Reciente

lunes, 29 de marzo de 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 54

Capítulo 54. Sangre de Eugendiph


El argumento del libro era el siguiente:

La protagonista tiene un matrimonio sin amor con el Emperador El Emperador acude a ella todas las noches, pero sólo se acuestan juntos. No comparten nada personal. 

La protagonista está cada vez más cansada de la actitud del Emperador, pero entonces conoce al caballero comandante imperial, la mano derecha del Emperador, en un jardín. El número de encuentros aumenta gradualmente y acaban enamorándose el uno del otro.

La protagonista sueña con un futuro junto al caballero comandante, no con el Emperador, y se da cuenta de que debe abandonar su condición de Emperatriz para que su deseo se haga realidad... así que la Emperatriz comete deliberadamente actos perversos ante el Emperador. Las voces que piden su destitución son cada vez más fuertes y la Emperatriz espera el juicio del Emperador, pero cuando éste llega a su dormitorio una noche, sólo le pregunta, '¿Crees que te dejaré ir?', y comienza a mostrar obsesión...

Mientras leía el libro, Cecile repasaba una y otra vez las partes en las que la Emperatriz cometía deliberadamente actos perversos para que la destituyeran. 'Debería tomar nota para más adelante'.

Estian le decía que hiciera cosas malas y ella no tenía ni idea de cómo debía hacerlo, pero podía aprender leyendo. Nunca había esperado que esto le sirviera de algo algún día. 

Mientras Cecile hojeaba las páginas del libro, sus dedos se detuvieron de repente. 'Me gustaba tanto esta parte...'

Se trataba de la escena en la que la protagonista y el caballero comandante se daban su primer beso entre rosales. Sin embargo, al verla ahora, no se sintió tan conmovida como antes. 'No lo entiendo. ¿Por qué el Emperador me parece mejor? Antes pensaba en él como una basura, un leopardo que no puede cambiar su forma de ser, pero ahora que lo miro de nuevo, parece un poco serio...' 

Tal vez se sentía de esa manera porque el Emperador de la historia tenía el cabello negro y los ojos negros como Estian. 'Ahora que lo pienso, el caballero comandante de la novela...'

Fue entonces cuando escuchó que tocaban la puerta. "¿Qué pasa?"

"El señor Kane está aquí."

"Déjenlo entrar", ordenó Cecile. Rápidamente colocó un marcapáginas en la parte que estaba leyendo, cubrió el libro y lo empujó hacia un extremo de la mesa. En el momento en que Kane entró en la habitación, ella lanzó una discreta mirada al libro cubierto. '¿No tienen los mismos rasgos que el Emperador y el comandante de los Caballeros en el libro?'

El color del cabello y de los ojos era el mismo.

"Su Majestad, ¿Hay algo malo en mi cara?" preguntó Kane maravillado ante la mirada de Cecile con cara de sorpresa.

"No. ¿A qué asuntos has venido hoy?"

No era nada nuevo que Kane visitara el palacio de la Emperatriz. Incluso durante la ausencia de Estian, había venido numerosas veces para transmitirle e informarle de muchas cosas. Parecía que hoy también había venido con ese propósito, tenía en sus manos una pila de papeles bastante gruesa. "He traído la agenda de la próxima semana", anunció.

"¿El asunto de la realización de una audiencia con los emisarios del Reino de Stoan?"

"Sí. Recientemente se ha descubierto una mazmorra en su reino. Parece que se tomaron muchas molestias al explorarla, puesto que es muy antigua, y al parecer han encontrado varios artículos bastante curiosos. Me han dicho que pretenden ofrecer el más raro de esos artículos", explicó.

Después de explicar su agenda para la próxima semana, Kane salió rápidamente de la habitación. Cecile leyó por segunda vez todo lo que Kane le había entregado antes de mirar al extremo de su mesa. 

El libro que estaba allí hasta hace un rato había desaparecido.

"¿A dónde ha ido?"

Había puesto una cubierta de papel blanco sobre el libro, puesto que le daba vergüenza que su título fuera visto por otros. "No... no puede ser..." Cecile murmuró y recordó el montón de papeles que Kane se llevó y su rostro palideció. 

'No se lo llevó entre ellos, ¿Verdad?'

***

"Kane."

"Sí, Su Majestad". Kane levantó la vista sorprendido. El tono de Estian se había vuelto frío de repente. ¿Por qué está actuando de esa manera? ¿Había algún problema?

Estian había sacado tranquilamente algo entre el montón de papeles que Kane trajo del palacio de la Emperatriz y comenzó a leerlo. Pero no debería haber nada de drástico entre ellos... Kane estaba confundido cuando Estian le dio una orden riéndose. "Pon la cabeza en el suelo, para empezar. Y..."

Lanzó un libro delante de Kane. "Prohíbe la venta de este libro en todo el continente. En este mismo instante."

Y de esta manera, 'Nadie Busca la Flor Más Hermosa del Palacio Imperial' se convirtió en un libro prohibido en el imperio.

***

"Lo que quiero decir es que creo que tuve un gran malentendido. Eché un pequeño vistazo ayer, y demonios, el Emperador tiene un cuerpo trabajado, mhm. También, vi la forma en que ustedes dos estaban en eso y la cama a punto de..."

"¡Oh, cállate, quieres!"

Las manos de las asistentes se detuvieron ante el grito de Cecile.  En particular, la cara de la asistente que estaba leyendo en voz alta la agenda del día de Cecile se había vuelto más blanca que el papel que sostenía. Parecía a punto de estallar en lágrimas mientras preguntaba, "¿Debo callarme?"

"No, no. Estaba pensando en otra cosa... Sigue". Viendo la forma en que la miraban las asistentes, Cecile quiso saber qué tipo de rumores sobre ella circulaban. ¿Quizás se estaba comentando que era una lunática que hablaba sola? Todo por culpa de ese espíritu.

Aled había estado contento con la joya obtenida de Tania y permaneció tranquilo en su interior. Cecile se sintió aliviada de no tener más problemas... pero la tranquilidad no duró mucho antes de que el espíritu volviera a salir de su guarida al día siguiente del regreso de Estian y comenzara a decirle más tonterías.