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viernes, 9 de junio de 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 129

Capítulo 129. Retribución (2)

Los dedos de Raphael frotaron lentamente la entrepierna de Annette, que tenía agua de miel. Los sonidos húmedos sonaron aún más fuertes, quizá debido a que su visión estaba bloqueada por la venda. Las caderas de Annette temblaban mientras las puntas de sus dedos recorrían de forma intermitente su sensible cl!t0ris. Entonces, de repente los dedos de Raphael pen3traron en su interior.

"¡Ahh!"

"¿Por qué está tan estrecho? Los he introducido muchas veces."

Sus dedos, que se introdujeron en su agujero, recorrieron sus paredes internas. Pronto encontraron hábilmente el punto débil de Annette y lo comenzaron a frotar tenazmente. Cada vez que estimulaba ese punto, sus calientes entrañas se sacudían. Cuando sintió un frenético apretón de su interior, Raphael finalmente expresó.

"Se vuelve un poco salvaje. Tranquila, te la meteré ahora."

Sin embargo, fue difícil introducir su virilidad porque su gl@nde estaba hinchado al máximo. Raphael, que chasqueó la lengua, lo introdujo poco a poco. Annette retorcía su cuerpo como si tuviera escalofríos a medida que su gl@nde llenaba su interior. Entonces, Raphael la abrazó con más fuerza. Cuando llegó hasta el fondo, él dejó escapar un largo suspiro.

"¿Lo sientes? Me estás apretando tanto que parece que te lo comerás."

Raphael movió sus caderas, pen3trando hasta lo más profundo de ella. Ella temía que su enorme virilidad fuera a desgarrarla. Ella se sentía tan adolorida que ni siquiera tenía fuerzas para gritar. Sus lenguas se entrelazaron en el frenesí.

"...¡¡Argh!!"

Cada vez que Raphael la embestía bruscamente, su cuerpo era empujado hacia arriba. Por lo que la agarró por la cintura como si no permitiera que ella se alejara en absoluto. Cada vez que su dura virilidad perforaba su interior, una luz brillaba ante sus ojos.

"¡Ahhh! ¡¡¡Llega demasiado profundo!!!"

Annette negó con la cabeza mientras empujaba su pecho con las manos atadas. Su virilidad era tan grande que parecía que estiraba sus paredes interiores. Sus ojos se volvían blancos porque sus movimientos frotaban sus zonas sensibles.

Ella acabó teniendo un leve org@smo mientras él empujaba sus brazos atados sobre la sábana. Su cuerpo se estremecía cada vez que la parte de su cuerpo arriba de su virilidad, le presionaba el cl!t0ris mientras la pen3traba.

"¡Hmm, ahh...!"

Raphael sujetó su cuerpo con fuerza mientras ella se estremecía porque llegaba al cl!m@x. Luego pen3tró aún más rápido entre las piernas tensas. En su estado sensible, el placer excesivo se extendía en su cuerpo como un veneno. Annette sollozó mientras su mente se quedaba en blanco.

"...¡Espera!"

"Tus labios inferiores dicen otra cosa. Las sirvientas se sorprenderán cuando cambien las sábanas mañana. Las has mojado mucho."

Raphael tendía a volverse más intenso cuando ella le pedía que se detuviera un momento. Mordiendo suavemente su oreja, le susurró palabras vergonzosas mientras la colocaba sobre su cuerpo. Ahora ella estaba tambaleándose encima de él. Sus s3n0s pálidos que se balanceaban de arriba a abajo se veían hermosos. Raphael se rió en voz alta mientras extendía las manos para agarrar sus s3n0s.

"Pero mírate, estás moviendo las caderas. Pareces una yegua en celo."

"Mentira... ¡Aaah!"

Raphael, que la pen3traba desde abajo, llevó una mano entre sus piernas. Separó sus piernas, que estaban sobre su grueso cuerpo, para llegar al centro. Pudo encontrar sin esfuerzo su cl!t0ris, que sobresalía justo por encima de su unión. Cuando le apretó ligeramente el cl!t0ris, ella echó la cabeza hacia atrás.

"¡Dios mío!... Por favor, sácala"

Se esforzó por apartar el brazo de Raphael con sus manos atadas. Pero cuando él volvió a pen3trarla, no pudo resistirse. Sus paredes interiores se tensaron mucho mientras él seguía frotando su cl!t0ris.

Ahora parecía que ella se venía con cada pen3tración. Un líquido claro salía entre sus piernas que se abrían cada vez más. Ahora sollozaba sin poder respirar bien. Sintió que sus oídos se derretían al escuchar sus ásperos gemidos.

Raphael, que agarró su cuerpo susceptible, embistió más rápido. Su interior se calentaba más con cada roce. Si seguía así, su mente colapsaría por completo. Su virilidad se metía a través de sus tensas paredes interiores. Pasó mucho tiempo antes de que la cosa que había estado firmemente arraigada en su interior expulsara un líquido caliente.

"Ahh..."

Finalmente le quitó la venda. Besó su desastrosa cara. Ella lloraba patéticamente mientras empapada ahí abajo, pero también era cierto que le parecía exc!tante. Lamiendo sus ojos rojos, la respiración de Raphael se fue acelerando.

"Shh, no llores. Lo meteré una vez más."

"No..."

Ella se arrastró sobre la cama sollozando, había llegado al límite de sus fuerzas. Tenía miedo de que si esto seguía, realmente moriría.  Pero lo único que Raphael soltó fue la venda de sus ojos, había un límite de lo que podía arrastrarse con las manos atadas.

Raphael tiró de una de las piernas de Annette. Luego, agarrando su tr@sero tembloroso, volvió a pen3trarla profundamente. Le pareció divertido que ella todavía estuviera temblando.

Después de lamer su sudorosa espalda, Raphael comenzó a moverse sobre ella como un perro. Ese día, Annette no pudo salir de la cama hasta después del anochecer.