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jueves, 9 de junio de 2022

junio 09, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 399

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 399. Despedida Roja (1)



[¿Eh? ¿Me está mirando?]

Kapmen volvió a escuchar esa voz.

[¿Qué pasa...? ¿Por qué actúa tan extraño?]

Todos los inspectores tenían expresiones similares, pero Kapmen pudo reconocer rápidamente a quién pertenecía la voz. Por un momento, el Gran Duque miró directamente a ese inspector debido a sus pensamientos.

[Ahora que recuerdo, ¿este tipo no se metió con la reina una vez? Es el tipo que de repente se puso del lado del emperador para expulsar a la reina...]

Kapmen volteó deliberadamente la cabeza para mirar a otros inspectores.

Sólo entonces el inspector que tenía pensamientos sospechosos se sintió un poco aliviado, pero no pudo relajarse del todo.

[Por si acaso, más tarde le preguntaré a Imaru.]

Imaru era una dama de compañía que Christa apreciaba mucho. En una ocasión, Navier le pidió a Kapmen que investigara a las damas de compañía de Christa, por lo que sabía ciertas cosas sobre ellas.

Aunque era realmente cercana a Christa, no fue una de las damas de compañía que la siguió a Compshire porque tenía poco tiempo de casada.

Kapmen fue directamente a visitar a Imaru.

"¿Cuál es el motivo de su visita Gran Duque?"

Imaru creía que Kapmen había contribuido a la muerte de Christa, así que lo trató con frialdad en cuanto vio su rostro. Ni siquiera permitió que Kapmen cruzara la puerta principal de su mansión.

Sin embargo, Kapmen no tenía tiempo para preocuparse por el trato frío de otros.

Tenía que averiguar lo antes posible las intenciones de la persona que había persuadido a un sirviente para que 'atacara' a la Emperatriz Navier y si tenía en mente continuar haciéndolo...

En vez de ser honesto, Kapmen tomó un pequeño riesgo,

"Escuché una historia extraña."

"¿Qué quieres decir con una historia extraña?"

"Bueno, mientras me encontraba investigando el ataque a la Emperatriz, escuché a un inspector contar una extraña historia."

"¿Qué tiene que ver eso conmigo?"

"Porque ese inspector mencionó tu nombre..."

[¿Lilide se volvió a emborrachar y le contó a otra persona sobre eso?]

Antes de que Kapmen terminara sus palabras, una voz nerviosa resonó en la cabeza de Imaru.

Kapmen se preguntó si el inspector se llamaba Lilide, pero pronto se dio cuenta de que no era así.

Recordó que Lilide era una dama de compañía a la que Christa también apreciaba mucho. A diferencia de Imaru, había seguido a Christa a Compshire.

Poco después, Kapmen descubrió que ese inspector era el amante de Imaru, pero no lo reveló, sino que se marchó y fue directamente donde Lilide.

Como la mayoría de las damas de compañía, Lilide vivía afortunadamente no muy lejos de la capital.

Sin embargo, reunirse con Lilide no fue tan fácil como con Imaru.

"Lo siento, Gran Duque. La Señorita Lilide no ha querido ver a nadie desde que volvió de Compshire. Mucho menos a desconocidos."

El mayordomo le pidió que la comprendiera. Lilide evitaba totalmente las visitas porque había sido demasiado traumático para ella ver de cerca cómo murió Christa.

"Vine de parte de Lady Imaru para transmitirle un mensaje."

Cuando Lilide finalmente aceptó reunirse con el Gran Duque Kapmen, se mostró más hostil que Imaru.

[Es como si Christa hubiera muerto por sus mentiras.] [Es una escoria que va detrás de la Emperatriz, es capaz de matar a una persona con su lengua.]

Además, fue difícil obtener información relevante debido a que se dedicó a insultarlo en su mente.

De la información que Kapmen obtuvo de Lilide, al menos una valió la pena.

Después de la muerte de Christa, volvió a bajar a Compshire y dijo que se había encontrado con 'esa persona'. Aunque Kapmen no pudo averiguar quién era 'esa persona', hizo las maletas inmediatamente y partió hacia Compshire.

En su interior, pensaba que 'esa persona' podría ser el viejo Duque Zemensia, el Duque Liberty o el Marqués Ketron.

El Duque Liberty y el Marqués Ketron se convirtieron en murciélagos que volaron hacia la Emperatriz Navier, pero antes eran enemigos, mientras que el Viejo Duque Zemensia todavía era un enemigo. Podría ser alguien más, pero estos tres eran los más sospechosos.

Una vez que Kapmen entró en la Mansión Compshire, se sintió desanimado mientras observaba la mansión desolada, que había sido limpiada por completo sin que quedara un solo mueble.

Había llegado hasta aquí a través de los nombres y lugares que descubrió a partir de los pensamientos de otras personas, pero no estaba seguro de que su investigación fuera por buen camino.

Incluso si Lilide se encontró con 'esa persona' en Compshire, y eso la llevó a involucrarse en un plan malvado contra Navier.... ¿volverá a aparecer por aquí 'esa persona' que Lilide pensó para sí misma?

'Será difícil encontrar pistas sobre 'esa persona' con todo tan limpio.'

Mientras caminaba lentamente por la mansión, escuchó los pensamientos de una persona cerca de la entrada.

Kapmen miró a su alrededor desconcertado, pero no había dónde esconderse porque los muebles habían sido retirados.

Como resultado, Kapmen no tuvo otra alternativa que abrir la ventana y saltar fuera. Dado que saltó desde el segundo piso, recibió parte del impacto en las rodillas, pero no se hizo daño serio porque había aprendido a caer bien.

[¿Qué fue ese ruido?]

Kapmen se recostó contra la pared y no se movió.

[¿Escuché mal?]

Afortunadamente, la persona que entró en la mansión no pareció encontrar rastros de nadie más.

"Sí, debo haber escuchado mal. Nadie vendría aquí. Está tan vacío que ni siquiera los ladrones vendrían."

Aunque la voz interior se oía cada vez más distante, Kapmen permaneció escondido allí.

Tenía una expresión rígida porque no podía relajarse. De alguna manera, había evitado la situación crítica inmediata, pero todavía desconocía las intenciones de la otra parte.

Además, era difícil saber si se trataba de la persona que quería hacer daño a Navier por sus pensamientos hasta ahora.

Aun así, Kapmen se mantuvo firme en su posición. Nadie podía conocer los pensamientos de uno, es por eso que las personas solían soltar mucha información en su mente en momentos completamente imprevistos.

El inspector era leal a Imaru, mientras que Imaru y Lilide eran leales a la reina fallecida, pero al final todos revelaban información en sus mentes que podría considerarse como traición.

[Christa...]

De repente, Kapmen volvió a escuchar la voz interior a medida que pasos se acercaban.

El visitante de la mansión parecía haberse acercado a la ventana.

[Hermana, definitivamente vengaré tu muerte.]

Kapmen se estremeció ante ese pensamiento.

¿Hermana?

Sólo había una persona que llamaría hermana a la anterior Reina Christa. El Duque Zemensia.

Sin embargo, ¿no había sido expulsado el Duque Zemensia por el Viejo Duque Zemensia por sus duras palabras contra Christa?

[Te equivocaste, pero el castigo que recibiste fue peor de lo que merecías.]

lunes, 6 de junio de 2022

junio 06, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 398

 La Emperatriz Divorciada - Capítulo 398. Sentencia (2)



En ese momento vi a Delise, una testigo que había bajado del estrado, mirar extrañamente al periodista Joanson.

¿Se conocen?

Entonces Joanson asintió levemente como si fuera una señal, caminó hacia Rashta, que estaba en el centro del estrado, y dijo,

"Disculpe, Su Majestad, ahora es mi momento de hablar. Su Majestad puede hablar de sus delirios más adelante."

"Qué grosero."

"Todos aquí saben quién hizo los comentarios más irrespetuosos, en el caso de Su Majestad contra el Emperador Sovieshu, pero me llamas grosero."

Cuando la audiencia aclamó de nuevo a Joanson, Rashta comenzó a flaquear.

Durante un tiempo fue ella quien estuvo en el centro de estas aclamaciones. No ese periodista.

Pero ahora era Joanson quien recibía los vítores mientras que Rashta, que ocupaba la posición más honorable, recibía una lluvia de insultos para que se retirara. Naturalmente, su expresión se derrumbó.

"Su Señoría, permítame continuar con mi intervención. ¿Sabía usted que ese hombre sobre el que hubo una controversia pública sobre si era el verdadero padre de la Emperatriz Rashta, ese hombre del que consta que fue condenado a la esclavitud, y ese hombre que tiene una hija llamada Rashta, desapareció después de que la Emperatriz Rashta lo mando a llamar?"

Esto, unido a lo que Joanson había dicho en la primera parte de su intervención, arrinconó aún más a Rashta.

"¡Eso nunca sucedió!"

Rashta protestó, pero esta vez el Marqués Karl se levantó e interrumpió sus palabras.

"El verdadero padre de la Emperatriz Rashta ha sido preparado como testigo."

En el estrado, Joanson volteó rápidamente la cabeza para mirar al Marqués Karl. Joanson no sabía que el hombre desaparecido sería traído aquí.

Fue un movimiento preparado por separado por Sovieshu y Joanson, pero ahora se había convertido en uno por casualidad.

Cuando el movimiento preparado por el emperador y el movimiento preparado por el periodista aclamado por los plebeyos encajaron perfectamente, la credibilidad aumentó aún más.

Este hombre, que fue traído por unos caballeros desde un lado diferente al de los demás testigos, subió al estrado y declaró ante el Juez de la Corte Suprema.

"De camino al palacio porque Rashta me mandó a llamar, unos caballeros me salvaron de morir a manos de unos sujetos no identificados."

No sé si es realmente el verdadero padre de Rashta, pero... estaba claro que había causado un enorme impacto en Rashta.

En el momento en que la enloquecida Rashta escuchó las palabras del hombre, mostró una expresión de dolor como si hubiera sido apuñalada.

A continuación, el médico del palacio, un caballero y varias sirvientas del Palacio del Oeste subieron al estrado para testificar que Rashta había intentado asesinar a Arian, su sirviente más cercana, para poder huir con éxito hace unos días.

Después, un hombre que afirmó ser un asesino contratado por Rashta, confesó que se había visto forzado a aceptar la petición de asesinar a los Duques Troby porque la Emperatriz lo amenazó con su poder, pero que no lo llevó a cabo porque no estaba de acuerdo...

Rashta protestó y negó todas las acusaciones, pero el Juez de la Corte Suprema, que hace un momento había perdido la calma por ella, preguntó fríamente a Sovieshu si permitiría a Rashta ejercer su inmunidad como Emperatriz.

"Senténciala como a cualquier criminal."

Sovieshu habló rotundamente. 

Eso implicaba que Rashta sería depuesta en base a esta sentencia.

Rashta continuó gritando, ahora con la cara completamente enrojecida.

"¿Seré abandonada después de ser utilizada? Su Majestad, ¿piensa abandonarme después de que me utilizó? Oculté que Su Majestad es un hombre castrado, y también oculté que Su Majestad se divorció de la Emperatriz Navier para esconder que es un hombre castrado, ¡¿es así como me abandonará después de haberme utilizado?!"

En otras palabras, no quería morir sola.

"Emperatriz Rashta Isqua, será sentenciada por los siguientes crímenes. El crimen de confabular con el Vizconde Roteschu y su hijo Alan para engañar al Emperador Sovieshu con la intención de convertir al hijo que esperabas de Alan Rimwell en miembro de la Familia Imperial. El crimen de usurpación de identidad al hacer pasar a los Vizcondes Isqua como sus verdaderos padres para ascender a la posición de emperatriz. El crimen de utilizar pagarés de la Emperatriz Navier como si fueran propios sin autorización. El crimen de dar la espantosa orden de cortar la lengua a una de sus sirvientas para mantener oculto otro crimen. El crimen de intentar asesinar a Evely, la asistente del mago de la corte. El crimen de pedir prestadas enormes sumas de dinero a un duque extranjero a título de la Emperatriz y, por si fuera poco, traspasar tierras del Imperio Oriental sin autorización. El crimen de hacerse pasar por plebeya así como por noble cuando en realidad es una esclava, e intentar asesinar a su verdadero padre para ocultarlo. El crimen de desacato a la Corte Suprema y de difamación del Emperador. El crimen de intentar asesinar a los Duques Troby. ¿Te declaras culpable de estos crímenes?"

"¡No! ¡Por supuesto que no!"

"Mereces ser sentenciada a muerte por la mayoría de estos crímenes, pero como también se debe tener en cuenta que fuiste la emperatriz, te sentencio a prisión."

El Juez de la Corte Suprema golpeó tres veces su mazo de madera.

Los dos caballeros que habían traído a Rashta, se le acercaron y la agarraron por los brazos.

Rashta se resistió y comenzó a gritar para que la soltaran, pero fue en vano.

La audiencia estaba completamente exhausta mientras salía de la Corte Suprema.

El Juez de la Corte Suprema intercambió miradas con los demás jueces mientras también se limpiaba el sudor de la frente con un pañuelo.

Después de que Sovieshu vio por dónde había sido sacada Rashta, se dio la vuelta inexpresivamente y salió por la puerta que sólo podían usar tanto el emperador como la emperatriz.

"También deberíamos irnos, Reina."

"Sí."

La estrategia de Rashta de arrastrar a Sovieshu con ella no consiguió repercutir en la sentencia que se le impuso.

Pero las semillas sembradas por Rashta quedarán arraigadas en los corazones de las personas.

Si la próxima emperatriz tampoco puede tener hijos, entonces las personas realmente sospecharán de Sovieshu.

Cuando no es el propio hijo del emperador quien se convierte en el sucesor, el poder comienza a dividirse.

El hermano mayor de Heinley no tenía hijos, por lo que su poder era inestable. Heinley tuvo que pasar mucho tiempo fuera de su país por el bien de su hermano.

¿Podría el sucesor de Sovieshu hacer lo mismo que Heinley? ¿Sería capaz de cerrar la boca y mantenerse alejado por el bien de Sovieshu?


***

viernes, 3 de junio de 2022

junio 03, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 397

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 397. Sentencia (1)



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Nota: La palabra 'infértil' en la ultima frase del capítulo anterior fue cambiada a 'castrado'. Aunque la traducción exacta al español sería 'eunuco'. En este caso, Rashta utiliza 'castrado' como un término ofensivo para hacer referencia a la inutilidad del miembro de Sovieshu.
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Los murmullos de la audiencia desaparecieron en un instante. El espacio lleno de numerosas personas se volvió increíblemente silencioso.

Las miradas de la audiencia se centraron simultáneamente en una persona. Sovieshu. La expresión de Sovieshu era helada.

Rashta no se detuvo ahí, sino que señaló con el dedo a Sovieshu y exclamó,

"¡Para ocultar el hecho de que está castrado, Su Majestad calificó a la Emperatriz Navier de infértil y me hizo tener un hijo con otro hombre!"

En cuanto estas palabras salieron de su boca, los murmullos que habían desaparecido volvieron de repente. La conmoción se extendió por toda la Corte Suprema como un incendio forestal.

Cerré los labios con fuerza y traté de mantener una expresión seria. Claramente no debía reírme en esta situación, pero resultaba difícil...

Mientras hacía esto, sentí una mirada sobre mí. Era Heinley. Cuando nuestros ojos se cruzaron, apartó la mirada rápidamente.

Sin embargo, al ver cómo se movía de un lado a otro en la silla mientras sus hombros se sacudían, parecía reprimir su deseo de preguntarme si Sovieshu era realmente impotente.

Prefería no responder a esa pregunta, así que pretendí no verlo.

Sin embargo…

"¿Es cierto?"

"Madre."

"Sólo tengo curiosidad."

No esperaba que mi madre me lo preguntara desde el otro lado. Bueno, recuerdo que una vez mi madre me aconsejó que si Sovieshu traía a una mujer como concubina, yo debía traer a un hombre más dotado, más apuesto y más joven como amante.

¿Oh? Ahora que lo pienso, ¿Heinley no coincide perfectamente con eso?

Aunque Heinley no es mi amante, cumple más que los requisitos necesarios.

Mientras miraba sorprendida a Heinley por lo que acababa de darme cuenta, mi madre me pellizcó repetidamente en el brazo.

Susurré al oído de mi madre para que Heinley no escuchara,

"No es impotente."

"Entonces, ¿no está castrado?"

"Madre. Deberías usar palabras decentes."

"¿Su miembro no tiene problemas para levantarse?"

"..."

"¿Hay algo malo en la elección de mis palabras?"

Cuando intenté responder, la fuerte voz de Rashta volvió a atraer mi atención.

"¡Su Majestad me forzó a tener un hijo de otro hombre! ¡Todo lo hice por orden de Su Majestad!"

"¡Cállate!"

Gritó fuertemente el Juez de la Corte Suprema con la cara completamente roja, se veía muy enojado.

Aunque hasta ahora la había tratado cortésmente como la Emperatriz del Imperio Oriental, parecía haber estallado por completo al oír a Rashta decir 'castrado' al Emperador Sovieshu.

La audiencia pronto comenzó a gritar al unísono que se callara.

Rashta estaba decidida a no dejarse vencer, así que se quitó los tacones y golpeó uno contra el estrado para silenciar a la audiencia.

Cuando todos se quedaron desconcertados, Rashta lanzó sus zapatos a la audiencia y señaló a los plebeyos.

"¡Cállense! Yo soy quien tiene derecho a hablar porque me encuentro parada aquí, no ustedes."

Los desconcertados plebeyos se callaron, y una joven noble que estaba cerca dejó caer su abanico.

Sovieshu se veía realmente sorprendido. Parecía pasar del enojo a la vergüenza constantemente.

Heinley chasqueó la lengua y susurró,

"Pensé que tenía muchas agallas desde que me acusó de mentiroso delante de todos. La verdad es que no me equivoqué."

... Bueno, pensado en eso, habría sido difícil para cualquier otra persona llamarme "hermana" sabiendo que yo era la emperatriz, más aún si esa persona no tenía poder.

En cualquier caso, no era algo tan bueno.

"Su Majestad, ¿intenta arrastrar al Emperador Sovieshu porque se encuentra en peligro?"

La voz del Juez de la Corte Suprema volvió a calmarse. El Juez de la Corte Suprema era un hombre que se enorgullecía de su trabajo. ¿Hace un momento se alteró porque sintió que Rashta arruinaría su trabajo?

"¡Por supuesto!"

Pero cuando Rashta lo admitió en voz alta, incluso el Juez de la Corte Suprema vaciló.

Rashta miró a su alrededor con burla y dijo sarcásticamente,

"Si no soy la única que hizo mal, ¿por qué debería ser la única que cargue con los crímenes? Por supuesto que uno debe arrastrar a los cómplices. ¿Los aquí presentes estarían dispuestos a morir solos aunque sea injusto?"

"..."

"A pesar del tiempo que la Emperatriz Navier estuvo casada con el Emperador Sovieshu no pudieron tener un hijo, pero en cuanto la Emperatriz Navier se casó con un hombre del país vecino quedó embarazada. Yo, como todos saben, ya he tenido dos hijos. Entonces, ¿quién tiene el problema? ¿No es esto una prueba de que el Emperador Sovieshu no tiene semillas?"

La audiencia miró asombrada a Sovieshu ante las coherentes palabras de Rashta.

Sin embargo, este no era un tema del que se pudiera hablar abiertamente. Además, incluso si Sovieshu fuera realmente infértil, no había forma de determinarlo con certeza. Podrían meterse en problemas si les descubrían murmurar sobre la posible infertilidad del emperador, así que todos sólo miraron en silencio.

"Se puso bueno."

Heinley murmuró en voz baja.

A decir verdad, también estaba disfrutando ver a Sovieshu puesto contra las cuerdas de esta manera por primera vez... ¿eso está bien?

Sovieshu se limitó a mirar a Rashta inexpresivamente, sin responder. Su actitud de ni siquiera pestañear parecía decir, 'veamos hasta dónde llega con sus tonterías', dando la impresión de que no le importaban en absoluto las palabras de Rashta.

Pero Sovieshu y yo pasamos juntos muchos años. Gracias a eso, pude notar que ahora estaba realmente enojado.

Si intentaba intervenir o desmentirla en este punto, sólo empeoraría la situación y dañaría su imagen, así que sólo cuidó su expresión y se mantuvo tranquilo.

martes, 31 de mayo de 2022

mayo 31, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 396

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 396. No Moriré Sola (2)



El Conde Pirnu fingió estar ocupado, recogió rápidamente sus cosas y salió de la oficina.

El Marqués Karl bajó la mirada mientras se reprochaba a sí mismo, 'No debí responder de esa manera'.

Los labios de Sovieshu se movieron varias veces, pero al final no pudo decir ni una palabra. Poco después, preguntó de repente con el ceño fruncido,

"¿Qué hay del Duque Elgy? ¿Todavía está en la capital?"

Una vez que el caso del puerto se hizo público, Sovieshu notificó formalmente al Duque Elgy que abandonara el palacio imperial.

En el pasado, le había permitido quedarse en el Palacio del Sur debido a las costumbres y la reputación de un país poderoso, pero ahora que estaban abiertamente enfrentados, no había necesidad de mantener las apariencias.

Sin embargo, el Duque Elgy se quedó en la capital una vez que abandonó el palacio imperial, lo que hizo que Sovieshu se sintiera intranquilo.

A pesar de todo el lío que armó, no entendía lo que en realidad quería conseguir.

Mientras permaneciera en el Imperio Oriental, no recibiría buenos comentarios, ni de los nobles ni de los plebeyos.

"Sí, ha estado quieto desde que se reunió con la Vizcondesa Verdi."

"Con la Vizcondesa Verdi..."

Sovieshu entrecerró los ojos. Hace unos días, un espía de Sovieshu le informó que el Duque Elgy se había reunido con la Vizcondesa Verdi y le había propuesto 'huir a otro país con la Princesa Glorym'.

Sovieshu no confiaba en el Duque Elgy, pero su propuesta le pareció interesante, así que lo dejó en paz.

Si el Duque Elgy ayudaba a escapar a la Vizcondesa Verdi, tenía la intención de sustituir a los subordinados del Duque Elgy en el camino por sus propios subordinados para llevar a Glorym a un lugar adecuado.

Glorym se parecía demasiado a Rashta para ser criada como noble en el Imperio Oriental.

No soportaría ver a Glorym en otra familia del Imperio Oriental, ni tampoco soportaría ver cómo su rostro se convertía en el de Rashta.

No tenía la confianza para amarla como antes. Sin embargo, los momentos que pasó a su lado no se borrarían fácilmente de su corazón.

Realmente amaba a Glorym. Amaba al lindo angelito que le sonreía mientras hacía un extraño, 'abu, abu'.

Dado que los padres de Glorym son criminales, Glorym estaba condenada a convertirse en esclava, al igual que Ahn.

Aunque así funcionaba el sistema, no podía ver a la niña que consideró su hija convertida en esclava.

Como se compadecía de su situación, podía hacer una excepción para que viviera como una plebeya, pero ¿la niña sería capaz de soportar la mirada de desprecio de los demás una vez que creciera?

Por eso, tenía la intención de darle la identidad de una hija de una pequeña familia noble de otro país y el dinero necesario para que viviera sin preocupaciones el resto de su vida.

Entonces habrá hecho su mejor esfuerzo por su bienestar y el dolor que sentía cada vez que pensaba en esa niña desaparecería. Al menos eso es lo que creía Sovieshu.

"¿Cuánto falta para que comience el juicio?"

"Faltan unas dos horas, Su Majestad."

"Bien, iré a descansar media hora."

Con un pesado suspiro, Sovieshu salió de su oficina y subió a su dormitorio.

Una vez dentro, se sentó en la cama y miró con ojos llenos de lágrimas la pintura de Navier y la pintura de su hija.

Cuando cerró los ojos, las lágrimas cayeron por sus mejillas.

***

Fue durante mi estancia en la primera posada tras cruzar la frontera con el Imperio Oriental cuando me di cuenta de que el juicio... podría ser más intenso de lo que esperaba.

Fue allí donde me enteré del caso del puerto. Además de las confesiones del Vizconde Roteschu y de los Vizcondes Isqua en la última comparecencia en la Corte Suprema...

¿Rivetti estará bien?

La sentencia aún no ha sido ejecutada y el nombre de Rivetti no ha salido en los periódicos. Aun así, me sentí preocupada desde que leí que el Vizconde Roteschu y su hijo serían ejecutados.

Me preguntaba qué había pasado con Rivetti, la chica que lloró desconsoladamente delante de mí cuando se enteró de mi divorcio...

Le pedí a alguien que la buscara, espero que esté bien.

Estaba sentada frente al tocador mirándome en el espejo mientras reflexionaba sobre lo que ocurría en el Imperio Oriental. En ese momento, Heinley llamó a la puerta y preguntó,

"¿Estás lista, Reina?"

"Sí."

Me levanté tan pronto como respondí.

Heinley entró vestido como un joven noble común, con una capa oscura por encima y la capucha puesta para ocultar su rostro. La capa oscura, con sólo bordes dorados, parecía sencilla en comparación con el estilo habitual de Heinley.

Imagino que me veía de la misma manera, ya que tenía puesta una capa similar, sólo que de otro color.

Si Rivetti es encontrada, recibiré un mensaje de la Mansión Troby. McKenna había decidido quedarse en la Mansión, así que al menos estaré bien informada.

"¿Segura que estás bien?"

Heinley me preguntó una vez más antes de que subiéramos al sencillo carruaje que ni siquiera tenía el escudo de la Familia Imperial.

Sólo asentí. Rashta y Sovieshu fueron las personas que más daño me hicieron. Como el Emperador, Sovieshu fue el principal responsable de que nos divorciáramos... pero eso no significaba que no odiara a Rashta.

Aunque me sintiera incómoda en el juicio, quería ver a Rashta caer de la posición de emperatriz.

Recordaba cómo Rashta me miraba con una sonrisa en el momento en que el Sumo Sacerdote mencionó la solicitud de divorcio de Sovieshu delante de todos, y en el momento en que acepté dejar mi posición como Emperatriz del Imperio Oriental.

"¿Reina?"

"Dime."

"Si te sientes abrumada o simplemente no quieres continuar viendo, házmelo saber de inmediato. Los caballeros estarán esperando afuera en el carruaje para que podamos irnos enseguida."

Después de una breve conversación, el carruaje se detuvo finalmente frente a la Corte Suprema.

Ya había muchas personas aquí, por lo que nadie se fijó en nosotros cuando bajamos del carruaje, que era bastante común.

Subimos a los asientos de los nobles y nos sentamos en el fondo.

Algunos nos miraron, pero volvieron a girar la cabeza sin prestar mucha atención.

Después de un tiempo, la puerta del interior de la Corte Suprema se abrió y apareció Sovieshu.

Cuando entró Sovieshu, las personas reunidas para ver el juicio se levantaron de sus asientos.

Sovieshu levantó su mano en señal de saludo y se sentó en su trono.

Al cabo de un rato, Rashta entró por la misma puerta.

A cada lado de Rashta había un caballero, uno de los cuales pude reconocer.

Fue uno de los caballeros que se arrodilló ante mí... cuando salí de mi habitación para afrontar el divorcio.

Rashta, escoltada por ellos, se sentó tranquilamente junto a Sovieshu.

Heinley me tomó de la mano para hacerme saber que estaba a mi lado.

Luego, entró el Juez de la Corte Suprema y se detuvo frente a su asiento.

La audiencia se quedó en silencio en ese instante.

El Juez de la Corte Suprema miró a su alrededor por un momento y habló con firmeza,

"Daremos comienzo al juicio de la Emperatriz Rashta por su presunto fraude a la Familia Imperial, así como por otros crímenes."

***

Los primeros testigos en subir al estrado fueron el Vizconde Roteschu y los Vizcondes Isqua.

Habían sido sentenciados a muerte, pero no hubo noticias de su ejecución. Parece que se les mantuvo en prisión.

Reiteraron las declaraciones que hicieron en el juicio anterior.

Aunque la audiencia ya lo sabía, los susurros se volvieron a escuchar como si fuera la primera vez.

Rashta los observaba declarar con una expresión sombría.

Alan fue el único que dijo algo diferente,

"¡No sé nada, Su Señoría! ¡Realmente no lo sé, Su Majestad! Incluso si es cierto, fue obra de Rashta y de mi padre, ¡realmente no sé nada!"

Mientras Alan gritaba, el Vizconde Roteschu cerró los ojos con tristeza y Rashta apretó con fuerza los reposabrazos del asiento.

"A mí tampoco me agrada esa mujer, pero ese hombre es..."

Heinley chasqueó la lengua a mi lado antes de terminar sus palabras. Él no era el único que pensaba mal de ese hombre, desde todas partes se oían voces que lo criticaban.

Incluso en medio del alboroto, Rashta miraba inexpresivamente a los Vizcondes Isqua.

Después de que los cuatro declararon, la siguiente persona en comparecer fue...

¿El Presidente de la Corporación Oso? ¿Por qué está aquí?

Ah... Es por los pagarés.

"La Emperatriz Rashta quiso utilizar pagarés emitidos por nuestro equipo de comercio para ayudar a numerosas instituciones, como orfanatos y hogares de ancianos. Pero tras varias investigaciones, descubrimos que esos pagarés no pertenecían a Su Majestad Rashta, sino a Navier."

Como esperaba, estaba relacionado con mi caso de los pagarés. Es también por este caso que el Imperio Oriental me pidió que viniera a testificar.

Debido a que me negué, compareció el propio Presidente de la Corporación Oso.

"Hubo un artículo en el periódico de los plebeyos que hacía sospechar de esto hace un tiempo. Entonces, ¿era cierto?"

"Así es."

"Guardaste silencio en ese momento, ¿por qué lo cuentas ahora?"

"En aquel entonces, el apoyo público de la emperatriz Rashta era muy alto y su posición como emperatriz también era sólida, por lo que pensé que saldría perjudicado."

El Presidente de la Corporación Oso era un hombre muy inteligente, que actuaba estrictamente en función de los beneficios.

En vez de mentir, reveló la verdad y se disculpó sinceramente,

"Ciertamente, es mi culpa por no atreverme a hablar en su momento y permanecer callado."

Ahora que lo pienso, ¿dónde está el Barón Lant?

Todos los secretarios de Sovieshu estaban presentes. Sólo faltaba el Barón Lant.

¿No era el Barón Lant el único secretario de Sovieshu que trataba a Rashta con afecto?

Heinley se dio cuenta rápidamente que desvié mi atención y preguntó,

"¿Reina? ¿Qué ocurre?"

"Nada, nada."

Sacudí la cabeza y volví a concentrarme en el juicio.

Tal vez por la presencia de Sovieshu, el juicio se desarrollaba en una relativa calma, a excepción de cuando Alan protestó.

La siguiente persona en subir al estrado fue una mujer que no conocía.

¿Quién es?

A primera vista me resultaba familiar... pero no podía recordarla.

Mientras la miraba fijamente, ella apretó con fuerza los reposabrazos del asiento del estrado y habló,

"Yo... era la sirvienta... de la Emperatriz.... Delise."

Oh, era una sirvienta de Rashta.

"Continúa."

"La Emperatriz Navier.... rechazó... pájaro azul... que Emperador Sovieshu... envió como regalo... Rashta aprovechó... arrancar... las plumas... del pájaro vivo... y mintió... al Emperador Sovieshu... para culpar... a Emperatriz Navier."

¿Qué le pasa?

Su forma de hablar era lenta y su pronunciación un poco deficiente. Combinado con el hecho de que sus palabras se entrecortaban, daba la impresión de que le resultaba difícil hablar.

Su forma de hablar pareció desesperar a parte de la audiencia, un hombre rudo refunfuñó en voz alta, "¿Por qué hablas así?"

En la zona de prensa, un periodista se levantó rápidamente enojado.

Delise hizo una pausa y se estremeció. Su mirada se desvió por un momento hacia la fuente de la voz.

Sin embargo, respiró profundamente y continuó con calma.

"Mi lengua... está cortada por la mitad.... Emperatriz Rashta... ordenó que... se me cortara... por descubrir eso."

Un revuelo estalló entre la silenciosa audiencia.

"¡Oh, Dios mío!"

"¡Es una locura!"

"¿Lo dice en serio?"

"¡¿Cómo pudo hacer eso?!"

La audiencia miró ferozmente a la persona que había dicho las anteriores palabras desagradables a Delise.

Varias personas a mi alrededor también se estremecieron y agitaron los brazos, como si el simple hecho de pensarlo fuera aterrador.

El Juez de la Corte Suprema miró a Delise con ojos compasivos y preguntó a Rashta.

"Eso es cierto. ¿Su Majestad?"

Rashta respondió con firmeza.

"No."

Insultos estallaron desde la audiencia, pero Rashta ni siquiera parpadeó mientras miraba fijamente a Delise.

La siguiente persona en comparecer era una cara familiar... era Evely.

Evely confesó que Rashta la había insultado y acosado junto a los Vizcondes Isqua que siempre la habían despreciado por no pertenecer a la nobleza, además del atentado que sufrió en el carruaje de camino al Imperio Occidental...

A continuación subió al estrado el Vizconde Langdel, que había desaparecido ayer tras confiarme a sus hombres. Desveló la investigación que había realizado para limpiar el nombre de Nian.

"... En ese entonces, Su Majestad estaba tan cegado por Rashta que ni siquiera prestó atención al informe de mi investigación."

Al final, añadió unas palabras en contra de Sovieshu, pero… desafortunadamente este era el hogar de Sovieshu. La audiencia no reaccionó positivamente.

Luego, subió al estrado el secretario de Sovieshu, el Marqués Karl. Habló de cómo Rashta siempre pedía dinero prestado al Duque Elgy para cubrir los gastos de su amante Alan y de su primer hijo Ahn, habló del caso del puerto que había causado un revuelo en todo el imperio, y por último habló de los escándalos que habían surgido a lo largo de su relación con el Duque Elgy.

Tal vez porque estos casos habían salido a la luz anteriormente, a excepción del caso de Delise, el ambiente en la Corte Suprema no era tan feroz como temía.

Sin embargo, cada vez que comparecía un testigo y revelaba las pruebas correspondientes, la atmósfera se volvía más fría.

Aun así, cada vez que el Juez de la Corte Suprema le preguntaba a Rashta si era cierto, ella lo negaba rotundamente.

Después de que el Marqués Karl bajó del estrado, alguien en la zona donde estaban reunidos los periodistas gritó de repente, "¡Su Señoría! ¡Hay algo que quiero revelar!"

Era el mismo periodista que se había levantado enojado cuando Delise había sido ofendida antes.

"¿Quién eres tú?"

Cuando el Juez de la Corte Suprema preguntó con el ceño fruncido, el periodista salió rápidamente de la zona de prensa y subió al estrado.

Al igual que otros periodistas, llevaba una libreta en una mano y una pluma en la otra, pero además llevaba un documento bajo el brazo.

Los ayudantes del juez trataron de sacarlo, pero cuando apareció el periodista en el estrado, los plebeyos comenzaron a gritar su nombre, "¡Joanson!", "¡Es Joanson!", "¡Joanson!" "¡Joanson!"

Joanson... cuando estaba en el Imperio Occidental, fue un nombre que vi en varias noticias destacadas en los periódicos del Imperio Oriental.

Parecía muy estimado por los plebeyos.

"Dale esto a Su Señoría."

Debido a que la audiencia coreaba el nombre de Joanson, los ayudantes no pudieron sacarlo por la fuerza. Joanson extendió el documento que había traído consigo al ayudante que se encontraba más cerca.

"Tráemelo."

Cumpliendo la orden del Juez de la Corte Suprema, el ayudante aceptó el documento y se lo entregó.

La expresión del Juez de la Corte Suprema se distorsionó mientras revisaba el documento.

¿De qué será ese documento?

La audiencia también sentía curiosidad por el cambio de expresión del Juez de la Corte Suprema, por lo que dejó de corear el nombre de Joanson y permaneció en silencio.

"¿Qué es ese documento?"

Cuando Sovieshu preguntó en nombre de la audiencia, el Juez de la Corte Suprema se puso de pie y respondió,

"Este es un documento judicial de un criminal condenado a esclavitud por fraude."

¿Qué tenía que ver ese criminal condenado por fraude en el juicio de Rashta? Mientras la audiencia murmuraba confundida, Joanson intervino rápidamente.

"El nombre de ese criminal es exactamente el mismo que el del hombre que una vez afirmó ser el verdadero padre de la Emperatriz. El nombre de su hija es Rashta. Su edad coincide actualmente con la de la Emperatriz. El lugar donde fue condenado a la esclavitud junto con su hija resulta ser Rimwell."

Los murmullos se hicieron más fuertes. Como si el silencio hasta ahora hubiera sido una mentira, había un revuelo por todas partes.

"¡¿Eso quiere decir que la Emperatriz Rashta era una esclava, no una plebeya?!"

"¡¿Una esclava?! ¿No una plebeya, sino una esclava?"

¡¿Así que la supuesta representante de los plebeyos era una esclava que se hizo pasar desvergonzadamente por miembro de la nobleza?!

Poco después, estallaron insultos desde todos los asientos de la audiencia donde estaban reunidos los plebeyos.

Gritaron y protestaron airadamente, como si se tratara del crimen más grave que jamás se hubiera cometido.

"¡Bájenla!"

"¡¿Cómo se atreve una esclava a sentarse junto al Emperador?!"

"¡Deben bajarla y hacer que se arrodille!"

"¡Santo Dios!"

"¡¿Cómo se atreve una esclava a hacerse pasar por noble para convertirse en la Emperatriz?! ¡Es una vergüenza para el Imperio Oriental!"

"¡Bájenla! ¡Bájenla!"

En contraste, los nobles estaban tan sorprendidos que permanecieron en silencio.

Al menos, tenía claro que esto no estaba en los planes de Sovieshu. Aunque Sovieshu parecía indiferente por fuera, podía notar que estaba muy enojado.

Esta declaración impactante y las protestas de la audiencia habían acabado por completo con la paciencia de Rashta, que había intentado mantener la calma en todo momento.

Rashta abandonó furiosa su asiento, se dirigió al estrado, empujó a Joanson y gritó,

"¡Su Majestad Sovieshu está castrado!"


viernes, 27 de mayo de 2022

mayo 27, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 395

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 395. No Moriré Sola (1)


"He visto a Su Majestad llorar mientras pronunciaba repetidamente el nombre de Navier. Su Majestad ahora intenta hundir a Rashta en su enojo por haberse separado de esa mujer, ¿no es así?"

Sovieshu suspiró y se levantó,

"¿Acaso he dicho que es tu culpa que seas la Emperatriz? No, es mi culpa. Soy el único culpable de haber terminado con Navier. Incluso es mi culpa el haber creído en ti."

"..."

"Serás castigada es por todos los crímenes que has cometido, Rashta. ¿Cuándo lo admitirás?"

"¡¿Qué hice?!"

"¿Realmente no lo sabes?"

"No lo sé."

"Bueno, no importa si no lo sabes. A donde vas, no hace falta que respondas bien."

Sovieshu habló secamente y caminó hacia la puerta.

Rashta, que protestaba airadamente, se levantó de la cama asustada al escuchar 'a dónde vas'.

"Su Majestad, Su Majestad, espere un momento."

Corrió a toda prisa, se arrodilló y agarró a Sovieshu por la cintura.

"No me opondré a que sea depuesta. Aceptaré el divorcio de inmediato. Así que por favor, deja que Glorym y yo vivamos tranquilamente en un lugar apartado en el campo. Por favor, no quiero ir a la corte. Tengo miedo de la gente."

Sovieshu miró las manos temblorosas de Rashta. Sin embargo, Sovieshu apartó fríamente las manos de Rashta.

"Es absurdo que acepte un trato en la posición en la que te encuentras, Rashta."

Rashta se derrumbó impotente en el suelo, pero no se rindió y gritó con la cara completamente roja,

"¡Soy inocente! ¡Es injusto que sea castigada! ¡Es Su Majestad quien debe ser castigado por sus crímenes!"

"Escucharás en la corte suprema cada uno de tus crímenes."

"¡Yo revelaré los tuyos!"

"¿Qué?"

"¡Su Majestad engañó a todos porque siempre supo que yo era una esclava fugitiva! ¡Lo contaré todo! ¿Por qué no hablar si voy a morir de todos modos? ¡Lo contaré todo!"

Rashta gritó con todas sus fuerzas, pero el hombre que tenía delante se mantuvo firme, sin siquiera inmutarse.

"Dilo."

"¡!"

"No importa si lo dices porque no hay pruebas. Incluso si las personas te creen, me verán como un tonto emperador cegado por el amor. Pero eso es todo. Con el tiempo se olvidará."

"Umm..."

"Más bien, ¿no serán tus dos hijos los que realmente sufrirán?"

"¿Qué...?"

"Bueno, tu primer hijo se convertirá en un esclavo de cualquier manera, hables o no del asunto de la esclavitud."

Rashta miró desconcertada a Sovieshu y preguntó con voz nerviosa,

"¿Qué quieres decir? ¿Por qué Ahn? ¿Por qué Ahn sería un esclavo? ¿Qué hizo Ahn?"

"Ahn no hizo nada, pero sus padres cometieron crímenes."

Rashta no sentía el menor afecto por Ahn. Al menos eso pensaba ella.

Sin embargo, en el momento en que escuchó las palabras de Sovieshu, la desesperación invadió su corazón y sintió un dolor insoportable.

Aunque Rashta no amaba a Ahn tanto como a Glorym, no quería que Ahn sufriera.

"¡¿No te reconozco?! ¡¿No te reconozco?! ¡Eres peor que el Duque Elgy! ¡Maldito bastardo, cómo puedes hacer esto!"

Sovieshu evitó fácilmente a Rashta, que se abalanzó sobre él con los ojos en blanco. Luego abrió la puerta y se marchó.

Un jadeo sofocante como el de un ciervo atrapado salía del dormitorio cerrado.

***

El día del juicio de la Emperatriz Rashta finalmente había llegado. El cielo estaba de un color gris opaco. La gente acudía masivamente a la corte para presenciar el histórico juicio en un estado de ánimo inestable.

Sus mentes estaban enredadas.

Una mujer de belleza incomparable que consiguió cautivar al emperador y expulsar a una auténtica emperatriz cuando era concubina. La emperatriz que intentó engañar al emperador para que su hija, nacida de su amante, se convirtiera en una princesa. La emperatriz que intentó matar a una mujer inocente por miedo a que el emperador fijara sus ojos en otra mujer. La emperatriz que cedió un puerto porque estaba enamorada del apuesto Duque de otro país. La emperatriz que al final fue capturada tratando de escapar por miedo a las consecuencias.

Aunque les alegraba que esa emperatriz fuera finalmente castigada, esa emperatriz, era la 'esperanza de los plebeyos' a la que una vez alabaron y amaron.

Era una esperanza falsa, pero era la luz que anhelaban.

Ahora que Rashta estaba realmente perdida, muchas cosas pasaban por la cabeza de todos.

El Conde Pirnu, que odiaba a Rashta, tampoco estaba muy alegre.

Sin embargo, la razón de su falta de alegría no era por Rashta. Se debía a que dos emperatrices tuvieron que abandonar el trono en poco tiempo.

Ahora que la situación había llegado a este punto, la próxima emperatriz definitivamente no saldrá de los plebeyos.

La posición de Emperatriz del Imperio Oriental era la más alta a la que podía ascender una persona que no perteneciera a la Familia Imperial.

Sólo pensar en la cantidad de familias nobles que competirán ferozmente para elevar a sus hijas a esa honorable posición ya era un dolor de cabeza.

El Conde Pirnu tenía papel y pluma para registrar los resultados del juicio de hoy. Por supuesto, hay personas encargadas de eso, pero él tenía la intención de registrar los eventos de hoy a su manera.

"Conde Pirnu."

La mano ocupada del Conde se detuvo ante la voz de Sovieshu.

"Sí, Su Majestad."

"¿Dónde está Navier? ¿Ha llegado?"

El Conde Pirnu no tenía una respuesta. Afortunadamente, el Marqués Karl, que acababa de entrar, respondió en su lugar.

"Su Majestad. Navier llegó anoche a la Mansión Troby."

"¿A la Mansión Troby?"

"El Duque Troby se desvió en el camino, mientras que la Duquesa, Navier y Heinley entraron en la mansión."

La expresión de Sovieshu se volvió complicada.

"¿Va a venir al juicio?"

"Como le informé anteriormente, Navier vendrá sólo a observar. Tiene la intención de observar discretamente, así que es mejor no buscarla..."

"¿Eso quiere decir que la veré entre la audiencia general? ¿O en los asientos de los nobles?"

"Sobre eso..."

El Marqués Karl había intentado no hablar de forma inapropiada. Sin embargo, ¿cuánto tiempo podría evadir cortésmente lo que en realidad quería saber el Emperador Sovieshu? Eventualmente, no pudo contenerse más.

"Su Majestad. Navier no vino aquí como la Emperatriz del Imperio Occidental, sino como su ex-esposa, así que le pido que no pregunte por los detalles..."

La expresión de Sovieshu se volvió rígida.

martes, 24 de mayo de 2022

mayo 24, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 394

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 394. La Desesperación De Rashta (2)



"No importa cuán enojado esté el Duque Tuania, no le hará daño frente al Barón Lant."

"Aún así... ¿no habría sido mejor enviar al Conde Pirnu?"

"El Duque Tuania es un tonto."

"¿Qué?"

'Tan tonto como yo.' Sovieshu sólo respondió en su interior.

El templo nunca anularía su matrimonio con Rashta. Incluso si lo anulara, sería imposible deshacer el divorcio con Navier.

Navier se convirtió en la Emperatriz del Imperio Occidental y llevaba en su vientre al sucesor de ese país. Parecía que no había forma de que Navier volviera a su lado.

Por mucho que la extrañara, por mucho que le importara, por mucho que llorara y suplicara, o incluso si Navier cambiara de opinión, ya no podría ser su esposa.

El hecho de que la Emperatriz Navier volviera a casarse tan pronto como se divorció asombró a todo el mundo, pero si dejara a su segundo esposo para volver con el primero dañaría completamente su reputación.

Más aún ahora con el sucesor del Imperio Occidental en su vientre.

No quería que Navier sufriera el escarnio público por volver a su lado.

Aunque a veces deseaba que Navier volviera sin importar las consecuencias, sabía que era una falsa ilusión.

El Duque Tuania se parecía mucho a él. Perdió a su amada esposa por tonterías.

Sovieshu se enojaba cada vez que veía al Duque Tuania porque se veía reflejado en él.

Dejó en sus manos traer de vuelta a Rashta para sentirse un poco mejor. No había otra razón.

***

Mientras tanto, Delise caminaba con alegría después de salir del palacio imperial por primera vez en mucho tiempo.

Estaba realmente feliz de ser libre de nuevo.

La torre tenía ventanas, por lo que siempre podía ver el cielo de cerca. Sin embargo, ahora el cielo se veía mucho más hermoso.

Además, en la salida del palacio imperial recibió un documento del Marqués Farang que le causó un extraño placer.

Mientras caminaba, escuchó voces airadas en la calle principal.

Delise detuvo sus pasos. '¿Qué ocurre?' 

Era un enorme revuelo.

'¿Acaso es una pelea de pandillas?' Delise ladeó la cabeza mientras pensaba en ir por otro camino si ese era el caso.

"Encierren a la Emperatriz en la prisión!"

"¿Qué emperatriz? Intentó huir después de que se descubriera que había engañado a Su Majestad. ¡¿Cómo puede ser llamada Emperatriz?!"

"¡Miren su miserable rostro!"

"¡La supuesta esperanza de los plebeyos resultó ser una estafadora!"

Cuando escuchó con atención, pudo distinguir algunos de los gritos. En cuanto Delise escuchó la palabra 'Emperatriz', le vinieron a la mente los rostros de dos mujeres.

El revuelo se fue acercando en la dirección de Evely. Unos caballeros sujetaban a una persona por los brazos, mientras que los plebeyos los rodeaban como si estuvieran observando a esa persona. Al mismo tiempo, la maldecían y acusaban sin piedad.

Cuando la curiosa procesión se acercó bastante, Delise vio a una de las emperatrices que tenía en mente. Era la segunda emperatriz.

Una emperatriz muy hermosa con un rostro angelical, cabello plateado puro y ojos negros brillantes llenos de desolación.

La emperatriz que en el pasado quiso y admiró...

Entre la multitud de personas, los ojos de Rashta se posaron increíblemente rápido en Delise. En medio de todo el revuelo, las dos pudieron reconocerse claramente.

Rashta no estaba atada, pero no podía moverse libremente porque los caballeros la sujetaban con fuerza, incluso si consiguiera librarse de los caballeros estaba rodeada de plebeyos que querían agredirla. No tenía escapatoria. 

Sin embargo, el orgullo de Rashta pareció herido cuando vio a Delise. Se quedó mirando a Delise con los labios apretados.

Delise se acercó a Rashta paso a paso. Había demasiadas personas alrededor de Rashta que le resultaba imposible acercarse por completo, pero aun así se acercó lo más que pudo.

Cuando se sintió lo suficientemente cerca. Delise sonrió ampliamente y sacó la lengua.

Su lengua cortada por la mitad apenas estaba unida y sobresalía como si fuera a desprenderse.

***

"¿Rashta fue traída desmayada?"

Sovieshu, que se encontraba trabajando, levantó una ceja ante el informe del Conde Pirnu.

"¿Fue herida por la gente? No. Puede que le sorprendiera que los plebeyos, que siempre la recibían con vítores, la insultaran."

El Conde Pirnu ladeó la cabeza y respondió,

"No parecía eso."

El Conde Pirnu recordó lo que Rashta murmuraba con el rostro pálido mientras estaba inconsciente, "Pégatela. Lo siento. Tienes que pegártela. No, no te la arranques". Estaba claro que había visto algo horrible.

En ese momento, Sovieshu pensó en Delise. '¿Tal vez se encontró con ella?'

Cuando Sovieshu se enteró de que Rashta había ordenado que le cortaran la lengua a Delise, envió rápidamente a alguien a donde estaba encerrada para impedirlo. Pero la mitad de la lengua de Delise ya había sido cortada.

Incluso le pidió a Evely que tratara de curarla cuando supo que tenía magia curativa, pero no pudo unir la mitad de la lengua caída.

"Su Majestad."

El Conde Pirnu preguntó al pensativo Sovieshu,

"Cada vez que Rashta parece recuperar la conciencia, dice el nombre de Su Majestad... ¿qué piensa hacer?"

Al principio, Sovieshu se mostró inflexible, "Olvídalo". No quería ver la cara de Rashta.

Sovieshu se compadecía de Rashta incluso cuando sonreía. Debido a su lamentable vida desde que nació, cada vez que le suplicaba a solas entre lágrimas, Sovieshu sentía una inexplicable presión en su pecho.

Sólo cuando no la veía a la cara o estaba con un grupo de personas podía evaluar sus crímenes con frialdad.

"Sólo infórmame cuando se recupere."

Pero en menos de un minuto, Sovieshu cambió de opinión.

"No. Iré a verla personalmente."

De todos modos, tenía que hablar con ella en algún momento. Todavía quedaba un poco de tiempo antes de que comenzara el juicio, así que sería mejor hablar ahora.

***

La habitación de Rashta estaba decorada con una armoniosa combinación de color crema suave, un púrpura cálido y un dorado espléndido.

Parecía un lugar de cuento de hadas, por lo que todo niño creería que aquí vivía un príncipe o una princesa.

Sin embargo, aquí no estaban ni la princesa ni el príncipe siempre feliz que cualquier niño imaginaba. Hubo un tiempo en que este lugar estaba lleno de felicidad y risas, pero ahora era más sombrío que nunca.

La habitación no estaba fría, pero tampoco cálida. Dentro estaba el médico del palacio, algunos caballeros y sirvientas, carentes de compasión.

"Su Majestad."

Cuando Sovieshu entró, todos los presentes lo saludaron cortésmente.

Sovieshu preguntó inmediatamente al médico del palacio.

"¿Cómo se encuentra?"

"Tiene pequeños moretones por la caída, pero por lo demás está bien. Parece que tuvo un fuerte sobresalto."

Sovieshu hizo un gesto con su mano para que todos salieran de la habitación. Una vez que los caballeros, las sirvientas y el médico del palacio salieron, Sovieshu dijo fríamente mientras miraba a Rashta,

"Deja de hacerte la dormida."

"..."

"Sé que estás despierta."

En cuanto Sovieshu terminó de hablar, los párpados de Rashta temblaron y se abrieron, revelando sus ojos negros.

Rashta se sentó en la cama y miró a Sovieshu con resentimiento. Las lágrimas se acumularon lentamente en sus ojos.


"Huir no fue una buena decisión."

"Fuiste tú quien me puso contra las cuerdas para que no tuviera más remedio que huir."

"¿Yo? Fue tu decisión, Rashta."

"Estaba encerrada aquí, así que no sabía lo que pasaba afuera. Ni siquiera las sirvientas me contaban. No habría escapado si Su Majestad no me hubiera hecho ver el juicio del Vizconde Roteschu y el juicio de los Vizcondes Isqua..."

Rashta hizo una pausa mientras hablaba, se sobresaltó y preguntó a Sovieshu con voz temblorosa.

"¿Lo hiciste a propósito? ¿Querías que me asustara para que huyera?"

"De ninguna manera."

"¡Mientes! ¡Eso lo explica todo!"

"Siempre culpas a los demás. Al menos debes asumir la responsabilidad de tus decisiones, Rashta."

"¿Qué hay de Su Majestad? ¿No me culpa a mí también?"

"¿Yo?"

sábado, 21 de mayo de 2022

mayo 21, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 393

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 393. La Desesperación De Rashta (1)



"¿Cómo está Arian?"

"Hice lo mejor que pude para tratarla, pero... su estado es delicado porque fue apuñalada en los pulmones."

"Tienes que salvarla."

"Lo haré, Su Majestad."

"Por si acaso, busca a Evely. Escuché que esa chica posee magia curativa."

"Entendido."

El médico del palacio se fue al terminar su reporte. Poco después, Sovieshu salió de su oficina. El Marqués Karl y unos caballeros le siguieron.

De esta forma, Sovieshu se dirigió a una torre situada a un lado del Palacio Imperial.

La estrecha escalera de caracol hacía un ruido sordo con cada escalón que subían. A mitad de camino, la voz del Marqués Karl se mezcló con el sonido de sus pasos.

"Su Majestad, qué bueno que decidió mantener vigilado al Barón Lant."

Sonaba aliviado. Sovieshu no respondió, pero el Marqués Karl suspiró y volvió a murmurar,

"No esperaba que Arian intentara salvar a Rashta al final."

***

El tercer equipo de comercio también llegó con éxito a Rwibt desde otra dirección, e informó por medio de una paloma mensajera que había empezado a comerciar.

Con esto, todos los equipos que partieron de tres direcciones diferentes y llegaron a tres puntos distintos, comenzaron a comerciar correctamente.

Aunque en esta primera carta no se sabía cómo le fue al tercer equipo en el comercio, tanto el primero como el segundo equipo obtuvieron buenos resultados. Se esperaba que el tercer equipo de comercio obtuviera resultados similares, salvo sorpresas.

Kapmen cerró los ojos, dobló la carta y se la guardó en el bolsillo. Su deseo de establecer un comercio entre el Continente Wol y el Continente Hwa fluía como una vela con viento a favor.

'Pero, ¿por qué mi corazón se siente tan vacío? ¿Por qué mi alegría no es mayor cuando todos los que han trabajado en esto se acercan a mí con una sonrisa a felicitarme? A decir verdad, no tiene sentido que todavía me pregunte 'por qué'. Ya sé la razón, pero no encuentro una solución. Hay momentos en los que pienso si sería mejor que me fuera, pero eso tampoco solucionaría el problema. La última vez que me alejé de Navier, no cambió nada. Por el contrario, sólo me causó más dolor.'

Kapmen había aprendido por el incidente de la boda lo que podía pasar si el dolor crecía demasiado. Incluso comenzó a pensar recientemente que mientras siguiera con vida podría volver a lastimar a Navier.

Con un suspiro, Kapmen se levantó del asiento y se dirigió al amplio jardín situado en la parte más externa del palacio imperial.

'Tal vez pueda disminuir un poco este dolor si camino por un rato mientras tomo aire fresco...'

[Maldición. ¿Quién diablos salvó a la Emperatriz con magia de hielo?]

Los pasos de Kapmen se detuvieron. Miró hacia atrás con una expresión rígida.

A diferencia del palacio principal de Rwibt, cuyo acceso estaba estrictamente controlado, el acceso al palacio principal de los diferentes países del Continente Wol era relativamente libre.

Por lo que Kapmen vio a su alrededor, aunque había ciertas diferencias de un país a otro, en general los espacios donde se trataban los asuntos importantes de estado y los espacios donde residía la familia gobernante estaban estrictamente custodiados, mientras que los amplios jardines exteriores eran de fácil acceso.

En este amplio jardín, los visitantes podían acceder con relativa facilidad.

En pocas palabras, este jardín era casi como un parque, con todo tipo de personas que entraban y salían de este extenso espacio.

[¿La Emperatriz tendrá un niño o una niña?]

[¿Hay alguna posibilidad de que Nian deje al Vizconde Langdel por mí...?]

[Espero que el Imperio Oriental sea destruido por los conflictos internos...]

[Aunque el viejo Duque Zemensia está acabado, todavía actúa con arrogancia]

Kapmen oía la voz interior de muchas personas desde todas las direcciones. Era difícil saber quién fue la persona que se preguntó quién salvó a la Emperatriz Navier.

Kapmen salió apresuradamente del jardín y se dirigió al departamento de investigación para hablar con el inspector que llevaba el caso del sirviente cuyas piernas fueron congeladas cuando intentó acercarse a la Emperatriz Navier.

"Quisiera reunirme con el inspector que lleva el caso en el que se vio envuelta la Emperatriz Navier."

Aunque consiguió reunirse con el inspector, no pudo escuchar de él cómo avanzaba la investigación.

"Gran Duque, espero que no se sienta ofendido. El Gran Duque no es del Imperio Occidental, así que no puedo revelar información sobre este caso. Si tanto desea saber sobre esto, puede traer a una persona que esté en posición de asumir la responsabilidad."

A pesar de ser un invitado distinguido, ningún inspector querría mostrar los resultados de una investigación que podría ser una deshonra para el país a un extranjero, ni siquiera a Kapmen, que es de otro continente.

"Lo entiendo."

Kapmen asintió tranquilamente y se marchó. 

El inspector finalmente se sintió aliviado. Aunque se negó rotundamente, estaba secretamente nervioso por el alto estatus de la otra parte.

Sin embargo, el inspector no se habría sentido aliviado si hubiera podido leer la mente de Kapmen.

'No ha descubierto nada.'

Esto se debe a que Kapmen ya había confirmado hasta qué punto avanzó la investigación a través de la información que obtuvo de los breves pensamientos de otros inspectores.

El sirviente todavía afirmaba que aceptó el dinero, pero no con la intención de hacer daño a la Emperatriz. Lo vio como una forma de tener dinero extra. Nunca lo habría aceptado si esa persona hubiera mostrado malas intenciones. La persona que le dio el dinero tenía la cara cubierta con la capucha de su capa larga, por lo que no sabía quién era.

'Creo que sería mejor reunirme personalmente con el sirviente...'

[Él no sabe nada al respecto, ¿cierto?]

En ese momento, volvió a escuchar aquella voz interior del jardín.

La voz se detuvo al mismo tiempo que Kapmen detuvo sus pasos.

'No es seguro. Pero es bastante similar a esa voz.'

Kapmen giró lentamente la cabeza hacia atrás.

***

Sovieshu se detuvo al final de la escalera de la torre. Ahí había una sólida puerta de hierro.

Sovieshu, que se acercó a la puerta, tocó en vez de abrirla.

Poco después, la puerta se abrió desde dentro y salió una mujer.

Era Delise. (Es la sirvienta a la que Rashta ordenó encarcelar y cortar la lengua)

"Su Majestad."

Ella lo saludó cortésmente, se veía delgada y demacrada. Aunque no parecía enferma, habló con la boca entrecerrada de forma poco natural.

"Sufriste mucho."

Sovieshu habló a Delise con voz compasiva. Luego hizo una señal a uno de los caballeros.

Al recibir la señal, el caballero extendió rápidamente la bolsa que sostenía a Delise.

"Esto es..."

Delise se sobresaltó cuando tomó la bolsa y revisó su interior. Estaba llena de brillantes monedas de oro.

Cuando miró a Sovieshu con los ojos bien abiertos, él asintió,

"Ya no podrá hacerte daño. Llévate eso a casa."

Delise vaciló por un momento.

"Sí... Sí..."

Pero pronto, Delise apretó la bolsa entre sus manos y se inclinó en agradecimiento con una expresión compleja.

"Gracias. Por salvarme. Por esconderme."

Delise descendió por la torre junto a Sovieshu con pasos tambaleantes.

Una vez afuera, Sovieshu trató de hacer que un caballero la acompañara, pero sacudió sus manos repetidamente y se marchó sola.

Mientras permanecía en la torre, incluso cuando daba un paseo por los alrededores al anochecer, un caballero de Sovieshu siempre estaba a su lado para protegerla.

Aunque estaba agradecida, también se sentía agobiada. Parecía querer estar sola para disfrutar de su libertad.

Sovieshu observó la espalda de Delise mientras se alejaba y ordenó a un caballero en voz baja,

"Asegúrate de que vuelva a casa a salvo, síguela desde la distancia para no molestarla."

"Sí, Su Majestad."

El caballero, que a menudo tenía la tarea de escoltar a Delise, asintió y la siguió discretamente.

Una vez que los dos se alejaron por completo, Sovieshu volvió a su oficina.

El Marqués Karl, que permaneció en silencio durante todo el camino de vuelta a la oficina, le hizo una pregunta cuando faltaba poco para llegar,

"Su Majestad, ¿por qué informó al Duque Tuania del escape de Rashta? Es posible que el Duque Tuania intente hacer daño a Rashta antes del juicio."

miércoles, 18 de mayo de 2022

mayo 18, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 392

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 392. Alguien En Quien Confiar (2)



Arian intentó disuadirla de nuevo, pero Rashta respondió entre lágrimas,

"¡Dices eso porque no estuviste en la Corte Suprema, no sabes lo indignados que están todos! ¡No me escucharán!"

Arian miró a Rashta en silencio por un momento, luego suspiró y dio un paso atrás.

"Entonces márchese rápido, Su Majestad. Haré como si no la hubiera visto."

Rashta se secó las lágrimas mientras miraba a Arian con asombro.

"¿Qué quieres decir?"

"Haré como si no hubiera visto huir a Su Majestad. ... Márchese rápido."

Rashta se quedó mirando a Arian sin palabras. 

'¿En serio? ¿Lo dice en serio?'

Encontró extraño que Arian, quien acababa de decirle que no debía huir, de repente dijera, 'haré como si no la hubiera visto, así que huya'.

Rashta se alejó vacilante, pero no apartó la mirada de Arian.

"Gracias, gracias."

Rashta murmuró y caminó hacia la puerta. Aunque no sabía por qué la sirvienta cambió repentinamente de opinión, se sintió aliviada...

'No.'

Sin embargo, Rashta se detuvo con los ojos entrecerrados en cuanto agarró el pomo de la puerta. 

'Arian sólo actúa así para salvar su propio pellejo.'

Rashta recordó a quienes la traicionaron. Todas las personas que consideró 'diferentes' la defraudaron. Desde Alan, a quien creía bondadoso, hasta Sovieshu, su salvador.

Arian, con quien ni siquiera tenía una relación cercana, ¿ahora quería ayudarla?

'Por supuesto que no. En cuanto me marche, irá directo a decirle a Su Majestad que me escapé. Es por eso que actúa tan obediente ahora.'

Después de pensarlo, Rashta sacó cautelosamente la daga que traía escondida y la sujetó con fuerza detrás de su espalda.

"Arian... muchas gracias."

Luego se acercó lentamente a Arian con lágrimas en los ojos.


***

Cuando llegó a la puerta principal del Palacio del Oeste a la hora indicada por el Barón Lant, ciertamente no vio a los caballeros.

A juzgar por el bullicio que venía de no muy lejos, parecía que el Barón Lant había utilizado algún truco para forzarlos a perseguir a otra persona.

En cuanto Rashta salió del Palacio del Oeste, se puso la capa holgada que había preparado de antemano y ocultó su rostro con la capucha.

Una vez que entró en el corredor cercano a la entrada del Palacio del Oeste, la luz del sol sobre su cabeza fue bloqueada y los alrededores se volvieron silenciosos en un instante.

Mientras caminaba en línea recta a un paso rápido, vio un pequeño carruaje estacionado al final del corredor.

"Por aquí."

El Barón Lant la llamó en voz baja desde el interior del carruaje. Rashta corrió rápidamente, abrió la puerta del carruaje y se sentó para recuperar el aliento.

Le temblaban las manos. La sensación de atravesar la carne aún permanecía en sus dedos.

"¿Su Majestad?"

"¿Si? ¿Sí?"

"Desprende un olor a sangre, ¿se encuentra bien?"

"Me descubrieron de camino aquí, así que tuve una pequeña pelea..."

Cuando Rashta habló con los labios temblorosos, el Barón Lant no hizo más preguntas. En cambio, quitó la cubierta del asiento de enfrente.

Rashta observó las acciones del Barón Lant mientras todo su cuerpo temblaba con los brazos envueltos alrededor suyo. En medio de esto, sintió un poco de curiosidad sobre por qué había quitado la cubierta del asiento.

"Su Majestad. Por favor, entre aquí."

"¿Aquí?"

Cuando Rashta preguntó sorprendida, el Barón Lant respondió con un rápido "sí".

"Navier debió utilizar este método para escapar. Parece sencillo, pero nadie busca aquí a menos que se realice una inspección exhaustiva del carruaje. Además, la mayoría de los carruajes no tienen el interior de los asientos huecos porque los asaltantes podrían atacar los carruajes por debajo."

"Está bien."

El espacio interior del asiento parecía estrecho e incómodo, pero Rashta se metió rápidamente y se acurrucó.

El Barón Lant volvió a poner la cubierta del asiento. Al cabo de un rato, el carruaje comenzó a sacudirse levemente.

No era fácil permanecer encerrado solo en un espacio oscuro. Cada vez que el carruaje traqueteaba o escuchaba voces cerca, a Rashta se le encogía el corazón y se abrazaba con más fuerza a sus rodillas.

Para deshacerse de sus temores, se forzó a pensar en cosas divertidas y esperanzadoras.

'Si salgo de aquí... al menos no volveré a ser una esclava, venderé las joyas que traje para comprar una casita. ¿Qué más puedo hacer...? Supongo que cualquier cosa. Eso si, no volveré a enamorarme. Tampoco confiaré en otras personas.'

¿Cuánto tiempo he estado así?

"¿Ya salimos de la capital?"

El Barón Lant le informó en voz baja,

"Sí, hemos salido de la capital. Estamos a mitad de camino de nuestro destino. Puedes estar tranquila."

Rashta suspiró aliviada. Las lágrimas se deslizaron por sus mejillas y mojaron el piso del carruaje.

"Cuando lleguemos al próximo pueblo, me aseguraré de encontrar un cochero que lleve a Su Majestad a otro país y volveré enseguida. Si permanezco demasiado tiempo fuera de mi puesto, levantaré sospechas."

Rashta se acurrucó aún más y agradeció al Barón Lant varias veces.

'¿Puedo realmente... confiar en el Barón Lant? Es el secretario de Su Majestad Sovieshu. ¿No acabará sintiéndose culpable y le contará lo sucedido?'

Aunque la situación se volvió un poco más segura, comenzó a sentirse intranquila de nuevo.

'Sovieshu confiaba en el Barón Lant. Si el Barón Lant era una persona en la que podía confiar, ¿está bien que sea una persona en la que Sovieshu también puede confiar?'

En ese momento, se oyó un repentino traqueteo y el carruaje se detuvo bruscamente.

'¿Qué está pasando?'

Rashta se quedó en silencio con los ojos bien abiertos. Pero los latidos de su corazón eran tan fuertes que no podía oír lo que ocurría afuera. Aunque parezca absurdo, así es como se sentía Rashta.

Lentamente, las voces circundantes se volvieron claras. El nombre del 'Barón Lant' y el nombre del 'Duque Tuania' salieron a relucir en medio de la multitud de voces.

'¿Duque Tuania?'

No tuvo tiempo de sorprenderse por el inesperado nombre, ya que de repente sintió como si el carruaje se hubiera volcado. Sobresaltada, Rashta quitó las manos de sus rodillas y trató de sostenerse al interior del asiento con sus extremidades.

El carruaje, que se había volcado completamente hacia un lado, se detuvo tras un fuerte golpe. Rashta no pudo mantenerse firme y cayó de lado.

Se esforzó por utilizar ambas manos para quitar la cubierta del asiento. Sin embargo, había quedado en una posición más incómoda para moverse después de que el carruaje se volcara.

Aunque la cubierta del asiento estaba alta, abrirla no era difícil. El problema era salir.

Tenía que subir un poco para llegar a una altura en la que pudiera salir por su cuenta, pero el interior del asiento era tan estrecho que no tenía espacio para moverse.

Sin embargo, había demasiado alboroto afuera como para quedarse en el carruaje.

"¡He dicho que no hay nadie dentro!"

"¿No hay nadie? ¿Quieres decir que puedo atravesar todo el carruaje con una lanza?"

"¡No puedes tocar el carruaje de otra persona sin su permiso!"

"¿Desde cuándo se volvió tan ingenuo, Barón Lant? ¿Eh?"

"¡No puedes hacerlo! ¡No puedes hacerlo!"

"Te pagaré por el carruaje. ¡Soldados, atraviesen todo el carruaje con sus lanzas!"

""¡Entendido!""

Rashta trató nerviosamente de salir del espacio estrecho con ambas manos, pero seguía resbalándose.

Le temblaban las manos... entró en pánico.

En ese momento, la afilada punta de una lanza atravesó la parte superior del asiento con un sonido chirriante.

"¡Aaah!"

Rashta gritó aterrorizada. No hubo la más mínima piedad en la lanza que atravesó el carruaje.

Tan pronto como esa lanza atravesara la parte inferior del asiento, estaba segura de que sería apuñalada.

Sin tiempo para calmar su asombro, varias lanzas atravesaron el carruaje desde diferentes direcciones con una fuerza similar.

"¡Sáquenme! ¡Sáquenme! ¡Hay alguien dentro! ¡Sáquenme!"

Rashta gritó aterrorizada. Tan pronto como lo hizo, las lanzas que atravesaban el carruaje se detuvieron.

Rashta lloraba con la cara cubierta de lágrimas. Su cabeza estaba hecha un lío, no podía ni pensar en lo extraño que había sido que atravesaran el carruaje con sus lanzas, en vez de inspeccionar primero el interior del mismo.

Poco después, la puerta se abrió con un estruendo y varias manos grandes la sacaron del interior del asiento.

Cuando Rashta vio la situación afuera, todo su cuerpo se estremeció.

Soldados la rodeaban por todos lados.

El Barón Lant se encontraba tendido en el suelo. Por la forma en que se retorcía, parecía haber sido golpeado mientras intentaba detener a los soldados.

Pero el más llamativo de todos fue el Duque Tuania con una sonrisa cruel en su rostro.

"Perdí a mi esposa por tu culpa. He estado esperando el día en que pudiera vengarme desde que descubrí lo que hiciste, Rashta."

Rashta se puso pálida y retrocedió tambaleándose.

"Déjame ir... ¡Déjame ir!"

***

viernes, 13 de mayo de 2022

mayo 13, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 391

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 391. Alguien En Quien Confiar (1)



De vuelta al Palacio del Oeste, las manos de Rashta temblaban mientras tiraba de su cabello.

Nunca imaginó que los Vizcondes Isqua la traicionarían al final de esta manera.

El intento de engañar al emperador era un crimen sumamente grave, que no podía compararse con el intento de matar a Evely.

Por esa razón, el Juez de la Corte Suprema los sentenció a muerte en el acto.

Más adelante, la sentencia podría ser anulada en función de los resultados de la prueba de paternidad del templo.

'No será anulada.'

Rashta sacudió la cabeza. No era su verdadera hija, así que el resultado de la prueba de paternidad era obvio. La sentencia definitivamente no sería anulada.

Ahora que esto había sucedido, sólo había un escenario posible. Morirían como malvados y miserables nobles caídos que se aliaron con la concubina del emperador para engañarlo, por otro lado Rashta...

"¡No! ¡No!"

Rashta gritó y rompió el juego de té. Hubo un estruendo, pero no lo encontró tan fuerte.

Rashta respiraba con dificultad. No podía creerlo. Sus crímenes se agravarían debido a la escandalosa confesión de los Vizcondes Isqua.

Una parte de su vida se había convertido rápidamente en una farsa. 

'¡Por las mentiras de personas despreciables!'

Ya era un crimen grave hacer creer al emperador que Glorym era su hija, pero ahora era como si el propio matrimonio hubiese sido una artimaña.

"¡No! ¡No es así! ¡Ese bastardo de Sovieshu fue quien me pidió que me casara con él!"

Rashta gritó, empujando la mesa y pateando la silla.

"¡Y el Duque Elgy fue quien trajo a los Vizcondes Isqua!"

Apretó el puño, pateó la cama con furia, mordió una almohada y la tiró al suelo.

"¡Vizconde Roteschu, maldito bastardo! ¡No estaré satisfecha incluso si lo torturo hasta la muerte! ¡Debí matarlo primero! ¡Debí matarlo primero!"

A pesar de desahogarse, su ira no disminuyó. Rashta gritaba, se retorcía, tiraba de su cabello y sollozaba.

'El Vizconde Roteschu. El Vizconde Roteschu siempre fue una maldita basura, pero a los Vizcondes Isqua realmente los quería. Incluso llegué a desear que fueran mis verdaderos padres.'

La última traición de los Vizcondes Isqua se convirtió en una lanza enorme que se clavó en su corazón.


Rashta sollozaba de rodillas.

'¿Por qué todos me traicionan? ¿Por qué todos me atacan? ¿Por qué nadie me apoya?'

Rashta recordó a las personas que lanzaban huevos y frutas a Alan mientras maldecían. Junto con las horribles voces que pedían a gritos que la Emperatriz Rashta fuera arrastrada con ellos de una vez...

Eventualmente, el miedo se hizo más fuerte que la ira.

"Debo, debo huir."

Rashta murmuró nerviosa,

"La propuesta de huir del Barón Lant no es un disparate. No puedo permanecer aquí por más tiempo. ¡Todos me culpan!"

Rashta llamó desesperada a Arian, la sirvienta más experimentada. Aunque Rashta tampoco confiaba en ella, no podía abandonar el Palacio del Oeste por su cuenta.

Sólo el Barón Lant podía ayudarla a huir, así que tenía que pedirle a Arian que lo llamara.

"¿Su Majestad?"

Arian se sobresaltó al ver cómo Rashta había puesto la habitación patas arriba.

Rashta pidió a Arian con ojos llenos de lágrimas,

"El Barón Lant... Llama al Barón Lant. Por favor, ¡date prisa!"

Arian dudó un momento antes de salir.

Rashta no estaba segura de que Arian le haría este favor, pero al cabo de un rato el Barón Lant sí apareció.

En cuanto Rashta indicó a Arian que saliera de la habitación, se aferró al Barón Lant y le suplicó entre lágrimas,

"Tengo miedo. Tengo miedo, Barón Lant. Todos me culpan de sus propios errores. Exageran mis errores para tratar de salvarse. A este paso definitivamente me condenarán a muerte. No quiero morir. ¡No quiero morir! Por favor, ¡ayúdame a escapar!"

El Barón Lant levantó las manos torpemente con una expresión complicada.

Le había propuesto huir en un impulso momentáneo, ya que pensó en la inocente Rashta de los días de concubina, pero ahora estaba entrando lentamente en razón.

Todavía se compadecía de ella, pero había demasiados factores a tener en cuenta como para actuar sólo por compasión.

Además, la situación era peor que cuando le propuso huir. El Vizconde Roteschu se declaró culpable, y los Vizcondes Isqua soltaron una bomba que nadie previó.

"Su Majestad..."

"Por favor, Barón Lant. Por favor."

Mientras el Barón Lant dudaba, Rashta lo miró con ojos suplicantes como un cachorro.

Se veía tan lamentable que haría estremecer el corazón de cualquier persona. Sus ojos negros parecían los de un animal acorralado en un momento de desesperación.

"No puedo ayudarte del todo, pero... te ayudaré a salir de la capital."

Al final, el Barón Lant cedió. Aunque podía hacer oídos sordos a la petición de Rashta, sentía que tendría pesadillas el resto de su vida si no la ayudaba.

"¡Gracias! ¡Muchas Gracias!"

"Debemos salir de aquí de inmediato."

"Pero los caballeros me impiden salir del Palacio del Oeste."

"Puedo distraer a los caballeros por un tiempo. No es fácil hacerlo muchas veces, pero una sola vez es suficiente para tener éxito, así que date prisa y toma todo tu dinero."

A Rashta no le quedaba mucho dinero. Esto debido a que cuando les pidió a los Vizcondes Isqua que se fueran de este lugar, les dio la mayoría de las joyas que tenía porque se sintió apenada.

Nunca tuvo acceso directo a los fondos de los que disponía la emperatriz, así que no podía utilizarlos.

"Espera unos minutos."

Aun así, Rashta comenzó a buscar en cada centímetro de la habitación. En un sitio donde no tendría conexiones, identidad ni parientes, lo único que podía ayudarla era el dinero. Así que decidió tomar todo lo que pudiera ser usado como dinero.

"Me adelantaré para hacer los preparativos..."

El Barón Lant recordó el carruaje que había preparado para Rashta hace unos días, confirmó su reloj y dijo,

"En 30 minutos haré que los caballeros abandonen sus puestos en la puerta principal del Palacio del Oeste. Sal por ahí, dirígete al corredor y sigue en línea recta."

"De acuerdo."

"Vístete como lo harías normalmente hasta llegar a la puerta principal del Palacio del Oeste. Una vez afuera, ponte inmediatamente una capa para cubrir tu ropa y tu cara."

El Barón Lant salió de la habitación después de que le dio algunas explicaciones. Rashta todavía se movía afanosamente por la habitación, recogiendo joyas y objetos de valor. Al mismo tiempo, no se olvidaba de comprobar la hora.

Rashta dejó la habitación cuando faltaban 15 minutos. Consideró que sería mejor irse antes que quedarse sin tiempo.

Sin embargo, cuando pasó por el salón se encontró con Arian, que parecía estar esperándola. Rashta se detuvo sorprendida.

"¿No dijiste que... que ibas a lavar la ropa?"

Rashta tartamudeó y examinó a Arian. La expresión de Arian era firme, no su habitual expresión obediente e indiferente.

En cuanto Rashta vio esa expresión, supuso que Arian había tomado una decisión importante.

'Es evidente que quiere delatarme.'

Rashta miró amenazadoramente a Arian mientras su rostro palidecía.

Arian le aconsejó como si estuviera preocupada,

"Su Majestad, huir solo empeoraría su situación. En vez de huir, es mejor enfrentarse a las acusaciones."

Pero a Rashta, estas palabras le sonaron falsas.

'¿Desde cuándo ella se preocupa por mí?'

Incluso cuando las sirvientas dejaron de obedecerla, Arian, la más experimentada de las sirvientas, no las disuadió.

Si no hubiera sido por el artículo sobre que sustituía a sus sirvientas con demasiada frecuencia, Rashta habría asignado inmediatamente a Arian a otro lugar o simplemente la habría despedido.

Le resultaba sorprendente que ahora hablara así.

"Su Majestad, si ha hecho algo malo, debe pagar el precio, y si no es así, debe defenderse. Huir no es lo correcto."

martes, 10 de mayo de 2022

mayo 10, 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 390

Capítulo 390. Testamento (2)



Como Evely vivía en el Palacio del Sur, pudo enterarse en pocas horas del escandaloso juicio contra los Vizcondes Isqua.

Se enteró de que los Vizcondes Isqua, que tanto protegían a la Emperatriz Rashta, revelaron por su propia cuenta que Rashta era una hija falsa.

Evely chasqueó la lengua tan pronto como el mago de la corte le contó lo sucedido,

"Tienen personalidades tan parecidas que no puedo creer que sean una familia falsa. Es bastante sospechoso. ¿Son realmente padres falsos? ¿No será parte de un plan de los tres?"

El mago de la corte también chasqueó la lengua,

"No lo creo, ¿cómo puedes ser tan negativa?"

"Maestro, eso es porque no vivió lo mismo que yo. Si viera el mundo desde mis ojos, se daría cuenta de que es un lugar retorcido."

"¿Qué hay de mí? ¿También parezco una persona retorcida a tus ojos?"

"Te lo diré cuando me dejes tu posición como mago de la corte."

Cuando los ojos del mago de la corte comenzaron a entrecerrarse, Evely dejó de hablar y salió rápidamente del laboratorio con un frasco.

Una vez afuera, asomó la cabeza hacia el laboratorio a través de la puerta abierta. Dentro, el mago de la corte murmuró, "Mañana estarás en problemas."

Aunque el mago de la corte la amenazó, Evely lo encontró divertido. Luego, se alejó con una sonrisa.

El mago de la corte había sido la persona que más la cuidaba últimamente, a pesar de que a menudo la reprendía.

No podía decir que la cuidaba como un padre, pero sí como un amigo cercano de sus padres. A veces incluso como un pariente.

Ese nivel de atención era lo suficientemente bueno para Evely.

La Emperatriz Navier había sido su benefactora y todavía la consideraba como tal, pero había una inevitable sensación de distancia debido a su posición como emperatriz.

En cambio, el mago de la corte no era un benefactor, sino alguien cercano. Aunque no eran miembros de su familia, ambos eran muy importantes para ella.

En este momento, su estado de ánimo era realmente bueno porque la Emperatriz Rashta y los Vizcondes Isqua, a quienes tanto odiaba, iban en picada.

Ella bajó felizmente las escaleras y recorrió el pasillo hasta su habitación, sólo para encontrar a una mujer con traje delante de la puerta.

Era la primera vez que la veía, así que preguntó con cautela. 

"¿Quién es usted?"

La mujer no respondió, en cambio se acomodó los lentes y preguntó,

"¿Es usted la Señorita Evely, la asistente del mago de la corte?"

"... Sí, soy yo."

Evely miró con atención la puerta cerrada. La mujer no parecía una ladrona, pero todavía levantaba sospechas. ¿No habrá robado algo mientras estuve en el laboratorio? 

La mujer habló con calma a pesar de que sabía que Evely estaba en guardia,

"Soy la administradora de los bienes de los padres de la Señorita Evely."

"¿Qué? ¿Mis... padres?"

Evely preguntó desconcertada mientras daba un paso atrás con más cautela.

"¿Eres una estafadora?"

Después de pasar toda su vida como huérfana, ahora aparece de repente una mujer que afirma ser la administradora de los bienes de sus padres. Era una estafadora a todas luces.

La mujer le mostró su pase de acceso al palacio imperial y su licencia de administradora de bienes acreditada por el Estado.

Evely le echó un vistazo, pero no tenía forma de saber si era falsa o real porque no conocía ese campo.

Aun así, fingió reconocerla y preguntó con los ojos bien abiertos,

"¿A qué has venido?"

La mujer le explicó,

"Señorita Evely, sus padres la estuvieron buscando todo este tiempo. Por fortuna, ahora ha sido encontrada."

"¿Pero por qué en vez de venir mis padres... vino una administradora de bienes? ¿Acaso mis padres quieren que asuma sus deudas? Todavía me pareces una estafadora."

"No son deudas, es su patrimonio."

"¿Su patrimonio?"

Evely frunció el ceño. Si la administradora de bienes hubiera venido a decir que debía asumir sus deudas, sin duda sería una estafa, pero esto también resultaba sospechoso.

"¿Por qué mis padres me dejarían su patrimonio?"

"Porque han fallecido."

"... Han.. fallecido... ¿ambos?"

"Así es. En su testamento pidieron encontrar a su hija y darle su patrimonio."

Evely se quedó aturdida por las noticias inesperadas. Una administradora de bienes le habló de repente de sus padres, del patrimonio que le habían dejado y de que habían muerto...

"Es una suma enorme. Si no me cree, puede llevar a otra persona con usted para los trámites de la herencia."

"¿De verdad estás hablando de mis padres?"

Evely preguntó tardíamente con los bordes de los ojos enrojecidos. Los padres que nunca tuvo. Los padres que odió toda su vida porque pensaba que la habían abandonado. Los padres que no creía necesitar.

Sus padres habían muerto mientras la buscaban, e incluso después de su muerte pidieron que la búsqueda continuara. Evely sintió un vacío y una tristeza en un rincón de su corazón.

Ni siquiera podía pensar en la herencia. Sus ojos naturalmente se llenaron de lágrimas.

La mujer miró a Evely con una expresión complicada y asintió en silencio.

Evely preguntó mientras se limpiaba los ojos.

"¿Cómo se llaman mis padres? ¿Cuándo murieron? ¿Son del Imperio Oriental? ¿Qué hay de sus familiares? ¿Fueron enterrados cuando murieron? ¿Puedo visitar sus tumbas?"

Aunque nunca sintió la necesidad de saber sobre sus padres, estas preguntas surgieron espontáneamente.

Pero la mujer sacudió la cabeza y no respondió una sola pregunta,

"Lo siento, Señorita Evely. Sus padres me pidieron que no revelara sus nombres."

"Por qué..."

"No fueron buenas personas. Se sentían tan avergonzados que me pidieron que no revelara sus nombres a la Señorita Evely."

Evely parpadeó incrédula y exclamó con voz llorosa,

"¡Es absurdo! ¡No me importa si fueron malas personas! Me dijiste que mis padres pasaron toda su vida buscándome, ¡pero ni siquiera puedes decirme sus nombres!"

Las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos. Cuando recobró el sentido, el frasco que sostenía con fuerza ya estaba inclinado, y el líquido de su interior caía al suelo.

"Está escrito en el testamento."

"¡Tonterías!"

"... Aunque no fueron buenas personas, siempre amaron a la Señorita Evely. Nunca perdieron la esperanza de encontrarla."

Evely sacudió la cabeza, sus ojos le ardían,

No puede ser. Ahora que lo pienso, ¿qué clase de padres dicen que aman a su hija, le dejan su patrimonio, pero no revelan sus nombres?

"No están muertos, ¿verdad? Sólo me dejaron una parte de su patrimonio porque temen que me convierta en una molestia. ¿Acaso soy la hija ilegítima de algún noble?"

Cuando Evely preguntó entre lágrimas, la administradora de bienes respondió con una sonrisa amarga,

"No, no lo eres."

De hecho, a excepción de que le dejaron su patrimonio y de que nunca dejaron de buscarla, todo era mentira.

Los padres de Evely seguían vivos. Sus padres fueron los protagonistas del juicio que hoy causó un revuelo en todo el país.

Sin embargo, no querían que sus nombres se asociaran con el de Evely. Sólo querían que su hija recibiera un caudal de riquezas, en vez de convertirse en la heredera de una familia llena de deshonra. Además de las palabras que deseaban decirle.

"También te dejaron estas últimas palabras."

Evely aceptó el papel y lo leyó con un nudo en la garganta. 

— Realmente te amamos, te amaremos por siempre. Nunca te abandonamos, por lo que si pensaste eso, te pedimos que lo olvides. No pudimos cuidarte mientras estuvimos vivos, pero prometemos cuidarte desde el cielo.

Evely levantó la mirada mientras derramaba lágrimas en silencio. La administradora de bienes le extendió un pañuelo con una sonrisa de dolor. 

***