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viernes, 28 de abril de 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 100

Capítulo 100. Espada Arondight (1)

Raphael aún recordaba la cara de Annette mientras le daba un beso en la boda. En aquel momento sólo le pareció divertido, ¿por qué ahora provocaba que su corazón palpitara? Annette se sonrojó al escuchar las palabras que Raphael había dicho sin pensar.

"Somos una pareja. Ya tengo derecho a expresar lo que pienso. Eres demasiado egoísta."

Annette siguió cepillando su cabello con elegancia. Raphael consideró entrañable su forma altiva de hablar por su rostro inocente. Raphael comenzó caminar hacia ella, soltando la camisa que tenía en la mano. Raphael levantó a Annette para sentarla en el tocador.

"¿Raphael?"

Annette lo miró sorprendida. Raphael tenía una mirada seria, parecía una bella bestia. 

Sus ojos azul oscuro recorrieron su rostro en silencio. Su respiración se volvió agitada. Su áspera mano tocó su mejilla, luego pasó por su nuca hasta llegar a su espalda. Raphael preguntó con seriedad. 

"Tú también lo sabes, ¿verdad? Que eres hermosa."

"...¿Yo?"

"¿No lo sabías? Pensé que me tratabas así porque lo creías."

Annette se rió pensando que estaba bromeando. Pero la cara de Raphael mientras le acariciaba las mejillas estaba seria. Sus ojos la miraban como si estuviera viendo algo maravilloso, por lo que sus mejillas se calentaron. Raphael añadió sin vacilación.

"Tu cabello, tus ojos, tus labios, brillan. Una mujer espectacular."

"Se debe a la luz del sol..."

Estaba sentada en el tocador bajo el sol de la tarde, tenía un aspecto desaliñado. Annette volvió a sentirse avergonzada por la situación. Sin pensarlo desvió su mirada y lo empujó por los hombros. Sin embargo, Raphael no retrocedió obedientemente.

Raphael, que había estado mirando a Annette sin pestañear, bajó lentamente la cabeza. Sus labios calientes se tragaron a Annette. Su lengua recorrió su boca, provocando que su cuerpo se estremeciera. Al terminar el corto pero ardiente beso, Raphael levantó la mirada. Luego sonrió alegremente como si fuera un adolescente.

"Son aún más brillantes cuando los lamo. Eres hermosa."

Le había dicho que era hermosa dos veces, así que ella terminó poniéndose roja como un tomate. Había escuchado esto innumerables veces en reuniones sociales cuando estaba soltera, pero ¿por qué de repente su corazón latía como si estuviera funcionando mal?

Annette se mordió el labio mientras se tranquilizaba. Algo no estaba bien.

***

La cena fue agradable. Cuando Arjen salió de su habitación después de una breve siesta, tenía mucho mejor aspecto que antes. Estaba bastante cansado por la gran carga de trabajo y el largo viaje a Deltium.

Arjen vació la comida en sus platos. Era glotón a pesar de su aspecto enclenque. Después de limpiarse la boca con una servilleta, Arjen miró a Raphael con sus ojos púrpuras. Cuando sonrió ligeramente, la araña negra en su mejilla se retorció como si estuviera viva.

"He escuchado hablar mucho sobre ti. Me alegra saber que mi cuñado es quien podría convertirse en Maestro de Espadas."

"Me siento halagado."

Arjen era un genio cuya fama se extendía desde Deltium hasta el Imperio Chapelle. No estaba de humor para recibir un cumplido simplista de su parte.

De todos modos, asintió con la cabeza de forma educada. Annette sonrió en su interior. Estaba intentando empatizar con su hermano a pesar de su personalidad. En ese momento, Arjen de repente aplaudió.

"Cielos. Casi me olvido del regalo. Sería demasiado descarado visitarlos con las manos vacías, cuando ni siquiera pude asistir a la boda."

Annette, que lo había escuchado sin pensar, se sorprendió tardíamente. ¿Casi lo olvidaba? ¿Arjen Bavaria? Hay algo extraño. Mi hermano no olvidaría nada.

Arjen no era elogiado como el genio del siglo sin razón. Nunca olvidaba nada. Annette estrechó sus ojos rosados mientras veía a su hermano. Raphael, que no había notado nada extraño, tenía una expresión levemente sombría.

A cualquier persona le gustaría la palabra 'regalo'. Pero no era un cebo tan atractivo para Raphael. Había recibido un gran botín de la guerra, así que tenía una posición económica relativamente buena, además no era especialmente materialista. Le interesaba más el éxito.

En cualquier caso, pensaba que el regalo que traía Arjen serían joyas, seda, una especialidad del Imperio, o algo así. Sin embargo, Arjen no era tan estúpido como para engatusar a una persona con cosas tan clichés. Finalmente lanzó descaradamente con una sonrisa en la cara, el pequeño cebo para atraer a Raphael.

"¿Sabes que es una espada Arondight? He escuchado que es bastante famosa."