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martes, 16 de marzo de 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 48

Capítulo 48. He Regresado, Emperatriz


"Papá se esforzó al máximo. Consideraremos esto como el regalo de cumpleaños tuyo. ¿De acuerdo?"

Pero por supuesto. A cambio, Tania debía prometer a su padre no replicar a mamá, balancear su espada 2.000 veces y disparar 150 pernos cada día. De este modo, Tania llegó a la capital para unirse a la elección de la dama de compañía.

Pero gracias a que su madre le dijo 'sólo te daré el dinero suficiente para cubrir los gastos de viaje y las comidas, así que confórmate con la ropa y las joyas que hay en el castillo', acabó asistiendo con un atuendo bastante cutre.

Pero no tenía esperanzas de convertirse en dama de compañía.

Tania conocía su lugar. Le divertía salir del Condado para conocer los lugares que sirvieron de escenario en innumerables novelas románticas. ¿Qué diversión podría haber en hacer el trabajo de dama de compañía? Además, no es que la Emperatriz le fuera a prestar a una pueblerina como ella. Y según los rumores, tenía una personalidad vil.

Ella nunca podría acercarse a una Emperatriz como esa, ni la Emperatriz mostraría el más mínimo interés por ella, por lo que sería imposible que se convirtiera en dama de compañía. '...O eso es lo que pensé una vez'. 

Tania observó a la Emperatriz absorta en la lectura del libro que había traído. La bolsa que las asistentes habían supuesto que contenía joyas estaba, en realidad estaba llena de novelas románticas, elegidas por ella misma.

Después de que Cecile declarara a Tania como su dama de compañía y regresara al palacio de la Emperatriz, ésta había gritado cuando vio su estantería.

¡Oh! ¡Eso es, 'Se Convierte En Una bestia Bajo La Noche'!

Tania pudo reconocer al instante el libro, a pesar de que estaba colocado al revés para disimular el título. Un momento después de su grito involuntario, cerró la boca y se giró hacia la Emperatriz, que la miraba con el rostro pálido.

Todas, fuera.

Y así se hizo salir a todos las asistentes y sólo se quedó con Tania. Se quedó temblando, sin saber qué demonios le pasaba a la Emperatriz, cuando ésta le agarró las manos y exclamó eufórica

¡A ti también te gustan!

Lo que siguió fue una conversación que básicamente decía; '¿Tú también? ¡Yo también!'. No tardaron en darse cuenta de que habían encontrado una compañera de lectura de novelas románticas. 

Cuando Cecile mencionó que le resultaba difícil conseguir ese tipo de libros, Tania le dijo que no se preocupara, y hoy demostró sus palabras; todo lo que trajo hoy fue a petición de Cecile.

"Tania, de verdad... es como si te hubieran enviado a mi lado desde los cielos", murmuró Cecile con voz entrecortada de la emoción mientras miraba los títulos de los libros, lo que hizo que Tania se rascara tímidamente las mejillas... pero fue entonces cuando su mirada se posó en un rincón de la habitación de la Emperatriz. pero fue entonces cuando su mirada se posó en un rincón de la habitación de la Emperatriz.  Allí vio el broche de esmeralda que había llevado durante su primer encuentro con la Emperatriz, colocado ordenadamente encima de un cojín de aspecto suave. 

'Parece diferente', pensó Tania. Era una joya estúpidamente grande, pero parecía haber adquirido un brillo aún mayor después de habérsela dado a la Emperatriz. Sentía como si se hubiera llenado de luz.

'Bueno, de todos modos no hay problema, puesto que mamá me lo dio para que hiciera lo que quisiera con ella'. Tania se volteó para mirar a la Emperatriz de nuevo. Ella ya estaba colocando cuidadosamente los libros en la estantería. Viendo cómo la Emperatriz los organizaba por tamaños y colores, ocultando sus títulos con papeles gruesos, Tania pudo comprobar que su amor por este tipo de libros no era de hace un día o dos.

"Gracias, Tania. Los devolveré después de leerlos lo antes posible."

"No pasa nada. No hace falta que los devuelvas."

"No, se debe devolver los libros prestados."

Tania asintió casi inconscientemente. Ella estaba en lo cierto.

"Por lo que dice el Señor Kane, no hay mucho que hacer hoy. Así que si te parece bien, ¿Por qué no te quedas conmigo hasta la noche antes de irte?" La Emperatriz le sugirió cariñosamente a Tania que se quedara, y ésta asintió en respuesta. No podía soportar negarse con la Emperatriz invitándola de esa manera tan amable.

'No es de extrañar que Su Majestad esté embelesado'.