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jueves, 15 de septiembre de 2022

La Emperatriz Se Volvió A Casar - Capítulo 426

La Emperatriz Divorciada - Capítulo 426. Entusiasmada (1)



Mientras nos bañábamos, Heinley se arrepintió exactamente 39 veces, "No debería haber aceptado tomar un baño contigo".

Parecía que había sido una tortura psicológica para él...

Pero yo me sentí muy satisfecha. Satisfecha de sentir el calor de su cuerpo desnudo por primera vez en mucho tiempo.

Si bien Heinley actuaba como si fuera una tortura, su rostro sonrojado decía lo contrario. Parecía feliz y complacido.

En fin, después de que tomamos un baño caliente, bromeamos y nos reímos mientras nos miramos, acostados uno al lado del otro en la cama de mi habitación.

Tal vez porque tenía sueño... el simple hecho de hablar de tonterías mientras miraba sus ojos púrpura me hacía sentir como si estuviera en una nube. La risa fluía naturalmente de mí como si estuviera ebria.

En el proceso, el sueño me venció y mis ojos comenzaron a cerrarse.

"Su Majestad. Su Majestad. ¿Todavía está despierto?"

Oí a McKenna llamar desde el otro lado de la puerta.

Heinley frunció el ceño, pero se levantó en silencio de la cama y se dirigió a la puerta.

Heinley no tardó en abrir la puerta y le oí decir,

"¿Qué pasa?"

Envuelta en las sábanas, observé a Heinley de costado.

La expresión de Heinley se volvió rápidamente rígida, seguida pronto de una sonrisa fría. ¿Qué noticia ha traído el Marqués Karl?

No podía oír sus voces, así que era imposible saber a qué se debía.

Momentos después de que McKenna se fuera, Heinley volvió a la cama.

Pero en vez de acostarse a mi lado, sólo se sentó en una esquina de la cama con cara de preocupación.

"¿Qué sucedió?"

Cuando le pregunté con inquietud, Heinley bajó la mirada con impotencia.

"¿Heinley?"

"El Emperador Sovieshu quiere quedarse aquí durante 15 días para recuperarse."

"¿Sovieshu? ¿Aquí?"

"Sí."

La cara de Heinley se contrajo como masa de pan mal amasada.

Aunque mantuvo la boca cerrada, sus malas palabras resonaban como una alucinación auditiva en mi oído.

No quería verlo decaído, así que extendí mi mano y froté su cara para devolverle su brillo original, sólo entonces su expresión mejoró un poco.

Heinley apoyó su cara en mi palma y suspiró.

"No sé por qué tiene que venir aquí a recuperarse, su país es más grande y tiene muchas villas."

Le di unas palmaditas en el hombro sin decir nada. ¿Qué se supone que debo decir en esta situación?

"Uff."

Sin embargo, Heinley todavía suspiraba pesadamente...

Sovieshu envió recientemente a Evely para que nos tratara al Gran Duque Kapmen y a mí, a pesar de que no tenía la obligación de hacerlo. Ahora decía que quería quedarse aquí durante 15 días. Era más difícil negarse debido a la ayuda que recibimos hace poco. Pero incluso si no hubiera enviado a Evely, no habríamos podido decirle que no viniera.

Esa era la razón por la cual Heinley no dejaba de suspirar.

"¿Podría ser que el Emperador Sovieshu aún tiene sentimientos por ti? Estoy nervioso, Reina."

"Mi esposo eres tú, Heinley."

"Aun así..."

Heinley se mordió los labios, bajó la mirada y poco después su cuerpo empezó a encogerse.

En un parpadeo, se convirtió en 'Reina', se acercó a mí y me abrazó.

"Heinley."

Pobrecito.

Cuando extendí mis manos y lo abracé con fuerza, meneó la cabeza.

"Heinley."

— Gu...

"No sería conveniente negarse, así que prefiero que pidamos prestado un grupo de magos a cambio."

— Gu...

"Si pedimos prestado un grupo de magos de tierra, al menos podremos construir una represa temporal."

— Gu...

Heinley asintió cuidadosamente en medio de su tristeza, tal vez también había pensado en eso. Froté su pequeña cabeza y lo abracé más fuerte.

No creo que deba estar nervioso. Pero si la situación fuera al revés, yo también estaría nerviosa. Estaría nerviosa y enojada si una ex-novia de Heinley viniera a 'recuperarse'.

Era inevitable que Heinley se sintiera así. Estaba bien, sólo tenía que hacer que se sintiera tranquilo.

***

— Su Majestad es bienvenido en el Imperio Occidental para su recuperación. El Imperio Occidental es un excelente destino para recuperarse por su aire fresco y sus hermosos paisajes, por lo que ayudará al Emperador Sovieshu... Puede quedarse el tiempo que desee, no sólo 15 días. Por supuesto, sé que sería difícil debido a su apretada agenda.... Si no le importa, quisiéramos pedir prestado el poder de los magos de tierra del Imperio Oriental. Necesitamos construir una represa temporal lo antes posible, así que nos gustaría que Su Majestad nos ayudara con eso... Esperamos verle de nuevo...

En la oficina del Emperador del Imperio Oriental, la voz del enviado que leía la carta resonaba claramente en el lugar.

Sovieshu asentía mientras escuchaba atentamente la carta recitada palabra por palabra. Una vez que el enviado se marchó después de leer la carta, Sovieshu murmuró hoscamente.

"El Imperio Occidental es un destino excelente, deduzco que con eso quiso decir, 'qué necesidad tienes de venir a nuestro país'. En realidad, no quiere que me quede más de 15 días, esas son palabras vacías. El 'si no le importa' que utilizó para pedir prestado a los magos de tierra suena como una amenaza, a que mi estancia allí no será placentera si no le presto a los magos de tierra, ¿cierto?"

El Marqués Karl tosió y asintió levemente.

"Su Majestad lo ha interpretado con demasiada dureza, pero creo que probablemente es lo que quiso decir."

Sovieshu resopló.

"¿Qué tiene de fresco el aire de un país lleno de minas? Si realmente quisiera presumir de su país, no sería de eso."

Sus palabras sonaban un poco despectivas hacia el Imperio Occidental, pero en realidad era cierto. En términos de clima, aire y paisajes, el Imperio Oriental era mejor.

Sin embargo, una sonrisa apareció en los labios de Sovieshu mientras se quejaba.

'Ya ha pasado un tiempo desde la última vez que vi a mi esposa, quien siempre estuvo a mi lado.'

Saber que pronto volvería a ver a Navier le hizo sonreír.