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martes, 28 de marzo de 2023

marzo 28, 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 79

Capítulo 79. Fragancia (1)

Railin bajó de un salto sin dudarlo. Aterrizó suavemente en el balcón sin ocasionar ningún ruido. Una sombra se cierne sobre el rostro de Annette mientras Railin se acercaba a la mecedora. Pero Annette no sintió ningún peligro, estaba profundamente dormida. Su llamativo cabello rubio caía sobre sus mejillas.

'Hermoso cabello'.

Railin le colocó su cabello rubio detrás de la oreja. Entonces la dormida Annette giró la cabeza emitiendo un quejido. Railin esperaba que se despertara, pero eso fue todo. Parecía que estaba en un sueño profundo porque Annette se movía ocasionalmente.

"Oh. No podré hacer mi trabajo en está situación."

Sonrió con amargura. Había dos razones por las cuales la estaba visitando hoy. Traía la información que Annette le había pedido la última vez, sobre el plan para la migración ilegal a Osland. Además, quería venderle información sobre un visitante inesperado.

Aunque en ocasiones aparecía sin avisar, siempre había una razón para ello. Era un hombre muy ocupado. Sin embargo, esta vez parecía haber elegido el momento equivocado. No podía despertar a Annette cuando dormía plácidamente.

La última vez mostró su cara llorosa, ahora mostraba su cara durmiente. Una extraña mujer que era lo suficientemente audaz como para infiltrarse en un templo, pero lo suficientemente tímida como para asustarse al verlo vestido como una estatua esculpida. Cuando recordó el rostro sorprendido de Annette lleno de lágrimas, una sonrisa apareció en su boca..

'No me canso de mirarlo'.

Railin ladeó la cabeza mientras miraba su cara. Annette parecía una muñeca de cerámica, con sus largas pestañas y sus mejillas enrojecidas. Incluso su respiración era tan suave que resultaba casi imposible escucharla.

Extendió su mano para comprobar si realmente estaba viva. De repente el libro que Annette estaba leyendo se cayó al suelo. Railin recogió el libro con curiosidad. Se preguntó qué libro estaría leyendo la refinada Annette. Sus ojos se agrandaron al mirar el título.

-Métodos interrogatorios para hacer confesar a criminales mentirosos.

Incluso debajo había un subtítulo horripilante en letra pequeña que decía, 'incluye métodos de tortura sencillos pero eficaces'. Railin alternó con incredulidad su mirada entre el malvado libro y el rostro tranquilo de Annette. Pronto, una risa escapó de su boca.

"Jajaja."

Era una mujer muy divertida. Afortunadamente, ella planeaba irse a Osland para dejar a su esposo. Estaba seguro de que tendría una oportunidad con el tiempo. Una rara sonrisa apareció en el apuesto rostro de Railin.

***

Annette se despertó abruptamente. Parecía haberse quedado dormido mientras leía un libro sentada en una mecedora del balcón. Recientemente, Annette estaba bastante preocupada por su encuentro con Celestine en el templo. 

No estaba segura de que sus palabras fueran ciertas. Pero en caso de que ninguna de las dos fuera la culpable… Entonces, ¿Quién podría haberlo planeado?

Sus pensamientos se volvieron complejos porque los libros que leía fueron cada vez más viciosos. Si se encontrara con el cochero Ivan, mejor dicho Ben March… ella realmente tenía que interrogarlo. Quería averiguar quién estaba detrás de esto.

De todos modos, ahora no podía encontrar una respuesta, aunque se preocupara por ello. Afuera había oscurecido. El viento que soplaba desde el jardín era bastante frío. A este ritmo podría resfriarse. Cuando se fue a levantar de la silla mecedora, un abrigo que cubría su cuerpo cayó al piso. Los ojos de Annette se agrandaron ligeramente al recogerla.

'¿Un abrigo de hombre?'.

Al principio pensó que Raphael se la había puesto encima antes de irse. Pero el abrigo era demasiado llamativo para que fuera de Raphael. El abrigo de color vino oscuro tenía bordes dorados que brillaban en la oscuridad. Raphael nunca llevaría un abrigo así.

Annette ladeó la cabeza al percibir la fragancia del abrigo. Olía extrañamente sensual. Finalmente reconoció al dueño del abrigo. Sus ojos somnolientos se entrecerraron.

"Railin, ¿Estás aquí?"
marzo 28, 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 78

Capítulo 78. Emoción Desconocida (3)

¿Un invitado? No es posible. Raphael frunció el ceño ante la broma de Harold. Parecía que el viejo estaba diciendo tonterías por su senilidad.

A Raphael le disgustaba la gente porque desconfiaba de ella. Harold era prácticamente la única persona con la que se relacionaba Raphael. Nunca habría invitado a nadie a su espacio personal llamado hogar. Pero Harold permaneció relajado ante su mirada incrédula.

"Mi red de información me notifica sobre los movimientos de personas importantes en el Imperio Chapelle. Alguien viene a Deltium por razones personales, como unas vacaciones."

"¿Qué pasa con eso?"

La reacción de Raphael fue escalofriante. No debería importarle que alguien viniera del Imperio Chapelle. Los asuntos estatales eran responsabilidad del Rey Selgratis. Raphael solo debía entrenar en el manejo de la espada para convertirse en un Maestro de Espadas. Justo como el Rey Selgratis quería. Raphael se dio la vuelta creyendo que Harold le estaba diciendo algo innecesario.

"Tsk. Parece que no te interesa tu esposa."

Raphael se detuvo al escuchar el chasquido de lengua detrás de él. No entendía porque mencionaba en esto a Annette de nuevo. Raphael giró la cabeza lentamente. Miró a Harold disgustado. Entonces Harold habló con una sonrisa.

'Se pone malhumorado cada vez que involucro a su esposa'.

Incluso si no fuera amor, albergaba un sentimiento profundo hacia ella. Fue sorprendente. Aunque ahora era un adulto, Raphael seguía pareciéndose un poco a un erizo. Estaba tan preocupado con protegerse con sus espinas que no se daba cuenta de nada más.

"Presta más atención a la familia de tu esposa a partir de ahora. Podrás estar un paso por delante. Piensa en ello. ¿Quién está en el Imperio Chapelle?"

Las cejas de Raphael se levantaron levemente cuando finalmente comprendió las palabras de Harold. Annette no era hija única. Su hermano era un genio como para pertenecer a un simple Reino. Por lo que había ido a estudiar en el extrajenro a un gran Imperio, donde finalmente consiguió un puesto de trabajo.

Era un caso inédito que un lugar tan grande como el Imperio Chapelle permitiera que alguien de otro país ocupara un puesto de trabajo importante. Fue el hermano de Annette quien lo logró. En resumen, Arjen Bavaria tenía una vida exitosa. Esto servía para que Allamand continuará presumiendo de la superioridad de su linaje.

Raphael apretó los dientes mientras se imaginaba la cara del arrogante Allamand. Si Arjen se parecía a Allamand, no quería ni verlo. Aunque fuera el único hermano de Annette.

'Ni siquiera se apareció en la boda, ¿Por qué nos visitará ahora?'

Estaba molesto en su interior. El genio estuvo demasiado ocupado incluso para asistir a la boda de su única hermana. No tenía sentido que los visitara ahora.

La información de Harold nunca se equivocaba, así que pronto llegaría el momento de conocer a Arjen Bavaria. Raphael se sintió incómodo con solo pensarlo. No se habría sentido de esa manera si al menos hubiera visto la cara de Arjen en la boda.

Arjen Bavaria era una figura poco reconocida en Deltium a pesar de su impresionante trayectoria. Se debía a que después de estudiar en la Academia del Imperio Chapelle, se convirtió en un funcionario al graduarse. Por lo tanto, aunque los nobles de Deltium lo elogiaban como un gran hombre, no sabían mucho sobre la personalidad de Arjen. Por supuesto, Raphael tampoco sabía nada.

Un raro genio hijo del arrogante Allamand. Y el hermano de su esposa. Raphael sentía aversión por estas condicionantes. No entendía por qué había tantos dolores de cabeza en el mundo. Sería maravilloso si pudiera vivir con Annette y olvidarse de todo lo demás.

Raphael se sobresaltó por sus pensamientos inconscientes. Mejor regresaba ahora a casa.

***

Railin balanceaba sus piernas tranquilamente sentado en la rama de un árbol. Por lo general, le gustaban los colores vivos como los de la puesta de sol que estaba observando. Era un secreto que su extravagante cabello vino tinto no era natural.

Pero tal vez debido a que estaba envejeciendo, hoy en día prefería los colores profundos a los colores vivos que lastimaban sus ojos. Como el color del cabello de la mujer sentada en el balcón de abajo.

Railin miraba a Annette que estaba durmiendo sentada en la mecedora. Su cabello rubio reflejaba la puesta del sol. Tal vez por eso de repente sentía el impulso de tocar su cabello.

lunes, 27 de marzo de 2023

marzo 27, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 468

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 468. Fuiste Tú (1)



El Duque Elgy continuó la historia hasta que su madre se durmió. No se levantó hasta pasadas cinco horas. Antes de abandonar la pequeña casa, la arropó y le dio un beso en la frente.

Volvió a pasar por el estrecho sendero cubierto de maleza, atravesó el jardín trasero, entró en el edificio principal y, finalmente, subió las escaleras hasta su habitación. Nada más abrir la puerta, descubrió a su padre esperando, rígido como un muñeco de piedra. 

El Duque suspiró, irritado. 

"¿Qué haces en mi habitación?"

"Ten en cuenta que esta habitación formaba parte de esta casa antes de ser tuya."

El Duque Elgy enarcó las cejas. No se quedaba aquí porque le faltara dinero, lo cual su padre sabía. No tenía sentido decir tal cosa. Mientras el Duque Elgy pensaba en su padre, que no le caía nada bien, levantó la gran bolsa que le había traído el mayordomo. La colocó sobre la cama. 

"¿Otra vez vas por ahí causando problemas? ¿No sabes que cada vez que oigo algo nuevo sobre ti, me siento tan avergonzado que es insoportable?"

Su padre le fulminó con la mirada. 

"¿Cómo podría no hacerlo?"

"¿No te importa?" 

"¿Es peor que te avergüence sin darme cuenta, o que te avergüence a propósito? ¿Pensabas que estaba haciendo lo primero, padre? ¿O eso es lo que querías creer?"

Su padre se quedó boquiabierto. 

Elgy se desabrochó el chaleco y lo tiró sobre la cama. Pero sus dedos dejaron de desabrocharse la camisa cuando oyó las siguientes palabras del Gran Duque Claude. 

"Su Majestad te ha convocado."

Elgy bajó las manos. 

"El Emperador del Imperio Oriental envió un emisario. Está increíblemente enfadado. Esta vez has cruzado una línea que no deberías. La Familia Imperial del Imperio Oriental está en un nivel diferente de las familias con las que te has metido hasta ahora."

Elgy se dirigió a la puerta sin contestar. Si su padre no se marchaba, lo haría él. 

Justo antes de que se cerrara la puerta, el Gran Duque habló en un tono alto, con voz fría e impotente.

"¿Cuánto tardarás en perdonar a Alessia? Arriesgó su vida para salvarte, lo sabes. Tú más que nadie no deberías actuar así."

En vez de dar una respuesta, el Duque Elgy cerró la puerta de un portazo. 

***

La puerta de la oficina se abrió. McKenna entró. Al ver su expresión vacía y desalmada, Heinley preguntó,

"¿Por qué luces tan miserable?"

McKenna suspiró e inclinó la cabeza. 

"Estaba pensando que ojalá fuera un pájaro azul menos encantador." 

"Humph. Así que quieres hablar tonterías, ¿no?"

"Es inevitable que sientas celos de mí. Un gran ser se ha fijado en mí... como el adorable pájaro azul que soy. Pero no quiero eso, ojalá mis plumas azules estuvieran un poco más desteñidas."

Heinley lo miró como si hubiera perdido la cabeza. Durante un rato, McKenna continuó, absorto en sus hermosas plumas y su elegante cola. 

Eventualmente, preguntó a Heinley,

 "¿Qué está haciendo ahora, Su Majestad?" 

Heinley estaba apoyado en el escritorio, anotando algo. Si estuviera trabajando, se habría sentado correctamente. Sin embargo, garabateaba con una pluma, sonriendo.

 "Es una carta de amor."

"Oh... ¿Por qué no la escribes en algún sitio donde no pueda verte?"

"¿Por qué no cierras los ojos?"

No tardó en terminar la carta con una mirada de satisfacción. McKenna se estremeció, pero no pudo contener su curiosidad.

"¿Se la enviarás a la Emperatriz Navier? ¿Qué dice?" 

"Ya que debo marcharme otra vez, por culpa de las piedras de maná, esconderé una carta que le traerá viejos recuerdos. Espero que se sorprenda cuando la encuentre."

Llamarlo carta podría ser una exageración, era más bien una nota corta.

'No es en absoluto porque me moleste que el Emperador Sovieshu le haya enviado una carta.'

Una vez terminada la carta, la dobló cuatro veces y besó cuidadosamente la parte superior. Se la guardó en el bolsillo y luego fue a buscar a Navier. Mientras se abrazaban, sacó la carta y se la metió en el bolsillo. 

***

"¿Por qué me abrazas de repente?" 

Heinley me dijo con ternura que era porque me echaba de menos. Después de darme una sucesión de besos en la mejilla, se marchó. ¿Es porque se va otra vez a recuperar más piedras de maná? 

El lugar donde me había besado comenzó a sentirse cálido. Acaricié la piel donde su mano me había tocado mientras me preguntaba si el bebé que llevaba en mi vientre lo había visto.

"Cuando mami y papi se besan, tienes que cerrar los ojos."

Para cuando acabé mi trabajo, eran las cinco de la tarde. Como pensaba cenar con mi familia, me puse ropa cómoda. La cena de esta noche era una despedida para mi padre. Llevaba demasiado tiempo fuera de la mansión y de nuestro territorio. Hizo planes para regresar al Imperio Oriental mañana. Si quería estar aquí antes de que naciera el bebé dentro de pocos meses, tenía que volver a casa ahora.

Pero justo después de cambiarme de ropa, volví a ponerme la capa que había llevado antes. En ese momento, Mastas vino corriendo hacia mí con la cara enrojecida.

"Su Majestad, tengo... tengo un favor que pedirle."

Me pregunté qué podría ser. Dudó un momento. Al final, me entregó una pequeña nota. 

"¿Qué es?" 

Las orejas de Mastas se pusieron rojas.

"¿Podrías darle esto a Lord Koshar? ¿Por favor?" 

¿A mi hermano? 

"¿Esto es una confesión?" 

Exclamó Laura, cubriéndose la cara con una mano y golpeando la espalda de Mastas con la otra.

"¡N-No!"

Luego me suplicó,

"¿Estaría bien...?"

"Por supuesto."

Tenía curiosidad por saber qué decía la nota, pero en vez de preguntar, me la guardé en el bolsillo. Pero de camino a la cena, mi curiosidad era casi insoportable. ¿Qué decía? Ya había sospechado un par de veces que a Mastas le gustaba Koshar. ¿Era cierto después de todo?

Mastas era una joven buena y fuerte además de un verdadero caballero. No me importaría que mi hermano terminara con ella. Pero... la Princesa Charlotte ya había propuesto oficialmente matrimonio. Koshar lo estaba considerando seriamente. Si le gustaba a Mastas, ¿no saldría herido al menos uno de los tres? 

En medio de mis preocupaciones, me encontré a Koshar solo en la entrada del comedor. 

"¿Qué haces aquí?"

"Quería que entráramos juntos."

Respondió con una sonrisa y me acercó su brazo. Al tomarlo, pensé que ahora sería el mejor momento para darle la carta. Dársela delante de papá y mamá podría parecer extraño.

 "Espera." 

"¿Qué pasa?" 

Saqué la nota del bolsillo y se la extendí.

"La Señorita Mastas quería que te diera esto."

"¿No es tu dama de compañía?" 

"Mhm."

Supuse que querría leerla enseguida, así que me excusé y entré sola en el comedor. 

***

Mientras Koshar miraba la carta rosa claro, se rió confundido. Mastas era la dama de compañía que lo trataba como al ser más delicado del mundo. De vez en cuando se paseaba con una lanza a la espalda mientras llevaba un vestido... 

'¿Qué clase de carta ha escrito? ¿Algo sobre la bebida de leche mezclada con miel que mencionó la última vez?'

Inconscientemente, Koshar desdobló la nota.

— ¿Recuerdas la primera vez que me diste una palmada en el trasero? Desde ese día quedé enamorado de ti.


Koshar jadeó y dejó caer la carta, conmocionado.

sábado, 25 de marzo de 2023

marzo 25, 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 77

Capítulo 77. Emoción Desconocida (2)

Pero ahora tenía que amar a alguien. Desde la perspectiva de Raphael era suicidio poner su corazón en la mano de otro. Además, un hombre tan orgulloso como él que tenía cosas que ocultar, no podía permitirse ningún descuido por amor. Raphael prefería degollarse antes que se expusiera información vergonzosa de él.

'Incluso es mejor dejarla ir'.

Raphael recordó el anillo del gremio Secreto que Annette tenía escondido. No estaba claro qué servicios del gremio utilizaba ella, pero sus instintos bestiales tenían un presentimiento. Los agudos ojos de Raphael mostraron una intensa preocupación.

Harold se encogió de hombros mientras lo miraba sentado frente a él. Cualquiera podría decir que realmente estaba enamorado. Pero su amor pertenecía a una categoría un poco peligrosa. Harold recordó el rostro de la elegante e inteligente Annette. No podía creer que una de las pocas chicas buenas que existían, hubiera caído en las garras de un tipo como él. Obviamente ella sufriría durante su relación.

Así que Harold decidió hacer algo por la pobre chica. Harold comenzó a animar disimuladamente a Raphael con una sonrisa socarrona en la boca.

"Tsk. Cielos. El amor y los celos son como un punzón en un bolsillo. Nadie puede ocultarlo por mucho que lo intente. Pero si no lo sabes… en mi opinión… me temo que tal vez…"

"¿Tal vez qué?"

Harold hizo una pausa con astucia. Entonces Raphael preguntó molesto con el ceño fruncido. Harold se acarició lentamente la barba en lugar de responder. La mirada de Raphael se agudizó. Fue justo antes de que su ira explotara que Harold habló.

"¡Simple! No puedes sentir un sentimiento como el amor sin darte cuenta. No la amas."

"¡Qué...!"

El furioso Raphael abrió la boca para refutar. Pero no tenía nada que decir. En primer lugar, ni siquiera tenía sentido que se molestara por esto. Era un hombre que no caía en juegos emocionales como el amor. No debería haberse sentido mal. Pero extrañamente sus palabras fueron desagradables.

Pero las palabras de Harold no terminaron en ese punto. Después de tomarse un trago de licor, se llevó un cigarrillo a la boca. Finalmente continuó hablando seriamente.

"No debería importar si no hay amor. De todos modos, así es como funciona el matrimonio entre miembros de la nobleza. Conozco a más de diez parejas que solo cumplen su papel dentro del matrimonio. Tú también puedes vivir de ese modo. Puedes jugar con las mujeres que te gusten. Y cuando te aburras de ellas regresas a casa. ¿No es conveniente?"

Harold sonrió mientras exhalaba una bocanada de humo. Luego se llevó la mano a la frente como si hubiera olvidado algo. Añadió descaradamente.

"Oh, por supuesto que tu esposa puede hacer lo mismo. ¿Por qué ella desperdiciaría la inocencia de su juventud con un esposo que no la ama? Pero no debes preocuparte por ello, porque es solo cuestión de tiempo. Si sigues comportándote de esta manera, ella encontrará un nuevo hombre por su cuenta. Y luego regresará cuando esté cansada de estar con él. Ella ya no será un problema para ti."

Raphael maldijo en su interior. Sólo imaginar el hermoso cuerpo que sólo él conocía, siendo sostenido por otro hombre mientras ella jadeaba, hacía que su sangre hirviera. Si algo como eso sucediera, quemaría el cuerpo del otro hombre después de desmembrarlo. No se olvidaría de pisotear sus cenizas.

Peor aún fue el hecho de que ahora mismo le vinieran a la mente al menos tres rostros de hombres que querían acostarse con Annette.

'Quiero matar a cada uno de ellos'.

La crueldad que se apoderó de él durante el campo de batalla, irrumpió en el torrente sanguíneo de Raphael. Apretó los dientes de forma salvaje como un animal que intenta proteger a su hembra. No entendía estos sentimientos, tampoco lo que estaba sucediendo. Su corazón estaba hirviendo. Sentía que se estaba volviendo loco.

Raphael se bebió de golpe el licor en su vaso, luego lo tiró bruscamente. Se levantó del sofá agarrando su abrigo. Pensó que como ahora que estaba fuera de casa, otro hombre podría estar visitando a Annette.

A pesar de estar borracho, Raphael estaba más lúcido que antes.

"Me voy, viejo."

"Oh, casi se me olvidó decírtelo. Veamos... ¿Qué iba a decir? Cuando uno envejece suceden estas cosas. Dame un momento para recordarlo."

Harold se puso más cómodo en el sofá. A Raphael no le agradaba la forma sugerente de hablar de Harold. Pero cuando hablaba de esta manera, no podía ignorarlo. Seguramente se trataba de información importante.

Esperó a que Harold abriera la boca. Harold, que sonreía extrañamente mientras lo miraba, le dio un consejo como si estuviera siendo generoso.

"Pronto tendrás un invitado, así que limpia bien la casa. ¿Lo sabes por casualidad? Si tratas con hospitalidad a tus invitados, puede que tu esposa esté contenta."

"¿Qué?"
marzo 25, 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 76

 Capítulo 76. Emoción Desconocida (1)

Annette miró a Raphael con sus ojos nublados. Si Raphael se escuchara a sí mismo, se daría cuenta que era él quien realmente se odiaba a sí mismo. 

A ella no le gustaba la forma en que se estaba desarrollando la situación. Raphael mordía su cuello mientras la tocaba bruscamente con sus manos. Ella extendió sus brazos para abrazarlo. Ella pensó que esto sería más eficaz para que se detuviera, en lugar de empujar a Raphael. La suposición de Annette no estaba equivocada. La punta de los dedos de Raphael, que estaban a punto de desnudarla, se congelaron de inmediato.

"...¿Por qué haces esto?

Raphael frunció el ceño. Intentó retroceder como si se sintiera incómodo en un abrazo cercano con Annette. Pero ella rodeaba con todas sus fuerzas la parte superior de su cuerpo. Entonces le preguntó a Raphael con una voz melancólica.

"¿De verdad crees que te odio?"

Los ojos de Raphael observaron en silencio a Annette. Sus labios enrojecidos por el beso, sus hombros blancos expuestos por el camisón desarreglado, e incluso sus ojos húmedos. Se sintió mal porque la hizo sentir incómoda de alguna manera.

Una Lágrima se deslizó lentamente sobre su pequeño rostro de Annette. La lágrima que se derramó de su suave barbilla, aterrizó sobre el corazón de Raphael, provocando una gran ondulación. Raphael movió su mano hacía su mejilla. Quería secar su rostro de inmediato.

La triste Annette murmuró justo entonces.

"Tú fuiste él que lo dijo."

"...¿Qué?

Raphael se puso rígido cuando tardíamente entendió las palabras de Annette. No podía responder nada porque sentía como si estuviera siendo estrangulado. Ahora que lo pensaba, había dicho varias veces que la odiaba. El corazón de Raphael se encogió nuevamente al darse cuenta que estaba en la misma situación.

Pero ya había herido profundamente a Annette. Estaba agotada de calmar el estado de ánimo malhumorado de Raphael. Le había dicho descaradamente 'te odio', pero ahora le reprochaba por algo del pasado. Estaba frustrada, triste y, sobre todo, desdichada.

Annette, que levantó la mirada, rodeó el cuello de Raphael con sus brazos. Pensaba que algún día tendrían una conversación sobre ello. En el momento en que fuera sincera sobre sus sentimientos, su relación con Raphael terminaría. Pero no lo creía necesario ahora. Ella habló con voz cansada, mirando sus fríos ojos azules. Se sentía tan miserable como una flor a punto de marchitarse.

"Te dije que no te odio. Eso es lo que siempre he dicho. Eres mi esposo... así que eres lo único que tengo... ¿Por qué sigues hablando de esa manera?"

Las palabras de Annette fueron muy directas. El rostro de Raphael se calentó de repente, cuando comprendió el significado de esas palabras. Se dio la vuelta como costumbre para ocultar su rostro sonrojado. Las palabras de Annette sonaron como una confesión de amor, así que su corazón se aceleró. No podía creerlo.

Annette suspiró apoyando su frente en el duro hombro de Raphael.

"¿Y tú? ¿Te gusto al menos un poco?"

Raphael no pudo responder a la pregunta. Annette sonrió fríamente mientras levantaba su frente de su hombro. Sus labios murmuraron con desgana.

"Me lo imaginaba."
 
***

"¿Por eso te escapaste? Tonto."

Harold se rió histéricamente después de vaciar su vaso. Raphael lo miró furioso, pero no sorprendentemente no dijo nada. En realidad no tenía nada que decir aunque tuviera diez bocas. Raphael se tragó de golpe el licor en su vaso. Si pudiera matarse metiendo la nariz en el vaso, lo habría hecho con gusto.

¿Te gusto al menos un poco?

Las palabras de Annette seguían resonando en su oído. Pudo percibir la tristeza en su voz. Raphael se revolvió el cabello negro con enojo. Ni siquiera le preguntó si la amaba, sólo le preguntó si le gustaba. Pero tampoco fue capaz de responder eso.

"¿La amas?"

Preguntó Harold recostándose en el sofá. Raphael vació otro vaso de licor en lugar de responder. Su esófago ardió por el exceso de alcohol, pero tal vez por eso comenzó la difícil conversación. Raphael se limpió los labios húmedos con el dorso de la mano antes de hablar.

"No lo sé."

"¿No lo sabes?"

"No puedo saber algo que nunca he sentido."

Raphael nunca había amado a nadie. Ni a algún familiar, ni a alguna mujer. Nunca había amado a otra persona en su vida. El mundo que conocía era un lugar cruel e implacable. Así que primero mató desesperadamente sus debilidades, luego canalizó su rabia en la espada. Finalmente pudo obtener riqueza y poder para situarse por encima de los demás.

viernes, 24 de marzo de 2023

marzo 24, 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 75

Capítulo 75. Perjudicial Consolación (2)

No podía recordar exactamente lo qué había dicho. Eso ocurrió hace varios años, sobre todo si se incluía el tiempo de la regresión. Sin embargo, probablemente lo consoló diciendo palabras similares a las que mencionó Raphael. Por ejemplo, que ella no quería casarse con Raphael, ni con nadie más que no fuera Ludwing.

El consuelo de Annette fue tan efectivo como siempre. Recordó que cuando Ludwing escuchó sus palabras, se limpió las comisuras de sus ojos llorosos antes de sonreír. Fue como si hubiera sido salvado.

'Pero no puedo creer que le haya dicho a Raphael sobre eso...'

Annette se llevó en silencio una mano a la frente. Le dolía la cabeza. El sensible Ludwing se volvía tan intenso como Raphael cuando se enfadaba. Seguramente como no podía insultar a Raphael, sacó a relucir historias personales entre ellos. Esto fue antes de que Annette conociera a Raphael, además lo había consolado por cortesía.

Cuando Annette comprendió finalmente la situación, se sintió decepcionada de Ludwing. Le parecía desagradable que le causara con frecuencia conflictos innecesarios con Raphael, porque no podía deshacerse de sus sentimientos de apego. 

Ella compartió mucho tiempo con Ludwing desde que eran jóvenes, pero sus actuales acciones estaban borrando poco a poco esos buenos recuerdos.

"Debe ser cierto por la expresión que tienes en tu cara."

El ceño fruncido de Raphael se acentuó aún más. Sus ojos azules comenzaron a brillar con frialdad. Ella conocía bien esa mirada. Ella suspiró en su interior. Ella estaba familiarizada con este patrón, que experimentó incontable veces en su vida pasada.

"Fue hace mucho tiempo. Ni siquiera te conocía entonces. Quise consolar a Su Alteza Ludwing porque sentía lástima. Su Majestad siempre lo comparaba contigo…"

En ese momento Raphael agarró su barbilla. Luego le frotó los labios con el pulgar como si estuviera aplastando los pétalos de una flor. Se sentía un poco áspero su pulgar porque estaba encallecido debido a los entrenamientos con la espada. Raphael le susurró cariñosamente al oído a Annette que se quedó sin palabras.

"Eres una buena mentirosa. Casi te creí cuando dijiste que casarte conmigo era mejor que ser la Princesa Heredera. Astuta Bavaria."

Raphael estaba en un estado de ánimo inestable. Sobre todo porque el Rey acababa de advertirle que no debía confiar en su esposa. Sabía que esto no bastaba para reprocharle a Annette, porque sucedió antes de casarse, cuando todavía no se conocían.

Sin embargo, tanto la persona que se lo dijo como el momento en que lo hizo, fueron demasiado inoportunos. Ludwing no era el único que tuvo un complejo de inferioridad respecto a su hermanastro.

Un hombre de linaje perfecto a diferencia de él. Alguien que merecía estar al lado de la refinada Annette. Raphael estaba sucumbiendo a sus celos hacia Ludwing. Quería aplastar la cara del Príncipe. Pero lo que realmente lo sacaba de quicio…fue el hecho de que se sintiera afectado por ese estúpido ataque de Ludwing.

'¿Qué demonios me pasa? No debería importarme si no le gusto a Annette'.

Raphael cuestionó varias cosas mientras regresaba a la mansión. Pero no hubo respuesta que lo satisficiera, así que su interior se calentó como si hubiera tragado hierro fundido. Su antiguo complejo de inferioridad respecto al linaje, y su ansiedad por no gustarle a una mujer como Annette, se fueron acumulando hasta que explotó. Todo por culpa de Ludwing, el hombre que consideraba como una espina clavada en el ojo.

"Sí. Seguro es terrible para ti. No puedes creer que un bastardo sea tu esposo. Incluso fluye  en mis venas la misma sangre que el cochero que te incriminó. Debe estar harta de mí."

Raphael murmuró mientras rozaba sus mejillas con sus dedos. Annette pensó que su cara retorcida parecía triste, como una persona profundamente herida. Sus ojos azules brillaban fríamente, pero no estaban oscurecidos como solía suceder cuando se enfadaba. Annette abrió rápidamente la boca antes de que pudiera pensar de forma más negativa.

"No. Realmente, no es lo que piensas..."

"Shh, Annette."

Una de las comisuras de su boca se levantó, creando una sonrisa retorcida. Levantó a Annette de repente y la colocó sobre el tocador. Entonces la besó acariciando su espalda con ambas manos. Su lengua rápidamente se introdujo en su interior después de lamer sus labios. Entonces sus lenguas se entrelazaron.

El cuerpo de Annette se retorció, pero sus brazos estaban firmes. Sentía una explosión de emoción cuando sus dientes mordían su lengua en ocasiones. Cuando sus labios se separaron, Raphael susurró fríamente.

"Pero no importa. Porque el hecho de que seas mi esposa no cambiará. Te guste o no."

Mordió con fuerza su fina clavícula. Fue como si estuviera castigando a Annette.

miércoles, 22 de marzo de 2023

marzo 22, 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 467

 La Emperatriz Divorciada - Capítulo 467. ¿Recuerdas Ese Momento? (2)



'Si tienes más de un hijo, procura que se lleven bien entre ellos...'

Eso fue lo que me susurró la santa antes de marcharse. A priori, no parecía nada especial. Cualquiera que tuviera varios hijos querría que se llevaran bien. Seguramente lo dijo como una bendición. 

Si es así, ¿por qué me lo susurró? Esas palabras me inquietaron. 

"¿Qué le dijo la santa, Su Majestad?"

"Obviamente debe haber sido algo muy bueno. ¿Cierto?" 

"¿Dijo que su bebé se convertirá en un destacado emperador?"

"No, debió decir que Su Majestad se convertiría en una maga asombrosa. ¿No les parece?" 

Les había dicho a mis damas de compañía que iría a ver a la santa, así que me acribillaron a preguntas una vez que volví. No podía responder con total sinceridad. Intenté pasar de ellas. 

"Me dijo que era una suerte que Heinley me hubiera conocido."

"De hecho, dijo que el pueblo del Imperio Occidental debería estar agradecido de que Su Majestad conociera a la Emperatriz Navier."

Respondió el Vizconde Langdel. 

Mis damas de compañía, complacidas, gritaron de acuerdo,

"¡Así es!"

Las damas se alegraron al oírlo porque ayudaría a cambiar la opinión de la gente. Habían oído que algunas personas creían que Heinley se había vuelto cruel por mi culpa, tras el exterminio de la Familia Zemensia. 

"Como los Guardias Imperiales también lo han oído, pronto se extenderá la noticia. Tal vez por eso lo dijo la santa."

El Vizconde mostró una amable sonrisa. Todavía no le había dicho que la santa también había dicho cosas raras sobre él. Sólo murmuré un gracias. 

No obstante, le conté todo a Heinley una vez que regresó un par de días después. 

"¿Dijo que nos aseguráramos de que nuestros hijos se llevaran bien? ¿Crees que no se le ocurrió nada más que decir?"

Puede que no fuera sincera, pero aún así era una extraña profecía. En cuanto le dije que le había chasqueado la lengua a McKenna, se echó a reír. Sin embargo, se tomó en serio lo que dije sobre el Vizconde Langdel. 

"Sabes, también había caballeros de la 4ª División en el lugar donde fui a recuperar esta piedra de maná."

"¿Crees que están tramando algo?"

"No. Al igual que la última vez, estaban buscando pruebas. Deben haber oído que alguien en las cercanías perdió su maná."

"¿Te metiste en otra pelea?"

Heinley me dijo la última vez que no había tenido otra opción que luchar contra algunos caballeros. Recuperar las piedras de maná ya era bastante difícil. Me preocupaba que se hubiera encontrado con más caballeros. El Cuarto Comandante empezaría a sospechar si sus caballeros eran atacados cada vez que iban en busca de pistas. Se daría cuenta de que, efectivamente, había pruebas en la zona. 

"Desvié su atención antes de recuperar la piedra. Pero no puedo seguir haciendo eso."

***

¿Cuáles eran algunas estrategias para evitar que el Cuarto Comandante fuera avisado mientras recogía las piedras de maná? 

Uno: Eliminar a los adversarios para recuperar la piedra.

Dos: Esperar a que los adversarios no estén atentos para recuperar la piedra. 

Tres: Distraer a los adversarios para recuperar la piedra. 

Heinley ya había utilizado las estrategias uno y tres. Eran métodos eficaces, pero su uso repetido despertaría sospechas. En cuanto a la número dos... si los adversarios no bajaban la guardia, era inútil. 

Necesitaba encontrar otra estrategia para Heinley. Ahora que lo pienso, ¿no usaba el Marqués Ketron magia ilusoria? 

Si le pedía ayuda, sería estupendo, pero... no podía. El Marqués Ketron no sabía de la implicación de Heinley en el fenómeno de la disminución del maná. Además, aunque ahora estaba de nuestro lado, Heinley todavía era precavido. 

¿Y si el Marqués Ketron ayudara a Heinley sin saber lo que estaba pasando? Eso probablemente sólo funcionaría una o dos veces... pero incluso una breve ayuda podría ser útil. Mientras no hubiera cientos de piedras de maná esparcidas por ahí.... No, era preferible no recurrir a él. Al menos hasta que hubiera explorado otras alternativas. 

A decir verdad, había estado tentada de pedirle ayuda a Dolshi. Él estaba consiguiendo muchas joyas por ayudarme con mi magia. ¿Qué tal si le pedía ayuda para recuperar las piedras de maná?

¿Debería preguntarle y ver? Pero, ¿cómo reaccionará ante las piedras de maná...? Estaba reflexionando sobre esto a solas mientras mojaba mis manos en una palangana grande de agua tibia, cuando oí a Dolshi no muy lejos.

"Dama de nombre gracioso, ¿seguramente no considera eso entrenamiento?"

Cuando lo miré, sobresaltada, se dirigió directamente hacia mí. El Gran Duque Kapmen caminaba a su lado, con una expresión de dolor. No retiré las manos del agua. 

Dolshi se aclaró la garganta mientras evitaba hacer contacto visual. Debió recordar cómo salió corriendo de repente detrás de un pájaro azul mientras me enseñaba la última vez. 

"Es una buena forma de entrenar."

Dolshi cambió de opinión un momento después. Hizo un gesto con la mano para que continuara. 

Como sólo había estado jugando con el agua, saqué las manos y me las sequé. Dolshi me observó y pidió a los demás que se apartaran. Pedí a mis damas de compañía y al Vizconde Langdel que nos dejaran un poco de espacio. Esperé hasta que retrocedieron. Sin embargo, no se alejaron demasiado. 

Aún así, Dolshi parecía satisfecho. 

"Dama de nombre gracioso. Ese pájaro azul de la última vez... ¿fue criado aquí?"

Mantuve la boca cerrada. No tenía ni idea de qué decir. 

"Definitivamente vi un pájaro azul revoloteando. Lo seguí, pero desapareció. Cuando volví en mí, no había ningún pájaro."

No había un pájaro, pero sí un hombre con el cabello azul. 

"Kapmen, ¿también experimentaste alucinaciones cuando tomaste la poción?"

El Gran Duque negó con la cabeza. 

"Dama de nombre gracioso, ¿crían pájaros en el Palacio Imperial? ¿Hay azules?" 

No me atreví a decirle que no. Si descubría a McKenna convertido en pájaro, me preocupaba que el dragón causara una conmoción. Me aclaré la garganta,

 "Sí tenemos pájaros, pero... ¿por qué lo preguntas?"

"¿Cómo que por qué? Porque son lindos."

"¿No crees que fue un efecto secundario de la poción? Ya debería haber desaparecido. ¿Por qué buscar a ese pájaro?" 

Fue extraño que hubiera visto la versión humana de McKenna como un pájaro mientras estaba bajo la influencia de la poción. No podía entenderlo. 

"Supongo que tienes razón. Aún así, me hizo sentir bien, ¿sabes? Es sólo un pájaro. Tal vez debería criar uno."

Justo cuando terminó de hablar, oí una voz familiar gritar,

"¡Su Majestad!"

McKenna corrió hacia mí, con algo presionado contra su costado. Pero cuando se dio cuenta de la presencia de Dolshi, se detuvo y se quedó inmóvil. Sus ojos se desorbitaron. Cerró la boca de golpe, como si tuviera miedo ahora que sabía que este 'hombre' era un dragón. 

Pero Dolshi, que antes le había llamado 'pájaro azul, pájaro azul' en tono melodioso, no estaba bajo los efectos de la poción. Ya no veía a McKenna como un pájaro. Ni siquiera le dirigió una mirada, como la primera vez que me lo presentó el Gran Duque Kapmen. 

Observé a McKenna y luego sonreí a Dolshi.

"Te enviaré uno de los pájaros azules criados en el palacio como regalo."

"Oh, ¿de verdad?"

"Sí."

"Lo espero con ansia."

Volví a mirar a McKenna. Tenía los hombros tensos mientras esperaba a que el Gran Duque se marchara con Dolshi. Mientras lo observaba, pensé de repente,

'Quizá éste sea el camino.'

McKenna, como pájaro azul, podría pedirle a Dolshi que recolectara las piedras de maná para nosotros. Entonces Dolshi podría dar un paso adelante... 

"Su Majestad, ¿por qué me mira así?" 

"¿Cómo?"

"Hace un momento, me estaba mirando con una mirada muy calculadora."

"No es cierto, McKenna." 

***