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miércoles, 3 de noviembre de 2021

Matrimonio Depredador - Capítulo 249

Capítulo 249. Mansión del Conde Weddleton (7)

Ishakan sonrió retorcidamente al escuchar sus palabras. Sus ojos se oscurecieron fríamente. Leah no sabía qué hacer. Ellos comenzaron a emitir sonidos cada vez más explícitos.

—Ah, ahí, hmm... Su Majestad...

—Leah… ahh, Leah....

Poco después, sonidos intensos provinieron desde el exterior. Finalmente, ellos empezaron a tener relaciones s3xuales en el pasillo.

Ahora ella creía entender por qué no habían sirvientes deambulando por la Mansión del Conde Weddleton. Como existía la posibilidad de que Blain hiciera algo como esto, no tenían permitido salir.

Fuertes gemidos resonaron en el silencioso pasillo de la Mansión del Conde. Quería taparse los oídos. Le horrorizaba que otra mujer que se hacía pasar por ella estuviera teniendo relaciones s3xuales con Blain.

—¡Ah, perra, aprieta más Leah...!

Blain pronunció palabras vulgares mientras llamaba a la mujer por su nombre. Leah se dio cuenta de lo que Blain sentía. 

Una mezcla de amor, odio y complejos de inferioridad que querían someterla. Solo deseaba tenerla bajo su control.

—Leah... hmmm, ahh...

Al mismo tiempo que se escucharon los gemidos de Blain, Leah sintió una intensa sensación de repulsión.

Pero no había tiempo para que eso la atormentara. Porque cuanto más sonidos emitía Blain en el exterior, la expresión de Ishakan se volvía más feroz.

Por su peligrosa mirada parecía que abriría la puerta en cualquier momento. Si los descubrían en este momento, no tendría sentido haber amenazado al Conde Weddleton. Leah agarró con fuerza el dobladillo de Ishakan.

Mientras ella lo miraba suplicante, sus ojos dorados se suavizaron un poco. Pero Blain no tenía ninguna intención de ayudar.

—Ahh, demonios Leah…

La mujer gritó descontroladamente.


—¡Ahh, más Su Majestad... vengase dentro de Leah!

El cuerpo de Ishakan tembló. Leah le acarició el dorso de la mano. Ishakan suspiró, quitando su mano que cubría la boca de ella. Leah susurró.

"Nunca he tenido nada con Blain."

Le preocupaba que malinterpretara que había tenido relaciones s3xuales con Blain. Ishakan sonrió ante la explicación de Leah.

"Lo sé. Si él te hubiera tratado de esa manera."

Ishakan miró fijamente la puerta. Susurró con una mirada que parecía que en su imaginación ya le había arrancado el cuello a Blain.

"No estaría vivo."

"......"

Leah apretó los labios. Ishakan la abrazó con más fuerza. Ella se aferró a él.

Una parte de su mente seguía atada a Blain. El impulso de correr enseguida hacia Blain seguía estando presente.

Pero Leah pudo soportarlo porque estaba con Ishakan. Incluso en el oscuro almacén, sus ojos dorados irradiaban una intensa luz.

Escuchando los fuertes gemidos acompañados del sonido de la carne chocando entre sí, Leah se imaginó en la cama con Ishakan. 

Ella no sabía qué hizo en el tiempo que no recordaba, pero de todas modos por los momentos nunca había tenido relaciones s3xuales como tal. 

Las relaciones s3xuales que Leah había visto hasta ahora le resultaron repugnantes. Incluso la escena de s3xo que se desarrollaba más allá de la puerta le resultaba igual de repugnante, pero tenía que soportarlo.

Pero con Ishakan todo fue diferente. Ella deseaba tocarlo, algo que nunca había sentido ni siquiera cuando estaba obsesionada con Blain.

No sintió ningún rechazo o incomodidad cuando hizo algo similar a tener relaciones s3xuales con Ishakan. Se sintió muy bien, pero si realmente tenían s3xo… seguramente sería mucho mejor.

"¿En qué estás pensando?"

Ishakan murmuró entrecerrando los ojos.

"...Con esa mirada tan traviesa."

La vacilante Leah respondió con franqueza.

"Estoy pensando en ti."

Luego puso su mano alrededor de su cuello. Se puso de puntillas para besarlo. Ella metió la lengua primero. Los duros dientes Ishakan parecía los de una bestia.

Leah cerró los ojos mientras se frotaban sus lenguas. Le gustaba tanto que todo su cuerpo se estremeció de plac3r. Contuvo un gemido que estuvo a punto de escaparse, para que Blain que estaba al otro lado de la puerta no los descubriera.

El deseo de hacer más cosas con Ishakan seguía atormentándola. Debe haberse convertido en una pervertida. Leah se lamió los labios empapados de saliva.

"Quiero hacerlo sólo contigo."

Su voz temblaba de nerviosismo.

"No quiero que nadie más me toque..."

Leah murmuró.

"Siempre… quiero hacerlo contigo..."