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viernes, 10 de noviembre de 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 558

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 558. Sin Interés Por La Verdad (2)



"¿Es el Duque Elgy un pirata?"

Le pregunté a Heinley en cuanto arribamos al puerto de Whitemond. Había venido a recibirnos; sin duda había calculado la fecha exacta de mi llegada.

Heinley hizo un mohín con sus labios,

"Mi Reina, he venido hasta aquí para verte. Hace mucho que no nos vemos, y lo primero que haces es hablar de otro hombre."

El Rey de Whitemond revoloteaba a su lado, luciendo incómodo.

Heinley se giró hacia el capitán,

"Capitán, pienso castigar duramente al responsable de que mi esposa se cayera del buque y se perdiera. Escríbame un informe del incidente."

Puse una mano en su brazo,

"No es culpa del capitán."

Ya se lo había dicho cuando nos vimos en Rwibt.

"Un monstruo marino nos atacó. ¿Qué podría haber hecho el capitán?"

"Aún así necesito saber exactamente qué pasó. Por otra parte, ¿por qué preguntas por el Duque Elgy, Mi Reina?"

"¿Te molesta?"

"Sí."

Me alegré de no haberle contado que llevaba la ropa del Gran Duque Kapmen en la isla— ni cuánto había visto accidentalmente del cuerpo del Gran Duque Kapmen. No podía imaginar cómo reaccionaría Heinley.

Nerviosa, dejé que Heinley caminara delante de mí. Pero se detuvo, se dio la vuelta y me extendió la mano.

Tan pronto como puse mi mano sobre la suya, sonrió ampliamente, llevó mi mano a su boca y la besó, 

"Volvamos a casa juntos."

***

Tras regresar de Rwibt, pasé cuatro días con mis bebés. Se aferraban a mí dondequiera que fuera, como si me hubieran extrañado mucho.

Al quinto día, comencé a trabajar un poco. Al final de la semana, había vuelto a mi rutina. Mi primera tarea fue investigar el extraño fenómeno en el mar. Reuní a todos los nobles que utilizaban a menudo este puerto para preguntarles al respecto.

Me comentaron que no era la primera persona que decía haber sufrido un percance así.

"He oído historias de barcos volcados por monstruos marinos. Últimamente, más de lo habitual. Normalmente las tacho de tonterías..."

"Incluso si hay cierta verdad en esas historias, a menudo es difícil separar la verdad de lo inventado."

"¿Cuándo fue la primera vez que escucharon una historia de ese tipo?"

Los presentes se miraron unos a otros. Eventualmente, uno respondió,

"Fue hace tanto tiempo que ya ni lo recuerdo. Podría asegurar que esas historias existen desde que hay hombres que surcan los mares."

Algunos insistían en que todo era sólo un cuento. Otros decían que habían investigado antes sobre monstruos marinos, pero que nunca encontraron nada. Mientras les escuchaba, anoté los nombres de aquellos que no creían en un color de tinta y los que estaban de acuerdo en que podría ser cierto en otro.

De repente, un pensamiento sorprendente vino a mi mente.

"Un dragón de agua..."

Murmuré. Los ministros y los nobles, que seguían debatiendo con entusiasmo, se callaron.

"¿Un... dragón de agua?"

Preguntó un noble. 

Retiré el mapa pequeño y pedí uno más grande. Una vez que un sirviente lo trajo, lo coloqué en el centro de la mesa. Marqué las rutas que utilizaban los nobles y tracé líneas entre ellas. En el mismo centro del mapa, todas las rutas se cruzaban.

Ahí era donde encontraríamos el nido del dragón de agua.

***

Le pregunté al Gran Duque Kapmen si podía reunirme con Dolshi. Una semana después, vino a decirme que había arreglado una reunión con Dolshi, que continuaba buscando a ese pájaro azul. Aceptó reunirse conmigo ya que el pájaro podría estar en el palacio.

'Por suerte, McKenna no se enteró de esto.'

El día acordado, Dolshi se presentó en mi salón. Sin embargo, Kai empezó a llorar de repente antes de que saliera de la habitación de los niños para encontrarme con él.

"¿Kai?"

Me incliné sobre su cuna para sacarlo,

"Kai, ¿qué pasa?"

Lloró más fuerte. Entonces, de repente, se transformó en un pájaro. En un parpadeo, volvió a ser humano.

"¡Kai!"

Asustada por el comportamiento de su hermano, Laurie se agarró a su muñeco con forma de insecto y empezó a llorar también.

"Laurie, Kai, pórtense bien, ¿sí?" 

'¿Por qué se están comportando así?'

Levanté a Kai, que no paraba de transformarse, lo que dificultaba sostenerlo. 

'¿Qué debo hacer?'

Si fuera un bebé normal, llamaría al médico. Pero no podía permitir que nadie lo viera así. A través de la puerta ligeramente abierta, llamé,

"¿Rose? Trae a McKenna, por favor."

"¿Qué sucede, Su Majestad?"

Cuando se acercó a la puerta, la cerré con la cadera,

"Estoy bien, sólo necesito a McKenna. ¡Apresúrate!"

***

Estaba terriblemente preocupada por mi bebé. Pero en cuanto McKenna vio a Kai, suspiró,

"Está haciendo un berrinche."

"¿Un berrinche?"

Me quedé boquiabierta.

"Esto es lo que hace nuestra tribu cuando no quiere que papá o mamá se vayan."

"Kai es todavía un bebé. ¿Cómo sabe siquiera que me voy?"

"Es instinto."

McKenna soltó una risita y levantó a Kai, luego congeló sus transformaciones.

"El príncipe es un sinvergüenza. Normalmente tiene buen comportamiento, por lo que se me hacía parecido a Su Majestad. Bueno, tal vez Su Majestad también tiene un lado travieso..."

"McKenna."

"Sólo bromeaba, Su Majestad. No la considero una sinvergüenza."

"No, está bien. Dolshi está en el salón ahora mismo."

"¿Qué? ¿El dragón de agua?"

McKenna se estremeció,

"¿Por qué me lo dice?"

"Se supone que debo reunirme con él ahora mismo. Pero no puedo dejar a Kai solo así."

McKenna palideció,

"Yo cuidaré a Kai por usted, Su Majestad."

"Será mejor que yo me quede con él. Probablemente esté molesto porque tanto Heinley como yo hemos estado fuera recientemente. ¿Podrías reunirte con Dolshi en mi lugar?"

McKenna me miró fijamente. Parecía a punto de llorar,

"Está disgustada porque la llamé sinvergüenza, ¿no es así?"