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domingo, 24 de abril de 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 385

Capítulo 385. La Desesperación De Rashta (1)



Ayer hubo un poco de revuelo por el incidente del intruso, pero el ambiente no tardó en calmarse porque el supuesto intruso era en realidad un sirviente del palacio imperial, y la persona que usó la magia de hielo... fue la que detuvo al sirviente sospechoso, así que este era un punto fácil de encubrir.

Por supuesto, no podía salir sin escolta durante un tiempo, y los caballeros probablemente estarían ocupados tratando de averiguar quién hizo esa extraña petición al sirviente.

En cualquier caso, decidí reunirme con las damas a las que había enviado las invitaciones como tenía previsto. Entre ellas estaba la concubina del anterior rey, con la que había dudado en reunirme hasta el final.

Y esta no fue una decisión tan mala.

"Honestamente, me preocupaba mucho que Su Majestad llamara a todas menos a mí."

La concubina del anterior rey sonrió ampliamente tan pronto como me vio, reveló directamente sus preocupaciones y estalló en risas.

"Después de lo ocurrido en el Imperio Oriental, es natural que sea reacia a hacerlo."

Las otras damas se quedaron sorprendidas por su franqueza, y yo también me quedé un poco desconcertada.

Tenía una personalidad muy diferente a la de Christa. 

Bueno. En ese sentido, Rashta y yo también teníamos personalidades muy diferentes.

A pesar de lo desconcertadas que estábamos todas, la concubina del anterior rey sonreía tan brillantemente que sus ojos se entrecerraron.

Esa noche, le conté sobre esto a Heinley.

Sin embargo, me di cuenta mientras hablaba que su expresión no era buena.

"¿Heinley?"

¿Por qué la expresión de Heinley es tan sombría hoy? Él normalmente no estaría tan callado.

Me acerqué, puse mi mano en su cara y le pregunté,

"¿Qué sucede?"

Me preocupó ver a Heinley triste después de que ayer hubiera disfrutado burlándose de mí. ¿Qué estaba pasando realmente?

Heinley me respondió enseguida.

"Tengo algo importante que decirte, Reina."

"Está bien, dímelo."

"Habrá un juicio contra 'esa mujer' en el Imperio Oriental."

A quien Heinley llama 'esa mujer' es Rashta... ¿Habrá un juicio contra Rashta?

"¿En serio?"

"Sí."

Bueno, es un gran problema que la princesa no sea la hija del emperador.... es normal que sea castigada por eso.

"Los asuntos del Imperio Oriental ya no me importan."

Me levanté mientras hablaba deliberadamente con firmeza y frialdad. Me pareció bastante extraño que Heinley tuviera una expresión tan grave. Con la personalidad de Heinley, ¿no sería algo que le gustaría?

Después de decir, "lo sé", Heinley suspiró,

"Pero el Imperio Oriental preguntó si Reina podía asistir al juicio."

"¿Yo? ¿En el juicio?"

"Ya que fuiste una víctima, el Imperio Oriental preguntó si Reina aceptaría asistir como testigo... ¿qué quieres hacer?"

***

Rashta salió al pasillo y pidió a un caballero que la vigilaba,

"Me gustaría ver a Su Majestad."

Podría haberla ignorado, pero el caballero le dijo que esperara un momento y se dirigió hacia el Palacio del Este.

Rashta deambuló por el pasillo, luego volvió a su habitación y se sentó en un sillón mientras esperaba nerviosa.

Al cabo de un rato, el caballero regresó para transmitir el mensaje, 

"Su Majestad me ordenó llevar a la Emperatriz Rashta."

Rashta se miró en el espejo y se arregló rápidamente el cabello antes de seguir al caballero.

"Desvergonzada."

"Cometió graves crímenes sin siquiera pestañear."

"Quién hubiera pensado que con esa cara de inocente sería tan despreciable. Tsk, tsk."

De camino al Palacio del Este, los murmullos que oía por los pasillos le provocaban un dolor desgarrador en el corazón, pero se esforzaba por ignorarlos.

Cuando finalmente se reunió con Sovieshu, sólo recibió una mirada gélida. Sus ojos, antes llenos de cálido afecto, se volvieron fríos como si hubiera llegado el invierno.

Ante la mirada gélida de Sovieshu, que sugería que no le hiciera perder el tiempo, Rashta abrió la boca con dificultad.

"¿Qué me van a hacer?"

"Eso dependerá de los crímenes que hayas cometido."

"No he cometido ningún crimen, Su Majestad."

"Aún piensas negarlo después de todo lo que se ha revelado."

"Sabías que yo... era una esclava fugitiva, pero me aceptaste."

"Sabía que eras una esclava fugitiva, no esta clase de persona."

"Su Majestad, la Rashta que conoció aquella vez y la Rashta que está frente a sus ojos es la misma persona."

"El yo que amaste y el yo que traicionaste es también la misma persona, Rashta."

No había calidez en sus palabras, sólo espinas afiladas y heridas dolorosas.

"Lo explicaré todo, Su Majestad, Si hay algún malentendido, lo explicaré todo."

Rashta habló con una expresión afligida, pero Sovieshu ni siquiera estaba dispuesto a escucharla.

"¿Malentendido? ¿Qué malentendido? ¿Qué la princesa haya resultado no ser mi hija es un malentendido? ¿O es un malentendido los pagarés que trajo el Duque Elgy? ¿O el documento del puerto que firmaste para el Duque Elgy? O..."

Después de una pausa momentánea, miró a Rashta con una expresión despiadada e hizo la última pregunta,

"¿O es un malentendido que se extendió el rumor en el Imperio Occidental de que la causa de mi divorcio con Navier fue su infertilidad?"

‘¿Qué significa esto?’ Ante el inesperado ataque, Rashta exclamó sorprendida,

"¡Rashta nunca hizo eso!"

Sovieshu preguntó con un resoplido de disgusto.

"¿Nunca lo hiciste, o desearías nunca haberlo hecho?"

"¡Su Majestad!"

"El Imperio Occidental hizo un reclamo oficial. Debes disculparte públicamente por esto."

"Todavía... Todavía soy la Emperatriz del Imperio Oriental, Su Majestad. ¿Quiere que me disculpe públicamente? ¡Eso sería una deshonra para el Imperio Oriental!"

"Bien, no hace falta que te disculpes. De todos modos, ya no representarás al Imperio Oriental."

Rashta rompió a llorar mientras miraba asombrada a Sovieshu.

"Su Majestad.. ¿Su Majestad ya no cree en Rashta? Una vez dijiste que sentías lástima por Rashta. Una vez dijiste que protegerías a Rashta. ¿Pero ahora culpas a Rashta por algo que no hizo?"

Sovieshu miró sin palabras a Rashta durante un momento.

"¿Algo que no hiciste? ¿Qué no hiciste de todo lo que dije?"

"¡Todo!"

La boca de Sovieshu se abrió del tamaño de dos dedos. Estaba realmente sorprendido.

"Ya... ya no sé. No sé en qué diablos estás pensando."

"¡Rashta no dijo que Navier fuera infértil! ¡Rashta sólo dijo que circulaba un rumor de que la razón de su divorcio fue su infertilidad! ¡Su Majestad también dijo que Navier podría ser infértil!"

Si la otra parte utilizara argumentos demasiado absurdos, uno se quedaría tan sorprendido que no se le ocurriría nada que decir para refutar.

Lo mismo ocurrió con Sovieshu. No podía entender a Rashta.

Incluso si tales rumores realmente circulaban, ¿no sabía que el hecho de que la emperatriz se lo contara a un noble de otro país en una carta era en sí mismo un problema?

"Ya basta, márchate. Fue una locura pensar que esta vez podría hablar adecuadamente contigo."

Finalmente, agitó su mano completamente exhausto.

Hablar de Navier le hizo recordar todos sus arrepentimientos, pero se sintió aún más tonto por intentar tener una última conversación con Rashta.

"¿Qué me van a hacer?"

"Tendrás las respuesta cuando comience el juicio. Podrás preguntárselo directamente al juez."