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jueves, 22 de junio de 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 497

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 497. Heinley Está Llorando (2)



Mecí a mi pequeña Laurie, haciendo tiempo para que el Embajador del Imperio Oriental pudiera esconderse en alguna parte del Salón Nocturno. Poco después de que el funcionario se marchara para conducir a Ángel a la sala de recepción, regresó a buscarme.

"Lo siento mucho. La bebé está llorando mucho. No puedo irme. Por favor, ruéguele a Sir Angel su comprensión, y pídale que espere un poco más."

El funcionario observó a la silenciosa bebé en mis brazos. Luego asintió, aún luciendo confundido, y se marchó.

Eventualmente, una vez que consideré que había pasado suficiente tiempo, convoqué al funcionario nuevamente. 

"Cada vez que intento marcharme, la bebé empieza a llorar. Ella no se detendrá. Tendré que llevar a Laurie conmigo, pero me preocupa que en la sala de recepción haga demasiado frío. ¿Podrías hacer que Sir Ángel me espere en el Salón Nocturno?"

El funcionario observó el rostro adormilado de Laurie nuevamente con desconcierto. Pero se fue obedientemente a hacer lo que le había ordenado.

Esta vez, llevé a Laurie conmigo al Salón Nocturno. Nada más entrar, vi a Ángel. Seguía resplandeciente, tal como sugería su nombre.

"Su Majestad. Espero que haya estado bien."

Ángel me saludó con una sonrisa, a pesar de todo el tiempo que le hice esperar. Actuó con mucha calma y naturalidad. Si no supiera que conspiraba a mis espaldas, me habría caído bien.

Es un desvergonzado. Pero yo también le saludé como si no pasara nada. 

 "Sí, he estado muy bien. Agradezco su preocupación."

"Escuché que tuvo gemelos. Esta pequeña debe ser uno de ellos."

Él se inclinó sobre Laurie. Dentro de mí, deseaba que le diera una bofetada. Llevaba puestas las manoplas, así que no le dolería. Lamentablemente, sólo apoyó su cabecita contra mí, rehuyendo de él.

"Se parece a usted, Su Majestad."

Ángel miró a la bebé con fascinación. Mientras lo hacía, examiné la habitación en busca de sitios donde un adulto pudiera esconderse.

Sólo noté un lugar lo suficientemente grande. El Embajador del Imperio Oriental debe estar allí si recibió mi mensaje a tiempo. Me pregunto si puede oírnos.

Durante unos veinte minutos, Ángel se entretuvo hablando de los bebés. Le seguí la corriente, hasta que por fin mencionó la razón por la que estaba aquí. 

"Parece que Su Majestad será una madre severa."

"¿Qué quieres decir?" 

Mis ojos se entrecerraron.

"He oído que está presionando a los países más débiles utilizando su acuerdo comercial con Rwibt."

"Si empujas a una persona que está en la parte superior de una escalera, todos los que están detrás se derrumbarán también."

"¿Me pregunto cuáles son ustedes? ¿La primera persona empujada o la que empuja?"

'¿Cuál crees tú?'

No me quedaré aquí de brazos cruzados mientras intentan derribarnos por detrás. Había tantas cosas que quería decir, pero en vez de eso sonreí. En mi formación como emperatriz, había aprendido a permanecer en silencio siempre que fuera posible. La mayoría de las veces, la otra parte oía lo que quería oír en el silencio.

"Me temo que me ha malinterpretado, Su Majestad. A quien apuntamos es al Imperio Oriental, no al Occidental."

Justo lo que quería. 

"¿De verdad?"

"Sí. Así que, por favor, téngalo en cuenta cuando piense en el futuro."

Pero Ángel mentía. Ya había ido al Imperio Oriental y afirmado lo mismo.

A pesar de lo astuto que pudiera ser Ángel, nunca se habría imaginado que Sovieshu me contaría sobre su encuentro. Gracias a Sovieshu, sabía que estaba haciendo lo mismo con el Imperio Oriental y el Occidental. Así que evité caer en sus dulces palabras.

Ambos nos guardamos nuestros verdaderos pensamientos, sonriendo tranquilamente.

De repente, Ángel ladeó la cabeza. 

"Cierto. He oído que a Su Majestad le gustan los pájaros."

"¿Es ese un rumor actual?"

"Sí. Por eso le he traído un regalo. ¿Quiere verlo?"

Entrecerré los ojos.

"¿Es un soborno?"

"Digamos que es una muestra de mi amistad. Mi objetivo es proteger mi amistad con el Imperio Occidental."

Qué endeble es tu amistad. Abrí la boca para rechazarlo. Mejor rechazarlo que aceptar un obsequio y que los demás interpretaran posibles alianzas. Pero antes de que pudiera decir nada, se aclaró la garganta.

"Es un pájaro grande. Y sus plumas doradas son preciosas."

Cerré la boca abruptamente. Un pájaro grande con plumas doradas... ¿Heinley? Me tragué mi negativa.

"Estoy intrigada."

Ángel entonces hizo una señal y la puerta se abrió. Entonces entró un caballero, vestido con el uniforme de la 4ª División de los Caballeros Transnacionales. Llevaba una gran jaula de pájaros. Pero estaba cubierta por una tela, así que no podía ver el interior.

Contuve la respiración, desesperada por no dejar ver mi ansiedad. Probablemente no sea Heinley. Es cierto que había hecho esto para comprobar si Ángel estaba implicado en la desaparición de Heinley, cierto. Pero no había forma de que hubiera capturado a Reina. ¿O sí?

¿Qué tal si Ángel atrapó a Heinley mientras se transformaba? Podría haberlo capturado y encerrado en la jaula.

La cabeza me daba vueltas. En ese momento, el caballero le pasó la jaula a Ángel. Ángel agarró la tela con una mano y me miró. Intenté mantener la compostura, mirando a Ángel en vez de a la jaula.

Finalmente, levantó la tela.

Jadeé.

***