Reciente

viernes, 5 de noviembre de 2021

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 380

Capítulo 380.



La Princesa Charlotte entró en el salón instantes después, con un vestido color crema ceñido a su figura con numerosos volantes, y unas gafas.

Viéndola ahora, parecía realmente una erudita que trabajaba en el palacio.

"Su Majestad, ¿cómo ha estado?"

También tenía una voz clara.

"Bien. ¿La Princesa Charlotte se ha sentido a gusto?"

"Sí. Aprendí mucho sobre lo que hace poderoso a un país al recorrer toda la capital. Sin duda fue útil."

"Me alegro de que haya sido útil."

No entendía por qué seguía mirando a Mastas mientras hablaba. De hecho, Mastas miraba hacia abajo con una cara sombría.

Ah... estaba mirando hacia abajo porque tenía algo en un zapato. Había una mancha grisácea en la punta de su zapato izquierdo, y Mastas miraba la mancha con tristeza.

Una vez que la Princesa Charlotte se marchó, Mastas parecía más decaída. Hasta el punto de que mis damas de compañía se acercaron preocupadas a hablar con ella.

"Estoy bien. No hay razón para estar decaída."

Sin embargo, Mastas se dio la vuelta sonrojada y se fue. Desde entonces, no dejé de pensar si a Mastas realmente le gustaba Koshar.

Ese pensamiento persistió durante todo el día, hasta que Heinley preguntó mientras cenábamos.

"¿Reina? ¿Hay algo que te preocupa?"

"No es nada..."

Mientras respondía que no era nada serio, recordé de repente que había sido famoso por ser un playboy.

Según él, sólo actuaba como si fuera un playboy. Sin embargo, no todo el mundo podía hacerlo.

Si me pidieran hacer ese papel, actuaría con más frialdad que de costumbre por la vergüenza, y si se lo pidieran a Laura, sería tan torpe que no tardaría en morirse de risa.

Bien. Heinley debería saber mucho sobre las relaciones amorosas, así que le preguntaré.

"Heinley."

"Sí, Reina."

"¿Sabes mucho de relaciones amorosas?"

Sin embargo, Heinley se metió rápidamente el tenedor en la boca y sacudió la cabeza.

"No."

"¿No sabes ni un poco?" 

"No, Reina. Eres la única mujer en mi vida, así que no hay forma de que conozca mucho de mujeres."

"Aun así, deberías saber aunque sea un poco porque fuiste un playboy durante mucho tiempo."

"No."

... ¿Qué ocurre? Es sospechoso que esté siendo tan evasivo.

La gente sabía de su pasado, ¿su reacción no parecía mostrar que ocultaba algo?

"Entonces, ¿cómo hiciste para vivir cómo un playboy?"

"Sólo fingí..."

Que evite mi mirada me hace sospechar aún más.

De repente, quise indagar sobre su pasado, pero... me las arreglé para resistir el impulso.

Finalmente estábamos unidos y enamorados el uno del otro. No quería crear una atmósfera extraña con cosas que ya son del pasado.

Además, no saqué este tema para interrogar a Heinley.

Sonreí deliberadamente de forma casual y desvié el tema hacia otro lado,

"No lo pregunto por tu pasado. Sólo quiero saber tu opinión sobre la situación amorosa de otra persona."

"Pero Reina, soy ignorante en este tema, así que es difícil responder aunque Reina me pregunte sobre otra persona."

Sin embargo, Heinley volvió a negarse.

Me sentí un poco disgustada al oír esto. Al mismo tiempo, un pensamiento involuntario salió de repente de mi boca.

"¡Eres astuto!"

"¿Qué?"

Los ojos de Heinley se abrieron completamente, como si no entendiera lo que acababa de oír.

Me llevé apresuradamente la cuchara a la boca y fingí comer tan concentradamente como Heinley.

* * *

"Adorable. Reina es adorable. Reina es muy adorable."

A la mañana siguiente, McKenna oyó un ruido terrible cuando entró alegremente en la oficina.

McKenna se detuvo aturdido y vio a Heinley bailando delante del escritorio. Doblemente atormentado, se cubrió los ojos y dejó escapar un grito.

"¡Me duelen los ojos y los oídos! ¡Por favor, detente!"

"Ah, McKenna."

"¿¡Qué demonios haces tan temprano!?"

McKenna resopló y refunfuño quitándose las manos de los ojos. No podía creer que estuviera cantando y bailando una canción tan horrible en un día soleado. Esto era un insulto al clima cálido.

Pero Heinley estaba de muy buen humor, así que incluso aceptó con agrado la reacción de McKenna y lo elogió.

"Tú también eres adorable."

"¡Argh! ¡Por favor, basta!"

McKenna se molestó aún más y cruzó los brazos. Si hubiera sido un primo cualquiera, realmente le habría dado un puñetazo en la cara por ese comentario.

"¿Por qué demonios estás actuando de esta manera tan temprano? No, no tienes que decírmelo. Me imagino que la Emperatriz te dijo, 'Reina es adorable'."

Heinley sacudió la cabeza.

"No, esta vez fue algo que le dije a Reina porque me conmovió."

"¿Qué?"

A McKenna se le puso la piel de gallina. ¿Ese 'adorable, adorable' es lo que le dijo a la Emperatriz Navier, que parece ser una combinación de hielo y hierro en una proporción de 5 a 5?

Heinley sonrió con orgullo y se cubrió las mejillas con ambas manos,

"Reina me dijo, "Astuto."

"... ¿Eh?"

McKenna abrió mucho la boca y dio un paso atrás. Desconcertado, se palmeó los oídos.

"¿Qué dijiste?"

"Te dije que me puso un apodo."

"Pero esa no es la forma de hablar de la Emperatriz."

"Ah... Por supuesto, su forma de hablar fue un poco diferente".

"¿Cómo fue?"

"¡Eres astuto! Algo así."

Cuando Heinley imitó la forma de hablar de Navier, la expresión de McKenna se tornó mitad de burla y mitad de simpatía.

"¿No es solo un insulto?"