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sábado, 24 de abril de 2021

Padre, No Quiero Casarme - Capítulo 51

Capítulo 51. Una Visita Sorpresa


Sólo podía pensar en posibilidades siniestras. En un escenario, mi padre me llamaría patética y me exigiría que conociera a alguien de la lista de parejas para el matrimonio. 'Ah, la vida es tan difícil'. Comenzaba a sentir lástima de mí misma, además de sed, así que me llevé la taza de té a los labios. 

"Cuidado, el té aún está caliente", dijo mi padre inesperadamente. Así que me detuve. Fue como si supiera que yo no podía tomar bebidas calientes.

'Pero no creo que lo haya dicho intencionalmente'. Todavía me costaba entender las intenciones de mi padre, así que no estaba de más tener cuidado con él. No podía permitirme un descuido con mi vida en peligro. 'Ahora tengo que preocuparme por los rumores y la lista de parejas para el matrimonio... Arg, ¿Por qué se complican tanto las cosas?' Sólo me quedaba una semana hasta el banquete, así que no tenía mucho tiempo para encontrar otro compañero. 

'Tengo que tomar una decisión rápida pero con cuidado'. Miré fijamente mi humeante taza de té y la sorbí con cuidado para no quemarme la lengua. 

***

Max había decidido visitar la mansión Floyen, pero la repentina aparición de su maestro le obligó a mantener la distancia. 'Rara vez está en la mansión... Por qué está aquí precisamente hoy'. Max estaba disgustado por esta situación, pero inconscientemente desvió su atención hacia la habitación de la mujer.

'¿Está ahí?' Intentó sentir su presencia pero no percibió nada. '¿Adónde se ha ido?' La mujer casi siempre estaba en su habitación, por lo que su ausencia molestó a Max. '¿Está en la biblioteca?' Estaba tratando de adivinar dónde se encontraba la mujer cuando su rostro se desplomó repentinamente. 

'¿Salió a pedirle a otro hombre que sea su compañero?' Max apretó los dientes con desagrado. Sintió la extraña sensación que experimentó en el salón.

'Que ella encuentre un compañero o no, no es mi problema'. Intentó convencerse de ello, pero mientras se preparaba para salir, no podía apartar la vista de cierta ventana del tercer piso. Era como si una parte de él estuviera esperando que ella volviera a su habitación. 

***

"Volveré a mi habitación, Padre."

Asintió con la cabeza y dijo, "Hoy saldré más tarde."

Mi padre salía con frecuencia de la mansión sin decir nada, así que no entendía por qué me lo comunicaba de repente. Intenté encontrar una explicación a su comportamiento, pero no pensé mucho en ello, pensando que sería más beneficioso resolver primero mis propios problemas.

"Ah, sí. Que tengas un buen viaje", dije, preparándome para levantarme. 

"Hay algo que tengo que resolver", dijo mi padre. 

'Ya veo. Pero no se lo he preguntado'. Estuve tentada de decírselo, pero no tenía más remedio que llevar la conversación en la dirección que él quería. 

"¿Qué necesitas resolver?" Pregunté forzadamente.

"Tengo que terminar de advertirles a algunas personas", dijo mi padre con un movimiento de cabeza.

Aunque no entendía a qué se refería, sabía que las personas a las que iba a advertirles no dormirían bien esta noche. 'Me siento mal por ellos. Lo siento'. 

Mientras me compadecía de ellos, mi padre me miró y dijo, "Volveré antes de la cena."

No me importaba cuándo volvería, si sería mañana o en los próximos días. Aun así, no expresé esos pensamientos por miedo a provocar su ira y a que me obligara a conocer a los hombres de la lista de parejas para el matrimonio. 

"Te estaré esperando", dije con poca sinceridad.

"Está bien". Mi padre me miró un rato y luego asintió. Su repentino cambio de actitud fue extraño, pero pude adivinar sus intenciones y quise reírme.

'Al decirme que piensa advertir a algunas personas... ¿Está tratando de darles un ejemplo?' Me dolió el corazón al pensar en esto, pero logré dominar el malestar y salí del salón. Cuando entré en mi habitación, Merilyn se acercó a mí. 

"Ha llegado una carta de la hija del Conde Arlo, Dama."

'Hm, otra carta'. Rose me escribía con frecuencia estos días, aunque mi última carta decía que me ahorraría las palabras hasta su banquete de cumpleaños. Parecía que se divertía mucho con ello. 'Me pregunto qué habrá escrito esta vez'. Abrí la carta con un suspiro, y luego mis ojos se agrandaron cuando vi que había escrito sobre los rumores. '¿Qué es esto?' 

[Querida Dama Floyen,]

[¿Cómo está usted? Aunque no es un asunto importante, quería informarle sobre un ridículo rumor que he escuchado. En pocas palabras, se dice que usted tiene un enamorado al que le regaló unas mancuernillas hechas con diamantes azules.]