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martes, 4 de julio de 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 145

Capítulo 145. Culpa de Raphael

"¿Podemos mantener encerrado a este tipo? Es para que no pueda contactar con nadie. Me gustaría poder disponer de él en cualquier momento."

"Por supuesto, lo que usted diga."

Railin, que le besó el dorso de la mano, respondió amablemente.  Annette dejó escapar un largo suspiro. Sentía que había superado un bache. Fue un alivio que pudiera encerrar a Ben. Porque él era el cuchillo que el Rey había usado para apuñalarla. Pero ahora ella tuvo la oportunidad de quitarle el cuchillo por adelantado.

También esto es lo mejor para Raphael.

El Rey borró completamente el pasado de Raphael para que no pudiera afectar su futuro. Por esa razón, la gente podía despreciar a Raphael por que era un hijo ilegítimo, pero no podían ofenderlo por su madre. Pero mientras Ben siguiera vivo, no se podía saber a quién él expondría de nuevo el pasado de Raphael. Al igual que hizo ahora.

Si alguien quiere guardar un secreto, era mejor que menos gente lo supiera. ¿Y si otra vez Ben se viera obligado a hablar sobre Raphael? ¿Y si esa persona lo difunde en Deltium?

Solo imaginar esa situación la preocupaba. Ella ni siquiera podía predecir cuánto daño sufriría el orgullo de Raphael. Así que Ben March tenía que permanecer encerrado en el oscuro sótano con las ratas como amigas. Hasta que un día ella lo necesitara.

Aunque fuera su tío político, no había manera de evitarlo.

Después de todo, la sangre azul fluye por mis venas.

Annette se dio la vuelta con frialdad, al igual que su padre Allamand, para salir del sótano.

"¡Adónde va, dama! Por favor, ¡¡Perdóneme!!"

Pero los gritos no llegaron a los oídos de Annette, que tenía la mente en otro lugar.

Annette le contó a Celestine lo sucedido durante el interrogatorio, excluyendo la información sobre Raphael. Luego regresó a casa como si nada hubiera pasado.

Fue cuando escuchó la primera confesión de Raphael. 

***

Annette se quedó sola en su habitación. Había pasado toda la noche despierta para atrapar e interrogar a Ben March. No sólo tenía un día sin dormir, sino que había vivido un acontecimiento extremo, por lo que literalmente se estaba muriendo de cansancio.

Ella se quedó dormida en cuanto cerró los ojos. No pudo dormir profundamente a pesar de que estaba agotada, porque sus nervios estaban alterados. Su sueño fue interrumpido varias veces por pesadillas. Se despertó nuevamente. Estaba tan cansada como unas horas antes.

Todo es culpa de Raphael.

Suspiró mientras hundía su cara en la almohada. Las palabras que le había dicho Raphael después de que ellos unieran sus cuerpos, no dejaban de dar vueltas en su cabeza. Ella intentaba racionalizar la situación, pero su mente seguía anclada a ese momento.

...Tú me gustas mucho.

A Raphael le temblaba un poco la voz al confesarlo. Lo expresó de una forma rígida. Pero fue una confesión sincera. El corazón de Annette volvió a saltar al recordarlo.

Desde su regresión, ansiaba que la amaran en esta vida. Incluso deseó en su interior que su esposo fuera Raphael. Fue el único hombre que permaneció a su lado hasta el final. Pero Raphael seguía odiándola incluso después de su regresión. Ella decidió cerrar herméticamente su corazón, no quería depender de nadie más.

Así que Annette decidió abandonarlo. Había planeado marcharse de Deltium después de que resolviera todo. Pretendía disfrutar de una segunda vida como una persona normal en la ciudad portuaria de Osland.

Por lo que la agitación que sentía no era buena. Annette presionó suavemente su pecho con la palma de su mano hasta que su corazón recuperó su ritmo original. Luego cerró los ojos. Esperaba poder dormir esta vez profundamente.

Pero su sueño fue perturbado por extraños ruidos en el pasillo.

¿Qué es ese sonido?

Ella abrió sus párpados pesados. Se escuchaba como si algo estuviera golpeando las paredes. También el murmullo de un hombre enloquecido. Era tan extraño que una persona supersticiosa, se habría asustado pensando que había un fantasma fuera.

Su mente cansada supuso la causa del ruido. De hecho, el ruido le sonaba un poco familiar. Ella se levantó con dificultad, se frotó los ojos y abrió la puerta de su habitación. Luego preguntó mirando el oscuro pasillo.

"¿Raphael? ¿Eres tú?"