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viernes, 12 de marzo de 2021

Una Villana Perfecta Para Un Tirano - Capítulo 47

Capítulo 47. He Regresado, Emperatriz


Después de que todos las asistentes se retiraran, quedando sólo ellas dos en la habitación, Cecile se desplomó en el suelo. "Eso estuvo cerca."

"Su Majestad, ¿Está usted bien?" preguntó Tania, preocupada.

"Mhm, estoy bien. Sólo me sentí desfallecer en el momento en que pensé que se iba a descubrir". En ausencia de las asistentes, Cecile abandonó inmediatamente su actitud formal hacia Tania y comenzó a charlar en tono amistoso. "Por cierto, Tania. ¿Cómo te fue con las cosas que te pedí?"

"¡No te preocupes! Las he traído todas."

"¿De verdad? ¡Eres la mejor, Tania!" Cecile abrazó a Tania y ésta soltó una risa tonta en sus brazos. Las asistentes no podían ni siquiera adivinar lo que contenía la bolsa traída por Tania.

***

Había pasado una semana desde que Tania se convirtió en la dama de compañía de Cecile. Al principio, se sintió incrédula ante su buena suerte. El condado de Kaniche, en el que había vivido toda su vida, era como decían las jóvenes parlanchinas durante la jornada de elección de la dama de compañía, la más remota de las zonas rurales. 

Un día, Tania expresó su descontento por este hecho, a lo que su madre, la Margrave Kaniche, le respondió. "¿Hubo algo que no pude hacer por ti? Te di de comer lo que querías, te dejé hacer lo que querías. ¿De qué te quejas si no sabes lo bendecido que eres? ¡Dicen que hay niños en países lejanos que viven días muy duros sin una sola comida que les permita salir adelante! Deberías saber estar agradecida por la ropa que llevas puesta y las comidas que te llenan la barriga. Aparte de eso, ¿Hiciste los deberes que te encomendé? ¿Terminaste mil golpes con la espada? ¡¿Y no te dije que dispararas cien rayos al día?! ¡He escuchado que Carla, de la provincia vecina, ya puede dispararle a una abeja a más de cien metros de distancia!"

Tania se tapó los oídos ante el torrente de regaños de su madre. 'Ah, otra vez. No entiendo por qué todas las hijas de los amigos de mamá son buenas usando la espada, disparando el arco, ideando nuevas tácticas, y demonios, incluso tienen talento para el asesinato'.

Mientras Tania cerraba los oídos, negándose a escuchar, Margrave Kaniche suspiró pesadamente antes de reanudar su regaño.  "Eso me recuerda que me enteré de todo por el mayordomo. Me han dicho que prácticamente estás patrocinando la librería de la comunidad... Leer no es algo malo. ¡Pero no puedo soportar mostrar mi cara por vergüenza después de escuchar los títulos de los libros que siempre estás mirando! '¿La Alondra Grita: Toque de Obscenidad?' '¿Una Dura Noche de Amor del Duque?' '¿Átame Para Siempre?' Es por eso que tu habilidad en la esgrima es un desastre en estos días, ¡Porque siempre te aferras a este tipo de libros! ¡Voy a tirar todos y cada uno de ellos!"

"¡Mamá, te odio!"

Esos días de regaño continuaron hasta que su padre regresó de su viaje a la capital.

"He escuchado que Su Majestad acogió a una Emperatriz y que pronto habrá una elección de dama de compañía, cariño."

"¿Es eso cierto?" A Tania le brillaron los ojos ante la conversación en la comida familiar y dijo: "¡Mamá, quiero ir! Yo también quiero ser la dama de compañía de Su Majestad la Emperatriz."

Su padre sonrió suavemente ante sus palabras mientras extendía la mano hacia su esposa. "Cariño, no creo que esté bien tirar cuchillos en el desayuno. Y Tania. ¿Qué te ha dicho papá?"

"Que no digas nada que haga enfadar a mamá cuando esté comiendo."

Margrave Kaniche se masajeó el pecho para calmarse mientras miraba con odio a Tania. "¿Dices esas cosas a pesar de saberlo?  Por otra parte, ¿Piensas convertirte en la dama de compañía de Su Majestad? ¿Acaso sabes lo que implica esa posición?"

"¡Sí! ¡Es una posición en la que puedes cortejar a un elegante caballero mientras eres testigo de implacables luchas encubiertas!"

"¡¿No te dijo mamá que leyeras novelas románticas con moderación?!"

Aquel día, Tania fue regañada hasta el límite de estar a punto de morir. Mientras Tania escribía una disculpa en la noche, moqueando todo el tiempo, su padre vino a visitarla. "Tania, he hablado con tu madre y..."

"Hicc... ¿Dijo que me daría de comer a los osos pardos?"

"No, eso no. Tu madre dice que te enviará a la capital para unirte a la elección de la dama de honor."

"¿Qué?"

Según la explicación de su padre, su madre pensaba que Tania estaba malinterpretando la realidad. Su hija se daría cuenta de lo absurdas que eran esas novelas románticas después de experimentar la vida real en el palacio imperial y sus nobles. Pensó que era una buena oportunidad para romper todas sus ilusiones.

"Pero es imposible que mamá haya cedido tan fácilmente", cuestionó Tania con incredulidad.