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viernes, 24 de marzo de 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 75

Capítulo 75. Perjudicial Consolación (2)

No podía recordar exactamente lo qué había dicho. Eso ocurrió hace varios años, sobre todo si se incluía el tiempo de la regresión. Sin embargo, probablemente lo consoló diciendo palabras similares a las que mencionó Raphael. Por ejemplo, que ella no quería casarse con Raphael, ni con nadie más que no fuera Ludwing.

El consuelo de Annette fue tan efectivo como siempre. Recordó que cuando Ludwing escuchó sus palabras, se limpió las comisuras de sus ojos llorosos antes de sonreír. Fue como si hubiera sido salvado.

'Pero no puedo creer que le haya dicho a Raphael sobre eso...'

Annette se llevó en silencio una mano a la frente. Le dolía la cabeza. El sensible Ludwing se volvía tan intenso como Raphael cuando se enfadaba. Seguramente como no podía insultar a Raphael, sacó a relucir historias personales entre ellos. Esto fue antes de que Annette conociera a Raphael, además lo había consolado por cortesía.

Cuando Annette comprendió finalmente la situación, se sintió decepcionada de Ludwing. Le parecía desagradable que le causara con frecuencia conflictos innecesarios con Raphael, porque no podía deshacerse de sus sentimientos de apego. 

Ella compartió mucho tiempo con Ludwing desde que eran jóvenes, pero sus actuales acciones estaban borrando poco a poco esos buenos recuerdos.

"Debe ser cierto por la expresión que tienes en tu cara."

El ceño fruncido de Raphael se acentuó aún más. Sus ojos azules comenzaron a brillar con frialdad. Ella conocía bien esa mirada. Ella suspiró en su interior. Ella estaba familiarizada con este patrón, que experimentó incontable veces en su vida pasada.

"Fue hace mucho tiempo. Ni siquiera te conocía entonces. Quise consolar a Su Alteza Ludwing porque sentía lástima. Su Majestad siempre lo comparaba contigo…"

En ese momento Raphael agarró su barbilla. Luego le frotó los labios con el pulgar como si estuviera aplastando los pétalos de una flor. Se sentía un poco áspero su pulgar porque estaba encallecido debido a los entrenamientos con la espada. Raphael le susurró cariñosamente al oído a Annette que se quedó sin palabras.

"Eres una buena mentirosa. Casi te creí cuando dijiste que casarte conmigo era mejor que ser la Princesa Heredera. Astuta Bavaria."

Raphael estaba en un estado de ánimo inestable. Sobre todo porque el Rey acababa de advertirle que no debía confiar en su esposa. Sabía que esto no bastaba para reprocharle a Annette, porque sucedió antes de casarse, cuando todavía no se conocían.

Sin embargo, tanto la persona que se lo dijo como el momento en que lo hizo, fueron demasiado inoportunos. Ludwing no era el único que tuvo un complejo de inferioridad respecto a su hermanastro.

Un hombre de linaje perfecto a diferencia de él. Alguien que merecía estar al lado de la refinada Annette. Raphael estaba sucumbiendo a sus celos hacia Ludwing. Quería aplastar la cara del Príncipe. Pero lo que realmente lo sacaba de quicio…fue el hecho de que se sintiera afectado por ese estúpido ataque de Ludwing.

'¿Qué demonios me pasa? No debería importarme si no le gusto a Annette'.

Raphael cuestionó varias cosas mientras regresaba a la mansión. Pero no hubo respuesta que lo satisficiera, así que su interior se calentó como si hubiera tragado hierro fundido. Su antiguo complejo de inferioridad respecto al linaje, y su ansiedad por no gustarle a una mujer como Annette, se fueron acumulando hasta que explotó. Todo por culpa de Ludwing, el hombre que consideraba como una espina clavada en el ojo.

"Sí. Seguro es terrible para ti. No puedes creer que un bastardo sea tu esposo. Incluso fluye  en mis venas la misma sangre que el cochero que te incriminó. Debe estar harta de mí."

Raphael murmuró mientras rozaba sus mejillas con sus dedos. Annette pensó que su cara retorcida parecía triste, como una persona profundamente herida. Sus ojos azules brillaban fríamente, pero no estaban oscurecidos como solía suceder cuando se enfadaba. Annette abrió rápidamente la boca antes de que pudiera pensar de forma más negativa.

"No. Realmente, no es lo que piensas..."

"Shh, Annette."

Una de las comisuras de su boca se levantó, creando una sonrisa retorcida. Levantó a Annette de repente y la colocó sobre el tocador. Entonces la besó acariciando su espalda con ambas manos. Su lengua rápidamente se introdujo en su interior después de lamer sus labios. Entonces sus lenguas se entrelazaron.

El cuerpo de Annette se retorció, pero sus brazos estaban firmes. Sentía una explosión de emoción cuando sus dientes mordían su lengua en ocasiones. Cuando sus labios se separaron, Raphael susurró fríamente.

"Pero no importa. Porque el hecho de que seas mi esposa no cambiará. Te guste o no."

Mordió con fuerza su fina clavícula. Fue como si estuviera castigando a Annette.