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domingo, 28 de febrero de 2021

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 275

Capítulo 275. El Escándalo Del Fantasma (2)


Después de encargar al asesino convertir a Rivetti en una esclava, Rashta regresó inmediatamente a la villa de Moire.

Los primeros días fueron dolorosos ya que la imagen de la cabeza del hombre muerto venía constantemente a su mente, pero con el paso del tiempo, la conmoción se desvaneció, y la idea de que Rivetti se convirtiera en una esclava la hizo sentir muy feliz.

Gracias a esto, pudo pasar el resto del tiempo disfrutando alegremente de la vista del campo, y cuando todo esto se volvió aburrido, finalmente regresó al palacio imperial.

El Vizconde Roteschu la visitó al día siguiente de su llegada al palacio.

'Oh, cierto. También le pedí al Vizconde Roteschu que consiguiera un mercenario.'

Rashta recordó este hecho que había olvidado.

Mientras el Vizconde Roteschu esperaba en el salón, Rashta reflexionó durante un tiempo.

Había conseguido un asesino para secuestrar a Rivetti. ¿Realmente necesitaba a un mercenario del Vizconde?

Pensó que era una pérdida de dinero.

Sin embargo, pronto cambió de opinión, 'lo necesito'.

Necesitaba muchas personas para usar como sus brazos y sus piernas.

Mientras se tratara de una solicitud en la estuviera bien tener como cómplice al Vizconde Roteschu, valdría la pena utilizar a este mercenario.  

Una vez decidida, Rashta finalmente salió del dormitorio.

Al entrar en el salón, el Vizconde Roteschu estaba sentado en el lugar donde solía sentarse, y a su lado había un hombre con una capa con capucha que ocultaba su rostro.

"¿Por qué tardaste tanto en salir?"

El Vizconde Roteschu se molestó y señaló al hombre que estaba a su lado,

"Este es el mercenario que conseguí. Es muy hábil. Puede hacer lo que quieras, siempre y cuando reciba el pago correspondiente."

Rashta preguntó, mirándolo de arriba abajo,

"¿No puedes quitarte la capucha?"

Lo mismo ocurrió con el asesino. ¿Por qué se cubren el rostro?

Sin embargo, el mercenario se negó.

Debido al trabajo que hacían, nunca revelaban sus rostros públicamente. Muchas personas les guardaban rencor.

"Entonces, ¿cómo puedo reconocerte?"

Rashta preguntó, frunciendo el ceño.

En cuanto al asesino que contrató personalmente, conocía su apodo y la ubicación del gremio de asesinos, así que estaba bien. Además, era bastante delgado y alto, una figura que podía reconocerse a simple vista incluso desde la distancia.

Sin embargo, la persona que tenía delante no tenía una figura inusual, por lo que parecía imposible de reconocer con una capa.

El mercenario le mostró sus dedos índice, medio y anular en los que llevaba el mismo anillo. Parecía querer que lo reconociera a través de los mismos.

"Está bien, pero no puedo contratarte de inmediato. Me gustaría ver primero lo hábil que eres."

El mercenario asintió como si estuviera diciendo que tenía que hacer.

Rashta contuvo el impulso de gritar, '¡Mata a la persona a tu lado!'

En cambio, lo pensó bien y dijo,

"Esta noche, ve a donde el Duque Elgy y tráeme el brazalete que lleva puesto. Sin embargo, por ningún motivo debes hacerle daño."

Después de que el Vizconde Roteschu se retirara con el mercenario.

Rashta se apresuró a visitar al Duque Elgy.

Quería contárselo de antemano y pedirle su comprensión.

Rashta creía que el Duque Elgy era indulgente con ella y que esto no era realmente peligroso, así que imaginó que el Duque se reiría y le diría que estaba bien.

Pero cuando el Duque Elgy escuchó esto, respondió con frialdad.

"Rashta, realmente te aprovechas de mí."

Su voz estaba llena de desagrado.

"¿Duque Elgy?"

Rashta lo llamó, desconcertada.

"Nunca, absolutamente nunca. Rashta dejó esto en manos del Duque Elgy porque es en quien más confía. De verdad."

"¿Dejas en manos de la persona en la que más confías algo que pone en riesgo su vida?"

Sin embargo, el Duque Elgy todavía parecía frío. Con una peculiar sonrisa amarga, cruzó los brazos y miró a la pared.

Rashta se entristeció ya que ni siquiera quería mirarla a los ojos.

La solicitud de prueba era justo para esta noche. No quedaba mucho tiempo, pero no era como si pudiera cancelarla ahora.

Al final, dio un paso atrás y regresó decaída al Palacio del Oeste. Pensó en hablar de nuevo con el Duque Elgy una vez que se le pasara el enfado.

El Duque Elgy se quedó junto a la ventana y observó fijamente su espalda.

Al poco tiempo, no había ningún signo de enfado en su expresión, sino una amplia sonrisa.

Cuando el Duque Elgy perdió completamente de vista a Rashta, llamó a su escudero y le ordenó,

"Encárgate de los preparativos."

***

Rashta no pudo dormir en absoluto durante toda la noche porque estaba impaciente. No podía dejar de pensar en si el mercenario traería correctamente el brazalete o si el Duque Elgy seguiría enfadado.

'Está bien. Después de ir mañana a disculparme, su enojo desaparecerá por completo'.

Rashta sabía que lo mejor era esperar a que se calmara un poco, así que se obligó a tranquilizarse.

Pero a las 4 de la mañana, cuando el mercenario apareció con el brazalete del Duque Elgy, Rashta se enfureció.

Había sangre en el brazalete.

Mientras extendía el brazalete los tres anillos en sus dedos brillaban en rojo bajo la luz de las velas.

"¡¡Qué significa esto!!"

Cuando Rashta gritó enfadada, el mercenario se excusó casualmente,

"El Duque Elgy era demasiado fuerte y tenía guardias, así que no tuve posibilidad de tomar el brazalete sin derramamiento de sangre."

Rashta estaba hirviendo de ira, pero al menos reconoció su habilidad. El Duque Elgy parecía fuerte incluso a primera a primera vista. Siendo capaz de vencer no sólo al Duque, sino también superar a los guardias, sin duda debía ser fuerte.

Sin embargo, dejando eso a un lado, comenzó a preocuparse más por el Duque Elgy.

Después del desayuno, Rashta inmediatamente fue al Palacio del Sur.

Como era de esperar, el Duque Elgy estaba más enfadado que ayer.

Tenía una expresión fría y ni siquiera sonrió al ver a Rashta.

No, lo más grave fue que dijo que se iría.

"¿Te irás?"

"Como dije. Ya no tengo ningún motivo para quedarme aquí, así que me iré."

"¿A dónde te irás?"

"A casa."

"¡No te vayas!"

Rashta se aferró apresuradamente al Duque.

"Si el Duque se va, Rashta se quedara sola en este lugar cruel y despiadado. Su Majestad ya no trata a Rashta como antes, y los demás sólo se fijan en la corona de Rashta. Sólo el Duque trata a Rashta como Rashta, si te vas..."

"Lo siento. Pero estoy realmente decepcionado por lo de ayer. Rashta, sentí que te estabas aprovechando de mi amistad."

Cuando el Duque Elgy extendió su mano para recoger su equipaje, ella se dio cuenta que la zona donde se colocaba el brazalete estaba vendada.

"Por favor, retírate."

Rashta se vio obligada a regresar al Palacio del Oeste. Pero lo único en lo que podía pensar era que el Duque Elgy se iría.

Rashta rompió a llorar mientras miraba el brazalete ensangrentado que el mercenario le había arrebatado al Duque Elgy.

Cada vez que los nobles de aquí le daban la espalda, el Duque Elgy era el único que se ponía de su lado.

Incluso después de convertirse en concubina, incluso después de convertirse en emperatriz.

Era el único amigo que no tenía prejuicios a pesar de saber que no era de origen noble.

Esa persona se había enojado y estaba a punto de irse. Este hecho fue aterrador y difícil de asimilar.

¿Seré capaz de seguir adelante sin el Duque Elgy? 

Rashta se presionó el pecho, tuvo que admitirlo.

'Creo que me gusta el Duque Elgy.'

Sovieshu fue el príncipe que la rescató cuando estaba en el momento más difícil, pero era tan caprichoso que abandonaba fácilmente a cualquiera.

Sin embargo, el Duque Elgy no sólo la ayudó cuando se enfrentaba a situaciones difíciles, sino que nunca dejó de brindarle su apoyo.

Aunque todavía amaba a Sovieshu, estaba segura que ese amor desaparecería gradualmente debido a su actitud.

Al contrario, sus sentimientos hacia el Duque Elgy no hacían más que crecer.

Rashta se dio la vuelta y corrió de nuevo hacia el Duque Elgy.

Era posible que se tratara sólo de palabras vacías, pero el Duque Elgy ya había preparado un carruaje y estaba cargando su equipaje.

"¡Necesito decirte, necesito decirte algo!"

"No hay nada más de que hablar."

"¡Tienes que escucharme! ¡Es una orden!"

Rashta exclamó con firmeza y llevó al Duque Elgy a su habitación. Pero apenas al entrar, el Duque Elgy se dio la vuelta para irse.

Rashta se paró detrás de él y gritó desesperadamente con lágrimas en los ojos..

"Me gustas. Te amo. Por favor, no te vayas."

Rashta, que estaba detrás del Duque Elgy, no podía saber que estaba sonriendo.