Reciente

miércoles, 22 de marzo de 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 467

 La Emperatriz Divorciada - Capítulo 467. ¿Recuerdas Ese Momento? (2)



'Si tienes más de un hijo, procura que se lleven bien entre ellos...'

Eso fue lo que me susurró la santa antes de marcharse. A priori, no parecía nada especial. Cualquiera que tuviera varios hijos querría que se llevaran bien. Seguramente lo dijo como una bendición. 

Si es así, ¿por qué me lo susurró? Esas palabras me inquietaron. 

"¿Qué le dijo la santa, Su Majestad?"

"Obviamente debe haber sido algo muy bueno. ¿Cierto?" 

"¿Dijo que su bebé se convertirá en un destacado emperador?"

"No, debió decir que Su Majestad se convertiría en una maga asombrosa. ¿No les parece?" 

Les había dicho a mis damas de compañía que iría a ver a la santa, así que me acribillaron a preguntas una vez que volví. No podía responder con total sinceridad. Intenté pasar de ellas. 

"Me dijo que era una suerte que Heinley me hubiera conocido."

"De hecho, dijo que el pueblo del Imperio Occidental debería estar agradecido de que Su Majestad conociera a la Emperatriz Navier."

Respondió el Vizconde Langdel. 

Mis damas de compañía, complacidas, gritaron de acuerdo,

"¡Así es!"

Las damas se alegraron al oírlo porque ayudaría a cambiar la opinión de la gente. Habían oído que algunas personas creían que Heinley se había vuelto cruel por mi culpa, tras el exterminio de la Familia Zemensia. 

"Como los Guardias Imperiales también lo han oído, pronto se extenderá la noticia. Tal vez por eso lo dijo la santa."

El Vizconde mostró una amable sonrisa. Todavía no le había dicho que la santa también había dicho cosas raras sobre él. Sólo murmuré un gracias. 

No obstante, le conté todo a Heinley una vez que regresó un par de días después. 

"¿Dijo que nos aseguráramos de que nuestros hijos se llevaran bien? ¿Crees que no se le ocurrió nada más que decir?"

Puede que no fuera sincera, pero aún así era una extraña profecía. En cuanto le dije que le había chasqueado la lengua a McKenna, se echó a reír. Sin embargo, se tomó en serio lo que dije sobre el Vizconde Langdel. 

"Sabes, también había caballeros de la 4ª División en el lugar donde fui a recuperar esta piedra de maná."

"¿Crees que están tramando algo?"

"No. Al igual que la última vez, estaban buscando pruebas. Deben haber oído que alguien en las cercanías perdió su maná."

"¿Te metiste en otra pelea?"

Heinley me dijo la última vez que no había tenido otra opción que luchar contra algunos caballeros. Recuperar las piedras de maná ya era bastante difícil. Me preocupaba que se hubiera encontrado con más caballeros. El Cuarto Comandante empezaría a sospechar si sus caballeros eran atacados cada vez que iban en busca de pistas. Se daría cuenta de que, efectivamente, había pruebas en la zona. 

"Desvié su atención antes de recuperar la piedra. Pero no puedo seguir haciendo eso."

***

¿Cuáles eran algunas estrategias para evitar que el Cuarto Comandante fuera avisado mientras recogía las piedras de maná? 

Uno: Eliminar a los adversarios para recuperar la piedra.

Dos: Esperar a que los adversarios no estén atentos para recuperar la piedra. 

Tres: Distraer a los adversarios para recuperar la piedra. 

Heinley ya había utilizado las estrategias uno y tres. Eran métodos eficaces, pero su uso repetido despertaría sospechas. En cuanto a la número dos... si los adversarios no bajaban la guardia, era inútil. 

Necesitaba encontrar otra estrategia para Heinley. Ahora que lo pienso, ¿no usaba el Marqués Ketron magia ilusoria? 

Si le pedía ayuda, sería estupendo, pero... no podía. El Marqués Ketron no sabía de la implicación de Heinley en el fenómeno de la disminución del maná. Además, aunque ahora estaba de nuestro lado, Heinley todavía era precavido. 

¿Y si el Marqués Ketron ayudara a Heinley sin saber lo que estaba pasando? Eso probablemente sólo funcionaría una o dos veces... pero incluso una breve ayuda podría ser útil. Mientras no hubiera cientos de piedras de maná esparcidas por ahí.... No, era preferible no recurrir a él. Al menos hasta que hubiera explorado otras alternativas. 

A decir verdad, había estado tentada de pedirle ayuda a Dolshi. Él estaba consiguiendo muchas joyas por ayudarme con mi magia. ¿Qué tal si le pedía ayuda para recuperar las piedras de maná?

¿Debería preguntarle y ver? Pero, ¿cómo reaccionará ante las piedras de maná...? Estaba reflexionando sobre esto a solas mientras mojaba mis manos en una palangana grande de agua tibia, cuando oí a Dolshi no muy lejos.

"Dama de nombre gracioso, ¿seguramente no considera eso entrenamiento?"

Cuando lo miré, sobresaltada, se dirigió directamente hacia mí. El Gran Duque Kapmen caminaba a su lado, con una expresión de dolor. No retiré las manos del agua. 

Dolshi se aclaró la garganta mientras evitaba hacer contacto visual. Debió recordar cómo salió corriendo de repente detrás de un pájaro azul mientras me enseñaba la última vez. 

"Es una buena forma de entrenar."

Dolshi cambió de opinión un momento después. Hizo un gesto con la mano para que continuara. 

Como sólo había estado jugando con el agua, saqué las manos y me las sequé. Dolshi me observó y pidió a los demás que se apartaran. Pedí a mis damas de compañía y al Vizconde Langdel que nos dejaran un poco de espacio. Esperé hasta que retrocedieron. Sin embargo, no se alejaron demasiado. 

Aún así, Dolshi parecía satisfecho. 

"Dama de nombre gracioso. Ese pájaro azul de la última vez... ¿fue criado aquí?"

Mantuve la boca cerrada. No tenía ni idea de qué decir. 

"Definitivamente vi un pájaro azul revoloteando. Lo seguí, pero desapareció. Cuando volví en mí, no había ningún pájaro."

No había un pájaro, pero sí un hombre con el cabello azul. 

"Kapmen, ¿también experimentaste alucinaciones cuando tomaste la poción?"

El Gran Duque negó con la cabeza. 

"Dama de nombre gracioso, ¿crían pájaros en el Palacio Imperial? ¿Hay azules?" 

No me atreví a decirle que no. Si descubría a McKenna convertido en pájaro, me preocupaba que el dragón causara una conmoción. Me aclaré la garganta,

 "Sí tenemos pájaros, pero... ¿por qué lo preguntas?"

"¿Cómo que por qué? Porque son lindos."

"¿No crees que fue un efecto secundario de la poción? Ya debería haber desaparecido. ¿Por qué buscar a ese pájaro?" 

Fue extraño que hubiera visto la versión humana de McKenna como un pájaro mientras estaba bajo la influencia de la poción. No podía entenderlo. 

"Supongo que tienes razón. Aún así, me hizo sentir bien, ¿sabes? Es sólo un pájaro. Tal vez debería criar uno."

Justo cuando terminó de hablar, oí una voz familiar gritar,

"¡Su Majestad!"

McKenna corrió hacia mí, con algo presionado contra su costado. Pero cuando se dio cuenta de la presencia de Dolshi, se detuvo y se quedó inmóvil. Sus ojos se desorbitaron. Cerró la boca de golpe, como si tuviera miedo ahora que sabía que este 'hombre' era un dragón. 

Pero Dolshi, que antes le había llamado 'pájaro azul, pájaro azul' en tono melodioso, no estaba bajo los efectos de la poción. Ya no veía a McKenna como un pájaro. Ni siquiera le dirigió una mirada, como la primera vez que me lo presentó el Gran Duque Kapmen. 

Observé a McKenna y luego sonreí a Dolshi.

"Te enviaré uno de los pájaros azules criados en el palacio como regalo."

"Oh, ¿de verdad?"

"Sí."

"Lo espero con ansia."

Volví a mirar a McKenna. Tenía los hombros tensos mientras esperaba a que el Gran Duque se marchara con Dolshi. Mientras lo observaba, pensé de repente,

'Quizá éste sea el camino.'

McKenna, como pájaro azul, podría pedirle a Dolshi que recolectara las piedras de maná para nosotros. Entonces Dolshi podría dar un paso adelante... 

"Su Majestad, ¿por qué me mira así?" 

"¿Cómo?"

"Hace un momento, me estaba mirando con una mirada muy calculadora."

"No es cierto, McKenna." 

***