo con los bebés?"

Preguntó Rose.

Sólo Mastas parecía deprimida. Podía imaginar que ahora se sentía aún más distanciada de Koshar. Sin embargo, Mastas forzó rápidamente una sonrisa cuando la miré.

"Si el Duque Troby se convierte en emperador en funciones del Imperio Oriental, ¿mejorará esto la relación entre el Imperio Oriental y el Occidental?"

Laura se volvió hacia mí,

"¿Será así?"

'Probablemente. Y no sólo eso.'

"En realidad... lo he estado pensando. Esto haría todo mucho más fácil."

Madre miró de la carta a mí y viceversa,

"¿Qué es exactamente lo que has estado pensando?"

***

Comenzó la reunión del consejo. Todos los ministros parecían aliviados de ver a Heinley después de tanto tiempo. El canciller y yo les habíamos asegurado que todo estaba bien, pero no nos habían creído del todo. Desde que se convirtió en emperador, Heinley no había desaparecido tanto tiempo sin una explicación adecuada.

Aun así, antes de que alguien pudiera preguntar acerca de dónde había estado Heinley, dimos la noticia sobre mi padre. Los ojos de todos se abrieron de par en par.

"¿Un emperador en funciones...?"

"¿Qué significa eso para nosotros?"

"El Duque Troby está en buenos términos con el Imperio Occidental, ¿cierto?"

"En su última visita, mantuvo frecuentes conversaciones con Su Majestad."

Mientras los ministros hablaban entre ellos, el canciller les comunicó que el Imperio Oriental y el Occidental habían decidido conjuntamente abandonar la alianza.

Todo el salón zumbó de sorpresa. La mayoría se mostró encantada. Sin embargo, unos pocos expresaron su desacuerdo.

"La alianza quería atacarnos por un malentendido, Su Majestad. Usted explicó el error en la Ceremonia de Año Nuevo. ¿No deberíamos darles otra oportunidad?"

"El Imperio Oriental puede estar de nuestro lado por ahora, pero ¿cuánto tiempo durará eso?"

"Bueno, será menos probable que nos dejen solos con el Duque Troby como emperador en funciones."

"Cierto, pero ¿y si el Emperador Sovieshu se recupera y cambia de opinión?"

"Incluso si eso no pasa, todos los países forman parte de la alianza. Si nos retiramos, ¿no se verán afectadas nuestras perspectivas comerciales?"

'Nuestro comercio no se verá afectado.'

Incluso ahora, otros países estaban enviando a decenas de mensajeros, preguntándole a Heinley cómo crear magos artificiales. Todavía teníamos algunos ases bajo la manga.

Necesitaba que me escucharan,

"Soy consciente de sus preocupaciones."

El salón se quedó en silencio al instante. ¿Fue porque yo había dirigido las reuniones mientras Heinley no estaba? ¿O porque les había llegado la noticia de cómo había enfrentado a Ángel en la Ceremonia de Año Nuevo?

Incluso los ministros que se oponían a la retirada de nuestra alianza me miraron con respeto.

De repente, recordé mi primer día aquí. Eché un vistazo a Yunim, que me observaba con una expresión respetuosa.

Cuando recién acababa de llegar, él se negó a dejarme entrar en la habitación de la reina. Una leve sonrisa se dibujó en mis labios. Estaba por el buen camino. Me había ganado la confianza de ellos. Ahora tenía que demostrar que la merecía.

"¿Su Majestad?"

Me llamó el canciller. Asentí y levanté la mano, señalando hacia arriba. Los ministros se mostraron confundidos.

"Desde aquí."

Dije, trazando con mi dedo todo el camino hacia la izquierda.

"Hasta aquí."

Tracé una línea hacia la derecha y bajé la mano.

"El Imperio Occidental y el Imperio Oriental unirán sus fuerzas contra la alianza. Nos llamaremos... la Alianza Imperial."

Me había planteado llamarla Alianza Oriente-Occidente, pero tenía la sensación de que Whitemond también se uniría a nosotros, a juzgar por su comportamiento en la ceremonia.

Los ministros me miraron con la boca abierta. El salón reaccionó con más silencio de lo que esperaba.

'¿Sonaba ridículo?'

La relación entre nuestros dos imperios siempre había sido tenue. Nunca antes nos habíamos aliado, especialmente solos.

Antes de la mentira que conté sobre los magos en la Ceremonia de Año Nuevo, esto también me parecía impensable. Pero ahora, lo veía más que posible. Mi padre sin duda lo aprobaría. Y Sovieshu eligió a mi padre como su representante por una razón. No tenía intención de enfrentarse a mí.

Sonreí con confianza a los ministros.

"¿Qué opinan?"

martes, 1 de agosto de 2023

agosto 01, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 515

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 515. Por La Paz (2)



"De los cuatro parientes por encima de ti para ocupar ese puesto, uno es demasiado mayor, dos ya están casados con miembros de la realeza de otros países, y el último nació y creció en un país extranjero, por lo que no conoce nuestras costumbres."

Explicó Sovieshu.

El Duque Troby parpadeó, desconcertado, 

"Pero Su Majestad. Mi hija está casada con el Emperador del Imperio Occidental—"

"No eres tú."

"Eso es... cierto, pero..."

"Personalmente hablando, no fui un buen yerno para ti."

El Duque Troby se quedó en silencio, sorprendido.

"Aun así, siempre me has apoyado. Tanto como noble del Imperio Oriental como miembro de la línea real colateral, has demostrado una lealtad inquebrantable, a pesar de que has tenido muchas razones para abandonarme."

Sovieshu sacó un pergamino de un cajón y lo desenrolló. Letras oscuras llenaban el pergamino,

"No tomo esta decisión imprudentemente. Lo discutí con mis secretarios. También investigamos tu territorio. Tu reputación con los lugareños y tus seguidores, así como tus acciones pasadas."

El pergamino estaba lleno de buenas palabras sobre el duque.

"Estás en la línea de sucesión de la familia imperial. Tienes una sólida reputación y habilidades ampliamente reconocidas. Además, eres leal. En mi opinión, eres el único para el puesto."

Afirmó Sovieshu,

"La única preocupación de mis secretarios es tu relación con Navier, pero a pesar de ello coinciden en que eres la mejor opción."

El Duque Troby cruzó las manos y cerró los ojos. Aunque sabía cuánta presión conllevaría el puesto, podía entender por qué el emperador lo eligió a él. Sin embargo, considerando la relación de Navier y Sovieshu, se sentía incómodo aceptándolo.

Pero esta no era una orden que pudiera aceptar o rechazar fácilmente. Si rechazaba esta oferta, tendría que renunciar para siempre, como Sheir, a su derecho al trono.

"Deberías saberlo, después de observarme todo el día. Ahora mismo, no estoy en condiciones para relacionarme con extraños."

El Duque Troby inclinó la cabeza. Sovieshu tenía razón. El emperador había invitado al duque a pasar un día entero con él, para que pudiera comprobar por sí mismo los síntomas de Sovieshu.

El emperador podía realizar tareas menores, revisar documentos y cosas por el estilo. Pero Sovieshu no podía reunirse con diplomáticos extranjeros ni conceder audiencias en esta condición. La imagen pública del emperador era muy importante. Era el único representante del país.

Por supuesto, incluso si el Duque Troby decidiera ayudar, los rumores sobre el mal estado mental del emperador podrían extenderse. Pero había una enorme diferencia entre oír rumores sobre su estado mental y presenciarlo de primera mano.

"Pero Su Majestad..."

Al Duque Troby todavía le costaba responder.

Sovieshu aún era joven. Una vez que se recuperara y volviera a casarse, podría tener un hijo. Entonces el Duque Troby podría volver a su posición original, y la cuestión de un sucesor estaría resuelta. Pero, ¿y si el emperador no mejoraba? ¿O si no lograba tener un hijo? ¿Qué pasaría entonces con el Duque Troby y su familia?

Navier ya era la Emperatriz del Imperio Occidental, por lo que no podía heredar el trono. ¿Lo heredaría algún día Koshar? ¿O tal vez los hijos de Navier o de Koshar?

De repente, el Duque Troby se quedó mirando a Sovieshu, sorprendido. 

'¿Me eligió pensando en esto?'

Si la Emperatriz Rashta había dicho la verdad, y Sovieshu no podía tener hijos... ¿quería que los hijos de Navier le sucedieran?

***

"Heinley."

- ¡Gu!

"Heinley..."

- ¡Gu! ¡Gu!

Me crucé de brazos. Normalmente su arrullo me sonaba lindo. No obstante, hoy me resultaba frustrante. 

"Heinley, tenemos que hablar."

- ¡Gu!

Cuando agarré una almohada y lo fulminé con la mirada, salió volando por la ventana.

***

Al caer la noche, Heinley convirtió a los bebés en pájaros y los metió en el nido. Después, se transformó y se unió a ellos. Los envolvió en sus alas, les acicaló las plumas y los alimentó. Esto me conmovió porque sentía lo mucho que Heinley había extrañado a los bebés, pero...

Mi cabeza todavía daba vueltas al hecho de que Sovieshu hubiera elegido a mi padre como su representante.

Suspiré, observando a Heinley y a los bebés. 

'Amo cada parte de ellos, incluyendo esto.'

Los bebés se portaban de maravilla con Heinley. Cuando yo cuidaba de los pájaros, ellos hacían lo que les daba la gana.

Aunque Kai aún tiraba de las plumas de Heinley, del mismo modo que intentaba comerse mi cabello,

"Kai, no le arranques las plumas a papá. Le saldrán calvas."

- ¡Gu!

Después de un par de horas, los bebés se durmieron con las plumas limpias y la panza regordeta. Yo también me estaba quedando dormida hasta que Heinley salió del nido.

Volví a abrir los ojos y observé las panzas hinchadas de los bebés. 


Esta vista me llenó del mismo placer que un manto de nieve fresca. Estiré la mano para acariciar sus barriguitas y los bebés estiraron sus piernecitas. Extrañamente, se me humedecieron los ojos. No tenía ni idea de por qué.

Detrás de mí, Heinley se transformó de nuevo en humano. Me envolvió en sus brazos y me besó la nuca,

"Mi reina, ¿de qué querías hablar?"

Me besó la nariz y luego las mejillas. De repente, se apartó y me acarició la mejilla,

"¿Mi Reina? ¿Estás llorando?"

Sacudí la cabeza. 

'Nunca. Yo no lloro.'

Pero en los ojos de Heinley, vi un reflejo de mi misma llorando.

"Mi Reina..."

Me sequé rápidamente las lágrimas y él me abrazó. Me recosté en su pecho, disfrutando del familiar sonido de los latidos de su corazón. Las lágrimas volvieron a acumularse. Nuestro reencuentro en la sede de la alianza había sido precipitado, cargado de otros factores. Sólo aquí me sentía realmente segura.

"Heinley, no te vayas nunca de mi lado."

Heinley se congeló, pero no fue obra mía. Cuando levanté la cabeza, él me miraba fijamente. Tiré de su labio inferior y me abrazó con más fuerza. Cuando sus brazos me apretaron con más fuerza, en vez de sentirme sofocada, me invadió el alivio.

De repente, me vino a la mente una cosa que le había dicho a Heinley el día de nuestra boda. Le había prometido que si tomaba una amante, no me lastimaría. Ahora, sólo imaginármelo me resultaba agonizante.

¿Qué pasaría si Heinley cambiase de opinión algún día y se enamorara de otra mujer? Yo...

"¿Mi Reina? ¿Por qué pones esa cara de miedo de la nada?"

Levanté una ceja. 

"¿Debería advertírtelo de antemano?"

"¿Advertirme? ¿Sobre qué?"

"De lo que ocurrirá si alguna vez me engañas, Heinley."

Sus brazos se tensaron. 

"Nunca haría eso, esposa mía. Tú lo sabes. Mis ojos no ven a nadie excepto a ti."

"¿Pero si otra mujer se te mete por los ojos?"

Me agaché, agarrando su miembro del que se sentía orgulloso y le llenaba de alegría. Heinley estaba demasiado conmocionado para respirar,

"Si eso ocurre, usaré mi magia sin piedad. Aquí mismo."

Añadí en un tono bajo y amenazador. Heinley tragó saliva, 

"Eso nunca ocurrirá."

***

sábado, 29 de julio de 2023

julio 29, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 514

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 514. Por La Paz (1)



Salí de la oficina con Heinley y nos apresuramos a buscar a mi madre. Pero no estaba en su habitación.

"Puede que esté con Laurie y Kai."

Rápidamente fuimos a la habitación de los niños. Por suerte, mi madre estaba allí. Laurie y Kai dormían en sus cunas mientras ella, sentada entre ellos en una mecedora, les leía un cuento.

"Madre."

Cerró el libro y se levantó.

"Bienvenida de vuelta."

Extendió los brazos para darme un suave abrazo. Entonces se dio cuenta de que Heinley estaba detrás de mí. 

"Tiempo sin verle, Su Majestad."

Como la mayoría de las personas del palacio, mi madre no sabía que Heinley había sido detenido contra su voluntad. Supuso que nos había descuidado a mí y a nuestros hijos recién nacidos todo este tiempo.

Heinley la saludó con torpeza, luego le pasó rápidamente por un lado y se acercó a los gemelos.

"¡Wah! ¡Wah!" 

En el momento en que Laurie y Kai lo vieron, ambos comenzaron a chillar. Él miró entre uno y otro. Los bebés movían sus brazos regordetes y chillaban. Se mordió el labio, parecía preocupado por cuál cargar primero.

Me acerqué a la cuna más cercana, que era la de Kai, y lo tomé en brazos. Heinley tomó en brazos a Laurie, cerrando los ojos con fuerza. Las lágrimas brotaron de sus ojos.

"Oh, vaya. Parece que Su Majestad extrañaba mucho a los bebés."

El mal humor de mi madre se desvaneció al verlo. Me sonrió. A juzgar por su expresión, la personalidad de Heinley le parecía similar a la de mi padre. Él lloraba con facilidad cuando se emocionaba. Podía ver el parecido.

Sin embargo, mi padre no se cohibía en absoluto.

"Laurie, soy papá. ¿Me extrañaste? Yo te extrañé mucho, Laurie."

Heinley se quedó un buen rato mimando y susurrándole a Laurie. De repente, Kai hizo un ruido ahogado, como si no pudiera soportar más los celos. Heinley le pasó a Laurie a mi madre.

Yo le pasé a Kai. Heinley lo abrazó con fuerza, mimándole y susurrándole también. Kai dejó de llorar al instante y tiró del cabello de Heinley, metiéndoselo en la boca. Heinley se rió.

"Eso está sucio, Kai. No lo muerdas."

Le quité el cabello de Heinley de las manos. Tras una pausa, llevé a mi madre a un lado,

"¿Madre?"

Heinley seguía completamente absorto en los bebés.

"¿Qué pasa, Navier?"

"Tengo algo que preguntarte. ¿Podemos ir allí un momento...?"

De hecho, tenía pensado preguntarle también a Heinley, pero supuse que sería mejor que habláramos más tarde. Laurie y Kai tenían toda su atención ahora. Ni una palabra llegaría a él de todos modos.

Cruzamos el pasillo hasta mi habitación.

"¿A qué viene todo esto?" 

Me preguntó mi madre, desconcertada. Miró hacia la puerta,

"¿Es un secreto?"

Sacudí la cabeza,

"Heinley lo sabe. Bueno... ¿has sabido algo de mi padre? ¿Mientras está de vuelta en el Imperio Oriental?"

Mi madre ladeó la cabeza,

"¿Por qué?"

'Imagino que no. Además, esto vino a través de un mensajero exprés.'

Mi madre se puso tensa,

"¿Le pasó algo?"

"Me habías dicho que planeaban venir juntos, pero mi padre fue convocado para ayudar a resolver el problema del sucesor."

Mi madre asintió,

"Así es. Nuestra línea familiar es colateral a la familia imperial. También compartimos sangre de la realeza."

De repente, su rostro palideció,

"¿Qué ocurre? ¿Escuchaste algo peculiar en la Ceremonia de Año Nuevo?" 

Sus ojos se dilataron, preocupada de que fueran malas noticias.

"No, no lo oí en la ceremonia. Y no son malas noticias. Creo que un mensajero también viene de camino a informarte, pero..."

"Está bien, puedes decírmelo. ¿Qué pasa?"

La carta de Sovieshu decía que estaba de acuerdo con mi propuesta. Estaba dispuesto a abandonar la alianza y ponerse del lado del Imperio Occidental. Coincidía en que la alianza tenía en el punto de mira a nuestros dos países, y creía que esto serviría como llamada de atención a todos los países que apoyaban a la alianza.

Sin embargo, Sovieshu tenía dificultades para llevar a cabo actividades importantes debido a su mala condición mental. Necesitaba un emperador en funciones. Sovieshu daría la aprobación final a cualquier decisión, pero su representante actuaría en su nombre en los asuntos cotidianos.

Aunque sorprendente, no me pareció una idea descabellada. Ya conocía los problemas de memoria de Sovieshu. Si sus síntomas aún no se habían curado, tenía sentido sugerirlo. El problema era...

"¿Quiere convertir a tu padre en su emperador en funciones?"

Los labios de mi madre se entreabrieron con asombro. Sovieshu había nominado a mi padre como su representante.

"Sí."

"¿Qué hay del Gran Duque Lilteang? Cierto, él tampoco está en condiciones de actuar como emperador. Y Sheir... supongo que es demasiado joven, y ya renunció a su derecho de sucesión. No hay herederos directos. Pero, ¿es tu padre realmente el siguiente en la línea de sucesión?"

Sacudí la cabeza,

"Por lo que sé, hay cuatro parientes más cercanos al trono que mi padre."

Normalmente, el representante de un emperador sería su sucesor o su pariente más cercano. Mi padre me había educado para convertirme en emperatriz por matrimonio, pero él nunca se había preparado para ocupar la posición de emperador.

"¿Por qué él?"

"Uno de los otros parientes en la línea es demasiado mayor. ¿Tal vez sea por eso?" 

"Bueno, ¿qué hay de los otros tres?"

viernes, 28 de julio de 2023

julio 28, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 513

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 513. Representante (2)



Ángel lucía tan helado como su cinta.

"¿Es una maga?"

Siseó alguien.

"¿Crear magos artificiales? ¿Cómo es eso posible?"

Murmuró otro.

Ya nadie tenía en mente la disminución del maná. Estaban demasiado entusiasmados con la perspectiva de crear magos. Mientras tanto, Ángel seguía mirándome con incredulidad.

'¿Heinley todavía está ocupado?'

Esperaba que terminara pronto. No sabía cuánto tiempo más podría mantener la atención de todos.

Después de todo, Ángel era un sembrador de caos profesional. Tomé el control temporalmente, pero estaba segura de que incluso ahora pasaban por su mente ideas para recuperarlo.

De repente, Ángel sonrió. Mi corazón dio un vuelco.

'¿Ahora qué?'

Antes de que pudiera abrir la boca, un fuerte estruendo resonó en la habitación. Los dos volteamos la cabeza.

Se escuchó un grito.

El caballero había atravesado los barrotes de la jaula. Tres barrotes de hierro rodaban detrás de él mientras corría hacia la salida como una ardilla. Estuve a punto de mirar a Heinley, pero me forcé a mantener la mirada fija en el caballero.

Los Caballeros de la 4ª División se lanzaron a por él. Pero el caballero se movía rápido, y la apiñada multitud dificultaba el libre movimiento de sus perseguidores.

Ángel había dejado abierta la entrada principal cuando introdujo la jaula. El caballero atravesó la puerta sin vacilar.

Ángel no se movió ni un milímetro. Se limitó a suspirar. Cuando nuestras miradas volvieron a cruzarse, hizo una mueca,

"¿Qué tanto planeaste?"

"Sólo hasta este punto. Ya puedes relajarte."

Por supuesto, era mentira.

***

La Ceremonia de Año Nuevo no terminó como se esperaba.

Nadie pudo concentrarse en la música o el baile después de ese enfrentamiento. Un puñado de nobles estuvo un rato en la pista de baile, pero la mayoría observaba el salón con ansiedad y se marchó antes de tiempo.

Probablemente, todos los nobles de los demás países se reunieron para discutir esta nueva información. Unos pocos iniciaron conversaciones conmigo y con Heinley, lo cual resultó útil, ya que mantuvo a Ángel alejado de nosotros.

Tras la ceremonia, volvimos a nuestra habitación y preparamos las maletas a toda prisa.

"¿Escapó sano y salvo el caballero capturado? Tú lo liberaste, ¿cierto?"

"Sí, utilicé calor para derretir los barrotes, hasta que quedaron lo bastante débiles como para romperse de una patada. Todavía no sé si escapó sano y salvo... pero espero que sí."

Heinley agitó las manos imitando a un pájaro.

'Mientras haya salido, debe haber escapado a salvo.'

"¿Así que tu magia es el calor?"

"Sí."

Extendió las manos, con las palmas hacia arriba. Pero no apareció nada. Mientras miraba atentamente, Heinley apretó los puños,

"Lo malo es que toma mucho tiempo calentar. Podría haberlo liberado mucho más rápido si mi magia fuera de fuego."

Heinley me tocó el brazo. De su palma irradiaba calor.

"Está cálida."

Su mano se deslizó hacia abajo para agarrar la mía. Pero ante mi risa repentina, frunció el ceño,

"¿Por qué te ríes, Mi Reina?"

"Porque encaja contigo."

Heinley no actuaba como una persona ardiente. En realidad era bastante tímido cuando tenía que serlo. Pero también tenía un corazón cálido y amable,

"Tu cuerpo está lleno de cosas calientes."

Las orejas de Heinley se pusieron rojas. Abruptamente, apartó la mirada. Por un momento, me quedé perpleja.

'¿Qué había dicho?'

Entonces me di cuenta y entrecerré los ojos.

"Heinley, no quise decir nada sensual."


***

Los invitados abandonaron en masa la Ceremonia de Año Nuevo. Todos tenían la misma excusa: no podían ausentarse de su país por mucho tiempo.

Por supuesto, todos eran reyes y reinas. Pero sus obligaciones no eran la única razón por la que se apresuraban a volver a casa. Todo el castillo retumbaba con la noticia de que el Imperio Occidental había creado magos artificiales.

Heinley y yo nos unimos a la multitud que partió temprano. Ángel vino a despedirnos, con un disgusto evidente en su postura rígida.

"Espero volver a verla pronto, Su Majestad Navier."

"El púrpura no te queda bien. Deberías buscar otro color."

Dicho esto, cerré la puerta del carruaje.

Una vez a solas, Heinley se recostó un poco molesto contra la ventana de su lado.

"Heinley... eso fue acoso, no una muestra de buena voluntad."

'¿Por qué mi acoso lo ponía tan celoso?'

Estaba claro que no aceptaba mi razonamiento. Cerró la boca con fuerza, sobresaliendo su labio inferior. Pero incluso haciendo pucheros, se veía encantador. Especialmente con esas largas pestañas caídas sobre sus ojos.

Extendí la mano y le acaricié la cara. Me dolió el corazón al sentir lo mucho que había adelgazado.

"No vuelvas a dejarte atrapar por un tipo como él."

Los labios de Heinley se curvaron en una leve sonrisa. Puso sus manos sobre las mías. Luego juntó mis palmas, envolviéndolas con fuerza, y plantó un beso en cada una. Mientras me besaba las manos, Heinley mantenía su mirada fija en la mía.

El suave roce de sus labios, combinado con su intensa mirada, fue placentero para mis ojos y mis oídos. Mientras el carruaje avanzaba traqueteando, nos abrazamos con fuerza.

No fue hasta después de cruzar la frontera que recordé cómo había arrastrado al Imperio Oriental a nuestras mentiras,

"Mientras estabas ausente, envié una propuesta al Imperio Oriental. Les pedí que abandonaran la alianza con nosotros."

Heinley estaba ocupado besándome las manos por todas partes, pero al oír esto, levantó la vista sorprendido,

"¿En serio?"

"Pasaron muchas cosas mientras no estuviste."

Le di un suave golpe en el dorso de la mano.

"¿No te das cuenta de cuánto tiempo ha pasado?"

Heinley hizo un puchero.

'No importa. Haz todos los pucheros que quieras.'

Pero tendría que tener más cuidado a partir de ahora.

"¿Recibiste una respuesta, Mi Reina?"

"Todavía no. Pero probablemente aceptarán."

"Así que por eso mencionaste al Imperio Oriental."

***

No mucho después de volver a entrar en el Imperio Occidental, llegamos al palacio. Mientras desembarcábamos, repasé la lista de asuntos de los que tenía que ocuparme ahora. Lo primero era ver si Sovieshu había respondido. Si no, ¿debía reenviar mi carta o esperar más?

Deliberé mientras me dirigía a mi oficina. Pero me encontré con el canciller a mitad del pasillo,

"¡Emperatriz Navier!"

Cuando vio a Heinley a mi lado, el canciller se quedó paralizado.

"¿Su Majestad?"

Comenzó a caminar de nuevo, mirando entre los dos. Cuando se le pasó la sorpresa, el canciller se dio cuenta del estado de Heinley. Se cubrió la boca con ambas manos.

"Su Majestad, ¿qué le pasó?"

Antes de que Heinley respondiera, me fijé en el sobre que tenía en la mano el canciller. Llevaba el sello del Imperio Oriental.

"¿Qué es eso?"

El canciller me extendió el sobre,

"Es una respuesta del Imperio Oriental, Su Majestad. Pero... bueno, debería leerla usted misma."

¿Sovieshu nos rechazó? Tenía curiosidad, pero no me atreví a abrirla en medio del pasillo. Entré en mi oficina con Heinley a cuestas. El canciller y McKenna nos siguieron.

Miré el sobre. La cera no estaba adherida, lo que quiere decir que el canciller ya le había echado un vistazo. Mi curiosidad aumentó aún más.

'¿Qué es lo que no quiere decirme?'

Saqué la carta y la hojeé rápidamente.

"Oh no..."

En la última línea, mi corazón se hundió. Miré a Heinley, que leía por encima de mi hombro. Nuestras miradas se encontraron, con la misma expresión reflejada en nuestros rostros.

***