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viernes, 28 de julio de 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 158

Capítulo 158. Siempre Fuiste Tú (2)

Ella enterró su cara en el pecho de Raphael. Quería escuchar sus próximas palabras, pero al mismo tiempo no. Sus manos temblaban y su corazón latía rápidamente. No era un fenómeno extraño que sólo le estuviera ocurriendo a Annette.

El pecho de Raphael temblaba un poco con cada respiración. Su temperatura corporal aumentó gradualmente, ahora estaba tan caliente como madera en una hoguera. Su corazón latía con tanta fuerza que hacía vibrar los tímpanos de Annette.

Raphael, que tragó saliva, por fin abrió la boca.

"He estado pensando seriamente en ello... mi primera prioridad eres tú."

Annette lo miró estupefacta. Sus ojos estaban enrojecidos por el llanto. ¿Qué demonios él acababa de decir? ¿Tal vez ella había escuchado mal?

En cuanto sus miradas se cruzaron, el rostro de Raphael enrojeció rápidamente. Sin saber qué hacer, se cubrió la cara con una mano para evitar la mirada de Annette. Ella nunca lo había visto así en sus cinco años de matrimonio en su vida anterior. Ella no pudo evitar agarrar la mano que le cubría la cara.

"¿Puedes repetir lo que acabas de decir…?"

Raphael, que no pudo seguir tapándose la cara, evitó desesperadamente su mirada. Su rostro, que siempre había sido firme como una espada afilada, estaba sonrojado. Aunque mantuvo la boca cerrada debido a la vergüenza, su cara hablaba en su lugar. Él la amaba.

Los ojos de Annette se volvieron a llenar de lágrimas. No podía creer lo que veía. Sus temores de que nunca sería amada en esta vida parecían desvanecerse.

La alucinación auditiva de Allamand diciendo que Raphael nunca la elegiría había desaparecido. Raphael secó torpemente las lágrimas de los ojos de Annette.

"Sólo tú. Siempre fuiste tú. La persona que ha estado a mi lado."

No podía evitar amar a esta mujer. Tenía un profundo sentimiento de inferioridad debido al origen de su madre. Así que trató de mantenerse alejado desesperadamente porque pensaba que una mujer tan perfecta no podría amarlo. 

Sin embargo, al igual que los humanos no podían detener las fuerzas del mar, lo mismo ocurría con este sentimiento. Annette domó a ese animal salvaje que no conocía el amor. Tuvo una paciencia infinita con él. Siempre mostró amor y confianza.

Al final su calidez lo doblegó. Ahora no cambiaría a esta preciosa mujer por nada. 

"Te amo, Annette."

"Raphael..."

Ella le acarició la mejilla con cuidado. Su corazón se apretó porque le pareció demasiado tierno. Raphael agarró firmemente su pequeña mano.

"Por favor, no me dejes. Quédate conmigo."

Raphael estaba vagamente consciente de que ella estaba pensando marcharse. Recordó aquel momento en que su corazón latió con fuerza al descubrir el anillo del Gremio Secreto en su joyero. En momentos como estos tenía la suerte de que su intuición se desarrollara como una bestia. Si ella lo hubiera dejado sin saber nada, se habría derrumbado.

Sus brazos sujetaban su cuerpo con fuerza. Sus ojos parecían suplicantes.

"Sé lo que te preocupa, Annette. Pero puedo resolverlo. Te protegeré, lo prometo. Así que puedes estar tranquila… Sólo espera un poco más."

Después de terminar de hablar, apretó sus dientes para reprimir sus emociones que ardían en su pecho. El amor, que había descubierto tarde, parecía abrasar su interior.

Annette lo miró en silencio. Estaba confundida. ¿Raphael quería decir que entendía el trasfondo de la situación? Raphael susurró cuando vio sus ojos temblorosos.

"Mi primera prioridad eres tú. Tú… eres mi familia. Eres la familia que he elegido."

Annette se tapó la boca con los ojos enrojecidos. Sus palabras garantizaban que Raphael también conocía toda la situación. Decía que la había elegido a ella en lugar de a su padre. Tal vez él se sintiera en deuda con el Rey, pero no sentía afecto. Así que, como se lo pedía su corazón, decidió proteger a la mujer que amaba.

Ella lloró de alegría. Pero también sentía tristeza. Sus lágrimas fluyeron sin cesar porque sentía lástima por Raphael, que fue maltratado desde niño por su madre drogadicta y utilizada por su despiadado padre cuando creció. No podía darle la espalda a este hombre.

"Gracias por elegirme. Tú también eres mi preciada familia. Así que también te protegeré."