"Tenían una actitud prepotente cuando estaban en libertad, ahora dan lástima encerrados aquí."
"Señorita Evely, tenemos algo que decirle."
"¿Qué?"
La Vizcondesa Isqua volvió a hablar con voz temblorosa. Sin embargo, Evely frunció el ceño y levantó la mano para que se detuviera.
"No hace falta que se disculpen. De todos modos, no es lo que realmente sienten."
Cuando Evely añadió, "¿Estoy en lo cierto?" Los rostros de la pareja palidecieron.
"No es por eso, Señorita Evely."
Evely habló con frialdad y dio un paso atrás, como si no pudiera soportar el hedor que emanaba de la celda.
"Con respecto a por qué estoy aquí. Ustedes solían acercarse a mí para burlarse, yo sólo he venido a hacer lo mismo."
"... Tengo un poco de curiosidad. ¿Qué les molestó tanto que incluso trataron de matarme?"
"Díganle eso al juez."
"Se puede conocer a los hijos mirando a sus padres."
Dijo Evely, sin siquiera girar la cabeza.
La expresión de los Vizcondes Isqua se volvió rígida ante el comentario de Evely, pero ella no pudo verlos. Por supuesto, aunque los hubiera visto, no le habría importado, pues los consideraba sus enemigos.
"Cuando los comparo con Rashta, esa frase se ajusta a la perfección. Viendo que Rashta es tan mala como ustedes a pesar de que vivieron separados, probablemente su otra hija sea la misma basura que ustedes."
Los Vizcondes Isqua no pudieron contener las lágrimas. Querían decirle la verdad, pero no podían hablar porque tenían un nudo en la garganta.
El corazón de los Vizcondes se estremecía con cada paso de Evely por las escaleras.
Cuando se oyó una puerta cerrarse de golpe, los Vizcondes Isqua se desplomaron en el suelo y rompieron a llorar.
Después de mucho tiempo, la Vizcondesa Isqua apretó los puños y dijo con amargura,
"No le diremos que somos sus padres."
Cuando el Vizconde Isqua la miró sorprendido, la Vizcondesa Isqua se apretó el pecho con tristeza y susurró,
"Ella nos odia y detesta enormemente. ¿Cómo podemos decirle que somos sus padres? Si lo supiera, le dolería recordar lo que le hemos hecho, y también le dolería recordar lo que nos ha dicho."
El Vizconde Isqua estuvo de acuerdo con su esposa, reflexionó por un momento y golpeó la pared con determinación.
"En vez de revelar la verdad a Evely... tenemos que lidiar con Rashta, que nos ocultó la verdad y provocó que lastimáramos a nuestra hija."
"Eso es cierto. Además, si Rashta se sale con la suya, definitivamente tratará de hacer daño a Evely de nuevo."
Las declaraciones de los Vizcondes Isqua a lo largo del juicio fueron ciertas. Ordenaron asustar a Evely para que se fuera lejos, no matarla.
Despreciaban profundamente a Evely, pero no tenían intención de quitarle la vida.
Después del incidente, no dejaron de preguntarse qué había provocado un malentendido tan grande.
Hasta ahora, nunca habían pensado que Rashta pudiera estar implicada.
Sin embargo, cambiaron de opinión al enterarse de que Rashta había estado ocultando la verdadera identidad de Evely. Ella parecía lo suficientemente malvada como para hacer eso.
Los Vizcondes Isqua intercambiaron miradas frías.
Aunque testificaran contra Rashta, acusándola de agravar el incidente del carruaje, no eran los únicos que tenían los privilegios de ser nobles.
Como nobles extranjeros, no recibirían un castigo fuerte debido a que también gozaban de dichos privilegios. Ni que decir de Rashta, la actual emperatriz. El castigo sería sólo una formalidad.
Esto no era suficiente para vengarse de Rashta.
"No podemos hacer eso, necesitamos sacar a Rashta de la vida de Evely."
***
"Por qué lo hizo..."Heinley anunció de repente que iba a poner a prueba los conocimientos y las artes marciales simples de los niños y jóvenes nobles que no hubieran hecho su debut en la alta sociedad.
Ese fue un anuncio que no entendí en absoluto.
Cuando lo comenté con mis damas de compañía, Rose se quedó pensando un rato y preguntó,
"¿No será por el bebé que va a nacer pronto?"
"Sí. Cuando el bebé crezca, los niños nobles de ahora estarán en pleno apogeo. Es posible que quiera comprobar sus virtudes de antemano."
Entonces Laura intervino desde un lado,
"Si la diferencia de edad no es muy grande, podrían convertirse en compañeros del bebé."
Mientras bordaba, la Condesa Jubel también añadió.
"Creo que sólo lo hace para provocar al Viejo Duque Zemensia."
"Oh. Ya veo. Hay dos niños en la Familia Zemensia que están en edad de ser invitados, pero he oído que no recibieron ninguna invitación."
Después de dar sus opiniones, todas las miradas de mis damas de compañía se centraron en mí. Parecían preguntarme cuál creía que era la intención de Heinley.
De hecho, también estaba de acuerdo con la Condesa Jubel.
Heinley incluso asistió a su fiesta de cumpleaños con un regalo que Sovieshu me envió para provocarlo, por lo que no era extraño que hiciera esto para provocar al Viejo Duque Zemensia.
"Creo que es por el bebé que nacerá pronto."
No podía ser honesta sobre la naturaleza de Heinley, así que deliberadamente hice un comentario superficial.
En medio de la conversación, llegó una invitada inesperada. Era la Princesa Charlotte.
Al ser informada de su llegada, mis damas de compañía y yo miramos a Mastas al mismo tiempo. No fue intencional.
Mastas, que estaba aturdida, preguntó de repente sorprendida,
No podía hacer esperar mucho tiempo a la princesa del país con el que estábamos reconciliándonos, así que dejé entrar a la Princesa Charlotte.