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sábado, 23 de septiembre de 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 539

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 539. Navier En Rwibt (7)



No sabía si me molestaba más la brisa del mar o las miradas de los caballeros. Jugueteando con la áspera cuerda de la cubierta, respiré hondo y me di la vuelta.

Afortunadamente, los Caballeros de la 4ª División parecían tan asombrados como yo de encontrarme a bordo de su buque. Todos dejaron de mirarme al poco tiempo y volvieron a sus tareas.

"Qué extraña coincidencia. Debe ser obra del destino."

Comentó Ángel. Sólo él parecía indiferente a este giro de los acontecimientos. Hoy llevaba un uniforme blanco especialmente deslumbrante.

Como no respondí, entrecerró los ojos,

"Oh, cielos. Parece que a Su Majestad no le gusta admitir nuestros fatídicos lazos."

"Tienes razón. Si tal destino nos ata, me gustaría cortarlo."

"¿Cuál fue el problema? ¿Acaso te molestó que me interpusiera entre tú y el Gran Duque Kapmen haciendo travesuras desnudos?"

'Qué hombre tan detestable.'

Ojalá tuviera un abanico para golpearle la boca. Sin embargo, estaba en deuda con él por habernos rescatado de esa isla.

"Hablando del Gran Duque, ¿dónde está ahora? Normalmente nunca se aparta de tu lado. Como un perro leal."

"Fue a cambiarse."

Respondí rígidamente.

'El Gran Duque Kapmen puede ser del Continente Hwa, pero aún es de la realeza. ¿Cómo pudo Ángel referirse a él como 'perro'?'

Ángel sonreía complacido. Parecía estar disfrutando esto.

"¿Cómo es que Su Majestad quedó varada en una isla desierta?"

"Me caí por la borda."

Resoplé.

"Entonces, ¿no estabas tomando un descanso de volar en forma de pájaro? Si fueras un pájaro, ¿qué serías? ¿Quizá un cisne?"

Su sonrisa se ensanchó, como la de un zorro a la caza de su presa.

"Preferiblemente uno que pueda tragarse a un zorro por completo. Podría ser una cigüeña picozapato."


"Vaya. Ahora que lo dices, sí que te pareces."

Él se rió entre dientes. Pegarle tres veces no me haría sentir satisfecha. Me daban ganas de pegarle una decena de veces.

"¿Te dirigías al Continente Hwa?"

Me negué a responder con los dientes apretados, pero Ángel mantuvo la calma.

Detrás de nosotros, sonó la puerta de un camarote. El Gran Duque Kapmen salió, vestido con el uniforme de los Caballeros Transnacionales.

'Le queda bien.'

Pensé, asombrada. Por otro lado, Ángel sonrió pícaramente,

"Parece que tu presa se ha cambiado de ropa, Lady Cigüeña."

***

Después de cenar con los Caballeros Transnacionales, me quedé en el comedor todo el tiempo que pude. Después de todo, era una invitada. Pero mi presencia hacía que todos se sintieran incómodos. Finalmente, tras soportar demasiadas miradas, me levanté para dirigirme a la cubierta.

Afuera, el sol se había ocultado bajo el horizonte. El cielo se oscureció hasta adquirir un tono azul intenso, mientras las estrellas empezaban a vislumbrarse.

"No sé si debería decir esto después de recibir su ayuda, pero... tenga cuidado con ese hombre."

Me susurró el Gran Duque Kapmen, después de seguirme desde el comedor. Miré a mi alrededor, asegurándome de que no hubiera nadie lo suficientemente cerca como para escucharnos.

"¿Sabes lo que está pensando Lord Ángel?"

"¿Quieres saberlo claramente, o prefieres que sea indirecto?"

Mis ojos se abrieron completamente.

'¿Qué podría estar pensando?'

"Dímelo directamente."

"Se pregunta por qué Su Majestad Navier viaja al Continente Hwa. Dado que estás conmigo y eres una maga de hielo, cree que tu destino es Rwibt. También teme que lo congeles. Parece creer que tus ojos son míticos como los de una cigüeña picozapato, o algo así."

Kapmen frunció el ceño,

"No estoy seguro de lo que quiere decir la última parte."

En ese momento, un ruido a lo lejos hizo que nos separáramos sobresaltados. Ángel subió a la cubierta con una pequeña bandeja de uvas verdes. Me la ofreció,

"Te fuiste antes del postre."

Quise decirle 'eres bueno para fingir amabilidad'. Pero realmente nos había ayudado.

"Gracias."

Ángel se paró a mi lado. Se agarró a la barandilla con una mano y se quedó mirando el océano,

"Fue muy afortunado que ambos cayeran al mar y sobrevivieran. Incluso si las olas no los hubieran ahogado, podrían haber sido capturados por piratas, o pasarles algo aún peor."

Fruncí el ceño. ¿Estaba siendo sarcástico? No lo parecía. Su voz sonaba más seria de lo habitual.

'¿Los Caballeros Transnacionales viaja a menudo por mar?'

Pero su comportamiento sombrío sólo duró un momento. Cuando nuestras miradas se cruzaron, volvió a sonreír.

Aun así, después de oír sus palabras, los crujidos que hacía el buque contra las olas me producían escalofríos. En vez de responder, me quedé mirando el mar oscuro como boca de lobo.

***

Alessia se enfrentó al mar oscuro y gritó,

"¡Sálvenme!"

Todo a su alrededor estaba completamente oscuro, incluidos el mar y el cielo. La única luz procedía de la luna y las estrellas del firmamento. Si no fuera por el estruendo de las olas al romper, ni siquiera habría sabido que el mar estaba allí.

"¡Sálvenme! ¡Que alguien me salve!"

Alessia volvió a gritar, aferrándose al bote. Las lágrimas corrían por su rostro.

"Madre, Padre."