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viernes, 9 de junio de 2023

junio 09, 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 130

Capítulo 130. Extraño Comportamiento (1)

Muy tarde al día siguiente, Annette no podía levantarse de la cama. Ella tenía el rostro pálido. Pero Raphael, que había cumplido sus propios deseos, parecía aún más relajado. Le trajo amablemente la comida a Annette.

Raphael la miró mientras le cortaba la carne. ¿Será por la manta blanca? La cara de Annette hoy estaba más blanca, por lo que parecía más bonita. Tal vez fuera porque la había revolcado hasta la saciedad. De todos modos, lo importante era que su esposa era la mujer más hermosa del mundo.

'Tuve suerte al casarme con ella'.

De forma inconsciente dejó de cortar la carne. Tal vez fuera porque él la miraba con demasiada insistencia, ella levantó la vista lastimosamente. Cuando sus ojos se encontraron, él se sobresaltó como un ladrón siendo atrapado. Ella le dijo débilmente.

"¿Quieres un poco de carne? De todas modos, tengo el estómago revuelto..."

Annette pensó que Raphael la miraba porque le provocaba comerse la carne. Raphael negó con la cabeza ante las extrañas palabras. Entonces le acercó a la boca un trozo de la carne que había cortado. Annette, que se lo comió inadvertidamente, ladeó la cabeza ante su inusual actitud. Ella le preguntó con voz preocupada.

"¿Te ha pasado algo? Hoy estás un poco raro."

A Annette le preocupaba que se hubiera dado cuenta de lo que hizo anoche. Nunca le preguntaba abiertamente a ella cuando descubría algo. En cambio, se comportaba de mala manera con ella, o se mantenía pegado a ella. Justo como ahora.

'De lo contrario, Raphael no sería tan amable conmigo'.

Por desgracia, su confianza en él estaba por los suelos. Pero Raphael no lo sabía.

'¿Tal vez es un buen momento ahora?'

Raphael quería confesarle sus sentimientos de inmediato. Ese aterrador sentimiento que le era desconocido, pero que no podía controlar.

Pero también tenía miedo de hacerlo de forma precipitada. Pero había muchos enredos entre ellos. Sobre todo en lo que respecta a sus orígenes no revelados.

'Si confieso, debo decirle todo'.

Si fuera el mismo de antes, ni siquiera lo habría considerado. Y si ella hubiera preguntado, la habría cortado fríamente. Tenía un gran complejo de inferioridad por su linaje materno.

'Si sólo hubiera sido una plebeya, no habría tenido que ocultar tanto...'

Al recordar a su madre, Raphael se tomó la cabeza entre las manos. Annette fue increíblemente generosa con él, a pesar de su linaje superior. Pero, ¿ella podría seguir igual después de saber sobre su madre?

Raphael no sabía que ella había interrogado a su tío materno ayer. Por lo tanto, ella ya se había enterado de todo.

'¿Qué debería hacer?'

Su barbilla se puso tensa mientras él agonizaba inútilmente. Quería ocultarlo para siempre si podía. Sin embargo, ahora conocía la gravedad del problema. Si no podía superar su complejo de inferioridad, no tendría a Annette para siempre.

Estaba dispuesto, como dijo Hamilton, a renunciar a su orgullo antes que dejarla ir. Pero no sabía por dónde comenzar la conversación. Era demasiado serio para contarlo de repente.

'¿Cómo lo hago?'

Raphael, que tenía pésimas habilidades de conversación, estaba seriamente preocupado. Después de reflexionar profundamente, decidió conocer su postura primero. Tenía miedo de salir lastimado. Con una expresión seria, habló a la defensiva.

"Annette. ¿Qué tan importante es el linaje para ti?"

Ella suspiró en su interior al ver la mirada inquieta de Raphael. Ella asumió erróneamente que él había recibido malos comentarios sobre su linaje. Por lo tanto, se sentía tan incómodo que se levantó temprano y se aferró a ella desde entonces.
junio 09, 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 129

Capítulo 129. Retribución (2)

Los dedos de Raphael frotaron lentamente la entrepierna de Annette, que tenía agua de miel. Los sonidos húmedos sonaron aún más fuertes, quizá debido a que su visión estaba bloqueada por la venda. Las caderas de Annette temblaban mientras las puntas de sus dedos recorrían de forma intermitente su sensible cl!t0ris. Entonces, de repente los dedos de Raphael pen3traron en su interior.

"¡Ahh!"

"¿Por qué está tan estrecho? Los he introducido muchas veces."

Sus dedos, que se introdujeron en su agujero, recorrieron sus paredes internas. Pronto encontraron hábilmente el punto débil de Annette y lo comenzaron a frotar tenazmente. Cada vez que estimulaba ese punto, sus calientes entrañas se sacudían. Cuando sintió un frenético apretón de su interior, Raphael finalmente expresó.

"Se vuelve un poco salvaje. Tranquila, te la meteré ahora."

Sin embargo, fue difícil introducir su virilidad porque su gl@nde estaba hinchado al máximo. Raphael, que chasqueó la lengua, lo introdujo poco a poco. Annette retorcía su cuerpo como si tuviera escalofríos a medida que su gl@nde llenaba su interior. Entonces, Raphael la abrazó con más fuerza. Cuando llegó hasta el fondo, él dejó escapar un largo suspiro.

"¿Lo sientes? Me estás apretando tanto que parece que te lo comerás."

Raphael movió sus caderas, pen3trando hasta lo más profundo de ella. Ella temía que su enorme virilidad fuera a desgarrarla. Ella se sentía tan adolorida que ni siquiera tenía fuerzas para gritar. Sus lenguas se entrelazaron en el frenesí.

"...¡¡Argh!!"

Cada vez que Raphael la embestía bruscamente, su cuerpo era empujado hacia arriba. Por lo que la agarró por la cintura como si no permitiera que ella se alejara en absoluto. Cada vez que su dura virilidad perforaba su interior, una luz brillaba ante sus ojos.

"¡Ahhh! ¡¡¡Llega demasiado profundo!!!"

Annette negó con la cabeza mientras empujaba su pecho con las manos atadas. Su virilidad era tan grande que parecía que estiraba sus paredes interiores. Sus ojos se volvían blancos porque sus movimientos frotaban sus zonas sensibles.

Ella acabó teniendo un leve org@smo mientras él empujaba sus brazos atados sobre la sábana. Su cuerpo se estremecía cada vez que la parte de su cuerpo arriba de su virilidad, le presionaba el cl!t0ris mientras la pen3traba.

"¡Hmm, ahh...!"

Raphael sujetó su cuerpo con fuerza mientras ella se estremecía porque llegaba al cl!m@x. Luego pen3tró aún más rápido entre las piernas tensas. En su estado sensible, el placer excesivo se extendía en su cuerpo como un veneno. Annette sollozó mientras su mente se quedaba en blanco.

"...¡Espera!"

"Tus labios inferiores dicen otra cosa. Las sirvientas se sorprenderán cuando cambien las sábanas mañana. Las has mojado mucho."

Raphael tendía a volverse más intenso cuando ella le pedía que se detuviera un momento. Mordiendo suavemente su oreja, le susurró palabras vergonzosas mientras la colocaba sobre su cuerpo. Ahora ella estaba tambaleándose encima de él. Sus s3n0s pálidos que se balanceaban de arriba a abajo se veían hermosos. Raphael se rió en voz alta mientras extendía las manos para agarrar sus s3n0s.

"Pero mírate, estás moviendo las caderas. Pareces una yegua en celo."

"Mentira... ¡Aaah!"

Raphael, que la pen3traba desde abajo, llevó una mano entre sus piernas. Separó sus piernas, que estaban sobre su grueso cuerpo, para llegar al centro. Pudo encontrar sin esfuerzo su cl!t0ris, que sobresalía justo por encima de su unión. Cuando le apretó ligeramente el cl!t0ris, ella echó la cabeza hacia atrás.

"¡Dios mío!... Por favor, sácala"

Se esforzó por apartar el brazo de Raphael con sus manos atadas. Pero cuando él volvió a pen3trarla, no pudo resistirse. Sus paredes interiores se tensaron mucho mientras él seguía frotando su cl!t0ris.

Ahora parecía que ella se venía con cada pen3tración. Un líquido claro salía entre sus piernas que se abrían cada vez más. Ahora sollozaba sin poder respirar bien. Sintió que sus oídos se derretían al escuchar sus ásperos gemidos.

Raphael, que agarró su cuerpo susceptible, embistió más rápido. Su interior se calentaba más con cada roce. Si seguía así, su mente colapsaría por completo. Su virilidad se metía a través de sus tensas paredes interiores. Pasó mucho tiempo antes de que la cosa que había estado firmemente arraigada en su interior expulsara un líquido caliente.

"Ahh..."

Finalmente le quitó la venda. Besó su desastrosa cara. Ella lloraba patéticamente mientras empapada ahí abajo, pero también era cierto que le parecía exc!tante. Lamiendo sus ojos rojos, la respiración de Raphael se fue acelerando.

"Shh, no llores. Lo meteré una vez más."

"No..."

Ella se arrastró sobre la cama sollozando, había llegado al límite de sus fuerzas. Tenía miedo de que si esto seguía, realmente moriría.  Pero lo único que Raphael soltó fue la venda de sus ojos, había un límite de lo que podía arrastrarse con las manos atadas.

Raphael tiró de una de las piernas de Annette. Luego, agarrando su tr@sero tembloroso, volvió a pen3trarla profundamente. Le pareció divertido que ella todavía estuviera temblando.

Después de lamer su sudorosa espalda, Raphael comenzó a moverse sobre ella como un perro. Ese día, Annette no pudo salir de la cama hasta después del anochecer.

miércoles, 7 de junio de 2023

junio 07, 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 128

Capítulo 128. Retribución (1)


"...Honestamente. No sé acerca de las relaciones por sangre. El sol de Deltium está demasiado lejos como para mostrar afecto."

"Ya veo."

"Pero siento que tengo una deuda con Su Majestad. Porque esa persona no sólo me acogió a pesar de ser un bastardo, sino que me otorgó una posición honorable. Considerando el apoyo que he recibido, creo que debo retribuir a Su Majestad con lealtad."

Raphael respondió con seriedad. Fue lo más sincero posible. La verdad lo que más le agradecía al Rey no era su posición honorable, sino la hermosa mujer delante de él.

Si el Rey no hubiera forzado este matrimonio, no se habría casado con Annette. Y ella habría sido la esposa de otro hombre. Un desenlace terrible que con solo imaginarlo apretaba los dientes. ¿Desde cuándo se había encariñado tanto con esta mujercita?

Pero la oportunidad de Raphael para confesar sus sentimientos con naturalidad se había esfumado. Annette, que desconocía lo que estaba pensando Raphael, se limitó a asentir.

"Gracias. Sé que odias contestar estas cosas, pero me lo has dicho."

"Bueno… no es que lo odie."

Después de contestar, Raphael la miró con ansiedad. Era la primera vez que ella pasaba la noche afuera desde su matrimonio. Quizá por eso Raphael se sentía extrañamente inquieto. Sentía que había dejado salir algo importante de la casa. Ni siquiera pudo dormir bien anoche.

Debido a esto, Raphael madrugó por primera vez en mucho tiempo. Se paseaba de un lado a otro cerca de la puerta principal, esperando que Annette llegara en cualquier momento.  Afortunadamente, regresó a casa temprano como una buena esposa. Pero su alegría fue temporal, su estado de ánimo pronto se volvió sombrío porque ella estaba demasiado tranquila. Parecía que él fue el único que la estuvo esperando emocionado.

¿Recuerda la promesa que me hizo?

Annette le había prometido que haría lo que él quisiera para apaciguar su descontento. Aunque no fue por eso que la esperó… pero le molestó la pasividad de ella al verlo.

¿Por qué me mira así?

Por otra parte, ella lo había olvidado por todo lo que sucedió la noche anterior. Así que ella no entendía la expresión facial de Raphael que la miraba fijamente. Su rostro, fruncido por la ansiedad, se veía aún más feroz por su aspecto frío. Ella pensó.

¿Está descontento conmigo otra vez? ¿Probablemente porque le hice una pregunta personal? Debo irme rápido antes de que Raphael explote.

De todos modos, tenía que hacerle esa pregunta. Ella se excusó rápidamente para irse.

"Bueno, tengo que reunirme con Eucaly. Ella me da una píldora todos los días para mantenerme saludable, tengo que hablar con ella al respecto. Nos vemos luego."

Después de decir lo que tenía que decir, Annette quería subir inmediatamente. Pero mostrar la espalda a las bestias como Raphael tenía el efecto contrario. Sus pies flotaron en el aire cuando pisó la escalera, el mundo dio media vuelta abruptamente. Antes de que se diera cuenta, ella terminó colgada sobre su hombro.

"¡Ah! Me dio miedo. ¡Raphael! Bájame."

"Piensas huir si te suelto. Se supone que me darías una compensación al regresar."

Raphael gruñó, incapaz de soportar su impaciencia. Quería reducir de alguna manera la distancia emocional que sentía con ella, pero por desgracia no había desarrollado habilidades para el amor. Por lo tanto, como no podía hablar con franqueza, intentaba actuar a su manera.

Se dirigió rápidamente a la habitación con ella encima. No había ningún lugar donde Annette, que estaba sujeta en las manos de la bestia, pudiera escapar.

***

Con los ojos cubiertos por una venda, ella se retorcía con las manos atadas hacia delante. Sin embargo, no había forma de desatar el pañuelo de seda que ataba a sus muñecas. No podía mirar nada. Se sentía avergonzada porque estaba sentada d3snuda en la cama.

"¿Raphael? ¿Estás ahí?"

Annette preguntó con una voz que temblaba ligeramente. Raphael se lamió los labios mientras disfrutaba el espectáculo con los brazos cruzados desde cierta distancia. Estaba tan exc!tado que su visión casi se puso roja. ¿Por qué tiene un aspecto tan apetecible?

Raphael finalmente se acercó. La empujó hacia abajo y le abrió las piernas para mirar entre ellas. Su cl!t0ris entre los pétalos rojos estaba un poco levantado. Raphael sonrió cuando lo vio. Frotó la protuberancia con el pulgar encallecido por el entrenamiento.

"Ahh..."

Annette se mordió suavemente el labio inferior. Las puntas de los dedos malvados recorrían su punto sensible. Raphael deslizó sus dedos en la cavidad entre sus labios.

"Lame."

Annette obedeció obedientemente a su voz que sonó algo despiadada. Sacó su lengua para lamer sus dedos. Los ojos de Raphael se volvieron cada vez más turbios. Verla en estas circunstancias era demasiado exc!tante.

Cuando estaban un poco mojados, Raphael retiró sus dedos de sus labios. Luego tanteo entre sus piernas hasta que se detuvo. La tímida Annette intentó cerrar las piernas, pero las fuertes manos de Raphael las abrieron más. Su voz penetró en sus oídos mientras la miraba desde lo alto.

"Estaba mojado. ¿Te mojaste... mientras lamiste mis dedos?"

martes, 6 de junio de 2023

junio 06, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 492

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 492.  Mientras Uno Pierde, Otro Gana (1)


Sovieshu hojeó despreocupadamente la lista de candidatas a emperatriz. Su nombre, su familia, su retrato, su reputación social, sus gustos, sus talentos, su carácter, la riqueza de su familia, sus hábitos y los nobles con los que mantenía una relación cercana. Dado que las candidatas habían sido seleccionadas en base a los mismos estándares, todas eran similares.

Si no fuera por esos estándares, no habrían entrado en la lista.

El Marqués Karl examinaba nervioso las reacciones de Sovieshu. Sin embargo, Sovieshu miró la lista con paciencia y calma. Finalmente, tras leer más o menos la mitad, cerró el libro.

"Su Majestad, ¿no quiere mirar la lista un poco más?"

"¿Qué sentido tendría?"

"Hay que elegir a una nueva emperatriz."

El Joven Sovieshu fulminó con la mirada al Marqués Karl. Cualquier cosa que él dijera no era bien recibida estos días. Sovieshu había actuado así desde que Rivetti le contó lo sucedido.

O tal vez fue a causa de Sheir. En un principio, Sovieshu tenía la intención de ganar tiempo trayendo a Sheir al palacio. Pero entonces el niño declaró que renunciaba a su derecho al trono. A pesar de las protestas de la Gran Duquesa, Sheir juró no volver jamás. Ahora al Gran Duque y a la Duquesa, junto con sus partidarios, les esperaban muchas noches de insomnio.

Sovieshu empujó el libro hacia el otro extremo del escritorio.

"Ignorar esto no traerá de vuelta a Navier, Su Majestad."

"Lo sé. Oí que dio a luz a gemelos."

"Puede que no le interese, pero por favor considere el matrimonio. Elija a alguien por el bien del país. Hay muchas jóvenes inteligentes y brillantes."

Sin embargo, Sovieshu no reaccionó. Finalmente, el Marqués suspiró y se marchó, llevándose el libro.

Sovieshu apoyó la cabeza en sus manos mientras miraba por la ventana. La niña cubierta de sangre estaba pegada a la ventana y le devolvía la mirada.

Veía esta aparición cada vez que estaba solo. Desde que vio al niño llamado Ahn. Al principio, estaba increíblemente asustado. Pero como la niña no le causaba ningún daño, sólo se aferraba a la ventana, ahora sólo se sentía cansado de verla.

La aparición le incomodaba enormemente, por lo que preguntó sobre esto a su yo de la noche en una carta. Pero su yo de la noche dijo que no la había visto. 

'Sólo yo la veo. Sólo yo la veo. ¿Por qué?'

¿Por qué su yo de la noche, que recordaba todo, no veía a esta niña? ¿Mientras que él, que perdió sus recuerdos, sí podía?

No había forma de saberlo. Al principio, ignoró la aparición, como de costumbre. Pero luego se levantó y se acercó a la ventana. Tal vez le molestó oír al Marqués Karl y a los nobles hablar de matrimonio.

Pensó que la aparición desaparecería al acercarse, pero la niña no se desvaneció. Siguió mirando a Sovieshu a través de la ventana. Cuando se acercó, los labios de la niña se entreabrieron.

'¿Sabe hablar? ¿Qué se supone que significa esta aparición?'

Sovieshu se estremeció, pero leyó los labios de la niña.

"¿De verdad... crees... que todo es... mi culpa?"

 ¿A qué se refería? Era difícil de comprender, pero esa fue la pregunta que leyó en los labios de la niña. ¿La había interpretado correctamente?

Una lágrima cayó de un ojo de la niña cubierta de sangre. Al caer la lágrima, algunas manchas de sangre desaparecieron de su cuerpo. Los labios de la niña volvieron a moverse, sin darle tiempo a sorprenderse. ¿De verdad crees que todo es mi culpa?

Otra vez la misma pregunta.

Siguió otra lágrima, luego dos más, hasta que cayó un flujo incesante. Con cada una, desaparecían más manchas de sangre. Verla era espeluznante... pero también agonizante. Sovieshu hizo una mueca ante el dolor palpitante de su cabeza.

Entonces, una débil y familiar voz llamó desde lejos, muy lejos. 

"¿No tienes ninguna compasión?"

Era su propia voz. Un momento después, escuchó una débil voz, aún más lejana que la suya.

"Sálvame..."

Su campo de visión se sacudió. Apareció una pradera. Había una mujer, llorando... una mujer que sollozaba con el pie atrapado en una trampa. Lloraba como si el cielo se hubiera derrumbado. Vio heridas tanto en sus manos como en sus pies. La débil voz volvió a escucharse. Era apenas audible.

"Eso es culpa nuestra, no tienes la... culpa."

Sovieshu dio un paso atrás. No era la niña la que hablaba. La voz provenía de su propia memoria. La niña en la ventana seguía llorando, con la boca abierta.

"Su Majestad es... el salvador."

'El escritorio. ¿Qué es eso que se está apilando en el escritorio?' 

"Consérvalo."

Esta fue su voz otra vez... Sovieshu dio un paso atrás. Justo entonces, oyó una voz fría desde arriba, totalmente diferente a las anteriores.

"¿Sólo sientes compasión por la Señorita Rashta, Su Majestad?" 

La voz pertenecía a Navier. Y... ¿Rashta? Su nombre sonó claramente por primera vez.

Sovieshu se quitó las manos alrededor de la cabeza y las levantó con dificultad. Fue entonces cuando las manchas de sangre de la niña de la ventana desaparecieron por completo y dejaron al descubierto una larga cabellera plateada. Sin embargo, quedaban rastros de manchas carmesí en su cabello y alrededor de la boca.

'¿Es ella... Rashta?'

Aunque se había quitado la sangre, seguía siendo una niña. Él había oído que ella era una adulta.

"¿Rashta?"


En cuanto la llamó por ese nombre, la niña de cabello plateado se desplomó. Conmocionado, Sovieshu corrió hacia la ventana. Se agarró al alféizar y miró hacia abajo, pero no vio a la niña de cabello plateado.

En cambio, volvió a oír la voz fría y susurrante de Navier. 

"Siempre hablabas de lo cruel que había sido la vida con ella. Sin embargo, la mataste con tus propias manos."

Un dolor terrible y aplastante le apuñaló la cabeza. Sovieshu se agarró las sienes y gritó, 

"¡Karl! Karl!"

En respuesta, Karl apareció, dando vueltas y vueltas en su visión. Parecía estar llamándole,

"Su Majestad, Su Majestad."

Sin embargo, era difícil saber si era realmente su voz o una alucinación.

"No es verdad, Navier. No es así."

Sovieshu murmuró, y cayó de espaldas. El Marqués Karl lo atrapó, y rompió a llorar. 

"¡Su Majestad! Su Majestad. ¡Por favor, reaccione!"

Desde el otro lado de la puerta, la subcomandante de los Caballeros de la Guardia Imperial, Sir Artina, los observaba con frialdad.

***

"¿Su Majestad?"

Dejé la pequeña campana con la que estaba jugueteando sin sentido y levanté la cabeza. El canciller me miró perplejo. Debió de resultarle extraño que dejara de hablar de repente, en medio de una audiencia. 

"Sólo estoy pensando..."

Ya era hora de que enviáramos una respuesta a la invitación de la Alianza a las Celebraciones de Año Nuevo. Pero dado que la Alianza apuntaba al Imperio Occidental, era difícil decidir cómo responder. Su invitación podría ser una trampa. Aún así, no podíamos ignorarla por completo. Especialmente porque estábamos aislados...

"Si tardamos más, los funcionarios se alarmarán, Su Majestad."

"Lo sé."

El canciller sabía que Heinley estaba desaparecido, no sólo ausente en el desempeño de sus funciones. Pero los demás lo desconocían. Algunos de ellos se preguntaban qué tipo de acontecimientos secretos harían que el emperador se marchara en un momento así. Pero, al menos, no les parecía demasiado extraño. Heinley vagaba con bastante frecuencia cuando era príncipe. 

"Su Majestad, ¿no sería mejor arriesgarse y enviar a alguien?"

"No estoy segura..."

"Disculpe... Su Majestad, ¿cree que los magos del Imperio Oriental podrían ayudarnos a encontrar a Su Majestad?"

Podía hacer la petición, pero pedir ayuda al Imperio Oriental era un asunto delicado. Cuando necesitábamos construir una represa temporal lo antes posible, antes de construir la represa de joyas, el Imperio Oriental nos ayudó. Sin embargo, su emperador había pedido venir a recuperarse aquí a cambio. Hicimos un trato. Ambos nos habíamos beneficiado.

Si les pedíamos ayuda otra vez, sería una petición unilateral. Teníamos que manejar esto con cuidado.

Por otro lado, el Imperio Oriental no había facilitado a la Alianza la información que tenía sobre el fenómeno de la disminución del maná. Podrían haberse alineado contra el Imperio Occidental, pero no lo hicieron. En circunstancias normales, el Imperio Oriental y el Occidental no unirían fuerzas, pero... teniendo en cuenta el terrible estado mental de Sovieshu, cabía la posibilidad de que fuera posible.

"Tengo una idea. No buscaremos a Su Majestad. Haremos que la Alianza nos lo traiga."

lunes, 5 de junio de 2023

junio 05, 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 127

Capítulo 127. Noche Fuera de Casa

Railin, que apareció por detrás sin hacer ningún ruido, golpeó con su puño a Ben dejándolo fuera de combate. Fue un golpe limpio. La radiante belleza, que parecía estar alejada de la violencia, mostró inesperadamente unos movimientos físicos sorprendentes. Annette perdió la oportunidad de hablar con Ben, a quien no había visto en mucho tiempo.

Él agitó ligeramente un par de veces su mano rígida, sonriendo tan inocente como una flor. La elogió mientras veía su rostro descubierto.

"Gracias a tu cuidadosa actuación, pudimos atrapar fácilmente a la rata. También he descubierto que tienes talento para vender dr0g@s."

A Annette no le gustó demasiado el elogio. ¿Se supone que se debería alegrar por tener talento para vender dr0g@s siendo una mujer de la nobleza?

Ella se quedó mirando de Ben March, que había caído a sus pies, perdida en sus pensamientos. Se alegró de haberle atrapado, pero aún quedaba mucho por hacer. Annette dejó escapar un suspiró, luego declaró.

"Buen trabajo, Railin. Ahora ayúdame a moverlo."
 
***

Después de interrogar a Ben March durante la noche, Annette se dirigió a su mansión. El sol de la mañana que salía sobre las montañas estaba especialmente deslumbrante. Se sentía renovada, quizás porque ahora lo sabía todo. La vida se vuelve realmente interesante cuanto más se sabe.

En teoría Annette se había quedado anoche en la residencia de Celestine. Raphael no parecía contento con esta extraña amistad, pero no podía hacer nada al respecto. No podía elegir las amistades de su pareja. Debido a esto, ella pudo regresar a casa sin problemas con una coartada perfecta.

"He regresado, querido."

"Al fin estás aquí."

Apenas entró en la mansión, se encontró a Raphael. Era extraño que él estuviera despierto a esta hora. Ella se sorprendió aún más porque lo encontró deambulando por el vestíbulo.

¿Por qué se ha levantado tan temprano? ¿Tampoco durmió bien anoche?

Si se había quedado despierto toda la noche, ella podría entender por qué estaba despierto ahora. Ella se entristeció al pensar que la caja de música que le regaló no funcionaba. Miró la cara de Raphael, a la que se había acercado de forma inconsciente, pero no estaba particularmente pálida o tenía ojeras en los ojos. No era diferente a lo habitual.

Annette tenía sospechas. La mirada de Raphael estaba llena de una vitalidad irreconocible. Sus ojos azul oscuro brillaban de forma intensa. Estaba tan emocionado como un perro que ha estado esperando el regreso de su dueño. Por supuesto, ella no creía que el Raphael que conocía hiciera eso.

"¿Te divertiste ayer? ¿Qué hiciste?"

Raphael preguntó secamente, evitando la mirada de Annette. Ella sonrió torpemente. No podía responder que había secuestrado a su tío para interrogarlo. Raphael pensó que había tenido una pijamada en la residencia de Celestine la noche anterior.

Ella, que se había ido a una fiesta de tortura en lugar de una pijamada, contestó evitando mirarlo directamente con un discreto movimiento natural. 

"Hablamos de muchas cosas. Fue una charla sobre cómo nos conocimos en el palacio real, nuestras primeras impresiones y sobre las personas en común que conocemos."

"Ya veo."

Raphael se mantenía alejado de los círculos sociales. No solía interactuar mucho con otras personas. Pensó que quizás podría ser más como ella. Tras la breve conversación, un silencio un tanto incómodo se produjo entre ellos.

"......"

Él agonizó para romper este silencio de alguna manera. Ella lo miró a través de sus largas pestañas. Y le hice una pregunta muy aleatoria que no se ajustaba a esta situación.

"Raphael, ¿Qué piensas de Su Majestad Selgratis?

"¿Por qué preguntas eso de repente?"

"Ayer vi que Celestine era muy unida a su familia. Eso me hizo pensar en ti. Sé que Su Majestad es tu padre. Así que me gustaría saber qué piensa de él. Si no quieres responderme, no tienes que decírmelo."

Como Annette había sido rechazada por Raphael muchas veces, tenía una actitud que rozaba la resignación. No esperaba que contestara su pregunta. Ella lo miró en silencio. Un ceño fruncido de insatisfacción apareció entre las hermosas cejas de Raphael.

Raphael no estaba acostumbrado a este tipo de conversaciones en las que debía expresar sus sentimientos. Si hubiera sido antes, la habría rechazado fríamente, diciendo que no era problema de ella. Pero ahora no podía hacerlo. Su amor estaba comenzando. Se había dado cuenta de que ese sentimiento desconocido que había estado creciendo en su pecho todo el tiempo era amor. Todo fue culpa de la perjudicial Claire.
junio 05, 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 126

Capítulo 126. Adivina (2)

'¿Esa es la mujer?'

La mujer que llevaba una capucha morada oscura desprendía un aire misterioso. Su barbilla y sus labios reflejados en el orbe de cristal se veían hermosos. Probablemente era una mujer muy bella. Ben tragó saliva sin motivo aparente. Pero ahora que lo pensaba, le parecían extrañamente familiares los rasgos inferiores y la figura del cuerpo de la mujer. Estaba casi seguro que había visto muchas veces a esta mujer antes.

"Siéntate."

Parece que se había equivocado. La mujer tenía una voz pesada, como pequeñas bolas de cristal cayendo sobre un plato de metal. No conocía a ninguna mujer con una voz tan inusual. Todo esto fue gracias al caramelo de modulación de voz que le había dado Railin, pero no había manera de que Ben lo supiera. Finalmente se sentó obedientemente en el asiento de enfrente, sin reconocer a Annette.

Pero sus sospechas de apostador no desaparecieron. Intentó mirar lo máximo que pudo por debajo de la capucha, preguntándose si aquella mujer era una estafadora. Entonces, los labios de la mujer se curvaron en una sonrisa. Cuando las puntas de sus dedos acariciaron un orbe de cristal de color extraño, una tenue luz brotó en la superficie para su sorpresa.

¿Qué clase de truco es este?

Ben se sobresaltó. El ambiente se volvió aún más verosímil por la luz que emitía el orbe de cristal. Parecía algo místico sacado de una leyenda. En ese momento, ella habló mientras miraba el orbe de cristal.

"Tienes dos nombres."

¿Qué mierda quiere decir? Ben frunció el ceño, pero de repente se puso rígido. Había estado viviendo con un nombre falso hasta hace unos meses. Se preguntó cómo esta mujer podía saber esa información, ¿acaso fue casualidad? Pero antes de que tuviera tiempo de seguir pensando en ello, la mujer continuó hablando.

"Alguien muy poderoso te está respaldando. Es una de las personas más importantes de Deltium. ¿O me equivoco?"

"¡¿Qué demonios?!"

Ben se estremeció. Se le puso la piel de gallina. Estaba delante de una adivina real.  Realmente debía haber visto a través de todo. Pero no había terminado de hablar. La adivina, que permaneció en silencio durante un rato, dijo en un tono algo acusador.

"Parece que tú... has hecho muchas cosas malas. ¿No? ¿Alguna vez has traicionado a alguien o has hecho algo tan grave que incluso le pudiste dejar un gran trauma psicológico a otra persona? Especialmente a una mujer."

Ben recordó el pasado cuando secuestró a una joven dama de una familia noble. También recordó el rostro de la hija de su empleador, a quién había inculpado el crimen. Más bien, hubo tantas ocasiones que era bastante difícil identificar sólo una.

Si Annette levantaba la vista en ese momento, Ben podría reconocerla. Pero ella sólo miraba hacia abajo al orbe de cristal. Por ello, él seguía sin poder descubrir su verdadera identidad. Su adivinación era tan precisa que le hizo sudar frío.

"Hay mucha gente que está resentida contigo. Una emoción tan intensa como el resentimiento puede tener un impacto negativo directo en la otra persona. ¿Quizás has tenido un poco de mala suerte últimamente? Sin importar lo que hagas, no has obtenido los resultados deseados. Es el karma por haber sembrado mucho resentimiento."

"Entonces, ¿Qué tengo que hacer para librarme de ese resentimiento?"

Ben, completamente engañado por las palabras de Annette, inclinó la parte superior de su cuerpo. La mayoría de los jugadores creían que no ganaban porque tenían mala suerte. Ahora tenía la sensación de haber tenido últimamente más mala suerte de lo normal.

Estaba frustrado porque quería mejorar su karma lo antes posible. Cuando él parecía estar completamente convencido de lo que ella decía, sus elegantes dedos que habían estado moviéndose sobre la parte superior del orbe de cristal se detuvieron.

"Debes disculparte directamente con la persona que alberga el resentimiento."

La luz que emitía suavemente el orbe de cristal de repente se volvió más brillante. Fue como verter aceite en una chimenea. Ben, que estaba acostumbrado a las habitaciones poco iluminadas, se tapó su rostro inconscientemente.

Justo en ese momento, la mujer se quitó la capucha que llevaba puesta.

"¡Tú...!"

Los ojos de Ben se agrandaron de la conmoción al ver el rostro de Annette. Le había estado sirviendo durante casi una década. Era imposible que no la reconociera.

¿Cómo diablos ha llegado hasta aquí? ¿Cómo sabe que estaba aquí?

Su mente estaba agitada. Inconscientemente, Ben se levantó de su asiento, dando un paso hacia atrás. Actuó como si estuviera viendo el fantasma de alguien del pasado.

Puck―

domingo, 4 de junio de 2023

junio 04, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 491

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 491. El Molde (2)


Al día siguiente, seguíamos sin recibir noticias de Heinley. En su lugar, recibimos una noticia inesperada. Ocurrió después de que la Princesa Charlotte preguntara si podía asistir a la reunión del consejo.

"Hace unos días, Lord Koshar me propuso matrimonio y acepté, Su Majestad. Ahora que estamos comprometidos, por favor formalice nuestro matrimonio internacional."

Ayer, estuvo en el orden del día del consejo que la alianza apuntaba al Imperio Occidental. Esta noticia de la Princesa Charlotte alegró y calmó las preocupaciones de todos.

Pero me resultaba difícil sentirme realmente complacida. Hace tan sólo unos días, presencié con mis propios ojos cómo mi hermano y Mastas confesaban lo que sentían el uno por el otro. ¿Qué había pasado desde entonces? ¿Por qué se iba a casar Koshar con la Princesa Charlotte? ¿Y qué hay de Mastas?

Además, la expresión de la princesa ahora parecía diferente a la del día en que se declaró a Koshar. Todavía lucía aquella sonrisa segura y decidida, pero parecía más sutil.

Aun así, como se presentó formalmente en persona, no podía rechazarla ni pedirle que se lo pensara otra vez. ¿Podría ser...? Recordé cuando Koshar me preguntó si el Imperio Occidental se encontraba en una mala situación. Después de aquella conversación, se llevó a Mastas a alguna parte.

¿Fue entonces cuando rompieron? Oh, Mastas...

Aunque mi matrimonio con Sovieshu fue de conveniencia, pasé mi infancia con él. Y mi matrimonio con Heinley no se sintió como un sacrificio, porque estaba desesperada y le propuse matrimonio a él primero. Pero las cosas fueron diferentes para Koshar. Amaba a una mujer, y ella le correspondía. Sin embargo, prefirió un matrimonio de conveniencia sobre el amor, por el bien del país.

¿No es una decisión perjudicial para Koshar, Mastas y la Princesa Charlotte? No podía deshacerme de mis preocupaciones, incluso después de que terminara la reunión. Con Heinley y la Princesa Charlotte en mi mente, acabé sintiéndome mareada. Al final, aunque sentía el cuerpo pesado, decidí dar un paseo para ordenar mis pensamientos.

Mientras deambulaba cerca del palacio principal, vi otra vez al Gran Duque Kapmen. Como ya nos habíamos cruzado aquí varias veces, supuse que el Gran Duque debía de pasearse habitualmente por el jardín a estas horas. La última vez, sólo se acercó a mí al percatarse por mis pensamientos de la ausencia de Heinley. Hoy no había nada en mi mente que le interesara. Probablemente pasaría de largo.

Inesperadamente, el Gran Duque Kapmen se me acercó una vez más. No tenía ni idea a qué se debía. Era poco probable que la noticia de la situación de Koshar y la Princesa Charlotte le sorprendiera.

Estaba desconcertada, pero el Gran Duque no habló de mi hermano. Vaciló y tartamudeó un par de veces antes de sacar el tema de Rwibt,

"Ya es hora de que los equipos de comercio vuelvan de Rwibt."

Eso fue un alivio. No quería hablar de Koshar y Mastas con el Gran Duque Kapmen. Tampoco era asunto mío, y discutirlo con otra persona era... ya sabes. 

"¿Han avisado?"

"Según la última paloma mensajera, el comercio fue exitoso. Teniendo en cuenta los tiempos de los que nos hablaron en la última carta, deberían llegar pronto."

Kapmen cerró la boca, pero se quedó pensativo, como si tuviera más cosas que decir.  ¿Qué pasa?

Después de que le observé un momento, pregunté,

"¿Gran Duque? ¿Hay algo más que quiera decirme?"

"No."

Luego se despidió secamente y se marchó a toda prisa. Me quedé un rato mirando su espalda sin comprender antes de seguir mi camino.

***

Heinley seguía desaparecido. Pasaron los días, pero no recibimos ningún contacto suyo. Todos los días me despertaba hecha un manojo de nervios. Heinley, ¿dónde diablos estás?

Los bebés también parecían echar de menos a su padre. Aún más cuando se convertían en pájaros. Al principio, lloraban por salir del nido. Pero últimamente pasaban el tiempo como pájaros abrazándose y gimiendo. Estaba segura de que añoraban su calidez.

Yo también lo extrañaba. Sus manos, sus ojos, su cabello y su alegre voz. Lo echaba de menos todo. Por primera vez en mi vida, el miedo a que la persona a la que amaba estuviera en peligro me consumía.

Lo peor era no saber si estaba vivo o muerto. Hasta ahora, el mayor miedo al que me había enfrentado fue cuando perdí mi puesto de emperatriz. Siempre había pensado que pasaría toda mi vida como emperatriz, así que perder eso fue como perder mi propia vida. Como si mi propia existencia estuviera siendo negada.

Pero en ese momento, Heinley estaba conmigo. Me abrazó y me dio fuerzas para enfrentarme a mi miedo. Me ayudó.

Ahora, Heinley había desaparecido. Yo seguía siendo emperatriz, por supuesto, pero el miedo que sentía de perderle me recordaba cómo me había sentido en ese entonces. Sólo que ahora me daba cuenta de que podía sentir el mismo miedo por otras cosas.

Y ahora estaba sola. No había nadie cerca que me ayudara a mantener la calma. Mis padres me habrían ayudado, pero no podía divulgar los detalles. Los subordinados de Heinley sabían lo que pasaba, pero era gente a la que yo debía dirigir, no pedir ayuda.

Así que no tenía más remedio que soportarlo sola. Necesitaba salir del molde de emperatriz.

La protección del pueblo, la paz del país, la prosperidad y el bienestar, la ayuda a quienes lo necesitaban, los asuntos internos y las relaciones con los nobles, todo eso era importante. Me habían educado para manejarlo. Pero necesitaba alejarme de todo por un momento y aclarar mis pensamientos.

¿Cómo podía rescatar a Heinley? ¿Cómo podía llevar a este país a buen puerto, después de haber sido golpeado por el tifón de su ausencia?

'No puedo bajar los brazos; hay demasiado que hacer.'

***