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miércoles, 31 de mayo de 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 123

Capítulo 123. Gruti (8)

Annette se quedó un poco sorprendida al escuchar la voz de Railin cerca de su oreja. Por mucho ruido que hubiera a su alrededor, le avergonzaba que sus labios estuvieran tan cerca de tocar su oído. Entonces Railin sonrió extrañamente, como si fuera consciente de ello.

"De todos modos, incluso si atrapamos a March, estaremos en una posición muy difícil.  Por lo que es necesario actuar con tranquilidad. ¿Entiendes lo que quiero decir?"

Ella no sabía nada al respecto porque nunca había estado en un casino ilegal. Pero estaba dispuesta a aceptar los consejos de otras personas que conocían bien estos lugares. Ella asintió mordiéndose el labio inferior con frustración. Railin mostró una mirada de admiración por su paciencia.

"Bien. ¿Y qué haremos ahora?"

A Annette no le interesan mucho sus elogios. Sólo quería atrapar a Ben March de la forma más segura y rápida posible. En respuesta a su pregunta, Railin levantó la cortina de una tienda, que estaba a su lado. Luego miró a Annette como invitando a entrar en ella.

"¿Esto es...?"

Annette, que entró en la tienda, miró a su alrededor. La tienda, que debía medir unos 3 metros cuadrados, estaba oscura. En el aire había un exótico aroma a mirra. En cualquier caso, parecía que Railin había preparado algo aquí, como una trampa para atrapar ratas.

El acogedor interior de la tienda estaba decorado con tela roja. El único mobiliario que había era una mesa para dos personas y dos sillas. Railin chasqueó sus dedos para encender la lámpara de la mesa, aprovechando que ella no lo estaba mirando. Entonces, una misteriosa luz dorada iluminó la estrecha tienda.

Ahora con su visión iluminada, Annette pudo observar la bola de cristal sobre la mesa. Su cara se contorsionó porque tuvo un mal presentimiento cuando vio esto.

"Railin, no me digas que..."

"Sí, es lo que piensas."

Annette, que sintió que había recibido una sentencia de muerte de Railin, miró la bola de cristal en silencio. Parecía que él quería atraer a Ben March a este lugar. Para ello, probablemente ella tendría que interpretar un ridículo papel.

Ella cuestionó a Railin con su mirada. Él respondió encogiéndose de hombros.

"¿Por qué mi hermosa cliente llevaría una capucha en la cabeza?"

"Parece que no sólo me has convertido en una traficante de dr0g@s."

Annette replicó inmediatamente. La cara de la pr0st!tuta que creía que era una traficante de dr0g@s aún estaba fresca en su mente. Esta andrajosa túnica con capucha también fue preparada por Railin. Ella creyó que él sólo intentaba hacer que ella, una aristócrata desde la médula de sus huesos, encajara perfectamente en Gruti 4.

Pero ahora descubrió que tenía otros objetivos. Debió de decidir desde el principio que ella interpretaría el ridículo papel de adivina.

"¡Jajaja! Eres una cliente divertida."

Railin se rió al escuchar la implacable respuesta de Annette. Parecía tranquila en apariencia, pero tenía un ingenio bastante agudo. Railin apreciaba su inesperado encanto. Le susurró a Annette con su hermoso rostro todavía sonriente.

"¿Comenzamos entonces? Es el momento de vender dr0g@s."

Annette no quería vender más drogas ahora. Ella se quejó.

"¡Pero Ben March trabajó como mi cochero durante diez años! En cuanto escuche mi voz, me reconocerá de inmediato."

Railin sonrió de forma descarada. Annette, que estaba sin palabras, cerró los ojos resignada. Ahora tenía que ser una adivina después de haber sido traficante de esclavos. Su segunda vida estaba siendo mucho más difícil de lo que esperaba.

***

Ben March miró las cartas que tenía en la mano con los ojos inyectados en sangre. Podía apostar a casi cualquier cosa en el casino, pero hoy había elegido el blackjack.

Por lo general, los apostadores tenían una especie de corazonada, al momento de elegir en qué juego apostar ese día. En el caso de Ben March, buscó a la primera mujer rubia que vio al recorrer el casino. El juego que ella mira o juega, se convierte en el juego de la suerte.

Por esa razón ahora jugaba al blackjack. Pero hoy parecía no tener suerte. ¿Será por la luz brillante que ha visto erróneamente el cabello castaño cómo rubio? Ben frunció el ceño, mientras sumaba los puntos de sus cartas.

'Maldita sea, ¿Qué hago con esto?'