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domingo, 16 de abril de 2023

Cómo Domar A Mi Marido Bestial - Capítulo 91

Capítulo 91. Interrupción (4)


Realmente el resfriado de Annette se debía en gran parte a que se quedó dormida en el balcón, pero él no lo sabía. Raphael vaciló mientras llevaba en sus brazos a Annette hacia la cama. Fue extraño teniendo en cuenta la personalidad brusca de Raphael.

Después de colocar a Annette sobre la cama, ella lo miró con cautela. Se preguntaba qué más iba a decir. Raphael, que giró la cabeza para evitar su mirada, habló.

"Lo siento."

"...¿Qué?"

Annette preguntó por reflejo, sorprendida por la inesperada pregunta. Raphael no contestó, solo la tapó con la manta. Su rostro antipático mostró signo de vergüenza. Raphael incluso tuvo mucho cuidado al cubrir sus pies expuestos. Annette especuló en su mente.

'Oh, realmente cree que esa es la razón por la que estoy enferma'.

En cualquier caso, la disculpa que salió de la boca de Raphael fue algo extraordinario. El testarudo Raphael rara vez se disculpaba con los demás. Sus límites estaban bastante claros entre aquellos que consideraba enemigos y aquellos que consideraba amigos. Una vez que tenía un conflicto con alguien, los percibía como 'enemigos', por lo que no se atrevía a disculparse con ellos. Así es como pensaba Raphael.

Pero ese mismo Raphael le pedía disculpas. Annette se sintió desbordada de emoción, como si hubiera presenciado ante sus ojos la creación de un milagro del cielo. Eso causó que su voz se suavizara.

"Simplemente... me afectó el cambio de estación. A veces me sucede cuando hay un cambio de estación. No es tu culpa, no te preocupes."

El amable discurso de Annette provocó que la expresión de Raphael se volviera más rígida. No debía tomar sus palabras en ese sentido. Raphael estaba lleno de dudas. No recordaba haberle pedido perdón a nadie desde su dura infancia. Se sentía incómodo porque su orgullo estaba magullado, así que quería huir de inmediato. Raphael, que apretaba los puños con fuerza, apenas pudo abrir la boca.

"...No es lo que acabo de decir. Lo que pienso es que..."

"Dama, he traído más medicina. ¿Puedo entrar?"

Lamentablemente, Raphael no pudo terminar de hablar. Cometió el error de dejar la puerta de la habitación abierta para poder entrar con Annette en brazos. Eucaly se quedó en la entrada, sorprendida de que Raphael estuviera allí. Había llamado despreocupadamente a Annette porque la puerta estaba abierta.

"¿Raphael? ¿Qué ibas a decir?"

"Olvídalo, hablaremos en otro momento."

¿A esto se le llama karma? Consideró que estaba siendo por haber interrumpido antes a Celestine. Raphael salió rápidamente de la habitación con una expresión malhumorada. Annette ladeó la cabeza, pero no se atrevió a detener a Raphael.

"Lo siento. La puerta estaba abierta."

Eucaly, que tenía la medicina en la mano, no sabía qué hacer. Annette lamentaba que hoy hubieran interrumpido sus conversaciones en momentos importantes. Se preguntaba por qué capricho del destino no podía escuchar el final. Aún así, no podía echarle la culpa a Eucaly. Annette habló ocultando su pesar.

"Está bien, Eucaly. ¿Trajiste más medicina porque estabas preocupada por mí? Gracias."

"Sí. Próximamente en ocasiones te daré medicina que te devolverá la energía. Aunque no tenga ningún dolor en particular, sería bueno que lo tomes por prevención."

"Por supuesto."

Annette se bebió la medicina que le había traído Eucaly. La medicina estaba amarga. Ella esperaba tener buena salud porque deseaba tener una vida larga en esta oportunidad.

Eucaly Kayun era una doctora tan capaz como en su vida anterior. Después de unos días resfriada, Annette se sentía mejor que nunca. Su rostro tan blanco como la porcelana recobró vida. Gracias a ello, podía recibir a sus visitantes en óptimas condiciones.

Esta vez no se trataba de un visitante inesperado, sino de uno que se había previsto desde hace tiempo. Un valioso visitante del Imperio Chapelle.