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sábado, 25 de marzo de 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 76

 Capítulo 76. Emoción Desconocida (1)

Annette miró a Raphael con sus ojos nublados. Si Raphael se escuchara a sí mismo, se daría cuenta que era él quien realmente se odiaba a sí mismo. 

A ella no le gustaba la forma en que se estaba desarrollando la situación. Raphael mordía su cuello mientras la tocaba bruscamente con sus manos. Ella extendió sus brazos para abrazarlo. Ella pensó que esto sería más eficaz para que se detuviera, en lugar de empujar a Raphael. La suposición de Annette no estaba equivocada. La punta de los dedos de Raphael, que estaban a punto de desnudarla, se congelaron de inmediato.

"...¿Por qué haces esto?

Raphael frunció el ceño. Intentó retroceder como si se sintiera incómodo en un abrazo cercano con Annette. Pero ella rodeaba con todas sus fuerzas la parte superior de su cuerpo. Entonces le preguntó a Raphael con una voz melancólica.

"¿De verdad crees que te odio?"

Los ojos de Raphael observaron en silencio a Annette. Sus labios enrojecidos por el beso, sus hombros blancos expuestos por el camisón desarreglado, e incluso sus ojos húmedos. Se sintió mal porque la hizo sentir incómoda de alguna manera.

Una Lágrima se deslizó lentamente sobre su pequeño rostro de Annette. La lágrima que se derramó de su suave barbilla, aterrizó sobre el corazón de Raphael, provocando una gran ondulación. Raphael movió su mano hacía su mejilla. Quería secar su rostro de inmediato.

La triste Annette murmuró justo entonces.

"Tú fuiste él que lo dijo."

"...¿Qué?

Raphael se puso rígido cuando tardíamente entendió las palabras de Annette. No podía responder nada porque sentía como si estuviera siendo estrangulado. Ahora que lo pensaba, había dicho varias veces que la odiaba. El corazón de Raphael se encogió nuevamente al darse cuenta que estaba en la misma situación.

Pero ya había herido profundamente a Annette. Estaba agotada de calmar el estado de ánimo malhumorado de Raphael. Le había dicho descaradamente 'te odio', pero ahora le reprochaba por algo del pasado. Estaba frustrada, triste y, sobre todo, desdichada.

Annette, que levantó la mirada, rodeó el cuello de Raphael con sus brazos. Pensaba que algún día tendrían una conversación sobre ello. En el momento en que fuera sincera sobre sus sentimientos, su relación con Raphael terminaría. Pero no lo creía necesario ahora. Ella habló con voz cansada, mirando sus fríos ojos azules. Se sentía tan miserable como una flor a punto de marchitarse.

"Te dije que no te odio. Eso es lo que siempre he dicho. Eres mi esposo... así que eres lo único que tengo... ¿Por qué sigues hablando de esa manera?"

Las palabras de Annette fueron muy directas. El rostro de Raphael se calentó de repente, cuando comprendió el significado de esas palabras. Se dio la vuelta como costumbre para ocultar su rostro sonrojado. Las palabras de Annette sonaron como una confesión de amor, así que su corazón se aceleró. No podía creerlo.

Annette suspiró apoyando su frente en el duro hombro de Raphael.

"¿Y tú? ¿Te gusto al menos un poco?"

Raphael no pudo responder a la pregunta. Annette sonrió fríamente mientras levantaba su frente de su hombro. Sus labios murmuraron con desgana.

"Me lo imaginaba."
 
***

"¿Por eso te escapaste? Tonto."

Harold se rió histéricamente después de vaciar su vaso. Raphael lo miró furioso, pero no sorprendentemente no dijo nada. En realidad no tenía nada que decir aunque tuviera diez bocas. Raphael se tragó de golpe el licor en su vaso. Si pudiera matarse metiendo la nariz en el vaso, lo habría hecho con gusto.

¿Te gusto al menos un poco?

Las palabras de Annette seguían resonando en su oído. Pudo percibir la tristeza en su voz. Raphael se revolvió el cabello negro con enojo. Ni siquiera le preguntó si la amaba, sólo le preguntó si le gustaba. Pero tampoco fue capaz de responder eso.

"¿La amas?"

Preguntó Harold recostándose en el sofá. Raphael vació otro vaso de licor en lugar de responder. Su esófago ardió por el exceso de alcohol, pero tal vez por eso comenzó la difícil conversación. Raphael se limpió los labios húmedos con el dorso de la mano antes de hablar.

"No lo sé."

"¿No lo sabes?"

"No puedo saber algo que nunca he sentido."

Raphael nunca había amado a nadie. Ni a algún familiar, ni a alguna mujer. Nunca había amado a otra persona en su vida. El mundo que conocía era un lugar cruel e implacable. Así que primero mató desesperadamente sus debilidades, luego canalizó su rabia en la espada. Finalmente pudo obtener riqueza y poder para situarse por encima de los demás.