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sábado, 20 de agosto de 2022

agosto 20, 2022

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 1

Capítulo 1. La Bestia


Annette se agarró a las sábanas de la cama mientras su cuerpo se balanceaba violentamente. Estaba al borde de la conciencia. Sus piernas temblaban lamentablemente.

Pero las manos musculosas que la agarraban por detrás no estaban dispuestas a dejarla descansar. El hombre levantó de nuevo su trasero con las manos mientras movía sus caderas con ferocidad.

Su dura virilidad la p3netraba fuertemente. El interior de sus piernas estaba pegajoso con sus fluidos. Llevaba horas introduciéndose en ella sin dar señales de detenerse.

"Mmm...mmm, ahora, para..." Annette suplicó, sollozando. Estaba completamente agotada.

Con su larga melena rubia esparcida por la cama, su piel enrojecida y sus ojos llenos de lágrimas, se veía tan encantadora que cualquier hombre habría querido masticarla.

Un día me la voy a tragar entera.

El hombre miró a Annette. Sus ojos azules se volvieron monstruosos con ese pensamiento. El cuerpo del hombre la inmovilizaba, tan grande y musculoso que nadie que estuviera detrás de él podría vislumbrar el pequeño cuerpo de Annette.

Cada vez que embestía su gruesa virilidad en lo más profundo de su interior, se le escapaba un gemido retumbante. Ella se sentía como si la estuviera asaltando una bestia. Su pequeño cuerpo se estremecía.

"Es... demasiado duro, despacio... ahhh, ahora para... ¿por favor?"

Una lágrima resbaló por su pálida mejilla. El hombre se detuvo un momento, luego pretendió que no le afectaban sus lastimosas súplicas. Su mano pasó por debajo de ella, poniendo sus dedos sobre su cl!t0ris. Annette se estremeció cuando él acarició su caliente zona !nt!ma. Sus dedos estaban ásperos por la práctica con las espadas, estimulándola aún más.

Fingiendo que no se daba cuenta de su sensibilidad, le acarició con picardía el cl!t0ris hinchado. Annette gimió cuando el estimulante pl@cer recorrió su cuerpo.

Retiró su mano para mostrársela. Los dedos que la habían tocado estaban empapados de sus fluidos.

El hombre lamió la miel translúcida de sus dedos, moviendo las comisuras de su boca en una sonrisa cruel.

"¿Quieres que me detenga? Es curioso, tu boca de abajo me sujeta con tanta fuerza. Pero la boca de arriba está diciendo algo diferente. Tu lengua está llena de mentiras, Annette Bavaria. Tu familia siempre miente."

Annette le miró con resentimiento. Raphael tenía unos sensuales labios rojos en sus frío rostro. Una belleza sensacional que haría que incluso una mujer se sintiera celosa. Pero cada palabra que escupía de esos labios era obscena y estaba llena de amargura.

Por otra parte, cuando él vio esos ojos llorosos llenos de placer, le produjo una extraña excitación. Su pene, enterrado en lo más profundo, se sacudió como una criatura viva. Por reflejo, las p@redes v@g!nales de Annette se tensaron. El rostro del hombre se ensombreció. No pudo contenerse más. Comenzó a penetrarla de nuevo.

"Shhh, Annette", susurró. "Si realmente quieres que me detenga, por favor no aprietes ese sucio agujero. Me está volviendo loco, quiero meterla toda ahora. ¿Quieres que termine rápido? Entonces abre más las piernas."

Las palabras lascivas que salían de su boca la molestaban. La llenaron de vergüenza, y cuando él terminó de hablar, sólo la p3netró más fuerte. Cada vez que él empujaba profundamente, ella sentía como si su interior ardiera. Cada vez que su duro p3ne golpeaba sin piedad sus calientes p@redes inter!ores, su visión se volvía blanca de pl@cer. Su pequeña hendidura, que había aprendido el gozo de estas aventuras amorosas, se estrechaba apretando su virilidad.

"¡Oh...uh uh uh aah!"

Besos calientes llovían sobre su esbelto cuello y sus hombros. Los cuerpos bañados en sudor se unieron. Unas manos grandes agarraron la cara de Annette, girándola hacia un lado mientras su pesada lengua invadía su boca.

Annette aceptó el placer que él le proporcionaba. Cuando su gruesa virilidad la apuñaló por dentro, se sintió tan bien que no pudo pensar en nada. Cuanto más intenso se volvía el pl@cer, más apretaba su virilidad.

Parecía que aquello no iba a terminar nunca. Aterrada, Annette trató inconscientemente de arrastrarse. Pero la bestia, que ya había probado esta dulce presa, no tenía intención de dejarla escapar. Su gran mano presionó su espalda, bloqueando instantáneamente toda escapatoria.

Su otra mano tiró de las caderas de ella para acercarla, pen3trando con fuerza su húmeda abertura. Embistió más rápido dentro de ella. Las manos de él se fijaron en la cintura de ella mientras sus embestidas se volvían más potentes.

Mientras su p3n3 frotaba todos sus lugares, los últimos restos de su razón se esfumaron. Todo lo que quedaba era el pl@cer que se extendía entre sus piernas. Sus paredes int3rnas se tensaron alrededor de su virilidad mientras ella se retorcía en el org@smo.

"¡Ahhh...!"

El cl!m@x fue tan increíble que Annette no pudo ni siquiera gemir adecuadamente. Ella se aferró a su cuerpo como si fuera un ancla. Su estrecha abertura, se apretó aún más, como si quisiera devorarlo entero. Mientras su cuerpo convulsionó de pl@cer, el espeso aroma del s3xo llenó el aire.

El monstruoso hombre gimió de placer mientras sus p@redes interiores se tensaban. Las venas azules brotaron en su cuello mientras apretaba la mandíbula y introducía su virilidad más profundamente en su interior.

"Uhhhh..."

Dejó escapar un gemido caliente. Su virilidad se hinchó mientras un espeso líquido blanco salió a borbotones, chorreando dentro de ella, goteando por sus piernas. El cuerpo exhausto de Annette se desplomó sobre la cama. Sus ojos estaban semicerrados mientras intentaba controlar su caótica respiración.

El hombre la miró con una ligera sonrisa. Mirar a esta tierna mujer le produjo una sensación de terrible satisfacción. Y aún así, quiso saborearla un poco más.

Agachó la cabeza para pasarle la lengua por la oreja. Fue un poco torpemente. Aquellas orejas de color rosa claro eran tan bonitas que quería comérselas.

Annette, cuyas orejas eran sensibles, gimió de sorpresa. Aquel gemido sin aliento hizo que se le pusiera dura la virilidad de nuevo.

"Annette, Annette... qué cuerpo más desvergonzado tienes."

El hombre murmuró las palabras como si se tratara de un reproche, pero el que estaba realmente excitado era él. Annette se asustó al sentir que se ponía rígido de nuevo. Si lo hacían una vez más, podría morir de verdad.

Las lágrimas brotaron de sus grandes ojos. Girando la cabeza, se enfrentó al hombre. Le rodeó el cuello con los brazos y lo miró con una cara lastimera.

El hombre se detuvo.

Siempre se volvía débil cuando Annette ponía esa cara. Sabía que era otro de sus trucos, que estaba cayendo en la trampa, pero no podía hacer nada. Cuando quería poseerla hasta la saciedad, se producía un extraño cosquilleo en la esquina de su corazón.

"Raphael...."

Cuando ella dijo su nombre, sonó tan dulce. Chasqueó la lengua con desaprobación, sintiendo que se estaba volviendo débil. Podría haber seguido disfrutando de su suave cuerpo, pero de alguna manera ya no quería hacerlo. Cada vez que esta mujer susurraba con esa suave voz, la feroz ira que había en su interior se calmaba.

Eso es algo peligroso.

Raphael habló con frialdad.

"Qué astuta mujer Baviera."

Aunque sus palabras eran gélidas, Annette sabía la verdad. Realmente él quería decir que la dejaría ir.

Liberada de los brazos del monstruoso hombre, Annette respiró tranquilamente. Incluso después de haber regresado, su esposo seguía siendo extremadamente vigoroso. Y una persona muy mezquina. En su vida anterior, Annette solía llorar hasta quedarse dormida todas las noches.

A veces las heridas de su corazón la hacían sentirse disecada, como una hoja de hierba seca. Por eso Annette enfermaba a menudo. Los últimos momentos de su vida anterior los pasó en un lecho de enferma. Su anterior matrimonio había sido extremadamente infeliz.

Pero esta vez sería diferente.

Annette estaba decidida a domar a la mala bestia de su esposo para tener una vida cómoda. Todavía no estaba segura de si eso significaría un matrimonio feliz o un divorcio, pero esta vez, la elección estaría en sus manos.

Raphael se puso una bata sobre su cuerpo musculoso, que tenía muchas señales de la guerra, y se acercó a la puerta como si fuera a salir. Annette levantó la cabeza débilmente.

"Gracias, Raphael. Buenas noches..."

Por supuesto, no hubo respuesta. Él le dio la espalda como si ella no hubiera hablado y salió fríamente de su dormitorio. Cuando la puerta se cerró, una brisa fresca le rozó las mejillas. Annette se tocó la cara, consolándose. Todo estaba bien. Para domar a una bestia, había que empezar por elogiarla.

Annette sonrió. Estaba agotada.

Su misión en esta vida era hacer de Raphael un buen esposo.
agosto 20, 2022

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 0

Capítulo 0. Prólogo


Esta vez, mi vida va a ser diferente. Mi vida anterior terminó tras una tediosa confrontación con mi marido. Pero no quiero vivir así en esta segunda vida.

"Debe ser repugnante tener como esposo a un hijo ilegítimo como yo."

"No digas eso, Raphael. Eres mi único esposo."

Sus ojos azules temblaron mucho ante sus cariñosas palabras, como si quisiera creer en ellas. Pero pronto, torció los labios y dijo sarcásticamente.

"Tu lengua es tan astuta. ¿Crees que voy a caer en tus mentiras?".

"Entonces, ¿Por qué no compruebas... la clase de mujer que soy?".

No soy quien solía ser.

Fue una tonta en el pasado.

Raphael que estaba furioso, vaciló mientras ella frotaba su mejilla contra su hombro con los ojos húmedos.

"Maldita sea. ¿Qué demonios estoy haciendo?"

viernes, 19 de agosto de 2022

agosto 19, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 419

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 419. El Hombre Que Se Casó Con Mi Esposa (2)



El Emperador del Imperio Occidental luchaba por deshacerse de las maldiciones y recuerdos indeseables que permanecían en su mente, mientras que el Emperador del Imperio Oriental luchaba por recuperar los recuerdos perdidos.

Un día se despertó y se encontró con que su madre, su padre y su esposa habían desaparecido. Para Sovieshu, esa era la situación actual. Incluso le parecía absurdo e increíble que su yo del futuro fuera el causante de todo esto.

Sin embargo, Sovieshu no se desesperó.

"¿Esta es mi oficina?"

"Sí, Su Majestad."

"Está bien. Gracias por ayudarme."

Sovieshu decidió recuperar tranquilamente lo que había perdido.

Afortunadamente, cada una de sus acciones quedaba registrada porque era el emperador.

Además, Sovieshu tenía el hábito de registrar por su cuenta la información necesaria, sus pensamientos del momento y los asuntos importantes.

No creía que ese hábito hubiera desaparecido de repente con los años, así que primero revisaría los registros.

"Marqués Karl, ¿quiénes son mis secretarios?"

"El Conde Pirnu, el Conde Noreille y yo. Somos tres en total."

"¿Tres? ¿Sólo tres? ¿Fui tan ahorrativo? ¿Yo?"

Ante el comentario sorprendido de Sovieshu, el Marqués Karl disimuló su expresión de incomodidad,

"Había uno más, pero renunció por orden de Su Majestad."

Cuando terminó de hablar, el Marqués Karl examinó rápidamente sus palabras para asegurarse de que no había dicho nada inapropiado.

Ahora hablaba con más cuidado que nunca.

Temía decir algo inapropiado que pudiera duplicar la conmoción de Sovieshu y empeorar aún más su estado.

Entre los recuerdos perdidos de Sovieshu, había muchos que realmente quería olvidar, por lo que tenía que ser muy, muy cuidadoso al momento de hablar.

Además, Sovieshu todavía sufría con todos esos malos recuerdos que reaparecían en su mente después de la puesta de sol.

"Ya veo."

Por suerte, Sovieshu no pareció interesado en el secretario que renunció a su trabajo por ahora.

Sovieshu pasó la mano por encima del escritorio, tiró de la silla hacia atrás y se sentó en la misma.

"Este escritorio es diferente al de mi padre. ¿Lo escogió Navier?"

"¿Cómo lo supiste?"

"Es exactamente del estilo de Navier. A ella le encanta el oro."

Sovieshu pasó los dedos por el escritorio cubierto de oro con una sonrisa de satisfacción y preguntó al Marqués Karl,

"Bueno. ¿Así que han pasado seis años desde los últimos días que recuerdo?"

De camino a la oficina, Sovieshu repasó con Karl fechas importantes del pasado, por lo que el Marqués Karl estaba convencido de que la memoria de Sovieshu había vuelto a seis años atrás.

"Sí."

"Seis años no es un problema. Puedo ponerme al día pronto."

"Sí, por supuesto."

"Veamos... primero reúne aquí a todos los secretarios mañana por la mañana. También trae todos los periódicos, registros, todo lo que puedas conseguir de los últimos seis años."

"Sí."

"Qué más necesito... ah. Marqués Karl, pide a las personas que han estado cerca de mí que escriban sobre los acontecimientos importantes de los últimos seis años y tráemelos."

"¿Se refiere a todo lo que recuerdan de los últimos seis años?"

"Sí. No tiene que ser formal, no tiene que ser detallado ni tampoco tiene que ser objetivo. Quiero saber qué ha pasado desde los diferentes puntos de vista de las personas."

"¡!"

"Si se escucha a una sola parte, se puede obtener información sesgada."

Una vez que el Marqués Karl se marchó, Sovieshu miró a su alrededor mientras se frotaba las manos.

La mano de Navier estaba por toda la oficina, no sólo en el escritorio.

Cortinas de color marfil combinadas con estampados de oro, sillas cubiertas de oro, alfombras rojas combinadas con estampados de oro, esculturas de oro talladas en pilares...

'Nuestra relación no pareció deteriorarse justo después de ascender al trono. Es extraño.'

Sovieshu, que hablaba para sí mismo, abrió el cajón de su escritorio.

Sovieshu no sólo anotaba y recopilaba información que podría utilizar un día, sino también lo que pensaba, lo que necesitaba recordar, entre otras cosas.

Sabía que si el emperador perdía la memoria, podían ocurrir cosas terribles.

Era un hábito que su madre le había inculcado desde la infancia, así que si no lo abandonó en cuanto ascendió al trono, los registros personales debían estar en alguna parte de la oficina.

"Aquí está."

Después de sacar un montón de archivos del cajón, metió la mano y sintió una madera hueca mientras tanteaba minuciosamente.

Al presionar los extremos del interior del cajón, la madera que bloqueaba el fondo se abrió y lo que había dentro quedó al descubierto. Sovieshu lo sacó todo y lo puso sobre el escritorio.

Una bolsa llena de papeles, sobres y libros de registros personales...

Tras echar un rápido vistazo al contenido de los sobres, Sovieshu abrió un libro de registro en la parte superior.

'Por la fecha que aparece en este libro, están registrados los eventos del año pasado. En ese momento todavía no estábamos divorciados.'

Sovieshu cerró el libro de registro del año pasado y abrió el de este año.

Al abrirlo por la mitad, apareció el nombre que los cortesanos susurraban.

Rashta.

Entonces Sovieshu pasó a la primera página, ese nombre también apareció aquí.

Rashta.

Sovieshu volvió a abrir el libro de registro del año pasado que había dejado a un lado y revisó las últimas páginas.

El nombre 'Rashta' apareció en el invierno de ese año, semanas antes de las celebraciones de Año Nuevo.

Todo comenzó así.

— Rescaté a una mujer que cayó en una trampa en mi coto de caza.

"¿Una trampa?"

— Tenía el aspecto más lamentable que había visto en mi vida.

— Una mujer completamente indefensa.

— Nunca había visto a nadie llorar como si todo su mundo se hubiera derrumbado.

— Parecía un ángel abandonado.

Sovieshu levantó las cejas. Cuando se enteró de que se había enamorado de una mujer llamada Rashta y que se había divorciado de Navier, no podía creerlo, aunque sabía que el Marqués Karl no mentiría.

Por el libro de registro, era evidente que esa mujer llamada Rashta le había causado una fuerte impresión. En cualquier caso, el final de esa página del libro de registro trataba de lo sorprendido que estaba cuando la encontró.

Sovieshu pasó a la siguiente página.

— Navier preguntó sobre la identidad de la mujer. Pensé que había hecho algo bueno, pero de repente me sentí incómodo, como si hubiera hecho algo malo.

— Cuando fui al jardín central del palacio para averiguar a qué se debía el alboroto, vi a una dama de compañía de Navier empujar a Rashta en silla de ruedas y gritarle 'sucia'.

— Rashta estaba tan asustada que ni siquiera pudo responder adecuadamente.

— Me sorprendió que Navier no hiciera nada.

Sovieshu volvió a pasar a la página siguiente.

— Rashta se maravilla con los pequeños detalles. Se conmovió mucho con un pastel que le di. No importa cuán dura sea la esclavitud, ¿qué clase de vida ha llevado?

— Haré que el Conde Pirnu redacte un informe sobre la condición de los esclavos.

— Le dije cosas a Navier que no debí decir. Por más enojado que estuviera, no debí compararla con nadie más.

— Las personas que menos tienen se conmueven por las pequeñas cosas. Aunque Navier lo tiene todo, también debería dar importancia a las pequeñas cosas. Creo que realmente vivimos en una burbuja.

— ¿Debemos esperar el mismo nivel de modales que el nuestro de personas que no tienen el mismo nivel de instrucción? ¿No se puede ser comprensivo y dejar pasar sus acciones?

— ¿Qué considera Navier que es Rashta? ¿Una porquería? ¿Insultó a Rashta sólo porque se sentó en una silla en la que podía sentarse cualquiera?

— Muchas personas murmuran sobre si Rashta es una esclava, a pesar de que castigaría a cualquiera que lo hiciera. Fui deliberadamente amable con ella en público para acallar las voces de todos.

— ¿No es que no le gustaba bailar? Navier bailaba muy feliz con el príncipe playboy del Reino Occidental.

"¿Quién es el príncipe playboy?"

Sovieshu murmuró con el ceño fruncido antes de cerrar este libro de registro.

"El Sovieshu del futuro... es un idiota."

Murmuró mientras se presionaba las sienes.

Incluso revisando estos libros de registro, que fueron escritos desde su perspectiva, quedaba claro que Navier y él se estaban distanciando emocionalmente.

'Fue un idiota que ni siquiera trató de comprenderla.'

Sovieshu no podía soportar seguir revisando los libros de registro, así que chequeó el contenido de la bolsa.

"¿Hmm?"

Lo que contenía eran documentos bastante recientes.

La expresión de Sovieshu se volvió rígida mientras hojeaba los documentos, incluso antes de haber pasado el primero.

"¿Qué es esto?"

Se trataba de un informe sobre el extraño fenómeno de la disminución del maná, que se había agravado en los últimos años, y de una investigación al respecto.

'De acuerdo con este escrito, la persona de la que mi yo del futuro sospecha como culpable es...'

"Heinley, el hombre que se casó con mi esposa."

lunes, 15 de agosto de 2022

agosto 15, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 418

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 418. El Hombre Que Se Casó Con Mi Esposa (1)



El funcionario nos miró a Heinley y a mí con la boca levemente abierta mientras sostenía el libro de registros contra su pecho.

Cuando señalé con la cabeza hacia atrás, los ojos de Heinley se entrecerraron. También apareció una sonrisa en su boca y se inclinó hacia mí.

"¿Qué quieres comprobar, Reina?"

"Del lado izquierdo al lado derecho de tu cabeza."

"¿Qué?"

"Sólo sígueme."

En cuanto llevé a Heinley a una habitación vacía del palacio, cerré la puerta y me le acerqué.

Después de empujar su pecho para que se sentara en el sillón con una mirada firme, examiné su rostro de izquierda a derecha.

Heinley me sonrió mientras apretaba los reposabrazos del sillón,

"¿Eh? No parece que quieras examinar mi cabeza."

Heinley hizo la pregunta con sus hermosos ojos púrpura entrecerrados, luego volvió a abrirlos lentamente mientras respiraba hondo.

Esa acción trivial me hizo enloquecer.

En vez de responder, levanté suavemente su barbilla con el dedo índice y acerqué despacio su cara a la mía.

Heinley no se resistió. Nuestras caras se acercaron lo suficiente como para sentir el aliento del otro.

En el momento en que pensé que lo sucedido ayer podría haber sido producto de mi imaginación, Heinley exclamó de repente como si se hubiera acordado de algo.

"Ah."

"¿Qué pasa?"

Cuando le pregunté desconcertada, Heinley se levantó apresuradamente del sillón y miró a su alrededor.

"Ahora que lo pienso, tengo un asunto urgente que atender. Lo olvidé por un momento."

En un instante, la atmósfera que había sido tensa pero erótica desapareció por completo.

'Ciertamente parece que evita besarme.'

Ese comportamiento me convenció de que Heinley me estaba evitando.

Disgustada, lo empujé de vuelta al sillón.

"¿Reina?"

"¿Por qué me evitas?"

"¿Qué?"

"¿Por qué evitas besarme?"

Los ojos de Heinley se crisparon, pero no lo solté y presioné sus muslos con mis rodillas. Empujé sus hombros contra el respaldo del sillón para que no pudiera moverse mientras me acercaba.

Mientras lo miraba en ese estado, Heinley abrió lentamente la boca.

"Reina... es demasiado difícil para mí. No hagas esto."

Fruncí el ceño. ¿Es demasiado difícil? ¿Es tan difícil para él soportarme? Me sentí triste y enojada a la vez.

Además, Heinley respiraba pesadamente, como si tratara de mostrar lo complicado que era para su cuerpo.

'Espera... ¿Por qué tiene esa cara? ¿Sus mejillas están ruborizadas?'

Ahora que lo miro atentamente, parece que está excitado...

Mientras lo observaba, Heinley se levantó lentamente del sillón. Cuando se puso de pie, pude ver claramente a qué se refería con 'difícil'.

Levanté la vista con incomodidad al darme cuenta de que lo había malinterpretado.

Pensándolo bien, siempre dormíamos tomados de la mano desde que surgió la posibilidad de que estuviera embarazada. En estos días, ni siquiera me tomaba de la mano.

¿Entonces por qué? ¿Por qué me evita a pesar de estar tan excitado por estar cerca de mí?

"Reina. A decir verdad, escuché demasiadas cosas malas en el proceso de lidiar con la Familia Zemensia."

Heinley, que afortunadamente había cambiado de opinión, no tuvo otra opción que confesármelo.

Lo miré con asombro.

"¿Por esa razón me evitas?"

"No te evito."

"No quieres tocarme."

"Me preocupa mucho tocar a Reina en este estado."

"Castigaste a quienes lo merecían. No tienes que sentirte mal."

"Aun así, prefiero no hacerlo."

Pensé que Heinley estaba bromeando, pero parecía hablar en serio. No pude evitar suspirar.

"Entonces, ¿cuánto tiempo piensas estar así?"

"Una semana."

"¿Por qué una semana?"

"Porque estoy purificando mi cuerpo con baños de agua fría. Lo haré sólo una semana más."

Entiendo cómo se siente Heinley, pero... lo que necesitaba ahora era su calor y su piel.

Me molestaba que no quisiera tocarme. Sin embargo, no podía oponerme porque lo hacía por mí.

Murmuré que lo entendía con una expresión tranquila, luego me di la vuelta y me fui primero.

***

En la oficina de Heinley. McKenna, que se enteró de lo que había ocurrido hace cuarenta minutos, chasqueó la lengua y murmuró,

"Me temo que Su Majestad estará muy disgustada si esto continúa."

Heinley presionó la punta de la pluma contra el frasco de tinta y preguntó,

"¿Te preocupa o te emociona?"

"Por supuesto que lo primero."

"Entonces, ¿por qué tienes un tono de voz tan animado?"

"... ¿Es evidente? ¿Debería ser más apagado?"

Cuando McKenna preguntó en un susurro, Heinley miró hoscamente a su primo por un momento. McKenna sonrió. Heinley negó con la cabeza y volvió a mirar los documentos para aprobación sobre el escritorio.

Mientras Navier estaba inconsciente, se retrasó un poco en la aprobación de documentos por tratar con la Familia Zemensia de todas las maneras posibles.

Tenía la intención de resolver en su totalidad el retraso acumulado durante este tiempo en el que no podía tocar a Navier.

Heinley no se dio cuenta de la expresión de preocupación de McKenna en cuanto volvió a bajar la mirada.

McKenna se lamentó en su interior.

'La Familia Zemensia lanzó todo tipo de maldiciones e insultos a Navier y a su bebé.'

En ese momento, Heinley trató todas esas palabras como tonterías y no mostró piedad. Pero por lo visto, sí le afectó.

'Heinley no suele tener miedo a esas cosas.'

Entonces, unos golpes en la puerta sacaron a McKenna de sus pensamientos.

"Adelante."

Cuando Heinley lo autorizó, un sirviente entró e informó,

"Su Majestad. Crow ha vuelto del Imperio Oriental."

{Nota: Crow = Cuervo.}

Una vez que Heinley asintió, el sirviente salió y esta vez entró un hombre de aspecto inteligente con cabello y ojos oscuros.

El hombre que entró intercambió saludos con McKenna antes de acercarse al escritorio de Heinley.

"¿Estás de vuelta?"

Heinley levantó brevemente la vista para saludar con amabilidad al hombre, luego volvió a centrarse en los documentos.

Aun así, siguió hablando con el hombre.

"¿Cómo estuvo?"

"El Imperio Oriental es muy caótico en estos momentos. Esa 'mujer' murió después de ser depuesta, encerrada en una torre, y el Emperador Sovieshu incluso resultó herido después de ver alucinaciones."

"¿Qué alucinaciones?"

"No pude averiguarlo."

McKenna murmuró,

"Pensé que eso había sido una mentira para que Evely volviera lo antes posible. Ya veo que no es el caso."

Heinley también murmuró con una voz carente de sentimientos,

"Sí. Parece que realmente ha resultado herido."

No le importaba si estaba herido. De hecho, todos tenían pensamientos similares, así que Heinley preguntó inmediatamente después.

"¿Qué hay del Duque Elgy?"

"Se marchó al puerto, pero no conozco los detalles porque tenía la atención puesta en el Palacio Imperial."

"Buen trabajo, eso es suficiente. De seguro irá a ver a su madre después de pasear un poco por el mar."

***

jueves, 11 de agosto de 2022

agosto 11, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 417

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 417. La Conmoción del Marqués Karl (2)



Cuando uno se encuentra solo en un lugar oscuro, le vienen a la mente pensamientos tenebrosos sin motivo.

Ese era el caso del caballero. Por supuesto, no estaba exactamente solo. El Emperador Sovieshu estaba dormido en la cama frente a él.

Sin embargo, cuando recordó las acciones del emperador durante el día, no se sintió tan tranquilo de estar con él.

Era una noche sin siquiera luna y un viento frío corría por el dormitorio. El caballero desvió la mirada hacia la ventana porque no parecía estar bien cerrada. Mientras se frotaba los brazos, el caballero dio tres pasos en esa dirección para asegurarse de que la ventana estuviera completamente cerrada.

Sovieshu, que estaba dormido como si se hubiera desmayado, se despertó abruptamente.

Al caballero casi se le sale el corazón del pecho, pero consiguió mantener la calma, cambió de dirección y se acercó al emperador,

"Su Majestad, ¿se encuentra bien?"

Sovieshu no respondió a la pregunta, miró a su alrededor y de repente corrió hacia la ventana.

‘¿Qué le pasa? Esta vez ni siquiera ha bebido.’

Asustado, el caballero siguió a Sovieshu con los brazos extendidos por precaución.

Pero Sovieshu no saltó, sino que se agarró al marco de la ventana y miró hacia abajo. Luego volteó la cabeza hacia el caballero y le preguntó con urgencia,

"¿Dónde está Navier? ¿Se encuentra bien?"

"¿Eh?"

El caballero parpadeó desconcertado mientras recordaba que Sovieshu también había preguntado si Navier se encontraba bien cuando se despertó por la mañana.

'No puede ser, ¿lo volvió a olvidar?'

El caballero no pudo responder de inmediato porque estaba nervioso, Sovieshu reprimió su sorpresa y preguntó bruscamente,

"Pregunté si Navier se encuentra bien."

El caballero, que pensó en los acontecimientos del día, hizo a Sovieshu la misma pregunta que el Marqués Karl,

"Su Majestad, ¿Navier no está en el Imperio Occidental?"

En ese momento, los párpados de Sovieshu temblaron y sus pupilas se dilataron inusualmente. Su mirada se desplazó hacia la pared donde se habían quitado las dos pinturas.

La pared estaba vacía. Después de que Sovieshu cayera por la ventana, el Marqués Karl ordenó deliberadamente colgar las pinturas de Navier y Glorym en otro lugar, dispuesto a soportar la ira de Sovieshu.

El caballero contuvo la respiración porque le pareció extraño.

Durante el día, el emperador no había notado en absoluto lo que faltaba en la pared. Pero ahora el emperador miraba fijamente donde habían estado las dos pinturas antes de ser quitadas.

"¿Su Majestad? ¿Qué ocurre?"

Cuando el caballero preguntó cuidadosamente, Sovieshu lo volvió a mirar,

"¿Qué pasó con las pinturas?"

El caballero se horrorizó y tragó con fuerza.

"¿Disculpe?"

"¿Dónde están las pinturas?"

'¿Su memoria... ha vuelto?' El caballero respondió naturalmente a pesar de que estaba confundido,

"El Marqués Karl ordenó colgarlas en otro lugar por un tiempo porque hacen daño a Su Majestad."

"Qué tontería."

Una voz fría salió de la boca de Sovieshu. El caballero volvió a tragar con fuerza.

Cuando Sovieshu se echó el cabello hacia atrás con una mano, notó la venda en su mano y murmuró, "Sí, no hay manera de que Navier esté aquí."

Luego, se puso ambas manos sobre la cabeza y cerró los ojos.

Las lágrimas cayeron de sus ojos cerrados, por lo que el caballero se apresuró a mirar hacia otro lado.

***

Al día siguiente, el Marqués Karl se inquietó cuando recibió la noticia de que Sovieshu había recuperado la memoria.

Fue una verdadera suerte que Sovieshu recuperara la memoria tan rápido, pero al mismo tiempo una lástima porque volvería a sufrir.

Sin embargo, sin duda era bueno para el país porque ahora había mucho trabajo por hacer.

Después de que el Marqués Karl se arregló la barba frente al espejo, fue inmediatamente al dormitorio de Sovieshu y se anunció en voz alta, "Su Majestad, es Karl."

"Entra."

Una voz somnolienta respondió.

El Marqués Karl abrió la puerta, se inclinó y examinó su semblante.

Aunque le preocupaba mucho cómo estaría después de recuperar la memoria, no se veía tan mal como esperaba.

'Es un alivio.'

Mientras el Marqués Karl se alegraba de que estuviera mejor, Sovieshu se levantó de la cama y le dio instrucciones.

"Marqués Karl. No te lo pregunté ayer, eres mi secretario, ¿cierto? ¿Dónde está mi oficina? ¿Es el mismo lugar que solía usar mi padre? Vamos allí. Necesito mucho de tu ayuda."

"¿Eh?"

'¿Qué está pasando...?' El Marqués Karl parpadeó sin comprender.

Sovieshu se quitó la ropa de dormir, la dejó en la cama e hizo sonar la campana sobre la pequeña mesa.

Cuando los sirvientes escucharon el sonido de la campana, se apresuraron a entrar, lo lavaron cuidadosamente por sus lesiones y le cambiaron la ropa.

Una vez que estuvo listo, Sovieshu miró con curiosidad el atuendo del emperador y volvió a dar instrucciones al Marqués Karl.

"Vamos. Hay mucho que examinar y considerar sobre mi yo del futuro."

El Marqués Karl abrió la boca con asombro.

'¿La personalidad de Su Majestad... se ha dividido en dos?'

***

Ahora que mi cuerpo se ha recuperado lo suficiente como para poder salir a caminar a un ritmo no demasiado lento, es el momento de resolver el problema que he estado posponiendo, que no es otro que la revelación involuntaria de mi magia.

Era un poco extraño describirlo como un problema. El asunto del 'intruso que utiliza magia de hielo' había sido un tema de discusión en el pasado debido al peligro que representaba... los rumores se extienden rápidamente, así que ya todos deben saber que soy yo, pero aun así era mejor aclararlo personalmente.

Por esa razón, asistí a una reunión por primera vez en mucho tiempo, en parte para mostrar que estaba recuperada y en parte para hablar de mi magia.

Como entré deliberadamente un poco más tarde que los demás, los funcionarios que ya estaban reunidos discutiendo, me miraron al mismo tiempo.

"Me alegra su pronta recuperación, Su Majestad."

"La Familia Zemensia ha sido completamente destruida, así que no tendrá que preocuparse más."

"De ahora en adelante, se reforzará la seguridad en el palacio imperial para que no vuelva a ocurrir nada parecido."

Después de aceptar con una sonrisa las amables palabras que me transmitieron uno a uno los altos funcionarios, reconocí oficialmente que había utilizado magia de hielo.

"¿Así que Su Majestad es una maga?"

A decir verdad, todavía no controlaba bien mi magia, así que me daba un poco de vergüenza responder a eso.

Sin embargo, una emperatriz debe actuar con dignidad sin importar la situación, así que respondí con calma,

"Así es."

Mientras fingía que había ocultado intencionadamente mi magia hasta ahora, levanté levemente la barbilla y mantuve una expresión serena.

Los nobles engañados me elogiaron excesivamente, diciendo que era una habilidad adecuada para mí, una habilidad extraordinaria y poderosa.

"¡Así que la habitual atmósfera fría alrededor de Su Majestad se debe a su inclinación mágica!"

... A veces hacían comentarios completamente absurdos, pero en general, el ambiente era bueno. No se podía comparar con la primera vez que llegué a Occidente con Heinley.

Luego me senté en una silla a escuchar la reunión mientras se discutían los puntos del orden del día, pero lentamente comencé a sentirme cansada, así que abandoné la sala de reuniones primero y me dirigí a mi habitación.

'Creo que todavía no me encuentro lo suficientemente fuerte como para permanecer sentada en una posición incómoda por mucho tiempo.'

Se lo comentaré al médico del palacio más tarde y le pediré que me recomiende ejercicios que no requieran demasiado esfuerzo.

En cualquier caso, ahora que he sido descubierta, quisiera aprender más en serio sobre la magia... Dios mío, ¿qué es eso?

"¿Su Majestad?"

Cuando me detuve bruscamente, el Vizconde Langdel me llamó con preocupación, giró la cabeza en la dirección que yo miraba y se puso rígido de inmediato.

No muy lejos, había una pareja de enamorados abrazándose y besándose con intensidad.

Tal vez no tuvieron la intención de besarse en público porque estaban escondidos entre los arbustos, pero por desgracia, podía verlo todo. No parecieron darse cuenta de nuestra presencia.

"Vamos por otro camino."

Tosí secamente y me di la vuelta mientras el Vizconde Langdel me seguía con una expresión seria. Mis damas de compañía susurraron entre sí y se echaron a reír.

Al principio también me reí un poco por el asombro. Sin embargo, mientras caminaba escuchando el sonido de las pisadas sobre la hierba, comencé a preocuparme al recordar el comportamiento de Heinley anoche.

¿Por qué Heinley retrocedió de repente cuando me iba a besar? No creo que haya sido por miedo a los fantasmas.

¿Será porque todavía me estoy recuperando? Tampoco creo eso, no trató de besarme intensamente, se detuvo cuando estaba a punto de besarme en la mejilla.

Además, no tenía heridas externas gracias a la magia curativa.

Por supuesto, todavía debía tener cuidado, porque si no descansaba adecuadamente, los efectos de la magia curativa desaparecerían o disminuirían.

¿Recibir un beso en la mejilla está incluido entre las cosas con las que debo tener cuidado? No, absolutamente no.

Entonces, ¿por qué no me besó?

Mientras reflexionaba, el causante apareció no muy lejos.

Parecía que la reunión había terminado, Heinley bajaba un corto tramo de escaleras con un funcionario a su derecha y McKenna a su izquierda.

"Heinley."

Cuando lo llamé, Heinley se acercó a mí con una hermosa sonrisa.

No parecía la persona que se detuvo ayer cuando estaba a punto de besarme.

"¿Tienes un momento?"

Tenía que salir de dudas, así que le pregunté rápidamente.

"Hay algo que quiero comprobar contigo. ¿Podemos estar a solas un rato?"

Pondré a prueba a Heinley para saber si estaba evitando besarme o fue una cosa del momento. Esa era la forma más rápida de salir de dudas.

lunes, 8 de agosto de 2022

agosto 08, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 416

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 416. La Conmoción del Marqués Karl (1)



Sovieshu frunció el ceño como si eso no tuviera sentido, tan descabellado que ni siquiera merecía la pena escucharlo.

"¿Qué dices? ¿Navier no está casada conmigo?"

"Después de divorciarse de Su Majestad, se volvió a casar."

"¿Se divorció de mí?"

No había tensión en la voz de Sovieshu. No parecía creer en las palabras del Marqués Karl.

Cuando el Marqués Karl tiró de su barba para demostrar que no era falsa, las pupilas de Sovieshu se sacudieron.

Aunque en su interior sabía que algo no estaba bien, inconscientemente lo evitaba porque todo parecía absurdo.

"¿Por qué me divorcié de Navier? ¿Navier... me engañó con otro hombre? ¿No me quiere? ¿O es porque fue golpeada por los melocotones?"

El Marqués Karl tuvo ganas de llorar y reír al mismo tiempo, por lo que una sonrisa se formó en sus ojos y un llanto salió de su boca.

Escuchar ahora las palabras de Sovieshu le hizo recordar lo buena que había sido la relación entre Navier y Sovieshu en el pasado.

En ese entonces, nadie habría pensado que Sovieshu se divorciaría de Navier. Incluso esta pelea por unos melocotones era la peor que el Marqués Karl podía recordar.

'¿Cómo pudo acabar así esta pareja?'

"Su Majestad trajo a otra mujer y la convirtió en su concubina."

"¡!"

"Eso no es todo, le pidió a Navier el divorcio para elevar a esa concubina a la posición de emperatriz."

"¿Qué...? Eso es... eso es ridículo..."

"Eso es lo que pasó. Así que Navier se fue al Imperio Occidental, donde se volvió a casar."

Sovieshu sacudió la cabeza con los ojos totalmente abiertos.

"Eso no tiene sentido. ¿Me enamoré de otra mujer y le pedí el divorcio a Navier? ¿Yo? ¿Fui capaz de hacer eso?"

"Sí, lo hiciste."

Sovieshu, que sacudía rápidamente la cabeza, se detuvo de repente y preguntó.

"¿El nombre de esa mujer es Rashta?"

"¿Lo recordaste?"

"No. Lo oí de los susurros de los cortesanos en el dormitorio mientras me despertaba. No dejaban de mencionar ese nombre."

Luego, Sovieshu lo pensó un poco más y preguntó,

"¿Esa mujer tiene el cabello rojo?"

"No, es completamente diferente."

El Marqués Karl respondió con resolución.

"No puedo creerlo. No puedo creer que me haya casado con otra mujer. No puedo creer que le haya pedido el divorcio a Navier. Es absolutamente imposible."

"Su Majestad..."

"¡Basta de bromas tontas, por favor!"

Después de esas palabras, Sovieshu se apresuró a ir al Palacio del Oeste.

El Comandante de la Guardia Imperial lo ayudó sin decir una palabra.

Sovieshu, que caminó en silencio hacia el Palacio del Oeste, entró en la habitación utilizada por Navier en ese entonces, pero estaba completamente vacía.

Sovieshu incluso entró en la habitación de la emperatriz, pero también estaba vacía.

En cuanto vio las habitaciones vacías, Sovieshu perdió la fuerza en las piernas y casi se derrumba.

El Comandante, que lo había ayudado en el camino, evitó rápidamente que Sovieshu se derrumbara.

Sovieshu miró al Marqués Karl con una expresión rígida. El Marqués Karl inclinó la cabeza, con el corazón adolorido.

Si la memoria de Sovieshu había vuelto realmente a sus días de príncipe heredero, entonces, desde su perspectiva, habría perdido repentinamente tanto a su madre como a su esposa. La desesperación debía ser enorme.

Sovieshu dirigió su mirada al suelo por un momento y luego dijo, "Volvamos."

De vuelta a su dormitorio en el Palacio del Este, Sovieshu fue examinado por el médico del palacio y preguntó al Marqués Karl, que estaba a su lado.

"Marqués Karl. ¿Navier... sufrió mucho? ¿Por mi culpa?"

"Sí. Sufrió mucho, mucho."

"..."

"Lo pasó muy mal."

El Marqués Karl pensó que ahora Sovieshu le preguntaría por Rashta. Pensó que le preguntaría de qué clase de mujer se había enamorado para dejar a Navier. Mientras elegía las palabras adecuadas para responder, Sovieshu hizo otra pregunta.

"¿Podemos traer de vuelta a Navier?"

El Marqués Karl lo miró sorprendido. El médico del palacio, que estaba usando el estetoscopio, también miró a Sovieshu con los ojos bien abiertos.

Sin embargo, Sovieshu no parecía estar bromeando. Tenía una expresión seria.

Sovieshu miró al Marqués Karl con ojos decididos y volvió a preguntar,

"Está bien. ¿No dijiste que soy el Emperador? Lo averiguaré por mí mismo."

"¡Su Majestad!"

"Otra pregunta, Marqués Karl. ¿Con quién se volvió a casar Navier?"

El Marqués de Karl respondió de acuerdo con la memoria actual de Sovieshu.

"Se casó con el Príncipe Heinley del Reino Occidental."

Sovieshu se sobresaltó.

"¡Mentira! ¡Maldición, dime que esto es una broma! ¡Por favor! ¿Quieres decir que se casó con ese niño que siempre huía de casa y era atrapado? ¡¿Navier?!"

Sovieshu levantó su mano y se la pasó por la cabeza.

"Es absurdo. Por más afectada que estuviera Navier... por el divorcio, cómo pudo casarse con ese niño..."


El Marqués Karl estuvo a punto de olvidar la triste situación y reírse. Podía adivinar el motivo de la reacción de Sovieshu.

"Ya no es un niño pequeño, Su Majestad."

Cuando el médico del palacio habló en su lugar, Sovieshu dijo con el ceño fruncido,

"Ahh, es cierto. Ese príncipe también debe haber crecido."

El Marqués Karl añadió unas palabras más.

"Ya no es un príncipe."

"¿En serio?"

"Ascendió al trono como Emperador del Imperio Occidental."

"¿Ascendió al trono del Imperio Oriental? Espera, ¿qué quieres decir con el Imperio Occidental, no es el Reino Occidental?"

"El Reino Occidental se autoproclamó un Imperio."

"¿Cómo pudo ese país que sólo tiene joyas autoproclamarse un Imperio?"

En este tiempo, Sovieshu entendió sobre las cuestiones prácticas, un poco sobre la situación actual, e incluso tomó la iniciativa en varias cosas, por lo que con buena ayuda, recuperaría sus anteriores capacidades rápidamente en un par de años.

Pero había mucho trabajo que hacer ahora mismo. Estaban los problemas con el Duque Elgy, el problema de Glorym, además de todo tipo de cosas que surgían cada día...

El Marqués Karl se lamentó en su interior, 'Qué vamos a hacer... tendremos que arreglárnoslas de alguna manera.'

Sentía que con tanta presión los secretarios de Sovieshu morirían en pocos años.

A pesar de estar angustiado, el Marqués Karl preguntó al médico del palacio sin mostrar ningún indicio.

"¿Cómo se encuentra?"

"Tiene contusiones, esguinces y daños en los huesos, pero nada demasiado grave. Si se cumple con el tratamiento, se recuperará."

El Marqués Karl miró a Sovieshu y preguntó en voz baja, "¿Qué hay de su cabeza?"

Sovieshu entrecerró los ojos porque la voz no fue lo suficientemente baja como para no escuchar, pero sabía que su condición era extraña, así que también esperaba la respuesta.

El médico del palacio sacudió la cabeza sin confianza.

"No sufrió ningún golpe grave en la cabeza... en mi opinión...."

Mientras el médico del palacio dudaba si estaba bien decir, 'Parece que es un problema mental', Sovieshu preguntó primero, "¿Estoy loco?"

Una vez que el médico del palacio sacudió la cabeza apresuradamente, Sovieshu suspiró y se tumbó completamente en la cama,

"Me levantaré después de una buena siesta. Me duelen mucho las extremidades. Además… no sé por qué tengo tanto sueño."

"Te cambiaré las vendas."

"Está bien."

Cuando el médico del palacio le aplicó una pomada en las zonas afectadas y le puso nuevas vendas, Sovieshu ya estaba dormido como si se hubiera desmayado.

El Marqués Karl ordenó a todos los cortesanos reunidos en el dormitorio que salieran. Luego salió junto con el médico del palacio.

Sin embargo, dejó a un caballero en el dormitorio para evitar cualquier posibilidad de que Sovieshu se volviera a lastimar.

***

viernes, 5 de agosto de 2022

agosto 05, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 415

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 415. Memoria De Sovieshu (2)



En el lujoso dormitorio, los cortesanos susurraban mientras dirigían sus miradas de vez en cuando a la cama con dosel.

Era el tercer día después de la caída del Emperador Sovieshu por la ventana. Aunque se había lesionado el brazo y la pierna derecha, no había sido una lesión tan seria como para no poder despertarse. Sin embargo, el Emperador Sovieshu todavía estaba inconsciente.

Al principio, los cortesanos esperaban en silencio a que Sovieshu despertara, pero al segundo día comenzaron a susurrar poco a poco entre ellos.

Unos decían que se oían llantos lamentables desde la torre donde había muerto Rashta, y otros decían que Rashta parecía intentar llevarse al Emperador Sovieshu.

"¿No habrá visto el fantasma de Rashta?"

"¡Oye, no digas cosas siniestras!"

"¿No lo has pensado? Aunque no resultó gravemente herido, lleva varios días sin despertarse..."

En ese momento, una voz pesada vino del interior del dosel.

"¿Quién es Rashta?"

Era la voz del Emperador Sovieshu.

Los cortesanos se miraron sorprendidos, sus bocas se cerraron y sus ojos se abrieron ampliamente.

Tardíamente recuperaron sus sentidos y comenzaron a llamarlo, "¿Su Majestad?" "¡Su Majestad!"

Una mano salió del dosel y lo abrió bruscamente.

Cuando el dosel fue apartado, se vio a Sovieshu sentado en una posición incómoda en la cama, con una mano en la cabeza.

"Maldición. Me duele la cabeza."

Mientras Sovieshu murmuraba en voz baja, un cortesano salió de la habitación y los otros dos se le acercaron rápidamente.

"Su Majestad, ¿se encuentra bien?"

"¿Se encuentra bien, Su Majestad?"

"Si no hicieran tanto escándalo, no me dolería tanto la cabeza."

Cuando Sovieshu agitó su mano, las bocas de los cortesanos volvieron a cerrarse al mismo tiempo.

Sólo entonces, Sovieshu se quitó la mano de la cabeza y preguntó con una expresión seria,

"¿Qué pasó con Navier? ¿Está bien?"

Los cortesanos, que se habían quedado en silencio, se volvieron sorprendentemente más silenciosos. Se miraron desconcertados mientras una pregunta similar aparecía en sus mentes.

'¿De qué habla Su Majestad?'

Sin embargo, no tardaron en llegar a una misma conclusión.

'Ah... Navier, que se marchó al Imperio Occidental, había resultado gravemente herida, por lo que Su Majestad pregunta si hay noticias suyas.'

"Todavía no sabemos nada."

Ante la respuesta de un cortesano, Sovieshu salió de la cama y se levantó,

"Iré a verla yo mismo."

'¿Al Imperio Occidental? No, ¡ni siquiera debe levantarse en su estado!'

Los cortesanos agitaron sus manos con preocupación.

El médico del palacio descartó que fuera una lesión grave, pero sí necesitaba reposo porque los huesos de su brazo y pierna derecha habían sufrido daños. No debía levantarse todavía.

Como cabía esperar, Sovieshu apretó inmediatamente los dientes de dolor y se tambaleó.

Los dos cortesanos lo sostuvieron al mismo tiempo. Acto seguido, el Marqués Karl y el médico del palacio entraron en cuanto se enteraron de que Sovieshu se había despertado por el cortesano que salió a buscarlos.

"¡Su Majestad!"

"¡Cielos, Su Majestad!"

Sovieshu, que mantuvo el equilibrio apoyado en el hombre de los cortesanos, miró extrañado a los dos hombres que se le acercaron corriendo con caras al borde de las lágrimas.

Luego murmuró con el ceño fruncido,

"¿Su Majestad...?"

Antes de que terminara lo que quería decir, levantó repentinamente las cejas, volvió a mirar al Marqués Karl y preguntó desconcertado,

"¿Marqués Karl? ¿La barba... te ha crecido tanto en un día?"

El Marqués Karl, que estaba a punto de preguntar con lágrimas en los ojos a Sovieshu si estaba bien, se detuvo, "¿Qué?"

'¿De qué está hablando?'

Pensó que había oído mal, pero el dedo de Sovieshu apuntaba precisamente a su barba. El Marqués Karl pasó ambas manos por su barba y respondió,

"¿Su Majestad? He tenido esta barba desde hace cinco años."

"¿Qué?"

La expresión de Sovieshu se distorsionó un poco. Fue como si hubiera escuchado una historia sin sentido.

"¿Qué estás diciendo? Siempre te aplicas cremas raras en la barbilla y debajo de la nariz porque no te crece. ¿Quieres decir que ha funcionado en un día como si tuvieras barba desde hace cinco años?"

Los cortesanos volvieron a mirarse entre sí. Las pupilas del Marqués Karl se contrajeron y la mandíbula del médico del palacio, que esperaba el momento para examinar a Sovieshu, se abrió tanto que pareció caerse.

Sovieshu los miró a todos aún más extrañado y preguntó.

"Además, ¿por qué irrumpes en mi dormitorio sin permiso, Marqués Karl? ¿Por qué están todas estas personas reunidas en mi dormitorio? ¿Por qué me llaman Su Majestad?"

El médico del palacio se cubrió la boca con ambas manos. Aunque el Marqués Karl no era médico, podía darse cuenta del extraño estado en el que se encontraba Sovieshu.

Pero Sovieshu, quien había sumido a los presentes en la confusión, miró a todos como si estuvieran locos y se dirigió hacia la puerta,

"Necesito ver a Navier primero. Antes de caerme, vi claramente que estaba en una posición en la que sería golpeada por los melocotones que caían."

Sovieshu salió tambaleándose del dormitorio, pero nadie lo detuvo.

El Marqués Karl fue el primero en entrar en razón, llamó al Comandante de la Guardia Imperial que esperaba fuera del dormitorio y siguió a Sovieshu. El Comandante se apresuró a ayudar a Sovieshu.

Apoyado en su hombro, Sovieshu bajó las escaleras que conducían al Palacio del Oeste y continuó por el pasillo.

El Marqués Karl le siguió en silencio mientras pensaba, 'No, no, no puede ser'.

"Su Majestad, ¿Navier... no está en el Imperio Occidental?"

'Maldición, creo que me rompí la pierna'.

Sovieshu preguntó mientras caminaba con los dientes apretados por el dolor,

"¿Qué? ¿Cómo Navier estaría en el Imperio Occidental? Justo ayer salimos a escondidas a recoger melocotones."

"..."

El Marqués Karl se acarició la barba con una mano. Aunque era un poco desconcertante, ahora no tenía dudas. Parte de la memoria de Sovieshu... había desaparecido.

Además, por lo que decía, su memoria parecía haberse detenido en sus días de príncipe heredero. No de cuando era demasiado pequeño, sino de cuando tenía entre 18 y 19 años.

Le quedó claro al escucharle hablar del tiempo en que no le crecía la barba, y de lo que pasó en el árbol de melocotones.

Cuando Sovieshu era el príncipe heredero, una vez se subió a un gran melocotonero, que tenía deliciosos melocotones maduros, para recoger unos y dárselos a Navier.

Era extraño que el príncipe heredero se subiera a un árbol a recoger melocotones, pero Navier, en sus días de princesa heredera, tenía una dieta estricta para controlar su peso cada vez que se acercaba una celebración importante.

Sovieshu le llevaba comida a escondidas cada vez que podía, y esa había sido la primera vez que se subía a un árbol.

'Es como si lo hubieran leído juntos en una novela romántica el día anterior, tal vez les pareció romántico y decidieron intentarlo...'

En cualquier caso, Sovieshu consiguió subirse al árbol, pero se cayó bruscamente al tirar de un puñado de melocotones, los cuales golpearon a Navier en la cabeza y le provocaron un chichón.

Por lo visto, Sovieshu pensaba que hoy era el día siguiente.

"Su Majestad."

El Marqués Karl habló con voz grave.

"¿Por qué todos actúan de forma tan extraña?"

Sovieshu miró al Marqués Karl con incomodidad y se frotó su brazo adolorido,

"Todo es extraño, empezando por tu barba. ¿Por qué me llamas Su Majestad...? No, espera un momento, ¿por qué estaba acostado en el dormitorio del Emperador?"

"Su Majestad."

"Estoy seguro de que cuando subí al melocotonero... ¡Maldición! ¡Los melocotones! ¡Navier!"

"Su Majestad."

"Primero comprobemos que Navier se encuentre bien."

"Su Majestad."

Mientras Sovieshu intentaba darse prisa, el Marqués Karl lo llamaba repetidamente detrás suyo.

"Veamos primero a Navier, Marqués Karl. Parece que hoy también me golpeará con su almohada. Navier podría poner melocotones dentro de la almohada para que los golpes sean más fuertes."

"... Su Majestad cayó desde una ventana del segundo piso, no desde un árbol."

"¿Qué estás diciendo?"

"Como he dicho, Navier no está aquí."

Sovieshu se detuvo un momento y preguntó con preocupación,

"¿Se ha ido de viaje porque está enojada? ¿Acaso los melocotones le golpearon fuerte?"

El Marqués Karl respondió con voz grave.

"Navier... se casó con otro hombre."