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lunes, 5 de junio de 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 127

Capítulo 127. Noche Fuera de Casa

Railin, que apareció por detrás sin hacer ningún ruido, golpeó con su puño a Ben dejándolo fuera de combate. Fue un golpe limpio. La radiante belleza, que parecía estar alejada de la violencia, mostró inesperadamente unos movimientos físicos sorprendentes. Annette perdió la oportunidad de hablar con Ben, a quien no había visto en mucho tiempo.

Él agitó ligeramente un par de veces su mano rígida, sonriendo tan inocente como una flor. La elogió mientras veía su rostro descubierto.

"Gracias a tu cuidadosa actuación, pudimos atrapar fácilmente a la rata. También he descubierto que tienes talento para vender dr0g@s."

A Annette no le gustó demasiado el elogio. ¿Se supone que se debería alegrar por tener talento para vender dr0g@s siendo una mujer de la nobleza?

Ella se quedó mirando de Ben March, que había caído a sus pies, perdida en sus pensamientos. Se alegró de haberle atrapado, pero aún quedaba mucho por hacer. Annette dejó escapar un suspiró, luego declaró.

"Buen trabajo, Railin. Ahora ayúdame a moverlo."
 
***

Después de interrogar a Ben March durante la noche, Annette se dirigió a su mansión. El sol de la mañana que salía sobre las montañas estaba especialmente deslumbrante. Se sentía renovada, quizás porque ahora lo sabía todo. La vida se vuelve realmente interesante cuanto más se sabe.

En teoría Annette se había quedado anoche en la residencia de Celestine. Raphael no parecía contento con esta extraña amistad, pero no podía hacer nada al respecto. No podía elegir las amistades de su pareja. Debido a esto, ella pudo regresar a casa sin problemas con una coartada perfecta.

"He regresado, querido."

"Al fin estás aquí."

Apenas entró en la mansión, se encontró a Raphael. Era extraño que él estuviera despierto a esta hora. Ella se sorprendió aún más porque lo encontró deambulando por el vestíbulo.

¿Por qué se ha levantado tan temprano? ¿Tampoco durmió bien anoche?

Si se había quedado despierto toda la noche, ella podría entender por qué estaba despierto ahora. Ella se entristeció al pensar que la caja de música que le regaló no funcionaba. Miró la cara de Raphael, a la que se había acercado de forma inconsciente, pero no estaba particularmente pálida o tenía ojeras en los ojos. No era diferente a lo habitual.

Annette tenía sospechas. La mirada de Raphael estaba llena de una vitalidad irreconocible. Sus ojos azul oscuro brillaban de forma intensa. Estaba tan emocionado como un perro que ha estado esperando el regreso de su dueño. Por supuesto, ella no creía que el Raphael que conocía hiciera eso.

"¿Te divertiste ayer? ¿Qué hiciste?"

Raphael preguntó secamente, evitando la mirada de Annette. Ella sonrió torpemente. No podía responder que había secuestrado a su tío para interrogarlo. Raphael pensó que había tenido una pijamada en la residencia de Celestine la noche anterior.

Ella, que se había ido a una fiesta de tortura en lugar de una pijamada, contestó evitando mirarlo directamente con un discreto movimiento natural. 

"Hablamos de muchas cosas. Fue una charla sobre cómo nos conocimos en el palacio real, nuestras primeras impresiones y sobre las personas en común que conocemos."

"Ya veo."

Raphael se mantenía alejado de los círculos sociales. No solía interactuar mucho con otras personas. Pensó que quizás podría ser más como ella. Tras la breve conversación, un silencio un tanto incómodo se produjo entre ellos.

"......"

Él agonizó para romper este silencio de alguna manera. Ella lo miró a través de sus largas pestañas. Y le hice una pregunta muy aleatoria que no se ajustaba a esta situación.

"Raphael, ¿Qué piensas de Su Majestad Selgratis?

"¿Por qué preguntas eso de repente?"

"Ayer vi que Celestine era muy unida a su familia. Eso me hizo pensar en ti. Sé que Su Majestad es tu padre. Así que me gustaría saber qué piensa de él. Si no quieres responderme, no tienes que decírmelo."

Como Annette había sido rechazada por Raphael muchas veces, tenía una actitud que rozaba la resignación. No esperaba que contestara su pregunta. Ella lo miró en silencio. Un ceño fruncido de insatisfacción apareció entre las hermosas cejas de Raphael.

Raphael no estaba acostumbrado a este tipo de conversaciones en las que debía expresar sus sentimientos. Si hubiera sido antes, la habría rechazado fríamente, diciendo que no era problema de ella. Pero ahora no podía hacerlo. Su amor estaba comenzando. Se había dado cuenta de que ese sentimiento desconocido que había estado creciendo en su pecho todo el tiempo era amor. Todo fue culpa de la perjudicial Claire.