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martes, 29 de agosto de 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 529

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 529. Hola Y Adiós (2)



Nos miramos en silencio. No tenía idea de que me lo encontraría aquí. No había hecho nada malo, así que no me sentía culpable, pero sí incómoda. La mirada de Sovieshu se movió rápidamente entre Laurie y yo. Se mordió el labio inferior.

"¿Cómo estás?"

"¿Estás bien?"

Los dos preguntamos al mismo tiempo. Tras una breve vacilación, Sovieshu se aclaró la garganta,

"Estoy mucho mejor."

"Eso no es lo que he oído."

"Demos por hecho que sí, así no tendremos que molestarnos más el uno al otro."

'Dice eso, pero no deja de mirar a Laurie.'

La levanté más alto en mis brazos,

"Bueno, me alegra que al menos hayas recuperado la memoria."

Sovieshu se estremeció,

"¿Cómo lo sabes?"

"Por la forma en que hablas."

Él sonrió amargamente,

"Sabes, la Princesa del Imperio Occidental se parece a la mujer que amo."

Se me revolvió el estómago. En vez de mirarme a mí, Sovieshu miró a Laurie,

"Le deseo toda una vida de felicidad a tu niña."

Laurie miró a Sovieshu con curiosidad, pero yo la apreté con más fuerza y me di la vuelta.

Él me habló a la espalda,

"Quédate un poco más. Yo me iré. Después de todo, puedo volver aquí cuando quiera."

Consideré brevemente decirle, 'no, gracias'. Pero al final, asentí. Por una vez tenía razón. No sabía cuándo o si volvería aquí alguna vez, mientras que él podía visitar este jardín siempre que quisiera.

Escuché crujir las hojas secas mientras se marchaba. Cuando el ruido se desvaneció, me di la vuelta lentamente. Sovieshu ya no estaba. En su lugar, los recuerdos inundaron mi mente. Me imaginé las versiones pasadas de Heinley, Sovieshu y yo, parados en este mismo lugar.

***

Mientras esperaba que nuestro carruaje estuviera preparado, levanté y bajé la pluma una docena de veces. Había perdido la cuenta de cuántas hojas de papel había desperdiciado. Cada vez que ponía la pluma sobre el papel, cambiaba de opinión.

"¿Su Majestad? Todo está listo."

La Condesa Jubel llamó desde afuera.

Al mirar el reloj, me quedé atónita. Ya era hora de partir. Llevaba tres horas aquí sentada y lo único que tenía para mostrar era un montón de papel arrugado.

"¿Su Majestad?"

"Dame unos minutos."

Finalmente me decidí. Moví la pluma con rapidez, lo que produjo un agradable sonido. Al final, escribí la carta sobre la que había deliberado durante tres horas en sólo cinco minutos.

Una vez que salí, Laura dijo,

"Su Majestad, no deje que la Condesa Jubel le apresure. Si necesita más tiempo..."

La Condesa Jubel lanzó una mirada fulminante a Laura, pero yo sacudí la cabeza,

"No lo necesito. Vámonos."

Justo cuando tenía que subir a nuestro carruaje, mi padre y mi madre llegaron. Mi madre me abrazó con fuerza.

"Trataré de visitarte a menudo. No te preocupes."

También me despedí de mi padre. Luego se acercó Heinley, que prometió verlos pronto.

Una vez que las despedidas se acabaron, le extendí a mi padre la carta que había escrito apresuradamente.

La aceptó, con cara de confusión.

"¿Qué es esto, Navier?"

***

"¿Navier escribió esto? ¿Para mí?"

"Sí, Su Majestad."

Sovieshu recibió del Duque Troby un sobre ordinario de color blanco, formal pero sin adornos. Ni siquiera estaba sellado. Cuando desdobló la carta, vio una letra familiar e impecable. Mientras Sovieshu leía, el Duque Troby y el Marqués Karl se miraron.

Eventualmente, Sovieshu dobló la carta.

El Duque sentía curiosidad por lo que había escrito su hija, pero no se atrevió a preguntar. El Marqués Karl también sentía curiosidad, pero permaneció en silencio. ¿Qué podría haber escrito Navier para que el Emperador Sovieshu mirara así a la nada? ¿Estaba viendo cosas otra vez?

Un momento después, Sovieshu se levantó y salió. Caminó sin rumbo hasta llegar a la fuente. Allí se detuvo. Se quedó de pie con los brazos detrás de la espalda, mirando el chorro de agua.

— No puedo decir que deseo que vivas feliz, pero sí espero que te conviertas en un buen emperador.

Sovieshu relajó los brazos y cerró los ojos.

'Finalmente me doy cuenta de lo arrogante que he sido. No puedo gobernar tu vida como gobierno este país.'

Desde el momento en que pidió el divorcio, él debería haber sabido que no recuperaría a Navier.

Aun así, no podía deshacerse del anhelo. Lo carcomía. Así que cometió aún más errores, que se sumaron a sus muchos remordimientos. Nunca debió hacerla pasar por todo esto.

"Su Majestad."

El Marqués Karl lo llamó. Sovieshu mantuvo su mirada fija en la fuente,

"He sido un tonto. Perdí la oportunidad de recuperar a Navier hace mucho tiempo, pero aún así podría haber hecho las cosas más fáciles. Desde el año pasado, sólo he tomado las peores decisiones posibles."

Los ojos del Marqués Karl se abrieron de golpe.

Suspirando, Sovieshu se dio la vuelta,

"Pero no dejaré que eso me desanime. Esa también sería la peor decisión."

"Su Majestad."

Los ojos del Marqués Karl empezaron a humedecerse.

"No importa cuánto me arrepienta. No puedo borrar mis errores del pasado. Todo lo que puedo hacer es seguir adelante... sólo entonces dejaré de sumar remordimientos."

Sovieshu volvió a suspirar,

"Vámonos."

El Marqués Karl hizo una pausa para secarse las lágrimas antes de seguir al emperador al interior del palacio.


***