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sábado, 28 de octubre de 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 553

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 553. El Pasado Del Duque Elgy (9)



La conmoción de la Duquesa Zemensia se transformó en ira.

'¿Cómo es posible que todos se queden mirando a una mujer tan herida y no hagan nada por ayudarla? ¿No tienen humanidad?'

Es cierto que la princesa tenía un aspecto horrible, pero había saltado al fuego para rescatar a su hijo. Ella merecía elogios, no repulsión.

"¡Desalmados!"

Gritó enojada la Duquesa Zemensia. Luego se dirigió a sus propios guardias,

"Ayuden a Su Alteza."

Sin embargo, en cuanto los guardias se acercaron a la princesa, ésta abrazó con fuerza al niño y se echó hacia atrás.

'Pobrecita. Debe tener mucho miedo para alejarse de todos.'

La vacilación de la duquesa desapareció por completo. Su compasión creció.

La duquesa caminó hacia la princesa. Una vez que la alcanzó, la abrazó fuertemente, sin importarle lo manchada que quedara su ropa.

"Tranquila, tranquila, Su Alteza. Todo está bien. Vayamos a un lugar seguro."

Al oír su voz reconfortante, la princesa finalmente rompió a llorar.

"No pasa nada. Ven conmigo."

La Duquesa Zemensia la ayudó a subir al carruaje, acunando al niño en sus brazos. Nadie se dio cuenta de la espeluznante muñeca que había caído al suelo.

Todos los empleados del príncipe intercambiaron miradas de desconcierto. La mujer que estaba con la duquesa no era la princesa. Sin embargo, todos los trabajadores sabían que Alessia había empezado a hacerse pasar por la princesa a petición del príncipe. No estaban seguros de si debían intervenir. Revelar la verdad podría dañar la reputación del príncipe.

Si el príncipe hubiera estado presente, habría rectificado inmediatamente el error. Pero nadie lo había visto en toda la noche, no mucho antes de que comenzara el incendio. Mientras los sirvientes vacilaban, la duquesa ordenó partir a su carruaje, que se llevó a la princesa y al pequeño Elgy.

***

"¡¿Qué estás diciendo?! ¡¿Quién se llevó a quién?!"

Exclamó el príncipe. Estaba en el palacio real, contando al rey cómo se comportó Alessia en la fiesta. Sus declaraciones no habían formado parte del plan. El rey tampoco estaba seguro de cómo manejar esto.

El mensajero que había interrumpido su reunión se inclinó disculpándose.

"La Duquesa Zemensia del Reino Occidental se llevó a la Señorita Alessia..."

"¿Adónde se la llevó?"

El príncipe frunció el ceño, recriminándose mentalmente por haber venido personalmente al palacio, en vez de ocuparse primero de Alessia.

El mensajero se inclinó aún más, con una expresión asustada,

"Se produjo un incendio en la mansión. La Señorita Alessia rescató al joven maestro."

Por primera vez, la expresión del príncipe se suavizó,

"¿Salvó a Elgy?"

"Parece que el joven maestro había ido a buscarla."

"¿Por qué?"

"No lo sé. Tal vez estaba preocupado por ella. Solían jugar juntos a menudo."

El príncipe sacudió la cabeza,

"Imposible. Él estaba furioso con ella por querer suplantar a su madre."

"Entonces no sé por qué. Pero fue a su habitación, donde se desmayó por el humo. La Señorita Alessia lo salvó. En el proceso, ella... um... sufrió quemaduras graves. La mitad de su cara..."

El rey, que había permanecido en silencio desde la llegada del mensajero, finalmente intervino,

"Estás en problemas, Claude. El Duque Zemensia tiene una gran reputación en el Reino Occidental. Esa mujer no tendrá más remedio que seguir haciéndose pasar por la princesa."

***

Tras enterarse de la noticia, el príncipe quiso abandonar el palacio de inmediato. Pero antes necesitaba un plan. Conversó con el rey durante horas, antes de partir al amanecer hacia la residencia temporal del duque.

La duquesa abrió la puerta con una mueca sarcástica,

"Qué rápido ha venido."

Normalmente, se enfurecería con cualquiera que se atreviera a hablarle de ese modo. Era un príncipe de Bohean Azul. Pero el Reino Occidental era poderoso, al igual que sus duques, así que el príncipe se tragó su ira.

"Escuché que rescataste a los heridos."

"Salvé a su esposa y a su hijo."

Los labios de la duquesa se curvaron.

"¿Dónde están?"

Una vez que la Duquesa Zemensia se dio media vuelta, él la siguió al interior. Tenía el estómago revuelto y el corazón acelerado.

"Por aquí."

La duquesa se detuvo frente a una habitación y llamó a la puerta,

Una voz áspera respondió,

"Adelante."

En el momento en que entró, el príncipe cerró los ojos con fuerza.

Alessia yacía en una cama grande, siendo tratada por un médico del Reino Occidental. La dama de compañía de la duquesa le estaba ayudando.

"Cariño."

Alessia sonrió al príncipe. La duquesa entonces chasqueó la lengua,

"Todavía no ha comido nada. Debe de estar hambrienta."

El príncipe dio unos pasos hacia Alessia. Un lado de su cara estaba envuelto en vendas.

El médico la señaló,

"Traté las quemaduras. No parecen infectadas, pero quedará una cicatriz."

Con la cara vendada, Alessia no se parecía en nada a la princesa. Pero dado lo que hizo por Elgy, ¿quién dudaría ahora de su identidad? Todo el mundo elogiaría su heroísmo: lanzarse al fuego para salvar a su hijo.

"Su esposa es una persona valiente y maravillosa."

Dado que el príncipe no respondió al médico, Alessia cerró los ojos y dijo que estaba cansada. El príncipe miró finalmente a la duquesa.

"¿Quién la vio?"

"¿Dónde, en la mansión? Todos. Sus sirvientes, y la multitud que se reunió para ayudar a combatir el fuego y socorrer a los sobrevivientes."

"Quise decir aquí."

"Muchos nobles han venido."

El príncipe cerró los ojos con fuerza.

'Así que muchos vieron a la 'princesa' salvando a su hijo. ¿Qué debería hacer?'

Si echaba a Alessia ahora, le acusarían de abandonar a su 'esposa' a causa de las quemaduras.

Nunca podría revelar la verdad.

Justo entonces, la puerta se abrió. El príncipe se giró y vio a Elgy en la entrada. El médico se levantó.

"Afortunadamente, el joven maestro no está malherido, pero—"

Antes de que pudiera terminar, Elgy corrió hacia el príncipe.

"¡Díselo a todo el mundo! Diles que esa mujer no es mi madre."

El médico le miró con lástima,

"Ha sufrido una fuerte conmoción. No para de repetir eso."

"¡Se equivoca! Estoy bien. ¡Padre, díselos! Esa mujer es una impostora."

Pero nadie escuchó al niño.

Cuando el príncipe sólo lo miró con tristeza, todos supusieron que la memoria del niño había sido afectada.

***