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jueves, 26 de mayo de 2022

Padre, No Quiero Casarme - Capítulo 76

Capítulo 76. Mi Escolta Secreto


'¡Cómo se atreve un plebeyo a actuar con tanta arrogancia hacia mí sólo porque está respaldado por una dama!' El Barón miró fijamente a Max. Luego retrocedió al ver los ojos rojos del hombre nublados por la sed de sangre. 'No me había dado cuenta hasta ahora, pero cómo sus ojos son tan...' De repente volvió a la realidad. Había hecho de todo para ascender en la jerarquía social, desde convertirse en sicario por contrato hasta dañar a otros. A pesar de todas sus sucias acciones, nunca había visto unos ojos tan amenazantes. 'Ese tipo es peligroso'. Dejando a un lado a la dama, el Barón ahora estaba asustado por este simple plebeyo. Tragó saliva por el nerviosismo. Sintió la necesidad de abandonar este lugar cuanto antes. 

"Me voy ahora que me he disculpado". Cuando se marchó, casi como si huyera de la escena, Max levantó las comisuras de los labios mientras observaba la espalda del Barón. 'Barón Gordon... eh. Debería matar a este tonto pronto'. 

En ese momento, escuchó una voz que le hizo cosquillas en los oídos. "¿Estás bien? ¿Te has lastimado en algún sitio?"

Cuando el rostro que había estado buscando apareció, sus ojos sedientos de sangre se volvieron dóciles de inmediato. '¿Ella pensó que me iba a hacer daño un idiota como él?' Max estaba a punto de responder de su manera habitual, pero se detuvo al recordar lo que ella le había dicho una vez. Ella todavía estaba en una situación en la que la ignora la gente de la alta sociedad, nunca la tomarían en serio si él también le faltaba el respeto.  

Max sujetó con fuerza sus pequeñas manos para responder, "Estoy bien, mi dama."

Los ojos de Jubelian temblaron.

***

'No puedo creer que se haya ido sin más'.  Aunque resultaba extraño que el Barón se marchara tan tranquilamente después de causar un revuelo, tenía cierto sentido cuando reflexionaba sobre ello. 'Bueno... No era mi intención hacerlo sentir incómodo por hablarme informalmente, pero probablemente se sintió de esa forma, considerando mi estatus social'. No sé que le habría hecho al discípulo de mi padre si yo no hubiera intervenido. 'No importa cuán hábil sea en el manejo de la espada, no podrá evitar ser castigado por ir contra un noble'.

Miré de forma disimulada al discípulo de mi padre, pero no parecía estar herido en ninguna parte. 'Hm, viendo que está tan rígido, ¿Supongo que está conmocionado por lo ocurrido?' Extendí mi mano hacia él con preocupación.

"¿Estás bien? ¿Te has hecho daño en algún sitio?" le pregunté. Se giró hacia mí en respuesta. No parecía que estuviera asustado porque su mirada no era diferente de la habitual. 'Eso es un alivio'. No éramos tan cercanos como para considerarnos amigos, pero me sentía cómoda con él. 'Me alegro mucho. Después de lo que ha pasado hoy, me preocupaba que se mantuviera alejado de mí, porque se sintiera incómodo...'

En ese momento, me agarró las manos. Su firmeza me recordó a la de un niño perdido que por fin ha encontrado a sus padres. Me hizo gracia que pudiera percibir esa inocencia de sus grandes manos. 'Supongo que está aliviado por encontrarse con alguien que conoce'. Parecía que dejar que se quedara en mi habitación y darle de comer no había sido en vano porque por fin se estaba abriendo hacia mí.

"Estoy bien, Dama", respondió. Nunca pensé que le escucharía hablar de manera formal en mi vida, así que estaba escéptica. 'Un momento... ¿Qué le pasa?' No entendía por qué alguien que frecuentemente se metía en problemas por su comportamiento informal, ahora me daba el trato contrario.

Su disputa con el Barón había durado algún tiempo antes de que yo interviniera, así que era posible que alguien lo hubiera golpeado cerca de la cabeza. Con esta sospecha, intentó observar atentamente su cabeza, pero no pude ver mucho debido a su alta estatura. 'Tiene la altura a su favor'. No sólo era más alto que yo, sino que también era guapo. Aunque la conmoción había pasado, mucha gente seguía parándose a mirarlos.

"¿Quién es ese?"

"Hm, no estoy segura, pero ¿No es la Dama Floyen la que está a su lado?"

"Oh, sí. Y veo que están agarrados de la mano."

Por muy grande que fuera la plaza, seguía estando situada en el mismo centro de la capital. No era sorprendente que la gente me reconociera como la infame dama de la alta sociedad.

"Hey, podemos..."

Estaba a punto de decirle que me soltara las manos para que nos fuéramos a otro sitio, pero me interrumpió. "Hay algo que tengo que hacerle saber, Dama. El contrato que mencionó..."

Se me había puesto la piel de gallina por su cortesía, pero eso no importaba en estos momentos. Me sobresalté ante lo que iba a decir, así que le tapé la boca con las manos. "Te refieres al pago que necesitas de mi padre, ¿verdad?". pregunté. Fue un farol para evitar que él diera su respuesta a mi propuesta de iniciar una relación contractual. 'No puedo tener una conversación tan importante en un lugar tan concurrido, donde la gente podría escuchar'. 

"Sígueme". Lo arrastré hacia el carruaje. "Sube."

Sin embargo, en lugar de subir como le indiqué, me miró con dulzura. "¿Por qué no sube usted primero, dama?" Su inesperado ofrecimiento me hizo sentir extraña. 'Parece que se ha vuelto un poco más amable'.

"Entonces, ¿Por qué te fuiste ese día sin decir nada?" pregunté cuando se cerró la puerta del carruaje. Me había molestado su expresión de enfado, me pregunté si odiaba tanto la idea de tener una relación contractual conmigo. 'Debería haberme rechazado en ese caso. Luego podría haber empezado a pensar en huir.'

Me miró con arrogancia. Luego inclinó la cabeza hacia atrás como si no pudiera soportar más mi mirada. "No es asunto tuyo", dijo.

'Lo sabía. Era imposible que alguien cambiara tan fácilmente'.