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jueves, 21 de abril de 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 384

Capítulo 384. Cálida y Fría (2)


"¡El intruso usa magia de hielo! ¡Congeló las piernas de un sirviente! ¡Aaah! ¡Da miedo! ¡Da mucho miedo!"

"..."

"¿No es así, Reina?"

Heinley actuó de forma dramática, acentuando sus palabras hasta el punto de resultar exagerado.

Aunque lo fulminé con la mirada, Heinley parecía disfrutar del hecho de poder burlarse de mí después de tanto tiempo.

"Reina, Reina. ¿Qué haremos si el aterrador mago de hielo aparece aquí? Reina, Reina. ¿Protegerás a Heinley en ese momento?"

¿Incluso está imitando a Rashta?

"Mi bebé, mi bebé, tu madre es cálida y fría a la vez."

Luego se acercó a mi vientre y le susurró a nuestro bebé con voz cariñosa,

"Mi bebé, tu madre te lee cuentos de hadas llenos de sueños, esperanzas y amor, pero a la vez es capaz de congelar viva a las personas que no le agradan."

Me di la vuelta para mirar el reloj de la pared. Había pasado media hora desde que el médico del palacio se fue.

Ya es suficiente... creo que lo he soportado mucho.

Me levanté lentamente para agarrar la almohada sobre la que descansaba mi espalda.

Tan pronto como sostuve la almohada como un arma, el agarre de mi manos se hizo más fuerte y el deseo de luchar comenzó a elevarse dentro de mí.

"¿Eh? ¿Por qué sostienes la almohada de esa forma, Reina?"

Heinley, que había estado burlándose de mí hasta ahora, se detuvo y preguntó confundido.

¿Su mente traviesa no es capaz de adivinar lo que le espera?


"¿Reina?"

Balanceé la almohada para golpearlo.

"¡Reina!"

Aunque estaba desconcertado, Heinley retrocedió rápidamente para evitar la almohada, abrió la puerta sin mirar atrás y salió corriendo.

Cuando intenté perseguirlo con dignidad, él fue lo suficientemente cuidadoso como para devolverse a cerrar la puerta y huir justo antes de que mi almohada lo alcanzara.

Como resultado, mi almohada se estrelló contra la puerta cerrada y un fuerte sonido se extendió por el lugar.

Miré furiosa a la puerta cerrada.

Me preocupaba mi prestigio y mi honor como emperatriz, así que nunca pasaría por los pasillos balanceando una almohada.

Heinley conocía bien mi personalidad, era evidente que salió de la habitación para que no pudiera perseguirlo.

"¿Su Majestad? ¿Qué ocurrió?"

"¿Se encuentra bien?"

"¿Se cayó?"

Mientras ajustaba mi respiración para calmar mi ira, mis damas de compañía me preguntaron al otro lado de la puerta con voz asustada.

"Estoy bien."

Una vez que abrí la puerta, mis damas de compañía suspiraron aliviadas mientras miraban con curiosidad la almohada que tenía en la mano.

"Su Majestad, por qué tiene una almohada en la mano..."

En vez de explicar, sacudí la cabeza y volví a poner la almohada en la cama.

No quería que el bebé en mi vientre malinterpretara las palabras de Heinley, así que me tomaría un tiempo más tarde para explicarle lo sucedido.

***

'¿Qué acabo de ver?'

Heinley se alejó por los pasillos, sin poder ocultar su sorpresa.

Lo que acababa de vivir no le parecía real, hasta el punto de que no podía recordarlo bien.

'Reina... mi hermosa Reina sostenía una almohada como arma.'

Después de caminar por un rato sumido en sus pensamientos, Heinley sólo se detuvo cuando se encontró con Koshar.

En cuanto miró a su alrededor, se dio cuenta de que estaba en un pasillo del primer piso. Parecía haber caminado más rápido de lo que esperaba. 

"Saludos, Su Majestad."

Heinley interrumpió el saludo formal de Koshar, y aprovechó para preguntarle,

"Hermano, eres justo la persona que quería ver. ¿Tu hermana solía utilizar una almohada como arma cuando se enojaba?"

Dado que se trataba del honor de Navier, a excepción de Koshar, no podía contarle a nadie más este incidente.

Koshar quería mucho a su hermana, así que podía preguntarle sobre esto para aprender sobre la verdadera naturaleza de Navier.

La suposición de Heinley era cierta, Koshar asintió torpemente como si varios recuerdos hubieran llegado a su mente. 

"Entonces, siempre ha sido así..."

"Lo siento. La mayoría de las veces no expresa sus sentimientos y se lo guarda todo para sí misma, pero en las ocasiones en las que utiliza una almohada como arma es cuando muestra su verdadero enojo."

"Me sorprendió ver ese lado tan descontrolado de Reina, hermano."

La razón por la que Navier utiliza una almohada como arma es porque el interior de las almohadas de los nobles está relleno de plumas de pájaro, por lo que sin importar la fuerza con que se balancee, la otra persona no resultaría herida.

Navier y Sovieshu habían sido unidos desde muy jóvenes, pero a menudo peleaban por diversos asuntos triviales.

Debido a que Sovieshu era el Príncipe Heredero, Navier no podía hacerle daño. Así que, después de pensarlo mucho, decidió utilizar las almohadas como arma.

Koshar, que en ese entonces era más inmaduro que ahora, le enseñó a su hermana menor cómo luchar con almohadas para que no fuera presionada por el príncipe heredero en una pelea de almohadas.

Pero Sovieshu tenía tanto peso en el pasado de Navier que ni siquiera podía contar esta historia trivial sin hablar de él.

Por eso, Koshar se limitó a decir incómodamente.

"Navier no se enoja sin motivo,"

Heinley malinterpretó las palabras de Koshar, pensó que le estaba culpando indirectamente del enojo de Navier. Se sintió avergonzado, así que cambió rápidamente de tema.

"Por cierto, hermano. ¿Te vas a casar con la Princesa Charlotte de Whitemond?"

"No me importa tener que casarme con ella, pero... no sé si la Princesa Charlotte piensa lo mismo."

La respuesta a estas palabras vino de la propia Princesa Charlotte, que se acercaba desde una esquina.

"Está bien, además eres apuesto."

Koshar la saludó con cierta sorpresa, sabía que alguien se acercaba, pero no esperaba que fuera la propia Princesa Charlotte.

"Si uno se encuentra en una posición en la que no tiene otra opción que aceptar un matrimonio político, entonces debe hacerlo lo mejor posible."

Después de que la Princesa Charlotte recibió el saludo de Koshar, y saludó ella al Emperador Heinley, preguntó a Koshar con una sonrisa de confianza,

"Te elegí a ti, el más apuesto de todas las opciones que tenía disponible. ¿Hay alguna mujer de mayor estatus que yo entre tus opciones?"

Al ver la expresión de incomodidad de Koshar, Heinley se marchó en silencio.

Cuando entró en su oficina, vio que McKenna estaba sentado en su escritorio escribiendo con seriedad y dijo con orgullo,

"Vi algo muy interesante."

"¿Sí? ¿Qué?"

"A una persona enamorada... por cierto, ¿por qué pareces tan serio?"

"Por supuesto que es por el intruso."

"El intruso que usó la magia de hielo..."

"No."

¿Hay otro intruso? Cuando Heinley puso cara de desconcierto, McKenna le explicó un poco molesto.

"Hablo del sirviente cuyas piernas estaban congeladas."

La expresión de Heinley se volvió rígida.

"Cierto, ¿qué hacía en ese lugar? Sé que su identidad ha sido confirmada."

Cuando escuchó lo del 'intruso que usa magia de hielo', pensó que había un malentendido, pero después de confirmar que Navier se encontraba bien, Heinley también confirmó lo del sirviente herido.

El sirviente era una persona que trabajaba en el Palacio Imperial desde hace cinco años. Originalmente sólo trabajaba en el almacén, pero vino hasta aquí porque había muchas cajas que transportar.

Sin embargo, al ser encontrado en el apartado lugar donde cayó al suelo, además de que se puso mortalmente pálido cuando vio a los soldados, el Vizconde Langdel sospechó del sirviente y se ofreció a investigar.

Heinley estaba escuchando los resultados.

"El sirviente nunca tuvo intención de hacer daño a Su Majestad Navier. Sin embargo, parece que le pidieron acercarse a la emperatriz para ver quienes salían a protegerla."