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miércoles, 1 de febrero de 2023

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 453

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 453. Emperador Cruel (2)



Laura soltó un grito de sorpresa en cuanto abrió la puerta, así que le pregunté de inmediato,

"¿Quién es?"

"Es Lord Langdel, Su Majestad."

"Déjalo pasar."

Una vez que recibió mi permiso, el Vizconde Langdel entró, se quitó el sombrero y se sentó en el sofá.

¿Estuvo fuera? El traje del Vizconde estaba mojado alrededor de los hombros, el resto de su ropa parecía intacta.

"¿Saliste?"

"Sí. Tenía que ocuparme de unos asuntos."

El Vizconde Langdel miró incómodo a su alrededor y dejó el sombrero sobre sus piernas.

"Estarás más cómodo si lo dejas a un lado."

"Descuide. Más importante, Su Majestad. Creo que estaré fuera hasta mañana."

"¿En serio?"

"Sí. Pero puede estar tranquila porque el subcomandante de la 5ª División de los Caballeros Transnacionales estará a su lado en todo momento."

"Está bien. Hoy está lloviendo tan fuerte que de todos modos no saldré demasiado lejos."

Después de que el Vizconde Langdel se despidió, Laura se acercó a la ventana para comprobar de nuevo el clima y exclamó asombrada.

"Guau, ¿a dónde irá el Vizconde Langdel con esta lluvia tan fuerte?"

"Aunque actúa como mi caballero personal, en realidad es un miembro de la Alianza del Continente Wol. Debe tener más trabajo que hacer."

Laura aplaudió con una cara que decía, '¿¡Cómo se me ha podido olvidar?!'

Parecía haberlo olvidado porque el Vizconde Langdel pasaba mucho tiempo a mi lado.

"Bueno, eso es cierto."

"De hecho, es increíble que el Vizconde haya estado al lado de Su Majestad todo este tiempo."

La Condesa Jubel se puso del lado del Vizconde Langdel, pero no dejaba de mirar las marcas de agua que había dejado en el sofá, como si le disgustara.

Al final, la Condesa Jubel llamó a una sirvienta y le pidió que secara el sofá.

Mientras tanto, me senté frente a la ventana con una manta y un cojín. Me sumí en mis pensamientos con la cabeza apoyada en el alféizar.

No me preocupaba que el Vizconde Langdel estuviera ausente... lo que todavía me preocupaba era el asunto del Gran Duque Lilteang.

Si el Gran Duque Lilteang hubiera estado encerrado en condiciones normales, no habría problema porque fue castigado por su crimen bajo la aprobación de Sovieshu. Sin embargo, ese no era el caso.

Una vez que se supiera que el Gran Duque Lilteang estuvo encerrado en condiciones inhumanas, el bando de Sovieshu podría exigir explicaciones.

Si yo estuviera en su posición, presentaría una demanda si la otra parte fuera un país hostil. Por supuesto, la relación entre el Imperio Oriental y el Imperio Occidental no era tan mala como para decir que nos tratábamos como países hostiles.

No, aunque no seamos países hostiles, podría intentar sacar provecho de esta situación y luchar por el orgullo del Imperio Oriental...

Era posible que hubiera problemas. Si bien me golpeé levemente la cabeza contra la ventana varias veces, era difícil adivinar cómo resultaría, ya que el estado actual de Sovieshu no era normal.

¿Cómo planea Heinley hacer frente a esto?

***

En ese momento, Heinley se encontraba en un amplio comedor que no solía utilizarse.

En el centro del comedor había una mesa bastante larga. Heinley estaba sentado en un extremo de la mesa, mientras que Sovieshu estaba sentado en el extremo opuesto con sus sirvientes de pie a los dos lados.

El sitio era poco práctico para una comida de dos personas, pero Heinley lo escogió deliberadamente para esta ocasión.

Hubo poca reacción por parte de Sovieshu ante la llamativa mesa y el inadecuado sitio, por lo que Heinley sólo dijo con una falsa sonrisa.

"Espero que disfrute la comida."

Dos cocineros aparecieron para dejar la comida delante de Heinley y Sovieshu, luego se retiraron.

Sovieshu se saltó la respuesta y fue directo al grano.

"Bueno, ¿qué querías decirme?"

Sovieshu pasó directamente a lo principal, no creía necesario intercambiar palabras amistosas. Heinley tenía la misma opinión, así que preguntó inmediatamente.

"¿Recuerdas que el Gran Duque Lilteang casi mata a un niño de una de nuestras familias nobles?"

A Sovieshu todavía le faltaban por revisar muchas partes de su diario.

El Marqués Karl también le contaba sobre los acontecimientos importantes, pero no podía abarcarlo todo en un solo día.

Cuando Sovieshu no respondió y su expresión se volvió rígida, Heinley cortó tranquilamente la cabeza del pescado con el cuchillo.

"El Gran Duque Lilteang se fugó."

"¿Qué?"

"Consideré que debía hacértelo saber. Otra cosa, te pido que nos envíes de vuelta al Gran Duque si lo encuentras primero ya que aún no ha cumplido los cinco años."

Sovieshu sonrió y cortó la cabeza del pescado tal como lo hizo Heinley.

"Ya veremos."

De su boca salió una respuesta ambigua. Sin embargo, estaba analizando la situación en su interior.

'Por cómo sacó a relucir que el Gran Duque Lilteang se fugó y habló del crimen que había cometido, deduzco que no fue encerrado en secreto. Eso implica que 'yo' permití que el Gran Duque fuera encerrado aquí. La condena parece ser de cinco años de prisión por sus palabras. Su intención al reiterar los hechos no debe ser otra que tratar de evitarse cualquier problema que pueda surgir con la fuga del Gran Duque porque yo también estuve de acuerdo con su condena...'

Sovieshu concluyó rápidamente y lo acusó como un zorro astuto.

"Quién sabe qué trato recibió el Gran Duque para decidir fugarse."

Aunque no entendía por qué había dejado la condena del Gran Duque Lilteang en manos del Imperio Occidental, estaba convencido de que no habría permitido que lo torturaran, por lo que lanzó esta acusación bajo esta suposición.

Además, era una acusación que podía emplear a ciegas para intentar averiguar cómo había tratado realmente Heinley al Gran Duque.

Este comentario le dio a Heinley justo en el blanco. Aun así, Heinley respondió sin titubear.

"El Gran Duque no es un niño, ya es bastante grande como para que te preocupes."

A Sovieshu no le agradaba el Gran Duque Lilteang, pero le agradaba menos el Emperador Heinley, por lo que susurró sarcásticamente mientras sacaba la carne del pescado con el tenedor,

"Si alguien como el Gran Duque Lilteang pudo fugarse de una celda del Imperio Occidental, es probable que necesite mejorar sus medidas de seguridad. ¿Qué te parece aumentar el número de guardias?"

"No se necesitan más guardias."

Heinley respondió con una sonrisa que ocultaba su nerviosismo, luego miró con incomodidad a los sirvientes a ambos lados de Sovieshu y habló con el mismo sarcasmo.

"Sólo los magos de Su Majestad o los Caballeros Transnacionales serían capaces de atravesar la seguridad de la Torre Roja donde estaba encerrado el Gran Duque Lilteang."

"..."

"Por supuesto, es imposible que los Caballeros Transnacionales aparezcan de la nada."

Heinley parecía insinuar con ese comentario, '¿No será que fuiste tú quien sacó al Gran Duque de allí?'

"Suena como si estuvieras buscando una excusa."

"Es una sospecha razonable. Después de todo, te gusta husmear en los palacios de otros países en medio de la noche."

Ambos mostraban una sonrisa, pero maldecían para sus adentros.

'Se cree tan astuto como un viejo zorro.'

'No es más que un pequeño zorro.'


***