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jueves, 31 de diciembre de 2020

No Quiero Ser Amada - Capítulo 210

Capítulo 210. Deseo De Vivir


Una gran de furia surgió en su interior. 'Esto es definitivamente culpa de esa perra. Ella actuó con calma, como si no supiera nada, ¡Pero estaba tramando todo esto en el fondo!'

"¿Con qué pruebas? Están arrestando a alguien sin ninguna evidencia, ¿Creen que el Conde Clovis se quedará de brazos cruzados mientras esto sucede? ¿Por qué se quedan mirando como idiotas? ¡Vayan a decirle al Conde Clobis lo que está pasando!"

Al escuchar los gritos hostiles de Leticia hacia las sirvientas, uno de los soldados soltó una risa.

"¿Dijiste evidencia? La persona que ha testificado todos los crímenes que has cometido hasta ahora es el propio Conde Clovis."

"...¿Qué?"

Sorprendida y confundida, Leticia miró fijamente al soldado mientras él continuaba hablando.

"No sólo eso, sino que también se reveló la verdad de que tomaste prestado el nombre de otra persona para escabullirte en los terrenos de caza. Será difícil escapar de esto, así que sería mejor rendirse. ¡Llévensela!"

Leticia fue arrastrada hacia el exterior de la mansión mientras aún estaba descalza. Los soldados empujaron a Leticia al carruaje que estaba preparado para ella. La puerta se cerró enseguida, y se escuchó el sonido de la cerradura de la puerta bloqueándose. Leticia golpeó la puerta una y otra vez como si se estuviera volviendo loca, pero el carruaje negro que se usa para transportar criminales era mucho más resistente de lo que ella pensaba.

Cuando el carruaje comenzó a moverse, Leticia se acurrucó dentro del oscuro carruaje que no tenía ventanas. Pensó en formas de escapar mientras se mordía las uñas, pero no parecía haber ninguna forma de escapar.

'Esto es increíble'.

Leticia soltó una risa vacía. Había hecho tantas cosas hasta ahora para llegar hasta aquí. Había obtenido el título de noble al convertirse en la esposa de un Vizconde, y la oportunidad de llegar al rey con la ayuda del Conde Clovis estaba a su alcance. Si hubiera progresado un poco más, podría haber tenido en sus manos la posición más alta de la nación, pero todo se derrumbó de repente. Pero ahora, iba a morir de esta manera.

"¡Abran! ¡Abran la puerta!"

Leticia comenzó a tirar de la manija de la puerta. Nunca podría perdonar al Conde Clovis. Ella le había servido lealmente durante mucho tiempo, así que, ¿Cómo pudo traicionarla de esta manera? Si ella iba a morir, antes quería matarlo, no estaba dispuesta a morir sola.

Cuando Leticia comenzó a gritar con una voz aún más desesperada, el carruaje se detuvo de repente. Al mismo tiempo, escuchó sonidos de metal chocando entre sí, junto con gritos y chillidos de otras personas.

Leticia se arrastró hasta la esquina del carruaje más alejada de la puerta y comprimió su cuerpo tanto como pudo mientras temblaba de miedo. Los sonidos que escuchaba en la completa oscuridad aumentaban la emoción de miedo que sentía. Quizás el Conde Clovis había enviado a alguien para deshacerse de ella, porque no quería que revelara más secretos.

En ese momento, con el sonido de una cerradura abriéndose, la puerta del carruaje se abrió. Leticia se cubrió la cabeza mientras temía por su vida.

"Dama Olbach."

La voz que se extendió le resultaba extraña pero familiar. Definitivamente era la voz del hombre que ella había escuchado antes. Leticia levantó lentamente su cabeza. En el exterior del carruaje, que podía mirar a través de la puerta abierta, habían cadáveres tirados. Y en medio de la oscuridad, una alta figura masculina extendió su mano hacia ella.

"Si quieres vivir, sígueme."