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viernes, 15 de septiembre de 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 177

Capítulo 177. Un Poco Más

Su elástica apretó lamió su hendidura durante largo rato. Annette se retorció para intentar zafarse de la placentera sensación, pero en lugar de eso fue como si frotara su zona ínt!ma contra la lengua. Raphael, que levantó su cara, le dio una n@lgada a Annette.

"¡Ah!"

"No te muevas. Si lo vuelves a hacer, te ataré firmemente."

Era un hombre realmente malo. La tímida Annette enterró su cara en la almohada. Las sensaciones se volvieron más vividas cuando renunció a resistirse. Cuando él succionaba su cl!t0ris, se producían sonidos excesivamente lascivos. Él no podía apartar la boca de sus piernas como si fuera un oso lamiendo miel. Al final ella tuvo un leve org@smo .

"Oh, hmm…!"

"¿Te veniste tan pronto?"

Raphael, que se lamió sus labios húmedos, se bajó los pantalones. Su gl@nde brillaba con un líquido resbaladizo. Frotó con su virilidad alrededor de la hendidura de Annette. Él disfrutó de la húmeda sensación. Cuando su virilidad tocaba el cl!t0ris, las caderas de ellas se estremecían involuntariamente. Entonces Raphael le dio otra nalgada.

"¡Ah!"

"Te dije que te quedaras quieta. No seas impaciente. Te la meteré pronto, espera un poco."

Después de disfrutar del juego previo, él finalmente lo introdujo. Su gruesa virilidad se movió a través de sus sensibles paredes internas. Annette, que no soportó la abrumadora sensación, agarró con fuerza la sábana. Raphael le mordió el cuello.

"Estás demasiado apretada. Relájate un poco."

"...¡Ahh!"

Raphael abrió con ambas manos la raja entre las n@lgas de Annette. Y miró fijamente hacia la zona donde sus g3nitales estaban entrelazados. Parecía como si quisiera mirar las entradas de ella con su virilidad dentro.

Annette tenía las orejas rojas de la vergüenza. Raphael estaba viendo lascivamente como la pen3traba. Totalmente incapaz de soportarlo, intentó esconder su trasero con sus manos.

Pero no pudo porque Raphael tiró de sus brazos hacia atrás. Y dijo de forma sensual.

"Te he dicho que no te muevas."

"¡Ahh!"

La parte superior del cuerpo de Annette se arqueó hacia atrás debido a que sus brazos fueron atrapados por Raphael. Entonces sus paredes interiores se tensaron, apretando aún más fuerte su virilidad. Raphael soltó un grueso gemido.

"¡Ahh! ¡Hmm! ¡¡Ahh!!"

Cada vez que él tiraba su cuerpo hacia atrás por los brazos, parecía que su virilidad llegaba más profundo. Era como si su virilidad estuviera literalmente empujando su estómago. Su mirada se volvió borrosa. Annette sollozó.

Era fascinante como su virilidad abría sus estrechas paredes internas. El interior de su cuerpo hormigueaba. Ella apretaba constantemente su virilidad involuntariamente. Entonces Raphael soltó los brazos y volvió a presionar su cuerpo hacia abajo.

"Es difícil moverse porque estás muy apretada, Annette."

"¡Hmm! ¡¡Ahh!!"

"¿Te gusta? Tu interior está temblando."

Él sonrió perversamente. Él frotó el tr@sero de ella. Sus manos estaban calientes mientras tocaba su suave piel. Pronto bajó su mano para estimular su cl!t0ris, que estaba bastante hinchado. Los ojos de Annette se quedaron en blanco. Ella alcanzó varios org@smos leves.

"¡Ahh! ¡Ah! ¡¡Ahh!!"

Raphael, que había estado satisfaciendo su codicia, finalmente volteó el cuerpo de Annette. Fue agradable mirar su esbelta espalda, pero esta vez quería chuparle los s3n0s. Chupó las puntas de sus dulces s3n0s color melocotón. Sus paredes internas, que sufrían pequeños calambres, apretaron su virilidad. Raphael movió su cintura con más intensidad.

"¡Ah, suficiente! ¡Ahh!"

Annette gritó al alcanzar el cl!m@x nuevamente. Sus grandes manos le apretaban los s3n0s, mientras su formidable virilidad seguía estimulando sus atormentadas paredes interiores. Ella no podía soportarlo. Ella temblaba de placer.

"Por favor, no más... ¡¡¡Ahh!!!"

Parecía que las abrumadoras sensaciones fueran a quemar su cuerpo. Parecía que ella había llegado a su límite. Ella intentó apartarlo con su mano. Pero su mano fue aplastada por Raphael contra la sábana blanca. Raphael le mordió el cuello y le susurró.

"Un poco más, dama."

En la oscuridad, sus ojos azul oscuro brillaban como un leopardo que ha atrapado a su presa.