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lunes, 12 de abril de 2021

Padre, No Quiero Casarme - Capítulo 25

Capítulo 25. Emboscada


'Está tranquilo'. 

Max estaba a punto de convertirse en un ser trascendental, por lo que le resultaba fácil colarse en la mansión, especialmente en ausencia del Duque. Nadie se dio cuenta de que trepó  el muro, atravesó el jardín y se acercó al edificio principal.

Max observó el exterior y se fijó en una gran ventana con balcón. 'Ahí está'. Subió silenciosamente al tercer piso utilizando el exterior irregular del edificio.

'¿Está cerrado con llave?' Max se acercó a la puerta de cristal transparente del balcón. Cuando la abrió, las cortinas se agitaron. Sonrió. 'Esta mansión está muy indefensa. Cualquier podría asesinarla o raptarla'. 

Cuando entró en la oscura habitación, pudo distinguir la silueta de una mujer en la cama. Max se acercó a la mujer en silencio. 

'Parece débil', Max pensó que ella se parecería a su maestro, que era alto y fuerte. Pero la mujer era delgada y frágil, como si pudiera romperse en cualquier momento. 'Ella no será capaz de aprender a manejar la espada con un cuerpo como ese. Eso significa que el Maestro no planea hacerla su sucesora... Entonces, ¿Por qué demonios está tan obsesionado con alguien como ella?'

Aunque Max no entendía las intenciones de su maestro, de repente tuvo una idea. La esquina de sus labios se levantó. 'Me pregunto qué hará si ella desaparece'.

Observó en silencio a Jubelian con una mirada sedienta de sangre. Incluso en la oscuridad, podía observar el delgado cuello de la mujer. Parecía que podía romperse fácilmente cuando lo quisiera.

En ese momento, una voz rompió el silencio. "No sé quién es usted, pero creo que se ha equivocado de lugar."

Max se echó hacia atrás sorprendido al escuchar el tono despreocupado de la mujer. '¿Ha estado despierta todo este tiempo?'
  
La reacción habitual de una persona sería suplicar piedad o gritar de miedo, pero se estaba comportando de forma bastante extraña. "Esta es la mansión del Duque Floyen", dijo con indiferencia. 

¿Qué le pasa a esta mujer? Max frunció el ceño mientras una sensación desconocida lo invadía por primera vez. Innumerables personas le veneraban y se inclinaban con admiración. Algunos incluso fueron condescendientes con él Pero nunca había conocido a nadie como esta mujer despreocupada y relajada. 

El Duque Floyen ciertamente sería útil en un momento como este, pero no estaba en la mansión esta noche. Max supuso que la mujer lo estaba engañando para ocultar su miedo.

"He venido al lugar correcto", dijo Max sin rodeos. La comisura de sus labios se levantó al imaginar a Jubelian tirándose al suelo y suplicando por su vida, pero la reacción de ella siguió dejándolo atónito.

"¿De verdad? ¿Qué tal si cambias de opinión ahora? Creo que te arrepentirás de haber venido a este hogar". La mujer estaba ahora sentada en su cama. La luz de la luna que se filtraba por la ventana iluminaba su rostro. Aunque parecía cansada, su expresión armonizaba con su peculiar y relajada aura. Ahora entendía los rumores de que todas las jóvenes la envidiaban. 

A pesar de ello, a Max no le hacía ninguna gracia. Por mucho que pensara en ello, no había nada útil en ella, salvo su aspecto sobresaliente. 'Ella no es nada especial', pensó.

La mujer se rió de repente. Luego dijo, "Todavía me queda un año antes de morir", dijo con un tono extremadamente seco que no se correspondía con su actitud humorística.

Parecía que estaba hablando consigo misma, aunque Max pudo escuchar claramente sus palabras.  '¿Ella no está entendiendo la situación?'  Mientras ella estiraba su cuerpo, Max se sintió molesto por su comportamiento despreocupado. Frunció el ceño ante esta desagradable sensación, y luego pensó nuevamente que probablemente ella lo estaba engañando. Cuando recordó a los que se habían atrevido a actuar con arrogancia ante su presencia, su apuesto rostro se llenó de sed de sangre.

'Esta actuación se derrumbará en el momento en que su vida se vea amenazada'. Max decidió asustar a la tonta mujer, pero ella encendió despreocupadamente las velas de un candelabro en la mesita de noche. 

'Cómo te atreves', pensó Max. Intentó apagar la vela y derribar a la mujer, pero se detuvo cuando vio su rostro, que ahora estaba bien iluminado por la vela. 

"Tú eres..." Max dijo inconscientemente. En ese momento, el rostro de la mujer que parecía una muñeca cobró vida. 

"Oh, eres el discípulo de mi padre", dijo ella con una sonrisa.

Aunque Max se había propuesto asustarla, se olvidó de ello en cuanto vio su rostro sonriente. 

La mujer que había conseguido molestarlo durante aquel breve encuentro. 

***

Me desperté sintiendo mucha sed. Parecía que estaba resfriada por el dolor de garganta. 

'Tomaré alguna medicina por la mañana', pensé mientras abría los ojos para beber un poco de agua.

'Espera, ¿Qué es eso?' Cuando me di cuenta de la sombra negra que me miraba, me pregunté si estaría teniendo una pesadilla. Una ráfaga de aire frío que entró por la ventana abierta del balcón demostró lo contrario. Sólo había dos explicaciones para una situación como ésta, '¿Este hombre es un ladrón o... es un asesino?'

Con esto en mente, reflexioné sobre quién podría haberlo enviado, pero había demasiada gente para elegir. Después de todo, yo era la villana de esta novela.