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martes, 10 de mayo de 2022

mayo 10, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 390

Capítulo 390. Testamento (2)



Como Evely vivía en el Palacio del Sur, pudo enterarse en pocas horas del escandaloso juicio contra los Vizcondes Isqua.

Se enteró de que los Vizcondes Isqua, que tanto protegían a la Emperatriz Rashta, revelaron por su propia cuenta que Rashta era una hija falsa.

Evely chasqueó la lengua tan pronto como el mago de la corte le contó lo sucedido,

"Tienen personalidades tan parecidas que no puedo creer que sean una familia falsa. Es bastante sospechoso. ¿Son realmente padres falsos? ¿No será parte de un plan de los tres?"

El mago de la corte también chasqueó la lengua,

"No lo creo, ¿cómo puedes ser tan negativa?"

"Maestro, eso es porque no vivió lo mismo que yo. Si viera el mundo desde mis ojos, se daría cuenta de que es un lugar retorcido."

"¿Qué hay de mí? ¿También parezco una persona retorcida a tus ojos?"

"Te lo diré cuando me dejes tu posición como mago de la corte."

Cuando los ojos del mago de la corte comenzaron a entrecerrarse, Evely dejó de hablar y salió rápidamente del laboratorio con un frasco.

Una vez afuera, asomó la cabeza hacia el laboratorio a través de la puerta abierta. Dentro, el mago de la corte murmuró, "Mañana estarás en problemas."

Aunque el mago de la corte la amenazó, Evely lo encontró divertido. Luego, se alejó con una sonrisa.

El mago de la corte había sido la persona que más la cuidaba últimamente, a pesar de que a menudo la reprendía.

No podía decir que la cuidaba como un padre, pero sí como un amigo cercano de sus padres. A veces incluso como un pariente.

Ese nivel de atención era lo suficientemente bueno para Evely.

La Emperatriz Navier había sido su benefactora y todavía la consideraba como tal, pero había una inevitable sensación de distancia debido a su posición como emperatriz.

En cambio, el mago de la corte no era un benefactor, sino alguien cercano. Aunque no eran miembros de su familia, ambos eran muy importantes para ella.

En este momento, su estado de ánimo era realmente bueno porque la Emperatriz Rashta y los Vizcondes Isqua, a quienes tanto odiaba, iban en picada.

Ella bajó felizmente las escaleras y recorrió el pasillo hasta su habitación, sólo para encontrar a una mujer con traje delante de la puerta.

Era la primera vez que la veía, así que preguntó con cautela. 

"¿Quién es usted?"

La mujer no respondió, en cambio se acomodó los lentes y preguntó,

"¿Es usted la Señorita Evely, la asistente del mago de la corte?"

"... Sí, soy yo."

Evely miró con atención la puerta cerrada. La mujer no parecía una ladrona, pero todavía levantaba sospechas. ¿No habrá robado algo mientras estuve en el laboratorio? 

La mujer habló con calma a pesar de que sabía que Evely estaba en guardia,

"Soy la administradora de los bienes de los padres de la Señorita Evely."

"¿Qué? ¿Mis... padres?"

Evely preguntó desconcertada mientras daba un paso atrás con más cautela.

"¿Eres una estafadora?"

Después de pasar toda su vida como huérfana, ahora aparece de repente una mujer que afirma ser la administradora de los bienes de sus padres. Era una estafadora a todas luces.

La mujer le mostró su pase de acceso al palacio imperial y su licencia de administradora de bienes acreditada por el Estado.

Evely le echó un vistazo, pero no tenía forma de saber si era falsa o real porque no conocía ese campo.

Aun así, fingió reconocerla y preguntó con los ojos bien abiertos,

"¿A qué has venido?"

La mujer le explicó,

"Señorita Evely, sus padres la estuvieron buscando todo este tiempo. Por fortuna, ahora ha sido encontrada."

"¿Pero por qué en vez de venir mis padres... vino una administradora de bienes? ¿Acaso mis padres quieren que asuma sus deudas? Todavía me pareces una estafadora."

"No son deudas, es su patrimonio."

"¿Su patrimonio?"

Evely frunció el ceño. Si la administradora de bienes hubiera venido a decir que debía asumir sus deudas, sin duda sería una estafa, pero esto también resultaba sospechoso.

"¿Por qué mis padres me dejarían su patrimonio?"

"Porque han fallecido."

"... Han.. fallecido... ¿ambos?"

"Así es. En su testamento pidieron encontrar a su hija y darle su patrimonio."

Evely se quedó aturdida por las noticias inesperadas. Una administradora de bienes le habló de repente de sus padres, del patrimonio que le habían dejado y de que habían muerto...

"Es una suma enorme. Si no me cree, puede llevar a otra persona con usted para los trámites de la herencia."

"¿De verdad estás hablando de mis padres?"

Evely preguntó tardíamente con los bordes de los ojos enrojecidos. Los padres que nunca tuvo. Los padres que odió toda su vida porque pensaba que la habían abandonado. Los padres que no creía necesitar.

Sus padres habían muerto mientras la buscaban, e incluso después de su muerte pidieron que la búsqueda continuara. Evely sintió un vacío y una tristeza en un rincón de su corazón.

Ni siquiera podía pensar en la herencia. Sus ojos naturalmente se llenaron de lágrimas.

La mujer miró a Evely con una expresión complicada y asintió en silencio.

Evely preguntó mientras se limpiaba los ojos.

"¿Cómo se llaman mis padres? ¿Cuándo murieron? ¿Son del Imperio Oriental? ¿Qué hay de sus familiares? ¿Fueron enterrados cuando murieron? ¿Puedo visitar sus tumbas?"

Aunque nunca sintió la necesidad de saber sobre sus padres, estas preguntas surgieron espontáneamente.

Pero la mujer sacudió la cabeza y no respondió una sola pregunta,

"Lo siento, Señorita Evely. Sus padres me pidieron que no revelara sus nombres."

"Por qué..."

"No fueron buenas personas. Se sentían tan avergonzados que me pidieron que no revelara sus nombres a la Señorita Evely."

Evely parpadeó incrédula y exclamó con voz llorosa,

"¡Es absurdo! ¡No me importa si fueron malas personas! Me dijiste que mis padres pasaron toda su vida buscándome, ¡pero ni siquiera puedes decirme sus nombres!"

Las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos. Cuando recobró el sentido, el frasco que sostenía con fuerza ya estaba inclinado, y el líquido de su interior caía al suelo.

"Está escrito en el testamento."

"¡Tonterías!"

"... Aunque no fueron buenas personas, siempre amaron a la Señorita Evely. Nunca perdieron la esperanza de encontrarla."

Evely sacudió la cabeza, sus ojos le ardían,

No puede ser. Ahora que lo pienso, ¿qué clase de padres dicen que aman a su hija, le dejan su patrimonio, pero no revelan sus nombres?

"No están muertos, ¿verdad? Sólo me dejaron una parte de su patrimonio porque temen que me convierta en una molestia. ¿Acaso soy la hija ilegítima de algún noble?"

Cuando Evely preguntó entre lágrimas, la administradora de bienes respondió con una sonrisa amarga,

"No, no lo eres."

De hecho, a excepción de que le dejaron su patrimonio y de que nunca dejaron de buscarla, todo era mentira.

Los padres de Evely seguían vivos. Sus padres fueron los protagonistas del juicio que hoy causó un revuelo en todo el país.

Sin embargo, no querían que sus nombres se asociaran con el de Evely. Sólo querían que su hija recibiera un caudal de riquezas, en vez de convertirse en la heredera de una familia llena de deshonra. Además de las palabras que deseaban decirle.

"También te dejaron estas últimas palabras."

Evely aceptó el papel y lo leyó con un nudo en la garganta. 

— Realmente te amamos, te amaremos por siempre. Nunca te abandonamos, por lo que si pensaste eso, te pedimos que lo olvides. No pudimos cuidarte mientras estuvimos vivos, pero prometemos cuidarte desde el cielo.

Evely levantó la mirada mientras derramaba lágrimas en silencio. La administradora de bienes le extendió un pañuelo con una sonrisa de dolor. 

***

viernes, 6 de mayo de 2022

mayo 06, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 389

Capítulo 389. Testamento (1)



Una vez que acepté la propuesta de Heinley, nos preparamos para partir hacia el Imperio Oriental.

Mis padres también querían acompañarme porque habían pasado mucho tiempo fuera de casa. Ellos no asistirán al juicio, sino que aprovecharán la ocasión para ir a su territorio.

De hecho, mis padres podrían testificar contra Rashta en la corte. Rashta había contratado a un asesino para acabar con sus vidas. Un crimen grave.

Sin embargo, lo que dificultaba hacer esto público en la corte es que fue un informante secreto de Heinley quien lo descubrió. 

Heinley les dijo a mis padres que podía hacer de su informante secreto un testigo si así lo deseaban, pero mis padres sacudieron las manos.

"No es necesario. Una vez que Rashta sea depuesta, no podrá intentar nada parecido de todos modos."

"Sólo el caso de la princesa falsa es suficiente para que sea depuesta, sería en vano mencionar este caso sin motivo. No nos beneficia en nada."

"No sería bueno revelar que hay informantes secretos del Imperio Occidental ocultos en el Imperio Oriental. Así que es mejor dejarlo pasar, Su Majestad."

A pesar de eso, mis padres parecían muy felices de que Heinley fuera tan considerado.

Yo también...

Poco después, partimos hacia el Imperio Oriental. En el camino, Heinley se acercó a caballo al carruaje en el que iba con mis damas de compañía, y me preguntó a través de la ventana.

"Reina. ¿Cuántos puntos crees que tengo ahora con mis padres?"

Habría preferido que no me preguntara esto en presencia de otras personas.

"¿Por qué no les preguntas tú mismo?"

"Cierto, no puedo confiar en ti."

"¿No puedes confiar en mí?"

"Desde que Reina palmeó mi trasero sin mi consentimiento, he perdido la confianza."

"Heinley, tu voz."

"Sé que te gusta mi voz."

Quise decir que bajara la voz. Antes de que pudiera volver a hablar, Heinley susurró con voz dulce,

"Te amo."

Es un... zorro. No, es una mezcla entre un perro zorro y un pájaro zorro. Así es, es un perro pájaro zorro. ¿Es esto último demasiado ofensivo?

Heinley no sabía qué pasaba por mi mente. Cuando nuestras miradas se cruzaron, sonreí inocentemente.

Heinley deslizó su cabeza por la pequeña ventana del carruaje para darme un beso. Luego fingió no haber hecho nada y enderezó su postura sobre el caballo.

Era tan lindo como travieso, así que extendí mi mano para pellizcar su muslo. Heinley se rió ante el leve dolor y agarró mi mano.

"Reina, ¿recuerdas este camino?"

"¿Cómo no voy a recordarlo?"

"Aquella vez, atravesamos este camino a caballo para llegar al Imperio Occidental. A veces recuerdo ese día. Sin duda, nunca lo olvidaré."

Yo tampoco lo olvidaré...

Pero si estuviera de acuerdo con sus palabras, Heinley podría preguntar si era porque me había abrazado fuertemente mientras montábamos juntos a caballo.

Por supuesto, ese momento fue inolvidable, pero cambié deliberadamente el enfoque de la conversación.

"En mi caso, lo que recordaré por siempre es cómo tuve que escapar incómoda en el espacio secreto dentro del asiento de un carruaje."

Eso era cierto.

Heinley dijo entre risas, "Por supuesto que también recordaré eso por el resto de mi vida."

Él se reía fácilmente.

Después de mirar un rato por la ventana, la cerré y dirigí mi atención al interior del carruaje.

Si continuaba abriendo la ventana, Heinley sólo se enfocaría en mí en vez de en el camino por delante.

Las palabras de Heinley me hicieron recordar vívidamente ese día.

Aunque no me sentía bien y temía que nos atraparan, nuestra huida estuvo llena de esperanza.

Heinley me envolvió cariñosamente entre sus brazos y avanzamos en una sola dirección, con nuestros cuerpos presionados el uno contra el otro.

Aunque no quería volver a pasar por lo mismo, Heinley definitivamente había dado color a mi pasado. Ahora podía recordar los momentos difíciles que pasé con una sonrisa.

"Reina. Reina. Se me ocurrió una buena idea."

Incapaz de resistirse, Heinley volvió a llamar a la ventana del carruaje.

En cuanto abrí la ventana, Heinley propuso emocionado mientras igualaba el paso de su caballo con el del carruaje.

"Reina, cuando nuestro hijo crezca un poco, ¿qué te parece si montamos a caballo juntos?"

"Suena divertido."

"McKenna cuidaría a nuestro hijo, que montaría un potro, mientras nosotros dos montaríamos a caballo juntos por la pradera. ¿No crees que lo disfrutaríamos?"

"Sí."

¿Pero McKenna también lo disfrutaría?

McKenna, que montaba a caballo al lado de Heinley, no parecía feliz en absoluto.

Cuando los ojos de McKenna se posaron en mí, metí la cabeza y cerré la ventana. Unos cinco segundos después, oí a McKenna quejarse ante Heinley.

Una sonrisa apareció naturalmente en mi rostro.

¿Cómo podía ser esto tan divertido?

Laura, que estaba sentada en silencio frente a mí, murmuró con las manos entrelazadas,

"Nunca me interesaron los hombres, Su Majestad. Pero cuando la veo junto a Su Majestad Heinley, siento que me gustaría casarme también."

"¿En serio?"

"Sí."

"¿Entonces la Señorita Laura piensa comprometerse pronto?"

La familia de Laura no quería que tuviera un matrimonio político demasiado pronto. Incluso la propia Laura no estaba interesada en las relaciones amorosas.

Pero si Laura lo deseaba, había muchos jóvenes nobles de familias respetables preparados para casarse con ella.

Cuando salió el tema del compromiso, Laura pensó seriamente, 'Hmm...'. Luego sacudió la cabeza.

"No es así."

"¿No dijiste hace un momento que te gustaría casarte?"

"Está bien si es un hombre como Su Majestad Heinley, pero si por mala suerte me toca un hombre como el esposo de la Condesa Jubel o Su Majestad Sovieshu— ¡Ay! ¿Por qué me pellizca, Condesa?"

***

martes, 3 de mayo de 2022

mayo 03, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 388

Capítulo 388. Pena De Muerte (2)



El Juez de la Corte Suprema estaba muerto de miedo. La pareja involucraría al Emperador para tratar de reducir sus cargos, sin importar si era cierto o falso.

El Juez de la Corte Suprema se sobresaltó al calcular rápidamente su responsabilidad en lo que estaba a punto de suceder.

Pero la audiencia, que se amparaba en el anonimato, no tenía nada que temer. El Emperador no castigaría a todos los que vinieron a ver.

"El Emperador Sovieshu no lo sabe."

Sin embargo, la respuesta de los Vizcondes Isqua también desafió las expectativas en esta ocasión.

"Rashta nos prometió que si se convertía en la Emperatriz, nos ayudaría a encontrar a nuestra hija y nos otorgaría todo tipo de riquezas."

"Nos aliamos con Rashta para engañar al Emperador Sovieshu."

"No tenemos por qué mentir sobre esto."

"Si es necesario, podemos hacer una prueba de paternidad con Rashta."

Rashta quería gritar, 'No, Sovieshu sabía que yo era una esclava.'

Sovieshu no sabía sobre los Vizcondes Isqua, pero sí sabía que sus verdaderos padres no pertenecían a la nobleza.

Además, fue el Duque Elgy quien los trajo.

'Por cierto, ¿por qué se discute este tema?' Rashta se sintió hundida y agraviada, quería acabar con este juicio.

Sin embargo, no podía porque había venido en secreto. Rashta se quedó mirando los huevos rotos y las frutas aplastadas esparcidas por el suelo.

No podía imaginar lo que pasaría si se revelara ahora para desmentir las palabras de los Vizcondes Isqua.

El Juez de la Corte Suprema, que permaneció en silencio durante mucho tiempo, entró en una sala de reuniones discreta con otros funcionarios importantes.

El Juez no apareció a pesar de que pasó un tiempo considerable. La audiencia permaneció en su lugar, ni una sola persona se marchó.

Antes de que Rashta se diera cuenta, no sólo los Vizcondes Isqua, sino también el Vizconde Roteschu y Alan estaban en el sitio de los acusados.

Rashta se percató de una escena extraña mientras observaba a la pareja y al Vizconde Roteschu intercambiar miradas. La pareja miraba con odio al Vizconde Roteschu.

Para otros podría no ser significativo, pero no para Rashta...

'El Vizconde Roteschu les contó lo de Evely.'

Rashta comprendió la situación enseguida. De no ser así, no había razón para que los Vizcondes Isqua cambiaran repentinamente de postura, ni tampoco para que miraran al Vizconde Roteschu de esa manera.

Cuando el Juez de la Corte Suprema finalmente salió de la sala de reuniones, las personas que hablaban ruidosamente se callaron, como si hubieran llegado a un acuerdo tácito.

El Juez de la Corte Suprema volvió a su asiento alto, levantó su mazo y golpeó su escritorio varias veces con una expresión solemne. Recitó una a una las acusaciones y los cargos contra el Vizconde Roteschu, Alan y los Vizcondes Isqua. Luego añadió unas palabras propias antes de dictar firmemente la sentencia.

"Roteschu Rimwell. Pena de muerte. Alan Rimwell. Pena de muerte. Marsha Isqua. Pena de muerte. Gillimt Isqua. Pena de muerte."

***


El Imperio Oriental quería que testificara como víctima en el caso de los pagarés.

También podría testificar en otros casos, pero el Imperio Oriental quería que fuera lo más detallada posible sobre lo ocurrido en el caso de los pagarés...

Como no pude responder de inmediato, Heinley me pidió que lo pensara bien. Esa noche, dormimos abrazados sin decir una palabra.

Al día siguiente, incluso después de que Heinley se fuera a trabajar, todavía pensaba en este asunto. Así que decidí contárselo a mis damas de compañía, la primera en reaccionar fue la Condesa Jubel, que habló con determinación,

"¡Por supuesto que tienes que ir! ¡Debes contarlo todo! Lo de llamar a Su Majestad 'hermana', lo de imitarla, lo de intentar seguirla al banquete especial al que sólo asistían invitados distinguidos de muy alto estatus, lo de provocar un escándalo en la cena previa al banquete especial, lo de mentir sobre que Sir Koshar la empujó para forzar a que fuera desterrado, lo de llevar el mismo vestido y afirmar que Su Majestad se había copiado, lo de enviar una carta a un noble del Imperio Occidental diciendo que Su Majestad era infértil.... ¡Uf! ¡Uf! Sólo hablar de eso hace que me altere."

A su lado, Laura añadió con los puños cerrados,

"¡Desearía que también dijera que Rashta mintió cuando mencionó que Su Majestad le envió todo tipo de regalos para darle la bienvenida como concubina y que afirmó falsamente ser la persona con la que el Emperador Heinley intercambiaba cartas! Ah, además que cuando Su Majestad empezó a bailar con el Emperador Sovieshu en el baile de Año Nuevo, ¡se puso a llorar deliberadamente para detener el baile!"

Rose y Mastas, que no sabían por lo que pasé en el Imperio Oriental, se quedaron repetidamente con la boca abierta.

"¿Su Majestad soportó todo eso?"

"¿Su Majestad sufrió unilateralmente?" 

"No fui atacada unilateralmente."

A pesar de mi corrección, Rose y Mastas me miraron con ojos de tristeza.

... Hablaba en serio. Aunque pasé por alto mucho de lo que me hizo Rashta debido a mi posición de Emperatriz, al menos me desquité de algunos agravios en el acto. Incluso lo de llamarme hermana, Evely se desquitó por mí.

"Su Majestad, ¿va a ir?"

Laura preguntó con una expresión de 'espero que vayas', mientras entrelazaba sus manos con fuerza.

Dudé un momento antes de responder con honestidad,

"Lo estoy pensando."

Todo lo que dijeron la Condesa Jubel y Laura me dolió en su momento. Incluso pensar en eso ahora me enojaba.

Pero no serviría de nada decir este tipo de cosas en el juicio... además, Sovieshu fue quien envió regalos a Rashta en mi nombre y la llevó a la cena previa al banquete especial.

Por más enojada que estuviera por lo que me hizo, no podía asistir a la corte a tratar asuntos personales como, 'La Emperatriz Rashta me llamó hermana y se copió de mi vestido'.

Tampoco podía mencionar en el juicio que mi hermano fue acusado falsamente de empujar a Rashta y de contratar a padres falsos para Rashta.

Lo que ocurrió en el caso de los padres falsos no fue planeado por Rashta, sino por Sovieshu. Aparte de que el juicio se llevaría a cabo en el Imperio Oriental, no había pruebas, ni era posible contactar con los implicados. ¿Qué obtendría si lo contara?

En cuanto al hecho de que mi hermano fue castigado por la falsa acusación de empujar a Rashta... no daba un paso al frente porque mi hermano intentó que Rashta perdiera a su hijo con drogas abortivas, aunque fracasó.

Sobre la carta que Rashta envió al Duque Liberty, ya se había presentado un reclamo oficial al Imperio Oriental. No quería tratar en la corte un asunto por el que debía recibir una disculpa pública y formal.

"También me han pedido que asista."

¿Eh? Mientras reflexionaba, la voz de un hombre me interrumpió. Era el Vizconde Langdel. No solía intervenir cuando hablaba con mis damas de compañía.

"Al Imperio Oriental..."

"Sí. Parece que el Imperio Oriental quiere que testifique sobre el informe que preparé y que Su Majestad Navier entregó al Emperador Sovieshu para liberarme."

Oh, finalmente eso será revelado.

"La difamación sobre Lady Nian será borrada."

"Sí, así que definitivamente iré. Iré para limpiar el nombre de Nian y para ver la caída de esa mujer con mis propios ojos."

El Vizconde Langdel habló con severidad.

Una emoción ardiente se reflejó en sus ojos. Como si estuviera feliz de deshacerse de un resentimiento que le había acompañado durante mucho tiempo.

"Si Su Majestad Navier va, puedo seguir escoltándola ya que iremos al mismo lugar."

El Vizconde Langdel me hizo una propuesta mientras se regocijaba.

"Su Majestad también debe tener un odio profundo arraigado en su corazón. Ir al Imperio Oriental para presenciar su caída te hará sentir mejor."

Heinley dijo que tomara mi propia decisión.

Una parte de mi corazón quería ver que pasaría con Rashta, quien me empujó a abandonar mi país. La otra parte de mi corazón no quería ver lo débil que se había vuelto.

Cuando confesé mis sentimientos, Mastas me preguntó con una expresión de no entender,

"Entonces, ¿Su Majestad perdonará a esa mujer?"

"No voy a perdonarla. Es sólo que no quiero sentirme culpable por odiar a esa mujer al verla débil. Por mucho que odie a una persona, ver su lado más lamentable es capaz de sacudir mi corazón."

Sí. De vez en cuando me enojo cuando pienso en Rashta, 'qué mujer tan loca', lo mismo me pasa cuando pienso en Sovieshu, 'qué hombre tan malo'.

Pero después de que vea caer a Rashta, ¿seré capaz de odiarla con todo mi corazón? Aunque tal vez sí, ¿no me sentiría mal?

Después de mucho meditarlo, tomé la decisión de ir, así que fui a decírselo a Heinley,

"¿Quieres testificar, Reina? ¿Sobre el daño que te ha hecho?"

"No, iré sólo a observar."

"¿Sólo a observar?"

Heinley me preguntó con preocupación,

"Puede que escuches muchos comentarios desagradables. No de ti, sino de esa mujer."

"Lo sé."

"¿No sería mejor no escuchar nada sobre esa mujer? Además, no podrás quedarte en el carruaje..."

"Aunque la situación es grave, Rashta es popular entre los plebeyos, por lo que no habrá muchos comentarios desagradables a pesar de que muchas personas estén decepcionadas por lo ocurrido. Creo que Rashta sólo será depuesta como castigo."

Heinley estuvo de acuerdo después de pensarlo por un momento,

"Entonces vayamos juntos, Reina. Sólo así me sentiré tranquilo."

sábado, 30 de abril de 2022

abril 30, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 387

Capítulo 387. Pena De Muerte (1)



Rashta se quedó atónita, incapaz de salir de su asombro.

Ni siquiera se movió después de derramar un par de lágrimas, por lo que incluso el Conde Pirnu, al que no le agradaba Rashta, temía que fuera a derrumbarse.

Cuando Rashta recobró el sentido, los Vizcondes Isqua ya habían sido llevados al sitio de los acusados.

Ella dejó escapar un leve suspiro de alivio.

Los Vizcondes Isqua habían sido leales hasta ahora. De entre toda las personas, eran en quienes más podía confiar.

Además, el juicio contra los Vizcondes Isqua no tenía relación con Glorym, sino con Evely.

Rashta recuperó el aliento porque se sentía más cómoda que antes.

Lamentaba que los Vizcondes Isqua se encontraran en esta situación, pero aunque fueran declarados culpables en este caso, no serían castigados severamente.

A la audiencia tampoco parecía importarle mucho este caso, no estaban tan animados como con el caso anterior. Algunos incluso abandonaron el salón como si el espectáculo hubiera terminado.

"Marsha Isqua. Gillimt Isqua. ¿Siguen manteniendo la misma postura sobre el caso de la Señorita Evely?"

Rashta escuchó a una persona cercana refunfuñar, "No lo reconocerán de nuevo". También vio al grupo de esa persona asentir.

"No, lo reconocemos."

Pero no fue así.

La declaración hecha por los Vizcondes Isqua causó un pequeño revuelo en el salón. El Juez de la Corte Suprema levantó la mano para indicar a la audiencia que se callara. Una vez que todos se calmaron, hizo otra pregunta a los Vizcondes Isqua,

"¿Reconocen que intentaron matar a la Señorita Evely en su camino hacia el Imperio Occidental?"

Los ojos de Rashta se abrieron mucho. '¿Por qué reconocerían eso los Vizcondes Isqua?' Se preguntó extrañada, pero no le dio más importancia.

Este era un asunto únicamente de los Vizcondes Isqua. Rashta ni siquiera sabía si realmente habían intentado matar a Evely.

Por la forma en que lo reconocieron, tal vez realmente intentaron matarla. ¿Podría ser que se encontraron pruebas irrefutables?

"Sí, lo reconocemos."

"¿Hicieron esto por su hija, la Emperatriz Rashta?"

"Así es, la Señorita Evely es una maga talentosa, por lo que se quedó en el Palacio del Sur y se convirtió en asistente de un mago de la corte. La Emperatriz Rashta siempre estuvo preocupada de que ella pudiera ser la razón del cambio de actitud del Emperador Sovieshu. Es por eso que... hicimos una cosa tan horrible."

El revuelo se hizo un poco más fuerte. El Juez de la Corte Suprema hizo otra pregunta a la pareja con disgusto.

"¿Entonces atentaron contra la vida de la Señorita Evely a pesar de no ser la concubina del Emperador?"

"... Sí."

"Es correcto."

"¿La Emperatriz Rashta está involucrada en esto?"

Aunque la declaración de los Vizcondes Isqua cambió un poco, la audiencia pensó que se mantendrían firmes en este punto.

La declaración de la pareja puede haber cambiado debido a nuevas pruebas o porque estaban cansados del juicio en curso, pero el hecho de involucrar a la Emperatriz Rashta en el crimen estaba en un nivel completamente diferente.

Después de haber mostrado un profundo amor por su hija en todo momento, incluso el Juez de la Corte Suprema pensó que la pareja volvería a defender a la Emperatriz Rashta en esta ocasión.

"Sí."

Por esta razón, esta única palabra del Vizconde Isqua fue suficiente para sorprender a todos.

Los ojos de Rashta se abrieron ampliamente mientras observaba la situación a unos pasos de distancia. Por un momento pensó que había entendido mal. '¿Qué...? ¿Qué quiso decir con eso?'


"¿Quieres decir que fue por orden de la Emperatriz Rashta?"

"Sí."

Cuando la Vizcondesa Isqua también reconoció resueltamente la implicación de Rashta en este crimen, los murmullos se hicieron más fuertes.

"¿Por qué cambiaron de repente sus palabras?"

Preguntó el Juez de la Corte Suprema con el ceño fruncido porque le parecía un comportamiento bastante sospechoso.

Si los Vizcondes Isqua hubieran cambiado su declaración por una falsa debido a las amenazas de otra persona, tampoco sería correcto.

Ya se había confirmado la implicación de Rashta en el crimen cometido por el Vizconde Roteschu y Alan. No podía añadir un crimen falso contra ella sólo porque la detestaba.

Sin embargo, el siguiente comentario del Vizconde Isqua fue varias veces más impactante que sus anteriores afirmaciones.

"Hemos soportado toda clase de insultos por parte de alguien que ni siquiera es nuestra verdadera hija. La Emperatriz Rashta, que es la causante de este hecho, se limitó a observar en silencio como todo el peso caía sobre nosotros. Ya no podemos aguantar más."

Los murmullos se multiplicaron de repente. La corte se sumió en un caos como si se hubiera roto una presa.

"¿No es su verdadera hija?"

"¿Ellos están hablando de la Emperatriz Rashta?"

"¿No es la Emperatriz Rashta la verdadera hija de la pareja?" 

Rashta dio dos pasos hacia atrás, ni siquiera podía respirar. '¿Qué están diciendo? ¿Por qué están haciendo esto ahora?'

El Juez de la Corte Suprema estaba demasiado sorprendido para hablar. Sólo cuando su asistente le susurró, 

"Juez de la Corte Suprema."

Pudo preguntar en voz alta,

"¿Están diciendo que la Emperatriz Rashta no es su verdadera hija?"

Si esto fuera cierto, sería otro completo escándalo. Ni siquiera podría compararse con el caso de Evely.

"Sí."

"Es correcto."

La pareja respondió al mismo tiempo. La audiencia se miraba con cara de asombro. La conmoción fue tan enorme que la Corte Suprema se quedó en silencio como si hubiera caído un balde de agua fría sobre todos.

El Juez de la Corte Suprema dudó antes de seguir indagando,

"Pero ustedes han afirmado que la Emperatriz Rashta es su hija desde antes de subir al trono. La Emperatriz Rashta también ha afirmado siempre que ustedes son sus verdaderos padres."

El Vizconde Isqua respondió fríamente con un rostro inexpresivo.

"Necesitábamos dinero para encontrar a nuestras hijas mientras que la Emperatriz Rashta necesitaba padres nobles para subir al trono. No es raro que una persona busque padres nobles falsos para lavar su identidad de esta manera."

Una persona de la audiencia no pudo evitar preguntar,

"¿Quiénes son los verdaderos padres de la Emperatriz Rashta? ¿Acaso es el plebeyo que hace poco afirmó ser su verdadero padre?"

La Vizcondesa Isqua también respondió fríamente,

"No lo sabemos. Lo que sí podemos asegurar es que no pertenecen a la nobleza."

El Juez de la Corte Suprema recobró lentamente la razón. Sacó un pañuelo y se secó el sudor frío de la frente. Si esto era cierto, esto... esto era un enorme problema.

La cuestión era si el Emperador Sovieshu lo sabía, y si fue idea suya.

Sin embargo, el Juez de la Corte Suprema estaba en problemas porque no podía preguntar sobre esto aquí. Si se trataba de un lavado de identidad que se realizó por iniciativa del Emperador Sovieshu, no podía dejar que los Vizcondes Isqua revelaran la verdad delante de todos.

En la audiencia había muchos espectadores plebeyos, también varios periodistas. Si los Vizcondes Isqua mencionaban al Emperador Sovieshu, la Familia Imperial sería ridiculizada.

Incluso si la Familia Imperial fuera ridiculizada, seguía siendo la Familia Imperial, pero el Juez de la Corte Suprema que permitió que esto sucediera estaría en problemas.

Pero esta era sólo la situación del Juez de la Corte Suprema. A la audiencia no le importaba si esto lo afectaba.

Mientras el Juez de la Corte Suprema pensaba en varias soluciones, otra persona de la audiencia preguntó en voz alta, 

"¿Ustedes conspiraron para engañar al Emperador Sovieshu, o el Emperador Sovieshu estuvo de acuerdo con esto?"

miércoles, 27 de abril de 2022

abril 27, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 386

Capítulo 386. La Desesperación De Rashta (2)



En ese momento, Rashta suplicó al borde de las lágrimas,

"... Por favor, sálvame."

Sovieshu la miró sorprendido mientras presionaba sus sienes palpitantes.

Rashta lo miraba como un gato empapado en la lluvia, con una expresión triste y desolada.

"Su Majestad, no castigue a Rashta con demasiada dureza. Rashta nunca ha cometido un crimen grave. Si el crimen de Rashta fue ocupar la posición de emperatriz, entonces es nuestro crimen, no sólo el de Rashta. Por lo demás, Rashta no ha hecho nada malo."


Sovieshu mantuvo los labios cerrados con fuerza.

Si la otra persona actuaba de forma arrogante, uno optaría por luchar hasta que su moral se derrumbara y dejaría que sufriera un castigo severo. Por el contrario, si la otra persona actuaba de forma lamentable uno no se sentía bien luchando. Este tipo de persona hacía sentir incómodo a cualquiera, incluso cuando se le daba un castigo merecido.

Más aún para Sovieshu, que había recogido a Rashta herida, le dio amor y la cuidó.

Al final, Sovieshu ordenó fríamente a Rashta con una expresión de enojo.

"Lárgate."

Rashta respondió "sí" con una voz apenas audible e indefensa. Luego se dio la vuelta para irse.

"Rashta."

Mirando su espalda, Sovieshu la llamó antes de que abriera la puerta.

"Sí, Su Majestad."

Rashta se dio la vuelta sin la menor esperanza, como una flor marchita.

"Hoy es el juicio contra el Vizconde Roteschu y contra los Vizcondes Isqua. Puedes asistir si quieres."

Sovieshu habló sin siquiera mirar a Rashta.

Rashta no entendía por qué quería que asistiera a los juicios, pero después de pensarlo un poco le contestó que asistiría.

Sovieshu asintió y le dijo que uno de sus secretarios la acompañaría. Rashta esperaba que fuera el Barón Lant.

Sin embargo, el secretario que Sovieshu envió más tarde donde Rashta era el Conde Pirnu, no el Barón Lant.

"Su Majestad es libre de asistir a la corte suprema de forma oficial o no oficial. Puede hacerlo de la forma que le resulte más cómoda."

El Conde Pirnu y Rashta no solían relacionarse ni siquiera en los días buenos de Rashta, por lo que se sentían incómodos el uno con el otro. En cambio, el Barón Lant se preocupaba por ella tanto como para sugerirle que huyera.

Por eso, Rashta pensó que Sovieshu había excluido deliberadamente al Barón Lant, que intentaba ayudarla, y le asignó al Conde Pirnu, con quien no se llevaba bien.

Las intenciones de Sovieshu sólo las conocía el propio Sovieshu, pero Rashta tenía razón en que no era del agrado del Conde Pirnu.

El Conde Pirnu siempre tuvo un mal presentimiento sobre Rashta.

No le caía bien desde hace mucho tiempo cuando investigó sobre un regalo que Rashta había recibido de Sovieshu. Descubrió que ella se lo había dado al Vizconde Roteschu, quien lo vendió.

"¿Qué me recomienda el Conde Pirnu?"

"Recomiendo asistir al juicio de forma no oficial."

"¿Por qué?"

"Ambos están relacionados con Su Majestad. La situación podría complicarse si la Emperatriz está presente."

A Rashta le resultaba difícil confiar en el Conde Pirnu, pero sentía que tenía razón, así que se puso un vestido sencillo, una capa de color púrpura claro encima, se recogió el cabello y se cubrió parte de la cara con la capucha.

La Corte Suprema tenía una estructura en la que un lado estaba conectado con el Palacio Imperial. Aunque se podía entrar a la Corte Suprema directamente desde una pequeña puerta del Palacio Imperial, normalmente se entraba y salía por la puerta principal.

Gracias a esta singular estructura de la Corte Suprema, que teóricamente no pertenecía al Palacio Imperial por estar situada fuera de sus muros, permitió al Conde Pirnu y a Rashta entrar fácilmente en el lugar donde se llevarían a cabo ambos juicios sin salir del Palacio Imperial.

Rashta, que entró en el gran salón, se situó entre la audiencia oculta bajo su capucha. El Conde Pirnu y su guardia se colocaron a ambos lados de Rashta por precaución.

Se podía oír los murmullos de los presentes. Principalmente hablaban de los juicios, pero por momentos también hablaban de Rashta.

Dado que los comentarios no eran buenos, Rashta se bajó aún más la capucha y preguntó,

"¿De quién es el primer juicio?"

"Primero será el juicio contra el Vizconde Roteschu, después vendrá el juicio contra los Vizcondes Isqua."

El juicio sólo comenzó tras una lenta espera de casi 40 minutos.

"Roteschu Rimwell."

Cuando el Juez de la Corte Suprema, que se sentó en el lugar más alto, miró hacia abajo y pronunció un nombre, un rostro familiar subió por unas escaleras con los brazos sujetados por dos caballeros.

Era el Vizconde Roteschu.

En cuanto apareció el Vizconde Roteschu, los presentes se quedaron callados por un momento.

Rashta miró a su alrededor. Aunque el salón estaba en silencio, los presentes tenían una expresión feroz.

Debido a la larga historia de la Familia Imperial del Imperio Oriental, ésta siempre había sido motivo de orgullo.

A pesar de que hubo veces en las que apareció un emperador que no se ganó el corazón de los ciudadanos, y otras veces en las que los ciudadanos tomaron la iniciativa de criticar a la Familia Imperial, por lo general los ciudadanos que amaban al Imperio Oriental también amaban a la Familia Imperial.

El Emperador Sovieshu era uno de los emperadores más queridos por los ciudadanos. Se vio envuelto en varios escándalos desde que tomó a Rashta como concubina, pero el Emperador Sovieshu nunca abandonó sus obligaciones.

Para los ciudadanos, lo importante era Sovieshu como emperador, no como hombre. Incluso si fuera un playboy, no les disgustaría mientras velara por los intereses del país.

El Vizconde Roteschu fue quien quiso convertir a su nieta en miembro de la Familia Imperial amada por sus ciudadanos.

Ninguno de los presentes dirigió una mirada cálida al Vizconde Roteschu.

Este sentimiento no fue diferente para el Juez de la Corte Suprema. Cuando el Vizconde Roteschu se detuvo en el sitio del acusado, el Juez de la Corte Suprema comenzó a recitar sus cargos con una expresión tan fría como la de la audiencia presente.

"Roteschu Rimwell. Engañaste al Emperador, a los ciudadanos y al país, para hacer de la hija de tu hijo, Alan Rimwell, una princesa. Cuando Rashta Isqua, la esposa de tu hijo, se convirtió en la concubina del Emperador, permitiste que quedara embarazada de tu hijo y lo ocultaste para que tu nieta fuera consagrada como princesa. Además, te aprovechaste del secreto de esta relación para obtener beneficios, chantajeaste a la Emperatriz Rashta para recibir periódicamente dinero y objetos de valor. ¿Es esto cierto?"

"... Sí, es cierto."

Cuando el Vizconde Roteschu lo admitió, los presentes comenzaron a maldecir rotundamente. Rashta contuvo la respiración.

Lo único cierto en lo que dijo el Juez de la Corte Suprema fue que el Vizconde Roteschu la había chantajeado para recibir dinero y objetos de valor.

Sin embargo, el despreciable Vizconde Roteschu 'admitió' que tales mentiras eran ciertas.

'¿Qué demonios le pasa? ¿Por qué reconoció esas mentiras con tanta tranquilidad?'

El Juez de la Corte Suprema levantó la mano para calmar a la audiencia y le hizo otra pregunta al Vizconde Roteschu.

"¿Quiénes están involucrados en este crimen? Si dices la verdad, tu castigo podría reducirse, pero si mientes, tu castigo será mayor."

"Mi hijo, Alan Rimwell, y mi nuera, Rashta Isqua."

El Vizconde Roteschu cerró los ojos mientras la audiencia escupía maldiciones con más vehemencia.

El Conde Pirnu vio a Rashta a su lado mordiéndose los labios con fuerza.

"¿Reconoce usted todos los cargos?"

El Juez de la Corte Suprema hizo otra pregunta, a lo que el Vizconde Roteschu respondió con calma,

"... Sí. Lo planeé con mi hijo y mi nuera porque quería que mis descendientes fueran de la Familia Imperial."

Desde el momento en que Alan se enamoró de Rashta, el Vizconde Roteschu no quiso aceptar a Rashta como su nuera, por lo que se opuso con todo tipo de acciones.

Sin embargo, la Rashta a la que tanto se había opuesto y maltratado, ahora la consideraba su nuera. Era realmente irónico.

El Juez de la Corte Suprema volvió a hablar con un rostro inexpresivo.

"Traigan a Alan Rimwell."

Mientras que el Vizconde Roteschu fue llevado a otro piso por los caballeros, esta vez apareció Alan.

Las voces llenas de indignación de la audiencia se hicieron más fuertes, comenzaron a lanzar huevos, frutas y todo tipo de cosas.

"¡Maldito bastardo!"

"¡¿Cómo se atreve a codiciar a la Familia Imperial?!"

"¡Cuélguenlo ahora!"

"¡Cuélguenlos a los dos!"

"¿Dónde se esconde la Emperatriz? ¡Tiene que ser arrastrada con ellos!"

Al oír los gritos a su alrededor, la cara de Rashta se puso blanca.

Esperaba que el Vizconde Roteschu culpara a otros de sus crímenes. Pero no había esperado que el Vizconde Roteschu tratara de hundir a todos con él.

El Vizconde Roteschu sujetó a su hijo con una mano y a Rashta con la otra para llevárselos a ambos a la muerte.

A Rashta le temblaban las piernas de miedo.

No había persona más aterradora que aquella que estaba decidida a morir con tal de arrastrar a otros.

Podría encontrar formas de atacar a quienes intentan defenderse, pero no había forma de hacer frente a quienes lanzan un ataque suicida. Este era el caso del Vizconde Roteschu.

Bajo la capa holgada, un par de lágrimas cayeron al suelo. 

'¿Su Majestad quería que viniera aquí para ver esto? Ahora que estoy acorralada, ¿se supone que debo aceptar mi situación con los brazos cruzados?'

domingo, 24 de abril de 2022

abril 24, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 385

Capítulo 385. La Desesperación De Rashta (1)



Ayer hubo un poco de revuelo por el incidente del intruso, pero el ambiente no tardó en calmarse porque el supuesto intruso era en realidad un sirviente del palacio imperial, y la persona que usó la magia de hielo... fue la que detuvo al sirviente sospechoso, así que este era un punto fácil de encubrir.

Por supuesto, no podía salir sin escolta durante un tiempo, y los caballeros probablemente estarían ocupados tratando de averiguar quién hizo esa extraña petición al sirviente.

En cualquier caso, decidí reunirme con las damas a las que había enviado las invitaciones como tenía previsto. Entre ellas estaba la concubina del anterior rey, con la que había dudado en reunirme hasta el final.

Y esta no fue una decisión tan mala.

"Honestamente, me preocupaba mucho que Su Majestad llamara a todas menos a mí."

La concubina del anterior rey sonrió ampliamente tan pronto como me vio, reveló directamente sus preocupaciones y estalló en risas.

"Después de lo ocurrido en el Imperio Oriental, es natural que sea reacia a hacerlo."

Las otras damas se quedaron sorprendidas por su franqueza, y yo también me quedé un poco desconcertada.

Tenía una personalidad muy diferente a la de Christa. 

Bueno. En ese sentido, Rashta y yo también teníamos personalidades muy diferentes.

A pesar de lo desconcertadas que estábamos todas, la concubina del anterior rey sonreía tan brillantemente que sus ojos se entrecerraron.

Esa noche, le conté sobre esto a Heinley.

Sin embargo, me di cuenta mientras hablaba que su expresión no era buena.

"¿Heinley?"

¿Por qué la expresión de Heinley es tan sombría hoy? Él normalmente no estaría tan callado.

Me acerqué, puse mi mano en su cara y le pregunté,

"¿Qué sucede?"

Me preocupó ver a Heinley triste después de que ayer hubiera disfrutado burlándose de mí. ¿Qué estaba pasando realmente?

Heinley me respondió enseguida.

"Tengo algo importante que decirte, Reina."

"Está bien, dímelo."

"Habrá un juicio contra 'esa mujer' en el Imperio Oriental."

A quien Heinley llama 'esa mujer' es Rashta... ¿Habrá un juicio contra Rashta?

"¿En serio?"

"Sí."

Bueno, es un gran problema que la princesa no sea la hija del emperador.... es normal que sea castigada por eso.

"Los asuntos del Imperio Oriental ya no me importan."

Me levanté mientras hablaba deliberadamente con firmeza y frialdad. Me pareció bastante extraño que Heinley tuviera una expresión tan grave. Con la personalidad de Heinley, ¿no sería algo que le gustaría?

Después de decir, "lo sé", Heinley suspiró,

"Pero el Imperio Oriental preguntó si Reina podía asistir al juicio."

"¿Yo? ¿En el juicio?"

"Ya que fuiste una víctima, el Imperio Oriental preguntó si Reina aceptaría asistir como testigo... ¿qué quieres hacer?"

***

Rashta salió al pasillo y pidió a un caballero que la vigilaba,

"Me gustaría ver a Su Majestad."

Podría haberla ignorado, pero el caballero le dijo que esperara un momento y se dirigió hacia el Palacio del Este.

Rashta deambuló por el pasillo, luego volvió a su habitación y se sentó en un sillón mientras esperaba nerviosa.

Al cabo de un rato, el caballero regresó para transmitir el mensaje, 

"Su Majestad me ordenó llevar a la Emperatriz Rashta."

Rashta se miró en el espejo y se arregló rápidamente el cabello antes de seguir al caballero.

"Desvergonzada."

"Cometió graves crímenes sin siquiera pestañear."

"Quién hubiera pensado que con esa cara de inocente sería tan despreciable. Tsk, tsk."

De camino al Palacio del Este, los murmullos que oía por los pasillos le provocaban un dolor desgarrador en el corazón, pero se esforzaba por ignorarlos.

Cuando finalmente se reunió con Sovieshu, sólo recibió una mirada gélida. Sus ojos, antes llenos de cálido afecto, se volvieron fríos como si hubiera llegado el invierno.

Ante la mirada gélida de Sovieshu, que sugería que no le hiciera perder el tiempo, Rashta abrió la boca con dificultad.

"¿Qué me van a hacer?"

"Eso dependerá de los crímenes que hayas cometido."

"No he cometido ningún crimen, Su Majestad."

"Aún piensas negarlo después de todo lo que se ha revelado."

"Sabías que yo... era una esclava fugitiva, pero me aceptaste."

"Sabía que eras una esclava fugitiva, no esta clase de persona."

"Su Majestad, la Rashta que conoció aquella vez y la Rashta que está frente a sus ojos es la misma persona."

"El yo que amaste y el yo que traicionaste es también la misma persona, Rashta."

No había calidez en sus palabras, sólo espinas afiladas y heridas dolorosas.

"Lo explicaré todo, Su Majestad, Si hay algún malentendido, lo explicaré todo."

Rashta habló con una expresión afligida, pero Sovieshu ni siquiera estaba dispuesto a escucharla.

"¿Malentendido? ¿Qué malentendido? ¿Qué la princesa haya resultado no ser mi hija es un malentendido? ¿O es un malentendido los pagarés que trajo el Duque Elgy? ¿O el documento del puerto que firmaste para el Duque Elgy? O..."

Después de una pausa momentánea, miró a Rashta con una expresión despiadada e hizo la última pregunta,

"¿O es un malentendido que se extendió el rumor en el Imperio Occidental de que la causa de mi divorcio con Navier fue su infertilidad?"

‘¿Qué significa esto?’ Ante el inesperado ataque, Rashta exclamó sorprendida,

"¡Rashta nunca hizo eso!"

Sovieshu preguntó con un resoplido de disgusto.

"¿Nunca lo hiciste, o desearías nunca haberlo hecho?"

"¡Su Majestad!"

"El Imperio Occidental hizo un reclamo oficial. Debes disculparte públicamente por esto."

"Todavía... Todavía soy la Emperatriz del Imperio Oriental, Su Majestad. ¿Quiere que me disculpe públicamente? ¡Eso sería una deshonra para el Imperio Oriental!"

"Bien, no hace falta que te disculpes. De todos modos, ya no representarás al Imperio Oriental."

Rashta rompió a llorar mientras miraba asombrada a Sovieshu.

"Su Majestad.. ¿Su Majestad ya no cree en Rashta? Una vez dijiste que sentías lástima por Rashta. Una vez dijiste que protegerías a Rashta. ¿Pero ahora culpas a Rashta por algo que no hizo?"

Sovieshu miró sin palabras a Rashta durante un momento.

"¿Algo que no hiciste? ¿Qué no hiciste de todo lo que dije?"

"¡Todo!"

La boca de Sovieshu se abrió del tamaño de dos dedos. Estaba realmente sorprendido.

"Ya... ya no sé. No sé en qué diablos estás pensando."

"¡Rashta no dijo que Navier fuera infértil! ¡Rashta sólo dijo que circulaba un rumor de que la razón de su divorcio fue su infertilidad! ¡Su Majestad también dijo que Navier podría ser infértil!"

Si la otra parte utilizara argumentos demasiado absurdos, uno se quedaría tan sorprendido que no se le ocurriría nada que decir para refutar.

Lo mismo ocurrió con Sovieshu. No podía entender a Rashta.

Incluso si tales rumores realmente circulaban, ¿no sabía que el hecho de que la emperatriz se lo contara a un noble de otro país en una carta era en sí mismo un problema?

"Ya basta, márchate. Fue una locura pensar que esta vez podría hablar adecuadamente contigo."

Finalmente, agitó su mano completamente exhausto.

Hablar de Navier le hizo recordar todos sus arrepentimientos, pero se sintió aún más tonto por intentar tener una última conversación con Rashta.

"¿Qué me van a hacer?"

"Tendrás las respuesta cuando comience el juicio. Podrás preguntárselo directamente al juez."

jueves, 21 de abril de 2022

abril 21, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 384

Capítulo 384. Cálida y Fría (2)


"¡El intruso usa magia de hielo! ¡Congeló las piernas de un sirviente! ¡Aaah! ¡Da miedo! ¡Da mucho miedo!"

"..."

"¿No es así, Reina?"

Heinley actuó de forma dramática, acentuando sus palabras hasta el punto de resultar exagerado.

Aunque lo fulminé con la mirada, Heinley parecía disfrutar del hecho de poder burlarse de mí después de tanto tiempo.

"Reina, Reina. ¿Qué haremos si el aterrador mago de hielo aparece aquí? Reina, Reina. ¿Protegerás a Heinley en ese momento?"

¿Incluso está imitando a Rashta?

"Mi bebé, mi bebé, tu madre es cálida y fría a la vez."

Luego se acercó a mi vientre y le susurró a nuestro bebé con voz cariñosa,

"Mi bebé, tu madre te lee cuentos de hadas llenos de sueños, esperanzas y amor, pero a la vez es capaz de congelar viva a las personas que no le agradan."

Me di la vuelta para mirar el reloj de la pared. Había pasado media hora desde que el médico del palacio se fue.

Ya es suficiente... creo que lo he soportado mucho.

Me levanté lentamente para agarrar la almohada sobre la que descansaba mi espalda.

Tan pronto como sostuve la almohada como un arma, el agarre de mi manos se hizo más fuerte y el deseo de luchar comenzó a elevarse dentro de mí.

"¿Eh? ¿Por qué sostienes la almohada de esa forma, Reina?"

Heinley, que había estado burlándose de mí hasta ahora, se detuvo y preguntó confundido.

¿Su mente traviesa no es capaz de adivinar lo que le espera?


"¿Reina?"

Balanceé la almohada para golpearlo.

"¡Reina!"

Aunque estaba desconcertado, Heinley retrocedió rápidamente para evitar la almohada, abrió la puerta sin mirar atrás y salió corriendo.

Cuando intenté perseguirlo con dignidad, él fue lo suficientemente cuidadoso como para devolverse a cerrar la puerta y huir justo antes de que mi almohada lo alcanzara.

Como resultado, mi almohada se estrelló contra la puerta cerrada y un fuerte sonido se extendió por el lugar.

Miré furiosa a la puerta cerrada.

Me preocupaba mi prestigio y mi honor como emperatriz, así que nunca pasaría por los pasillos balanceando una almohada.

Heinley conocía bien mi personalidad, era evidente que salió de la habitación para que no pudiera perseguirlo.

"¿Su Majestad? ¿Qué ocurrió?"

"¿Se encuentra bien?"

"¿Se cayó?"

Mientras ajustaba mi respiración para calmar mi ira, mis damas de compañía me preguntaron al otro lado de la puerta con voz asustada.

"Estoy bien."

Una vez que abrí la puerta, mis damas de compañía suspiraron aliviadas mientras miraban con curiosidad la almohada que tenía en la mano.

"Su Majestad, por qué tiene una almohada en la mano..."

En vez de explicar, sacudí la cabeza y volví a poner la almohada en la cama.

No quería que el bebé en mi vientre malinterpretara las palabras de Heinley, así que me tomaría un tiempo más tarde para explicarle lo sucedido.

***

'¿Qué acabo de ver?'

Heinley se alejó por los pasillos, sin poder ocultar su sorpresa.

Lo que acababa de vivir no le parecía real, hasta el punto de que no podía recordarlo bien.

'Reina... mi hermosa Reina sostenía una almohada como arma.'

Después de caminar por un rato sumido en sus pensamientos, Heinley sólo se detuvo cuando se encontró con Koshar.

En cuanto miró a su alrededor, se dio cuenta de que estaba en un pasillo del primer piso. Parecía haber caminado más rápido de lo que esperaba. 

"Saludos, Su Majestad."

Heinley interrumpió el saludo formal de Koshar, y aprovechó para preguntarle,

"Hermano, eres justo la persona que quería ver. ¿Tu hermana solía utilizar una almohada como arma cuando se enojaba?"

Dado que se trataba del honor de Navier, a excepción de Koshar, no podía contarle a nadie más este incidente.

Koshar quería mucho a su hermana, así que podía preguntarle sobre esto para aprender sobre la verdadera naturaleza de Navier.

La suposición de Heinley era cierta, Koshar asintió torpemente como si varios recuerdos hubieran llegado a su mente. 

"Entonces, siempre ha sido así..."

"Lo siento. La mayoría de las veces no expresa sus sentimientos y se lo guarda todo para sí misma, pero en las ocasiones en las que utiliza una almohada como arma es cuando muestra su verdadero enojo."

"Me sorprendió ver ese lado tan descontrolado de Reina, hermano."

La razón por la que Navier utiliza una almohada como arma es porque el interior de las almohadas de los nobles está relleno de plumas de pájaro, por lo que sin importar la fuerza con que se balancee, la otra persona no resultaría herida.

Navier y Sovieshu habían sido unidos desde muy jóvenes, pero a menudo peleaban por diversos asuntos triviales.

Debido a que Sovieshu era el Príncipe Heredero, Navier no podía hacerle daño. Así que, después de pensarlo mucho, decidió utilizar las almohadas como arma.

Koshar, que en ese entonces era más inmaduro que ahora, le enseñó a su hermana menor cómo luchar con almohadas para que no fuera presionada por el príncipe heredero en una pelea de almohadas.

Pero Sovieshu tenía tanto peso en el pasado de Navier que ni siquiera podía contar esta historia trivial sin hablar de él.

Por eso, Koshar se limitó a decir incómodamente.

"Navier no se enoja sin motivo,"

Heinley malinterpretó las palabras de Koshar, pensó que le estaba culpando indirectamente del enojo de Navier. Se sintió avergonzado, así que cambió rápidamente de tema.

"Por cierto, hermano. ¿Te vas a casar con la Princesa Charlotte de Whitemond?"

"No me importa tener que casarme con ella, pero... no sé si la Princesa Charlotte piensa lo mismo."

La respuesta a estas palabras vino de la propia Princesa Charlotte, que se acercaba desde una esquina.

"Está bien, además eres apuesto."

Koshar la saludó con cierta sorpresa, sabía que alguien se acercaba, pero no esperaba que fuera la propia Princesa Charlotte.

"Si uno se encuentra en una posición en la que no tiene otra opción que aceptar un matrimonio político, entonces debe hacerlo lo mejor posible."

Después de que la Princesa Charlotte recibió el saludo de Koshar, y saludó ella al Emperador Heinley, preguntó a Koshar con una sonrisa de confianza,

"Te elegí a ti, el más apuesto de todas las opciones que tenía disponible. ¿Hay alguna mujer de mayor estatus que yo entre tus opciones?"

Al ver la expresión de incomodidad de Koshar, Heinley se marchó en silencio.

Cuando entró en su oficina, vio que McKenna estaba sentado en su escritorio escribiendo con seriedad y dijo con orgullo,

"Vi algo muy interesante."

"¿Sí? ¿Qué?"

"A una persona enamorada... por cierto, ¿por qué pareces tan serio?"

"Por supuesto que es por el intruso."

"El intruso que usó la magia de hielo..."

"No."

¿Hay otro intruso? Cuando Heinley puso cara de desconcierto, McKenna le explicó un poco molesto.

"Hablo del sirviente cuyas piernas estaban congeladas."

La expresión de Heinley se volvió rígida.

"Cierto, ¿qué hacía en ese lugar? Sé que su identidad ha sido confirmada."

Cuando escuchó lo del 'intruso que usa magia de hielo', pensó que había un malentendido, pero después de confirmar que Navier se encontraba bien, Heinley también confirmó lo del sirviente herido.

El sirviente era una persona que trabajaba en el Palacio Imperial desde hace cinco años. Originalmente sólo trabajaba en el almacén, pero vino hasta aquí porque había muchas cajas que transportar.

Sin embargo, al ser encontrado en el apartado lugar donde cayó al suelo, además de que se puso mortalmente pálido cuando vio a los soldados, el Vizconde Langdel sospechó del sirviente y se ofreció a investigar.

Heinley estaba escuchando los resultados.

"El sirviente nunca tuvo intención de hacer daño a Su Majestad Navier. Sin embargo, parece que le pidieron acercarse a la emperatriz para ver quienes salían a protegerla."