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viernes, 21 de abril de 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 477

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 477. Cuarto Del Bebé (2)



Parecía que las hojas habían caído hace apenas uno o dos días, pero ya soplaba un viento fuerte y el aire era fresco. Sovieshu ordenó que llevaran una mesa a la terraza. Fue allí con su diario y se sentó. Un sirviente le trajo un plato hecho con castañas y azúcar en manteca de cerdo calentada, junto con una sopa hirviendo que necesitaba soplar para comer. Mantuvo abierto el diario con una mano y levantaba la cuchara con la otra.

Comer solo era aburrido, así que resultaba más pasable hacerlo leyendo algo. Pero aunque sus ojos permanecían fijos en el diario, su mente divagaba.

"Marqués Karl. De acuerdo con los registros del tribunal, esa mujer, Rashta, me habló con rudeza e hizo una declaración escandalosa. ¿Es cierto?"

Sovieshu recordó la expresión nerviosa del Marqués Karl cuando le habló de esto hace unos días. Perdió el apetito, por lo que chasqueó la lengua y cerró el diario. 

Tras aquella primera petición de que volviera a casarse o que al menos llevara a Sheir al palacio, se habían ido sucediendo peticiones similares. Esta mujer, Rashta, hizo una declaración escandalosa en un sitio repleto de personas. Con la posición de la emperatriz ahora vacía y el Gran Duque Lilteang sin mostrar mejoría, era comprensible que la gente estuviera preocupada. Desde la perspectiva de Sovieshu, no era mala idea traer a Sheir al palacio. Sovieshu no quería casarse con nadie más que Navier. Eso era aún más cierto ahora. 

<< Nota: Sheir es el hijo del Gran Duque Lilteang. El siguiente en la línea de sucesión. >>

'En un momento como éste, Sheir sería un gran escudo...'

Además, si estuviera aquí tendría la seguridad de que no caería en manos de otros. Decidido, Sovieshu dejó la cuchara y llamó al Marqués Karl. 

 "¿Qué puedo hacer por usted, Su Majestad?" 

"Trae a Sheir. Si acabaremos haciéndolo de todos modos, entonces será mejor cuanto antes sea."

El Marqués se sobresaltó momentáneamente, pero hizo una reverencia. 

"Sí, Su Majestad."

Sovieshu estaba en lo cierto. Era sólo cuestión de tiempo que lo necesitaran. La sorpresa del Marqués Karl duró poco. Además, el Sovieshu de la noche quería lo mismo.

"Por cierto, Su Majestad. Sobre la investigación del Duque Zemensia que usted ordenó..." 

"¿La completaste?"

"Mucha gente era cercana al Duque. Después de todo, su familia fue una vez la más poderosa del imperio."

Sovieshu frunció el ceño.

"Aun así, seguro que algunos eran más cercanos que otros."

El Marqués asintió.

"Sí. El Duque era cercano a su primo, el Marqués Ketron, y al Duque Liberty. Ambos también cercanos a la anterior reina."

"¿Qué hacen ellos ahora?"

"Tras la muerte de la anterior reina, el Marqués Ketron se libró de ser juzgado por su implicación en el 'intento de asesinato a la emperatriz' por parte del Duque Zemensia, ya que cambió de postura para apoyar a la nueva emperatriz. Sin embargo, mantiene un perfil bajo. Se recluye en su casa."

"¿Qué hay del otro?"

"El Duque Liberty ya actuaba favorablemente hacia la emperatriz mucho antes del incidente del Duque Zemensia. ¿Tal vez porque no está emparentado por sangre? He oído que le ha ido bien desde entonces. Sin embargo, últimamente está mucho más callado."

Sovieshu se detuvo a pensar. Había muchas cosas a las que prestar atención cuando se trataba de estos nobles extranjeros. Lo que él quería era deshacerse de Heinley, no dañar a Navier. Tenía que considerar la situación desde todos los ángulos. ¿Estarían resentidos esos nobles si cometía un error? ¿O volverían a ser leales súbditos de Heinley?

"¿Qué desea hacer, Su Majestad?"

Sovieshu se golpeó la barbilla. 

"Intenta sondearlos."

"Sí, Su Majestad."

El Marqués se despidió y se marchó. Sin embargo, regresó al poco tiempo. 

"Su Majestad." 

Sovieshu acababa de ordenar a los sirvientes que se llevaran los platos de comida sin consumir, ya que había perdido el apetito. 

"¿Qué pasa?" 

"Ha venido alguien en representación del Imperio Occidental para llevarse a Ahn." 

"¿Dónde está? Me reuniré con esa persona yo mismo."

Aunque el Emperador Heinley había mediado, esta fue una petición personal de Navier. No vendría un representante oficial. Lo más probable es que una persona cercana a Navier sea quien se ocupara del asunto. Si Sovieshu la atendía bien, tal vez llegaran a ella comentarios positivos. Sovieshu caminó más deprisa. 

El 'representante' que Navier había enviado se encontraba en una pequeña habitación cercana a la Sala de la Rosa Blanca. Cuando Sovieshu entró, el 'representante' se sobresaltó tanto al ver al emperador en persona, que se puso en pie de un salto. Su brusco movimiento hizo caer la bolsa que llevaba sobre el regazo.

"Su Majestad, es un honor. Soy Rivetti Rimwell."

'¿Rivetti Rimwell?'

El nombre le resultaba familiar. Sovieshu aceptó su saludo con aspereza.

"Tú—" 

"¿No me recuerda? Ah, bueno, sólo nos hemos visto brevemente antes. Soy la tía de Ahn. La que Su Majestad salvó..." 

Sovieshu finalmente la recordó. Su nombre aparecía en los documentos de la Corte Suprema. La hija de Roteschu Rimwell, que había sido declarada culpable de conspirar con Rashta. Conspirar para mezclar la línea de sangre de uno con la del emperador era un delito grave. Tan grave que a menudo familias enteras eran castigadas. Curiosamente, en este caso, sólo Roteschu Rimwell y Alan Rimwell fueron castigados. 

El hijo de Alan y Rashta había sido vendido como esclavo, pero no por su vinculación con este caso.

Ahn fue vendido por ser hijo de una esclava, y su padre, de la nobleza, sentenciado a pena de muerte como un criminal convicto. Simplemente se le trató como exigía la ley.

Pero, ¿por qué Rivetti Rimwell y la Vizcondesa Rimwell no fueron castigados en absoluto? Sovieshu leyó esa sección del documento de la corte, preguntándose por qué muchas veces. No encontró ninguna respuesta en su diario. El hecho de que no estuviera registrado en el diario significaba que probablemente no podían haber sido castigados. Sovieshu se preguntaba si había hecho algún tipo de trato con el Vizconde Roteschu. Ahora, una de las partes implicadas apareció en su puerta, enviada por Navier. 

'Qué asunto tan complicado. No...'

Frunció el ceño ante su siguiente pensamiento.

'Esta joven noble llamada Rivetti... no está aquí como hija de un noble. ¿Está aquí como señora del territorio de su familia?'

Su padre le había dejado su territorio. El Sovieshu de la noche había dado su aprobación. Se había preguntado por qué en ese momento, pero como no podía recordar, había pasado a otro asunto. Ahora, se preguntaba...

Si indagaba en la relación entre ella, Navier y Rashta... ¿le llevaría a sus recuerdos perdidos? 

***

Decidimos habilitar la habitación frente a la mía y la de Heinley como cuarto del bebé. Queríamos que estuviera lo más cerca posible para poder estar pendientes en todo momento. 

"¿Qué diseño le gustaría para la cuna, Su Majestad?"

Preguntó Laura.

"¿Qué tal hacer una de pino, Su Majestad?" 

Sugirió la Condesa Jubel.

"¿No sería bueno un patrón de estrellas para el móvil?"

Comentó Rose con una sonrisa.

"¡Ah! Señorita Rose, el Emperador Heinley dijo que pondría joyas en el móvil, así que olvidémonos de eso."

Señaló Laura. 

"El bebé necesita ropa cómoda, ¿verdad?"

Intervino Mastas. 

"Y si llevamos al bebé a las fiestas con nosotras, también será necesaria ropa formal."

Añadió la Condesa Jubel. 

El palacio estaba lleno de actividad estos días, en la preparación del cuarto del bebé, de los juguetes y de los accesorios. Tal vez porque una nueva vida estaba en camino, no quedaba rastro de las oscuras sombras que se habían cernido sobre el palacio.

No sólo estábamos preparando el cuarto del bebé. El palacio también necesitaba algunas reformas. Teníamos que asegurarnos de que el bebé pudiera corretear sin hacerse daño. Se colocaron amplias alfombras en los pasillos y se hicieron pequeñas sillas para cuando el bebé se cansara y necesitara sentarse. Heinley colocó más guardias en los pasillos, y mis damas de compañía decoraron las paredes. 

Era mucho más trabajo del que esperaba.