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sábado, 24 de junio de 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 140

Capítulo 140. Madre de Raphael (4)

"Huh, qué me pasa... me duele la cabeza..."

Bella se arrastró por el suelo con las manos temblorosas. El lejano sonido del llanto del pequeño Raphael parecía desgarrar sus tímpanos. Un terrible dolor de cabeza sacudía su cabeza. Ella logró apoyar la parte superior de su cuerpo en la pared.

Finalmente, incapaz de resistir las náuseas, ella comenzó a vomitar. Era un síntoma común cuando se acababa el efecto de la dr0ga.

"¡Blarg! ¡Blaargh! ¡Blarg!!"

Mientras Bella vomitaba, Ben vertió rápidamente la dr0ga en un vaso de agua y se lo dio a ella. Los ojos de Bella pronto se relajaron tras beberla.  A medida que la dr0ga se extendía, sus extremidades se aflojaban indefensas. Saliva fluyó desde las comisuras de sus labios.

Ben susurró mientras la miraba.

"Oh pobre Bella. Ahora estás enferma. Descansa aquí, tu hermano te traerá las medicinas."

Ben fingió actuar con amabilidad, pero sabía que sus palabras no estaban siendo escuchadas por ella. Pasó por un lado de la indefensa Bella, y entró tranquilamente en la habitación. Luego de encontrar fácilmente la bolsa con la manutención, se dirigió al casino.

Ahora que Bella se había vuelto adicta, todo iba de acuerdo a su plan. Ben malversó sin escrúpulos el dinero de la manutención. Y conseguía suficientes dr0gas para evitar que Bella muriera por el shock ocasionado por la abstinencia. 

No podía detener a Ben. Ella vivía siendo esclava de las dr0gas.

"Medicina, medicina... es doloroso..."

Después de unos años de vida así, Bella cambió como persona. La sencilla mujer segura de sí misma, que amaba a su primer hijo, se había desvanecido. Pasaba la mitad del día aletarga por las dr0gas. Y la otra mitad actuaba como una loca.

Un día cantaba mientras daba vueltas, colmaba de besos a Raphael y lo elogiaba por que era un chico guapo. Otro día, sollozaba porque su vida estaba arruinada por su culpa, y llamaba a Raphael 'mi pequeña desgracia'. Sin embargo, entre los diversos síntomas de la adicción, el peor ocurría justo después de que se acabara el efecto de la dr0ga.

"¡Tráeme la medicina, maldita sea! ¡Eres un niño inútil! ¡Eres un bicho que lo único que hace es comer! ¿Qué demonios sabes hacer? ¡Muérete, muérete!"

La despiadada Bella lanzó objetos al azar. Por desgracia, uno de ellos golpeó a Raphael directamente en la sien. La sangre roja corrió por la cara asustada de Raphael.

Esto causó que Bella se sobresaltara incluso en su estado de exaltación. Giró el cuello de Raphael lo suficiente para examinar la herida en su sien. Por supuesto, no era porque estuviera preocupada por Raphael.

"No. Si se te hace una cicatriz visible... ¡¡Ese hombre se va a enterar!!"

Bella recordó al hombre de confianza del Rey que venía regularmente a ver a Raphael. Sus últimas visitas causaban que el corazón de ella se acelerara. Él actuaba como si lo supiera todo. Ella se asustó la otra vez que Hamilton encontró un moratón en la barbilla de Raphael. A pesar de que el niño mintió diciendo que se había golpeado por error mientras corría, a Hamilton no le convencieron sus palabras.

Raphael miró a Bella fijamente a la cara. ¿Ella se detendría por hoy? Una mirada de esperanza apareció en el rostro del pequeño Raphael. Pero el inocente deseo del niño fue pisoteado sin piedad ante la crueldad de los adultos.

Bella, que agarró una cubeta de un rincón de la habitación, la puso sobre la cabeza de Raphael. Luego dijo sonriendo con locura.

"Listo. Esto hará que no te hagas daño en la cara."

Raphael estaba sumido en una desesperación tan profunda como su oscura visión. Ojalá no hubiera nacido. Cerró los ojos lentamente en la cubeta, que no le permitía mirar más allá. Se preparó para el inminente estallido de violencia.

La gente suele creer que una mala situación no puede empeorar. Pero la vida no tiene sentido, así que incluso cuando parece que había llegado al punto álgido, había más.

Tanto las apuestas como las dr0gas, tienen un alto precio a pagar. Eran como un pozo profundo que no sólo absorbía enormes sumas de dinero, sino también vidas enteras. Y los dos hermanos estaban sumidos en estos vicios al mismo tiempo, así que no importaba cuánta manutención recibiera, estaba lejos de ser suficiente.

"Ben, hermano. Por favor, consígueme más medicina. Tengo algo de dinero aquí."

Bella se había convertido en una adicta severa. El intervalo entre cada dosis eran cuatro más cortos que al principio, así que la cantidad de dr0gas necesarias se volvió alarmante.

Pero Ben consideraba que tener dinero para apostar era más importante. No le importaba su hermana, mucho menos su sobrino. Ben, que le dijo que compraría sus medicinas con el dinero de la manutención, lo despilfarró casi todo apostando. Sólo compró un poco de dr0gas. Y se las entregó a Bella con la vana excusa de que el precio de las medicinas había subido tanto que no se podía comprar más.

Bella sufría a menudo terribles efectos secundarios porque carecía de las dosis necesarias de dr0gas. Como creía que las medicinas habían subido de precio como le dijo Ben, comenzó a vender su cuerpo para comprar más.