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jueves, 1 de junio de 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 124

Capítulo 124. Gruti (9)

Ben estaba preocupado. Estaba jugando blackjack, un juego bastante simple. De todos los jugadores, ganaban el que tuviera la suma de cartas más cercana a 21. Estaba bien llegar a los 20 o 21, pero si se superan los 21 aunque sea un poco, perdían de forma automática. Y la suma de cartas de Ben ahora era sólo 19.

Se preguntaba si debía detenerse aquí y esperar el resultado, o si debía conseguir otra carta para intentar estar más cerca del 21. Si recibía una carta con un número grande, habría perdido. Era una elección arriesgada, con más que perder que ganar. 

Pero los jugadores solían ser hombres que no estaban nada seguros. En primer lugar, si buscaran una elección segura, no habrían caído en las apuestas como moscas.

"Hit."

Ben finalmente decidió pedir otra carta. Cuando golpeó la mesa con el dedo índice, el ágil dealer le entregó otra carta. Ben cerró los ojos con sus manos temblorosas. Había sacado un 6. Sus cartas en total sumaban 25, claramente había perdido.

"Gracias por tu esfuerzo."

El dealer le retiró sus cartas con una sonrisa. Como consecuencia, perdió todo el dinero que había recibido recientemente para sus gastos cotidianos. Incapaz de contener su ira, Ben golpeó la mesa con el puño. Los demás jugadores lo miraron con desprecio.

Ben se puso de pie tambaleándose ante las miradas inyectadas de sangre. Era el momento de regresar a su escondite más profundo en esta apestosa alcantarilla.

Gruti no era diferente del lugar de nacimiento donde creció Ben. Sin embargo, sus expectativas se ampliaron por las experiencias que tuvo al relacionarse con aristócratas. Estaba tan aburrido de esta cloaca asquerosa que se estaba volviendo loco. Pero recientemente recibió la advertencia de que debía mantenerse bajo perfil. Esto no sólo redujo el dinero que dispone para sus gastos, sino el número de veces que apuesta.

'Hoy no he tenido nada de suerte, maldita sea'.

Ben agachó la cabeza con frustración. Se estaba impacientando porque sentía que nada de lo que hacía iba a funcionar. Justo entonces, algo pasó por delante del zapato de Ben.

"¡¡Oink!!"

Estuvo a punto de apartar de una patada al cerdito que se movía a sus pies. Pero de repente sus ojos se agrandaron. No sólo era un cerdo, era un cerdo dorado.

Entre los jugadores, el oro se consideraba el color de la buena suerte. Fue por eso que Ben elegía en que juego apostar con la mujer rubia. Pero ahora estaba a sus pies un cerdo dorado del tamaño de un perro pequeño. De alguna manera pensó si sostenía entre sus brazos al cerdo... tendría una enorme suerte en los juegos sin precedentes.

Ben no pudo evitar limpiarse suavemente el sudor de las manos en los pantalones e inclinarse hacia el cerdo. Pretendía atraparlo como si estuviera pescando truchas con sus propias manos. Pero el cerdito era más ágil de lo que parecía.

"¡¡Oink!!"

Asustado por la imprudencia de Ben, el cerdo se apresuró a escapar a alguna parte. Corrió a través de los pies de la gente con la agilidad de una ardilla. Ben siguió al cerdo a toda prisa. Cada una de las personas que tropezó lo maldijo, pero no le importó.

Cuando por fin había acorralado al cerdo, se acercó poco a poco jadeando. Una sonrisa bastante codiciosa apareció en sus labios abiertos. En ese momento, una mano blanca que apareció de algún lugar lo detuvo. Luego levantó al cerdo con descaro.

"Disculpe. Creo que mi mascota te ha causado problemas."

Los labios rojos del hombre desconocido se burlaron de Ben. 

Ben se sintió avergonzado por la inesperada situación. Esto se debía a que fue sorprendido por el dueño persiguiendo a su mascota. Pero los jugadores solían ser buenos mentirosos. La mayoría de ellos incluso podían mendigar sin vergüenza. Como se dio cuenta de que el hombre estaba bien vestido, decidió sacarle un pequeño consuelo.

'Debería haber cuidado bien a su mascota. ¿Por qué me hizo caer en una trampa?'

Ben descaradamente le echó la culpa de su avaricia al hombre. Entonces se frotó una de sus pantorrillas como si estuviera lesionado, iniciando un escándalo.

"¡Oh, Dios! ¡Se fue después de que me mordió la pierna! Tengo que ir a trabajar mañana, pero no podré si tengo las piernas así."

Resulta que el día anterior tuvo una pelea con otro tipo en el casino, y le dio una patada en la pantorrilla. En ese momento estaba molesto, pero ahora se sentía bastante afortunado. Ben se subió el dobladillo del pantalón para mostrar un moretón. Cuando levantó la vista para ver la reacción del hombre, se sorprendió.

'¿Por qué es tan guapo?'

El hombre alto tenía una apariencia hermosa como un hada. Su cara más blanca que la de la mayoría de las chicas, combinaba bien con su cabello azul intenso, mostrando su belleza neutra. Además, sus ojos eran rojos como rubíes, por lo que le daba una sensación astuta. Sus ojos miraron las pantorrillas de Ben con un extraño brillo.

"...Eso es extraño. Este chico no muerde a la gente."