Por otra parte, la Señora Sessly vio como el estómago de Rihannan crecía lentamente y se ponía cada vez más nerviosa. Aunque Rihannan debía anunciar oficialmente su embarazo, el público aún no sabía de este hecho. A la Señora Cessly le preocupaba que en algún momento alguien pudiera crear extraños rumores sobre su cuerpo.

Sin embargo, como el Rey y la Reina no están dispuestos a hacer pública esta información, ella no podía actuar con anticipación para asegurarse de que esos tipos de rumores no se esparcieran. Sólo podía esperar que la relación entre ellos se solucionara lo más rápido posible y fueran felices con su bebé.

"¿Qué es lo que estás haciendo? ¿Es lo mismo que el que hiciste la última vez?"

La Señora Cessly le habló a Rihannan mientras ella estaba tejiendo. Después de quedar embarazada, Rihannan se alejó un poco de los deberes que estaba cumpliendo. Después de eso, Rihannan solía usar su tiempo libre para dedicarse a la costura.

"Particularmente no quería hacer esto. Quería hacer otra cosa esta vez."

Después de haberle tejido una prenda a la Reina Madre, definitivamente ella había comenzado a tejer ropa de hombre, pero lo dejó a un lado y comenzó a tejer otra cosa.

La Señora Cessly le habría sugerido que siguiera trabajando en esa prenda para el rey, pero ahora no podía hacerlo más. La Señora Cessly pretendió no haberse dado cuenta de lo que ella estaba haciendo hasta hace un momento mientras cambiaba de tema.

"¿Ha pensado en el nombre del bebé que va a nacer?"

Rihannan negó con la cabeza.

"De todos modos, el padre del niño le pondrá un nombre. No me importa cuál será."

Al escuchar esa respuesta inesperadamente, la cara de la Señora Cessly se puso seria.

"Pero mi reina, dicen que el nombre de una persona determina su destino. Si se toma su tiempo para averiguar un nombre para el bebé, entonces estoy segura de que será lo mejor para el bebé."

Rihannan se mordió los labios para ocultar el repentino torrente de emociones que inundó su mente. Si el nombre de una persona determinaba su destino, entonces Rihannan estaría experimentando una vida donde sería amada más que nadie. Ya que el nombre de Rihannan en sí mismo significaba, 'Mi amor'.

"...Estoy segura de que él encontrará uno adecuado."

Entonces, Rihannan siguió tejiendo sin decir mucho más. Viendo como reaccionaba, la Señora Cessly se dio cuenta de que sus suposiciones podían resultar erróneas. Creía que si ella comenzaba a mostrar amor y afecto por el bebé, Rihannan naturalmente tendría más afecto por el padre también,.

Pero en realidad, la Reina actuaba con frialdad, no sólo con el Rey, sino también con la Reina Madre. Como había pasado mucho tiempo desde la última vez que la Reina respondió a las cartas de la Reina Madre, la Reina Madre seguía enviando cartas una y otra vez en señal de molestia.

Sin embargo, ella ni siquiera se molestó en leer las nuevas que llegaban. Cuando Señora Cessly no pudo soportarlo más y le dijo que echara un vistazo, la Reina simplemente dijo que ella misma se encargaría de ello, así que no debería molestarla. La Señora Cessly sintió que en ese punto Rihannan podría echarla del lugar también, así que no dijo más nada en ese entonces.

"Parece que pronto será tu cumpleaños, mi reina."

La Señora Cessly habló intentando cambiar el tema. Al escuchar el inesperado comentario, Rihannan miró fijamente a la Señora Cessly antes de poner una cara de ligera vergüenza.

"¿Así que te acordaste?"

"Por supuesto que sí. Es la primera vez que vamos a celebrar tu fiesta de cumpleaños después de que te convirtieras en la reina"

La Señora Cessly sonrió alegremente.

"Como queda alrededor de un mes para ese día, hay que prepararse diligentemente a partir de ahora. ¿Quiere algo en particular?"

"No me importa, puede hacerse como sea."

"Hmph, sabía que dirías algo como eso, mi Reina. Pero estoy planeando hacer una gran fiesta. Después de todo, no podemos dejar que la fiesta de cumpleaños de la reina pierda en escala ante la fiesta de la Condesa Saphia. Así que no podrás detenerme."

La Señora Cessly puso una cara de gran determinación como si nunca se retractaría, y Rihannan se rió.

"Está bien."

"Necesitaremos comprar los artículos que se requerirán para el banquete, ¿Qué te parece hacer que los mercaderes traigan varios artículos de muestra y te dejen elegir los que te gusten, mi reina?  Como la última vez."

"Eso me parece bien. También, comencé a necesitar algunas cosas para la preparación del invierno."

Rihannan había convocado anteriormente a los mercaderes para que la visitaran varias veces durante el período de preparación de la ceremonia de la boda. Ese método sería mejor, en lugar de que Rihannan saliera y revisara la mercadería ella misma.

"Entonces me aseguraré de que eso suceda."

"Gracias."

La Ceñora Cessly dejó el palacio de la reina para llevar a cabo su trabajo. Luego encontró a Basil espiando cerca.

"Gran Chambelán, ¿Qué está haciendo...?"

"¡Ah, me has sorprendido!"

Realmente sorprendido, Basil se agarró el pecho mientras soltaba un largo suspiro de alivio.

La mujer noble se preguntaba porque su esposo había hecho eso. Era vieja y fea, lógicamente su esposo deseaba un rostro joven. Leticia le dio eso. La mujer noble usó todo el poder que pudo reunir para echarla de la mansión. Falló. Leticia la mató. La había matado por insultarla. Tal vez porque lo había hecho antes, cometer el segundo crimen fue mucho más fácil.

"Estoy segura de que esto ha sido planeado por la reina", dijo Leticia.

Después de todo este tiempo, nunca surgió ningún problema. Nadie se atrevió a amenazarla, pero todo se torció después de que se encontró con la reina.

"Es la familia real. Sus huellas están por todas partes", confirmó el hombre. "El Gran Chambelán Basil se involucró personalmente en este asunto."

Enfurecida, Leticia apretó los dientes. ¿Quién la había puesto en este aprieto? ¿En esta problemática vida de penurias? Fue la madre de su hermanastra. Si esa mujer no hubiera robado el amor de su padre, sus padres habrían vivido felices para siempre y consumado un matrimonio oficial. No sería una hija ilegítima. Sin embargo, a pesar de esto, su hermanastra no sentía ni una pizca de empatía por ella y la vida que vivía. Más bien, reveló los pecados que Leticia había cometido.

"Por favor, no se preocupe. Quiero ayudarte, Vizcondesa."

Ante sus inesperadas palabras, Leticia levantó la cabeza. "¿Me ayudarás?"

"Te ayudaré, Vizcondesa. Vengarte de la reina. ¿No es eso lo que quieres?"

"¿Por qué lo harías? ¿Qué beneficio te aporta? ¿Y quién eres tú?"

El hombre se quedó callado brevemente, sonriendo simplemente a la belleza de cabello rojo. "¿No deberías considerar tu situación antes de preguntarme sobre mi identidad?"

"¿Mi situación?" Leticia se burló. "Soy muy consciente de ello."

"Estoy pensando en hacerte a un lado si no serás de utilidad."

Los labios de Leticia se abrieron ligeramente. El hombre continúo.

"Si te preocupa que planee matarte, no es necesario. No me gusta ese método tan burdo. Pero si no quieres vengarte, estoy pensando en dejarte libre. Tomará menos de un día antes de que los soldados lleguen y te arrojen en la fría prisión. Están merodeando todo este lugar. No podrás escapar, no sin ayuda."

Leticia comprendió el sentimiento inquietante que sintió en su corazón cuando conoció a este hombre. El hombre guardaba un oscuro secreto. Comparado con ella, este hombre era una serpiente con colmillos que contenían un veneno mortal. El hecho de dejarla a un lado si no sería de utilidad, no era una amenaza vacía. Después de todo, la mantuvo viva durante tanto tiempo para que sus planes cobraran vida.

El hombre sacudió la cabeza. "Te aconsejo que tomes una decisión. Si decides vengarte de la reina, te ayudaremos. Te daremos la oportunidad de entrar en el palacio y clavar el cuchillo en el corazón de la reina. Sin embargo, si decide no hacerlo, puedes simplemente dejar este lugar cuando lo desees."

"¿Por qué haces esa sugerencia...?"

"La razón no es importante. Sólo te estoy dando una sugerencia. Todo depende de ti. Si estás dispuesta a llevar a cabo tu venganza, o pudrirte tranquilamente en prisión."

Los ojos rojos de Leticia temblaron fuertemente.

Estudiando su expresión, el hombre dijo: "Ahora, te pregunto de nuevo: ¿Qué harás?"

Estaba acorralada en un callejón sin salida. Vivir y sobrevivir significaba aceptar su sugerencia.

"...¿Tienes un plan apropiado?", ella preguntó a través de sus dientes apretados.

El hombre se rió, satisfecho. "La reina pronto realizará su banquete de cumpleaños", respondió, el tema no tenía relación con su pregunta. 

Leticia frunció el ceño; el hombre golpeó la mesa.

"Ya que has aceptado ejecutar la venganza, entonces comenzaremos nuestra conversación sobre el plan ahora."

Pero en un día, todo se puso patas arriba. Se había convertido en una criminal buscada. Esta noticia causó que explotara su ira interior.

"¡¿Entonces qué debo hacer?!" Leticia gritó roncamente. "¿Quieres decir que he vivido toda mi vida para nada? ¿Qué arrastrarme por el suelo, como una hija ilegítima, no significó nada? ¿Aunque esto no sea lo que yo deseaba? ¡Yo... nunca pedí nada de esto!" 

Su etiqueta y su título de hija ilegítima la siguieron desde el momento en que nació. Ecos tras ecos perforaban su oreja continuamente hasta que conseguía entender el lenguaje humano. Ella no tuvo la culpa del estado de su nacimiento, pero los dedos seguían señalándola y las bocas seguían insultándola. Tal vez su padre podría haber puesto fin a esos comentarios. Su padre, noble de nacimiento; tenía riquezas, tenía poder, pero apenas se aferraba a la mínima pensión que recibía de Rihannan. Nunca la había defendido. La situación sólo empeoró cuando probó suerte con las apuestas, sus deudas se acumulaban en masa.

"Tampoco quería matar a mi propio padre, mi propia sangre. Pero si te enteraras de que te estaban vendiendo como esclavo para pagar sus deudas, harías algo, ¿Verdad? ¡Por eso lo maté! ¡Nunca quise hacerlo! Yo…”

Su propia sangre, el padre que le prometió un nuevo mundo, amenazó con vender a su hija hacia una vida de servidumbre y esclavitud. Esa era la única manera en que su padre podía pagar su creciente deuda. Y cuando se enteró de esto, se dio cuenta de que necesitaba dejarlo de lado para sobrevivir. Ella estaba sola en este mundo. 

Compró veneno rápidamente. Si lo hubiera envenenado durante un largo período de tiempo, las posibilidades de que alguien supiera la causa de su muerte serían altas. Ella necesitaba algo potente, algo que causara la muerte instantáneamente. Lo encontró poco después. Una noche, su padre llegó a casa borracho. En su estado de ebriedad, ella mezcló veneno en el último vaso que bebió. Su padre notó que su cuerpo estaba reaccionando de forma extraña, pero era demasiado tarde. Intentó llamar a los sirvientes, pero Leticia se apresuró a cubrirle la cara con una almohada, hasta que respiró por última vez.

Ya no respiró más. Leticia lo acostó sobre una manta cubierta de manchas de sangre; abrió un frasco de píldoras y lo colocó a su lado. Después de un trabajo bien hecho, se frotó las manos e instruyó a los sirvientes para que no lo molestaran. Que estaba profundamente dormido.

Finalmente, lo peor había pasado.

Y como esperaba, cuando se enteraron de su muerte, los miembros de su familia se avergonzaron de que se suicidara después de sufrir deudas de apuestas masivas. Rápidamente encubrieron la causa de su muerte.

Recibió una suma única por la pensión de su padre después de su muerte, pero después de que los cobradores de deudas se la quitaron poco a poco, no le quedó nada. Los familiares por parte de su padre evitaron a Leticia como si se tratara de una sanguijuela. En ese momento, una noble mujer que pasaba se apiadó de ella. La noble le sugirió a Leticia que le sirviera y viviera en su casa.

La felicidad de Leticia duró poco. Un profundo odio surgió en su interior hacia la mujer noble después escuchar las palabras que pronunció. La mujer noble, hacía como si le estuviera haciendo un increíble favor a ella. Le parecía ridículo. Ella trabajaría como una simple sirvienta. La amargura se extendió en su corazón. Pensó en echarle veneno en la cara. 

Cuando la noble dama se volvió a casar, esta vez con el Vizconde Olbach, Leticia se dio cuenta que su oportunidad de vengarse finalmente había llegado.

Lo mejor que podía hacer el Conde Clovis era utilizar a Leticia y al Conde Alessin para acabar con la vida del bebé en el vientre de Rihannan, mientras intentaba saquear la enorme riqueza del Conde Alessin.

Por eso Igor decidió aprovecharse de Leticia.

Igor conocía muy bien sus deseos y su vanidad, la codicia que ella tenía por el trono. Deseaba la posición que su hermana tenía. Anhelaba convertirse en reina. Y creía que lo haría. Por supuesto, informaría de ello a su padre y al Conde Clovis.

En ese momento, todo lo que lo rodeaba estaba a su favor. Escondió con éxito la verdad de que su madre había envenenado a la familia real de Chrichton y la presionó con el argumento de las cartas que intercambiaba con la nobleza de Chrichton. 

Su plan no habría dado frutos si ella no hubiera pagado para obtener información sensible de Chrichton y envenenando a la familia real mientras la disfrazaba como una enfermedad infecciosa.

Igor amenazó a su madre, dijo que anunciaría públicamente el terrible crimen que cometió contra Chrichton. Inmediatamente ella se quedó quieta. Poco después, muchas de las manos que la ayudaron dejaron de hacerlo. Estaba siendo presionada hasta el borde. Ella decidió tomar un descanso en lugar de enfrentarse a su hijo frontalmente.

La secuencia de acontecimientos le hizo sentirse demasiado confiado. Los años que pasó preparando silenciosamente su venganza se disiparon. Los obstáculos habían sido superados. Su convicción alcanzó nuevas alturas. Creía que todo iría como se imaginaba. Pero nunca pensó que un error le costaría todo.

Leticia miró tranquilamente al hombre sentado frente a ella con las piernas cruzadas. Este hombre la había traído a un lugar desconocido, siendo descuidado con ella desde entonces. No reveló su identidad, por qué la trajo a este lugar, ni qué planeaba hacer con ella... simplemente la dejó encerrada en algo parecido a una cabaña sin saber su ubicación.

Sólo podía observar los frondosos árboles a través de la ventana, donde no se reflejaba ni un solo haz de luz. La cabaña en la que dormía no tenía luz. También estaba húmeda.

Pasaron algunos días de esa manera. Leticia causó un alboroto, gritando a todo pulmón exigiendo la presencia del hombre. Fue inútil. El hombre aparecía cuando lo deseaba. Su apariencia estaba cubierta de arriba a abajo con una túnica negra

"¿Quién eres?" preguntó la cautelosa Leticia.

"¿No deberías darme las gracias primero?", respondió el hombre con calma.

"¿Por qué debería agradecerte?", respondió ella agudamente.

"Si no fuera por mí, Vizcondesa, pasaría su vida en la fría y oscura prisión. Su mente siendo torturada interminablemente. Es culpable del delito de asesinato, de matar a su padre de sangre y a la dama a la que serviste. Incluso has conspirado para asesinar a la reina de Arundell. Es muy probable que seas torturada. La muerte no te será fácil."

La mandíbula de Leticia cayó. "¿Cómo hiciste para sa...?"

"El mundo entero está alborotado, como si todo se hubiera puesto patas arriba. Vizcondesa, se ha convertido en una notoria criminal buscada."

"No estamos seguros todavía, Su Majestad. Pero no es probable que sea ese el caso. Después de todo, actualmente están bajo una fuerte vigilancia. Ya que están siendo investigados, podríamos aprehenderlos pronto."

Igor se frotó la cabeza y suspiró miserablemente. Su mente recorrió sus recuerdos pasados, acordándose de cada pequeño detalle. ¿Quién la había ayudado a escapar? Por mucho que exprimiera su cerebro, no se le ocurrió ninguna persona en concreto.

"Encuéntrenla sin importar nada. No sabemos lo que es capaz de hacer", dijo Igor.

Enderezando su espalda, Basil declaró: "¡Sí, Su Majestad! Nos aseguraremos de que sea capturada!"

"¿Con qué pruebas? Están arrestando a alguien sin ninguna evidencia, ¿Creen que el Conde Clovis se quedará de brazos cruzados mientras esto sucede? ¿Por qué se quedan mirando como idiotas? ¡Vayan a decirle al Conde Clobis lo que está pasando!"

Al escuchar los gritos hostiles de Leticia hacia las sirvientas, uno de los soldados soltó una risa.

"¿Dijiste evidencia? La persona que ha testificado todos los crímenes que has cometido hasta ahora es el propio Conde Clovis."

"...¿Qué?"

Sorprendida y confundida, Leticia miró fijamente al soldado mientras él continuaba hablando.

"No sólo eso, sino que también se reveló la verdad de que tomaste prestado el nombre de otra persona para escabullirte en los terrenos de caza. Será difícil escapar de esto, así que sería mejor rendirse. ¡Llévensela!"

Leticia fue arrastrada hacia el exterior de la mansión mientras aún estaba descalza. Los soldados empujaron a Leticia al carruaje que estaba preparado para ella. La puerta se cerró enseguida, y se escuchó el sonido de la cerradura de la puerta bloqueándose. Leticia golpeó la puerta una y otra vez como si se estuviera volviendo loca, pero el carruaje negro que se usa para transportar criminales era mucho más resistente de lo que ella pensaba.

Cuando el carruaje comenzó a moverse, Leticia se acurrucó dentro del oscuro carruaje que no tenía ventanas. Pensó en formas de escapar mientras se mordía las uñas, pero no parecía haber ninguna forma de escapar.

Leticia comenzó a tirar de la manija de la puerta. Nunca podría perdonar al Conde Clovis. Ella le había servido lealmente durante mucho tiempo, así que, ¿Cómo pudo traicionarla de esta manera? Si ella iba a morir, antes quería matarlo, no estaba dispuesta a morir sola.

Cuando Leticia comenzó a gritar con una voz aún más desesperada, el carruaje se detuvo de repente. Al mismo tiempo, escuchó sonidos de metal chocando entre sí, junto con gritos y chillidos de otras personas.

Leticia se arrastró hasta la esquina del carruaje más alejada de la puerta y comprimió su cuerpo tanto como pudo mientras temblaba de miedo. Los sonidos que escuchaba en la completa oscuridad aumentaban la emoción de miedo que sentía. Quizás el Conde Clovis había enviado a alguien para deshacerse de ella, porque no quería que revelara más secretos.

En ese momento, con el sonido de una cerradura abriéndose, la puerta del carruaje se abrió. Leticia se cubrió la cabeza mientras temía por su vida.

"Dama Olbach."

Leticia se sentó en una silla. Pensando que pronto estaría en el abrazo del hombre que tiene la posición más alta del país y no de este viejo decrépito.

Incluso el solo hecho de pensarlo la hizo sentir más feliz. Se sentía como si estuviera siendo recompensada por todo lo que había sufrido. Si ella pudiera robar el corazón del rey, aprovechando que no tenía una buena relación con la reina, entonces todos los que la señalaron diciendo que era huérfana e hija ilegítima, la mirarían con envidia. Ella planeaba vengarse de todos ellos por el sufrimiento que había pasado. Por supuesto, la reina sería la primera persona en sufrir el castigo.

Mientras imaginaba cosas en su mente, de repente escuchó fuertes ruidos del exterior. Leticia miró hacia la puerta con una expresión de enfado en su cara. ¿Qué están haciendo los sirvientes a esta hora que hay tanto alboroto?

"¡Señor, señora!"

El mayordomo irrumpió en la habitación. Leticia se levantó de su asiento y gritó con fuerza.

"¡Tú! ¿Cómo te atreves a entrar...?"

"¡Señora, hay una emergencia! ¡Soldados están irrumpiendo en la mansión!"

Los fuertes ronquidos cesaron de repente. El Vizconde Olbach que se despertó con las palabras del mayordomo se levantó rápidamente de la cama.

"¿Qué? ¿Qué acabas de decir? ¿Soldados?"

"Oh señor. No sólo son soldados, sino que es el ejército real..."

Antes de que el mayordomo pudiera terminar sus palabras, aparecieron soldados armados detrás de él.  El mayordomo soltó un grito de miedo, antes de correr a una esquina.

Sin embargo, Leticia los miraba como si no se hubiera dado cuenta de la situación todavía. Tal como había dicho el mayordomo, el símbolo en su armadura del pecho definitivamente representaba al ejército real.

'¿Por qué estaría el ejército real aquí?' Mientras ella pensaba que su esposo debía haber cometido un grave error y lo miraba, una voz sonó.

"¿Es usted la Señora Leticia Olbach?"

No dijeron el nombre de su esposo, sino el de ella. Leticia giró su cabeza con los ojos agrandados. Las puntas afiladas de las espadas que los soldados sacaron apuntaban hacia ella. Leticia finalmente se dio cuenta que el ejército la había venido a arrestar.

"Sí... soy la Señora Leticia Olbach..."

Inmediatamente, el soldado hizo un gesto con su barbilla y otros dos soldados se acercaron. Luego, agarraron a Leticia por ambos brazos. Entonces, comenzaron a arrastrarla.

"¡Suéltenme!"

Leticia gritó fuertemente mientras luchaba.

"¿Cuál es la razón por la que me están arrestando? ¡Cómo se atreven a ponerle las manos encima a una noble como yo!"

"Eres sospechosa de un casos de asesinato."

Al escuchar eso, la lucha de Leticia se detuvo por un momento. Los labios de Leticia temblaron.

"¿Casos de asesinato?"

"Sólo entonces podré tener suficientes razones para dejarte libre. Si la verdad es que caíste en el encanto de una mujer malvada, entonces al menos serás capaz de ganarte algo de simpatía. Si lo haces, entonces terminaré este caso diciendo sólo que tú y tus hermanos conspiraron para robar el derecho de sucesión."

"¿Qué quieres decir con robar el derecho de sucesión?"

"Si no quieres, entonces muere."

El Conde pensó que había escuchado mal por un momento. Este rey que era conocido por ser sabio y misericordioso en todo el pueblo. Se decía que nunca tenía un motivo oculto, y que siempre se ocupaba de los problemas mediante el procedimiento legal adecuado. Debido a ese temperamento, pudo tomar el poder político de la Reina Madre sin tener que derramar una sola gota de sangre en el proceso. Incluso le dio la victoria a Arundel durante la guerra contra Chrichton, asegurándose de que hubiera un número mínimo de bajas.

Aún así, ese hombre amenazaba al Conde Clovis.

El Conde parpadeó varias veces preguntándose si tenía otra persona diferente enfrente. Sin embargo, la cara que le sonreía era definitivamente la de Igor Cheska, el rey de Arundel.

"No terminará sólo con su muerte, Conde. Reuniré a cada uno de sus hermanos con derecho de sucesión y los incriminaré de toda conspiración antes de colgar sus cuellos en el muro del castillo. ¿Cree que no haré tal cosa?"

El Conde se tomó un momento para pensar si Igor realmente podía hacer algo como eso. Pronto llegó a la conclusión de que no sería difícil para Igor.

¿Hubo algún momento en el que Igor no consiguiera lo que quería hasta ahora? Le había robado el poder político a su madre que parecía que nunca caería de su posición, y también fue el hombre que hizo que los barcos navales más poderosos de Chrichton se doblegaran inmediatamente a su voluntad.

El Conde sabía que obtener algo sin derramar ni una sola gota de sangre era el método más difícil. Por lo tanto, si Igor estaba dispuesto a dejar de usar esos métodos tan difíciles y simplemente derramar sangre en el suelo para obtener fácilmente lo que quiere, es probable que lo hiciera.

Más que nada, no había ni un solo reflejo de luz en sus ojos, oscuros y completamente desprovistos de color. El Conde, que vivió muchas experiencias a lo largo de su vida, sentía que esto podría ser una señal de su locura.

"Estoy seguro de que sabes que los nobles nunca te apoyarán una vez que sepan que colocaste un espía en el palacio para conocer cada uno de mis movimientos. Eso sería suficiente para poner a los nobles de mi lado."

Mientras el Conde lo miraba con una expresión aturdida, Igor sonrió.

"¿Qué te gustaría hacer? ¿Te gustaría que esto acabara contigo renunciando a la sucesión al trono y confesando todo lo que sabes de la mujer? ¿O te gustaría desechar tu mezquina vida por esa codicia que tienes en tu mente?"

El Conde bajó la cabeza inerte. Increíble. Sólo entonces se dio cuenta de que todo había terminado, antes de que pudiera hacer o comenzar su plan.

Lo que tenía en la mano era un caramelo. Mientras Rihannan miraba el caramelo sorprendida y confundida, con lágrimas aún en sus ojos, Basil torpemente comenzó a retirar su mano avergonzado.

"Me disculpo, no debí haber..."

"¿Por qué eres amable conmigo, Basil?"

Al escuchar su repentina pregunta, los ojos de Basil se agrandaron.

"¿Qué?"

"Siempre has sido igual. En el pasado, e incluso ahora. A pesar de que te traté terriblemente la última vez, todavía me tratas bien."

Al escucharla hablar con voz temblorosa y llorosa, Basil sintió como si estuviera escuchando a su propia hija joven y tuvo que evitar reírse inconscientemente.

"Bueno, ¿Quién podría odiar a una reina tan hermosa y bella como tú?"

"No. Basil, no lo sabes, pero hay mucha gente que también me odia. Incluso mi familia me odiaba eternamente."

Basil sonrió ampliamente.

"Si alguien te odia o no le agradas, entonces esa persona tiene un problema, no usted mi reina. Eso es seguro. Además de eso, lo que dijiste la última vez no lo hiciste en serio."

Esta vez, Basil sacó un pañuelo para limpiar la mejilla de Rihannan. Fue un suave movimiento de la mano como un padre tratando de calmar a su hija.

"Siempre le agradara a las personas correctas, mi reina. Incluso la Señora Cessly no es alguien que fácilmente se hace amiga de nadie, y sin embargo es exclusivamente muy endeble con usted. ¿No lo sabías?"

"¿No es porque la Señora Cessly es una buena persona?"

"Como usted es una buena persona, la Señora Cessly la trata como tal. Usualmente, la Señora Cessly en realidad es muy fría y dura con los demás. Incluso la temible Reina Madre es cautelosa con la Señora Cessly."

Sólo cuando terminó de limpiar todas las manchas húmedas de la cara de Rihannan, Basil retiró el pañuelo. Basil volvió a extender su mano con un caramelo hacia Rihannan, con una sonrisa aún en su rostro.

"Si te parece bien, por favor prueba uno. Esto me lo dio esposa, así que no es algo que le dé con gusto a nadie."

Rihannan dudó por un momento antes de tomar el caramelo. Luego respondió suavemente.

"...Gracias."

Basil entendió que esa sola palabra que dijo tenía mucho más significado que muchas, y sonrió felizmente.

"Por favor, descanse mucho. Aunque no se resuelvan sus problemas con él, estoy seguro de que su humor mejorará descansando y durmiendo."

Rihannan asintió con la cabeza. Después de confirmar que sus labios estaban formando una leve sonrisa, Basil pudo finalmente soltar un suspiro de alivio.

Cuando Rihannan entró, los ojos de Basil se enfriaron rápidamente, estaban cálidos hasta hace un momento. Había estado sintiendo una mirada observándolo todo este tiempo desde que salió de la oficina central. Y tan pronto como la reina entró, la sensación de que alguien lo miraba desapareció al mismo tiempo.

Según su investigación, uno de los sirvientes que trabajaba en el palacio recopilaba constantemente información relacionada con el rey y la reina, entregando la información a alguien fuera del palacio cada tres días. Estaba sorprendido de no haberse dado cuenta de que esto estaba sucediendo todo este tiempo.

"Parece que finalmente comenzará a moverse esta noche."

Basil murmuró fríamente para sí mismo. Había llegado el momento de que finalmente atraparan a esa rata que estuvo escondiéndose dentro del palacio todo este tiempo.

"Hay algo... que tienes que escuchar. Sobre el pasado. Y sobre tu hermana en esta situación actual..."

"¿Por qué me dices eso? Estoy segura de que te he dicho que hagas lo que quieras."

"Rihannan, por favor, escucha lo que tengo..."

"¡Si querías explicar la situación, deberías haberlo hecho en ese momento!"

Los ojos de Rihannan se llenaron de lágrimas.

"Después de mirar que se abrazaban profundamente en este lugar, terminé cayendo por las escaleras y perdí a mi bebé. Al menos deberías haber venido a verme ese día y decirme que habías cometido un error. Pero no sólo no viniste a verme, sino que hiciste que los soldados me capturaran y me metieran en la cárcel. ¿Y aún así dices sin vergüenza que me vas a dar una explicación ahora? ¿Cómo te atreves...?"

Cuando abrió los ojos después de perder la conciencia, el bebé en su estómago había muerto. Aún así, Rihannan sólo deseaba que el hombre que odiaba y amaba le diera alguna excusa descarada otra vez. Sin embargo, cada vez que preguntaba por Igor, los sirvientes simplemente negaban con la cabeza con una expresión de preocupación. 

"En el momento en que más te necesitaba, me echaste a un lado y me aplastaste con los pies."

Ella quería compartir el dolor de perder a un miembro de la familia con alguien, pero cada vez que los necesitabas desesperadamente, ellos la evitaban. Su padre, al igual que su esposo.

Las lágrimas que corrían por su mejilla rápidamente llenaron su cara. Al mirar su rostro, Igor no pudo seguir hablando.

Sus ojos púrpuras se llenaron de dolor y penumbra. Extendió su mano como si quisiera secar las lágrimas de Rihanna, pero ella sacudió su cabeza evitando su mano. Mientras Rihannan intentaba salir de la habitación, Igor bloqueó la puerta. Incluso cuando ella intentó pasar por un lado y abrir la puerta, Igor agarró fuertemente la manija de la puerta.

"Hazte a un lado. Ya no tengo nada que decir, ni quiero escuchar nada más de ti."

Igor habló apresuradamente.

"Está bien. No te obligaré a escuchar lo que tengo que decir. Pero llamaré a Basil para que venga y te acompañe. Por favor regresa con él."

"Puedo hacerlo sola."

"Puedes hacer todo lo que quieras, pero no me quedaré de brazos cruzados y me lastimaré a mi mismo como lo hice en el pasado."

Igor le susurró como si le estuviera advirtiendo.

"Y a partir de ahora, no puedes andar sola. A donde quiera que vayas, debes asegurarte de estar acompañada de la Señora Cessly. Si la gente te ve caminando sola otra vez, no tengo otra opción que limitar los lugares a los que puedes dirigirte como lo hice antes."

'Apuesto a que no puedes soportar que el bebé resulte lastimado, en lugar de querer mi seguridad'.

Tragándose las palabras que casi se le escapaban de la boca, Rihannan se secó las lágrimas de los ojos con la mano. Pronto, Basil entró en la habitación. Entonces vio que el humor entre ellos era completamente diferente de lo que esperaba y se mostró muy decepcionado. Sin embargo, como Igor le ordenó que escoltara a la reina a su palacio, cumplió como de costumbre sin ninguna queja.

Rihannan derramó lágrimas sin cesar de sus ojos mientras caminaba de regreso. Si hubiera sido como en la vida pasada, Basil estaría hablando y charlando con ella felizmente, pero esta vez no podía hacer nada más que seguirla ansiosamente. Cuando la reina llegó al palacio de la reina, Basil finalmente habló.

"Mi reina, por favor deje de llorar. Por favor..."

"Le diré la verdad del agua en el santuario donde se llevará a cabo la antigua formalidad ritual. Si es Dimi, estoy segura de que encontrará una manera de prevenir el brote."

Si su plan resulta exitoso, entonces podrá prevenir la muerte de los miembros de la realeza por el brote. Aunque ella esperaba que el Príncipe Heredero cayera víctima de la tragedia... la libertad de Dimi era más importante. Si garantizaba su felicidad, el resto no importaba.

"El santuario es un lugar sagrado para la realeza de Crichton. Es un lugar al que nadie puede entrar libremente, aparte de los de linaje directo. El hecho de que conozca información secreta de ese lugar, significa que si no tengo cuidado, sospecharán de mí. Como también sabes, Dimitri ha sido acusado de mala conducta y de conspiración contra Chrichton, luego lo metieron en prisión por un tiempo."

"......"

Recordando esos dolorosos momentos, Rihannan apretó su falda con fuerza.

"Pasé por muchas humillaciones entonces y no deseo pasar por ese proceso otra vez. Espero que puedas poner tu firma junto a la mía, en la carta que enviaré a Dimi. Si ve tu firma con la mía, no pensará que estoy diciendo tonterías. Estoy seguro de ello."

Después de decir todo lo que tenía que decir, Rihannan esperó su respuesta. 

No hubo respuesta por un tiempo. 

Rihannan levantó su cara y lo miró fijamente. Igor tenía una mirada complicada, parecía que le costaba responder. Ella dedujo que Igor deseaba rechazar su petición.

"Ya veo. Entonces resolveré este problema mi cuenta..."

"No hay necesidad de hacer eso."

Rihannan se dio vuelta inmediatamente cuando se acercaba a la puerta. Su mirada se dirigió directamente a él, preguntando incrédula, "¿Qué quieres decir con esas palabras?"

"...No tienes que hacer nada en absoluto", respondió él.

"¿Qué intentas decir? ¿Quieres decir que no haga nada y los deje morir?"

"No... estoy diciendo que no hay necesidad. El asunto que te preocupa no va a suceder."

"No... estoy diciendo que no hay necesidad. El asunto que te preocupa no va a suceder."

Rihannan frunció un poco el ceño. Ella no podía entenderlo.

"¿Insinúa que el trágico suceso en el que los miembros de la realeza mueren de una enfermedad infecciosa no ocurrirá?"

"Sí."

"Definitivamente ha ocurrido en la vida pasada. ¿Por qué está tan seguro de que no ocurrirá esta vez?" Preguntó Rihannan.

El incidente no tenía relación con Arundell. Tanto ella como Igor reencarnaron, causando un cambio en el futuro, pero ella dudaba de la posibilidad de que sus decisiones influyeran a gran escala en el futuro.

"...Por favor, explícame por qué piensas eso."

Al escuchar sus repetidas preguntas, Igor bajó la cabeza y soltó un largo suspiro. Puso su mano en la frente.

Un momento después, sus labios apretados se abrieron lentamente.

"No fue una enfermedad infecciosa. Fue por mi madre."

Los ojos azul hielo de Rihannan reflejaban la expresión llena de dolor de Igor.

Eso es.

Cuando ella puso un pie dentro de la habitación, el hombre cerró la puerta. Luego, el mayordomo en espera se acercó al hombre y lo guió hacia la salida.

"Por favor, venga por aquí, señor."

Siguiendo al mayordomo, el hombre escuchó voces de las sirvientas, que se estaban quejando de la mujer de cabello rojo. 

"¿Viste eso? ¿Viste su mirada engreída? ¡Ella se cree la dueña de este lugar!"

"Me hierve el corazón de la ira. Nuestra pobre señora... ¡Qué lástima!"

"...Así que esa mujer... ¿Es la amante del Conde?" el hombre le preguntó al mayordomo.

El hombre tenía un acento elegante, característico de la gente del norte.

"Sí, así es", respondiendo cortésmente, el mayordomo ladeó la cabeza.

"Me resultaba extrañamente familiar..." respondió el hombre.

"Porque la esposa del Vizconde Olbach es la hermana de la reina. Es la hija ilegítima del difunto Conde."

El hombre rápidamente procesó sus pensamientos antes de llegar a una respuesta rápida. 

"...¿Ella es la hermanastra de la reina?"

El mayordomo asintió. "Sí, señor. Es la hija ilegítima que el difunto Conde Alessin tuvo con su amante, una mujer común. Antes de que la reina se mudara a Chrichton, se rumoreaba que había echado a su propia hermana y al conde de la mansión. Nadie sabía que la esposa del Conde era la hermana de la Reina hasta ahora."

El hombre sonrió maliciosamente. 

"Ya veo."

El hombre miró hacia atrás y observó la sala de estudio del Conde donde la mujer entró hace un momento. Sus ojos plateados escondidos bajo las sombras de su capucha brillaban con fuerza. 

"¿Joven Duque?" 

Al escuchar la llamada del mayordomo, el hombre borró rápidamente su mirada malvada y sonrió con elegancia.

"No es nada. Vamos", dijo.

Al entrar en el estudio, vio dos vasos de alcohol en la mesa. Sintió curiosidad. Aunque parecía un humilde campesino, el Conde había bebido cordialmente con el mendigo como si fuera algo normal.

"¿Quién es ese hombre que acaba de irse?" Preguntó Leticia.

"¿Y por qué necesitas saber eso?"

Leticia se enojó por la respuesta insensible del Conde Clovis, pero antes de que pudiera responder, el Conde Clovis dijo: "Además de eso, finalmente tienes tu oportunidad, Leticia."

"¿Qué quiere decir?"

"Hay una cierta discordia entre el rey y la reina en este momento."

El rostro de Leticia se iluminó inmediatamente.

"¿Es eso cierto?"

El Conde Clovis sonrió. "Es cierto. La reina intentó abandonar el palacio mientras estaba furiosa. El rey no la detuvo. Su relación ciertamente está tensa, algo ha salido mal. Aprovecharé de esta brecha para usted. Sólo siéntate y espera."

"Ahh... Conde Clovis, ¡Estoy tan feliz!"

Leticia alegremente le rodeó el cuello con sus brazos, rozando placenteramente su 3r3cta virilidad escondida bajo sus pantalones. Su virilidad 3r3cta presionó contra su área sensual, causando que ella soltara un elocuente gemido. 

Ella bajó hasta sus rodillas, frotando con la mano la tela que cubría su virilidad en un movimiento circular, antes de desabrochar sus pantalones. Pronto, su virilidad quedó al aire libre.

Leticia enroscó una mano alrededor de su cintura, acariciándolo suavemente mientras lo miraba a los ojos. Un gruñido casi imperceptible se escapó de su garganta.

"Juro que lo haré bien. Después de todo, me conoces bien. Lo buena que soy para hacer que se enamoren de mí."

El Conde Clovis soltó una carcajada y luego un gemido. 

"Sí, Leticia. Lo sé muy bien", dijo, acariciando su cabeza.

Luego la empujó a un sofá y le levantó la falda, revelando su piel lisa. Abruptamente, el conde le deslizó las br4g4s por sus piernas.

Frotando su húmeda entrada, le dijo: "No estoy seguro de los demás, pero tu cara y tu cuerpo son útiles."