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viernes, 3 de septiembre de 2021

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 359

Capítulo 359.



Heinley se mostró indiferente.

"Gracias, estamos de acuerdo, esa sería la respuesta. ¿Qué otra opción tienen?"

"Aun así, el Rey de Whitemond envió a la princesa en persona como parte de la delegación. Ya que hemos decidido llevarnos bien, debemos ser cordiales."

Heinley murmuró que lo sabía, se levantó del sillón y se dirigió al Salón de las Estrellas.

Ya se encontraban reunidos allí funcionarios afines, nobles y la delegación de Whitemond.

Cuando Heinley apareció, todos le saludaron al mismo tiempo.

Heinley borró su anterior expresión de disgusto y se situó en el trono del emperador con una sonrisa leve, dando la bienvenida a la delegación de Whitemond.

"Bienvenidos. Viendo que el Rey de Whitemond envió a la princesa en persona, imagino que la respuesta será positiva."

"Así es, Su Majestad."

Aunque debió sentirse ofendida por haber esperado al Emperador durante media hora después de llegar al Salón de las Estrellas, la Princesa Charlotte sonrió suavemente y expresó su gratitud.

"Gracias por su indulgencia ante el error cometido por Whitemond. Los miembros del equipo fueron liberados y tratados como invitados distinguidos. Los productos especiales de Whitemond fueron añadidos a los bienes comerciales del equipo."

"¿En serio?"

"Y mientras el equipo se encuentre en Rwibt haciendo sus negocios, un buque comercial de Whitemond le estará esperando."

Fue una decisión inesperada hacer que un buque comercial de Whitemond esperara en ese continente, donde había poco comercio.

No se sabía cuánto tiempo se quedaría el equipo, así que eso significaba que Whitemond estaba dispuesto a soportar las molestias.

Los nobles suspiraron asombrados.

En ese mismo momento, el Marqués Ketron gritó con fuerza,

"¡Tener una Emperatriz extraordinaria es lo mejor que pudo pasarle al Imperio Occidental!"

El Marqués Ketron elogió a Navier, pero la atmósfera se volvió fría al instante.

Los nobles y funcionarios miraron en silencio al Marqués Ketron. Pensaron que el Marqués Ketron era como un murciélago.

Sin embargo, pronto comenzaron a mostrarse de acuerdo con una amplia sonrisa.

"¡Sí!"

"Fue la emperatriz quien inició esto."

"Ha conseguido tan buenos resultados en menos de un año, espero con ansias el futuro."

"¡Si todo sale bien, el Imperio Occidental podría convertirse en una potencia comercial sin un solo puerto!"

Aunque el Marqués Ketron actuaba como un murciélago desvergonzado, si no se mostraban de acuerdo con él, parecería que no reconocían los logros de la Emperatriz Navier.

Por esta razón, los nobles elogiaron casi al unísono a la Emperatriz Navier.

Heinley resopló al verlos. Las comisuras de su boca se elevaron levemente ante los elogios interesados.

Sin embargo, el animado ambiente se volvió pesado cuando la Princesa Charlotte dijo,

"Para sellar la reconciliación entre los dos países, mi padre quiere celebrar un matrimonio real. Por eso me envió personalmente como representante de la delegación."

Los presentes cerraron la boca y miraron al Emperador Heinley al mismo tiempo.

Un matrimonio por conveniencia entre el Emperador Heinley y la Princesa Charlotte sería posible. Aunque sería ambiguo llamarlo matrimonio porque ya había una emperatriz, no era raro que una joven y bella princesa de un país pequeño se convirtiera en la concubina del emperador de un país poderoso.

Entonces ahora la Princesa Charlotte sería...

Un caballero que observaba la situación abandonó discretamente el lugar y corrió a la habitación de la Emperatriz.

***

"La Princesa Charlotte vino porque el Rey de Whitemond quiere celebrar un matrimonio real para sellar la reconciliación."

Cuando me enteré de la llegada de la delegación de Whitemond, me quedé en mi habitación esperando a que Heinley volviera de reunirse con ellos.

Inesperadamente, Sir Yunim llegó jadeando a mi habitación y me contó sobre la respuesta de Whitemond.

"¿En serio?"

Cuando Rose preguntó bruscamente, Sir Yunim respondió de la misma manera.

"Hermana, ¿crees que mentiría sobre algo así?"

Mi corazón se aceleró.

Aunque sabía que Heinley tendría algún día una concubina, no pude evitar que mi corazón latiera con fuerza cuando finalmente llegó ese momento.

'No quiero.'

Este fue el primer pensamiento que tuve.

"Su Majestad no es esa clase de persona, por favor no se preocupe. Él se negará."

Mastas habló apresuradamente a mi lado, pero el único pensamiento que me venía a la cabeza era.

'No quiero, no quiero, no quiero...'

Me levanté rápidamente, hablando con una voz forzada para parecer tranquila.

"Primero... quisiera comprobar la situación."

"Yo la guiaré."

Sir Yunim me guió hasta dónde se encontraba la delegación.

Era en el Salón de las Estrellas. La puerta estaba abierta, probablemente porque había muchas personas. Intenté mirar a hurtadillas, pero debido a eso, muchos se dieron cuenta de mi presencia.

Aunque me sentí avergonzada en mi interior, extrañamente, las personas que me vieron comenzaron a aplaudir.

¿Qué está pasando aquí? ¿Aplausos en medio de todo esto?

Mientras me esforzaba para no fruncir el ceño, una mujer de aspecto inteligente se acercó rápidamente a mí y me saludó cortésmente.

"Soy la Princesa Charlotte de Whitemond, Su Majestad. He oído que la Emperatriz desempeño un papel muy importante en la reconciliación entre nuestros dos países."

Era una mujer muy atractiva, con una voz alegre y segura.

Asentí con una sonrisa forzada, pero me dolía.

No acepté los sentimientos de Heinley porque no quería salir herida cuando esto sucediera, pero ya era muy doloroso.

¿Era sólo una ilusión que no había aceptado los sentimientos de Heinley? ¿Acaso me había enamorado de él sin darme cuenta? Sentía como si mi corazón se derritiera.

Si Rashta había sido la cuerda que se tensó lentamente, la llegada de la Princesa Charlotte fue como una flecha que se clavó de golpe en mi corazón.

Heinley quería tener un puerto. La Princesa Charlotte podría dar el puerto a Heinley sin necesidad de ir a la guerra.

Me costaba incluso respirar. Cuando miré a Heinley, vi que se acercaba a mí con una expresión rígida.

¿Lo sentía? Dijo que esto nunca pasaría, pero pasó...

Bueno, esto no fue culpa suya. Tampoco esperaba que Whitemond propusiera un matrimonio real para sellar la reconciliación entre ambos países.

Era aún más difícil verlo, así que desvié la mirada y saludé a la princesa con una sonrisa forzada.

"Sí. Bienvenida, Princesa Charlotte."

"Estaba hablando del matrimonio real. Como es necesario el permiso de Su Majestad la Emperatriz, tenía pensando explicárselo adecuadamente a solas. Pero ya que ha venido aquí puedo decírselo ahora mismo."

Mi permiso... para convertirse en concubina de Heinley. Podía sentir cómo se revolvía mi estómago.

Aun así, sonreí.

No quería sufrir, así que me había estado preparando mentalmente para este momento. Pero, ¿cómo no sufrir cuando se está sufriendo?

Al parecer, aún no estaba preparada...

"Su Majestad. Quisiera casarme con su hermano, Sir Koshar."

¿Qué?

***