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jueves, 22 de junio de 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 138

Capítulo 138. Madre de Raphael (2)

Acababa de cambiar de trabajo, así que aún no conocía a los hombres. No había que preocuparse de que tuviera ninguna enfermedad venérea. Hamilton, un hombre de confianza del Rey, la llevó ante él después de comprobar que fuera verdad. Hamilton seguía activo en el servicio militar en aquel momento.

Al Rey le gustó Bella más de lo que pensaba. En comparación con las cortesanas de clase alta, que siempre hablaban metafóricamente con una vaga sonrisa en sus labios, ella era increíblemente franca. Tenía su propio encanto aunque era inculta. En otras palabras, le parecía refrescante su personalidad. Ella comenzó a comer bien, así que aumentó de peso. Y su apariencia se volvió bastante digna.

El Rey mantuvo a Bella en su tienda de campaña desde que pasaron la primera noche juntos. De todos modos, sería una batalla prolongada hasta que se erradicara la resistencia, así que prefirió tener a una mujer a la que pudiera abrazar con confianza.

Poco después, Bella descubrió que estaba embarazada. Siempre estuvo en la tienda de campaña del Rey, así que no había duda de que era su hijo. El Rey se preocupó más por la alimentación de Bella y la abrazaba con cuidado todas las noches. Eso fue hasta que la encarnizada batalla contra la resistencia llegó a su fin.

"¿Qué haremos con ella, Majestad?"

Hamilton le preguntó desde atrás, al Rey que se disponía a marcharse. Ya habían pasado ocho meses desde que Selgratis llegó aquí. Como casi toda la resistencia de Letan había sido aniquilada, no podía seguir dejando sola la capital del Reino de Deltium. Por lo que había llegado el momento de decidir qué hacer con Bella March.

Mirando hacia atrás, el Rey respondió.

"Deja que nazca el niño. Y dale una manutención. No puedo llevar a un plebeyos al palacio, así que es mejor separarnos aquí. De todos modos, tengo una prometida."

Fue una decisión extremadamente digna. Selgratis ya había compartido cama antes con otras mujeres, incluso con varias cortesanas a la vez. Pero era la primera vez que convivía con una mujer. En resumen, Bella fue la primera amante del Rey.

Por ello, Hamilton temía que el Rey se encaprichara tanto con Bella que tomara una decisión imprudente. Aún estaba en sus primeros días en el cargo, por lo que había inestabilidad en la aristocracia. Afortunadamente, el Rey no olvidó su deber. 

Cuando el aliviado Hamilton, estaba a punto de darse la vuelta.

"Ah. Y te agradecería si pudieras mirar al niño ocasionalmente. Es un hijo ilegítimo, pero es mi primer hijo. Al menos me gustaría saber cómo se encuentra."

Si no hubiera sido por aquella declaración del Rey, el actual Raphael no podría existir.

Hamilton todavía era joven en aquella época, por lo que tenía mucha motivación por el trabajo. Obedientemente, visitó regularmente a Bella March para conocer el estado de Raphael. También aprovechaba para entregarle la manutención. Hamilton, no sólo fue el primero que comprobó el sexo del bebé, sino que también le dio su nombre.

De no haber sido por él, el talento de Raphael se habría podrido en los barrios bajos antes de materializarse. O hubiera sido asesinado a manos de su madre.


La madre de Raphael se podría considerar afortunada. La primera persona a la que se vendió fue un Rey, lo cual era un milagro para una pr0st!tuta de un barrio bajo.

Se le iba a pagar una cuota mensual solo por venderse durante ocho meses. Mejor dicho, una manutención para su hijo. Esa suma de dinero en este barrio bajo equivalía a ser millonaria. Aunque fuera un hijo ilegítimo, recibía dinero adecuado para el hijo de un Rey.

En teoría,  Bella debería estar contenta. Aunque no hiciera nada más que quedarse quieta, tendría dinero de sobra todos los meses. Ahora sólo tenía que dedicar toda su energía a criar a su hijo. Pero la realidad siempre era distinta a lo esperado.

"Bella, realmente es sólo por esta vez. Si me ayudas a pagar el dinero que debo por las apuestas, no volveré a apostar hasta que muera. Así que por favor..." 

Ben había protegido a Bella de cualquier peligro cuando era niña. Pero el hermano que ella conocía había desaparecido. Ahora se había convertido en el equipaje más pesado de ella.

Después de acudir un par de veces a un casino con sus amigos, Ben quedó completamente enganchado. Cada vez que le debía al casino una gran suma de dinero, Bella tenía que pagarla. La manutención era absorbida por el casino en cuanto llegaba cada mes.  Y como él, ahora tenía un respaldo, se obsesionó aún más con las apuestas. Era un círculo vicioso. 

Bella, que sostenía a Raphael en sus brazos, le reprochó a Ben con voz temblorosa.

"Dijiste lo mismo la última vez. ¿Qué demonios estás haciendo? No puedes vivir así. Si no dejas de apostar, todos moriremos, ¿Sabes? ¡Tú, yo y Raphael moriremos!"

"Lo sé. Lo siento mucho. De verdad, sólo por esta vez... No me digas que me vas a dejar morir, ¿Eh? ¡Lo juro por Dios, esta será la última vez...!"