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lunes, 6 de junio de 2022

junio 06, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 398

 La Emperatriz Divorciada - Capítulo 398. Sentencia (2)



En ese momento vi a Delise, una testigo que había bajado del estrado, mirar extrañamente al periodista Joanson.

¿Se conocen?

Entonces Joanson asintió levemente como si fuera una señal, caminó hacia Rashta, que estaba en el centro del estrado, y dijo,

"Disculpe, Su Majestad, ahora es mi momento de hablar. Su Majestad puede hablar de sus delirios más adelante."

"Qué grosero."

"Todos aquí saben quién hizo los comentarios más irrespetuosos, en el caso de Su Majestad contra el Emperador Sovieshu, pero me llamas grosero."

Cuando la audiencia aclamó de nuevo a Joanson, Rashta comenzó a flaquear.

Durante un tiempo fue ella quien estuvo en el centro de estas aclamaciones. No ese periodista.

Pero ahora era Joanson quien recibía los vítores mientras que Rashta, que ocupaba la posición más honorable, recibía una lluvia de insultos para que se retirara. Naturalmente, su expresión se derrumbó.

"Su Señoría, permítame continuar con mi intervención. ¿Sabía usted que ese hombre sobre el que hubo una controversia pública sobre si era el verdadero padre de la Emperatriz Rashta, ese hombre del que consta que fue condenado a la esclavitud, y ese hombre que tiene una hija llamada Rashta, desapareció después de que la Emperatriz Rashta lo mando a llamar?"

Esto, unido a lo que Joanson había dicho en la primera parte de su intervención, arrinconó aún más a Rashta.

"¡Eso nunca sucedió!"

Rashta protestó, pero esta vez el Marqués Karl se levantó e interrumpió sus palabras.

"El verdadero padre de la Emperatriz Rashta ha sido preparado como testigo."

En el estrado, Joanson volteó rápidamente la cabeza para mirar al Marqués Karl. Joanson no sabía que el hombre desaparecido sería traído aquí.

Fue un movimiento preparado por separado por Sovieshu y Joanson, pero ahora se había convertido en uno por casualidad.

Cuando el movimiento preparado por el emperador y el movimiento preparado por el periodista aclamado por los plebeyos encajaron perfectamente, la credibilidad aumentó aún más.

Este hombre, que fue traído por unos caballeros desde un lado diferente al de los demás testigos, subió al estrado y declaró ante el Juez de la Corte Suprema.

"De camino al palacio porque Rashta me mandó a llamar, unos caballeros me salvaron de morir a manos de unos sujetos no identificados."

No sé si es realmente el verdadero padre de Rashta, pero... estaba claro que había causado un enorme impacto en Rashta.

En el momento en que la enloquecida Rashta escuchó las palabras del hombre, mostró una expresión de dolor como si hubiera sido apuñalada.

A continuación, el médico del palacio, un caballero y varias sirvientas del Palacio del Oeste subieron al estrado para testificar que Rashta había intentado asesinar a Arian, su sirviente más cercana, para poder huir con éxito hace unos días.

Después, un hombre que afirmó ser un asesino contratado por Rashta, confesó que se había visto forzado a aceptar la petición de asesinar a los Duques Troby porque la Emperatriz lo amenazó con su poder, pero que no lo llevó a cabo porque no estaba de acuerdo...

Rashta protestó y negó todas las acusaciones, pero el Juez de la Corte Suprema, que hace un momento había perdido la calma por ella, preguntó fríamente a Sovieshu si permitiría a Rashta ejercer su inmunidad como Emperatriz.

"Senténciala como a cualquier criminal."

Sovieshu habló rotundamente. 

Eso implicaba que Rashta sería depuesta en base a esta sentencia.

Rashta continuó gritando, ahora con la cara completamente enrojecida.

"¿Seré abandonada después de ser utilizada? Su Majestad, ¿piensa abandonarme después de que me utilizó? Oculté que Su Majestad es un hombre castrado, y también oculté que Su Majestad se divorció de la Emperatriz Navier para esconder que es un hombre castrado, ¡¿es así como me abandonará después de haberme utilizado?!"

En otras palabras, no quería morir sola.

"Emperatriz Rashta Isqua, será sentenciada por los siguientes crímenes. El crimen de confabular con el Vizconde Roteschu y su hijo Alan para engañar al Emperador Sovieshu con la intención de convertir al hijo que esperabas de Alan Rimwell en miembro de la Familia Imperial. El crimen de usurpación de identidad al hacer pasar a los Vizcondes Isqua como sus verdaderos padres para ascender a la posición de emperatriz. El crimen de utilizar pagarés de la Emperatriz Navier como si fueran propios sin autorización. El crimen de dar la espantosa orden de cortar la lengua a una de sus sirvientas para mantener oculto otro crimen. El crimen de intentar asesinar a Evely, la asistente del mago de la corte. El crimen de pedir prestadas enormes sumas de dinero a un duque extranjero a título de la Emperatriz y, por si fuera poco, traspasar tierras del Imperio Oriental sin autorización. El crimen de hacerse pasar por plebeya así como por noble cuando en realidad es una esclava, e intentar asesinar a su verdadero padre para ocultarlo. El crimen de desacato a la Corte Suprema y de difamación del Emperador. El crimen de intentar asesinar a los Duques Troby. ¿Te declaras culpable de estos crímenes?"

"¡No! ¡Por supuesto que no!"

"Mereces ser sentenciada a muerte por la mayoría de estos crímenes, pero como también se debe tener en cuenta que fuiste la emperatriz, te sentencio a prisión."

El Juez de la Corte Suprema golpeó tres veces su mazo de madera.

Los dos caballeros que habían traído a Rashta, se le acercaron y la agarraron por los brazos.

Rashta se resistió y comenzó a gritar para que la soltaran, pero fue en vano.

La audiencia estaba completamente exhausta mientras salía de la Corte Suprema.

El Juez de la Corte Suprema intercambió miradas con los demás jueces mientras también se limpiaba el sudor de la frente con un pañuelo.

Después de que Sovieshu vio por dónde había sido sacada Rashta, se dio la vuelta inexpresivamente y salió por la puerta que sólo podían usar tanto el emperador como la emperatriz.

"También deberíamos irnos, Reina."

"Sí."

La estrategia de Rashta de arrastrar a Sovieshu con ella no consiguió repercutir en la sentencia que se le impuso.

Pero las semillas sembradas por Rashta quedarán arraigadas en los corazones de las personas.

Si la próxima emperatriz tampoco puede tener hijos, entonces las personas realmente sospecharán de Sovieshu.

Cuando no es el propio hijo del emperador quien se convierte en el sucesor, el poder comienza a dividirse.

El hermano mayor de Heinley no tenía hijos, por lo que su poder era inestable. Heinley tuvo que pasar mucho tiempo fuera de su país por el bien de su hermano.

¿Podría el sucesor de Sovieshu hacer lo mismo que Heinley? ¿Sería capaz de cerrar la boca y mantenerse alejado por el bien de Sovieshu?


***

viernes, 3 de junio de 2022

junio 03, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 397

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 397. Sentencia (1)



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Nota: La palabra 'infértil' en la ultima frase del capítulo anterior fue cambiada a 'castrado'. Aunque la traducción exacta al español sería 'eunuco'. En este caso, Rashta utiliza 'castrado' como un término ofensivo para hacer referencia a la inutilidad del miembro de Sovieshu.
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Los murmullos de la audiencia desaparecieron en un instante. El espacio lleno de numerosas personas se volvió increíblemente silencioso.

Las miradas de la audiencia se centraron simultáneamente en una persona. Sovieshu. La expresión de Sovieshu era helada.

Rashta no se detuvo ahí, sino que señaló con el dedo a Sovieshu y exclamó,

"¡Para ocultar el hecho de que está castrado, Su Majestad calificó a la Emperatriz Navier de infértil y me hizo tener un hijo con otro hombre!"

En cuanto estas palabras salieron de su boca, los murmullos que habían desaparecido volvieron de repente. La conmoción se extendió por toda la Corte Suprema como un incendio forestal.

Cerré los labios con fuerza y traté de mantener una expresión seria. Claramente no debía reírme en esta situación, pero resultaba difícil...

Mientras hacía esto, sentí una mirada sobre mí. Era Heinley. Cuando nuestros ojos se cruzaron, apartó la mirada rápidamente.

Sin embargo, al ver cómo se movía de un lado a otro en la silla mientras sus hombros se sacudían, parecía reprimir su deseo de preguntarme si Sovieshu era realmente impotente.

Prefería no responder a esa pregunta, así que pretendí no verlo.

Sin embargo…

"¿Es cierto?"

"Madre."

"Sólo tengo curiosidad."

No esperaba que mi madre me lo preguntara desde el otro lado. Bueno, recuerdo que una vez mi madre me aconsejó que si Sovieshu traía a una mujer como concubina, yo debía traer a un hombre más dotado, más apuesto y más joven como amante.

¿Oh? Ahora que lo pienso, ¿Heinley no coincide perfectamente con eso?

Aunque Heinley no es mi amante, cumple más que los requisitos necesarios.

Mientras miraba sorprendida a Heinley por lo que acababa de darme cuenta, mi madre me pellizcó repetidamente en el brazo.

Susurré al oído de mi madre para que Heinley no escuchara,

"No es impotente."

"Entonces, ¿no está castrado?"

"Madre. Deberías usar palabras decentes."

"¿Su miembro no tiene problemas para levantarse?"

"..."

"¿Hay algo malo en la elección de mis palabras?"

Cuando intenté responder, la fuerte voz de Rashta volvió a atraer mi atención.

"¡Su Majestad me forzó a tener un hijo de otro hombre! ¡Todo lo hice por orden de Su Majestad!"

"¡Cállate!"

Gritó fuertemente el Juez de la Corte Suprema con la cara completamente roja, se veía muy enojado.

Aunque hasta ahora la había tratado cortésmente como la Emperatriz del Imperio Oriental, parecía haber estallado por completo al oír a Rashta decir 'castrado' al Emperador Sovieshu.

La audiencia pronto comenzó a gritar al unísono que se callara.

Rashta estaba decidida a no dejarse vencer, así que se quitó los tacones y golpeó uno contra el estrado para silenciar a la audiencia.

Cuando todos se quedaron desconcertados, Rashta lanzó sus zapatos a la audiencia y señaló a los plebeyos.

"¡Cállense! Yo soy quien tiene derecho a hablar porque me encuentro parada aquí, no ustedes."

Los desconcertados plebeyos se callaron, y una joven noble que estaba cerca dejó caer su abanico.

Sovieshu se veía realmente sorprendido. Parecía pasar del enojo a la vergüenza constantemente.

Heinley chasqueó la lengua y susurró,

"Pensé que tenía muchas agallas desde que me acusó de mentiroso delante de todos. La verdad es que no me equivoqué."

... Bueno, pensado en eso, habría sido difícil para cualquier otra persona llamarme "hermana" sabiendo que yo era la emperatriz, más aún si esa persona no tenía poder.

En cualquier caso, no era algo tan bueno.

"Su Majestad, ¿intenta arrastrar al Emperador Sovieshu porque se encuentra en peligro?"

La voz del Juez de la Corte Suprema volvió a calmarse. El Juez de la Corte Suprema era un hombre que se enorgullecía de su trabajo. ¿Hace un momento se alteró porque sintió que Rashta arruinaría su trabajo?

"¡Por supuesto!"

Pero cuando Rashta lo admitió en voz alta, incluso el Juez de la Corte Suprema vaciló.

Rashta miró a su alrededor con burla y dijo sarcásticamente,

"Si no soy la única que hizo mal, ¿por qué debería ser la única que cargue con los crímenes? Por supuesto que uno debe arrastrar a los cómplices. ¿Los aquí presentes estarían dispuestos a morir solos aunque sea injusto?"

"..."

"A pesar del tiempo que la Emperatriz Navier estuvo casada con el Emperador Sovieshu no pudieron tener un hijo, pero en cuanto la Emperatriz Navier se casó con un hombre del país vecino quedó embarazada. Yo, como todos saben, ya he tenido dos hijos. Entonces, ¿quién tiene el problema? ¿No es esto una prueba de que el Emperador Sovieshu no tiene semillas?"

La audiencia miró asombrada a Sovieshu ante las coherentes palabras de Rashta.

Sin embargo, este no era un tema del que se pudiera hablar abiertamente. Además, incluso si Sovieshu fuera realmente infértil, no había forma de determinarlo con certeza. Podrían meterse en problemas si les descubrían murmurar sobre la posible infertilidad del emperador, así que todos sólo miraron en silencio.

"Se puso bueno."

Heinley murmuró en voz baja.

A decir verdad, también estaba disfrutando ver a Sovieshu puesto contra las cuerdas de esta manera por primera vez... ¿eso está bien?

Sovieshu se limitó a mirar a Rashta inexpresivamente, sin responder. Su actitud de ni siquiera pestañear parecía decir, 'veamos hasta dónde llega con sus tonterías', dando la impresión de que no le importaban en absoluto las palabras de Rashta.

Pero Sovieshu y yo pasamos juntos muchos años. Gracias a eso, pude notar que ahora estaba realmente enojado.

Si intentaba intervenir o desmentirla en este punto, sólo empeoraría la situación y dañaría su imagen, así que sólo cuidó su expresión y se mantuvo tranquilo.
junio 03, 2022

Bajo el roble - Capítulo 127

Capítulo 127. La envidia de Riftan (2)

A pesar de que dijo eso, estaba tentada por dentro. ¿De verdad no pensaba mal de ella? De repente, mientras estaba en medio de sus cavilaciones, escuchó el sonido de la puerta abriéndose. Cuando se dió la vuelta , vio a Riftan entrando en la biblioteca.

“¿Qué has estado haciendo hasta esta hora?”

Max se sorprendió por su pregunta.

Ruth respondió sin rodeos mientras revisaba si estaba enojado. "¿Qué estás haciendo en la biblioteca?"

Riftan frunció el ceño y miró alrededor del escritorio. Junto a la desordenada pila de libros estaban los platos y las bandejas que habían usado durante el almuerzo. Se agarró la frente y sacudió la cabeza como si estuviera estupefacto.

"Escuché de las criadas que ustedes han estado atrapados aquí hoy. ¿Has estado leyendo todo el día?"

“Así como el Señor Calipse empuña una espada todo el día, hay un hombre que lee todo el día”.

Hubo un ligero disgusto en el rostro de Riftan ante el tono pomposo de Ruth.

Max empacó rápidamente sus libros, con los nervios de punta por el ambiente extraño. Ella dijo: “Y-yo y-yo estaba a punto de irme”.

Riftan tomó rápidamente el libro en su brazo. "Vamos. Les dije que pusieran la mesa en la habitación”.

"¿No comerás en el comedor?"

Riftan lanzó una mirada torcida por encima del hombro debido a la pregunta de Ruth.

"Todo el mundo va a comer en sus aposentos. Por eso les dije a los criados que me llevarán la comida porque estoy demasiado ocupado”.

"¿Qué diablos has hecho para evitar que la gente venga al comedor?" Preguntó Ruth, temblando.

"¿No estás siendo mezquino acerca de que mi esposa estuvo borracha?"

Max miró a Riftan con cara de sorpresa. ¿Era posible que regañara duramente a los caballeros por lo que vio?

Max negó con la cabeza sintiendo pena por los caballeros que habían sido regañados por su culpa, pero Riftan solo resopló.

“Cuando vi subir la jarra llena de alcohol, una y otra vez, sentí que habían sido indisciplinados, así que les impuse un duro entrenamiento”.

"¿Lo hiciste?" Ruth dijo sarcásticamente y suspiró.

Riftan acaba de salir de la biblioteca, sosteniendo la mano de Max mientras fingió que no había escuchado su comentario.

Max le dió un pequeño saludo de despedida a Ruth y se apresuró por el frío pasillo con su hombre.

"T-todavía…"

Max casi estaba corriendo para alcanzarlo mientras daba largas zancadas. Pero después de un rato se detuvo y volteó a mirarla.

Max aprovechó la oportunidad y habló con cuidado.

"¿S-sigues enojado?"

“…”

"A-a... Yo n-no bebo alcohol así. No beberé d-demasiado de ahora en adelante. No puedo creer que estaba tan borrach. N-no lo sabía".

"No estoy enojado... todavía".

Riftan escupió sin rodeos y reanudó sus pasos. Caminó en silencio con él, mirándolo a escondidas a la cara de vez en cuando. Contrariamente a sus palabras, sus labios estaban severamente fruncidos. Caminaba por el pasillo en silencio, pero cuando subió en la escalera, escupió.


"¿Estás con él cada vez que te quedas en la biblioteca?"


"¿Q-qué?" Max lo miró con toda curiosidad por la repentina pregunta, pero pronto ella asintió lentamente.


“R-Ruth… La mayor parte de su ti-tiempo parece estar en la b-biblioteca. C-casi siempre nos encontramos”.


Max decidió no mencionar que había dejado la torre y ahora está tomando la biblioteca como su lugar de residencia.


Pensó que al menos debería mantener ese nivel de lealtad.


Riftan frunció el ceño levemente y preguntó: “Se comporta como un santo, ¿no?. Es un chico travieso, y a menudo trata de meter a otros en problemas y también está involucrado en experimentos extraños…”


“Soy y-yo quien siempre está molestándolo. P-parece un poco extraño... R-realmente no sé... S-siempre me está enseñando cosas. I-incluso si no ha pasado mucho tiempo desde que llegó e-él ha sido de gran ayuda para mí.”


De alguna manera, el estado de ánimo de Riftan pareció empeorar ante su respuesta. Max estaba ansioso por la extraña tensión que lo rodeaba.


'¿Riftan odia a Ruth?'


Le parecía que había mucha confianza entre ellos, aunque a veces no lo parecía. Max puso los ojos en blanco preguntándose qué hacer con su mirada de disgusto. No fue hasta que estuvieron cerca de la puerta de su habitación que Riftan preguntó.


“¿Te gustan los hombres inteligentes?”


En ese momento se dio cuenta de que Riftan estaba realmente ofendido por la relación de su esposa con otro hombre. Nunca había sido consciente de Ruth de esa manera, de la forma en que nunca pensó que sería agradable para un marido que su esposa pasará mucho tiempo con otro hombre. Max saltó de miedo, preocupada de que pudiera ser sospechosa de infidelidad.


“¡N-no me gusta! Por supuesto que lo r-respeto, pero... ¡no es así! Ruth es mi a-amigo! S-siempre es b-bueno y por supuesto que a-agradezco su ayuda. N-No hay nada... N-no sé. Puedo contar con él cuando estás en problemas, pero yo quiero decir, me regaña mucho… Es como un... Bastante entrometido... No creo que eso sea... ¡No creo que debas...!”


Max, que clamaba desesperadamente por declararse inocente, cerró la boca. Riftan la miraba fijamente. Abría y cerraba la boca como un pescado falto de aire. Sin mirarse en el espejo, podía decir que su rostro estaba sonrojado. Le ardían los oídos y no podía soportar más el silencio, por lo que hizo un comentario incoherente.


“Quiero decir… E-él es confiable… y es un buen j-jinete… E-el tipo de persona q-que siempre es amable… Me refiero a…"


Sorprendida por el ruido sordo, Max levantó la cabeza. Riftan estaba golpeando su cabeza contra la puerta cuando dejó escapar un profundo suspiro, apoyándose en su frente.


"¿Cuánto más raro deberías hacerme sentir?"


“¿Q-qué?…”


Riftan la miró con los ojos entrecerrados, tomó su mano y abrió la puerta. Max fue metida a la habitación y cerró la puerta detrás de él. Luego la levantó y la empujó contra la pared.

martes, 31 de mayo de 2022

mayo 31, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 396

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 396. No Moriré Sola (2)



El Conde Pirnu fingió estar ocupado, recogió rápidamente sus cosas y salió de la oficina.

El Marqués Karl bajó la mirada mientras se reprochaba a sí mismo, 'No debí responder de esa manera'.

Los labios de Sovieshu se movieron varias veces, pero al final no pudo decir ni una palabra. Poco después, preguntó de repente con el ceño fruncido,

"¿Qué hay del Duque Elgy? ¿Todavía está en la capital?"

Una vez que el caso del puerto se hizo público, Sovieshu notificó formalmente al Duque Elgy que abandonara el palacio imperial.

En el pasado, le había permitido quedarse en el Palacio del Sur debido a las costumbres y la reputación de un país poderoso, pero ahora que estaban abiertamente enfrentados, no había necesidad de mantener las apariencias.

Sin embargo, el Duque Elgy se quedó en la capital una vez que abandonó el palacio imperial, lo que hizo que Sovieshu se sintiera intranquilo.

A pesar de todo el lío que armó, no entendía lo que en realidad quería conseguir.

Mientras permaneciera en el Imperio Oriental, no recibiría buenos comentarios, ni de los nobles ni de los plebeyos.

"Sí, ha estado quieto desde que se reunió con la Vizcondesa Verdi."

"Con la Vizcondesa Verdi..."

Sovieshu entrecerró los ojos. Hace unos días, un espía de Sovieshu le informó que el Duque Elgy se había reunido con la Vizcondesa Verdi y le había propuesto 'huir a otro país con la Princesa Glorym'.

Sovieshu no confiaba en el Duque Elgy, pero su propuesta le pareció interesante, así que lo dejó en paz.

Si el Duque Elgy ayudaba a escapar a la Vizcondesa Verdi, tenía la intención de sustituir a los subordinados del Duque Elgy en el camino por sus propios subordinados para llevar a Glorym a un lugar adecuado.

Glorym se parecía demasiado a Rashta para ser criada como noble en el Imperio Oriental.

No soportaría ver a Glorym en otra familia del Imperio Oriental, ni tampoco soportaría ver cómo su rostro se convertía en el de Rashta.

No tenía la confianza para amarla como antes. Sin embargo, los momentos que pasó a su lado no se borrarían fácilmente de su corazón.

Realmente amaba a Glorym. Amaba al lindo angelito que le sonreía mientras hacía un extraño, 'abu, abu'.

Dado que los padres de Glorym son criminales, Glorym estaba condenada a convertirse en esclava, al igual que Ahn.

Aunque así funcionaba el sistema, no podía ver a la niña que consideró su hija convertida en esclava.

Como se compadecía de su situación, podía hacer una excepción para que viviera como una plebeya, pero ¿la niña sería capaz de soportar la mirada de desprecio de los demás una vez que creciera?

Por eso, tenía la intención de darle la identidad de una hija de una pequeña familia noble de otro país y el dinero necesario para que viviera sin preocupaciones el resto de su vida.

Entonces habrá hecho su mejor esfuerzo por su bienestar y el dolor que sentía cada vez que pensaba en esa niña desaparecería. Al menos eso es lo que creía Sovieshu.

"¿Cuánto falta para que comience el juicio?"

"Faltan unas dos horas, Su Majestad."

"Bien, iré a descansar media hora."

Con un pesado suspiro, Sovieshu salió de su oficina y subió a su dormitorio.

Una vez dentro, se sentó en la cama y miró con ojos llenos de lágrimas la pintura de Navier y la pintura de su hija.

Cuando cerró los ojos, las lágrimas cayeron por sus mejillas.

***

Fue durante mi estancia en la primera posada tras cruzar la frontera con el Imperio Oriental cuando me di cuenta de que el juicio... podría ser más intenso de lo que esperaba.

Fue allí donde me enteré del caso del puerto. Además de las confesiones del Vizconde Roteschu y de los Vizcondes Isqua en la última comparecencia en la Corte Suprema...

¿Rivetti estará bien?

La sentencia aún no ha sido ejecutada y el nombre de Rivetti no ha salido en los periódicos. Aun así, me sentí preocupada desde que leí que el Vizconde Roteschu y su hijo serían ejecutados.

Me preguntaba qué había pasado con Rivetti, la chica que lloró desconsoladamente delante de mí cuando se enteró de mi divorcio...

Le pedí a alguien que la buscara, espero que esté bien.

Estaba sentada frente al tocador mirándome en el espejo mientras reflexionaba sobre lo que ocurría en el Imperio Oriental. En ese momento, Heinley llamó a la puerta y preguntó,

"¿Estás lista, Reina?"

"Sí."

Me levanté tan pronto como respondí.

Heinley entró vestido como un joven noble común, con una capa oscura por encima y la capucha puesta para ocultar su rostro. La capa oscura, con sólo bordes dorados, parecía sencilla en comparación con el estilo habitual de Heinley.

Imagino que me veía de la misma manera, ya que tenía puesta una capa similar, sólo que de otro color.

Si Rivetti es encontrada, recibiré un mensaje de la Mansión Troby. McKenna había decidido quedarse en la Mansión, así que al menos estaré bien informada.

"¿Segura que estás bien?"

Heinley me preguntó una vez más antes de que subiéramos al sencillo carruaje que ni siquiera tenía el escudo de la Familia Imperial.

Sólo asentí. Rashta y Sovieshu fueron las personas que más daño me hicieron. Como el Emperador, Sovieshu fue el principal responsable de que nos divorciáramos... pero eso no significaba que no odiara a Rashta.

Aunque me sintiera incómoda en el juicio, quería ver a Rashta caer de la posición de emperatriz.

Recordaba cómo Rashta me miraba con una sonrisa en el momento en que el Sumo Sacerdote mencionó la solicitud de divorcio de Sovieshu delante de todos, y en el momento en que acepté dejar mi posición como Emperatriz del Imperio Oriental.

"¿Reina?"

"Dime."

"Si te sientes abrumada o simplemente no quieres continuar viendo, házmelo saber de inmediato. Los caballeros estarán esperando afuera en el carruaje para que podamos irnos enseguida."

Después de una breve conversación, el carruaje se detuvo finalmente frente a la Corte Suprema.

Ya había muchas personas aquí, por lo que nadie se fijó en nosotros cuando bajamos del carruaje, que era bastante común.

Subimos a los asientos de los nobles y nos sentamos en el fondo.

Algunos nos miraron, pero volvieron a girar la cabeza sin prestar mucha atención.

Después de un tiempo, la puerta del interior de la Corte Suprema se abrió y apareció Sovieshu.

Cuando entró Sovieshu, las personas reunidas para ver el juicio se levantaron de sus asientos.

Sovieshu levantó su mano en señal de saludo y se sentó en su trono.

Al cabo de un rato, Rashta entró por la misma puerta.

A cada lado de Rashta había un caballero, uno de los cuales pude reconocer.

Fue uno de los caballeros que se arrodilló ante mí... cuando salí de mi habitación para afrontar el divorcio.

Rashta, escoltada por ellos, se sentó tranquilamente junto a Sovieshu.

Heinley me tomó de la mano para hacerme saber que estaba a mi lado.

Luego, entró el Juez de la Corte Suprema y se detuvo frente a su asiento.

La audiencia se quedó en silencio en ese instante.

El Juez de la Corte Suprema miró a su alrededor por un momento y habló con firmeza,

"Daremos comienzo al juicio de la Emperatriz Rashta por su presunto fraude a la Familia Imperial, así como por otros crímenes."

***

Los primeros testigos en subir al estrado fueron el Vizconde Roteschu y los Vizcondes Isqua.

Habían sido sentenciados a muerte, pero no hubo noticias de su ejecución. Parece que se les mantuvo en prisión.

Reiteraron las declaraciones que hicieron en el juicio anterior.

Aunque la audiencia ya lo sabía, los susurros se volvieron a escuchar como si fuera la primera vez.

Rashta los observaba declarar con una expresión sombría.

Alan fue el único que dijo algo diferente,

"¡No sé nada, Su Señoría! ¡Realmente no lo sé, Su Majestad! Incluso si es cierto, fue obra de Rashta y de mi padre, ¡realmente no sé nada!"

Mientras Alan gritaba, el Vizconde Roteschu cerró los ojos con tristeza y Rashta apretó con fuerza los reposabrazos del asiento.

"A mí tampoco me agrada esa mujer, pero ese hombre es..."

Heinley chasqueó la lengua a mi lado antes de terminar sus palabras. Él no era el único que pensaba mal de ese hombre, desde todas partes se oían voces que lo criticaban.

Incluso en medio del alboroto, Rashta miraba inexpresivamente a los Vizcondes Isqua.

Después de que los cuatro declararon, la siguiente persona en comparecer fue...

¿El Presidente de la Corporación Oso? ¿Por qué está aquí?

Ah... Es por los pagarés.

"La Emperatriz Rashta quiso utilizar pagarés emitidos por nuestro equipo de comercio para ayudar a numerosas instituciones, como orfanatos y hogares de ancianos. Pero tras varias investigaciones, descubrimos que esos pagarés no pertenecían a Su Majestad Rashta, sino a Navier."

Como esperaba, estaba relacionado con mi caso de los pagarés. Es también por este caso que el Imperio Oriental me pidió que viniera a testificar.

Debido a que me negué, compareció el propio Presidente de la Corporación Oso.

"Hubo un artículo en el periódico de los plebeyos que hacía sospechar de esto hace un tiempo. Entonces, ¿era cierto?"

"Así es."

"Guardaste silencio en ese momento, ¿por qué lo cuentas ahora?"

"En aquel entonces, el apoyo público de la emperatriz Rashta era muy alto y su posición como emperatriz también era sólida, por lo que pensé que saldría perjudicado."

El Presidente de la Corporación Oso era un hombre muy inteligente, que actuaba estrictamente en función de los beneficios.

En vez de mentir, reveló la verdad y se disculpó sinceramente,

"Ciertamente, es mi culpa por no atreverme a hablar en su momento y permanecer callado."

Ahora que lo pienso, ¿dónde está el Barón Lant?

Todos los secretarios de Sovieshu estaban presentes. Sólo faltaba el Barón Lant.

¿No era el Barón Lant el único secretario de Sovieshu que trataba a Rashta con afecto?

Heinley se dio cuenta rápidamente que desvié mi atención y preguntó,

"¿Reina? ¿Qué ocurre?"

"Nada, nada."

Sacudí la cabeza y volví a concentrarme en el juicio.

Tal vez por la presencia de Sovieshu, el juicio se desarrollaba en una relativa calma, a excepción de cuando Alan protestó.

La siguiente persona en subir al estrado fue una mujer que no conocía.

¿Quién es?

A primera vista me resultaba familiar... pero no podía recordarla.

Mientras la miraba fijamente, ella apretó con fuerza los reposabrazos del asiento del estrado y habló,

"Yo... era la sirvienta... de la Emperatriz.... Delise."

Oh, era una sirvienta de Rashta.

"Continúa."

"La Emperatriz Navier.... rechazó... pájaro azul... que Emperador Sovieshu... envió como regalo... Rashta aprovechó... arrancar... las plumas... del pájaro vivo... y mintió... al Emperador Sovieshu... para culpar... a Emperatriz Navier."

¿Qué le pasa?

Su forma de hablar era lenta y su pronunciación un poco deficiente. Combinado con el hecho de que sus palabras se entrecortaban, daba la impresión de que le resultaba difícil hablar.

Su forma de hablar pareció desesperar a parte de la audiencia, un hombre rudo refunfuñó en voz alta, "¿Por qué hablas así?"

En la zona de prensa, un periodista se levantó rápidamente enojado.

Delise hizo una pausa y se estremeció. Su mirada se desvió por un momento hacia la fuente de la voz.

Sin embargo, respiró profundamente y continuó con calma.

"Mi lengua... está cortada por la mitad.... Emperatriz Rashta... ordenó que... se me cortara... por descubrir eso."

Un revuelo estalló entre la silenciosa audiencia.

"¡Oh, Dios mío!"

"¡Es una locura!"

"¿Lo dice en serio?"

"¡¿Cómo pudo hacer eso?!"

La audiencia miró ferozmente a la persona que había dicho las anteriores palabras desagradables a Delise.

Varias personas a mi alrededor también se estremecieron y agitaron los brazos, como si el simple hecho de pensarlo fuera aterrador.

El Juez de la Corte Suprema miró a Delise con ojos compasivos y preguntó a Rashta.

"Eso es cierto. ¿Su Majestad?"

Rashta respondió con firmeza.

"No."

Insultos estallaron desde la audiencia, pero Rashta ni siquiera parpadeó mientras miraba fijamente a Delise.

La siguiente persona en comparecer era una cara familiar... era Evely.

Evely confesó que Rashta la había insultado y acosado junto a los Vizcondes Isqua que siempre la habían despreciado por no pertenecer a la nobleza, además del atentado que sufrió en el carruaje de camino al Imperio Occidental...

A continuación subió al estrado el Vizconde Langdel, que había desaparecido ayer tras confiarme a sus hombres. Desveló la investigación que había realizado para limpiar el nombre de Nian.

"... En ese entonces, Su Majestad estaba tan cegado por Rashta que ni siquiera prestó atención al informe de mi investigación."

Al final, añadió unas palabras en contra de Sovieshu, pero… desafortunadamente este era el hogar de Sovieshu. La audiencia no reaccionó positivamente.

Luego, subió al estrado el secretario de Sovieshu, el Marqués Karl. Habló de cómo Rashta siempre pedía dinero prestado al Duque Elgy para cubrir los gastos de su amante Alan y de su primer hijo Ahn, habló del caso del puerto que había causado un revuelo en todo el imperio, y por último habló de los escándalos que habían surgido a lo largo de su relación con el Duque Elgy.

Tal vez porque estos casos habían salido a la luz anteriormente, a excepción del caso de Delise, el ambiente en la Corte Suprema no era tan feroz como temía.

Sin embargo, cada vez que comparecía un testigo y revelaba las pruebas correspondientes, la atmósfera se volvía más fría.

Aun así, cada vez que el Juez de la Corte Suprema le preguntaba a Rashta si era cierto, ella lo negaba rotundamente.

Después de que el Marqués Karl bajó del estrado, alguien en la zona donde estaban reunidos los periodistas gritó de repente, "¡Su Señoría! ¡Hay algo que quiero revelar!"

Era el mismo periodista que se había levantado enojado cuando Delise había sido ofendida antes.

"¿Quién eres tú?"

Cuando el Juez de la Corte Suprema preguntó con el ceño fruncido, el periodista salió rápidamente de la zona de prensa y subió al estrado.

Al igual que otros periodistas, llevaba una libreta en una mano y una pluma en la otra, pero además llevaba un documento bajo el brazo.

Los ayudantes del juez trataron de sacarlo, pero cuando apareció el periodista en el estrado, los plebeyos comenzaron a gritar su nombre, "¡Joanson!", "¡Es Joanson!", "¡Joanson!" "¡Joanson!"

Joanson... cuando estaba en el Imperio Occidental, fue un nombre que vi en varias noticias destacadas en los periódicos del Imperio Oriental.

Parecía muy estimado por los plebeyos.

"Dale esto a Su Señoría."

Debido a que la audiencia coreaba el nombre de Joanson, los ayudantes no pudieron sacarlo por la fuerza. Joanson extendió el documento que había traído consigo al ayudante que se encontraba más cerca.

"Tráemelo."

Cumpliendo la orden del Juez de la Corte Suprema, el ayudante aceptó el documento y se lo entregó.

La expresión del Juez de la Corte Suprema se distorsionó mientras revisaba el documento.

¿De qué será ese documento?

La audiencia también sentía curiosidad por el cambio de expresión del Juez de la Corte Suprema, por lo que dejó de corear el nombre de Joanson y permaneció en silencio.

"¿Qué es ese documento?"

Cuando Sovieshu preguntó en nombre de la audiencia, el Juez de la Corte Suprema se puso de pie y respondió,

"Este es un documento judicial de un criminal condenado a esclavitud por fraude."

¿Qué tenía que ver ese criminal condenado por fraude en el juicio de Rashta? Mientras la audiencia murmuraba confundida, Joanson intervino rápidamente.

"El nombre de ese criminal es exactamente el mismo que el del hombre que una vez afirmó ser el verdadero padre de la Emperatriz. El nombre de su hija es Rashta. Su edad coincide actualmente con la de la Emperatriz. El lugar donde fue condenado a la esclavitud junto con su hija resulta ser Rimwell."

Los murmullos se hicieron más fuertes. Como si el silencio hasta ahora hubiera sido una mentira, había un revuelo por todas partes.

"¡¿Eso quiere decir que la Emperatriz Rashta era una esclava, no una plebeya?!"

"¡¿Una esclava?! ¿No una plebeya, sino una esclava?"

¡¿Así que la supuesta representante de los plebeyos era una esclava que se hizo pasar desvergonzadamente por miembro de la nobleza?!

Poco después, estallaron insultos desde todos los asientos de la audiencia donde estaban reunidos los plebeyos.

Gritaron y protestaron airadamente, como si se tratara del crimen más grave que jamás se hubiera cometido.

"¡Bájenla!"

"¡¿Cómo se atreve una esclava a sentarse junto al Emperador?!"

"¡Deben bajarla y hacer que se arrodille!"

"¡Santo Dios!"

"¡¿Cómo se atreve una esclava a hacerse pasar por noble para convertirse en la Emperatriz?! ¡Es una vergüenza para el Imperio Oriental!"

"¡Bájenla! ¡Bájenla!"

En contraste, los nobles estaban tan sorprendidos que permanecieron en silencio.

Al menos, tenía claro que esto no estaba en los planes de Sovieshu. Aunque Sovieshu parecía indiferente por fuera, podía notar que estaba muy enojado.

Esta declaración impactante y las protestas de la audiencia habían acabado por completo con la paciencia de Rashta, que había intentado mantener la calma en todo momento.

Rashta abandonó furiosa su asiento, se dirigió al estrado, empujó a Joanson y gritó,

"¡Su Majestad Sovieshu está castrado!"


viernes, 27 de mayo de 2022

mayo 27, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 395

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 395. No Moriré Sola (1)


"He visto a Su Majestad llorar mientras pronunciaba repetidamente el nombre de Navier. Su Majestad ahora intenta hundir a Rashta en su enojo por haberse separado de esa mujer, ¿no es así?"

Sovieshu suspiró y se levantó,

"¿Acaso he dicho que es tu culpa que seas la Emperatriz? No, es mi culpa. Soy el único culpable de haber terminado con Navier. Incluso es mi culpa el haber creído en ti."

"..."

"Serás castigada es por todos los crímenes que has cometido, Rashta. ¿Cuándo lo admitirás?"

"¡¿Qué hice?!"

"¿Realmente no lo sabes?"

"No lo sé."

"Bueno, no importa si no lo sabes. A donde vas, no hace falta que respondas bien."

Sovieshu habló secamente y caminó hacia la puerta.

Rashta, que protestaba airadamente, se levantó de la cama asustada al escuchar 'a dónde vas'.

"Su Majestad, Su Majestad, espere un momento."

Corrió a toda prisa, se arrodilló y agarró a Sovieshu por la cintura.

"No me opondré a que sea depuesta. Aceptaré el divorcio de inmediato. Así que por favor, deja que Glorym y yo vivamos tranquilamente en un lugar apartado en el campo. Por favor, no quiero ir a la corte. Tengo miedo de la gente."

Sovieshu miró las manos temblorosas de Rashta. Sin embargo, Sovieshu apartó fríamente las manos de Rashta.

"Es absurdo que acepte un trato en la posición en la que te encuentras, Rashta."

Rashta se derrumbó impotente en el suelo, pero no se rindió y gritó con la cara completamente roja,

"¡Soy inocente! ¡Es injusto que sea castigada! ¡Es Su Majestad quien debe ser castigado por sus crímenes!"

"Escucharás en la corte suprema cada uno de tus crímenes."

"¡Yo revelaré los tuyos!"

"¿Qué?"

"¡Su Majestad engañó a todos porque siempre supo que yo era una esclava fugitiva! ¡Lo contaré todo! ¿Por qué no hablar si voy a morir de todos modos? ¡Lo contaré todo!"

Rashta gritó con todas sus fuerzas, pero el hombre que tenía delante se mantuvo firme, sin siquiera inmutarse.

"Dilo."

"¡!"

"No importa si lo dices porque no hay pruebas. Incluso si las personas te creen, me verán como un tonto emperador cegado por el amor. Pero eso es todo. Con el tiempo se olvidará."

"Umm..."

"Más bien, ¿no serán tus dos hijos los que realmente sufrirán?"

"¿Qué...?"

"Bueno, tu primer hijo se convertirá en un esclavo de cualquier manera, hables o no del asunto de la esclavitud."

Rashta miró desconcertada a Sovieshu y preguntó con voz nerviosa,

"¿Qué quieres decir? ¿Por qué Ahn? ¿Por qué Ahn sería un esclavo? ¿Qué hizo Ahn?"

"Ahn no hizo nada, pero sus padres cometieron crímenes."

Rashta no sentía el menor afecto por Ahn. Al menos eso pensaba ella.

Sin embargo, en el momento en que escuchó las palabras de Sovieshu, la desesperación invadió su corazón y sintió un dolor insoportable.

Aunque Rashta no amaba a Ahn tanto como a Glorym, no quería que Ahn sufriera.

"¡¿No te reconozco?! ¡¿No te reconozco?! ¡Eres peor que el Duque Elgy! ¡Maldito bastardo, cómo puedes hacer esto!"

Sovieshu evitó fácilmente a Rashta, que se abalanzó sobre él con los ojos en blanco. Luego abrió la puerta y se marchó.

Un jadeo sofocante como el de un ciervo atrapado salía del dormitorio cerrado.

***

El día del juicio de la Emperatriz Rashta finalmente había llegado. El cielo estaba de un color gris opaco. La gente acudía masivamente a la corte para presenciar el histórico juicio en un estado de ánimo inestable.

Sus mentes estaban enredadas.

Una mujer de belleza incomparable que consiguió cautivar al emperador y expulsar a una auténtica emperatriz cuando era concubina. La emperatriz que intentó engañar al emperador para que su hija, nacida de su amante, se convirtiera en una princesa. La emperatriz que intentó matar a una mujer inocente por miedo a que el emperador fijara sus ojos en otra mujer. La emperatriz que cedió un puerto porque estaba enamorada del apuesto Duque de otro país. La emperatriz que al final fue capturada tratando de escapar por miedo a las consecuencias.

Aunque les alegraba que esa emperatriz fuera finalmente castigada, esa emperatriz, era la 'esperanza de los plebeyos' a la que una vez alabaron y amaron.

Era una esperanza falsa, pero era la luz que anhelaban.

Ahora que Rashta estaba realmente perdida, muchas cosas pasaban por la cabeza de todos.

El Conde Pirnu, que odiaba a Rashta, tampoco estaba muy alegre.

Sin embargo, la razón de su falta de alegría no era por Rashta. Se debía a que dos emperatrices tuvieron que abandonar el trono en poco tiempo.

Ahora que la situación había llegado a este punto, la próxima emperatriz definitivamente no saldrá de los plebeyos.

La posición de Emperatriz del Imperio Oriental era la más alta a la que podía ascender una persona que no perteneciera a la Familia Imperial.

Sólo pensar en la cantidad de familias nobles que competirán ferozmente para elevar a sus hijas a esa honorable posición ya era un dolor de cabeza.

El Conde Pirnu tenía papel y pluma para registrar los resultados del juicio de hoy. Por supuesto, hay personas encargadas de eso, pero él tenía la intención de registrar los eventos de hoy a su manera.

"Conde Pirnu."

La mano ocupada del Conde se detuvo ante la voz de Sovieshu.

"Sí, Su Majestad."

"¿Dónde está Navier? ¿Ha llegado?"

El Conde Pirnu no tenía una respuesta. Afortunadamente, el Marqués Karl, que acababa de entrar, respondió en su lugar.

"Su Majestad. Navier llegó anoche a la Mansión Troby."

"¿A la Mansión Troby?"

"El Duque Troby se desvió en el camino, mientras que la Duquesa, Navier y Heinley entraron en la mansión."

La expresión de Sovieshu se volvió complicada.

"¿Va a venir al juicio?"

"Como le informé anteriormente, Navier vendrá sólo a observar. Tiene la intención de observar discretamente, así que es mejor no buscarla..."

"¿Eso quiere decir que la veré entre la audiencia general? ¿O en los asientos de los nobles?"

"Sobre eso..."

El Marqués Karl había intentado no hablar de forma inapropiada. Sin embargo, ¿cuánto tiempo podría evadir cortésmente lo que en realidad quería saber el Emperador Sovieshu? Eventualmente, no pudo contenerse más.

"Su Majestad. Navier no vino aquí como la Emperatriz del Imperio Occidental, sino como su ex-esposa, así que le pido que no pregunte por los detalles..."

La expresión de Sovieshu se volvió rígida.

jueves, 26 de mayo de 2022

mayo 26, 2022

Padre, No Quiero Casarme - Capítulo 76

Capítulo 76. Mi Escolta Secreto


'¡Cómo se atreve un plebeyo a actuar con tanta arrogancia hacia mí sólo porque está respaldado por una dama!' El Barón miró fijamente a Max. Luego retrocedió al ver los ojos rojos del hombre nublados por la sed de sangre. 'No me había dado cuenta hasta ahora, pero cómo sus ojos son tan...' De repente volvió a la realidad. Había hecho de todo para ascender en la jerarquía social, desde convertirse en sicario por contrato hasta dañar a otros. A pesar de todas sus sucias acciones, nunca había visto unos ojos tan amenazantes. 'Ese tipo es peligroso'. Dejando a un lado a la dama, el Barón ahora estaba asustado por este simple plebeyo. Tragó saliva por el nerviosismo. Sintió la necesidad de abandonar este lugar cuanto antes. 

"Me voy ahora que me he disculpado". Cuando se marchó, casi como si huyera de la escena, Max levantó las comisuras de los labios mientras observaba la espalda del Barón. 'Barón Gordon... eh. Debería matar a este tonto pronto'. 

En ese momento, escuchó una voz que le hizo cosquillas en los oídos. "¿Estás bien? ¿Te has lastimado en algún sitio?"

Cuando el rostro que había estado buscando apareció, sus ojos sedientos de sangre se volvieron dóciles de inmediato. '¿Ella pensó que me iba a hacer daño un idiota como él?' Max estaba a punto de responder de su manera habitual, pero se detuvo al recordar lo que ella le había dicho una vez. Ella todavía estaba en una situación en la que la ignora la gente de la alta sociedad, nunca la tomarían en serio si él también le faltaba el respeto.  

Max sujetó con fuerza sus pequeñas manos para responder, "Estoy bien, mi dama."

Los ojos de Jubelian temblaron.

***

'No puedo creer que se haya ido sin más'.  Aunque resultaba extraño que el Barón se marchara tan tranquilamente después de causar un revuelo, tenía cierto sentido cuando reflexionaba sobre ello. 'Bueno... No era mi intención hacerlo sentir incómodo por hablarme informalmente, pero probablemente se sintió de esa forma, considerando mi estatus social'. No sé que le habría hecho al discípulo de mi padre si yo no hubiera intervenido. 'No importa cuán hábil sea en el manejo de la espada, no podrá evitar ser castigado por ir contra un noble'.

Miré de forma disimulada al discípulo de mi padre, pero no parecía estar herido en ninguna parte. 'Hm, viendo que está tan rígido, ¿Supongo que está conmocionado por lo ocurrido?' Extendí mi mano hacia él con preocupación.

"¿Estás bien? ¿Te has hecho daño en algún sitio?" le pregunté. Se giró hacia mí en respuesta. No parecía que estuviera asustado porque su mirada no era diferente de la habitual. 'Eso es un alivio'. No éramos tan cercanos como para considerarnos amigos, pero me sentía cómoda con él. 'Me alegro mucho. Después de lo que ha pasado hoy, me preocupaba que se mantuviera alejado de mí, porque se sintiera incómodo...'

En ese momento, me agarró las manos. Su firmeza me recordó a la de un niño perdido que por fin ha encontrado a sus padres. Me hizo gracia que pudiera percibir esa inocencia de sus grandes manos. 'Supongo que está aliviado por encontrarse con alguien que conoce'. Parecía que dejar que se quedara en mi habitación y darle de comer no había sido en vano porque por fin se estaba abriendo hacia mí.

"Estoy bien, Dama", respondió. Nunca pensé que le escucharía hablar de manera formal en mi vida, así que estaba escéptica. 'Un momento... ¿Qué le pasa?' No entendía por qué alguien que frecuentemente se metía en problemas por su comportamiento informal, ahora me daba el trato contrario.

Su disputa con el Barón había durado algún tiempo antes de que yo interviniera, así que era posible que alguien lo hubiera golpeado cerca de la cabeza. Con esta sospecha, intentó observar atentamente su cabeza, pero no pude ver mucho debido a su alta estatura. 'Tiene la altura a su favor'. No sólo era más alto que yo, sino que también era guapo. Aunque la conmoción había pasado, mucha gente seguía parándose a mirarlos.

"¿Quién es ese?"

"Hm, no estoy segura, pero ¿No es la Dama Floyen la que está a su lado?"

"Oh, sí. Y veo que están agarrados de la mano."

Por muy grande que fuera la plaza, seguía estando situada en el mismo centro de la capital. No era sorprendente que la gente me reconociera como la infame dama de la alta sociedad.

"Hey, podemos..."

Estaba a punto de decirle que me soltara las manos para que nos fuéramos a otro sitio, pero me interrumpió. "Hay algo que tengo que hacerle saber, Dama. El contrato que mencionó..."

Se me había puesto la piel de gallina por su cortesía, pero eso no importaba en estos momentos. Me sobresalté ante lo que iba a decir, así que le tapé la boca con las manos. "Te refieres al pago que necesitas de mi padre, ¿verdad?". pregunté. Fue un farol para evitar que él diera su respuesta a mi propuesta de iniciar una relación contractual. 'No puedo tener una conversación tan importante en un lugar tan concurrido, donde la gente podría escuchar'. 

"Sígueme". Lo arrastré hacia el carruaje. "Sube."

Sin embargo, en lugar de subir como le indiqué, me miró con dulzura. "¿Por qué no sube usted primero, dama?" Su inesperado ofrecimiento me hizo sentir extraña. 'Parece que se ha vuelto un poco más amable'.

"Entonces, ¿Por qué te fuiste ese día sin decir nada?" pregunté cuando se cerró la puerta del carruaje. Me había molestado su expresión de enfado, me pregunté si odiaba tanto la idea de tener una relación contractual conmigo. 'Debería haberme rechazado en ese caso. Luego podría haber empezado a pensar en huir.'

Me miró con arrogancia. Luego inclinó la cabeza hacia atrás como si no pudiera soportar más mi mirada. "No es asunto tuyo", dijo.

'Lo sabía. Era imposible que alguien cambiara tan fácilmente'. 
mayo 26, 2022

Padre, No Quiero Casarme - Capítulo 75

Capítulo 75. Mi Escolta Secreto

"¿Perdón? ¿Por casualidad... la he ofendido, Dama?" El Barón Gordon tartamudeó como si estuviera sorprendido. Pero más que simpatía, sentí que la ira surgía dentro de mí. 'Es cruel con los indefensos, pero tiene la audacia de actuar frente a mí'. 

El Barón Gordon me recordaba a mis superiores en mi vida pasada, que abusaban con frecuencia de su autoridad. La gente como ellos sólo se comportaba de forma servil con los poderosos, pero levantaba la voz autoritariamente con los débiles. Aunque quería reprocharle hasta la saciedad, era consciente de que estábamos en plena Calle Arcade, donde se congregaban muchos nobles. Sería objeto de más rumores si apoyaba ciegamente al discípulo de mi padre, que parecía un plebeyo. 'No hay otra forma de evitarlo que haciendo una pequeña actuación'. 

Señalé al discípulo de mi padre con una expresión seria. "¿No estabas maltratando a mi hombre?" En cuanto terminé de hablar, los ojos del discípulo de mi padre se agrandaron. Probablemente estaba sorprendido, lo cual resultaba comprensible. 'Estoy tratando de salvarte, así que mantén la boca cerrada. ¿De acuerdo?' Trató de insinuarle con mi intensa mirada. Aunque mi pregunta iba dirigida al Barón, un grupo inesperado de personas respondió. 

"¿Qué? ¿Qué quiere decir con eso, Dama?"

"¿Qué quiere decir con 'mi hombre'?"

Me sobresaltaron sus voces inusualmente sombrías. '¡Caramba, me olvidé de los caballeros que estaban detrás de mí!' Tenía la costumbre de ignorar a los caballeros que la escoltaban, que me hacían sentir incómoda mientras compraba, así que olvidé accidentalmente que me seguían.

Me di la vuelta. "Es un escolta secreto que mi padre me asignó en privado", dije con calma. "Es un mercenario muy hábil."

"Nunca me dijeron nada de esto, dama", dijo Geraldine testarudamente. 

"Le falta mucho para adaptarse a este tipo de situaciones". Suspiré. Decidí explicarles las circunstancias más tarde, recurriendo a la mentira por el momento. "Le pedí a mi padre que lo mantuviera en secreto ante ustedes porque pensé que os disgustaría a todos".

"¡Pero...!"

"Ahora mismo estoy hablando con alguien, así que te contaré los detalles más tarde."

Geraldine se inclinó suspirando. "Sí, dama". Cuando él dio un paso atrás, miré fijamente al Barón Gordon. 

"Ahora, ¿realmente crees que te voy a dejar ir después de meterte con mi escolta Barón Gordon?". 

El Barón hizo una mueca de dolor en respuesta. Luego protestó como si su orgullo estuviera en juego. "¿Qué quiere decir con 'meterse con él'? Ese hombre me hizo caer, ¡Y luego me habló informalmente! Mi pregunta es, ¿Cómo me va a compensar por el daño causado aquí?" 

En una sociedad aristocrática, el error de un subordinado era responsabilidad de su amo si el conflicto se iba de las manos. Era más común que ambas partes dejaran pasar el asunto para no ofender al otro. 'Ahora que sabe que es imposible que tengamos una relación amistosa, está intentando sacarme algo de dinero como mínimo'. Como se esperaba de un noble de origen ordinario, era servil pero nada agradable, como indicaba la rapidez con la que había cambiado de actitud. 

'Realmente me desagrada esta persona', pensé. A simple vista, me di cuenta de que el Barón había iniciado la discusión, pero exigía injustamente una disculpa. Era imposible que el discípulo de mi padre, con su feroz personalidad, se rebajara ante alguien que se peleaba con él. Aunque se hubiera equivocado, dudaba que se disculpara ante el Barón. 'No se puede evitar. En una situación como ésta...'

"Mi escolta creció en el campo, así que no está acostumbrado a las normas sociales. Sin embargo, es culpa mía por no haberle enseñado modales, así que asumiré toda la responsabilidad como su ama", dije en voz baja, lanzando una mirada feroz al Barón. Él puso una expresión brillante. 

'Seguro que está emocionado porque le compensaré, ¿no? Pero como dicen, ojo por ojo, diente por diente'. En este tipo de situaciones, era habitual que el amo castigara a su subordinado o compensara a la otra parte. Pero como no tenía intención de disciplinar al discípulo de mi padre ni de malgastar mi preciado dinero, sugerí un método que resolviera este problema de forma pacífica. 

"¿Por qué no lo llamamos incluso si usted me habla informalmente como mi escolta lo hizo con usted, Lord Gordon?" pregunté. La sonrisa del Barón desapareció inmediatamente de su rostro. 

'¿Hablarle informalmente?' Tras digerir las palabras de la dama, el Barón se dio cuenta de algo. 'He hecho un juicio erróneo'. Estaba seguro de que los nobles que conocía habían balbuceado sobre la falta de modales de la dama, así como sobre su terrible personalidad. 

"Adelante, háblame informalmente", dijo la mujer con un tono altivo, mirándolo fijamente con una mirada intimidante. Por mucho que la observara, no se trataba de una chica inocente, sino de un demonio que amenazaría su vida en el momento en que bajara la guardia. 

'Esta vil tipa. Tiene las agallas de decir eso porque sabe que no soy capaz de hablarle informalmente'. El Barón se había convertido en un noble gracias a su astucia, por lo que sabía que si hablaba informalmente con la dama para defender su orgullo, sería castigado con un motín. Este delito era lo suficientemente grave como para quitarle su insignificante estatus, que tanto le había costado conseguir.

El Barón se apresuró a hacer una reverencia. "He causado un gran inconveniente a la dama. Por favor, perdóneme con su generosidad."

Aunque se disculpó, la dama sacudió la cabeza con desaprobación. "No creo que debas pedirme perdón a mí, sino a mi escolta", dijo fríamente.

El Barón apretó los dientes, indignado por la posibilidad de tener inclinarse ante un plebeyo. Aun así, bajó inmediatamente la cabeza, sabiendo que enfurecería a la dama si no se disculpaba. "Siento lo ocurrido. Parece que he malinterpretado la situación", declaró a la fuerza. Sintiendo la falta de sinceridad de sus palabras, Max le miró fijamente en lugar de responder.