Capítulo 87. Otra Versión (2)
"Lo pensé desde que te vi por primera vez. Eres una mujer orgullosa. Así que no creo que harías algo que pudiera socavar tu propia estima. Por supuesto, a veces me asustaba la forma en que me mirabas, pero en el fondo eres una persona íntegra. ¿No?"
"¿De qué estás hablando...?"
La expresión de Celestine se endureció. No fue porque estuviera enojada. Las palabras de Annette sonaron de alguna manera como un cumplido. Por lo tanto, su expresión se volvió naturalmente de enfado para ocultar su vergüenza. Annette continuó hablando con una sonrisa viendo la reacción de Celestine.
"Así que cuando ese incidente ocurrió... Me sentí decepcionada porque pensé que tal vez fue un plan tuyo. Creía que no eras ese tipo de persona. Pero si tú no eres la culpable... no se me ocurre nada más. ¿Quién demonios podría haber planeado algo así?"
"Yo pensaba… que lo hiciste tú. Pero me pareció extraño."
Celestine finalmente abrió su corazón por primera vez. Annette la escuchó con mucha atención. La avergonzada Celestine siguió hablando con la mirada hacia abajo.
"No hacía falta que me hicieras eso. ¡Era obvio que serías la Princesa Heredera! ¿Por qué harías algo tan arriesgado, cuando mis posibilidades eran nulas? Sin importar cuanto se piense en ello, ¡Te perjudica más de lo que te beneficia! No creo que seas tan estúpida."
"Eso significa... ¿qué me crees?"
Annette se tapó la boca de alegría al escuchar las palabras de Celestine. Había supuesto hasta cierto punto que Celestine creía en su inocencia porque había venido aquí, pero esta era la primera vez que lo admitía directamente. La cara de Celestine se puso roja.
"¡No me malinterpretes! Todavía no confío plenamente en ti."
Celestine volvió a mostrar su rostro altivo. Tal vez porque la tensión se había relajado, salió a relucir su personalidad habitual. Algunas lágrimas se formaron alrededor de los ojos de Annette, tal vez porque le había gritado.
'¿Está llorando por mi culpa?'
El corazón de Celestine se estremeció al ver esto. En el momento en que estuvo a punto de ofrecerle una disculpa, Annette habló mientras se limpiaba las lágrimas.
"Lo siento. Es la primera vez que otra persona cree en mi inocencia... no pude evitar llorar. Muchas gracias, Celestine. Significa mucho para mí que me hayas creído."
Annette sonrió con tristeza, apretando sus ojos enrojecidos. Celestine sintió que su corazón se apretaba. Había estado tan sumida en su propio dolor que hasta ahora nunca había pensado en la posición de Annette. Incluso la odiaba porque creí que era culpable.
Cuando cerraba los ojos, recordaba aquel día que la secuestraron. La mano del hombre desconocido que tapaba su boca. Se sintió sofocada cuando pensaba que podría v!olarla en cualquier momento aunque nunca la tocaron. Encogida en la fría oscuridad, temblaba mientras imaginaba lo que podría sucederle.
Afortunadamente, fue rescatada sin que sucediera ningún incidente. Pero la pesadilla de ese día todavía atormentaba a Celestine. En varias ocasiones se despertó gritando. No se sentía feliz a pesar de estar rodeada de lujos glamurosos debido a que en un futuro sería la Princesa Heredera. Odiaba a Annette profundamente por el trauma insoportable que le había ocasionado.
—¿Viste la boda de Annette Bavaria? Fue realmente hermoso. Los orígenes del novio no son buenos... pero está bien. El Marqués Carnesis es un hombre apuesto. Tal vez por eso la Princesa parecía muy feliz. Aunque no se convierta en la Princesa Heredera, no está mal vivir con un hombre así. Es una dama inteligente.
Celestine escuchó los chismes sarcásticos de los demás. Ahora ella ocuparía la posición de Princesa Heredera en lugar de Annette. Estaba en una posición perfecta para recibir los celos de los demás. Además, era una mujer testaruda que se mantenía al margen de la sociedad. Por eso todos estaban ansiosos por conseguir una manera de morderla.
—Cielos. La futura Princesa Heredera no sabe tratar a la gente. Hubiera sido mejor si Annette se hubiera convertido en la Princesa Heredera como se esperaba...
Los labios pintados de color rosa sólo pronunciaban palabras duras. Celestine, que no había podido librarse de la sombra psicológica del secuestro, comenzó incluso a sufrir de fobia social. Cuando salía de su hogar, solo encontraba enemigos. Incluso su mejor amiga Diana McClaire, no podía disimular sus celos.
El único lugar donde Celestine pudo escapar fue en los brazos de Dios. En dicho lugar su cansado corazón podía sentirse seguro. Por supuesto, incluso esa creencia fue destruida hace unos días.
Por eso Celestine visitó a Annette. En parte por orgullo, en parte por curiosidad. De hecho, Celestine también tenía algunas dudas sobre el secuestro.